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-Comida para vampiro- *los cachorros saben mejor* por serenituegt

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Capitulo: 7  Tu…

Entre los pacillos, que al parecer eran de piedra caliza. Una antorcha se paseaba, con el rumbo marcado, pues los acompañantes de esa luz, eran dos vampiros, ya conocidos.

-Así que tú también, encontraste un lobo –dijo Yami sin mostrar alguna emoción en su rostro-

-¡Así es!... –contesto el castaño, de la misma manera-

Yami estaba algo exaltado, mas no lo demostraba... –Por miles de años, hemos buscado lobos. Y lo único que teníamos que hacer, era dejar de buscar. Pues ellos vendrían a nosotros...

Kaiba escuchaba con atención, al carmesí, y pensó Que ironía... -más se mantuvo callado-...

-Para serte sincero... –dijo Yami- Me alegra que tengas un lobo... Por qué tal vez, yo no sería capaz de compartir, la sangre de ese licántropo... En realidad estaría dispuesto, a romper nuestra alianza.

El oji-azul detuvo su andar y miro al carmesí. –Me traicionarías, por un poco de sangre –exclamo fría mente-

El carmesí también se detuvo y miro con el rostro alto, al susodicho. –Yo sé cuáles son mis convicciones. Pero tú sabes mejor; que con sangre por medio. No puedo detenerme... Soy un vampiro de elite, y mis instintos me han conseguido ese título. El cercenar, mutilar y desgarra, solo es el principio; ya que en el fondo tengo una mente trastornada... ¡Más tú sabiendo esto has decidido ayudarme! y darme la mano de tu hermano...

Kaiba gruño y continuo su camino, pero después de unos cuantos pasos, volteo. –“¡Yo solo estoy protegiendo a mi clan!”... Y lo que hagas; me tiene sin cuidado... Más si te voy advertir algo... Si lastimas a mi hermano, te las veras conmigo. No en balde, me gane el cetro del milenio...

Kaiba había tenido que pelear con millones de vampiros, por el cetro del milenio. El cual recibió del mismísimo Rey de los vampiros. Sangre y sudor, como su libertar, estaban ungidos en ese misterioso, como poderoso cetro.

-Yo no lastimaría a tú bello hermano... Pero la idea de comprometernos, era para darte más motivos. A que me ayudaras... ¡Recuerda que no eres del agrado de esa víbora rubia! Además de que muchos odian tu clan, por no dejarlos atacar a la raza humana.

Los dos vampiros se miraron y continuaron caminando, hasta llegar a una planche, en donde se miraba el ojo de Horus. Ambos mordieron su dedo y untaron la sangre que les brotaban en la insignia.

La inmensa piedra se movió, y ante sus ojos una cámara, con una meza de piedra, se mostró. Los dos jóvenes colocaron sus antorchas en unas espigas y una luz roja inundo la habitación.

Seto y Yami, se miraron y caminaron hacia otra piedra gigante, la cual mostraba un templo sagrado. Pues estos dos habían sido trasportados a Egipto...

-Me hubiera gustado usar el portal, la última vez que vine. Así me hubiera ahorrado los mareos en el barco...

Yami comenzó a desvestirse y de un perchero cogió una túnica, de colores negro y dorado... Mientras Seto se colocaba una de color azul rey y toques plateados.

-Se supone que teníamos que mantener en secreto, que habías venido. Tu sabes que los ocultistas, puedes sentir la magia de un portal moviéndose...

-Como sea... Mejor démonos prisa –exclamo Yami, que colocaba un anillo en su mano; que mostraba su estatus-

Ambos llegaron a un cenáculo, en donde miles de vampiros, platicaban, mientras bebían sangre fresca. Algunos vampiros, traían a lobos en cuatro, con coreas y collares... “¡Pero claro está!” que esos lobos, eran licántropos.

Ante los ojos de todo mundo los lobos se convertían en hombres. Para ser simplemente mordidos con ferocidad; por sus amo...

