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Importante - YoonMin por DanisseL16

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Jimin lo tenía tomado de la mano, caminando por los pasillos de la empresa. Más de diez minutos dando vueltas sin sentido. Ya habían recorrido el primer piso y comenzaba a sospechar que el menor solo intentaba mostrar a todos en la empresa que ellos estaban en una relación. Aunque podía ser también, que se negó a ir por todo el edificio ayudándole a buscar sabrá Dios qué o a quién.


De vez en cuando podía ver el rostro de Jimin, quien pasaba la lengua entre los labios, en un gesto de nerviosismo. Y a él le hormigueaban las manos por abrazarlo... No lo haría y no se lo diría, no podía en ésas circunstancias.


El tiempo que estuvieron encerrados en su estudio, lo pasaron entre bromas por parte suya, pucheros de Jimin y mimos entre ambos. Escuchar la risa de Jimin era la más hermosa melodía y sin notarlo, mientras el menor se entretenía un momento en el celular –en alguna red social, compartiendo al menos unos minutos con las fans- se encontró a si mismo con más de tres estrofas en lo que parecía material para una nueva canción y una nueva melodía en su cabeza. Si la inspiración le llegaría así de fácil teniendo a Jimin en la misma habitación, le pediría que lo acompañara siempre. También podría darle la clave de su estudio... Con ése pensamiento, soltó una suave risita y Jimin volvió a aparecer a su lado para saber de qué se reía. Sin responder, pero con una sonrisa traviesa, se acercó al rubio para regalarle un beso en la frente, acariciar una de sus mejillas y volver a lo suyo. De soslayo pudo ver el furioso sonrojo de Jimin. Verlo así llenaba su pecho de una calidez que antes ni hubiera pensado en sentir y todo gracias a la satisfacción de ser correspondido.


Rodó los ojos cuando Jimin tuvo que detenerse a saludar con unas reverencias a algunos trainees. Algunos hasta se habían sonrojado viendo lo hermoso que era Jimin, quien nervioso por ser el centro de atención, quiso deslizar su mano fuera del agarre de la suya. No se lo permitió. Haciendo también las respectivas reverencias, entrelazó sus dedos y ahora era él quien dirigía el camino, con el menor tratando de alcanzar su velocidad. Si Jimin no llegó a notar sus celos, mejor para él y su orgullo.


Luego de alejarse lo que creyó suficiente, se detuvo abruptamente y Jimin casi tropieza con él.


—¿Qué o a quién se supone que estamos buscando?— la pregunta había salido entre dientes y en tono brusco.


Cohibido y levemente dolido, contestó: —...L-lo siento hyung, si no fuese necesario que también esté presente, no lo estaría molestando.


Otra vez trató de soltar su mano pero Yoongi no lo dejó, al contrario hizo el agarre aún más fuerte, logrando que Jimin lo viera nuevamente. Intentando controlarse, pasó la mano libre por su rostro, frustrado.


—No, Jiminnie. Perdóname, es solo que...— suspiró sin terminar de hablar, dejando sus celos infundados de lado para hablar con suavidad —Lo siento. ¿A quién buscamos?


Con un puchero reveló: —Al manager.


Yoongi frunció el ceño extrañado —¿Para qué? ¿Sucede algo malo?


Jimin rodó los ojos —¿Me vas a acompañar?— el pelinegro asintió con la cabeza —Entonces no es necesario que te diga más. — Enfadado lo arrastró con él hacia el final del pasillo, sorprendiendo un poco a su mayor.


Se sintió ofendido, otra vez Yoongi no le contaba lo que pasaba exactamente, como si no le tuviera confianza. Algo lo había enojado y él no lo trataba de arreglar, sólo lo ocultaba. Hyung egoísta


Al llegar a la última puerta, dio unos toques con los nudillos. Espero un par de segundos a que les dieran la aprobación para entrar.


Cuando ingresaron en la oficina, vieron al manager ocupado con algunos documentos. Saludaron con una reverencia y tomaron asiento frente al escritorio. No era necesario pedir permiso para sentarse o que el mayor les ofreciera asiento, llevaban bastante tiempo juntos y la confianza y estima era mutua, casi como al hermano mayor de una pequeña familia.


—Yoonie y Jiminnie, ¿Qué los trae por aquí?— Los había visto entrar tomados de la mano, soltándose casi al instante de entrar pero no lo suficiente rápido para no notarlo. Sin embargo, fingió no haberlo visto. Miró su reloj de muñeca —¿Ya acabaron la práctica de las coreografías?


Jimin rió despacio —Ni hemos empezado, hyung.


—¿Y por qué no fueron allá primero?— Cuestionó mirando a ambos menores con el ceño fruncido —¿Tan urgente es?


Nervioso, Jimin comenzó a jugar con sus dedos —Y-yo creo que es muy urgente, hyung— Tenía la mirada inquisidora de ambos mayores sobre él —V-verá... Yoongi hyung y y-yo...


Yoongi abrió los ojos estupefacto. Jimin no pensaba hacer eso, ¿verdad? Más aún sin habérselo informado. Sus manos comenzaron a sudar y restregándoselas en las rodillas del pantalón de mezclilla que vestía hoy, se reacomodó en el asiento, inquieto.


Viendo que Jiminnie dudaba tanto, prefirió hacerle las cosas fáciles. —¿Yoonie y tú están saliendo?...¿Tienen una relación?...


