Habían ido a la playa, el hotel era bonito, de 5 estrellas, les habían conseguido una cuna para la habitación de la pareja.
Habían llegado cerca de las 5 de la mañana, por lo cual todos iban cansados.
Tenían pensado quedarse 2 semanas en esa playa y después ir a otro lugar, estarían por mitades de julio, así que podrían después ir a Kyoto por los festivales que se hacían.
Kyoto, tenía muchas cosas lindas, era una prefectura, y antigua capital, muy bonita y entretenida.
Posiblemente en segundo destino seria Kyoto.
Lo primero que hicieron al ver una cama fue tirarse a dormir directamente.
A diferencia de la pareja que primero se aseguró que su bebe estuviera cómodo y dormido en la cuna que les habían dado, después de arroparlo y dejar un besito cada uno en su frente se tiraron a dormir en la cama.
No despertaron sino pasadas las 3 de la tarde. Véase, durmieron 10 horas seguidas.
El primero en abrir los ojos fue el pequeño Yuichiro, comenzó a llorar para poder llamar la atención de sus padres, tenía hambre y lo más seguro es que necesitara un cambio de pañal.
Reita fue el que se levantó.
— ¿Qué pasa amor? —dijo aun un tanto adormilado, cargando a su hijo.
Él bebe en cuestión se calmó al ser acunado en brazos de su padre, claro que hacia adorables pucheros aun. Akira reviso su pañal, necesitaba un cambio así que fue a las maletas y saco lo necesario, en el baño del hotel había un tocador vacío, coloco una toalla encima y recostó a su hijo ahí para poder cambiarlo, el pequeño se quedó quietecito, de vez en cuando movía sus manitas queriendo agarrar el collar que su padre llevaba.
Reita le sonreía y le hacía caritas graciosas para que el pequeño riera, y vaya que lo conseguía, su hijo era muy risueño.
Termino de cambiarlo, lo cargo y tiro el pañal sucio a la basura, acaricio su espaldita con suavidad, el pequeño mantenía su cabecita apoyada en el hombro de su padre, se llevó una manita a la boca, tenía hambre.
—Tendremos que despertar a papi entonces…—dijo dejando un besito en su frente, él bebe cerro sus ojitos con una pequeña sonrisa ante ese gesto.
Reita se acercó con su hijo en brazos al otro lado de la cama donde descansaba Kouyou, se sentó y acaricio su cabeza con cariño.
—Amor... —primero le hablo suavemente. —Amor despierta…—lo movió un poco.
—Mmm…—realmente tenia sueño, no quería levantarse.
—Amor….Yuichiro tiene hambre…
Y con eso el sueño se fue, abrió los ojos y puco ver a su hermoso niño y a su amado sentados al borde de la cama, su bebe estaba chupando su propia manita.
—Ya voy…—dijo levantándose para poder sentarse, se estiro un poco primero, se subió la playera, luego Akira le paso al bebe, una vez bien acomodado el niño en sus brazos lo pego a su pecho, el pequeño no dudo ni un momento en acercarse y comer.
Reita entonces se volteó… evitaría a toda costa ver a su pareja alimentar a su hijo, si veía esa blanca y suave piel con unos cuantos lunares regados por todos lados más tiempo del que debía lo más seguro es que perdería el control…
— ¿Qué pasa amor? —dijo el castaño al ver a su pareja darle la espalda.
—No es nada…—dijo soltando un suspiro para clamarse, no mentía cuando le dijo a Kouyou que con su sola presencia lo ponía caliente y ya llevaba bastante tiempo en abstinencia…
—Anda…dime que pasa…
—A ver, vamos a poner las cosas claras, tu, semidesnudo en una cama… ¿no te viene una idea a la cabeza? —dijo aun sin mirarlo.
Kouyou medito por un momento para después reír al mismo tiempo que sus mejillas se coloreaban de rosa, recordó entonces aquellas palabras que Reita le dijo una vez cuando estaba aún embarazado de Yuichiro.
—Bien, no veas hasta que termine entonces…—dijo sonriendo.
—Tratare—dijo el rubio igualmente sonriendo solo que Kouyou no pudo verlo.
~
— ¿Amor? —Aoi recién despertaba y Kai no se encontraba a su lado como de costumbre. Se levantó de la cama, el cuarto era grande, busco en la cocina, no estaba ahí, entonces fue al armario, que consistía en un cuarto mediano donde cabía más ropa de la que llevaban, tal vez estaría buscando ropa para cambiarse, pero no, tampoco estaba ahí, entonces se giró hasta su última opción. El baño.
