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-Comida para vampiro- *los cachorros saben mejor* por serenituegt

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Capitulo: 9 Búsqueda

Tristán y Duke... Habían regresado de su expedición, y no volvían con buenas noticias. Traían a un lobo herido y moribundo de cabello azul...

Los lobos que miraban esto se asustaron, al ver a un de sus bravos guerreros, en esas condiciones. “¡Que había pasado!”...

El anciano a cargo de los cachorros, salió de una casilla, hecha de pieles y palos, pero a la vez por dentro, era decorado, por los mejores utensilios.

El hombre con sorpresa se acercó al mal herido y con desconcierto trato de hablar con él ya asiente... –“Erikc”... “Erikc”... ¡Dime hijo que ha pasado!...

El lobo entre abrió los ojos y con dificultad exclamo... –Vampiro... vampiro.

La sangre del anciano se helo, no tenía bien claro los hechos, pero todos tenían que irse de ese lugar.

-“Duke”... organiza todo, para cambiarnos de lugar. Este sitio ya no es seguro –el hombre sujeto la mano del peli-azul- Eres un gran guerrero...

-“Tristán” –llamo el lobo, por su aprendiz- Curen sus heridas y averigua, que paso con mis dos amados nietos –el moreno asintió, y todo mundo comenzó a recoger los campamentos, del norte y sur-

 

Kaiba y Yami... Se encontraban en medio del bosque... Ambos podían oler, la esencia de lobo, por todo el lugar. Más eso no decía, que pudieran seguir el rastro.

-¡Maldición!... Esos malditos lobos, son muy importantes para nosotros. Si nuestros guerreros se alimentan de su sangre. Los arribistas Ishtar, no tendrán oportunidad contra nosotros –Yami estaba enojado, tenían todo el día buscando señal o indicios de licántropos, pero sus esfuerzos eran en vanos-

Kaiba miro el suelo y recogió algo muy peculiar. Era una piedra de color platino y con forma de media luna. –“Quiero preguntarte algo” –expreso el castaño, que caminaba con mucha seguridad, hacia el carmesí-

Yami solo lo miro, pero sus gestos definían su mal humor. – ¡Ahora qué!... –el castaño mostro la piedra, que recién había casado del lodo-

-La noche en que encontramos a los cachorros. No era luna llena “¡verdad!” –Yami miro con fastidio y contesto- “Ve al grano”...

El azul resoplo y poniendo la pierda en el pecho del carmesí dijo –Ellos encontraron la formas de transmutar...

El carmesí sostuvo la piedra y con rapidez busco al castaño – ¡Pero que estás diciendo!... ¡Eso es imposible!... “Además si ellos pudieran hacer eso” Nosotros ya estaríamos muertos...

Kaiba se acuclillo y miro las pisadas en el lodo, movió unas cuantas ramas. Pero Yami piso las marcar. –Quiero que me expliques tus ridículas, conclusiones...

El castaño gruño, por tal vez haber perdido una valiosa pista... –Por lo que me contaste... ese enano, era perseguido por una loba. Tu solo podías saber que era una hembra, por su olor... pero un animal tan grande, debería dejar más marcas, por el bosque; y eso no es así... Por eso concluyo que esa perra, encontró la forma de transmutar...

Ambos vampiros se mantuvieron en silencio, hasta que un azabache se vio, aproximarse. –“Hermano” ya hemos, registrado el norte de las montañas y no encontramos nada...

Mokuba regresaba con los vampiros de alta confianza, del carmesí y del hiel. Pues si se filtraba la información de lobos. Ese lugar estaría lleno de vampiros, dispuestos a morir por un poco de líquido rojo...  

El azabache noto que los otros dos estaban más serios de lo normal. –“¿Ocurre algo?” –expreso el niño, con algo de confusión-

Pero Kaiba mejor de dirigir se al pequeño, siguió hablando con el carmesí. –Cuando los encontremos, tendremos que emboscarlos. No les daremos tiempo, a nada... “además” se por buena fuente, que los lobos adultos no están. En ese campamento solo se encuentran cachorros y adolecentes...

