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-Comida para vampiro- *los cachorros saben mejor* por serenituegt

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Capitulo: 6 Palacete...     

-Eres un inútil... solo tenías que vigilar a los dos cachorros. Esos dos son muy importantes para esta manada... Uno de ellos, se desposara. –el anciano de cabello extraño y ojos violeta. Estaba hecha una furia, y esta furia la estaba desquitando con un moreno de cabellos castaño-

-¡Lo siento señor!... Yo debí ser más cuidadoso...

Tristán aceptada su culpa, ya que por estar con Duke, descuido a los cachorros. – ¡Meda igual!... es mejor que los encuentres, o no podrás ni imaginar, lo que are contigo, y ese peli-negro...

El abuelo de Yugi, regreso antes de lo planeado. Ya que su encuentro con los NACHZEHER:
(Vampiro que se encuentra en Kashubes al Norte de Europa. Este vampiro tiene la capacidad de matar a sus parientes por medios psíquicos.) Había sido literal mente rápido...

-Esos chupasangres nos han tenido acorralados, por muchos siglos. Pero esta nueva generación de licántropos, no merecen seré cautivos, como sus ancestros.

Tristán hiso una reverencia y se deslizo por la puerta; tenía que encontrar a esos dos, o su vida corría peligro. Una vez afuera gruño –¡Odio ser el canguro de esos dos!... 

-¡Monito!... ¡monito! –corría gritando y feliz mente Duke, más en realidad este lobo no era así, todo esto era por estar en brama-

El peli-negro se abalance sobre el castaño y le robo un beso – ¡Duke! –Exclamo con algo de confusión el moreno- Me pregunto cuanto tiempo, te durara este humor. Por lo regular no eres nada lindo...

-“No sé” pero cuando esto pases, volveré hacer el mismo demonio, que soy. Así que disfruta, que ahora soy un lobito manso –Duke soltó al moreno y con travesura  musito- Parece que los dos cachorros, se fueron con Erikc y Tea. Pero solo sus subordinados regresaron... no sé por qué, pero esto no me gusta nada.

-Tristán miro al bosque... –algo no le gustaba igual a él-

 

Sentado con las piernas dobladas, Joey se mecía como arrullándose. No sabía cuántas horas ya hacían, desde que llego a ese lugar, lo único que sabía, es que él no podía irse.

El lugar era cómodo, pero a él eso no le importaba, pues lo único que quería, era irse y buscar a Yugi...

-“Aun no te has bañado”... –dijo el pequeño azabache de ojos metal-

Joey con poco ánimo  y un rosto decaído, miró fijamente al moreno. –Quiero irme... –dijo casi murmullos-amenté. Para lo cual Mokuba sonrió-

-Nadie te trajo a la fuerza. Tú seguiste a mi hermano... Pero cuando quieras puedes irte...

Mokuba parecía más pícaro, como sínico, pero a la vez estaba feliz. Ya que el mayor tiempo estaba solo, y un ser que no duerme tiene mucho tiempo libre...

-“Te vez cansado”, deberías dormir un rato. –Joey volvió a mirar, al pequeño, como diciendo, “bromeas”- Mi hermano no te hará nada mientras duermes. De hecho nadie te hará nada en este lugar... Si  mi hermano quisiera hacerte algo, lo habría hecho en el bosque...

Con lo dicho Joey se sintió tranquilo, pero no tanto, como para bajar la guardia... –Por qué no tomas un baño; eso te relajara y podrás dormir mejor...

-No quiero dormir –contesto el rubio, con un puchero- Yo solo quiero ver a Yugi...

Mokuba sintió pena y dijo una mentira, para que Joey se sintiese mejor –No dijiste que necesitabas un lugar, para esconderse, de los otros licántropos.

El rubio volvió a deslumbrar al pequeño y con los ojos, suplicantes, parecía pedir algo –Mientras tu duermes yo buscare a tu amigo... Además eso es fácil para mí, pues tengo a un esclavo, que puede ver momentos del futuro. Solo le pediré que se enfoque en la capa, que está en el bosque...

