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Nosotros lo llamamos paraíso. por hokagay

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Notas del capitulo:

Capo di tutti capi:  Se trata del jefe de una familia que, al ser más poderoso o por haber asesinado a los otros jefes de las demás familias, se ha convertido en el más poderoso miembro de la mafia.  

[4]

Luffy deja escapar un pequeño suspiro cuando los labios de Shanks abandonan los suyos, intentando calmar los desbocados latidos de su corazón y el nerviosismo que se ha instaurado bajo su piel con el simple contacto de las manos de Shanks alrededor de su cintura. Este es un tipo diferente de intimidad, en la privacidad de su departamento con un hombre de quien realmente no conoce demasiado y que bien todo lo que le ha dicho podría ser una mentira.

– Lu… – dice Shanks, su voz es amable y con un deje de preocupación, como si fuera capaz de sentir todos los miedos e inseguridades que el joven tiene – ¿En verdad quieres esto? –Pregunta el pelirrojo, su pulgar acaricia el labio inferior de Luffy de manera delicada – No es necesario que hagamos algo ahora o que te sientas obligado a…

– ¿No me deseas, Shanks? – Interrumpe Luffy, lamiendo el pulgar de Shanks mientras lo observa directamente a los ojos. A pesar de su nerviosismo y dudas iniciales, de verdad desea al pelirrojo – ¿Ahora que tengo ropa encima no te parezco atractivo?

– ¡Por supuesto que te deseo! – responde Shanks de inmediato, enterrando su rostro contra el cuello del joven e inhalando el difuso aroma a perfume, alcohol y sudor impregnado en la piel de Luffy, que él desea reemplazar con su propio olor– Te deseo tanto que no puedo pensar con claridad, te deseo tanto que…

Luffy interrumpe su desvarió con un beso ferviente, guiándolo alrededor del departamento hasta su habitación y empujándolo gentilmente sobre la cama. Luffy se arrodilla junto a esta, quedando entre las piernas del pelirrojo y frotando su mejilla con el bulto que se ha formado en los pantalones de este. Sus dedos agiles desabrochan el botón y bajan la bragueta, la ropa interior es maniobrada lo suficiente para que el miembro ahora semi-erecto de Shanks quede descubierto. Luffy lame a lo largo, desde la base del pene hasta la punta, alza la vista y encuentra a Shanks observándolo embobado, le guiña un ojo y besa la punta para luego meterlo de a poco dentro de su boca. El pene de Shanks es largo y no puede tomarlo por completo dentro de su boca, así que envuelve su mano donde sus labios no alcanzan y comienza a moverla solo hacia arriba, ordeñándolo y sintiendo el amargo sabor a pre-semen alrededor de su lengua.

Shanks respira con dificultad, sin apartar la mirada del espectáculo que Luffy le brinda entremedio de sus piernas, chupándolo como si no pudiera esperar para tragarse su semen espeso y caliente, ese pensamiento lo tiene moviendo sus caderas buscando alcanzar una rápida liberación de la tortura que infringe aquella lengua jugueteando a lo largo de su erección y Luffy pone una mano sobre su abdomen, deteniéndolo y mirándolo de manera grave, haciéndole saber al paso de quien se hará esto y queda claro que no es al suyo.

– ¿Cómo se siente, Shanks? – pregunta Luffy, su boca ya no está alrededor de la erección del pelirrojo, sino que son sus manos las que lo tocan a un ritmo desquiciante – Tu pene se siente tan pesado en mi mano, ¿estas cerca de correrte, verdad? – pregunta Luffy, masturbándolo más rápido y los ojos del pelirrojo se sienten pesados, quiere cerrarlos y simplemente dejarse llevar por la sensación de las manos de Luffy tocándolo, pero la necesidad de ver a Luffy mientras le brinda placer es igual de fuerte