-Eso de no saber, en donde están los adultos. También es preocupante –asentó el carmesí, con algo de inconformidad- Tal vez nosotros seamos los emboscados...

Ambos Nosferatu emanaban energía, desahuciadora. Sin notar qué el pequeño azabache, comenzaba a cumular odio en todos sus poros. El trato que le daban, lo estaba arrimando a una traición...

 

Los licántropos no eran tontos, y sabían que no podrían borrar su rastro. Así que el moreno de ojos jade, pidió un favor a una vampiresa sin igual, de nombre Kujaku Mai.

Ella era un vampiro claro está. Pero también era una hechicera con poderes incomparables. –Gracias por ayudarnos –decía Duke, mientras hacia una reverencia y mantenía el rostro caído-

La mujer que tenía los brazos cruzados suspiro y camino hacia el lobo, de piel canela. –Tú no tienes, por que darme las gracias... Yo te debo mi vida.

Tanto Duke, como Mai. Habían sido esclavos, de los vampiros de Egipto. Duke claro está, por ser un licántropo. Y Mai por ser un posible peligro, para el Faraón, oh rey de los vampiros...

Mientras estén en este castillo, ningún vampiro los encontrara. El campo de fuerza que lo protege, es tan complejo. Que para quitarlo, tendrían que matar a mis Damas Arpía, que en este momento están en Egipto...

El jade se enderezo y miro a la mujer, que ya estaba muy cerca. Las mejillas del jade se prendieron y un nerviosismo, lo inundo... –“Mai” –dijo mientras retrocedía- Puedo ayudarte en algo... –dijo con más nerviosismo-

La rubia insistió con la mirada, pero con una mirada de suspicacia. – ¡Quiero conocerlo! –exclamo sin dezmero. Pero Duke no entendía de qué hablaba-

-¡De que hablas!... –el jade después de decir esas palabras entendió a que se refería su amiga- “¡Tú”!... Quieres conocer a Tristán –el peli-negro estaba algo alterado, púes Tristán odiaba a los vampiros-

-Bueno él... él... –la mujer noto que algo no estaba bien- Hay algún problema.

Duke miro el suelo y con algo de nostalgia contesto –Bueno... A él no le agradan los vampiros... Un alud de ellos mato a sus padres, cuando era muy pequeño.

La chica suspiro y abrazo al jade. –No te preocupes, yo entiendo... Y para que él se sienta más cómodo me iré, a visitar a unos viejos conocidos...

Duke tenía trabajo, por eso no se podía dar el lujo, de deprimirse... Había 100 cachorros que organizar en un castillo para 500 personas. Pero todo el esfuerzo, era motivado, por proteger y librar a los cachorros. Pues a él nadie lo ayudo, cuando cierto vampiro de cabellos plateados, lo convirtió en su esclavo...

 

Los Nosferatu regresaban a casa, con algo de inconformidad –Dime que tienes algo en mente –decía Yami, que servía vino en una copa-

El castaño colocaba un abrigo en un perchero cercano y miro al carmesí. –“Claro que tengo un plan”... –Yami extendió una copa al hiel. Y se acomodó en un sillón. Pero su forma de sentarse, fue desaprobada inmediatamente por el castaño-

-Tu falta de modales, me enloquece –el tomo de las palabras era neutro. Pero Yami no perdió tiempo, en arremeter-

-Lo odias en mí... pero apuesto, que en ese perro, “te excita”... –las palabras de Yami quedaron en el aire. Ya que no fueron tomadas en cuenta-

-Ese perro tiene más educación que tú –dijo Kaiba al salir por la puerta-

El carmesí tomo su copa de un jalón y al terminarla. Se dirigió por la botella –“Ese perro tiene más educación que tú” –repitió el vampiro, más su tomo y sus labios, expresaban su odio-

Con unas copas de más el salvaje vampiro, se dirijo a la habitación de un violeta... Yami abrió lentamente la puerta, no sabía si el pequeño dormía, oh qué... pero no quería alertarlo por si algo bueno estaba sucediendo...

Yugi se encontraba sentado en un pequeño sillón, entre sus manos un libro ya hacía, de color blanco. Esto no fue tomado en cuenta por el carmesí... El exceso de alcohol lo tenía embrutecido y solo deseaba oler al pequeño...

