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Por una botella de Sake por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

Normalmente las sagas en One Piece pasan una inmediatamente después de la otra pero aquí, las estoy separando un poco para poder incluir el argumento de mi capitulo. Y si encuentran alguna incongruencia temporal, lo lamento mucho pero hace mucho vi One Piece :8

Aquella noche, los Shandias y Skypieans, acompaños de todos los Mugiwaras celebraron el final de la guerra con un gran banquete. Eran momentos de júbilo, las heridas que les había dejado aquella batalla estarían presentes sobre sus cuerpos por unas semanas más lo cual solo les recordaría los momentos que pasaron en aquel lugar imposible, Skypiea.

Zoro reía animosamente mientras bebía Sake, después de todo lo sucedió en la isla del cielo estaba realmente animoso y feliz; no era muy común ver esa gran sonrisa en su rostro y eso sorprendió a Sanji. El cocinero se percató de que aquella sonrisa desapareció totalmente del rostro del marimo al verle a él rodeado por muchas chicas, para Sanji esa noche esa noche era perfecta para estar acompañado por un par de señoritas.

El espadachín se centró en su bebida mientras veía como Sanji hablaba con cuanta mujer se le atravesara, sin que él lo quisiera había hecho de tal velada que se supone debía ser feliz, su momento de amargura. Una vez termino de beber el Sake que aún le quedaba en la jarra de madera se levantó para dirigirse al Merry a descansar un poco, alejado de todo el ruido y en especial de Sanji, el espadachín no se percató de que en todo ese tiempo Sanji le estaba observando detenidamente y una vez que Zoro estuvo dentro del Merry la decisión de Sanji estaba tomada; se despidió de todas aquellas señoritas que le miraban coquetamente solo para ir detrás del marimo.

Zoro estaba sentado en la cubierta del Merry, era una noche despejada y la luz de la luna apenas si iluminaba aquel lugar; aún se podía escuchar un poco del ruido que provenía del bosque, pensó que todos debían estarla pasando realmente bien, después de todo era una noche para celebrar, aun así él no podía compartir dicha alegría que emanaban todos los miembros de la banda.

-No le huyes a las peleas pero si al contacto humano –Menciono Sanji tras exhalar un poco de humo de cigarrillo.

Zoro no se había percatado de su presencia, había estado tan metido dentro de su propia mente que había bajado la guardia totalmente.

-No huyo del contacto humano –Dijo el espadachín, pero parecía más un gruñido- Simplemente quería dormir.

-Te vi sonreír estúpido marimo, sé que detrás de ese ceño fruncido aun puedes divertirte. Realmente creo que no es que no es que no sepas divertirte, es más bien que no quieres hacerlo.

-¿Por qué no te largas a festejar y me dejas dormir en paz?

-Porque quiero volver a ver esa gran sonrisa en tu rostro, aquella que solo lanzas cuando estas realmente feliz.

-Creo que bebiste demasiado esta noche ero-cook.

-Puede que sea eso –Sanji se acercó a Zoro, sentándose al lado de este- O puede que realmente me guste verte así.

Sanji no estaba ebrio, había estado demasiado ocupado preparando el gran festín para todos y coqueteando con las chicas del lugar como para si quiera tener el tiempo suficiente para beber hasta embriagarse, eso solo quería decir que sus palabras eran reales, lo que estaba diciendo de cierto modo le salía directo del corazón.

-¿Qué quieres de mi Sanji?

-Después de todo, ¿Aun preguntas eso? –Sanji saco todo el aire que tenía dentro de sí y arrojo su cigarrillo por la borda, se acercó a Zoro lo suficiente como para besarlo sin llegar a hacerlo- Sonríe para mí, marimo.

-¿Qué demonios te pasa? –Tenerle tan cerca le ponía un poco nervioso, quiso besarlo hasta que simplemente estallo en una sonora carcajada que, de haber estar en medio del océano todos los tripulantes del barco hubieran podido escuchar, ¿Qué era tan gracioso?

-¿Lo ves? Después de todo no es tan difícil sonreír, aunque es una sonrisa demasiado bonita como para que la muestres a otras personas tan de la nada, deberías hacerlo solo para mí.