– dame tu semen, Shanks, aquí – pide Luffy, abriendo su boca con la lengua afuera, pidiendo todo el semen del pelirrojo dentro su boca, ¿y quién es Shanks para negarse?, es solo un par de movimientos más de la mano de Luffy y Shanks se corre, una gran sacudida de placer recorre por todo su cuerpo y chorros de semen caliente brotan de su pene, la mayor parte cae dentro de la boca ansiosa del joven y el resto sobre su rostro y ropa. Luffy cierra su boca y traga duro, el líquido deslizándose lentamente por su garganta es espeso y adora como el pelirrojo aún tiene la espalda arqueada y sus ojos cerrados debido al intenso placer que le acaba de brindar

Shanks intenta calmar su respiración, intentando bajar de la neblina de placer tras el mejor sexo oral de su vida. Luffy ansioso por seguir la acción, le quita los pantalones junto a la ropa interior y se desviste a sí mismo. Shanks le pide que se acerque y Luffy se sienta sobre su regazo, frotando su erección contra el miembro de Shanks, quien gime con su garganta ante la sensación. Shanks toma la erección de Luffy en su mano y el joven se mueve en contra de esta, intentando conseguir fricción donde más lo necesita y se deja besar sin oponer resistencia cuando el mayor ataca su boca.

– ¿El lubricante? – pregunta Shanks sin detener el movimiento de su mano mientras Luffy apoya su frente contra la de Shanks –

– En el cajón de la mesita de noche, junto a los condones – instruye Luffy moviendo sus caderas y dejando escapar sonidos lascivos que solo encienden más a su amante –

– Ah, los sonidos que haces, Lu, tan deseable – murmura el pelirrojo junto al oído del joven mientras abre el cajón, toma el lubricante y condones que va a necesitar pronto. Shanks retira su mano de la erección de Luffy y el joven sigue moviéndose en busca de sus caricias, haciendo pequeños sonidos de inconformidad contra la boca del pelirrojo – ¿Puedes tocarte para mí, Lu?

Luffy asiente con un pequeño movimiento de su cabeza, su mano izquierda se sujeta del hombro de Shanks mientras toma su erección con la mano derecha y comienza a masturbarse rápidamente – ¿Así? – pregunta Luffy con voz entrecortada, las cortas uñas de su mano se entierran contra la carne del hombro del pelirrojo –

– Así – asegura Shanks besándolo en la mejilla, tomando la botella de lubricante entre sus manos y embetunando tres de los dedos de su mano derecha, deja la botella a un lado y con su mano izquierda separa los glúteos del joven, su dedo índice juega alrededor del anillo de musculo antes de entrar lentamente por completo. Shanks mueve su dedo hacia dentro y hacia fuera, en lentos movimientos para agregar un segundo dedo que no entra con tanta amabilidad como el primero. Luffy arquea su espalda cuando se corre sobre el abdomen del pelirrojo con el nombre de este brotando de sus labios como un grito. –Ese es un buen sonido, quiero oírte siempre diciendo mi nombre de esa manera –

Shanks mueve ambos dedos de adentro hacia afuera, lentamente, disfrutando como las paredes internas de Luffy se tensan en sus dedos y todo su cuerpo se estremece bajo sus ministraciones – Tan lindo para mí, Lu – separa sus dedos haciendo movimientos de tijeras y mete un tercer dedo, de manera invasiva y curva los tres dedos ligeramente para encontrar su objetivo. Ambos brazos de Luffy se aferran a su cuello, murmurando su nombre como plegarias y Shanks no puede dejar de abusar aquel punto, mete y saca sus dedos siempre dirigiéndolos a la próstata del joven. Luffy es un desastre y es así justo como Shanks lo quiere, con el movimiento lento de sus caderas hacia atrás intentando profundizar la sensación de los dedos de Shanks dentro de él y su boca abierta que no puede formar ninguna frase coherente que no sea el nombre del pelirrojo.