Sorprendido Joey se levantó y por un breve segundo, pareció recuperar su fuerza – ¡Lo que tú dices es verdad!... –los ojos del rubio brillaban con dulzura y felicidad-

-“Yo no soy un mentiroso”... Claro que es verdad, todo lo que he dicho... Pero solo lo hare, si tu tomas un baño y duermes un poco.

Joey miro a su alrededor y suspiro –Esta bien, yo haré lo que me pides... Pero te suplico, que encuentres a Yugi... Él es muy importante para mí...

El azabache sonrió y simplemente salió de la habitación; dejando a si a Joey, con la convicción de que, pronto vería al violeta...

-¡Eres bueno!... –dijo susurrante-mente, su hermano. Que se encontraba apoyado en la pared, con los brazos cruzados y los ojos cerrados-

Mokuba lo miro he hizo un gesto de inconformidad... – ¡Que planeas!... Por qué lo has traído... Yo sé que su sangre es una respuesta. Pero si solo lo quieres como bocadillo, ¿por qué?, entonces lo tratas como un invitado...

Kaiba cambio su posición y se deslizó por un costado del pequeño... -Tengo otros planes para él; los cuales no querrás  escuchar.

Kaiba entro a la habitación, en donde se encontraba el rubio, mientras Mokuba solo lo miraba sin entender a su hermano

-Solo espero que no lo lastimes –susurro y comenzó a caminar. Y después de unos minutos, se topó, con su verdugo... Yami-

Los ojos rojos se clavaron en su cuerpo, un escalofrió corrió por su cuerpo. Busco la manera de evitarlo, pero no podía eludirlo. Pues el pasillo era muy angosto. Y con cada paso que se acercaba, el pequeño niño sufría...

-¡Vaya!... por fin te encuentro. –exclamo burlona mente el carmesí. Mientras observaba, como el pequeño, lentamente se sofocaba-

-¡Tranquilo!... no voy hacerte nada malo... ¡aun! –Yami sujeto al pequeño y lo pego a su cuerpo- Estoy muy excitado... Por qué no vamos a tu habitación –las manos del carmesí, tomaron con rudeza el mentón del pequeño, obligándolo, a mirarlo-

-“¡Déjame!”... me lastimas –chillo el azabache; que trataba de huir-

Yami acerco su cara al pequeño y lo olfateo, mostrando sus colmillos, mostrándose como el vampiro que era. –“Pronto” –cuchicheo- Pronto te veré gemir, para mí...

El pequeño estaba aterrado, y en su miedo cerro los ojos. Todo a su al rededor se tornaba nebuloso, como obscuro; mientras paulatinamente, sentía las manos del mayor. Sus oídos le dolían y su garganta ardía, su nariz...su nariz “¡LO HABIA ENCONTRADO!”...

El azabache abrió los ojos y miro con sorpresa al carmesí, puso una mano en su rostro y con rapidez dijo –Tu encontrar te un lobo...

Yami se sorprendió por la actitud del mocoso, pero era verdad. Lo tomo por la muñeca y lo comenzó arrastrar... –Que haces me lastimas –reclamo el pequeño, que ponía sus pies como freno-

-¡Caya!... no quiero escucharte –Mokuba miro, que Yami lo quería meter a una habitación; que se suponía estar sola.

El carmesí abrió la puerta y arrojo al pequeño, dejándolo caer, en todo su esplendor. Mokuba resintió el golpe y gimoteo, entretanto Yami pasaba sobre el...

El niño siguió con la mirada al grande, mientras se levantaba... – ¡Que sabes de él!... –exclamo Yami, apuntando acusatoriamente al pequeño que dormía en la cama, con un exquisito camisón-

Mokuba se sorprendió, pero en un instante cambio su rostro por uno torcido y agresivo... –“¡Como encontraste a este lobo!” –más sus expresiones, no le gustaron del nada al mayo-

-“¡Como te atreves, a hablarme de esa manera!” –Yami tomo por el cuello al pequeño y lo levanto por lo alto- Yo no permitiré que me hables así... Estúpido mocoso –con fuerza Yami arrojó al pequeño contra la pared- Ahora dime todo lo que sepas...

