Capitulo: 24 La vestía y el rey
Zork caminaba por los pasillos del palacio, pero en su faz se podía observar, una maldad desgarradora...
-Quiero ver al príncipe -índico el peli-gris, al llegar a una portilla de pomos de oro-
Los sirvientes y guardias que se hallaban presentes, notaron una mirada psicópata, en el hombre. Pero sin poder decir nada. Estos susodichos, lo dejaron entrar a los aposentos reales...
El lugar se podía percibir iluminado. Mientras un toque de elegancia, cubría el ambiente. El hombre miro al príncipe que reposaba en finas sabanas de salín... Mas su descanso no era nada confortable, pues el joven respiraba con bastante dificultad...
-¡AH!, ¡ah!, ¡ah!... -gritada aludido el pobre joven. Puesto que, algunos médicos trataban la herida de vez en vez-
-Tranquilícese mi amado Amo... Estamos haciendo hasta lo imposible... Pero es qué sus células vampíricas no reaccionan, como deberían.
Un vampiro tiene la capacidad de curación, 40% más rápida que un ser humano; a diferencia de un hombre lobo que la tiene de un 80%. Aunque en esta ocasión el príncipe se recuperaba, como un insulso mortal.
El príncipe tocio sangre con agresividad, y después de eso se tumbó con pesar en la cama, tratando de regula su respiración...
-Lobo... –susurro el joven- Traigan a un lobo...
Los médicos miraban con desesperación la situación, y sabían que eso era lo único que curaría al joven. Pues la pueril sangre del licántropo, podía acelerar la curación un 100%...
-Amo ya se ha mandado a traer lobos... sin embargo, puede tardar un rato. Ya que en el palacio no hay ni uno solo...
El joven se retorció de dolor... pues el maldito de Yami, había ungido la espada con aceite de ajo...
Zork que se mantenía al margen, sonrió pues todo se le ponía en bandeja de plata. Muy prontamente llevaría sus planes a la realidad... Con un chasquido, obtuvo la atención del personal, los cuales se preguntaban, por su presencia...
Así que con voz ronca el hombre exclamo –“Todos fuera del lugar”... El Amo y yo tenemos asuntos que tratar...
Atem que apenas divisaba lo cercano, reconoció la voz del consejero, lo cual le causo rabia... – Es mejor que tengas algo bueno que decir Zork... ¡Sino juro por todos los dioses, que daré tus entrañas a los buitres del desierto!
El hombre poso una tenebrosa sonrisa en sus labios, mientras el lugar era abandonado, por la servidumbre...
Cuando estos dos quedaron solos el peli-cenizo, se aproximó al lecho. Mostrando así su fina túnica de color carmesí...
-Iré al grano y sin rodeos... Todo Egipto está preocupado, que el Amo Yami, tome la corona en un par de años... ¡Es por eso que Yo!... Un humilde ciervo de RA, desea poner en sus manos, un fructífero plan que le dará la corona... pues usted mismo, puede ver en este instante, que su hermano gemelo, no es apto para el pueblo...
El vampiro menor, miraba entre cerrado al cenizo, pues con lentitud su energía se iba perdiendo... Con la boca un poco reseca Atem musito... –No sé qué planes malévolos tengas, tras este ofrecimiento... Mas si me dejas claro, que podre vengarme de ese mal parido; da por hecho mi participación...
El rostro de Zork se oscureció, pues todo resultaba tan fácil, como quitarle un dulce a un bebe...
Atem se encontraba dolido, como confundido. Y su dolor lo estaba segando, tras esta traición...
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El castaño se alejó de la pequeña y retadora mente observo al carmesí... – ¡¿Crees que puedes vencerme?! –reto el castaño tomando del suelo, el sable destrozado, por la espada-
-“Le has dicho a Atem, que un sable es una mala elección”. Pero yo te demostrare, que no importa el arma. ¡Sino! las ambiciones, el talento y determinación; que un ser sienta al pelear.
La mirada hiel entumecí la carmesí, pues por un minuto el príncipe no pudo pestañar. Y cuando lo pudo hacer, el combate había comenzado.