Camino para allá, cuando estuvo a punto de girar el pomo de la puerta este se giró, la puerta se abrió, dejando a un pálido Kai tras de ella.
—Amor…—Aoi se apresuró a abrazarlo, el batero no pudo reaccionar a tiempo por lo que ya se encontraba en los brazos de su pareja.
—Yuu…—se escondió en su pecho, tenía unas tremendas ganas de llorar, se había levantado a vomitar y ahora se encontraba terriblemente sensible, los abrazos de Aoi lo envolvieron de una manera tan protectora que se soltó a llorar.
El pelinegro se asunto, Kai no era mucho de llorar a menos que fuese algo muy emotivo lo que pasaba, lo llevo con él a la cama de nuevo, se recostaron, el castaño se aferró a la playera de Aoi, el cual lo mantenía fuertemente abrazado mientras acariciaba su espalda, no dijo o pregunto nada, dejo que el menor se desahogara, no le gustaba verlo mal así que dejaría que lo sacara todo, después de que se calmara preguntaría.
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Ruki permanecía sentado en la cama rodeado de un montón de papeles, había despertado hace poco, lo primero que hizo fue agarrar su bolsa y sacar todo lo que llevaba, secretamente se había llevado el trabajo, tenía que terminar esos diseños para llamar a su personal y que comenzaran con la compra de las telas, sería un problema ya que él no se encontraba ahí, no era mucho de dejar su trabajo en manos de otras personas, prefería hacerlo todo el, así se ahorraba el trabajo de tener que explicar sus ideas a otras personas.
Continuo haciendo bocetos en su cuadernillo, también había unas cuantas letras de canciones, nada concreto, solo ideas, pero era muy ideas buenas.
Tomo su teléfono y llamo a la cuidadora que contrataba siempre que tenía que salir, tenía que asegurarse de que su pequeño cachorro estuviera bien siempre.
…
..
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— ¿ya me vas a decir que pasa? —pregunto Aoi estando sentado en una toalla alado de Kai en la arena, bajo una sombrilla bastante grande que los protegía de los rayos del sol.
—Ya te dije que no fue nada…a veces uno como líder debe de mostrarse siempre fuerte para los demás…todos tenemos un límite, yo llegue al mío…
Aoi lo miro, Kai se negaba a mirarlo, sabía que le estaba mintiendo aunque sus palabras fuera verdad, sabía que todos tenían un límite, pero también sabía que esa no era la razón por la que Kai de la anda había comenzado a llorar.
—Si me vas a mentir tan descaradamente—dijo tomando el rostro del castaño con ambas manos para que lo viera—al menos mírame a la cara…
El batero lo miro…no pudo aguantar mucho, sus ojos se llenaron por si solos de lágrimas, no entendía porque estaba tan sensible…
Desde hace 2 semanas habían empezado los mareos, recientemente las náuseas y la sensibilidad…
¿Qué estaba pasando?
Aoi no soporto ver esos ojitos tristes así que lo abrazo de inmediato, lo cual solo sirvió para desatar el llanto del batero.
Ruki estaba en un camastro, cubierto por una gran sombrilla que impedía que el sol lo tocase, traía en brazos al precioso Yuichiro, el cual permanecía dormido con un chupón en la boca, acariciaba su carita con mucha suavidad realmente era una criaturita muy frágil y suave.
Dejo un besito en su frente y aun con el menor en brazos continuo haciendo lo que hacía, había una mesita alado de el donde estaban las bebidas que todos habían pedido, pero la usaba para estar terminando sus bocetos también.
Reita estaba nadando, Ruki era una buena niñera, segura, confiable y gratis, además también estaba Kai y Aoi.
Pronto el castaño regreso de la habitación del hotel, la herida de la cesaría apenas iba curando, llevaba apenas un mes, el doctor dijo que con el cuidado adecuado en 2 meses o a más tardar en 3 estaría completamente curada y cicatrizada…
Aun le dolía un poco, y no podía entrar al agua, cuando se bañaba era una odisea porque tenía que limpiar la herida con mucho cuidado y siempre tenía que estar seca y vendada, acaba de regresar de cambiarse los vendajes, a pesar de que fue una operación delicada, ya no le dolía casi nada.