El carmesí se lanzó sobre el pequeño y comenzó, ha asfixiarlo... Mokuba solo puso sus manos a un costado, rasguñando con fuerza el piso de madera.

Cuando Yami noto que el pequeño ya estaba suficiente mente manso, lo soltó, para volver hablar. – ¡Ahora dime todo lo que sabes!...  ¡oh sino!... –Con rudeza el carmesí rompió la camiseta del pequeño. Mostrando así unos pequeños pezones, de color cereza...

Mokuba sujeto su cuello y se acuno, mientras tosía. –El... –trato de decir, pero fue inútil. Pues perdió el conocimiento-

 

Kaiba entro a la habitación, en donde se encontraba el perro rubio, se podía escuchar la regadera, y ver como el vapor salía de la ablución.

El castaño se aproximó, hasta la puesta, donde ya así el perro, y con la punta de sus dedos, empujo la puerta. La puerta no hizo ruido y Kaiba continuo con su camino.

El perro estaba de espaldas y tocaba su cabeza, pues la estaba lavando. El castaño por su parte miro las piernas del mal creado perro, las cuales eran largad y torneadas. Descaradamente miro el trasero del susodicho y sonrió, después deseó miras su cadera, la cual era ancha, pero firme...

Joey por su parte no había notado al castaño, y continúo su refrescante baño. Paso sus manos en sus muslos y suavemente las paso por todo su pecho. Cerró los ojos y se giró, mientras llevaba sus manos, hasta su brillante cabello.

Pero la tentación lo sedujo y con los ojos cerrados busco su miembro. El cual lentamente comenzó a masturbar, un pequeño gemido salió de sus fauces, pero cuando quiso salir otro. Este lo callo y se escuchó un sonoro quejido, pero mientras más rápido movía su mano, mas placer sentía. Con brusquedad Joey se giró y poso una mano en la pared, sin dejar de tocarse con la otra.

Abrió los ojos y miro su pene, que se encontraba más que hinchado y erecto... el agua caliente se deslizaba sobre su miembro y esas gotitas, le causaban un cosquilleo.

Con el dedo pulgar, toco su punta y sobo en forma de círculo, este acto le causaba una gran sensación... Continúo con el movimiento, hasta que se sintió listo, para correrse. Fue hay, cuando sintió una mirada penetrante en su nuca, entonces soltó su pene y se puso recto.

Y con un poco de titubeo volteo, para así encontrarse con el dueño de esos ojos penetrantes, color zafiro...

Joey enmudeció y palideció, sintió como su cuerpo era profanado por esos azulones, trago seco y sin pensarlo más. Tapo su cuerpo con una pequeña toalla, que se encontraba cerca. Torpemente, como descuidadamente, cubrió su entre pierna

Causándole gracia al castaño, que lo miraba desde hace un rato... –¿¡Por qué has parado!? –dijo burlonamente el moreno- Parece que lo disfrutabas...  

Joey parecía un animalito atrapado, miraba o todas parte, pero a la vez no miraba nada. La regadera seguía abierta y la toalla que lo cubría se comenzaba a trasparentar...

Pero como dicen... la mejor defensa es el ataque. – ¡Que está haciendo!... –dijo altaneramente el cautivador lobito- “Que no sabes, que no se espía a la gente, cuando se baña”...

El rubio tomo un jabón y se lo lanzo al moreno –“¡Largo de aquí... pervertido!”...  –pero Kaiba simplemente, hizo caso omiso a lo dicho por el perro. Mientras su mirada, se volvía más lívida-

Se acercó hasta el perro, y coloco su mano en la pared, el agua mojo su ropa, pero esto no le importo. Ya que con la otra mano tomo el mentón del perro...

Joey por su parte tembló al ver, que esos ojos se aproximaban, pero estaba acorralado y no podía huir. Así que desvió la mirada, más fue inútil...

-“Tú perro de porquería”...NO me mandas... Y yo me iré cuando quiera irme... 

Las palabras de Kaiba, hirvieron la sangre del perro, y con rabia, Joey mordió al castaño, con tanta fuerza. Que sangre broto de su mano.