No es difícil para Shanks imaginar el trabajo de Luffy en el bar, en más de una ocasión lo ha visto regresar al primer piso junto a algún hombre diferente del que se despide con un amoroso beso en la mejilla y no es secreto para nadie lo que sucede tras las paredes de aquellas habitaciones. Brindar placer con su cuerpo es el trabajo de Luffy, Shanks puede estar o no de acuerdo, pero no es quien para juzgar y sabe que debe haber sucedido algo que orillara al joven a vender su cuerpo a cambio de dinero, pero esta noche quiere que sea diferente y ser él quien haga disfrutar a Luffy de los placeres del sexo. Quiere que Luffy se olvide de todo y solo pueda recordar su nombre.

Luffy toma uno de los pequeños paquetes grises de la cama, rompe el empaque con cuidado de no romper su contenido y tomando el condón desde la punta lo desliza sobre el falo de Shanks hasta la base, procurando que no quede aire atrapado dentro y que cause que pueda romperse. Se miran fijamente, buscando alguna duda en los ojos contrarios de ir más lejos porque una vez unan sus cuerpos en la forma más antigua e íntima; no hay vuelta atrás. Luffy acerca sus labios a los de Shanks y este lo apresa con los suyos, suave, gentil pero siempre haciendo evidente su deseo por el chico en su regazo, toma su erección y la presiona contra la entrada de Luffy quien se desliza satisfactoriamente fácil en esta debido al gran trabajo que hizo el pelirrojo dilatando su parte más íntima.

– ¿Duele? – pregunta Shanks, preocupado de que sea tan satisfactorio para Luffy como lo es para él la manera en que esas paredes se envuelven y exprimen alrededor de su hombría.

–No, se siente bien – responde Luffy, ambas manos soportan su peso contra los amplios hombros de Shanks para alzarse dejando solo la punta del falo dentro y recibirlo por completo entre sus paredes nuevamente al descender. Luffy grita, un jadeo ahogado mientras Shanks hace sonidos guturales. Las grandes manos del pelirrojo toman a Luffy por el trasero, moviéndolo, dándole el ritmo que desea que lleven en este vaivén desenfrenado de placer.

– Estas tan apretado, Lu – alaba Shanks con voz entrecortada, moviendo al joven sobre su erección – puedo sentir como tus paredes se aprietan alrededor de mi pene, como si quisieran ordeñarme para llenarte de mí semen

– ¡Ah-ah! ¡Shanks!– gime en voz alta el joven, como un grito. La voz rasposa y entrecortada de Shanks hablándole sucio y el ritmo brutal con que arremete su cuerpo lo tienen delirante. Quiere escucharlo decir su nombre y no aquella corta versión de este que le dio el día que se conocieron– Luffy. Mi nombre es Luffy. Dilo, Shanks, di mi nombre –

– Luffy. Ah, Luffy – repite Shanks, y el joven adora la manera en que su nombre se desliza de los labios del pelirrojo como un susurro de asombro, como si acabara de encontrar respuesta a una interrogante que le quitaba el sueño – Un nombre tan bonito como tú, Luffy.

Luffy nunca se había sentido así de bien. Shanks marca un ritmo brutal con sus movimientos, el agarre que tiene sobre su trasero de seguro dejara moretones en la forma de sus largos dedos y Luffy solo puede mover sus caderas en busca de más mientras ronronea por los besos hambrientos que Shanks deja en su cuello, quien pone especial énfasis sobre las marcas de los dientes que Doflamingo dejo en él.

–Luffy – dice Shanks como si el nombre del joven fuera una plegaria, dirigiendo todas sus estocadas en aquel punto específico que tienen a Luffy desecho al borde de correrse – Tan lindo

–Más duro, Shanks, haz que me corra mientras te tengo dentro– exige Luffy, sus brazos se aferran a los amplios hombros de Shanks como si su vida dependiera de ello. Hay un calor desbordante en su estómago y las sensaciones que embargan todo su cuerpo le avisan que está muy cerca de alcanzar su clímax–

– Voy a correrme, Luffy – murmura Shanks contra el oído del joven, su voz ronca y entrecortada hacen que un escalofríos placentero recorra el cuerpo de Luffy – Voy a correrme dentro de ti y llenarte con mi semen, ¿quieres eso, Luffy?

