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De regreso a casa por Eowyn Fitzgerald

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Tenía que tomar un tren directo a playa costera a las cuatro de la mañana, así que por eso estaba despierto a las dos y media de la madrugada y con una enorme taza de café en lo que terminaba de arreglar su maleta. Se sentía sumamente cansado, y era peligroso moverse solo por las calles a esas horas, pero valía la pena, no paró de repetirse, y pensar en la enorme sonrisa de su pequeña hija.

Cuando fue la hora salió a paso rápido de su edificio intentando no hacer mucho ruido para no llamar la atención de sus desagradables vecinos, y fue todavía más rápido y cuidadoso al estar en la calle y meter sus maletas al coche, sin dejar de vigilar a cualquier sombra rara a su alrededor. Afortunadamente no llamó la atención de ningún indeseable y arrancó el coche directo a la estación.

Su auto era hermoso, pero no dejaba de ser una reliquia que aún necesitaba varias reparaciones y que no duraría mucho en un camino tan largo, una vez en la estación de trenes sintió miradas pesadas clavándose en su cuerpo... Era incluso una ridiculez que aún usando un enorme suéter de lana con el eslógan "mejor tío el mundo" y con pantalones anchos, siguieran acosándole. La gente en el lugar no era tanta por la hora, pero igual escuchó silbidos y guarrerías dirigidos a su persona, nada peligroso a su parecer pues no captó a nadie pasándose de la raya, pero sí que era molestó.

La suerte pareció sonreírle cuando le dió la oportunidad de ir solo en un vagón todo el viaje. A las diez de la mañana llegó a su destino cargando una enorme maleta violeta con un cráneo y un enorme regalo envuelto en papel del extraño mundo de Jack. Ahora sólo le quedaba esperar a que lo recogieran.

—¡Mi querido señor J! —gritó una entusiasta Harley antes de arrojarse a la espalda del Omega y levantarlo quince centímetros en un apretado abrazo— estoy tan feliz que hayas venido a visitarnos, tengo tanto que contarte y tenemos muchas cosas lindas que hacer.

—¡Harley! Bajáme ahora... —la chica lo hizo inmediatamente sin dejar de sonreír— se que no eres del todo consciente de tu fuerza pero eso pudo lastimar severamente mi espalda, como la última vez, o la anterior a esa cuando me rompiste la muñeca al jalarme.

—No exageres mi querido señor J. Además sabes que tu Harley te extrañó mucho, la vida puede ser tan triste y aburrida, aunque mi querida y hermosa roja es buena para entretenerme. Y dime ¿Tu ya tienes a alguien a quien atormentar mi querido Jackie?

—Yo también te extrañé Harley, pero no hagas esas preguntas.

—¿Porqué?

—Son incómodas...

—La pregunta es incómoda porque quieres, Roja y yo hemos intentado ayudarte a conseguir pareja y tú no nos dejas, siempre te escapas de la citas arregladas. Conocemos a muchos que se cortarían un brazo para tenerte seriamente, y no son tan terribles.

—Sé que Pamela y tú tienen buenas intenciones, pero tienen un gusto terrible. Cambiando de tema ¿Que vamos a cenar ésta noche? No podemos comer sobras del refrigerador como el año pasado.

—Eran buenas sobras, la cena fue un éxito.

—Harley...

—Ok, compramos mucha pizza de microondas, mi hermosa roja espera que podamos con ellas, ella insiste que hasta el más torpe puede con eso.

—¿Y cómo está Lucy?

—Yo estoy muy bien gracias por preguntar.

—Harley...

—Muy bien e impaciente porque llegues. Esa niña te quiere más que a nosotras —Jack sonrió un poco triste y Harley le sonrió un poco más comprensiva—, no tienes porque sacrificarte así, podemos compartir la custodia y ella podría vivir contigo en Gotham durante la mitad del año y podrías ser su papá o mamá o cualquiera que sea el término para los padres omegas con madres alfa... Solo tendríamos que contarle la verdad.