-“¡Maldito perro, que crees que haces”!... –Joey empujo al vampiro y corrió al cuarto-

Jamás en su vida se había sentido tan avergonzado. Su rostro estaba más rojo, que los ojos de Yami, y eso ya era decir mucho... Tomo la sabana de la cama y se cubrió con ella. Pero sintió al vampiro salir, del cuarto de baño, y sin pensarlo salió de esa habitación...

Comenzó a caminar por todo el lugar, hasta que sintió su lengua entumida. También se sintió débil y cansado, e incluso le costaba respirar...

Asi que se recargo en una pared, y se dejó caer por ella. Noto que tenía sangre en su boca y la limpio con su brazo...

-Por qué... –dijo antes de desmallarse y quedar profundamente dormido...

-Eso te pasa por beber mi sangre –dijo Kaiba, que venía, detrás del cachorro- Si hubiera bebido más estarías muerto.

El castaño tomo en brazos al licántropo y observo su rostro. El cual emanaba una paz, como tranquilidad –Tengo que comenzar a educarte...

Kaiba regreso a la habitación y coloco al rubio en la cama. Por el momento tenía que hacer algo muy importante. Ya después tendría tiempo, para jugar, con su nueva mascota; pensó el oji-azul. Mientras salía del lugar...

Con un suave movimiento de su mano, Yami acaricio el rostro del pequeño lobo, mientras que con lentitud, se recostaba a su lado...

-Eres bello –exclamo con un resoplo- Me pregunto... –dijo como preguntando se algo-

Así que tomo la mano del pequeño, para mirar su muñeca. Yami observo cuidadosamente, la sangre que corría por sus venas, y con su dedo, delineo las mismas franjas de color seductor.

-Me gustas –le susurro en el oído-

Pero el lobito ni se inmuto, pues sus heridas lo mantenían inconsciente – ¡Joey!... –fue lo único que murmuro el violeta-

Mas esta vez Yami, se disgustó... – ¡Tú no eres Joey!... –dijo enojado, mientras se levantaba- Por quien llamas...

El carmesí quería ser el único, para el pequeño lobo. Y si tenía que matar al tal Joey, lo aria sin dudarlo.

Continuara>>>

Capitulo: 6 Palacete...     

-Eres un inútil... solo tenías que vigilar a los dos cachorros. Esos dos son muy importantes para esta manada... Uno de ellos, se desposara. –el anciano de cabello extraño y ojos violeta. Estaba hecha una furia, y esta furia la estaba desquitando con un moreno de cabellos castaño-

-¡Lo siento señor!... Yo debí ser más cuidadoso...

Tristán aceptada su culpa, ya que por estar con Duke, descuido a los cachorros. – ¡Meda igual!... es mejor que los encuentres, o no podrás ni imaginar, lo que are contigo, y ese peli-negro...

El abuelo de Yugi, regreso antes de lo planeado. Ya que su encuentro con los NACHZEHER:
(Vampiro que se encuentra en Kashubes al Norte de Europa. Este vampiro tiene la capacidad de matar a sus parientes por medios psíquicos.) Había sido literal mente rápido...

-Esos chupasangres nos han tenido acorralados, por muchos siglos. Pero esta nueva generación de licántropos, no merecen seré cautivos, como sus ancestros.

Tristán hiso una reverencia y se deslizo por la puerta; tenía que encontrar a esos dos, o su vida corría peligro. Una vez afuera gruño –¡Odio ser el canguro de esos dos!... 

-¡Monito!... ¡monito! –corría gritando y feliz mente Duke, más en realidad este lobo no era así, todo esto era por estar en brama-

El peli-negro se abalance sobre el castaño y le robo un beso – ¡Duke! –Exclamo con algo de confusión el moreno- Me pregunto cuanto tiempo, te durara este humor. Por lo regular no eres nada lindo...

-“No sé” pero cuando esto pases, volveré hacer el mismo demonio, que soy. Así que disfruta, que ahora soy un lobito manso –Duke soltó al moreno y con travesura  musito- Parece que los dos cachorros, se fueron con Erikc y Tea. Pero solo sus subordinados regresaron... no sé por qué, pero esto no me gusta nada.