– ¡Si, Shanks! – grita Luffy, tomando su miembro con una mano y masturbándose al duro ritmo con el que Shanks entra y sale de él. Luffy arquea su espalda cuando una de las estocadas de Shanks contra su próstata provoca su orgasmo, corriéndose sobre el duro abdomen del pelirrojo quien no deja de alabarlo, diciéndole lo maravilloso que se ve con aquella expresión de puro placer en su lindo rostro

– Voy a dártelo, Luffy, sé un buen chico y recibe mi semen – jadea Shanks, presionando fuertemente contra el trasero de Luffy y dejándose llevar por las sensaciones que lo invaden, la manera en que las paredes internas del joven aprietan alrededor de su pene, el sonido de sus pieles chocando, el sonido húmedo de los jadeos de Luffy y el absoluto placer pintado en el rostro de su joven amante. Shanks se corre, sus dedos hundiéndose fuertemente contra la suave piel del trasero de Luffy y sus dientes mordiendo sobre esa detestable marca (que no era la suya) en el cuello del joven quien da un jadeo ahogado de dolor.

Ambos se mantienen en la misma posición por unos minutos, intentando calmar sus laboriosas respiraciones mientras Shanks deja pequeños besos por todo el rostro del joven pelinegro. Shanks desliza cuidadosamente su falo, aun envuelto en el condón y Luffy siente una ligera frustración al haber estado tan entusiasmado por sentir realmente a Shanks llenándolo con su semilla, se levanta del regazo del pelirrojo y se deja caer junto a él en la cama.

Shanks se quita el condón, le hace un nudo y lo bota en el tacho de basura, mirando al joven quien tiene una complacida sonrisa en el rostro. No sabe si quedarse o marcharse, ¿qué es lo correcto de hacer después de tener sexo con alguien que no tienes una relación? ¿Es más descortés quedarse o marcharse? Como leyendo sus pensamientos, Luffy lo observa y esconde parcialmente su rostro contra las sabanas

– Puedes quedarte a dormir – dice Luffy mirando a Shanks a los ojos, con mejillas sonrojadas de una manera encantadora – Es bastante tarde y este es un barrio peligroso de noche

– ¡Gracias Luffy! – dice Shanks animado, tumbándose sobre la cama junto a Luffy, cubriendo a ambos con las sabanas de color rojo vino y demasiado cansado como para reclamar que el pelirrojo no debería abrazarlo, se queda dormido envuelto en el calor que le brinda el cuerpo junto al suyo.

[5]

– Así que dormiste con él – Dice Izo, sentado sobre la cama mientras observa a Luffy devorar la comida que trajo a escondidas para él. Ha pasado una semana desde que Luffy se acostó con Shanks y no ha vuelto a ver al pelirrojo ni una sola vez – ¿Cómo estuvo?

– ¡No te voy a contar eso! – grita Luffy avergonzado para llevarse la última cucharada a la boca y limpiarse con la servilleta – Ya es suficientemente vergonzoso hablar sobre esto con mi hermano 

– El hermano que te dio el mejor consejo y merece saber los jugosos detalles de tu noche loca – ríe Izo, desde que era un niño siempre fue difícil que Luffy se sintiera avergonzado sobre algo y verlo ahora tan avergonzado con este tema hace que el comandante quiera aprovechar la oportunidad para torturar a su pequeño hermanito –

– Vete al diablo, Izo, no te diré nada – responde Luffy mostrándole el dedo medio de forma testaruda – además ni siquiera ha vuelto al bar, revolcarse conmigo era su objetivo y ya no hay más historia, no vale la pena pensar en eso

– ¿Por qué suenas decepcionado? – pregunta Izo ahora con voz severa, con el ceño fruncido ante la respuesta. Él advirtió a Luffy desde un principio a no invertirse demasiado en este sujeto pelirrojo – ¿De verdad creíste que un hombre que viene a esta clase de lugar querría algo más que sexo de una noche?