El violeta escucho ruido y alzo la mirada... Su primer gesto, al ver al moreno fue de alegría y corrió a recibirlo.

La alegría que Yami miro, en el pequeño que se aproximándose, fue aliviador. Pues el pequeño no estaba enojado con el – ¡Me alegra que vengas! –decía el niño con una amplia sonrisa y una endulzante voz-

Pero después de unos minutos Yugi noto, el estado de ebriedad – ¿Sucede algo? –el violeta trato de tocar al grande, pero este se negó a ser tocado. En cambio pasó de largo y se quitó la camiseta. Para dejar ver su delgado y desquiciante cuerpo. Que a la vez estaba bien marcado.

Yugi noto que el cuerpo del grande tenía muchas cicatrices y sin meditarlo atino a preguntar... –Tú cuerpo... Tu cuerpo está muy herido...

El pequeño se aproximó y toco el pecho de Yami, como si de un gatito se tratase... el carmesí sujeto la mano del pequeño... y sus miradas se encontraron; el violeta miraba al carmesí y el carmesí al violeta...

Sin decir nada Yami llevo la mano del pequeño hasta su nariz, y con delicadez la olfateo. Mientras Yugi solo lo observaba.

Sin movimientos bruscos o jalones Yami sujeto la espalda de Yugi, el pequeño dio unos pasos, para quedar más cerca del mayor. Y Yami lo abrazo con fuerza... clavo su nariz en el cuello del pequeño y siguió olfateando.

Por un minuto Yugi pensó, que ese vampiro lo mordería. Pero fue todo lo contrario; lo que el pequeño sintió fue un suave beso. Que erizo todo su cuerpo... Y al ponerse nervioso Yugi trato de alejarse. Mas el Nosferatu, no selo permitió.

-“No por favor” –dijo el grande- Solo un poco más... –Yugi cedió, pues el tono del mayor, era tranquilo. Como sí, con eso el vampiro se tranquilizara.

Yugi permitió que el abrazo se expandiera y en cuestión de segundos, el violeta también estaba sujetando al carmesí...

Los latidos del corazón de ambos, se sincronizaron, al paso del tiempo, y mientras un abismo se posaba en el sol, Yami dijo –Te quiero...

Pero Yugi no lo escucho, ya que el pequeño se había quedado dormido, entre sus brazos. El vampiro sonrió con un poco de humor, pues no conocía a alguien. Que pudiese quedarse dormido de pie...

Sin meditarlo mucho lo tomo entre sus brazos y lo acomodo en la cama. Con minucioso cuidado lo observo y noto que el pequeño. “No tenía marca de su mordida”.

Yami se levantó con brusquedad y solo salió de la habitación... comenzó a recorrer todos los pasillos en búsqueda del castaño. Pero después de buscarlo por todos los lugares, se dirigió a uno en especial. Al cuarto del perro rubio.

Sin llamar entro a la habitación y miro al castaño que se levantaba de la cama, en donde estaba sentado... Pero antes de hablar, Seto lo hizo primero...

-¡Lo sé... ellos se regeneran con más rapidez! –el carmesí miro al rubio frente a él. Este también tenía dos puntillas de color obscuro. Pero esto era anormal, pues cuando un vampiro mordía a un hombre lobo. Los licántropos tardaban en curarse de cuatro a cinco días. Pues la presión de los colmillos era más que letal, en un pequeño cachorro, que en un humano.

Kaiba solo asintió a reírse como loco, mientras Yami lo observaba con detenimiento... –“¡Con la sangre de estos perros!”... “¡El trono de Egipto es nuestro!”...

El carmesí sintió algo en su pecho, al escuchar a su compañero... ¡ALGO HABIA CAMBIADO!... “¡Por qué no entendía!”, el por qué no deseaba continuar con su plan...

¡Pero como le diría esto a Kaiba!... ¡Cómo le explicaba!..., ¡Que el ahora solo quería estar con el cachorro violeta!... Kaiba no toleraría una traición, además el futuro de los seres humanos. También estaba en juego...