-¡Vaya, vaya!... ¡Pero a quien tenemos aquí!... –dijo un hombre de cabello largo, y color plata-

Kaiba y el carmesí pusieron una cara de pocos amigos. Pero el hombre ignoro esto... – ¡Han venido a la corte del Rey!... “¿no es así?”... –el caballero tenia movimientos rápidos y seductores-

-“Aléjate vejestorio”... –musito entre labios el oji-azul. Mientras pasaba de lado-

-¡Mi querido Kaiba!... no tienes que ser igual de salvaje que ese carmesí. Tú tienes clase y porte. Y ese miserable, no es digno de lamer, la suela de tus zapatos...

Todos los presentes, guardaron silencio y comenzaron a murmurar. Las miradas se hicieron evidentes, pero Yami no presto atención. Este solo se voltio con rudeza y sorrajo un puñetazo en el rostro del peli-plata

-¡Tranquilízate! –dijo fríamente el castaño- Maximillion solo quiere, provocarnos, para que lleguemos tarde a la corte.

Yami gruño y continúo caminando. Mientras Seto sonreía con arrogancia –Cuida tu lengua repugnante víbora... un día de estos, te puedes llevar una sorpresa...

 

En el palacio Joey jugaba muy feliz mente, con el pequeño de cabellos azabaches. Los dos jugaban a la pelota, pero con su velocidad, y destreza. Ambos llevaron el juego a otro nivel, los mueles estaban destrozados, los espejos eran polvo y los muros, estaban negros de lodo.

-¡Me gusta, que estés aquí!... Por lo regular estoy solo y aburrido. “¡Pero ahora!”... que te quedaras para siempre. Soy muy feliz...

Joey seguía jugueteando, sin notar las palabras del moreno... –No pensé que los vampiros fueran tan divertidos. Y me alegra, que te sientas feliz –dijo sonriendo- “solo qué”... Solo qué, cuando tú amigo encuentre a Yugi; yo me iré...

Mokuba paro el juego y su mirada, calo la piel del lobo... – ¡Te sucede algo! –pregunto Joey sin notar, que el azabache, estaba enojado-

-“Por qué” –pregunto el pequeño en murmullo- Por qué no puedo tener lo que yo quiero... Por qué no tengo el amor de quien yo quiero... por qué siempre tengo que hacer lo que los demás quieren

El vampiro arrojo la pelota contra el suelo y camino – ¡Espera! –exclamo Joey un poco preocupado. Mas el niño no se detuvo- Por favor espera... Ahora somos amigos... ¡no!... Tal vez yo pueda hacer algo por ti.

El crio se detuvo y con lágrimas miro al rubio. –En verdad quieres ayudarme... En verdad te preocupo –las palabras de Mokuba sonaban desgarradora como lamentaras.

Joey no terminaba de entender lo que sucedía, pero los ojos de ese pequeño, denominaban tanto dolor. Que el corazón de Joey se rompía, con cada gemido de sollozo.

-¡Libérame!... –dijo el pequeño, que se pegaba al cuerpo del grande- Necesito que alguien me libere, para que así. Mi hermano no me obligue a casarme... “¡Hazme el amor!” y lléname de tu esencia... Así ya no seré puro, para el altar.

Joey parpadeo y trago seco... –“¡Que dices!” –refuto con sonrojo y nerviosismo. Pero de repente escucharon ruido en la sala, y el pequeño dejo su acto. Pues lo que escuchaban era la voz de dos vampiros...

Seto y Yami habían regresado de su diligencia y se podía notar, por el tono de voz. ¡Que no venían nada felices!...

-“¡Que es lo que ha pasado aquí!”... –dijo con disgusto el castaño, mientras gritaba por su hermano menor- ¡Mokuba!...

El pequeño se asomó con el rostro inclinado –Me llamabas –contesto sin fuerza-

-¡Pero qué has hecho!... ¡Quiero una explicación, ahora!...

