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-Comida para vampiro- *los cachorros saben mejor* por serenituegt

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Capitulo: 10 Pago…

Yugi corría y corría.... pero no lograba encontrar a nadie en el bosque. Se sentía desesperado y a la vez feliz, pues pronto estaría con su amado Joey...

-“¡JOEY!”... –grito el violeta, pero lo único que se escuchaba era su propio eco-

Sus pies descalzos, rompían las ramas secar del bosque, su aliento se podía observar, pues lentamente una ventisca se desataba...

-“¡JOEY!”... –volvía a gritar sin éxito-

 

Kaiba y Yami seguían en el palacio... Yami estaba tendido en el suelo, mientras el hiel apuntaba su cetro, contra el susodicho...

-¡Que fue eso! –dijo burdamente el castaño- Jamás te había puesto de esta manera, primo...

El castaño se colocó al nivel del carmesí... tomo su rostro entre sus manos y planto un beso. Que mostro el pasado del escarlata...

-Así que te has enamorado... –se burló el oji-azul- “¿Pero si tú solo quieres follar cosas lindas?” ¡No es así!... –Kaiba pateo al inerte vampiro y camino –Eso es por mi hermano... –exclamo mientras lo miraba- Ahora levántate, sino le perderemos el rastro...

Kaiba sin duda, podía ser despiadado... Usar ha Yugi como carnada, era cosa de un genio maligno...

Pero Yami recordó “el por qué hacía eso”... El no permitiría que su hermano gemelo se posicionara de un lugar que no le correspondía...

 

Cuando los dos Nosferatu, alcanzaron al pequeño, Yami no le dio importancia a su condición; tenía que ser fuerte y dejar, que el plan de Kaiba marchase... “Ya después lo mimaría”

Así que desde un árbol, observaban todo a su alrededor. Buscaban una pista un movimiento o algún sonido. Pero al parecer los licántropos, sabían que eso era una cutre trampa. Pues el lobo de pelo azul, les advirtió, que tuvieran cuidado con los dos cachorros perdidos...

Ya que al parecer, ellos dos habían traicionado a su manada. Dejándole un gran dolor en el pecho, al anciano de mirada híspida.

-Parece que tu plan, no ha funcionado –dijo con arrogancia el carmesí-

-Mis planes, nunca fallan... Esos malditos lobos están hay... Solo es cuestión de esperar...

 

La noche cayó y Yugi ya no podía seguir caminando, sentía que los dedos de los pies, se le iban a caer, de un momento a otro...

Cansado y con hambre, el pequeño violeta decidió descansar en un árbol. Se recargo y en cuclillas abrazo sus piernas. Su rostro tenía manchas de lágrimas. El jamás en su vida, se había enfrentado a ningún problema. Pero al no estar Joey el pequeño sintió que tenía que madurar. Y dejar de depender, de los cuidados de los demás.

Sin motivo alguno él lobito miro hacia el cielo nocturno, el cielo estaba despejado y se podía ver las estrella. El lobo tenía una fascinación por los astros y todo lo que le gustaba leer se trataba simplemente de eso...

-“Que bello cielo”... –dijo Yami con la voz un poco melancólica. Asiendo que Yugi pegara el brinco de su vida-

Yami se sorprendió y con gusto sonrió... –“Tranquilo”... “Soy Yo” –el violeta al notar los ojos rojos, se relajó. Y se aproximó al mayor-

-No entiendo nada –exclamo el pequeño con una voz quebrada- “No entiendo”...

El carmesí sintió su corazón latir con rapidez, los ojos del niño, expresaban cansancio y dolor emocional... Yami solo quería proteger al pequeño, así que se abalance, y lo sujeto con fuerza, en el abrazo más sentimental, que jamás en toda su vida dio...

