Solo me miraba sonriente, sin decir nada se abalanzó contra mi besándome con desesperación, no podía hacer nada además tampoco me molestaba y lo que es mas no quería que se detuviera, fantasía o realidad lo único que hice fue cerrar mis ojos y corresponder a esos demandantes labios que pedían mi atención.
No sé cómo explicarlo pero eran simplemente dulces y su sabor no me resultaba nuevo no podía estar seguro además de solo sentirlo no podía verlo nítidamente, pero era él, sus labios, su forma de besar, hasta su cuerpo a pesar de no haberlo visto en diez años para mí era inconfundible pues había quedado grabado a fuego en mi memoria.
-''Al fin te encontré''
Susurro en mi oído esa voz me estremeció, no importaba lo sensual o atrevida que fuera, yo lo sabía el siempre sería mi dulce y tímido chico inocente; después de susurrar me tumbó en la cama posándose encima de mí y lo único que pude ver con claridad fueron sus hermosos ojos verdes, no había más dudas era el pero, ¿cómo? Una extraña sensación en uno de mis hombros hizo que dejara de pensar en ello por un momento, fue algo extraño como una delgada aguja clavándose en mi piel, Aunque eso ahora no me importaba demasiado no tanto como el hecho de que podía tenerlo de nuevo entre mis brazos. Comenzó a besarme, de nuevo metió sus manos dentro de mi camisa, sus manos, sus besos hasta su respiración después de todo este tiempo se sienten tan bien no pude resistir más o seguir fingiendo de manera nada convincente que lo hacía.
Abrasé su espalda comenzando a desvestirlo, sueño o realidad esta era una oportunidad única, quizás en verdad había perdido ya la razón y muy probablemente así era, pero ¿qué importaba si podía hacerlo mío de nuevo, si otra vez podía verlo?
Lógicamente su cuerpo había cambiado, mi pequeño había crecido pero aún era totalmente hermoso, sin poder verlo del todo podía sentir con mis propias manos cada línea, cada detalle de su bien proporcionada figura. Ahora el estaba casi desnudo al igual que yo, cambie la posiciones quedando yo arriba esta vez y metí mi mano dentro de su ropa interior que era ye todo lo que lo cubría, el acaricio mi espalda para después enredar sus dedos en mi cabello halándolo un poco cuando introduje el primer dedo, era tan estrecho, se sentía como de nuevo me estuviera entregando su cuerpo por primera vez.
-Te amo.
Le dije eso cuando ya tenía tres de mis dedos dentro, el solo se abrazo a mi cuello y mientras acariciaba la parte más sensible de mi cuerpo por encima de la ropa con una mano, con la otra lentamente bajaba mis pantalones.
-senpai, por favor ahora, quiero sentir tu cuerpo tu alma, todo una vez más, hazme tuyo y se mío de nuevo.
Sonreí, lo sabía; era el mismo chico inocente del que me enamore, sentí como su voz temblaba y su rostro se pintaba de un sutil carmín que siempre me pareció tan cautivador, sin decir nada despacio, tratando de no lastimarlo entre en él y comencé a moverme lentamente, era simplemente indescriptible su calor y su pasión me enloquecían, así que no tarde mucho en excitarme y comencé a moverme más y más rápido, aunque siempre tratando de no lastimarlo, era lo último que quería. Llevé mis manos hasta sus piernas recorriendo cada centímetro de ellas, subiéndolas a mis hombros para profundizar el encuentro, sus voz cada uno de sus jadeos era como música que resonaba en toda la habitación, empezó a jugar con sus rosados y bellos botones mientras el recorría mi espalda bajando sus manos cada vez más con cada caricia.
No podía más estaba a punto de llegar al clímax y quería terminar con él, así que comencé a masturbarlo con una mano mientras que con la otra seguía jugando con uno de sus lindos botones, de nuevo lo bese apasionadamente invitando a su lengua a jugar con la mía, las embestidas aumentaron de velocidad y fuerza y un intenso choque eléctrico corrió por mi espalda haciendo que me viniera dentro de él, la única persona que había amado.
Llene su interior por completo lo que provocó que mi amado se viniera entre nuestros vientres; salí de él cuidadosamente y frente a su sonrojado rostro lamí los restos de su delicioso líquido que había en su estómago. Me recosté a su lado y lo abrase fuertemente uniéndolo más a mi cuerpo para que otra vez durmiera entre mis brazos.
Casi me quedaba dormido cuando se separó y se sentó en mis piernas y abrazándose de mi cuello me susurró:
-Sabía que eras tú, te seguí por varios días pero -lamió mis labios para después morderlos hasta hacer que sangrarán un poco - tu sabor, tu aroma, tus ojos…tus hermosos ojos son inconfundibles -lamió la sangre que goteaba de mi labio inferior, olfateaba mi cuello y después empezó a besarlo con fuerza y bajo hasta mi pecho recorriéndolo con sus labios -estoy cansado -fue lo único qué dijo antes de quedarse dormido sobre mi pecho, abrazado a mí, solo lo mire y sonreí totalmente satisfecho, él: mi primer amor y secreta obsesión (hasta par mi), estaba descansando tranquilo entre mis brazos de nuevo a mi lado, lo abrase y caí en un sueño profundo.
Al despertar abrí mis ojos con la profunda esperanza de que lo ocurrido en la noche anterior no había sido un sueño y él estaría ahí despertando a mi lado pero sin embargo con tristeza vi como en la cama solo me encontraba yo, traté de buscarlo en el departamento; el baño, la sala pero no había nadie, regrese a la habitación vacía y observe el lado de la cama donde se supone el había dormido y este aún preservaba su aroma, en el cuarto todavía seguía su aunque algo imperceptible su esencia pero entonces ¿en dónde estaba el?, ¿por qué me dejaría de nuevo?