– Olvídalo, ni siquiera me importa – miente Luffy a través de los dientes, intentando enmascarar la molestia ante su propia estupidez. Por supuesto que Shanks no tienen ningún motivo para volver a buscar a Luffy, pero él parecía tan distinto a todos los demás mal vividores que repletan el bar y Luffy cayó como un imbécil ante sus encantos y amabilidad – ¿además no deberías estar más preocupado por la información que te entregue?

– No hay nada de qué preocuparse, estamos preparados para apoyarte en el momento que creas que es adecuado atacar a Doflamingo – dice Izo –

– Eso es verdad – murmura Luffy – solo un mes más y Doflamingo estará muerto

– Sé cuidadoso, Luffy. Oyaji ha estado algo alterado los últimos días, al parecer volvió un viejo rival que solía pertenecer a la familia de Roger y no se saben sus intenciones – relata Izo a su hermano – Bien podría aliarse con Kaido o quién sabe qué

– ¿Alguien de la familia de Roger? ¿Por qué alguien de esa familia volvería a Sabaody?– Pregunta Luffy confundido, la familia se desbando y sus viejos miembros han estado desaparecidos desde que Roger murió hace 17 años atrás – No es como si pudieran volver ahora y ser Capo di tutti capi, no con Oyaji teniendo ese puesto durante tantos años. Es absurdo.

– Es eso lo que lo tiene tan confundido – responde Izo – esperemos que no nos cause problemas

– Eso espero, por favor, envía mis saludos a Oyaji – pide Luffy, tendiendo su mano a Izo para que puedan volver al primer piso juntos, las tres horas por las que lo contrato su hermano ya han llegado a su fin. Caminan en silencio, con Luffy observando sus pies y con Izo guiándolo.

– Oh, mira a quien tenemos aquí – dice Izo en voz baja y con marcado sarcasmo. Luffy alza la vista para mirar en la misma dirección que su hermano, a menos de tres metros de ellos se encuentra Shanks con su cabello rojo peinado hacia atrás, su corbata negra desanudada y su impecable camisa blanca arremangada en los brazos, tiene el ceño fruncido mientras mira en su dirección y sus manos entrelazadas con las de Izo.

– Luf-… Lu – dice Shanks, aclarando su garganta al casi decir el nombre real del joven y acortando la distancia entre ellos hasta que quedan uno frente al otro –

– Al parecer tienes otro cliente, dulzura – dice Izo, dejando un beso en el cabello de Luffy de manera tierna y que solo hace que el pelirrojo frunza más el ceño –

– Eso parece, Izo-sama – ronronea Luffy, regodeándose en la absoluta molestia que hay en el rostro del pelirrojo. Izo deja ir su mano y lo besa en la mejilla

– Adiós, Lu, volveré pronto – promete Izo, guiñándole un ojo antes de caminar hasta la salida del bar –

– Buenas noches – saluda Luffy con una pequeña reverencia a Shanks, volviendo a las viejas cordialidades – ¿Cómo puedo ayudarlo esta noche?

– Luffy – susurra Shanks, tomando al joven por la muñeca para captar su atención – sé que debes estar molesto conmigo y crees que soy un idiota al igual que todos los otros hombres que vienen a este lugar y te intentan ligar, pero te prometo que no es así y tuve cosas que hacer que me mantuvieron alejado de aquí por unos días

– No necesitas darme explicaciones, Shanks – dice Luffy, con una forzada encantadora sonrisa. Por supuesto que está molesto pero está siendo irracional, el pelirrojo no debe excusarse porque solo fue algo de una noche entre dos adultos –

– No te fuerces a sonreír si no lo sientes – pide Shanks tomando por sorpresa a Luffy– No pienses en mi como otro cliente con el cual debes ser complaciente, se egoísta y dime a cambio todo lo que quieras

Luffy no responde nada al respecto y prefiere ignorar por completo como eso hizo latir su corazón más rápido, toma a Shanks por la mano y lo arrastra hasta la barra – entonces quiero un Tom Collins con mucho hielo y un Martini

– Por supuesto – responde Shanks contento, tomando la mano de Luffy entre las suyas y besando sus nudillos –

– Te ves radiante como siempre, encanto – saluda Doflamingo cuando Luffy entra en su oficina luego de que este lo mandara a llamar –

– Gracias, amo – agradece Luffy con una ligera reverencia antes de caminar hasta el proxeneta y sentarse en su regazo – ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?