—Tu y yo sabemos que eso es imposible.

—Ella sería la persona más feliz del mundo si supiera que comparte sangre contigo. Lucy te dibujo cuando en la escuela le pidieron presentar a su persona favorita, ella no sabrá que eres su papito pero lo siente, y éste horrible arreglo no es justo para nadie.

—Tomo medicamentos para controlar mis problemas psiquiátricos, vivo en un edificio pequeño con una gran cantidad de gente poco agradable, cada vez que salgo a la calle me encuentro con alfas hormonales que no saben respetar a un extraño ni el espacio, mi horario de trabajo es un asco... Mi pasado y mis antecedentes penales van conmigo a todas partes, me la vivo en el juzgado, en los bares, y en el psiquiátrico más tiempo del que me gustaría admitir. Quiero tener a Lucy en mi vida diaria con tantas ganas que duele, pero nuestra niña no necesita nada de mí ni de mis problemas, la única cosa buena que he hecho en mi vida es dártela.

—Aun así no estoy de acuerdo contigo...

Subieron a la camioneta familiar rosa de Harley, dicho auto llevaba una enorme estampa de la florería de Pamela en el motor, y dentro muchas macetas llenas de tierra sobre asientos tapizados con peluche verde fosforescente. Se sentó como copiloto y al hacerlo se picó con el cuerno de un unicornio robot, al cual dejó el la zona de los pies.

—¿Qué tal el trabajo? —preguntó cuando ya iban por medio camino— escuché que pusiste tú propio consultorio.

—Si, y es mucho mejor que trabajar para las tontas y rígidas instituciones. Aunque si hay algo que extraño de eso es el enorme presupuesto para decoración —respodió la rubia sin dejar de prestar atención al camino—. Pero gano más dinero trabajando por mi cuenta, y mi querida roja está haciendo crecer su florería tan rápido como las propias flores, nos va bien aunque a roja le ha pegado mucho el tema ecológico últimamente y tiene ideas muy raras sobre un nuevo estilo de vida que quiere que probemos.

—Por favor... Dime qué las pizzas no son vegetarianas.

—No, he logrado retrasar el inevitable desastre durante tres meses, aunque no ayuda mucho que se haya convertido al budismo. Pero aunque no me guste, en cuanto suceda tendré que apoyarla... Lo que uno hace por amor.

—¿De verdad vas a ceder? ¿Tú, una fuerte carnívora?

—De eso se tratan las relaciones, y ella cede tanto o más que yo en otras cosas.

Después de media hora llegaron a una enorme casa blanca con tejas azules, una puerta roja, y una fachada cubierta por enredaderas. la casa era de por lo menos de tres pisos y tenía un jardín lo bastante grande para dejar la casa pequeña, aunque el jardín tenía juguetes regados por todas partes; desde un triciclo rosa con llamas verdes y llantas con estampas de mariposas, hasta un trampolín amarillo con la cara de Bob esponja.

Ver esa casa lo hacía sentir seguro de su decisión, Lucy no podría tener una mejor vida que esa. Avanzaron hasta la puerta y entraron. En el segundo uno que puso un pie dentro de la sala de estar, una adorable niña de cabello rubio y ojos verdes dejó tirado su peluche de Bowser para salir corriendo en su dirección, claro Jack la atrapó entre sus brazos y la alzó antes de darle vueltas en el aire y haciendo reír a la pequeña con caras graciosas.

—¡Te amo tío Jack! —soltó Lucy como saludo en medio de toda su felicidad, definitivamente el tío Jack era su persona favorita— ¡Te amo!

Joker dejó de jugar por un minuto y abrazó contra su pecho a su pequeña hija, le acarició el cabello y le besó la coronilla.

—Tambien te amo, mi pequeño monstruo...

El momento emotivo fue roto al sentir como dos pares de ojos la taladraban, allí abrazadas y recargadas contra un marco se hallaban Harley y Pamela viéndolo con ternura, como odiaba cuando le hacían eso, ellas especialmente le metían presión porque creían que mantenerlo separado de Lucy era un error.