Asombrado y con los ojos muy abiertos, Jimin preguntó: —¿C-cómo...?


—No me preguntes cómo. Sólo les diré que hay cosas que no se pueden ocultar, no de las personas que los conocemos tan bien— Los menores se sonrojaron. Jimin agachó la mirada y Yoongi desvió el rostro, mirando uno de los estantes del lado izquierdo. El manager rió divertido de sus reacciones. —Entonces, ahora que lo tenemos bien confirmado ¿Querían algún consejo? ¿Anunciar el compromiso? ¿Nombrarme el padrino de la boda?...


El rostro de Jimin parecía que iba a explotar.


—¡Yah! Hyung.— Yoongi volteó a verlo con los ojos entrecerrados, acusándolo —No se burle.


Levantó las manos tratando de apaciguar al pelinegro —No me estoy burlando— Contestó entre risas. Yoongi lo fulminó con la mirada. —Esta bien. Sí, me estoy burlando— Confesó aún riendo.


—¡Hyung!— Gritaron los menores al unísono.


Las risas del manager fueron bajando de intensidad para luego verlos con semblante serio.


—Bien. Voy a empezar por aclarar que yo no tengo problemas con sus muestras de afecto—Hizo una breve pausa, haciendo contacto visual con Jimin y Yoongi para que vean la sinceridad en sus palabras y continuó: —Sin embargo, en cámaras, en los aeropuertos, conciertos y frente al staff, deberán comportarse como sólo amigos.


Jimin quedó desconcertado. Eso era como retroceder todos los avances que había hecho con el pelinegro.


—No me veas así, Jiminnie, no podemos poner en riesgo sus carreras por esto—Cruzó las manos sobre el escritorio, mirándolos fijamente poniendo énfasis en sus siguientes palabras —Pensé que lo entenderían.


El rubio lo sintió como un golpe bajo, pero el manager llevaba toda la razón.


Yoongi sabía que las cosas serían así, nada podía cambiar frente a las fans y ninguna información extra, mucho menos una como ésa, se podía filtrar en los medios. Por eso le había extrañado que Jimin fuera a revelarle su relación al manager. Suspiró cansado. A punto de levantarse, dar las gracias e irse, Jimin habló.


—¡No ha dicho nada del departamento o intentar ocultarlo de los miembros!— El menor se oía eufórico mientras sonreía en grande, como si acabara de hacer un gran descubrimiento.


—No, no lo dije porque ahí ustedes son libres de hacer lo que quieran— Se encogió de hombros —Y ustedes pueden discernir si contarle a los muchachos o no. Aunque estoy totalmente seguro que si no es que lo saben ya, se lo van a contar igual.— Sonrió cómplice.


Yoongi estaba sorprendido. Gratamente sorprendido, casi maravillado. Su corazón había comenzado a palpitar acelerado por la emoción y sin poder -ni querer- evitarlo, una amplia sonrisa de encías incluidas se había empezado a formar en su pálido rostro. Las ansias de besar a Jimin en agradecimiento, volvieron a él. No importaba si ahora no podían demostrar lo que eran mientras pudieran ser ellos mismos entre las personas que más querían.


—¿Eso era todo o tienen alguna duda?— Paseó la mirada por el rostro aun sonrojado de ambos menores, deteniéndose en el rubio que mordía su labio, tratando de contener la sonrisa de felicidad. —¿Jimin?


—No, hyung, eso era todo.


—Bien. Será mejor que vayan a la sala de prácticas antes de que el coreógrafo se enoje con ustedes por llegar tarde— Les sonrió a ambos.


—Muchas gracias, hyung.


—Gracias, hyung.


El agradecimiento de parte de los menores había sido casi al unísono y el mayor rió asintiendo, aceptando las gracias.


Yoongi fue el primero en salir, seguido de Jimin. Cuando el rubio cerró la puerta y cruzaron miradas, el pelinegro lo atrapó en un fuerte abrazo. —Gracias Jiminnie.


Jimin pasó los brazos por la cintura de su hyung, suspirando profundamente y negando con la cabeza. No había nada que agradecer, sabía cuáles eran sus limitaciones desde un principio pero también sabía que nada podía perder al hablarlo con el manager, que muy probablemente –como había pasado- el mayor les daría alguna alternativa.


Yoongi se separó despacio del menor para verlo a los ojos y luego tomar una de sus manos, entrelazando sus dedos, guiando la mano contraria a sus labios para dejar ahí un beso. —Vamos— Comenzó a caminar hacia la sala de prácticas.


El rubio abrió los ojos impresionado y sonrojado a partes iguales —¡H-hyung, no puede hacer e-eso!— Con la mano libre empezó a tocar su rostro, pretendiendo así bajar la calentura en sus mejillas.


—¿Hacer qué?— Cuestionó el mayor sin volverse, con una sonrisa llena de satisfacción.


—Hacer e-eso...— Susurró


Yoongi se detuvo un segundo para verlo con una sonrisa coqueta —Puedo hacerlo todo el tiempo, tú lo dijiste— Se encogió de hombros y reanudó su andar.


—¡Hyung!


El pelinegro rió de las reacciones de Jimin, le encantaban —Apresúrate o llegaremos tarde— Lo acercó un poco más a sí mismo para tenerlo al lado.


—Es malo hyung— Lo oyó murmurar con un puchero encantador.


Fingió no escucharlo y una sonrisa enternecida se formó en sus delgados labios. Amaba tanto a ése enano adorable.


 


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