Mokuba se mantuvo callado y mirando el piso –“Yo lo hice” –se escuchó la voz del rubio- Eso es por espiarme, en el baño... Degenerado maldito

Kaiba rechino los dientes mientras gruñía –Es hora de que aprendas, a ser un buen perro –Kaiba miro al pequeño y señalo que se fuera, sin decir nada en realidad-

Pero Yami solo rio... –Perro malo –dijo en burla y también se fue. Y exactamente detrás de un azabache. Que lo esperaba en el pacillo-

-Qué bello has actuado –Yami apretó los cachetes de Mokuba y  sus miradas se cruzaron-

-Ya hice lo que, querías... ¿Pero no entiendo?... por qué quieres que seduzca a Joey –el carmesí sonrió-

-Tu quiere tu libertad... “¿No, es así?”... Y Yo en realidad, prefiero un amante Lobo... Sus cuerpos resisten más, a la hora del acto... Además cuando están en selo, son realmente provocadores...

Mokuba no sabía, en que momento, había aceptado aliarse con su verdugo. Pero lo que le proponía, era algo bueno. Él se liberaría de su hermano. Y se casaría con su amado; con solo fingir un poco... además si algo mas pasaba, Joey no era de mal ver...

-Yo seguiré con tu plan... Siempre y cuando, tú culpas tu trato... –los dos vampiros tomaron su rumbo. Mokuba iría a ver a su hermano y el carmesí, a ver a su lindo licántropo...

 

-¡Joey!... ¡Joey!... –gritaba desesperadamente el oji-violeta. Pero entre sueños los sonidos no son expresados. – ¡Joey! Por qué me has dejado... Donde esta Joey... Tú prometiste, cuidar de mí. Por qué no bienes –Yugi se miraba en la obscuridad, solo y perdido, llamando, por alguien que no respondía- 

Y todo esto era observado, por un carmesí, de instintos perturbados... Dos días trascurrieron y el Pequeño Yugi, salió de su oscuridad.

Los sonidos lo despertaron, más este, no había; abierto los ojos. Se mantuvo tranquilo y quieto... Escucho los pájaros, y una que otra chica hablando.

-El amo Yami, fue muy generoso, al cuidar de las heridas de un licántropo. Todos piensan que es malvado y sádico, pero yo creo, que solo necesita una motivación, para cambiar...

Yugi olvido a dormir y esta vez soñó con otra cosa... –Eres muy bello... Quiero que seas mío, y de nadie más...

A pesar de seguir durmiendo, Yugi era capaz de distinguir, aquella voz, que le profesaba tan vergonzosas, palabras.

-¿Quién eres?... –se preguntó, una y otra vez el violeta- “Quiero verte”... –pero por más que trataba sus ojos no se habrían. Y esa voz se volvía a ir, “dejándolo con la pregunta”- “¿Quién eres?”...

En un tiempo... Sin motivo alguno Yugi sintió muy pesadas las sabanas, sentía que se ahogaba y conforme pasaba el tiempo, las susodichas lo lastimaban...

Desesperado el violeta trataba de gritar, pero no podía moverse. Mas su voluntad, y desesperación, le dieron la llave...

De un jalón se levantó y arrojo las sabanas, volvió a cerrar los ojos, mientras respiraba con agitación. Cuando se tranquilizó, comenzó a usar sus sentidos, principal mente su oído... el cual capto una respiración cerca.

Yugi sintió miedo y abrió los ojos, llevándose un susto, al ver a un hombre, sentado en una silla; Al pie de la cama...

Con rapidez él licántropo cogió las sabanas y se cubrió, hasta tapar su barbilla... Los ojos del niño rodaron, para mirar al hombre, el cual solo sonreía con ternura...

Con el gesto del hombre, el pequeño se sintió con seguridad y se atrevió a preguntar... – ¡¿Quién eres?!...

El hombre en la silla, parresia tranquilo, pero en el fondo se sentía desesperado. Tenía sed y la sangre de ese pequeño lo llamaba con cinismo...