La primera semana sí que le había dolido, no podía moverse solo de la cama…
Pero a partir de la segundo ya era un dolor tolerable, en la tercera ya casi no dolía y para la cuarta ya no sentía dolor alguno, solo que tenía que cuidarla muy bien para que no se abriera y mantenerla siempre limpia, seca y vendada.
Ahora pensaba que lo de la playa había sido muy mala idea…
Llego de nuevo a donde los demás, cargo a su hijo con mucho cuidado y se sentó con Ruki, el cual estaba concentrado en algo que la verdad no alcanzo a ver bien cuando su vista se enfocó en su pareja.
Venia saliendo del agua y simplemente sintió que la saliva caería de su boca en cualquier momento.
Ver como el agua escurría desde su cabello, pasaba por su rostro, descendía por su cuello hasta sus clavículas, de ahí todo su pecho, su tonificado…abdomen hasta perderse en el traje de baño.
Dios…como envidiaba al agua en ese momento.
Tal vez…no había sido mala idea lo de la playa…si podía ver a Akira así todos los días entonces no sería tan malo.
Reita llego junto con ellos y le sonrió a su amor, Ruki aun concentrado en lo que sea que estaba haciendo le aventó una toalla a Akira en la cara.
—Gracias Ruu…
—Si mojas algo de aquí cerca te matare, así que sécate rápido…
—Sí, si…—dijo riendo levemente mientras se secaba.
— ¿Qué tiene Kai? —dijo al ver al batero escondido en el pecho de su pareja, Aoi lo miro y negó con la cabeza, Akira entendió entonces que no era el momento de estar preguntando nada.
Uruha miro entonces al batero al igual que Ruki, ambos entendieron la mirada del pelinegro y decidieron mejor guardar silencio.
El batero continuaba llorando, solo las lágrimas caían, más no sollozaba, se mantenía oculto en el pecho de su amor el cual decidió acostarse en la toalla con el menor apoyado en su pecho.
Ruki guardo los papeles en su bolsa de mano y tomo su coctel, se recostó levemente en el camastro y bebió tranquilo.
Uruha sonrió y se quedó cuidando el sueño de su bebe, Reita beso la cabeza de su hijo y la frente de su amado y fue a la barra a pedir algo de tomar.
Cuando Kai se calmo dijo que tenía hambre, Aoi fue con él a donde Reita estaba para pedir algo de comida, dejando a Ruki y Uruha solos con Yuichiro.
—A mí no me engañas, yo no soy tan despistado como los demás y sé que estás trabajando…
Ruki se tensó.
— ¿en qué quedamos Ruu?
—lo siento…es que tengo tantas ideas…y además…bueno, no tengo otra cosa que hacer… Yuichiro capta toda tu atención que ya no puedo hablar contigo, además de que Reita no te suelta, Kai anda raro desde hace un buen tiempo y Aoi por estar al pendiente no me hace caso, además de que casi nunca he hablado con el…—suspiro—lo unció que me queda es trabajar…
—Oh Ruu…—miro a su amigo y se acero para abrazarlo, tras los lentes obscuros de Ruki se encontraban sus ojos llenos de lágrimas, solo que aún no las derramaba y no las dejaría…
No le gustaba mostrarse débil ante los demás, mucho menos frente a sus amigos.
—no tengo idea de porqué del comportamiento de yuta, pero si, reconozco que desde que nació mi hijo no he tenido ojos para otra cosa…—dijo acariciando el cabello del menor, mantenía a Yuichiro contra su pecho, cargándolo solo con un brazo. — ¿te parece si mañana vamos de compras tu y yo? Dejare a Aki cuidando a Yui…
— ¿Y que pasara cuando tenga hambre? Aun no toma formula…
—Mmm…pues…—se quedó pensando un momento—la única solución es que Yui venga con nosotros pero el chiste es que vayamos solos los dos, para compensar mi descuido—sonrió.
—No me molesta que venga…—sonrió.
—Bien, entonces mañana saldremos los tres—dijo feliz.
Los otros 3 regresaron con comida y bebida para todos, la comida de ese día se llevó acabo en la playa, que decir, fue muy grato estar ahí…
Llego la noche, cada quien se fue para su respectiva habitación.
Ruki se durmió luego de llamar a la cuidadora de Koron y le diera un reporte del día.
Uruha y Reita se quedaron un poco más despiertos, su pequeño Yuichiro estaba muy activo y eso era tremendamente adorable.