Yami busco rápidamente, con la vista al oji-azul. Aunque fue demasiado tarde, pues este estaba a su costado, con una refrescante sonrisa.
El carmesí trato de mantener su distancia, pero Kaiba tenía los brazos más largos, he impidió esta acción. Ya que el moreno, tomo de la muñeca al menor... causando que este rebotara hacia el moreno.
Cuando Seto estuvo a cortos centímetros trono los labios. Cosa que de inmediato activo el modo salvaje del príncipe...
Con el triple de fuerza el carmesí, sádicamente sonrió... –Búrlate todo lo que quieras, más el vencedor seré yo... -Yami que empuñaba una espada en la otra mano, la dirijo firme al costado del otro-
Mas antes de logras su cometido, el hiel. Detuvo la arremetida, causando un aludido sonido de asombro en el público...
Algunos rostros presentes, se definían interesados, asombrados, y sobretodo deleitados... Pues los dos jóvenes causaban una deliciosa excitación...
-¡Listo para rendirte! -sonrió con descaro y burla, el más alto. que de igual forma fijaba su vista en las cuencas sangre-
Yami trato de liberarse del agarre, con brusquedad. Se zangoloteaba de tal forma, que su perfecto peinado termino alborotado.
-“¡Suéltame maldito, sangre sucia!”... –grito el vampiro, sin darse cuenta que estas palabras causaban algo más en Seto, que un simple enojo-
El castaño escondió su rostro, entre sus cabellos, para luego hablar de una forma tenebrosa –Mi sangre tal vez sea la de un lavadero o letrina... ¡Pero estoy orgulloso de tenerla así! –Kaiba alzo el rostro, y mostrando desquicio dijo esta última frase-
Yami se sorprendió al ver los ojos de Seto de un color plata intenso, ¿Acaso esta era su forma salvaje?... Pero el vampiro no espero que Seto le diese un cabezazo tan fuerte, que su cerezo, rebotara en el cráneo.
Los ojos sangre se cerraron y su rostro hacia un mohín, de desorientación. Pero antes de que Yami pudiera recuperarse; un crujido se escuchó por toda la sala...
Causando que algunos presentes cerraran los ojos. Por tan escalofriante escena...
-¡Ah!, ¡ah!, ¡AH!... –un desgarrador grito retumbo por todo el lugar-
-“Te crees un gallito de pelea”... ¡Pero te mostrare, mocoso insulso! ¡Que en este mundo hay gente más chingona que tú!... “No creas que por que eres un príncipe y vampiro”. Afuera no hay alguien que te partiría la cara gratis...
Yami se desplomo en sus rodillas, pero él hiel no permitió que tocara el piso. Más si soltó la mano que había quebrado, hasta sacar el hueso, radio y cubito. El hueso fue quebrado y sacado, de una forma tan limpia, que se podía ver a la perfección, los agujeros que anterior mente eran el musculo...
Los guardias miraron al faraón, pues los músculos del brazo estaban palpitando, al rojo vivo. Pero el rey los detuvo, con un gesto de la cabeza...
-¡Que pasa!... Eso es todo lo que la princesita aguanta... –el carmesí trato de alzar la mirada, pero su cerebro seguía entumido. Como el de un boxeador noqueado, por un golpe en la barbilla-
Así que solo pudo ver al hiel, con unos ojos lastimero, de cachorro lastimado...
-¡Quiero que tengas claro esto Yami!... “Cada vez que en loquescas; yo te traeré de regreso a la realidad”...
Con la mano libre el oji-azul, saco el sable destrozado y lo paso de un lado a otro –Atem... Es una parte de ti... Y quiero que sientas un poco de su dolor...
Kaiba paso el sable destrozado, por la venas de la muñeca que aun sostenía. El faraón al ver esto, abrió los ojos de una gran manera.
Pues los filamentos rotos, eran más que filosos. Y su hijo ya estaba perdiendo mucha sangre, con el hueso despostillado...