Zoro se sintió abatido, era una batalla que no podía ganar. Sanji sabía exactamente qué era lo que quería y podía expresarlo con sus palabras, por el contrario el espadachín era torpe y solo podía expresarse mediante acciones, en ese momento no tenía ni idea de lo que quería y mucho menos de que debería hacer.

-No quería robarte las palabras de la boca marimo.

A sabiendas que nada de lo que dijera le serviría, simplemente actuó, llevado por un instinto que hasta ese momento desconocía, dejándose llevar por el momento. Tomo la cara de Sanji entre sus manos y le beso, siendo correspondido de inmediato por el rubio. Fue un beso largo, lento y lleno de amor, muy diferente de lo que Zoro estaba acostumbrado hacer. Era un sentimiento diferente ya que no sentía solo el placer de los besos si no, todo lo que estaba detrás de estos y aún más el hecho de saber que lo estaba haciendo con Sanji ¿Qué tenía de especial el cocinero de mierda?

No fue solo un beso, fueron muchos, uno detrás de otro. No existía necesidad de apresurar las cosas y por un momento Zoro disfruto de aquello como nunca, un sentimiento nuevo nacía dentro de él y solo era a causa de Sanji, le estaba volviendo loco.

-¿Vas a quedarte besándome toda la noche? –Menciono Sanji separándose de Zoro solo lo suficiente como para hablar. El marimo podía sentir el aliento de Sanji sobre él.

Zoro se levantó y le tomo de la mano, lo que en un principio le pareció un gesto infantil luego le hizo sacar otra pequeña sonrisa la cual Sanji no paso de largo, ambos se sentían dichosos. Después de todo lo que había sucedido en Skypiea aquello era la forma que ambos tenían de darse una pequeña recompensa. Ambos se dirigieron a la habitación de los chicos, no corran el riesgo de ser descubiertos ya que lo más probable era que toda la tripulación se quedaran toda la noche celebrando con las demás personas, en lo que a Zoro y Sanji respectaba el barco era todo suyo, la noche era suya.

Recostados en el pequeño sofá que estaba ubicado en la habitación de los chicos los besos que hasta hace un momento se habían dado con devoción y ternura ahora correspondían a intensos llamados por poseer al otro, Zoro quería tener el control de la situación y en ese momento a Sanji realmente no le importaba, se había comportado de una manera cursi e infantil en la cubierta y ver que eso ponía de tal forma al marimo le reconfortaba, quizás debía de hacerlo más seguido.

En esta ocasión debido a las múltiples heridas de Sanji casi todo su dorso se encontraba cubierto por un sinfín de vendas lo cual dejaba muy poco espacio al marimo para tocar, así que solo se podía centrar en aquella zona prohibida, la mejor de todas claro; Zoro no podía dejar de pensar en la entrepierna de Sanji la cual sentía palpitar sobre de él, ya había tomado una decisión.

-Siéntate en el sofá, Sanji.

Un sorprendido pero obediente Sanji siguió las órdenes de Zoro, se sentó plácidamente en el sofá en donde hasta hace poco había estado acostado, observaba como el marimo intentaba quitarle torpemente el pantalón, reprimió un par de risas hasta que el peliverde finalmente termino con su labor. Por su parte, Zoro se encontraba en cuclillas frente a Sanji, y sin ningún toque de delicadeza retiro de un solo tirón la ropa interior del rubio liberando lo que hasta hace un momento había sido una apretada erección y sin pensarlo dos veces llevo aquel erecto miembro a su boca.

Si Zoro hubiera visto la cara de asombro que Sanji hizo al verle introducir su pene dentro de su boca es probable que se hubiera detenido. El rostro del cocinero era una mezcla de sorpresa con algunos matices de impresión. Por otro lado, Zoro apenas tenía idea de que se supone debería hacer con el pene de Sanji dentro de su boca, como por instinto comenzó a mover su cabeza sintiendo como el cocinero se removió ligeramente, quizás no lo hacía bien, después de todo esa era su primera vez, le gustaba la idea de que Sanji disfrutara lo que hacía pero parecía ser un caso perdido.

Aun así el espadachín no dejo de intentarlo, no había reto que él no pudiera hacer. Cada vez movía su cabeza más rápido intentando no tocar a Sanji con sus dientes, se alegró al oír pequeños gemidos que salían de la boca del rubio y supo que estaba haciendo bien su trabajo, por lo cual no se detuvo y fue cada vez más rápido, no podía mirar a Sanji, no podía abrir sus ojos; de repente dejo salir totalmente el pene de Sanji de su boca, lo tomo con su mano derecha y mirando fijamente los ojos de Sanji con una expresión de total lascivia lamio la punta de su glande, eso fue suficiente para que Sanji terminara sobre el rostro del espadachín.