Con burla Yami resoplo –Cálmate señor todo poderoso... Primero tenemos que encontrarlos.

Kaiba miro al susodicho –Sígueme tengo un plan... –el carmesí hizo, como Kaiba y lo siguió de cerca. Pero al darse cuenta que se dirigía a la habitación del violeta. ¡Se alteró!...

-Que estás haciendo –mastico, entre dientes... para así ser ignorado por el hiel-

Con una patada abrió la puerta, y el lobito que dormía se despertó de un salto. Yugi estaba desconcertado y asustado. Miro a todas partes, hasta que enfoco una figura conocida.

-¡Yami-Kun! –expreso con su vocecita. Pero no tuvo tiempo de ser correspondido. Por qué el hiel lo sujeto de los brazos y comenzó a zangolotearlo-

-Tienes que salir de este lugar... Corre lo más rápido que pueda y no mires atrás –Kaiba estaba alterando al pequeño y solo lo aceleraba. Mientras Yami enfurecía con toda su rabia-

Mas una vez más Yugi busco al carmesí. Topándose con la peor cosa, que jamás había visto en toda su vida...

El carmesí se lanzó sobre el hielo. Y Yugi dio un grito sin control. Estaba asustado por las palabras y Yami le estaba ayudando al castaño.

Cuando el carmesí estuvo sobre el castaño. Kaiba volvió a hablar – ¡Corre!... ¡corre!... Joey te está buscando.

Yugi hizo lo que mejor sabía hacer, y comenzó a correr, entre los pasillos y habitaciones. Tratando de encontrar una salida, de ese lugar...

Yami al observar que el pequeño se marchaba soltó al castaño y trato de ir por el violeta. Más un golpe lo detuvo en seco...

-Aun no podemos seguirle... Espera a que salga de la mansión y luego lo seguiremos...

Los ojos de Yami cambiaron de color. Su tono era dorado como esplendores. Su modo salvaje estaba fuera de control. Y solo deseaba vengarse de alguien... y ese alguien era Kaiba...

Cuando Kaiba noto las intenciones del carmesí. Saco su cetro del milenio y con solo un resplandor lo apaciguo... 

Capitulo: 9 Búsqueda

Tristán y Duke... Habían regresado de su expedición, y no volvían con buenas noticias. Traían a un lobo herido y moribundo de cabello azul...

Los lobos que miraban esto se asustaron, al ver a un de sus bravos guerreros, en esas condiciones. “¡Que había pasado!”...

El anciano a cargo de los cachorros, salió de una casilla, hecha de pieles y palos, pero a la vez por dentro, era decorado, por los mejores utensilios.

El hombre con sorpresa se acercó al mal herido y con desconcierto trato de hablar con él ya asiente... –“Erikc”... “Erikc”... ¡Dime hijo que ha pasado!...

El lobo entre abrió los ojos y con dificultad exclamo... –Vampiro... vampiro.

La sangre del anciano se helo, no tenía bien claro los hechos, pero todos tenían que irse de ese lugar.

-“Duke”... organiza todo, para cambiarnos de lugar. Este sitio ya no es seguro –el hombre sujeto la mano del peli-azul- Eres un gran guerrero...

-“Tristán” –llamo el lobo, por su aprendiz- Curen sus heridas y averigua, que paso con mis dos amados nietos –el moreno asintió, y todo mundo comenzó a recoger los campamentos, del norte y sur-

 

Kaiba y Yami... Se encontraban en medio del bosque... Ambos podían oler, la esencia de lobo, por todo el lugar. Más eso no decía, que pudieran seguir el rastro.

-¡Maldición!... Esos malditos lobos, son muy importantes para nosotros. Si nuestros guerreros se alimentan de su sangre. Los arribistas Ishtar, no tendrán oportunidad contra nosotros –Yami estaba enojado, tenían todo el día buscando señal o indicios de licántropos, pero sus esfuerzos eran en vanos-

Kaiba miro el suelo y recogió algo muy peculiar. Era una piedra de color platino y con forma de media luna. –“Quiero preguntarte algo” –expreso el castaño, que caminaba con mucha seguridad, hacia el carmesí-

Yami solo lo miro, pero sus gestos definían su mal humor. – ¡Ahora qué!... –el castaño mostro la piedra, que recién había casado del lodo-

-La noche en que encontramos a los cachorros. No era luna llena “¡verdad!” –Yami miro con fastidio y contesto- “Ve al grano”...