– ¿Cómo te has sentido teniendo que supervisar las habitaciones? – pregunta Doflamingo, tomando la mano de Luffy entre la suya y acariciando con su pulgar el dorso de la mano – Sé que puede ser algo difícil de presenciar

Luffy siente el estómago revuelto al recordar a esas personas. Mujeres y hombres encadenados desde una de sus piernas a la cama con una cadena lo suficientemente larga para que puedan caminar por la habitación hasta el baño que queda junto. Sus ojos apagados como si no estuvieran presentes, sus desnudos cuerpos delgados cubiertos en heridas y moretones, y las manchas de fluidos en las sabanas. Es horrible, la decadencia que se vive en cada una de esas habitaciones.

– Estoy bien, sé que estoy ayudando un poquito al amo al hacerme cargo de esas personas – responde Luffy de manera suave, enmascarando su odio –

– Gracias, encanto – murmura Doflamingo, sus labios contra el cuello del joven – ¿Cuándo vas a aceptar mi propuesta?

– ¿Qué cosa, amo? – Pregunta Luffy, apoyando su cabeza contra la del proxeneta y fingiendo ignorancia aun cuando sabe muy bien que se refiere–

– Sé mi juguete – pide Doflamingo – Solo mío y lo tendrás todo. Cualquier lujo que desees, te lo concederé. Ya no tendrás que trabajar en el bar y acostarte con otros hombres, solo conmigo.

– Realmente quiero ganarme mi lugar junto al amo – dice Luffy, sintiendo todo tipo de nauseas de solo pensar en ser el juguete sexual de alguien, en especial de Doflamingo – y debo trabajar duro en el negocio para eso, ¿no crees, amo?

– Entiendo – suspira Doflamingo, tomando la mano de Luffy y llevándosela a los labios para besar sus nudillos. El mismo gesto que Shanks siempre tiene con Luffy, su mano se siente fría de repente y tiene el impulso de quitarla al no ser los labios suaves del pelirrojo sino los agrietados y secos de Doflamingo contra su mano, pero en vez de hacer eso ríe de manera melodiosa y vacía.

[6]

Shanks murmura palabras de adoración contra el cuello de Luffy, mientras sus largos dedos le quitan la camiseta y el joven a regañadientes deja desnudar aquella parte de su anatomía que no deseaba fuera inspeccionada por el hombre mayor. Una vez el pelirrojo le quita la camiseta, Luffy se lleva ambas manos al pecho para cubrirse y el gesto llama la atención del pelirrojo, que quita ambas manos para deleitarse con lo que el joven intentaba ocultar.

– No te rías – advierte Luffy con el ceño fruncido. No es que no sea confidente del atractivo de su cuerpo, después de todo debe mantener cierto régimen para estar en perfectas condiciones para las misiones que le son asignadas ni tampoco está avergonzado de sus poco usuales pezones invertidos, lo que lo pone nervioso es que nunca había sido inspeccionado tan de cerca y con abierto interés como Shanks lo hace– Te pateare el culo fuera de aquí si haces un comentario al respecto

– Lucen deliciosos – dice Shanks, su lengua juega alrededor de la aureola para lamer insistentemente la hendidura donde se esconde el pezón. La espalda de Luffy se entierra contra la cama ante la húmeda y caliente lengua de Shanks entrando en contacto con sus sensibles pezones – Tan lindo, Luffy, tal vez si chupo lo suficiente salga leche

– Has visto y tocado lo que tengo entre las piernas – se queja Luffy, tomando el cabello rojo de Shanks y dándole un tirón – No soy una mujer que puede producir leche para ti, idiota