-¡Seto detente!... Es más que obvio que tú has ganado... –pero el dragón hizo caso omiso, pues de cierta manera, el tener de rodillas al carmesí, lo estimulaba a beber de esa sangre-
Con desprecio el moreno, arrojo al carmesí, contra el suelo. El desplomo del príncipe retumbo, e hizo vibrar el lugar –Es verdad... Yo ya he terminado contigo –los sirvientes del hiel, corrieron a su resguardo. Con algunos lienzos y agua-
-Amo se encuentra bien -pregunto una joven de ojos azules y cabello rubio (maga oscura)- “¿No tiene alguna errada?”
El joven negó con la cabeza... –Me encuentro en perfectas condiciones –mientras desviaba, la mirada hacia los pequeños-
Bakura se aproximó – ¿Qué hacemos con ellos?
-Denles de comer adecuadamente, que tomen un baño y descansen. Ya mañana ellos mismos decidirán que hacer... –Bakura miro cariñosamente al castaño-
-“Amo”... “Usted siempre es bueno con los demás” –exclamo la rubia- Espero que el destino lo premie, con el amor de una bella persona.
La rubia decía la mera verdad, pues Seto, a pesar de tener sangre de vampiro; hacia más cazo a su corazón humano...
Un sirviente del faraón se acercó a estos tres, y dando una reverencia, se dirigía al mayor –Disculpe mi atrevimiento Amo Seth... Pero lo que sucede, es que el faraón desea una audiencia con usted, esta misma noche...
La rubia y Bakura fulminaron al susodicho –Mi Amo está cansado y debe recuperar fuerzas –más antes de que Bakura dijese algo más, Kaiba lo silencio-
-Dile al rey, que sara un honor... –Kaiba comenzó a caminar, hacia la entrada. Siendo observado por todos los presentes. Que hablaban a sus espaldas, entre cuchicheos y susurros... –El debería convertirse en el próximo faraón... Los príncipes no le llegan ni a los talones... Ra nos ha dado un futuro sacerdote, digno...
Los presentes estaban tan embelesados con el castaño, que poco, les importo que Yami estuviera tendido en el suelo del salón. Y en realidad estos susurros y comentarios, enfurecían al futuro gobernante...
-“Ya has escuchado a tu pueblo” –mencionaba el soberano; que se encontraba frente al carmesí. Claro está sin ponerse a su nivel- Tu reino aclama a un héroe... No aun dictador, que los explote...
El rey pasó de lado, dejando a su hijo tendido en el suelo, recibiendo la ayuda de sirvientes atemorizados...
Una vez que el rey se fue, Yami cerro sus ojos, e hizo algo que jamás pensó hacer. Pues una sola lagrima, salió de su cuenca...
-Yo no tengo la culpa de ser así... Es algo en mi interior, que muchas veces, me gustaría sacar de mi alma...
Los sirvientes que estaban ayudando, se miraron entre sí, pues su príncipe estaba desvariando.
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La lucha había terminada, con algunas miradas de odio y resentimiento. El príncipe Yami, prometía por todos los dioses, que destazaría a su amado primo; aunque por el momento no pudiese hacer nada...
Irremediablemente el sol abandono el cielo, y la noche domino las alturas... Los habitantes de Egipto dormían. ¡Bueno los que eran normales!, pues en el palacio los vampiros, realizaban su rutinas monótonas; pese a que mantenían un silencio sepulcral.
Los únicos que rondaban por los pasillos eran los guardias, que se iluminaban con la luz de las antorchas. En si se podía decir, que después de las contiendas, todo había vuelto a la normalidad.
“Aunque eso no era del todo cierto”... pues de las tinieblas, barios vampiros salían sigilosamente, casi de puntillas se deslizaban por los pasillos, para evitar ser vistos oh escuchados...
El objetivo de estos seres, era llevarse al Amo Atem... Ya que el plan de Zork, consistía en hacer creer que el príncipe, siempre estuvo en su habitación; reposando las heridas.
Mas este joven era la llave al mundo de las sobras, al igual que su hermano...
