A paso lento, se dirigía a la salida de la empresa.
—Oye, hyung ¿y Jimin?
Cruzaba frente a la sala de descanso, Namjoon, Jin y Hoseok se encontraban ahí dentro, siendo éste último quien había hablado acerándose a Yoongi.
—Debe estar duchándose. — Respondió encogiéndose de hombros.
—Pero no te has acobardado, ¿verdad hyung? — Sus ojos marrones se entrecerraron.
— ¿Por qué me acobardaría? — Lo miró ceñudo, deteniéndose. — Si me ayudará a revisar una de las canciones.
Hoseok abrió los ojos, incrédulo y formando un puchero, volvió el rostro hacia los que seguían ocupando el sillón y gritó:
— ¡Jin hyung! ¡Suga hyung se ha arrepentido y ya no se declarará!
El pálido ingresó rápidamente a la sala para taparle la boca a Hobi. Por su parte, Jin se levantó del sillón con dedo acusador, señalando al pelinegro.
— ¡Que no se te ocurra volver a cometer otra de tus tonterías Yoongi! — acortando un poco más la distancia, susurró con los dientes apretados — Mas te vale que no--
—Tranquilo, Jin hyung. — Nam se levantó del sillón tomando al castaño en un medio abrazo. — ¿A quién te vas a confesar Yoongi hyung? — Le cuestionó con una sonrisa coqueta en el rostro, mostrando sus hoyuelos.
— A nadie. — Respondió tajante.
Namjoon cambió su expresión, paseó la mirada por los tres presentes entrecerrando los ojos. — ¿Qué me están ocultando?
—Nada Joonie. No te preocupes — El mayor lo había tomado de la mano para llevarlo nuevamente al sillón. — Ven, siéntate y sigamos en lo que estábamos. — Nam lo había vuelto a envolver por los hombros, en un medio abrazo para brindarle caricias en el cabello castaño, mientras Jin disfrutaba los mimos.
Yoongi luego de verlos, apartó la mirada y chasqueó la lengua. Prefirió imaginarlos como monos buscándose las pulgas para que la imagen que daban en estos instantes, no se le quedara por siempre en la retina. Y es que mirarlos en un gesto por demás cariñoso, sería un recuerdo desagradable para él.
—No sé qué se traen entre manos — Nam interrumpió sus pensamientos — pero será mejor que no sea algo tan grande. Porque si es así y no me lo están diciendo, no podré apoyarlos.
—Tú sigue en lo que estas, — Le restó importancia el castaño. — que lo estás haciendo muy bien.
—Que desagradable. — Soltó Yoongi sin aguantar más, formó un mohín y se dio la vuelta. — Me voy.
Cuando cruzaba el umbral de la puerta la estruendosa risa de Hoseok se escuchó. Siguió su camino, debía volver pronto, no quería dejar esperando a Jimin por mucho tiempo.
~~
— ¡Jiminnie! — Taehyung y Jungkook, bajaban las escaleras mientras Jimin las iba subiendo luego de un bien merecido baño. — ¿Nos vamos a almorzar? Hobi hyung, está en la sala de descanso y me envió un mensaje para ir todos juntos.
—Namjoon hyung y Jin hyung también están allá— Agregó el menor.
— ¿Yoongi hyung también? — Preguntó el de pequeñas manos.
Jungkook suspiró derrotado — No, Jiminnie. Hobi hyung nos avis--
—Si Yoongi va o no, no debería importarte. ¿O es que acaso no saldrías con nosotros sólo porque ‘Yoongi hyung’ irá? — Tae se mostraba molesto y hasta había imitado la aguda voz de su mejor amigo, quien se encontraba asombrado.
— ¿Ya? — Le reclama el menor mientras toma del codo al de cabello ondeado, mirándolo con reproche. — Mira Jiminnie, — suspiró — Hobi hyung nos avisó por mensaje que ya están abajo; nos encontraremos con ellos e iremos a almorzar. Lo que me parece curioso es que no te haya invitado. ¿Has revisado tus mensajes? —Aunque incómodo por la anterior actitud de Tae, el rostro de Jungkook volvió a mostrarse sereno.
—No hay nada — Arruga el entrecejo después de comprobarlo. — ¿Tú crees que tampoco haya avisado a Yoongi hyung?
Taehyung puso los ojos en blanco — Chim chim, ¿en serio te estás preocupando por eso? — Exasperado pasa los dedos por su cabello. — ¿De verdad Jimin? — La molestia estaba visible en sus facciones — ¿Por ése tonto de Yoongi? — Al no recibir más que una mirada desconcertada por parte de su mejor amigo, en un arrebato incontrolable, lo tomó de la muñeca para bajar juntos a la sala de descanso, lo llevaría aunque tuviera que arrastrarlo.
Jimin se encontraba estupefacto. ¿Qué le ocurría a Tae? Se preparaba para forcejear pero una voz los detuvo al instante.