-Perdóname... Yo no debí, permitir esto... –Yugi no sabía que pensar, no sabía que sentir. Tampoco sabía a donde ir-

-Regresemos al palacio –dijo con tranquilidad el mayor. Pero esto fue un acabos, para el pequeño. Que comenzó a llorar-

-¡No sé qué debo hacer!... “No sé qué tengo que hacer”... Yo solo quiero regresar a casa –Yugi limpio sus lágrimas, con la palma de su mano y sin querer, se pegó más al vampiro-

Yami temblaba y solo trataba de consolarlo, pasaba sus manos por la delicada espalda y de vez en vez, acariciaba lo extraños cabellos del que ahora sería su protegido...

-Ahora yo seré tu familia –musito con calma el vampiro. Sorprendiendo al violeta, que se despegaba de su pecho, para mirarlo-

Yami noto lo desconcertado del pequeño y sonrió –¡Yo cuidare de ti, hasta que te hagas fuerte!-

 

Kaiba había dejado hace mucho al carmesí. Noto un olor inusual y decidió investigar. Pero conforme subía la montaña, la espesa nieve le impedía el paso...

-“¡Maldición!”... –gruño el castaño-

Pues ni sus ojos muertos, podían divisar algo a lo lejos. –“Esto es una pérdida de tiempo”... Será mejor que venga, una vez que pase la tormenta.

El castaño se marchó y se aproximó al sitio anterior. En donde noto al carmesí y al lobo. Esto no fue del agrado del moreno. No podía permitir que su alianza, se aligerara, por un estúpido cachorro...

Que Yami hiciese lo que tenía que hacer, y luego se olvidara. Así como él lo había hecho con el rubio...

Yami sintió la presencia de su primo y voltio a verlo. Su rostro le decía al castaño, que ni se acercara. Pero el hiel no tomaba en cuenta las miradas intimidatorias...

El pequeño después de segundos, también noto al otro Nosferatu, y se encogió de hombros. –Quiero pedirte una disculpa –dijo el castaño que movía sutilmente su gabardina de color azul-

Pero la ira asesina del carmesí se hizo presente –“Primo tranquilo”... No queremos, que muestro amigo se asuste y nos odie –el tono de Kaiba era tan irónico, que daba asco. Pero Yami por primera vez en su vida se tranquilizó y sus ojos cambiaron de dorado a carmesí-

El oji-azul se arrodilla a escasos centímetros del violeta y tomo su mano con suavidad, gusto y lentitud. Reposo un beso en la mano y lo miro con suplica –Lamento el mal rato que te he, hecho pasar... Mi intensión solo era que tus instintos te llevaran a casa. Pero al parecer los licántropos se han marchado... –Yugi se sintió tranquilo, supuso que el castaño, también era de confianza. Así que le regalo una divina sonrisa-

-Así que por eso me asustaste... ¿pero?... ¿Cómo conoces a Joey? –los vampiros se sorprendieron y Seto solo rio-

-“Mi hermano pequeño, me conto su historia”... Y Nosotros solo queremos hacer el bien... Además de limar asperezas y malos entendidos.

Yugi se sobre salto y su ojos se mostraron tan grandes, como los de un gato. Pues su corazón latía de fieldad, ya que todos los lobos, se quejaban de los vampiros... pero ellos solo deseaban la paz... ¿Sería que por eso los vampiros, lo buscaban?... ¿Simplemente para la paz?

-“Mis hermanos lobos, siempre han estado equivocados” –dijo el retoño, que se lanzaba  a los brazos del castaño-... Yo te ayudare a encontrar a mis hermanos, “para que hagan la paz”

El rostro de Kaiba pinto una obscura sonrisa y sus ojos brillaron... “Ya tenía lo que quería”...

-Mmm –Yami aclaro su garganta y con celos, alejo al pequeño de Kaiba. El carmesí no quería que nadie tocara a su pequeño-

Yugi miro al carmesí y comprendió que no tenía que actuar así, con el castaño, pero su inocencia, como sus caninos impulsos. No le dejaban reaccionar a tiempo, así que con disimulo se alejó mucho más de los dos vampiros...

-Regresemos al palacio –exclamo Yami, con el tomo más dulce del universo, causándole gracia al castaño-

-“Si” –respondió el pequeño con algo de euforia...