Cuando el pequeño comió fue cuando por fin cedió al sueño.
Para Aoi y Kai las cosas fueron diferentes…
— ¿Ya me vas a decir que pasa? —dijo Aoi estando detrás de Kai, ambos acostados ya, estaban durmiendo “de cucharita”, Aoi mantenía abrazado a Kai por la cintura mientras que el batero acariciaba sus brazos con suavidad, la respiración de Aoi podía sentirla en su cabeza y nuca, provocándole escalofríos.
—Ya te lo dije…
—Ambos sabemos que era mentira Yuta… ¿Por qué no quieres decirme que pasa? ¿Ya no confías en mí?
El castaño entonces se giró para verlo a la cara.
—No digas eso Yuu, tu eres la persona en la que más confió en este mundo…—dijo acariciando su rostro.
— ¿Entonces? —pregunto el pelinegro acariciando la mano del batero que aún estaba en su rostro.
—Es solo…yo…no puedo decirte que tengo porque ni siquiera yo lo se…simplemente yo—sus ojos se tornaron brillosos, las lágrimas ya estaban presentes—no sé qué me pasa… he estado muy sensible y no entiendo porque, simplemente, por cualquier cosa empiezo a llorar y no lo entiendo…—dijo en medio de sollozos al mismo tiempo que se acurrucaba en el pecho de su amado.
Aoi lo abrazo protectoramente al mismo tiempo que suspiraba, beso su cabeza un par de veces, esos cambios tan repentinos de humor lo dejaban intranquilo…
— ¿Y de los vómitos? En lo que fue del día fuiste varias veces al baño, sé que fue para vomitar yuta, te seguí.
—Tampoco lo se…últimamente me está dando asco todo…—dijo con un nudo en la garganta.
—Mañana mismo vamos al doctor Yuta…no me gustaría que colapsaras…
—Pero—Aoi lo callo con un beso.
—Nada de peros mi amor, estoy preocupado…te esfuerzas mucho por nosotros, esto puede ser por todo ese sobre esfuerzo que haces…
—Pero—Aoi lo callo de nuevo con un beso.
—Mi amor…muchas veces te duermes hasta las 3 de la mañana cuando tenemos que levantarnos a las 5 par air a trabajar, no te da tiempo de desayunar, sobrevives a base de café, apenas si comes algo cuando estamos en la compañía y llegas tan cansado que muchas veces no cenas…no me rezongues que te tenemos que llevar a revisar ¿estamos?
El castaño simplemente asintió con los ojos llorosos, dios…como amaba a ese hombre, se escondió en su pecho y decidió dormir…
Aoi también cerró los ojos, apegando más el cuerpo del castaño al suyo, tratando de manera inconsciente de protegerlo…
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Reita amaneció solo… la nota en la cama decía que iría de compras con Ruki, pero no dijo nada de que se llevaría a Yuichiro con él, Kai y Aoi tampoco estaban por lo cual estaba solo…
No tenía nada que hacer así que se vistió y fue a pasear por el hotel, algo entretenido se encontraría…
O eso esperaba al menos, sería muy aburrido estar sin hacer nada.
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Aoi estaba nervioso, no iba a negarlo, ver a Kai tan serio pero a la vez tan decaído mientras el doctor introducía esa aguja en su brazo para poder sacar sangre para los análisis.
Lo habían pesado, medido, revisado su pulso y presión, también checaron sus odios con un aparatito extraño, la reacción de sus pupilas a la luz y su boca por si tenía caries, pero de todo eso estaba bien, menos del peso, estaba bajo y por mucho para lo que venía midiendo…
Tendrían que esperar solo un par de horas para que les dieran los resultados, habían pagado para que fueran ese mismo día cuando se los entregaran.
Fueron a la sala de espera del hospital, se sentaron uno alado del otro, Kai se apoyó en el hombro de Aoi y cerró los ojos, era algo temprano así que tenía sueño…
Solo quedaba esperar.
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La gente no dejaba de elogiar al hermoso bebe que el castaño tenía por hijo, a cada tienda de ropa que entraban las dependientas pellizcaban suavemente las regordetas mejillas del infante el cual es regalaba sonrisas preciosas a todos, a pesar de su corta edad, era muy risueño.
Ni siquiera Ruki podía contra el encanto de ese bebe.