— ¿Qué crees que haces, Taehyung? — Yoongi subía las escaleras llegando a tomar de la muñeca a Tae para que soltara la del rubio, imprimiendo un poco de fuerza y mirándolo fijamente. —Y creo haberte dicho que “hyung” es el honorífico que debes usar luego de mi nombre. Que no se te olvide. — Sus ojos destilaban fiereza.
El aludido le sostuvo la mirada estoicamente y aunque la tensión estaba incomodando a los otros dos presentes, solo el menor se atrevió a intervenir.
—Tae, es suficiente. Seguro estás haciendo daño a Jiminnie.
Al oír ello, el de cabello gris soltó la muñeca de Jimin, quien se llevó la mano al pecho haciendo suaves masajes, todavía confundido por la situación. — P-perdón Chim chim. — La mirada apenada no se hizo esperar.
—Yoongi hyung, usted también. Ya suelte a Tae. — Jungkook parecía el mayor entre todo ése conflicto, se mantenía sereno pero hablaba con firmeza.
—No hagas una cosa así de nuevo, ¿entiendes? — Le espetó al peligris para luego soltarlo.
—Vámonos, Jiminnie. — Apoyó la mano en la espalda de su menor para guiarlo a su propia sala.
—P-pero… Yoongi hyung…
—Hyung, — Los interrumpió el pelimarrón. — ¿Hobi hyung le avisó para salir a almorzar juntos?
—No, Kookie, no me dijo nada. — Retiró la mano de la espalda de Jimin y se guardó un suspiro porque ahora entendía un poco la molestia de Taehyung. Siempre al pendiente de Jimin, el de sonrisa cuadrada lo sobreprotegía. — Pero si ésa es la preocupación, —Miró directamente a Jimin— ve a almorzar y vuelves.
—Pero hyung,— El rubio lo miró preocupado. — ¿no almorzará? — Taehyung bufó mirando a otro lado.
—Almorzaré luego, no hay problema.
—Entonces, yo almorzare después también. — La mirada firme que el de manos pequeñas le dirigió a sus amigos, no daba lugar a réplicas.
Jungkook suspiró. —Está bien. Pero no te saltes la comida, ¿sí? — Revolvió los cabellos de Jimin y éste le apartó la mano con un puchero. — Nos vemos en casa— Se despidió riendo de la actitud del rubio y llevando de los hombros a Taehyung.
—Vamos Jiminnie— El pelinegro lideró el camino, escaleras arriba. En la mano izquierda, tenía una bolsa blanca que contenía algunos bocaditos que sabía que le encantaban al rubio. Abría y cerraba la mano derecha con ansiedad. Ansiedad de tomar la mano de Jimin, ansiedad de entrelazar sus dedos, ansiedad de acariciar su mano, ansiedad de besar su muñeca lastimada…
Debía contener ésos pensamientos y los impulsos para no volverlos realidad. No quería voltear a mirar a Jimin que lo seguía de cerca, porque estaba seguro que no resistiría mucho.
Sin notarlo, habían llegado a la puerta respectiva, abrió la misma luego de digitar el código. Invitó a Jimin a tomar asiento, dejó la bolsa con los aperitivos en una de las mesas y se acercó al menor. No preocuparse por el rubio siempre fué para él una misión imposible.
— ¿Te sigue doliendo? — Se acuclilló frente a Jimin y tomó la mano levemente lastimada. — Está un poco roja— Observó, mientras le daba suaves caricias.
El rubio comenzó a sentir las orejas calientes y por instinto, trató de quitar su mano pero al hacerlo en un movimiento brusco, su muñeca volvió a doler, haciéndolo soltar un leve jadeo.
—Traeré un poco de hielo. — El mayor se levantaba para conseguir lo mencionado pero Jimin lo detuvo.
—N-no se preocupe Yoongi hyung. — Le sonrió suavemente — Estoy bien. E-es solo la piel que es escandalosa y se pone roja.
— ¿Seguro que no duele? — Insistió.
En respuesta, Jimin negó con la cabeza y formó una sonrisa un poco más amplia. En el fondo, se sentía feliz de que Yoongi se preocupara así por él.
—Bueno. — Suspiró — Entonces, te mostraré las pistas que tengo hasta el momento — Min se sentó frente a su computadora de trabajo y empezó a buscar los archivos correspondientes.
Con ésa noticia, Jimin se sintió más contento aún y mordió su labio inferior para no reír como desquiciado, pues el pelinegro no le dejaba escuchar sus pistas desde hacía un buen tiempo, solo las oía cuando Namjoon las mostraba al grupo completo y era porque ya habían sido aprobadas.
—Ven, trae la si…— Se detuvo al recordar el daño en la muñeca del menor. — Te ayudo. —Se paró de su asiento y le pidió levantarse para llevar la silla, que Jimin ocuparía, al lado de la suya.
El rubio no lo dudó y se sentó al lado de su hyung. Le parecía increíble que las cosas hayan vuelto a como eran antes... antes de no sabía exactamente qué, pero se sentía conforme.
Por el momento.