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-Comida para vampiro- *los cachorros saben mejor* por serenituegt

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Capitulo: 12 sangre...

La luna estaba en forma de cuña roja. Y los vampiros podían sentir, un poder corriendo por sus venas. Un poder que no tenía descripción, ni sinigual...

Kaiba que era el vampiro más grande, había usado sus poderes de la noche. Para engatusar a quince bellas jóvenes. Las cuales por supuesto eran vírgenes...

El castaño de alguna manera tenía hambre. Pero su hambre era atroz, pues en un simple parpadeo, había vaciado a las doncellas...

-¡”Por qué”!... –grito el vampiro, mientras golpeaba un muro- ¡Por qué tengo esta Maldita hambre!...

El oji-azul sentía dolor en el estómago, su garganta le ardía... Como si hubiese bebido un litro de gasolina... Pero lo peor de todo, era que su cuerpo, solo le pedía una sola cosa... De la cual el vampiro era consiente...

-¡Maldita sea!... Maldita la hora, en que decidí, beber sangre de perro corriente... –el nosferatu. Sabía que lo único que cambiaría su estado. Era la sangre del licántropo... pero su frio corazón, no estaba dispuesto a dejarlo entrar...

Siendo un vampiro de alto rango, no tenía permitido, el enamorarse. Y cada segundo que pasaba con el perro. Su gélido corazón, se descongelaba... Por eso solo había decidido, usara al perro, para quitarse las ganas...

Esas malditas ganas, que lo hacían sentir vivo...

La habitación estaba hecha un asco... las doncellas tapizaban el suelo. Y Kaiba solo miraba por la ventana y ahí está, grande, hermosa, espléndida, majestuosa. Desde niño le había producido un efecto de paz y tranquilidad que recorría su cuerpo y el alma, al observarla.

Pero la luna también le causaba asosiego. Pues podía volverlo fuerte, como débil... Y para la vida de un inmortal, la debilidad no era una opción...

El magnate jalo un cordón, el cual hizo sonar una campañilla a lo lejos. Y de inmediato un hombre de cabello blanco apareció...

-Hablo amo... –expreso Bakura, que se encontraba inclinado-

-Quiero que me traigas una copa de sangre. De nuestro suculento prisionero... –Bakura abrió los ojos de admiración. Pues su amo, jamás había aceptado, beber la sangre fría y de una copa... “¿Acaso su amo, no quería, toparse con el licántropo?”-

 

Yugi se había acostado pasando la media noche... El pequeño no conciliaba el sueño y todo, por culpa del maldito carmesí. Que solo había estado jugando con él...

Pues si se iba a desposar, con alguien más. Lo único que quedaba, era que el fuese, solo un entretenimiento...

Pero la mente de Yugi no lo dejaba descansar. El pequeño despertaba a cada momento, y los momentos que descansaba. Solo podía verse a sí mismo, junto al carmesí, mientras que Mokuba se burlaba de él. Por ser tan ingenuo...

-¡Eres un estúpido!... ¡Cómo pudiste creer, que MI Yami!... Sentía algo por tí... Tú solo eres una diversión...

Yugi volvió a abrir los ojos... Su frente tenía sudor, y su camisón estaba mojado, del cuello. La cama estaba más que revuelta y su cabello estaba todo alborotado...

El pequeño se enderezo, y miro la obscura habitación. La cual estaba más que sola... Pues lo que lo había despertado. Era el hecho, de que alguien estaba en la silla...

Pero al enderezarse, no observo nada... Así que con un, desolado corazón, el pequeño abrazo sus piernas y solo dijo –Yami... –mientras que su voz se quebraba, y un suspiro se le escapaba...

Miro el reloj que tenía en el buro... eran la 3:00 de la mañana... y aún seguía sin poder dormí... ¿Qué acaso, jamás podría conciliar el sueño?... ¿Oh esto empeoraría, cuando su amado, se casase?...

Yugi ya no quería pensar, él solo deseaba dormir, para olvidar, la cruda realidad... Pero como esto no era posible... El pequeño decidió ir por un libro, para así, matar el rato y despejar su mente...

El pequeño abrió la puesta de su habitación, y miro por ambos lados del pacillo. Quería ser cuidadoso y no hacer ruido.

Pues los demás no tenían la culpa de su desvelo... “Anqué”... nadie en ese lugar dormía...