 

Los ojos miel parpadeaban con lentitud, mientras sus movimientos eran escasos... sentía que todo su cuerpo ardía como dolía. Tenía punzadas en los muslos y piernas, mientras su trasero era un gran moretón, su cuello estaba destrozado, pues no podía enderezarlo.

Pero pese a todas esas dolencias, Joey solo se preguntaba, en donde estaba. Pues el lugar era húmedo y obscuro. Solo se podía oír el goteo de alguna filtración, pero de ahí en fuera, era todo...

En si el rubio no recordaba nada, después de que el castaño, salió de él... por más que trataba no lograba acordarse. Y eso no le gustaba, pues tenía mucho que perder...

Entonces de repente, en la mente del rubio una imagen se posó, la imagen, le causo un sonrojo y una leve vergüenza. Pues su mente le mostraba al castaño desnudo...

-“Maldición”... –dijo el chico, mientras se rodaba de lado. Pero esto no disminuía su pensar, pues el chico, solo pensaba en cada detalle del hiel... El tono de pie, su torso; que estaba bien marcado. Sus piernas, pero sobretodo esos fríos ojos, de color azulón...

-“Maldito” –dijo el rubio, con disgusto- Ahora como te saco de mi mente... –Joey suspiro y cerró los ojos, pues sus fuerzas lo traicionaban-

 

Los vampiros regresaron y Yami comenzaba a sentirse molesto, pues si Yugi se topaba con el rubio, todo su avance se iría a la mierda...

Así que miro a Kaiba y sin que el violeta lo notara, se atrasaron... –No sé cuál sea tu plan Kaiba, pero no quiero que Yugi se encuentre con el perro rubio... Así que si quieres, que siga siendo tu aliado, has algo...

Ya era hora de que Yami recuperara el control, ya se había dejado humillar demasiado, y si no recuperaba su honor, en qué lugar quedaría tanto esfuerzo y sadismo. En donde quedada toda su casta...

-“¡Has lo que quieras!”... “Ese perro está en el calabozo, y no causara problemas” –Yami miro a Kaiba y no comprendía, el por qué el rubio, estaba en ese lugar. “Pero en fin”... Eso no era de su incumbencia...

A él solo le tenía que importar el pequeño que tenía al frente... mas antes de que se pudiera marchar Kaiba dijo algo muy inusual –El próximo viernes... –el carmesí voltio una vez más, y miro al castaño, como si este acto, no fuera a terminar-

-“Que hay, con el próximo viernes” –el oji-sangre, trataba de contenerse, pero Yugi ya estaba muy lejos, y sus ojos no lo podían ver. No deseaba perderlo de vista en ningún instante-

Con un mofo el castaño trono la boca –¡Diviértete todo lo que puedas!, por qué el próximo viernes, te volverás en un hombre casado y fiel... –los vampiros cruzaron miradas y sin decir ninguna palabra, se digieren más de lo que soportarían-

-No permitiré, que le seas infiel a mi hermano... Así que ve y diviértete con ese enano... porque después de esa boda; el pasara a ser solo comida...

El castaño se marchó, moviendo al aire su gabardina, caminando con un paso seguro y firme. Mientras Yami solo sentía un mudo en el estómago...

“¡Dejar al violeta”!... se formuló esa nube en su mente... “¡dejarlo!”... después de descubrir, que el pequeño, era el único, que lograba tranquilizarlo... “dejarlo”

El chico estaba perturbado pero siguió caminando, pese a que lo hacía con lentitud y tranquilidad. Siguiendo el aroma del lobito... aroma que lo seducía y provocaba... aroma que lo tranquilizaba, como lo confortaba...

Yami cerro sus ojos y siguió por su olfato... sus sentidos se agudizaron y solo paz se sentía... pero esto se desvaneció, cuando el pequeño grito.

El embelesador momento se rompió y una ira se pronunció... Yami salió corriendo con una desesperación, con un nudo en el alma... algo le había pasado a su primer amor...

Continuara >>>


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