El resto del día fue lo más normal posible dentro de los estándares de la familia; para empezar los rituales eran un poco extraños gracias a las diferentes costumbres por religión.

Harley era judía de crianza pero católica en práctica.

Pamela era una recién budista con prácticas protestantes.

Jack era agnóstico pero celebraba Kwanzaa (una fiesta africana) por gusto.

Y Lucy se sentía fascinada por el ritual de saturnalia.

Así que terminaban haciendo todo al mismo tiempo...

La casa fue decorada con velas de kinara, vistosas telas de colores, focos navideños, antorchas en la entrada de la chimenea, galletas para Santa, un árbol navideño hecho con envases reciclados de color verde, una enorme estrella de David, una menorá, y un cartel de un átomo en honor a la ciencia.

Se vistieron con pijamas para pasar el día; Harley con uno de dos piezas rojo con corazones blancos, Pamela con una igual pero verde, Jack con una simple camisa de Metallica negra y un pantalón corto morado, y Lucy con un mameluco naranja con dibujos de chimpancés comiendo plátanos.

Ya avanzada la noche Harley y Pamela se encontraban en la cocina calentando las Pizzas en el microondas, por otro lado Jack estaba sentado el el sofá de cabeza con Lucy en la misma posición viendo un documental de leones cuando vieron a una zebra en la pantalla.

—¡Cómete al de la cámara! —gritaron al mismo tiempo antes de que la leona corriera en dirección del animal— que pena...

Después de ver tener la cena frente al televisor viendo el extraño mundo de Jack, abrieron los regalos (que todos eran para Lucy, claro).

La tía Selina le envío un set de maquillaje y una muñeca parlante que terminaron tirados en el piso sin ninguna consideración.

El tío Lex le dió patines rojos con alas de murciélago.

El tío Clark le mandó un libro para colorear y muchas crayolas nuevas.

El tío Oswald le envío un juego de té del extraño mundo de Jack (su película favorita).

El tío Edward le regaló un nuevo libro de cuentos.

Sus tíos Leonard y Mick le enviaron una pistola de agua muy cara.

Sus mamis le dieron un set enorme de bloques con los que podía crear monstruos, y una guitarra de juguete en forma de perro.

Y su regalo favorito; una pista de carreras amarilla con varios autos nuevos de parte de su adorado tío Jack.

Cuando abrió ese último regalo se emocionó tanto que se giró encima del mayor y lo llenó de besos en las mejillas, para más tarde salir corriendo al segundo piso y regresar con un regalo envuelto en papel periódico para Jack. Muchos niños harían dibujos con macarrones, pero Lucy le dió una vieja taza decorada con lentejuelas y diamantina morada. Jack se conmovió hasta las lágrimas y esa noche durmió con Lucy en una gigantesca cama en forma de tiburón pero color amarilla.

Pamela y Harley no pudieron evitar sentir que debían insistir, Jack y Lucy tenían que tener más tiempo juntos... Talvez si le conseguían una pareja estable a su amigo las cosas podían cambiar, si, debían intervenir en eso también.

Si bien la familia Queen/Isley/Napier tenía muchas tradiciones y actividades familiares... Por otro lado la familia Wayne carecía totalmente de ellas.

Thomas y Martha Wayne tenían una con Bruce que era llevarlo al teatro, pero cuando éste se volvió adulto y se casó por primera vez, dicha tradición se fue para siempre porque Thalía no era muy sentimental, ni siquiera decoraban porque no había ningún caso en ello, tomando en cuenta que por lo regular la familia vivía de cenas elegantes y fiestas lujosas dadas por otros magnates al igual que ellos.

Para el caso se encontraban haciendo justamente eso, talvez las fiestas pomposas eran su tradición.

Los Luthor ofrecían una gala por Navidad cada año en el salón más grande de la mansión familiar, era una tradición (curiosamente) para los más adinerados del país viajar hasta Metrópolis con el único propósito de asistir a ese evento, pero para Lex no, él no había pisado la mansión familiar desde el nacimiento de Conner y se había negado a volver con las personas que llamaron a Conner pequeña abominación, y le dieron la espalda cuando enfermó gravemente.