Cuando salió de la habitación, el violeta se puso una bata, que hacia juego, con su camisón. El cual por cierto, traía arriba del muslo... siendo así algo provocador... pero Yugi tenía calor, y era mejor eso, que dormir desnudo... 

Con rapidez el violeta llego a las puertas de la biblioteca. Y con la intensión de entrar, tomo la manija... pero su olfato llamó su atención... pues la leve esencia, que había captado, era de un licántropo. Y no cualquier licántropo...

El olor era de su amado Joey... Con desesperación, el niño trato de oler al viento. Apenas y si podía captar algo de la esencia.

Era como si alguien, hubiera tratado de deshacerse del olor... Yugi se tranquilizó y se concentró en los pequeños rastros, que seguían en el ambiente...

Más en su desesperación, no puso mucha atención. Y una puesta se abrió, causando que Yugi se llevara un susto, casi de muerte.

Con rapidez se metió debajo de una silla, y por ser tan pequeño, las personas que salía, no lo noto...

-Para que te ha llamado el amo Seto –pregunto un vampiro, a otro de cabello blanco. El cual giro su rostro eh hizo un gesto de cansancio-

-El amo me ha pedido, que traiga sangre. Del licántropo que se encuentra en las catacumbas... Al parecer, el amo no quiere ningún contacto directo con el ser peludo...

Los dos vampiros siguieron caminando, pero repentinamente un se detuvo –Bueno el amo Kaiba, siempre a odiado a los licántropos. No es nada personal, pero por la culpa de esos lobos, el clan del amo está en peligro... Es por eso que el amo hizo una alianza con el hijo del Nilo...

Los dos continuaron caminando, mientras que de bajo de la silla. Yugi se encontraba real mente trastornado... Las palabras del vampiro eran más claras que el agua... Y los sentimientos del pequeño cachorro se encontraban revueltas...

Pues su mirada como su rostro, expresaban, más que cualquier palabra. El pequeño tapo su boca, y salió de debajo de la silla. El violeta permaneció un momento estático, con la mano en la boca... pues este quería salir corriendo, mas sus piernas no le respondían.

Estaba asustado, estaba dolido, estaba enamorado. Pero sobre todo estaba furioso. Pues esos dos vampiros lo habían engañado, como todo un bebe...

Abusaron de su buena fe de su inocencia y de su ternura... ¡Y todo para quien sabe que!...

Con decisión el cachorro bajo su mano y miro al frente. Su mirada mostro determinación, por primera vez en su corta vida. Comenzó a caminar, mientras su cuerpo se erizaba como gato enojado.

¡Buscaría a Joey!  Para luego largarse de ese maldito lugar. Y buscar a sus amigos y vengarse, anqué eso le doliera en el alma...

Yugi cerró sus ojos y concentro todos sus sentidos, a buscar, rastro de su rubio amigo... Comenzó a oler las paredes y pisos. Para luego comenzar a oler las alfombras...

Yugi parresia todo un perrito, con el trasero al aire, oliendo cualquier cosa... Hasta que un almohadón llamo su atención.

Este susodicho olía a sangre y como si hubieses prendido una luz de un crimescope. El cachorro comenzó a ver, rastros por todas partes. Las cuales mostraban un camino, “que por supuesto nuestro niño siguió”...

Pero al llegar a un librero, las huellas desaparecieron. Y Yugi supo que ese era, un pasadizo, que se podía abrir moviendo algo.

Más la pregunta era ¿qué?... Con sus bellos ojos miro todo su alrededor, y con titubeo. Acerco su mano a un libro que estaba en una esquina y paulatinamente lo tomo entre sus brazos...

Enigmáticamente el librero no se movió, y Yugi se sintió un poco mal... 

Sin embargo desde el umbral de la obscuridad, una voz se escuchó –“Ese librero no se moverá así”...

Desconcertadamente Yugi miro a su alrededor  y adentre, observo una cabellera azabache....

Mokuba salió de la obscuridad y se aproximó a Yugi. Pero sus ojos decía que había llorado, una de sus mejillas estaba teñida de un rojo escarlata. Y su ropa estaba desacomodada...

El pequeño lobo al mirar esto, sintió un escalofrió correr por su nuca, y una sensación de compasión, surco su corazón...

El vampiro solo dio unos cuantos pasos, antes de desvanecerse, más antes de caer. El violeta lo sostuvo entre sus brazos...

