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The Door. Between Worlds por MrsHunter

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Notas del capitulo:

Dejo segundo capítulo hoy porque el de ayer me pareció muy cortito y simple, así que sin más, ¡Que lo disfruten!

 

 

— ¿¡H-hijo, p-pero como!?

—Tranquilízate, Anthony…—Veía como su padre intentaba reconfortar un poco a su alterado y nervioso papá— Seguramente este es un patán cualquiera que busca estafarnos. Así que responde maldito, ¿¡Como entraste y que es lo que quieres!?

— ¡A-alto, todo lo que digo es cierto!—se intentaba explicar, agitando ambas manos en negación. Más le aterraba el ver a su padre con aquella potente y rojiza mirada— M-miren, tengo tu cabello después de todo, papá…

— ¡Hay más en el pueblo con esa tonalidad de cabello, idiota!

— ¡P-pero si también tengo tus ojos padre!

—Por si es que no miras del todo bien, mis ojos son rojos, no rosa princesa. Y nadie de mi linaje los ha tenido de esa rara coloración

—Jack, no seas tan rudo con él, es nuestro hijo después de todo

—Anthony, por favor, si te digo que los dragones existen, ¿también me creerás?

—De hecho padre, no son dragones en sí, pero es una civilización humanoide algo parecida y…

— ¡Tú cállate, estúpido!

— ¡Jack, no le hables de esa forma!

Soltó una ligera risilla tras aquello. El ver a sus padres con aquella edad, más inexpertos y con actitud infantil, le causaba una increíble gracia y ternura a la vez, al menos hasta que su intimidante padre se acerco molesto hacia él, tomándolo con fuerza de la ropa.

— ¿Qué te hace tanta gracia, idiota?

—D-discúlpenme… es solo que… verlos de esa manera me da un poco de gracia. Más tú, padre, siempre eres tan respetado y admirado, y ahora no eres más que un jovencito de mi edad

— ¡Oye tú…!

—Enserio… ¿Enserio eres nuestro hijo?

Interrumpió Anthony, acercándose a ambos, mirando con detenimiento al chico castaño. Si se le miraba detenidamente, tenía cierto parecido a él, y bueno, a Jack también, un poco solamente… Acaricio su mejilla, y un repentino escalofrió le recorrió entero, el corazón comenzó a palpitarle con algo de fuerza.

— ¿Por qué lo tocas con tanta confianza Anthony?

—Es nuestro hijo, Jack…

— ¿Pero qué dices, Anthony? Ya te dije que…

—Míralo bien, se parece a nosotros

El azabache, aun con el ceño fruncido y con la ira carcomiéndole entero, se dedico a observar las facciones de aquel entrometido, notando que tal vez si se parecía un poco a su Anthony… la misma piel tan clara, sus facciones infantiles, aquella sedosa cabellera. Sin embargo era imposible que algo como aquello estuviera pasando, ni siquiera su padre había poseído tanto poder como para hacer algo como viajar en el tiempo, si es que eso era aquello.

—Sí aun no me creen, observen esto—se aparto de su padre, abriendo la palma de su mano, dispuesto a traer el libro profeta, sin embargo este no aparecía, y ni siquiera su mano se iluminaba con la típica luz blanca— ¿P-pero que…?

—A la hora que desees, hijo—le dijo burlón, recibiendo una mirada molesta por parte de Anthony—.

— ¡El libro profeta, no puedo invocarlo pero…!

—Pero puedes usarlo, no me digas

—Jack…—volvió a regañar a su esposo, aun mirándole algo molesto. Se acerco de nuevo hasta el chico, acariciándole la cabellera, como si de un niño se tratase— ¿Cómo llegaste aquí?

—No lo sé… debió ser culpa del enemigo, hace tiempo que nadie nos atacaba desde su pelea con el rey oscuro… Pero de pronto apareció ese hombre encapuchado

— ¿Sabes quién era?—pregunto aun más curioso, ignorando los reproches del azabache—.

—No…estaba completamente vestido de negro, ni siquiera se le veía su rostro, tan solo unos ojos verdes, brillantes…

—Hay que pensar seriamente esto, Jack

— ¿Enserio estas creyendo toda esta basura, Anthony?

— ¡Jack, pero sí…!

—Tranquilo papá—interrumpió a su joven progenitor, sintiendo como si fuera uno de sus amigos más— Sé cuan obstinado y orgulloso es mi padre, así que, aquí está tu última y definitiva prueba

Soltó un ligero suspiro y cerro sus ojos. Debía concentrarse. Sus ojos eran de un color rosa, parecido al color salmón pero, en una tonalidad más oscura. Sin embargo, ya había experimentado ocasiones en que, si estaba molesto, asustado o incluso algo estresado, la coloración de estos cambiaban, de ese rosa encantador, pasaban a un rojo sangre, como los de su padre. Nadie en todo el pueblo poseían aquellos ojos, eran los únicos dos portadores.

Concentrándose en distintos eventos de su vida, es como sintió aquel cosquilleo en sus ojos, eso pasaba cuando estaban cambiando de color, así que sin más, sonrió de oreja a oreja, abriendo sus ojos para mirar de forma burlona a su sorprendido padre.

 —E-eso no es…

— ¿Lo ves? Realmente soy tu hijo, nadie en todo el pueblo tiene estos ojos más que nosotros

—Oh por dios, Jack… ¡Enserio es nuestro hijo!

Y así fue como un alegre Anthony lo estrecho entre sus brazos, sintiéndose de nuevo como si tuviera cinco años, más no le importaba, estaba tan feliz de ver a sus padres de nuevo, había pensado lo peor cuando el libro profeta escribió esas extrañas palabras… Debía cambiar aquello, es lo que haría…


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