-Tristán miro al bosque... –algo no le gustaba igual a él-

 

Sentado con las piernas dobladas, Joey se mecía como arrullándose. No sabía cuántas horas ya hacían, desde que llego a ese lugar, lo único que sabía, es que él no podía irse.

El lugar era cómodo, pero a él eso no le importaba, pues lo único que quería, era irse y buscar a Yugi...

-“Aun no te has bañado”... –dijo el pequeño azabache de ojos metal-

Joey con poco ánimo  y un rosto decaído, miró fijamente al moreno. –Quiero irme... –dijo casi murmullos-amenté. Para lo cual Mokuba sonrió-

-Nadie te trajo a la fuerza. Tú seguiste a mi hermano... Pero cuando quieras puedes irte...

Mokuba parecía más pícaro, como sínico, pero a la vez estaba feliz. Ya que el mayor tiempo estaba solo, y un ser que no duerme tiene mucho tiempo libre...

-“Te vez cansado”, deberías dormir un rato. –Joey volvió a mirar, al pequeño, como diciendo, “bromeas”- Mi hermano no te hará nada mientras duermes. De hecho nadie te hará nada en este lugar... Si  mi hermano quisiera hacerte algo, lo habría hecho en el bosque...

Con lo dicho Joey se sintió tranquilo, pero no tanto, como para bajar la guardia... –Por qué no tomas un baño; eso te relajara y podrás dormir mejor...

-No quiero dormir –contesto el rubio, con un puchero- Yo solo quiero ver a Yugi...

Mokuba sintió pena y dijo una mentira, para que Joey se sintiese mejor –No dijiste que necesitabas un lugar, para esconderse, de los otros licántropos.

El rubio volvió a deslumbrar al pequeño y con los ojos, suplicantes, parecía pedir algo –Mientras tu duermes yo buscare a tu amigo... Además eso es fácil para mí, pues tengo a un esclavo, que puede ver momentos del futuro. Solo le pediré que se enfoque en la capa, que está en el bosque...

Sorprendido Joey se levantó y por un breve segundo, pareció recuperar su fuerza – ¡Lo que tú dices es verdad!... –los ojos del rubio brillaban con dulzura y felicidad-

-“Yo no soy un mentiroso”... Claro que es verdad, todo lo que he dicho... Pero solo lo hare, si tu tomas un baño y duermes un poco.

Joey miro a su alrededor y suspiro –Esta bien, yo haré lo que me pides... Pero te suplico, que encuentres a Yugi... Él es muy importante para mí...

El azabache sonrió y simplemente salió de la habitación; dejando a si a Joey, con la convicción de que, pronto vería al violeta...

-¡Eres bueno!... –dijo susurrante-mente, su hermano. Que se encontraba apoyado en la pared, con los brazos cruzados y los ojos cerrados-

Mokuba lo miro he hizo un gesto de inconformidad... – ¡Que planeas!... Por qué lo has traído... Yo sé que su sangre es una respuesta. Pero si solo lo quieres como bocadillo, ¿por qué?, entonces lo tratas como un invitado...

Kaiba cambio su posición y se deslizó por un costado del pequeño... -Tengo otros planes para él; los cuales no querrás  escuchar.

Kaiba entro a la habitación, en donde se encontraba el rubio, mientras Mokuba solo lo miraba sin entender a su hermano

-Solo espero que no lo lastimes –susurro y comenzó a caminar. Y después de unos minutos, se topó, con su verdugo... Yami-

Los ojos rojos se clavaron en su cuerpo, un escalofrió corrió por su cuerpo. Busco la manera de evitarlo, pero no podía eludirlo. Pues el pasillo era muy angosto. Y con cada paso que se acercaba, el pequeño niño sufría...

-¡Vaya!... por fin te encuentro. –exclamo burlona mente el carmesí. Mientras observaba, como el pequeño, lentamente se sofocaba-

-¡Tranquilo!... no voy hacerte nada malo... ¡aun! –Yami sujeto al pequeño y lo pego a su cuerpo- Estoy muy excitado... Por qué no vamos a tu habitación –las manos del carmesí, tomaron con rudeza el mentón del pequeño, obligándolo, a mirarlo-

-“¡Déjame!”... me lastimas –chillo el azabache; que trataba de huir-

Yami acerco su cara al pequeño y lo olfateo, mostrando sus colmillos, mostrándose como el vampiro que era. –“Pronto” –cuchicheo- Pronto te veré gemir, para mí...