Aquella mirada, era la misma que le había dedicado en la cubierta del barco aquella vez que ambos habían estado ebrios, aquella mirada lo ponía demasiado caliente y cuando por fin salió de su mundo de ensueños para observar a un Zoro algo enfadado por tener semen que no le pertenecía en la cara reacciono.

-Lo lamento mucho Zoro, no era realmente mi intención…

Sanji no pudo terminar de disculparse ya que un furioso Zoro lo tomo por la cintura y lo atrajo hasta su rostro para besarle, Sanji estaba molesto consigo mismo ya que el hecho de estar besando al hombre que le acaba de hacer uno de los mejores orales de su vida y que aun tenia parte de su semilla en la boca le excitaba de una forma hasta ahora desconocida para él.

Debía admitirlo, aquella parte de Zoro, ese lado fuerte que lo tomaba y le obligaba a besarle le encantaba, de cierta manera a Sanji le excitaba el hecho de sentirse dominado por aquel estúpido hombre. El cocinero nunca pensó que tales cosas pudieran pasar por su cabeza y mucho menos si se trataba de Zoro, pero al demonio, eso significaba mucho más para Sanji que simplemente “perder el tiempo” y por la manera en que Zoro lo tomaba, la forma en que Zoro le miraba cuando estaba con otras chicas, porque claro que había notado sus estúpidos celos, le encantaba. ¡Todo del estúpido marimo le gustaba!

Zoro dio vuelta a Sanji y lo puso sobre aquel sofá ahora lleno de sudor, beso la parte baja de su espalda mientras sentía como el cuerpo de Sanji que hasta hace poco había estado muy tenso se relajaba, sabía que no había pasado suficiente tiempo como para intentar convencerlo de “hacer el papel de la mujer”, aun así podría simplemente rozar su miembro entre los muslos del cocinero, la idea de poder tomarlo de esa manera lo volvía loco.

Sanji sintió como Zoro le separaba lentamente las piernas y como sus manos tocaban sin ningún escrúpulo sus glúteos, se sintió nervioso al pensar en lo que pudiera pasar, en algunas ocasiones Zoro podía ser totalmente un cretino y se preguntó ¿realmente piensa hacerlo? ¿Reamente piensa penetrarme? No podía evitar sentirse nervioso y su cuerpo se tensó de nuevo, cosa que el espadachín noto de inmediato.

-Relájate un poco Sanji, no voy a hacer nada que tú no quieras.

Zoro tomo el miembro de Sanji con su mano y comenzó a masturbarlo con el objetivo de que volviera a estar relajado tal como hace un momento y cuando pensó haberlo conseguido, tomo su propio miembro y empezó a pasarlo sin ningún escrúpulo por entre los glúteos de Sanji, ¡Joder que era una sensación agradable!

Aun así, Sanji estallo en un ataque de miedo y giro rápidamente golpeando con su pierna izquierda el costado de Zoro. El espadachín se alejó un poco de Sanji con una mirada de disgusto en su rostro colocando su mano en el lugar en donde Sanji le había pateado, una vez la retiro pudo verla cubierta de sangre y entonces el cocinero se dio cuenta de que debido al golpe que le había propinado al marimo una de sus heridas se había abierto de nuevo y ahora estaba sangrando.

-Zoro, realmente lo siento, no era mi intención golpearte de esa manera.

Sanji solo podía ver la cara de disgusto en el rostro de Zoro que cada vez se alejaba más de él, entonces de un momento para otro, el marimo simplemente se desplomo. Sanji se colocó sus pantalones lo más rápido que pudo y tomo a Zoro del suelo acostándolo sobre el sofá. Se iba a levantar a traer un poco de agua pero sintió el agarre de Zoro sobre su muñeca, a pesar de haber perdido la conciencia por un momento la fuerza del marimo no disminuía.

-¿Estas bien? ¿Quieres que llame a Chopper?

-Estoy bien… Solo necesito un poco de reposo.