Los dos pequeños terminaron en el piso, mirándose fijamente. El licántropo miraba con compasión al moreno y el moreno, observaba al violeta con cumpa...

-Lamento que Joey  y tú, terminaran en este lugar... Nunca fue mi intensión, el causarles algún daño... Yo se lo importante, que es su sangre para mi hermano... y debí protegerlos, pero yo no soy libre de escoger. Yo soy nada, ante los ojos de este clan.

El lobito sostenía la cabeza del moreno, en sus muslos. Y al terminar de escuchar las palabras del vampiro. Yugi no sentía resentimiento contra él, pues algo similar le ocurría a él; dentro de su manada...

Con ternura Yugi se inclinó al azabache, y lamio la comisura de sus labios, como gesto de cariño...

Mokuba se sintió mal, por qué el sabia, que ese acto era un acto de comprensión y de consuelo...

El vampiro se enderezo y escondiendo su mirada dijo –Te ayudare a encontrar a Joey. Para que así puedan escapar... 

El violeta miro impresionado al vampiro y rápidamente se levantó, al igual que el moreno – ¡Espera si tú nos ayudas a escapar!, ¿que pasara contigo?...

Mokuba no contesto y simplemente camino al librero...

-¡Espera yo no quiero que te hagan daño!

Las palabras de Yugi eran más que ignoradas, como si Mokuba no escuchara, o como si estuviera en un trance.

El pequeño niño, simplemente se movía en automático. Pues una vez que estuvo cerca del libreo, tiro de el con una fuerza sobre humana. Y después de haberlo movido unos centímetros de lado, una pequeña entrada se podía observar. La cual era de una piedra caliza y de tomo gris.

Yugi sorprendido, busco la mirada del moreno, pero una vez más este la escondió entre sus mechones.

-Joey se encuentra en el fondo –como zombi el Nosferatu, comenzó a caminar. Y sin más remedio el lobito, lo siguió- ...

Lentamente y mientras más se aproximaban, Yugi podía sentir el olor de Joey, podía escuchar su corazón, resonar...

El violeta sintió un cosquilleo en su estómago, estaba impaciente, por ver a su muy amado amigo. Tenía tanto que contarle, quería decirle, que por primera vez se había enamorado, pero que su amor era imposible... Quería que Joey lo consolara y le diera ánimos, que le diera palabras de aliento y lo mimase...

 

Más repentinamente Mokuba se detuvo y Yugi, por ir con el pensamiento en otro lugar, chocó con la espalda del otro pequeño.

-¡shh!... –indico Mokuba con el dedo en la boca, mientras Yugi lo observaba- “Guarda silencio” –dijo con voz baja- Parece ser, que alguien esta con Joey...

Los dos niños corrieron a ocultarse, mientras trataban de escuchar lo que decían los otros susodichos. Pero los nervios no dejaron, que los niños, entendieran ni media palabra...

 

Mientras tanto Joey se encontraba en un rincón de su celda. El rubio tenía frio y se sentía desguanzado. No se podía mantener ni un minuto despierto...

La pérdida de sangre agravaba sus síntomas y sí, sus síntomas no eran tratados. Era cuestión de tiempo, que el rubio muriera. Más los síntomas del cachorro miel, no eran expuestos, al castaño de ojos azules...

Sus verdugos daban muy poca importancia, a la salud del miel. Y claro era esto, pues seguían extrayendo su sangre, por litros...

 

Joey escucho rechinar la puerta, sabía a qué iban, pero el rubio no se sentía con las suficientes fuerzas. Como para perder más sangre... Joey sabía que tal vez, estaba en sus últimos momentos...

Y lo irónico, era que no podía dejar de pensar, en esos malditos ojos azules; que lo enloquecían y lo desquiciaban...

Si esos eran sus últimos momentos, deseaba ser besado una vez más, por el maldito, que lo tenía encerrado como perro rabioso...   

Joey se sintió estúpido al pensar en el maldito, que lo había violado, que lo tenía secuestrado. En realidad Joey pensó, que de seguro tenía un trastorno mental, o un déficit cerebral.

¿Acaso el oji-azul, lo había golpeado tan fuerte? ¿Qué le provoco un daño cerebral?... Joey no entendía, el por qué deseaba al castaño.

Solo sabía que sentía algo por el muy bastardo...

Continuara>>>


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