– Pequeño inocente Luffy – murmura Shanks contra el pecho de Luffy, sus dientes mordiendo delicadamente alrededor del pezón – Aunque no lo creas hay casos de hombres que pueden lactar, además está comprobado que al estimular el pezón se libera prolactina; que es una hormona que estimula la secreción de leche

– ¿Entonces por qué no dejas de hablar y pones esa lengua tuya a trabajar? – Ordena Luffy, sus dedos se enredan en el cabello del pelirrojo, presionándolo contra su pecho para que succione su pezón que al ser estimulado ha ‘aparecido’ – Y si eres bueno, te recompensaré

– Tan demandante – alaba Shanks, su boca succionando los pezones de Luffy mientras sus manos acarician el bulto en los pantalones del joven –

Mirando el techo de su habitación, con el brazo de Shanks alrededor de su cintura de manera protectora y con la suave respiración de este contra su cuello, Luffy llego a la conclusión de que en realidad puede que si sea un idiota como sus hermanos siempre han dicho.

Solo hace unos días juro que lo sucedido con el hombre pelirrojo había sido algo de una sola noche y que no se volvería a repetir…y aquí estaba de nuevo, en su departamento, luego de una genial e intensa noche de sexo que termino con el pelirrojo quedándose a dormir entre sus sabanas nuevamente.

Esta es la última vez, se promete, después de esta noche nunca más volverá a dormir con Shanks… nada bueno saldrá de involucrarse aún más con el hombre pelirrojo.

[7]

Han trascurrido dos meses y medio desde que Luffy comenzó a trabajar en Mariejois, todas las piezas de su plan han comenzado a caer en el lugar adecuado y solo es cuestión de tiempo para llevarlo a cabo. Sus hermanos vienen a visitarlo los días que trabaja y Shanks le hace compañía también, cuando alcanza a contratar sus servicios antes de que alguno de sus hermanos se presente.

Luffy espera de pie frente a la entrada, algo que usualmente no hace pero hoy es el día que uno de sus hermanos favoritos lo visita. No es que vaya a decirlo en voz alta, después de todo eso generaría un caos competitivo entre sus hermanos pero es innegable que Thatch ocupa un lugar especial. Todos sus hermanos son diferentes a su propia manera y la diferencia de edad que tiene con todos ellos a veces hace difícil la comunicación, pero Thatch siempre encontró la manera de que pasaran tiempo juntos. Ya fuera haciendo bromas alrededor de la base, invitándolo a comer o entrenándolo para que se hiciera más fuerte, son pequeñas cosas que Luffy aprecia enormemente y lo hacen querer al hombre de jopo un poquito más que a otros de sus hermanos.

– ¡Thatchy! – exclama Luffy, abalanzándose a los brazos del hombre de jopo quien lo toma por la cintura y lo alza dándolo vueltas mientras ríe alegremente. Mirando detrás de la imponente figura de su hermano, los ojos de Luffy se encuentran con Shanks observándolos de manera crítica. Thatch lo deja en el piso y Shanks aprovecha de inmediato la oportunidad para acercarse, con toda la intención de pedirle que se siente con él a conversar y beber algo, como todas las noches que se presenta en el bar

– Lu – dice el pelirrojo, intentando tomar su mano pero Thatch es más rápido e intercepta sus avances –

– Lo siento, amigo – dice Thatch, abrazando a Luffy por la cintura con familiaridad, cosa que solo logra molestar al pelirrojo – este adorable chico es mío por el resto de la noche

– ¿Tu ego debe sentirse increíble, no? – Pregunta Shanks, con el ceño fruncido en disgusto y veneno empapando su voz – Teniendo que venir a un lugar como este para satisfacerte con jóvenes que no tienen otra opción que permitir que los toquen por dinero

– ¿Qué demonios dijiste? – Pregunta Thatch, alterado, dispuesto a subir los puños de su camisa y darle una paliza al pelirrojo bocón – ¿Y tú qué? ¿Para qué quieres la compañía de Lu si no es para sentirte importante y regodearte en su atención?