La mayoría del recorrido el pequeño iba dormido, así que no era mucho problema cuando ambos hablaban o caminaban por la calle.
Fueron de tienda en tienda, comprando lo que les parecía más “decente” o “a la moda”. Pues sí, en el ámbito de las compras ambos eran un par de divas caprichosas.
Uruha llevaba a su hijo en una cangurera en su pecho, así que no hubo problema en cargar las bolsas, que por cierto eran bastantes.
Al final de su recorrido de compras fueron a un café a relajarse y seguir con su plática.
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Reita había encontrado un gimnasio en el hotel y no pudo estar más feliz, literalmente corrió de regreso a su recamara para llevar ropa cómoda y regresar al gimnasio.
De ahí no lo sacarían en un buen rato, de eso no había duda.
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— ¿Tanabe Yutaka? —dijo al enfermera mirando la lista.
Aoi y Kai se levantaron de inmediato, Aoi ansioso y Kai asustado, no sabía que pasaría de ahí en adelante…
Los metieron a la habitación donde previamente le habían hecho los análisis al castaño, se sentaron en las sillas frente al doctor el cual aún tenía los análisis del castaño.
—Aquí tienen…—dijo sonriéndoles. El doctor se veía clamado, y puede que incluso emocionado, eso descartaba por completo alguna mala noticia…
Kai saco los papeles del sobre y comenzó a leerlos rápidamente, quiera quitarse de una vez por todas y definitivamente esa maldita incertidumbre de saber qué demonios era lo que tenía.
Sus ojos se movían rápidamente por las letras de los análisis, Aoi se apegó un poco más a él para poder leer también que era lo que pasaba.
Los ojos de ambos se abrieron de par en par al leer el veredicto final.
—Felicidades—dijo el doctor bastante contento…
2 semanas con 4 días de embarazo…
¿Qué?
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Ruki y Uruha regresaron al hotel como por eso de las 2 de la tarde.
Ruki se fue a su recamara, tendría que acomodar en una maleta extra las cosas que había comprado, por suerte siempre llevaba una bolsa de mano grane donde cabía perfectamente todo si lo doblaba bien.
Uruha entro a su recamara, dejo las bolsas alado de la cama, saco a Yuichiro de la cangurera y lo dejo acostadito en su cuna, él bebe venia despierto así que comenzó a mover sus manitas y piernitas mientras miraba a su alrededor, Uruha le dio uno de sus chupetes y con eso se estuvo quietecito, coloco la caja de música, que decir, no pasaron ni dos minutos cuando el pequeño ya se encontraba durmiendo.
— ¿Akira? —había caído en cuenta que su pareja no se encontraba…
Reviso por todo el cuarto pero no lo encontró…
Estuvo a punto de salir pero la puerta se abrió.
Akira venia sudando, la ropa se le pegaba al cuerpo de una manera tan sexy…
—Oh amor—le sonrió, y eso fue lo que termino de matar a Kouyou ¿Cuánto tiempo llevaban sin intimar? No sabía…pero la abstinencia no había sido solo para Akira. Lo miraba tan sexy en ese momento…— ¿Qué tal te fue de compras con Ruu? —pregunto cerrando la puerta, fue a ver a su pequeño.
Kouyou aún estaba ahí parado como idita mirando a su pareja, se le había secado la garganta por verlo.
—ah… b-bien…
— ¿Si? ¿Qué compraste? —dijo quitándose la playera de encima, el castaño paso saliva, no sabía si el rubio lo estaba provocando a propósito o ya eran imaginaciones suyas.
—ropa…para Yuichiro y para mi…
—Mmm. Bien…—dijo poniendo la ropa sucia en el cesto que después iría a la lavandería—me duchare ¿bien? Encontré un gimnasio en el hotel así que—rio un poco—no tardo—dijo yendo al baño para ducharse.
Kouyou solo vio la puerta cerrarse ¿Por qué mierda su novio tenía que ser tan perfecto?
Se fue a sentar a la cama, de este modo noto el problema que le había dejado entre las piernas, se sonrojo de golpe ¿Cómo es que Akira le ponía tanto? Maldijo por estar tan caliente por culpa de la abstinencia.
Miro la puerta del baño, Akira solía tardarse bastante al momento de bañarse, miro a la cuna entonces, Yuichiro se acababa de dormir, además de que la caja de música seguía sonando, no se despertaría…
No podía hacer un esfuerzo tan grande como el sexo, la herida podría abrirse.