El hecho de estar parado en la escalinata principal a punto de entrar no significaba nada, seguía molestó con ellos pero en el matrimonio de la alta sociedad se tenía que seguir un protocolo, y eso también significaba tragarse su orgullo por una noche y dejar que Bruce fuera a pedir su mano públicamente en un evento familiar. Algo que le había encantado de su vieja relación con Clark es que no tuvo que seguir con todo ese circo que tanto despreciaba.

La mansión era todavía más ostentosa de lo que su memoria podía recordarle, una cosa eran las molduras de oro puro, pero los candelabros de diamantes eran una exageración colosal... La casa entera era un insulto y una manifestación de derroche, La pareja Luthor no conocían el significado de la palabra humildad y aunque lo conocieran seguramente la tirarían a la basura.

Lex iba del brazo de Bruce y atrás de ellos entraron los cuatro hijos del Alfa, y el esposo de Richard. Bajo pero claro se escuchaba Winter de Vivaldi en todo el salón tocado por lo que parecía la orquesta Filarmónica, mientras que en un pequeño escenario el ballet imperial ruso presentaba un acto exclusivo para la velada. Lex se sentía tan estresado y fuera de lugar, cada cosa era más pesada y ridícula que la anterior, y en algún momento de la larga noche se encerró en uno de los baños en la segunda planta del edificio solo para huir, ya no pertenecía a ese mundo y como añoró estar en la granja de los Kent tomando chocolate caliente, usando un suéter tejido a mano en lugar del costoso y ajustado traje que su sastre escogió especialmente para esa noche. Una cosa era volverse un exitoso empresario con sus propios millones y otra vivir para ese culto a la avaricia, títulos y el egocentrismo. Si tenía que decir la verdad jamás se arrepintió ni por un minuto el haberse ido con Clark en aquella ocasión, incluso teniendo en cuenta el final de eso.

¿Cómo rayos podía siquiera fingir por una maldita hora más que ese lugar no era el infierno?

¿En serio se iba casar con alguien que lo haría volver a esa clase de vida pomposa y sin sentido?

Bien, talvez necesitaba relajarse por un segundo y aceptar que era el estrés el que hablaba por él, la vida de la alta sociedad no era lo que lo tenía tan asqueado sino estar en esa casa, ojalá Clark estuviera allí, el sabría que decir para quitarle todo el peso de encima.

¡Maldición! No podía ser verdad que se había pasado toda la noche pensando en su exesposo. Pero si lo analizaba bien era lógico, la última vez que piso la mansión Luthor fue para despedirse de Lena y marcharse con Clark a lo que se supone que debía ser toda una vida juntos. La última noche que pasó en esa casa había hecho el amor con su torpe granjero, había demasiados recuerdos taladrando en su cráneo, sin mencionar que no podía estar más nervioso por la propuesta que pronto recibiría. Si, eso tenía que ser todo, solo eran nervios combinados con estrés y nostalgia.

Cuando mucho tenía diez minutos para armarse de valor, fingir una sonrisa y salir a aceptar algo que en honor a la verdad no le emocionaba mucho. Fue cuando tocaron a la puerta y salió de sus cavilaciones.

—Esta ocupado —dijo en tono alto y un poco enfadado, en la casa había suficientes baños para cada invitado y justamente lo fueron a molestar, la persona al otro lado de la puerta volvió a tocar— ¡¿Qué no escuchó!? —abrió la puerta para correr a quien fuera el atrevido pero se llevó una grata sorpresa— ¡Lena!

Salió del baño directo a los brazos de su hermana menor. Si había un miembro de la familia Luthor que todavía contaba con el cariño de Lex esa era Lena. La chica Omega era diez años menor y aún en medio de la separación de la familia Lex hizo todo lo posible para mantenerse cerca, incluso hizo tratos con sus padres para que Lena se quedara con él durante todas sus vacaciones, y eso provocó una fuerte amistad entre Lena y Kara el único pariente sanguíneo vivo de Clark. En la actualidad Lena también formaba parte de Lex Corp. Y era una increíble científica comprometida en un matrimonio concertado bastante bueno.