El azul resoplo y poniendo la pierda en el pecho del carmesí dijo –Ellos encontraron la formas de transmutar...

El carmesí sostuvo la piedra y con rapidez busco al castaño – ¡Pero que estás diciendo!... ¡Eso es imposible!... “Además si ellos pudieran hacer eso” Nosotros ya estaríamos muertos...

Kaiba se acuclillo y miro las pisadas en el lodo, movió unas cuantas ramas. Pero Yami piso las marcar. –Quiero que me expliques tus ridículas, conclusiones...

El castaño gruño, por tal vez haber perdido una valiosa pista... –Por lo que me contaste... ese enano, era perseguido por una loba. Tu solo podías saber que era una hembra, por su olor... pero un animal tan grande, debería dejar más marcas, por el bosque; y eso no es así... Por eso concluyo que esa perra, encontró la forma de transmutar...

Ambos vampiros se mantuvieron en silencio, hasta que un azabache se vio, aproximarse. –“Hermano” ya hemos, registrado el norte de las montañas y no encontramos nada...

Mokuba regresaba con los vampiros de alta confianza, del carmesí y del hiel. Pues si se filtraba la información de lobos. Ese lugar estaría lleno de vampiros, dispuestos a morir por un poco de líquido rojo...  

El azabache noto que los otros dos estaban más serios de lo normal. –“¿Ocurre algo?” –expreso el niño, con algo de confusión-

Pero Kaiba mejor de dirigir se al pequeño, siguió hablando con el carmesí. –Cuando los encontremos, tendremos que emboscarlos. No les daremos tiempo, a nada... “además” se por buena fuente, que los lobos adultos no están. En ese campamento solo se encuentran cachorros y adolecentes...

-Eso de no saber, en donde están los adultos. También es preocupante –asentó el carmesí, con algo de inconformidad- Tal vez nosotros seamos los emboscados...

Ambos Nosferatu emanaban energía, desahuciadora. Sin notar qué el pequeño azabache, comenzaba a cumular odio en todos sus poros. El trato que le daban, lo estaba arrimando a una traición...

 

Los licántropos no eran tontos, y sabían que no podrían borrar su rastro. Así que el moreno de ojos jade, pidió un favor a una vampiresa sin igual, de nombre Kujaku Mai.

Ella era un vampiro claro está. Pero también era una hechicera con poderes incomparables. –Gracias por ayudarnos –decía Duke, mientras hacia una reverencia y mantenía el rostro caído-

La mujer que tenía los brazos cruzados suspiro y camino hacia el lobo, de piel canela. –Tú no tienes, por que darme las gracias... Yo te debo mi vida.

Tanto Duke, como Mai. Habían sido esclavos, de los vampiros de Egipto. Duke claro está, por ser un licántropo. Y Mai por ser un posible peligro, para el Faraón, oh rey de los vampiros...

Mientras estén en este castillo, ningún vampiro los encontrara. El campo de fuerza que lo protege, es tan complejo. Que para quitarlo, tendrían que matar a mis Damas Arpía, que en este momento están en Egipto...

El jade se enderezo y miro a la mujer, que ya estaba muy cerca. Las mejillas del jade se prendieron y un nerviosismo, lo inundo... –“Mai” –dijo mientras retrocedía- Puedo ayudarte en algo... –dijo con más nerviosismo-

La rubia insistió con la mirada, pero con una mirada de suspicacia. – ¡Quiero conocerlo! –exclamo sin dezmero. Pero Duke no entendía de qué hablaba-

-¡De que hablas!... –el jade después de decir esas palabras entendió a que se refería su amiga- “¡Tú”!... Quieres conocer a Tristán –el peli-negro estaba algo alterado, púes Tristán odiaba a los vampiros-

-Bueno él... él... –la mujer noto que algo no estaba bien- Hay algún problema.