Los vampiros entraron a los aposentos, y tomaron al príncipe en una camilla – ¡Adónde vamos?... –hablo Atem algo adolorido y confundido-
-El Amo Zork, quiere usar la confusión del día. Para poner en marcha el plan... Usted solo relájese, dentro de poco su hermano no será más un estorbo...
La palabra estorbo clavo una punzada en el corazón del sangre, y lo hizo cuestionarse. -¿En verdad quiero deshacerme de Yami?...
- ¡Zork jamás me dijo en qué consistía el plan! Así que exijo una respuesta... –Atem sonaba enojado, e inconforme con lo pactado. Y los fieles seguidores de Zork, al notar lo renuente del príncipe, decidieron amordazarlo-
-Lo lamento su alteza... Pero todos los seguidores del señor Zork, hemos esperado es te día...
Atem de inmediato se dio cuenta de su gran error. Nada se podía hacer, más que rogar el perdón de su hermano y de los dioses...
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Seto caminaba con porte y elegancia por los pacillos del palacio. Había decidido no marchar a su propio palacio. En vez de eso esperaría a la hora acordada, con el rey
Pero en su palacio las risas no paraban. Pues los pequeños estaban tan felices, que muchos juraban estar soñando...
-“¡En verdad el Amo Seth!”... “¡Nos dará nuestra libertad!” –preguntaban con entusiasmo, e inocencia, los pequeños. A la niña de cabello rubio, y esta les respondía con una sonrisa cálida, amorosa y dulce-
-El Amo Seth... Es un joven amoroso... “Bueno a su manera”... ¿? Pero estoy segura que él les dará su libertad, al menos que quieran servirle, o quedar bajo su cuidado...
Los niños sonreían... pero en el fondo de la habitación, Mai miraba todo el lugar con avaricia, y codicia...
-¿Puedo preguntar algo? –se dirigió Mai a la otra rubia- El Amo Seth tiene alguna pareja sexual, o pretende a alguien...
Bakura que también estaba presente, alzo una ceja –“Por qué preguntas tal cosa, pequeña mocosa”... –Mai se paró segura de sí-
-Ustedes mismos, han dicho que podemos servirle al Amo... Y como no se hacer nada; estoy dispuesta a ofrendar mi cuerpo, para su placer...
A los dos seguidores de Kaiba, les callo con poca gracia las palabras de la mocosa. –El Amo no necesita juguetes usados y manoseados... ¡En realidad niña!, tú no bales nada, como para meterte a la cama de nuestro señor...
Mai quedo pasmada... Y bajo la mirada de los demás –Es verdad Mai, nosotros ya no valemos nada... El amo meres lo mejor, como los vírgenes de los templos, o las doncellas de buena familia... Cualquier militar o sacerdote, estaría orgulloso, de que su hija o hijo. Complaciera al futuro sacerdote de RA...
Mai miro a los demás niños... – ¡Cierren la maldita boca, estúpidos!... Yo encontrare la forma de quedarme en este lugar... ¡Yo ya no quiero pudrirme en la miseria! –las caras de los niños, mostraban desprecio-
-Deja de soñar mocosa... Y mejor ve a ver a tu amigo –Mai rechino los dientes, y con los puños cerrados, se marchó del lugar, pero su mirada lo decía todo. Pues la ambición estaba en su alma-
Después de unos segundos, de caminar entre los pasillos. Mai llego al lugar, en donde Duke reposaba. Cosa que también le causaba envidia... -¿Por qué él tiene su propia habitación, y yo tengo que compartir cuarto, con todos los demás? –pensaba la vampiro, mientras empujaba la puerta de madera-
Duke que descansaba en la cama, noto el movimiento de la puerta, y pudo ver que su amiga entraba...
-Mai –dijo con una sonrisa el peli-negro. Pero Mai estaba cabizbaja- ¡Que es lo que te pasa! –pregunto preocupado el lobo. A lo cual la mocosa contesto-
-Ya no balemos nada... Hemos sido ultrajados tantas veces, que a cualquier ser le daríamos asco...