Pero nadie dijo nada sobre la masturbación ¿verdad?
Se recostó en la cama, no estaba muy seguro de hacer lo que quería hacer, pero la entrepierna le punzaba y si no lo aliviaba después dolería.
Además, aun no pasaba por completo la cuarentena a la que se le ponía después del parto, 40 días sin sexo además de los 9 meses que ya había esperado…
¡Joder, él no era de piedra!
Tenía necesidades al igual que Reita, pero aún no podían hacerlo…
Tan concentrado estaba en sus pensamientos estaba que no supo en que momento termino con la cara contra el colchón, una mano acariciando su miembro con rapidez mientras 3 de sus dedos se movían en su interior, estaba tan caliente que se dilato con una rapidez increíble, los gemidos salían suavemente de su boca, tampoco quería hacer mucho ruido, su hijo estaba dormido y Reita en el baño, no quería ser un escandaloso, Reita no descubriría y seria horriblemente vergonzoso, y su sí hijo se despertaba no podría seguir…
—A-Ah…A-Akira… A-Aki~—gemía el nombre de su amado mientras 3 de sus dedos bailaban en su interior, la mano en su miembro no se detenía, era demasiado placer, tenía que seguir, quería correrse.
Lo que Kouyou no sabía es que, Akira al estar en un baño de tina, no había ruido de regadera que lo distrajera, por lo cual podía escuchar perfectamente los gemidos, aún muy de lejos, que su pareja daba, a su mente llego inmediatamente la imagen el castaño masturbándose y eso solo sirvió para tener un problema entre las piernas…
No dudo n un segundo y empezó a tocarse con los suaves gemidos de su pareja de fondo…
Esa ducha sí que sería larga.
~
El taxi venia en un profundo silencio, aun no se podían creer lo que habían escuchado en el medico.
Kai venia agarrando los papeles con fuerza, Aoi estaba a su lado.
La mano del pelinegro se posó sobre la del menor, el cual lo miro, Aoi le sonrió de medio lado, ah…esa sonrisa…esa sonrisa de medio lado que fue uno de los factores que sirvieron para conquistarlo aquella tarde en un ensayo…
—Tranquilo…Estaré contigo…siempre—dijo apretando su mano en un gesto cariñoso.
Kai sonrió con ojos llorosos y se acercó para poder besarlo, fue solo un pequeño “piquito” pero hubo tanto amor en ese que no era necesario un beso más apasionado, Aoi lo abrazo con posesión.
—Yuu…—hablo suavemente.
— ¿Qué pasa? —dijo besando su cabeza.
—Seremos papas…—dijo feliz, lo cual hizo feliz al pelinegro también.
—Lo se yuta…—beso su cabeza al mismo tiempo que lo abrazaba. —Y es maravilloso…
~
El castaño se encontraba jadeando en la cama, se había corrido recién, todo su rostro estaba sonrojado, ambas manos tenían fluidos gracias al reciente orgasmo que acababa de tener…
Akira estaba igual, solo que con la pequeña diferencia de que él pudo lavarlo gracias al agua a su alrededor…
Uruha no perdió tiempo, se sentó en la cama con cuidado, tomo varios pañuelos de la cajita que estaba en la mesita de noche alado de la cama y se limpió lo mejor que pudo, se acomodó la ropa y tiro los pañuelos usados a la basura, aún tenía el corazón acelerado y un sonrojo en sus mejillas, se fue a lavar las manos a la pequeña cocina que tenía el cuarto, suspiro, no estaba satisfecho todavía…
Reita salió de bañarse poco después, encontrándose a Kouyou acostado en la cama con Yuichiro dormido en su pecho, acariciaba la cabecita de su bebe con suavidad mientras revisaba algo en su celular.
Fue directo al armario para vestirse, tan solo unos pantalones holgados de un pans y una playera blanca de tirantes, luego se acercó al castaño.
Uruha sintió como su hijo era apartado de su pecho, vio a Reita darle un besito y dejarlo recostado en la cuna. Luego vio como Reita subía a la cama y se acostaba encima de él.
Los labios de Reita se juntaron con los suyos, fundiéndose en un beso de lo más pasional, tanto que pudo robarle todo el aire de los pulmones.
—A-Aki…—gimió suavemente al separar sus bocas.
El rubio no dijo nada, sus besos continuaron bajando por su cuello y clavículas, sus manos se colaron dentro de su playera, teniendo cuidado de no tocar los vendajes.