—Me da tanto gusto de que estés aquí, cuando madre me contó que venías a la fiesta no podía creerlo. Aunque tú en realidad no pareces muy alegre, Lex.

No le gustaba la idea de mentirle a Lena pero su hermana ya tenía demasiado con la fecha de la boda muy cercana. No iba a cargar a Lena con sus dudas mientras ella tenía las propias y un enorme trabajo por delante.

—Debo confesar que me dió por no parar con mi investigación actual y...

—No has descansado de nuevo. Ya veo porque estás de tan mal humor, no deberías saltarte la hora de dormir Lex.

—Sabes que lo intento, pero en ocasiones... La curiosidad puede más que mis necesidades básicas, o el sentido común.

—¿Y qué hacías encerrado en el baño? Si querías descansar aún podrías subir a tu habitación.

—No estoy para dormir, solo me duele un poco la cabeza.

—Como quieras. Por cierto, hay una cosa que me debes ¿Cuándo vas a presentarme a tu novio? ¿Cómo rayos quieres que lo apruebe sino lo conozco en persona?

—Oh Lena...

—Así que ésta es la famosa Lena —dijo Bruce interrumpiendo y extendiendo su mano a la chica—, Bruce Wayne el novio desconocido de tu hermano.

—Oh vaya, finalmente está aquí —respondió Lena con una sonrisa—, es un placer señor Wayne. No he oído mucho sobre usted por parte de Lex, pero ya que es muy reservado con sus relaciones escuchar algo aunque sea solo un poco es una cosa buena, así que tengo curiosidad por saber que clase de persona logró llamar la atención de alguien tan cerrado como Lex lo suficiente como para traerlo a casa.

—Y le aseguro que aclararé todas sus dudas señorita Luthor, ya habrá tiempo de sobra para ello, pero me temo que por el momento hay una cuestión importante que nos requiere a todos en el salón principal.

Así que Bruce había ido a buscarlo justo para eso, probablemente ya habría hablado con sus padres y solo quería regresarlo al salón para hacerlo formal. Bruce les cedió el paso a ambos omegas y fue casi un metro tras ellos mientras Lena Y Lex iban tomados del brazo.

—Es lindo —le susurro Lena—, aunque... ¿Cuántos años dices que se llevan? No es que no se vea joven pero su actitud y sus ojos son de alguien un poco mayor.

—Bruce es doce años mayor.

—¿Tanto? Pensé que sería menos.

—¿A qué te refieres?

—Mamá le comentó a sus amigas del club que va tras de ti desde antes de la mudanza a Smallville, entonces tenías  once años, sé que no es algo inusual pero aún así, me sigue pareciendo extraño.

—Para mi no tanto, antes de estar con Clark atraía a las personas muchísimo, es por eso que nos mudamos a un lugar como Smallville, nuestros padres querían cuidarme aunque no contaron con que un chico estúpido me salvaría en el lago y caería rendido ante él.

—¿Y qué pasó? ¿Porqué ya no tienes el mismo efecto?

—Pues, básicamente mi crecimiento fue un poco acelerado al principio por eso mi olor y mis hormonas estaban por las nubes, pero en algún momento se normalizó. No es como el caso de nuestro querido Jack que su olor siempre ha sido el mismo y que lo único que hace es aumentar...

—Pobre Jack.

—Eso podría arreglarse siendo marcado pero...

—Si, no es tan fácil.