Duke abrió los ojos, pero una sonrisa reposo en sus mejillas –No pienses eso... Nosotros valemos, lo que queramos valer, en cualquier momento de nuestra vida –el lobito, se acercó a la niña, con la intensión de consolarla, pero cuando estuvo cerca de ella, esta lo aventó-
-¡Eres estúpido... oh qué!... Que hombre nos tomara en serio, cuando se entere de nuestra vida...
El oji-jade rio, y la vampira lo fulmino con los ojos –Mai la persona que te amé... Le dará igual si eres la peor de las mujeres...
Mai respiro profundo, y volteo a ver al Duke con una falsa, tímida, e hipócrita sonrisa... Pues el lobito, era muy inocente y fácil de manipular. De hecho la mocosa, aun se alababa así misma, por haberse hecho amiga del lobo... ya que este pequeño no tenía reparo, para quitarse el pan de la boca, y dárselo a ella, como un sinfín de cosas.
-Duke que bonito cuarto te dieron... ¿Crees que me puedo quedar contigo? –la rubia miraba todo el lugar, y deslizaba los dedos, por los finos adornos-
-¡Claro! –contesto con alegría el pequeño- Aunque quiero decirte algo -Duke cambio su expresión, por una sería y afligida-
-“Si no quieres que me quede”. Solo tienes que decirlo, no tienes que ser un maldito hipócrita, que finge.
Duke tomo sin importancia las palabras –No es eso... Lo que pasa es que... Es que... –la niña torció la boca-
-Se claro Duke, que tus rodeos siempre me revientan –el lobo respiro y comenzó a hablar-
-Hay algo que no te eh contado... Es mi secreto... Bueno yo soy... Yo soy un licántropo.
La confesión de Duke, dejo con el ojo cuadrado a la mocosa. Mas su rápido cerebro, maquilo un plan. Pues sabía que la sangre de estos seres, era como ambrosia para los vampiros.
Duke se encontraba algo preocupado y triste, pues él sabía que Mai era un vampiro. Y que tal vez no lo aceptaría.
-Es por eso que me separaron, y me dieron este cuarto. Ya que supongo, no me darán mi libertad –la miraba jade se encontraba hacia abajo, y una enorme tristeza, invadía al pobre cachorro-
El peli-negro distinguía la confusión de su amiga –Mai no tienes, que seguir siendo mi amiga... pero yo quiero dejarte segura. Pues si buscas a mi manada, estoy seguro que ellos te protegerán, hasta que seas grande.
Mai ladeo el rostro y sínicamente, comenzó a llorar –Yo siempre te voy aqueres... tu y yo somos como hermanos... –la niña se arrojó a los brazos del jade-
El plan de Mai había dado comienzo, plan que le tomaría diez años realiza... –Encontraremos una forma, en la que puedas escapar –declaro labiosamente-
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Kaiba se encontraba frente al rey. Ambos se miraban fijamente –¿Para qué me ha llamado? -tajo a decir el castaño-
El faraón que se encontraba frente a un balcón, salió por él, dándole a entender al otro que lo siguiera... El hombre de iguales ojos carmesí, suspiro y miro a su sobrino. Para luego contemplar las estrellas...
-Cuando me convertí en faraón, mi padre me dijo que tenía una gran responsabilidad... Aun sinceramente, en ese momento, no entendía sus palabras... “Fue hasta que me convertí en rey de los vampiros”, que comencé a comprender esas palabras.
Pues no solo mi reino necesitaba de mi... sino todo el mundo entero... –Kaiba se encontraba tranquilo, pero a la vez trataba de analizar las palabras del hombre, de cabellos negros, en tras puntas-
-Cuando fui a la sucesión del Rey... jamás me imagine, que yo me convertiría en el líder Midian... –el faraón, observo, que el castaño, no estaba nada ajustó- ¡Te preguntaras! El por qué hablo de esto Seth o Seto –el hombre clavo sus ojos en el joven-
-La cosa es... que quiero que protejas a Yami, de sí mismo... Él no tiene la culpa de lo que le sucede. Pues hay un escalofriante y ruin secreto. –Kaiba seguía inerte no decía nada y no preguntaba nada. Simplemente dejaba hablar al peli-negro-
-Cuando me volví el señor de la obscuridad. En mi se encarnó un ser perverso, sediento de sed y de maldad... No descansaba noche y día, con tal de mutilar, destazar, como violar... Verdaderamente me convertí en un monstruo, en un engendro salido del infierno. No puedes ni llegar a imaginar mi poder, y mi sed...