El pequeño estaba aterrado, y en su miedo cerro los ojos. Todo a su al rededor se tornaba nebuloso, como obscuro; mientras paulatinamente, sentía las manos del mayor. Sus oídos le dolían y su garganta ardía, su nariz...su nariz “¡LO HABIA ENCONTRADO!”...

El azabache abrió los ojos y miro con sorpresa al carmesí, puso una mano en su rostro y con rapidez dijo –Tu encontrar te un lobo...

Yami se sorprendió por la actitud del mocoso, pero era verdad. Lo tomo por la muñeca y lo comenzó arrastrar... –Que haces me lastimas –reclamo el pequeño, que ponía sus pies como freno-

-¡Caya!... no quiero escucharte –Mokuba miro, que Yami lo quería meter a una habitación; que se suponía estar sola.

El carmesí abrió la puerta y arrojo al pequeño, dejándolo caer, en todo su esplendor. Mokuba resintió el golpe y gimoteo, entretanto Yami pasaba sobre el...

El niño siguió con la mirada al grande, mientras se levantaba... – ¡Que sabes de él!... –exclamo Yami, apuntando acusatoriamente al pequeño que dormía en la cama, con un exquisito camisón-

Mokuba se sorprendió, pero en un instante cambio su rostro por uno torcido y agresivo... –“¡Como encontraste a este lobo!” –más sus expresiones, no le gustaron del nada al mayo-

-“¡Como te atreves, a hablarme de esa manera!” –Yami tomo por el cuello al pequeño y lo levanto por lo alto- Yo no permitiré que me hables así... Estúpido mocoso –con fuerza Yami arrojó al pequeño contra la pared- Ahora dime todo lo que sepas...

El carmesí se lanzó sobre el pequeño y comenzó, ha asfixiarlo... Mokuba solo puso sus manos a un costado, rasguñando con fuerza el piso de madera.

Cuando Yami noto que el pequeño ya estaba suficiente mente manso, lo soltó, para volver hablar. – ¡Ahora dime todo lo que sabes!...  ¡oh sino!... –Con rudeza el carmesí rompió la camiseta del pequeño. Mostrando así unos pequeños pezones, de color cereza...

Mokuba sujeto su cuello y se acuno, mientras tosía. –El... –trato de decir, pero fue inútil. Pues perdió el conocimiento-

 

Kaiba entro a la habitación, en donde se encontraba el perro rubio, se podía escuchar la regadera, y ver como el vapor salía de la ablución.

El castaño se aproximó, hasta la puesta, donde ya así el perro, y con la punta de sus dedos, empujo la puerta. La puerta no hizo ruido y Kaiba continuo con su camino.

El perro estaba de espaldas y tocaba su cabeza, pues la estaba lavando. El castaño por su parte miro las piernas del mal creado perro, las cuales eran largad y torneadas. Descaradamente miro el trasero del susodicho y sonrió, después deseó miras su cadera, la cual era ancha, pero firme...

Joey por su parte no había notado al castaño, y continúo su refrescante baño. Paso sus manos en sus muslos y suavemente las paso por todo su pecho. Cerró los ojos y se giró, mientras llevaba sus manos, hasta su brillante cabello.

Pero la tentación lo sedujo y con los ojos cerrados busco su miembro. El cual lentamente comenzó a masturbar, un pequeño gemido salió de sus fauces, pero cuando quiso salir otro. Este lo callo y se escuchó un sonoro quejido, pero mientras más rápido movía su mano, mas placer sentía. Con brusquedad Joey se giró y poso una mano en la pared, sin dejar de tocarse con la otra.

Abrió los ojos y miro su pene, que se encontraba más que hinchado y erecto... el agua caliente se deslizaba sobre su miembro y esas gotitas, le causaban un cosquilleo.