Más temprano que tarde se encontraron en el gran salón de nuevo, y pronto fue invitado a bailar por Bruce, no tenía ánimo para bailar pero a esas alturas ya que más daba si al cabo solo era un poco de teatro románico antes de el esperado final. Como en esa noche todo estaba planeado específicamente para facilitar la propuesta la música cambio ligeramente dando paso a algo más romántico sin dejar de ser clásico; Chopin nocturne op. 9 no.2

Las bailarinas se retiraron de la tarima y las luces se fueron apagando hasta llegar a una suave luz dorada, todos  tomaron a sus parejas y comenzó un baile lento con un vaivén como el de las olas, claro en medio de la pista ambos se encontraban, y de alguna manera eso se sentía más incómodo que romántico, incluso el contacto entre sus cuerpos se sentía equivocado.

Aún así siguió con el show y fingió su mejor sonrisa para la ocasión, a los ojos del resto de los invitados parecían realmente enamorados, aunque Bruce también se sentía extraño, tenso y con agruras, sin mencionar que era muy consciente de la rigidez con la que que Lex reaccionaba bajo su tacto. Fue el baile más difícil que cualquiera de los dos pasó, incluso se podría decir que fue aqueante e insufrible, pero lo siguieron con una sonrisa como su buena educación les dictó hacer, cada quien intentó evocar un buen recuerdo para no hacer eterno el momento.

La mente de Lex fue a parar a la primera vez que bailó con Clark; si se concentraba lo suficiente podía escuchar la voz distorsionada de Louis Armstrong cantando la vie en rose desde aquella vieja radio que ahora debía estar tirada en el viejo sótano de los Kent. Claro que el pelirrojo se convenció de que aquel recuerdo que tanto lo tranquilizaba no era más que nostalgia de tiempos más simples, y que sólo debía acostumbrarse a lo que se le presentaba ahora.

Bruce pensó en la primera vez que Talia lo sacó a rastras a bailar durante una gala en París, ella lo guió porque se negó a cooperar aunque aún recuerda ese desastroso intento por bailar al ritmo de pretty woman de Roy Orbison. Su mujer que en paz descanse era una persona con mucha actitud y sin miedos, una persona que probablemente se burlaría de él al verlo hacer tanto esfuerzo.

Al acabar la pieza casi suspiran aliviados, más no sé soltaron inmediatamente por gracia de los modales. Bruce tomó ambas manos del pelirrojo y las apretó un poco mientras sonreía, si, la hora había llegado...

—Un momento porfavor —Exclamó en voz alta sin llegar a gritar el alfa parando en el acto a los músicos y haciendo que hasta el último de los invitados prestara atención—, me gustaría hacer una pregunta si no les molesta.

—¿Tan pronto? —susurró tan bajo el pelirrojo que sólo Bruce lo escuchó, pero el Wayne ignoró su pregunta y se arrodilló frente a él—

Los hijos Wayne se encontraban no muy lejos robando charolas completas de aperitivos a los camareros, esperando únicamente a ver cómo resultaba ese teatro, porque ninguno era estúpido y sabían que ésto no era más que otro matrimonio arreglado como cualquier otro. Wally le mandaba apoyo a Dick atravez de su conexión. Tim tomando una copa de vino a escondidas de los otros con una cara de pocos amigos, y no era para menos considerando que su última oportunidad con Conner se iba para siempre con ésta unión. Jason decidió olvidarlo y aprovechó la presencia de Roy en la fiesta para escaparse con su amigo y buscar algo mejor que hacer. Y Damián... Bueno él no se iba a dar por vencido tan fácil.

—Todos saben que fuiste mi primer amor y yo el tuyo, pero no éramos lo suficiente en ese entonces... Tanto así que encontramos eso que faltaba en otras personas, pasamos por muchas cosas y vidas separadas de las que sé que ninguno de los dos se arrepiente por las alegrías permanentes que surgieron de eso... Pero crecimos, yo perdí a Talia, y la historia con Clark quien es mi amigo terminó, ellos nos ayudaron a hacer justo eso, crecer, ser suficientes... Cuando te perseguía hace tantos años no era el momento adecuado ni nosotros éramos los adecuados. Ahora es el momento adecuado, finalmente ha llegado, y curiosamente nosotros también somos los adecuados —sacó una caja negra la cual abrió revelando un enorme diamante—. Alexander Joseph Luthor, hemos pasado por muchas cosas y creo que finalmente ha llegado el momento ¿Quieres casarte conmigo?