Duke miro el suelo y con algo de nostalgia contesto –Bueno... A él no le agradan los vampiros... Un alud de ellos mato a sus padres, cuando era muy pequeño.

La chica suspiro y abrazo al jade. –No te preocupes, yo entiendo... Y para que él se sienta más cómodo me iré, a visitar a unos viejos conocidos...

Duke tenía trabajo, por eso no se podía dar el lujo, de deprimirse... Había 100 cachorros que organizar en un castillo para 500 personas. Pero todo el esfuerzo, era motivado, por proteger y librar a los cachorros. Pues a él nadie lo ayudo, cuando cierto vampiro de cabellos plateados, lo convirtió en su esclavo...

 

Los Nosferatu regresaban a casa, con algo de inconformidad –Dime que tienes algo en mente –decía Yami, que servía vino en una copa-

El castaño colocaba un abrigo en un perchero cercano y miro al carmesí. –“Claro que tengo un plan”... –Yami extendió una copa al hiel. Y se acomodó en un sillón. Pero su forma de sentarse, fue desaprobada inmediatamente por el castaño-

-Tu falta de modales, me enloquece –el tomo de las palabras era neutro. Pero Yami no perdió tiempo, en arremeter-

-Lo odias en mí... pero apuesto, que en ese perro, “te excita”... –las palabras de Yami quedaron en el aire. Ya que no fueron tomadas en cuenta-

-Ese perro tiene más educación que tú –dijo Kaiba al salir por la puerta-

El carmesí tomo su copa de un jalón y al terminarla. Se dirigió por la botella –“Ese perro tiene más educación que tú” –repitió el vampiro, más su tomo y sus labios, expresaban su odio-

Con unas copas de más el salvaje vampiro, se dirijo a la habitación de un violeta... Yami abrió lentamente la puerta, no sabía si el pequeño dormía, oh qué... pero no quería alertarlo por si algo bueno estaba sucediendo...

Yugi se encontraba sentado en un pequeño sillón, entre sus manos un libro ya hacía, de color blanco. Esto no fue tomado en cuenta por el carmesí... El exceso de alcohol lo tenía embrutecido y solo deseaba oler al pequeño...

El violeta escucho ruido y alzo la mirada... Su primer gesto, al ver al moreno fue de alegría y corrió a recibirlo.

La alegría que Yami miro, en el pequeño que se aproximándose, fue aliviador. Pues el pequeño no estaba enojado con el – ¡Me alegra que vengas! –decía el niño con una amplia sonrisa y una endulzante voz-

Pero después de unos minutos Yugi noto, el estado de ebriedad – ¿Sucede algo? –el violeta trato de tocar al grande, pero este se negó a ser tocado. En cambio pasó de largo y se quitó la camiseta. Para dejar ver su delgado y desquiciante cuerpo. Que a la vez estaba bien marcado.

Yugi noto que el cuerpo del grande tenía muchas cicatrices y sin meditarlo atino a preguntar... –Tú cuerpo... Tu cuerpo está muy herido...

El pequeño se aproximó y toco el pecho de Yami, como si de un gatito se tratase... el carmesí sujeto la mano del pequeño... y sus miradas se encontraron; el violeta miraba al carmesí y el carmesí al violeta...

Sin decir nada Yami llevo la mano del pequeño hasta su nariz, y con delicadez la olfateo. Mientras Yugi solo lo observaba.

Sin movimientos bruscos o jalones Yami sujeto la espalda de Yugi, el pequeño dio unos pasos, para quedar más cerca del mayor. Y Yami lo abrazo con fuerza... clavo su nariz en el cuello del pequeño y siguió olfateando.

Por un minuto Yugi pensó, que ese vampiro lo mordería. Pero fue todo lo contrario; lo que el pequeño sintió fue un suave beso. Que erizo todo su cuerpo... Y al ponerse nervioso Yugi trato de alejarse. Mas el Nosferatu, no selo permitió.

-“No por favor” –dijo el grande- Solo un poco más... –Yugi cedió, pues el tono del mayor, era tranquilo. Como sí, con eso el vampiro se tranquilizara.

Yugi permitió que el abrazo se expandiera y en cuestión de segundos, el violeta también estaba sujetando al carmesí...