Con el dedo pulgar, toco su punta y sobo en forma de círculo, este acto le causaba una gran sensación... Continúo con el movimiento, hasta que se sintió listo, para correrse. Fue hay, cuando sintió una mirada penetrante en su nuca, entonces soltó su pene y se puso recto.

Y con un poco de titubeo volteo, para así encontrarse con el dueño de esos ojos penetrantes, color zafiro...

Joey enmudeció y palideció, sintió como su cuerpo era profanado por esos azulones, trago seco y sin pensarlo más. Tapo su cuerpo con una pequeña toalla, que se encontraba cerca. Torpemente, como descuidadamente, cubrió su entre pierna

Causándole gracia al castaño, que lo miraba desde hace un rato... –¿¡Por qué has parado!? –dijo burlonamente el moreno- Parece que lo disfrutabas...  

Joey parecía un animalito atrapado, miraba o todas parte, pero a la vez no miraba nada. La regadera seguía abierta y la toalla que lo cubría se comenzaba a trasparentar...

Pero como dicen... la mejor defensa es el ataque. – ¡Que está haciendo!... –dijo altaneramente el cautivador lobito- “Que no sabes, que no se espía a la gente, cuando se baña”...

El rubio tomo un jabón y se lo lanzo al moreno –“¡Largo de aquí... pervertido!”...  –pero Kaiba simplemente, hizo caso omiso a lo dicho por el perro. Mientras su mirada, se volvía más lívida-

Se acercó hasta el perro, y coloco su mano en la pared, el agua mojo su ropa, pero esto no le importo. Ya que con la otra mano tomo el mentón del perro...

Joey por su parte tembló al ver, que esos ojos se aproximaban, pero estaba acorralado y no podía huir. Así que desvió la mirada, más fue inútil...

-“Tú perro de porquería”...NO me mandas... Y yo me iré cuando quiera irme... 

Las palabras de Kaiba, hirvieron la sangre del perro, y con rabia, Joey mordió al castaño, con tanta fuerza. Que sangre broto de su mano.

-“¡Maldito perro, que crees que haces”!... –Joey empujo al vampiro y corrió al cuarto-

Jamás en su vida se había sentido tan avergonzado. Su rostro estaba más rojo, que los ojos de Yami, y eso ya era decir mucho... Tomo la sabana de la cama y se cubrió con ella. Pero sintió al vampiro salir, del cuarto de baño, y sin pensarlo salió de esa habitación...

Comenzó a caminar por todo el lugar, hasta que sintió su lengua entumida. También se sintió débil y cansado, e incluso le costaba respirar...

Asi que se recargo en una pared, y se dejó caer por ella. Noto que tenía sangre en su boca y la limpio con su brazo...

-Por qué... –dijo antes de desmallarse y quedar profundamente dormido...

-Eso te pasa por beber mi sangre –dijo Kaiba, que venía, detrás del cachorro- Si hubiera bebido más estarías muerto.

El castaño tomo en brazos al licántropo y observo su rostro. El cual emanaba una paz, como tranquilidad –Tengo que comenzar a educarte...

Kaiba regreso a la habitación y coloco al rubio en la cama. Por el momento tenía que hacer algo muy importante. Ya después tendría tiempo, para jugar, con su nueva mascota; pensó el oji-azul. Mientras salía del lugar...

Con un suave movimiento de su mano, Yami acaricio el rostro del pequeño lobo, mientras que con lentitud, se recostaba a su lado...

-Eres bello –exclamo con un resoplo- Me pregunto... –dijo como preguntando se algo-

Así que tomo la mano del pequeño, para mirar su muñeca. Yami observo cuidadosamente, la sangre que corría por sus venas, y con su dedo, delineo las mismas franjas de color seductor.

-Me gustas –le susurro en el oído-

Pero el lobito ni se inmuto, pues sus heridas lo mantenían inconsciente – ¡Joey!... –fue lo único que murmuro el violeta-

Mas esta vez Yami, se disgustó... – ¡Tú no eres Joey!... –dijo enojado, mientras se levantaba- Por quien llamas...

El carmesí quería ser el único, para el pequeño lobo. Y si tenía que matar al tal Joey, lo haría sin dudarlo.

Continuara>>>


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