– Tú no sabes nada – advierte Shanks, y si las miradas mataran Thatch estaría seis metros bajo tierra – Mis motivos para buscar a Luffy no son de tu incumbencia, bastardo

– ¡Es todo, voy a patearte el culo de una vez por todas! – sentencia Thatch, harto de este hombre que se cree mejor que él pero que regresa como un perro fiel cada noche junto a Luffy – ¿Crees que eres distinto a todos los otros hombres aquí que solo desean a Lu por su cuerpo?

Los ojos de Shanks prometen dolor una vez pueda golpear al hombre del jopo, pero Luffy los detiene antes de que puedan formar un escandalo

– Thatchy, no armes una escena – Pide Luffy, poniendo una mano sobre el pecho de su hermano – ¿No queremos que te echen del bar, verdad? ¿No quieres ir a la habitación conmigo? ¡Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que me visitaste!

– Tienes razón – concede Thatch, calmándose un poco, sabe que si alguien descubre la conexión que tiene con la familia barbablanca pondría en peligro a Luffy. Toma la mano de su hermano entre la suya y camina hacia la escalera –

– Luffy, no tienes que hacerlo – Pide Shanks, su voz parece temblar – No es necesario que vayas con otros hombres. Si el dinero es el problema yo puedo pagar

Luffy no dice nada, solo niega con su cabeza mientras su pecho duele al ver la expresión dolida en el rostro del pelirrojo.

– ¿Ese tipo se pasa todas las noches aquí? – Reclama Thatch, su molestia con el pelirrojo aun evidente en su voz una vez están a solas en la habitación – ¿Es el mismo que estaba contigo la última vez que vine, verdad?

Luffy asiente pero Thatch sigue hablando – ¿No ha intentado propasarse contigo en todo este tiempo? ¿Tocarte de manera indebida?

(Shanks no ha hecho nada que Luffy no le haya pedido, pero su hermano no necesita saber eso)

Luffy niega con la cabeza antes de contestar – Es amable y caballeroso, es un tipo que no encaja en un lugar como este… por eso no entiendo porque vuelve aquí todos los días –

– ¿Contrata a otras personas aparte de ti para sentarse a beber y conversar? – pregunta Thatch, de pronto intrigado a donde se dirigen todas las pistas –

– No, siempre me contrata solo a mí – explica Luffy, sentándose en la cama mientras el hombre de jopo lo imita– si no estoy disponible se va o espera a que me desocupe

– Entonces la razón que tiene para volver a este lugar inmundo eres tú – concluye Thatch, de pronto toda la escena que se montó el pelirrojo le hace sentido y no puede evitar reírse a carcajadas – No puede soportar la idea de que veas a otros hombres, es por eso que viene cada día y te contrata como acompañante, para que no tengas que “dormir” con otros hombres y así te mantiene fuera de peligro

Luffy definitivamente no siente mariposas en el estómago al pensar en Shanks intentando cuidarlo de este precario mundo que es el prostíbulo

– Espera que los demás se enteren de esto – ríe Thatch de manera ruidosa, sujetando su estómago –

– ¿Eres idiota? – Exclama Luffy, golpeando en el brazo a su hermano para llamar su atención – ¿Qué crees que hará Ace si se entera? ¿Darle su bendición?

– oh… – murmura el hombre de jopo, de pronto la situación ya no es tan graciosa y pensándolo bien, tampoco le hace gracia que el bastardo pelirrojo crea que debe proteger a Luffy. Su hermanito es fuerte y puede valerse por sí mismo y además tiene a sus fuertes hermanos mayores para protegerlo en caso que lo necesite – Entonces mantendré mi hermosa boca cerrada y no diré nada

– Cuento contigo, Thatchy – confía Luffy, chocando su puño contra el de su hermano – y más vale que guardes el secreto, sé que Marco puede hacerte confesar cualquier cosa

 

– ¡Lo prometo! – dice Thatch, rodando sus ojos – ¡Y a ti también te da miedo Marco, no creas que se me olvido que abandonaste y tuve que enfrentar solo su furia cuando pegamos piñas en todas las fotos que él aparecía!

 


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