-Lamento haberte pateado, es solo que… eso me tomo por sorpresa –Sanji solía ser muy elocuente al momento de escoger sus palabras pero en ese momento estaba tan avergonzado que apenas era capaz de hacer que las palabras salieran de su boca.

-Está bien –Menciono el peliverde mientras tomaba asiento- No es que realmente hubiera podido hacerlo sabes… tomarte de esa manera.

Sanji no dijo nada más, se le ocurrieron muchas frases elocuentes en ese momento pero le era imposible decirlas, se sentía como un tonto al haberle hecho algo como eso cuando el otro ni siquiera pensaba hacerle tales cosas.

-Espero que esto no afecte nuestra, bueno lo que hacemos justo ahora.

-No te preocupes, después de todo solo estamos matando el tiempo.

Aquellas palabras disgustaron a Sanji, después de tanto haber pensado en ello creía que lo que pasaba con Zoro era más que sexo ocasional, no es como que fuesen a tener una relación de algún tipo pero de cierta manera deseaba cierta exclusividad. No podía estar molesto con el marimo después de haberle golpeado.

-Está bien, dejare que descanses.

Dejando a Zoro totalmente solo Sanji se fue a fumar a la cubierta, suponía que eso había sido todo. No pensaría que el espadachín pudiera seguir con aquella ridícula relación de sexo casual… si es que así se podría llamarlo después de haberle golpeado de tal manera. No había nada más que hacer que regresar con los demás miembros de la tripulación

 

Habrían pasado solo un par de días desde que los Mugiwaras lograron salir de la fortaleza del G-8 y ahora estaban en mar abierto en busca de un lugar para reparar al Merry, todo el viaje que se dio entre Arabasta y la Isla del cielo habían realmente logrado que aquel viejo barco llegara a su límite y si no encontraban pronto un lugar es probable que Merry no resistiera más. Por otro lado, los Mugiwaras también estaban exhaustos de sus aventuras pasadas, la isla del cielo había sido todo un desafío para la banda de piratas y tener que escapar de una fortaleza de la marina no había sido para nada fácil.

Por otro lado, aún quedaban un par de heridas en los tripulantes que les recordaba todas aquellas aventuras que habían vivido. Zoro aún tenía un par de vendajes que eran cambiados regularmente por Chopper para así evitar infecciones, no es que le doliera pero le molestaba tener los vendajes en su cuerpo, además le había prohibido hacer cualquier tipo de esfuerzo físico hasta que sanara totalmente. Debía ir al consultorio de Chopper antes del atardecer así que pensó en dormir un poco antes de esto, recostándose en la hamaca de la habitación de los hombres no le costó mucho quedarse dormido, hubiera sido una buena siesta de no ser que había tenido el mismo sueño que lo seguía desde que habían partido de la isla de Jaya.

El sueño era sencillo, se encontraba en un sitio que no conocía completamente solo hasta que unos ruidos le llamaban la atención solo para darse cuenta allí en la misma habitación se encontraba Sanji, completamente desnudo con una mirada de lascivia que hasta el momento el desconocía del cocinero. Sanji le indicaba que se acercara a él y una vez que Zoro estaba lo suficientemente cerca lo tomaba de la cabeza y le susurraba al odio “Quiero que me folles”.

Justo después de esto Zoro solía despertarse, cubierto totalmente por una fina de sudor frio y sin poder sacarse aquella imagen del cocinero desnudo fuera de su cabeza. Fue como si después de dejar la isla del cielo hubiera cortado totalmente la relación que existía entre ambos, si es que a eso se le podía llamar una relación. Al espadachín no le había molestado las veces que había estado con Sanji antes de eso, pero por alguna razón había dejado de buscarlo, quizás esperaba que Sanji hiciera lo mismo, quizás esperaba olvidarse de eso y ocupar su mente en otras cosas, pero le era más difícil de lo que el mismo deseaba. Si el sueño no fuera de por si lo suficientemente malo aun recordaba lo que Sanji le había dicho sobre su sonrisa en la cubierta del barco la noche del gran festín.

Zoro se levantó de la hamaca y se dirigió hacia donde estaba Chopper para el cambio del vendaje, sin tocar la puerta solo se adentró en el pequeño compartimiento del barco que hacía de enfermería solo para encontrarse con Sanji quien se encontraba sin camisa con un vendaje que cubría parte de su espalda y su hombro izquierdo. Zoro solo volteo la mirada algo incómodo por encontrar al cocinero así.