Las palabras para aceptar dicha propuesta no querían salir de su garganta, todo porque no tenía otra respuesta que no fuera un rotundo no, empezaron a salirle lágrimas de frustración que la gente confundió con felicidad, y lo único que pudo hacer al no poder hablar fue besar a su acompañante y dejar que le pusiera el anillo. Los aplausos no se hicieron esperar y Lex no pudo evitar sentirse sucio.

Tuvo que pasar una hora para que la conmoción bajara lo suficiente para darle una oportunidad de escapar, así que se encontraba en el balcón recriminandose, una parte de él le reclamaba por flaquear ante una decisión que tomó inteligentemente y que obviamente necesitaba en su vida, y la otra por no escuchar a su corazón y salir corriendo cuando le indicó. Pero todo eso ya no importaba, ya era muy tarde como para retroceder de todas formas.

—Linda propuesta, muy conmovedora —soltó una conocida voz femenina—

—¿Lois? Ésta es una fiesta privada no puedes estar aquí sin invitación. Y los medios tienen prohibida la entrada.

—Tus padres enviaron invitaciones individuales a Jon y Conner como cada año, y afortunadamente no tenían nombre para ésta ocasión así que no fue mucho trabajo entrar.

—¡¿Te robaste las invitaciones de mis hijos?!

—No sé porque tanto escándalo, de todas maneras nunca las utilizan.

—Ese no es el punto Lois. Pronto serás parte de la familia y hay ciertas líneas que no se deben cruzar, como usar las invitaciones a la gala de Jon y Conner, son suyas y tienen derecho de decidir que hacer con ellas, no importa si las usan o no, son suyas así es como mantienen relación con sus abuelos, no puedes simplemente tomarlas.

—¿Y desperdiciar tan fácilmente la entrada al evento más exclusivo del año? Aquí hay personas que son más imposibles de contactar que el propio presidente y cuyas entrevistas podrían cambiar muchas cosas, es una oportunidad invaluable de crecer en los medios.

—No puedo creer que no lo entiendas. Ni siquiera debiste considerar el pasarte por aquí, es Navidad, tu primera Navidad como miembro casi oficial de la familia Kent y te lo estás perdiendo por una estúpida nota.

—Solo es Navidad, Lex. No es más que una fiesta creada para los consumidores, y no pasa nada porque no esté presente por una noche. Por otro lado asistir a la gran gala de los Luthor es una cosa muy extraña en la vida.

—Te estás perdiendo mucho más de lo que piensas.

—¿Cómo qué?

—Bueno, no lo podrás comprender hasta que lo veas con tus propios ojos.

—Y si es tan bueno como dices ¿Qué haces aquí?

—Te juro que yo tampoco lo entiendo.

En otra parte, específicamente en Smallville, los Kent celebraron la Navidad de la manera habitual.

Usando suéteres idénticos y tejidos a mano, jugando fútbol americano, comiendo pay de manzana, pavo relleno. Cantando villancicos, viendo los especiales de Navidad por televisión, abriendo los regalos... Había sido su fiesta normal, solo que no lo era del todo. Se supone que Lois había prometido ser parte de la celebración y aunque no llegó Clark ni siquiera se sintió decepcionado, la razón de su cara triste durante todo el día fue por Lex, era la primera vez que el Omega no pasaba la Navidad en la granja, y sabía perfectamente la razón, su Lexy se iba a comprometer con alguien más... Intentó ser el mismo papá animado de siempre por sus hijos, pero fracasó miserablemente y al terminar el día cuando todos se habían ido a la cama estuvo tentado en tomar las llaves de la camioneta y salir a buscar al que sabía era el gran amor de su vida, pero no lo hizo, y no lo hizo porque ya le había arruinado muchos planes antes... Y por el amor que le tenía lo iba a dejar ser feliz como elijiera, aún si eso significaba perderlo para siempre.


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