-¡Me llamo Yami!... “¡Y yo seré tu futuro dueño!”... –el vampiro sujeto la mano del pequeño y caballerosamente, poso un beso en ella-

Más Yugi... estaba en shock, su mente, como sus sentimientos, estaban alterados... –Esa es la voz, de mis sueños -pensó él pequeño, que solo se mantenía inerte-

El carmesí se sentía impactado, por los divinos ojos del pequeño, el aroma de su mano y su timidez. Lo excitaban sin refrendo... Pero no quería ser agresivo con el licántropo... “¡No!”... hasta separarlo de ese maldito rubio... Después de lograr su cometido, el violeta sufriría en carne propia. Lo malévolo, que podía ser un vampiro de raza pura.

-¡Yo!... ¡yo!... –el lobo tartamudeaba y no razonaba lo que quería decir- Yo... quiero ver a Joey –grito con fuerza, mientras se desesperaba, por pararse. Ignorando al vampiro que aun sostenía su mano-

Yami gruño y sus ojos se convirtieron en dos bolas de fuego. –“¡Por favor!”... –dijo con suplica el pequeño- Dime donde esta Joey...

El mayor sonrió con arrogancia y dijo... –“No oíste lo que dije”... –Yugi puso atención y con sus nítidos ojos miro al carmesí- “¡Yo será tu muevo amo!”...

El vampiro se lanzó sobre el pequeño y mordió su cuello, sin ninguna piada. Yugi rito de dolor, pues podía sentir como los colmillos del vampiro, tronaban sus músculos...

Un crujido se escuchó, pues los filosos colmillos del carmesí, penetraron los huesos de la clavícula... El pequeño solo lloro, pues ya no podía seguir gritando...

-¡Por favor!... –musito con dulzura el violeta, mientras tocaba, el rostro de su atacante- ¡Por favor!... –volvió a repetir, mas esta vez con un nudo en la garganta. El cual le llego al vampiro...

Pues con brusquedad se alejó del niño... La cama estaba bañada en sangre, las almohadas se sentían calientes, por el mismo líquido, y el pequeño niño, respiraba con lentitud, mirando a su atacante.

Con sus piernas el lobito se acunada y no decía nada, solo miraba al grande, que miraba por la ventana... -¡Gracia!... –dijo el violeta, casi en murmullo-

Mas Yami seguía mirando por la ventana... -Tú me salvaste, de Tea..., ¡verdad!... –Yugi era muy tierno al decir esas palabras. Su inocencia florecía y esta vez el vampiro no pudo ignorarlo...-

Resoplo con la nariz –“¡Gracias!”... gracias... –el carmesí se voltio con hosquedad, he irónicamente volvió a decir- Gracias... En verdad que eres estúpido... ¡Yo! –exclamo apuntándose- Yo, acabo de morderte, tan fuerte, que casi te mato... Y tú solo dices GRACIAS...

El libito toco su cuello y sonrio... –Esto ya no me duele... –bajo la mirada y pensó por unos minutos- Esto lo hiciste, porqué tenías hambre... “¡verdad”!... Por qué, yo no creo; que alguien, que ayuda a otro, sea malo –el enano, solo tartamudeaba, mientras lágrimas salían de sus ojos-

El pequeño seguía acunado y trataba de consolarse, con sus brazos. –“¡Sí!”... –dijo Yami, que secaba las lágrimas del susodicho- La mentó haberte asustado... No puedo controlar, mis instintos salvajes...

Con dulzura el nosferatu, sonrió al niño. Se podía decir, que era la primera vez, que este vampiro. Tenía un gesto, de este tipo... y Yugi, sabía que ese vampiro, bajas le volvería hacer daño...

-“Me llamo Yugi Motoó”... Y es un placer conocerte Yami-chun...

Ambos se miraban sin saber, que una semilla de amor; ya se asee en un pequeño rincón de su corazón. Pues pese todo, estos dos, serian el uno, para el orto...

 

Continuara>>> 


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