Los latidos del corazón de ambos, se sincronizaron, al paso del tiempo, y mientras un abismo se posaba en el sol, Yami dijo –Te quiero...

Pero Yugi no lo escucho, ya que el pequeño se había quedado dormido, entre sus brazos. El vampiro sonrió con un poco de humor, pues no conocía a alguien. Que pudiese quedarse dormido de pie...

Sin meditarlo mucho lo tomo entre sus brazos y lo acomodo en la cama. Con minucioso cuidado lo observo y noto que el pequeño. “No tenía marca de su mordida”.

Yami se levantó con brusquedad y solo salió de la habitación... comenzó a recorrer todos los pasillos en búsqueda del castaño. Pero después de buscarlo por todos los lugares, se dirigió a uno en especial. Al cuarto del perro rubio.

Sin llamar entro a la habitación y miro al castaño que se levantaba de la cama, en donde estaba sentado... Pero antes de hablar, Seto lo hizo primero...

-¡Lo sé... ellos se regeneran con más rapidez! –el carmesí miro al rubio frente a él. Este también tenía dos puntillas de color obscuro. Pero esto era anormal, pues cuando un vampiro mordía a un hombre lobo. Los licántropos tardaban en curarse de cuatro a cinco días. Pues la presión de los colmillos era más que letal, en un pequeño cachorro, que en un humano.

Kaiba solo asintió a reírse como loco, mientras Yami lo observaba con detenimiento... –“¡Con la sangre de estos perros!”... “¡El trono de Egipto es nuestro!”...

El carmesí sintió algo en su pecho, al escuchar a su compañero... ¡ALGO HABIA CAMBIADO!... “¡Por qué no entendía!”, el por qué no deseaba continuar con su plan...

¡Pero como le diría esto a Kaiba!... ¡Cómo le explicaba!..., ¡Que el ahora solo quería estar con el cachorro violeta!... Kaiba no toleraría una traición, además el futuro de los seres humanos. También estaba en juego...

Con burla Yami resoplo –Cálmate señor todo poderoso... Primero tenemos que encontrarlos.

Kaiba miro al susodicho –Sígueme tengo un plan... –el carmesí hizo, como Kaiba y lo siguió de cerca. Pero al darse cuenta que se dirigía a la habitación del violeta. ¡Se alteró!...

-Que estás haciendo –mastico, entre dientes... para así ser ignorado por el hiel-

Con una patada abrió la puerta, y el lobito que dormía se despertó de un salto. Yugi estaba desconcertado y asustado. Miro a todas partes, hasta que enfoco una figura conocida.

-¡Yami-Kun! –expreso con su vocecita. Pero no tuvo tiempo de ser correspondido. Por qué el hiel lo sujeto de los brazos y comenzó a zangolotearlo-

-Tienes que salir de este lugar... Corre lo más rápido que pueda y no mires atrás –Kaiba estaba alterando al pequeño y solo lo aceleraba. Mientras Yami enfurecía con toda su rabia-

Mas una vez más Yugi busco al carmesí. Topándose con la peor cosa, que jamás había visto en toda su vida...

El carmesí se lanzó sobre el hielo. Y Yugi dio un grito sin control. Estaba asustado por las palabras y Yami le estaba ayudando al castaño.

Cuando el carmesí estuvo sobre el castaño. Kaiba volvió a hablar – ¡Corre!... ¡corre!... Joey te está buscando.

Yugi hizo lo que mejor sabía hacer, y comenzó a correr, entre los pasillos y habitaciones. Tratando de encontrar una salida, de ese lugar...

Yami al observar que el pequeño se marchaba soltó al castaño y trato de ir por el violeta. Más un golpe lo detuvo en seco...

-Aun no podemos seguirle... Espera a que salga de la mansión y luego lo seguiremos...

Los ojos de Yami cambiaron de color. Su tono era dorado como esplendores. Su modo salvaje estaba fuera de control. Y solo deseaba vengarse de alguien... y ese alguien era Kaiba...

Cuando Kaiba noto las intenciones del carmesí. Saco su cetro del milenio y con solo un resplandor lo apaciguo... 

Continuara>>>


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