—A-Akira no…n-no podemos…—dijo con voz débil, la excitación le estaba ganando de nuevo.
—Lo se…pero es difícil para mí, que llevo casi ya 10 meses de abstinencia, es cucharte masturbarte gimiendo mi nombre…
El rostro del castaño se tornó de todas las tonalidades de rojo que pudieran existir. ¡Mierda! Lo había escuchado…
—A pesar de que yo hice lo mismo en el baño sigo duro y es por tu culpa…—dicho esto tomo la mano del castaño y la llevo a dentro de su pantalón holgado, el castaño sintió de inmediato el miembro duro de su pareja, no mentía cuando dije que solo se había puesto un pantalón holgado y una playera…
—P-Pero Aki…—los labios de su pareja lo callaron.
—No puedes hacer esfuerzos, por lo tanto el sexo no se puede, pero lo que tengo en mente no requiere ninguna clase de esfuerzo por tu parte…
El rubio se encargó de quitarle los pantalones a su pareja junto con la ropa interior, los lanzo por ahí, se acomodó mejor entre sus piernas, su querido pato ya estaba duro otra vez, sonrió, se bajó los pantalones dejando al descubierto su duro miembro.
Se apegó más a su amor, tomo ambos miembros con una mano y comenzó a masajearlos suavemente, el gemido que ambos dieron tuvo que ser en voz baja, su pequeño angelito estaba durmiendo.
Uruha se aferró con una mano a su rubia cabellera, su otra mano fue al brazo donde Reita apoyaba su peso para sujetarse de ahí, abrazo sus piernas a la cadera del mayor.
Los gemidos de ambos hombres se escuchaban bajos, pero en ambos iba el nombre de su pareja y palabras de amor…
Cuando se sintieron al borde ambos se besaron para callarse mientras se corrían…
Puede que no pudieran tener sexo, pero lo que acababan de hacer ayudaría mucho.
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Kai estaba descansando en ese momento, Aoi se mantenía sentado en la cama, mirándolo dormir, acariciaba con suavidad su rostro, aun no podía creérselo…
Sus caricias bajaron al vientre del menor, aún estaba plano, apenas iban dos semanas, nunca lo hubiera notado…
Pero él sabía que ahí estaban descansando su futuro bebe…
Se inclinó un poco y beso la frente del castaño, después se levantó y fue al refrigerador que había en la habitación, saco una botella de agua, la emoción le había secado la garganta.
Después de tomar un par de tragos regreso a donde el menor estaba, se acostó a su lado y lo observo dormir.
~
Parecía que este tipo de noticias llegaban en el momento que menos se lo esperaban.
Los 5 estaban cenando en el restaurante del hotel, habían notado al baterista algo raro desde la mañana así que se animaron a preguntar ya que Aoi en otro momento les había dicho que no era buena idea hacerlo.
—Yuta…—hablo el pequeño vocalista. — ¿te encuentras bien?
El baterista en cuestión levanto la mirada de su plato de comida, se había centrado en solo comer para poder llenar de nutrientes al pequeño que crecía dentro de él.
—Si…mejor que nunca—sonrió de esa forma tan encantadora como solo él podía.
Los chicos lo miraban más tranquilo que la última vez así que pudieron calmarse al verlo como siempre.
—De hecho…queríamos decirles algo…—dijo el pelinegro sacando los papeles del doctor de su bolsa.
—Oh… ¿Qué será? —preguntó el vocalista.
Uruha reconoció de inmediato los papeles, sonrió.
Reita miro a su pareja teniendo a su hijo en brazos, miro entonces al pelinegro.
— ¿Entonces…?
Aoi entrego los papeles a sus amigos, los cuales se apresuraron a leer.
Los ojos de los 3 se abrieron a cada momento que avanzaban a su lectura.
Ruki sintió un mareo Reita sonrió y Uruha también, realmente no se esperaban aquello.
—Felicidades entonces—dijo el rubio a lo cual la pareja sonrió.
—Esto… ¿Qué ya se les va a hacer costumbre darme este tipo de noticias?
Dijo el vocal haciendo que todos se rieran.
—Van a ser padres…eso no me lo esperaba para nada, primero este par y ahora ustedes…
—Si Ruu—dijo el baterista colocando una mano en su plano vientre—Seremos padres…
Fin del capítulo 3.