-Llegas algo temprano Zoro –Menciono Chopper alegremente- Puedes esperar hasta que termine de retirar los vendajes de Sanji.

Sanji tomo asiento en un pequeño taburete al lado del escritorio de Chopper, el pequeño reno comenzó a retirar los vendajes que cubrían casi toda la espalda de Sanji dejando al descubierto su piel, aún tenía un par de hematomas pero no era nada serio que le fuese a dejar algún tipo de cicatriz. Chopper tomo un poco de ungüento y comenzó a aplicarlo sobre la piel del cocinero y para ese momento a Zoro le resultó imposible no mirarle. Observaba cada detalle que marcaban la espalda de Sanji, veía aquella blanca piel llena de pequeñas hematomas, desearía ser él quien pudiera aplicar el ungüento allí, el sueño recurrente que no le abandono en los últimos días le regreso a la cabeza, definitivamente quería que el cocinero fuera suyo de nuevo.

Zoro lo sabía, era pésimo usando las palabras, lo único que podía hacer bien era cortar cosas y beber sake y siendo de ese modo, ¿Cómo le haría para convencer al rubio? En anteriores ocasiones había sido perspicaz pero ahora le faltaban las ideas, quizás si hiciera…

-Oye Zoro, es tu turno –Menciono Chopper sacando al espadachín de sus pensamientos.

Sanji no necesito más vendajes, sus heridas no fueron tan graves y ahora estaba realmente bien. El cocinero tomo su camisa y poniéndosela descuidadamente sin abotonarla abandono la pequeña estancia no sin antes darle las gracias al médico a bordo por sus cuidados, la expresión de Sanji era fría y no decía mayor cosa, Zoro solo pudo observar como el rubio se alejaba, no pudo hacer mayor cosa, ¿Por qué Sanji le hacía sentirse de esa manera? Zoro gruño para sus adentros mientras tomo asiento en el pequeño taburete que hasta hace como poco el rubio tenía como asiento.

Chopper fue bastante cuidadoso tratando a Zoro, sus heridas eran por mucho más graves que las de Sanji  por lo cual aún debía pasar un par de días más con vendas para que así las cicatrices pudieran sanar.

-Bueno, creo que solo necesitas un cambio de vendas más y entonces estarás listo, por ahora es recomendable que no hagas tareas muy fuertes en el barco, así como levantar el ancla. También te recomiendo que dejes el entrenamiento por un tiempo mientras tus heridas terminan de sanar, así como has estado la última semana puesto que si te esfuerzas mucho puede que los cortes se abran de nuevo y entonces tendré que tratarte como desde cero. No queremos que pase lo mismo que sucedió en la isla de cielo, sigo sin comprender como fue que tus heridas se agravaron tanto después de la noche del festival.

-Muchas gracias Chopper.

Zoro estaba irritado por el latente recuerdo de lo que sucedió en la isla del cielo, en esta oportunidad sus siguientes días serian de relajación, pero teniendo una idea tan fuerte en la cabeza como lo era Sanji y sin poder ocuparse en nada serian una tortura para él ¿Por qué simplemente no se acercaba al maldito cocinero y ya? La respuesta era fácil, no quería hacerlo, pero de cierto modo debía.

Intento evitar la confrontación, pensó que solo estaba enganchado al cocinero, que se le pasaría después de unos días pero sabía que se estaba mintiendo. No era cierto, no quería al cocinero solo para algo casual y debía dejar de evitar hablarle. Simplemente se resignó y fue al único lugar en donde el maldito ero-cook podría estar, la cocina.

Había dado en el blanco, la cocina solo contaba con la presencia de Sanji quien parecía haber estado lavando los platos. Se acercó a él rápidamente quien le miró fijamente ¿Acaso esa era una mirada de rabia? No debía detenerse sin importar de qué manera le mirara Sanji, las cosas debían quedar claras en ese preciso momento.

-Necesitamos hablar –Menciono Zoro casi que como una suplica, a Sanji no le quedo más alternativa que confrontarlo.

 

 

Notas finales:

El siguiente capitulo sera nuevamente, sobre lo que poensa Sanji de aquella situacion.

Espero no tardar tanto en hacer una nueva actualizacion.

¡Hasta pronto!


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