Pase de esta forma más de 50 años, hasta que mis amados hijos nacieron. Claro está producto de una violación, a una campesina... Pero aun así yo los amaba, y adoraba. Ellos se convirtieron en mi razón de ser... pero tenía miedo de lastimarlos.
Por eso mande a los sacerdotes, a encontrar una forma, de aplacar a la vestía en mí... Pero la única forma, fue, trasferir a la vestía a alguien más.
Kaiba miro con desdén y rabia al faraón, pero este siguió hablando –¡Seth no me juzgues por favor!... “Pues de esta forma, mis hijos estarían a salvo” Y aunque Yami fuera una vestía... ¡Yo estaría ahí, para protegerlo!...
Seto gruño y trato de salir del lugar, pero la mano del rey lo detuvo –¡Por favor Seth!... ¡Escúchame!...
-“¡Seré sincero con usted señor!”... ¡Yo odio!... Este maldito mundo de vampiros... ¡Odio a cada ser! “Y si pudiera los desaparecería a todos”... Pues seres como usted, son los que me dan asco y repulsión... Mire a mi padre, miren lo que le hizo a mi madre... mire lo que ella me ha hecho a mí...
Seto se marcó, dejando a un faraón dolido, por las palabras. Pues Kaiba no había sido nada lindo con sus expresiones faciales o su tono de voz, de hecho soñaba como todo un demonio...
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Zork se encontraba en una cámara subterránea, en alguna parte del decirte... El lugar era amplio, pero muy obscuro, por eso antorchas iluminaban tenuemente, y velas adornaban un altar de piedra. En donde se observaba un líquido de color violeta, depositado en una charola de plata...
Atem que observaba todo esto, tenso el cuerpo, pues con rapidez descifró lo que el peli-gris pretendía...
-¡Amado príncipe!... “Usted ha sido letrado y educado, en toda arte”... ¡Y por su expresión puedo deducir, que sabe, que es lo que deseó!...
Varios vampiros a parecieron, portando capuchas negras. Estos sujetos se colocaron frente al altar, he inmediatamente se arrodillaron y comenzaron a recitar clérigos de maldición, mientras que otros hacían caravanas o reverencias maniáticas.
El líquido violeta, comenzó a brillar y en ese momento entraron varios jóvenes vestidos de blanco. Estos eran vírgenes, listos para ser ofrendados...
-¡Que le parce mi rito, Amo!... “No por nada soy el mejor del reino”
Atem miro con desprecio y rabia, al gris... – ¡Que pretendes, abriendo el reino de las sombras!...¡ Lo único que estas logrando, es acabar con este mundo!...
Zork sonrió y comenzó a mariposear, alrededor del príncipe... –Usted sabe... Que el primer vampiro vino de este mundo... Y que este mismo, después de conocer las maravillas de este mundo. Decidió protegerlo, sellando el portal... Solo la familia más cercana del rey v. oh el mismo, pueden quitar el sello, y es por eso que lo he traído a este lugar.
-¡Estás loco!... “¡Yo jamás abriré el portal!”... Además tú mismo lo has dicho, muestro señor obscuro sello el portal, porque entes más peligrosos habitaban ese lugar. No entiendo que beneficio, obtendrías, al desatar, no más bien al crear un infierno... Pues yo creo que ya es suficiente, con nosotros, los no muertos...
Zork escondió la mirada... –“Lo que yo quiero, jamás lo entendería”... Pero la nostalgia me llama, y solo quiero entrar a ese lugar... Usted lo ha dicho... no pertenecemos a este lugar...
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