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BAE por Amo a mi perro

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Notas del capitulo:

Se dijeron cosas muy fuertes en realidad, pero juré nunca repetir aquello por mi propio bien, así que dejo una versión "suavizada"

FLASHBACK

 

-Amor- el más alto corrió a abrazarme depositando un casto beso en mis labios al cual correspondí mientras rodeaba su cuello con mis manos

 

-¿Ya saliste? - pregunté tomándolo ahora por la cadera dejando suaves besos sobre su rostro

 

- Si cariño, venía por ti ¿Qué quieres hacer?- preguntó dedicándome una de sus sonrisas deslumbrantes que a la vez remarcaban esos hermosos hoyuelos que se formaban cada vez que lo hacía

 

-Bien…- comencé- ¿te parece si vamos al zoológico?- pregunté con mi cara de niño pequeño

 

-¿Ahorita?, Va a ser medio día- contestó extrañado

 

-Sí, cierran hasta las 6- besé su mejilla- anda, llévame al zoo - le susurré al oído dando un leve mordisco a su lóbulo izquierdo

 

-Creo que estás usando una táctica equivocada, si sigues así te llevaré a otro lugar- advirtió con una sonrisa de lado

 

-¡Tony!- hice un puchero apartándome un poco de su lado- yo…en verdad quiero ir.

 

-Vamos entonces corazón- comenzamos a caminar hacia su auto, tomó mi mano y entrelazamos los dedos.

 

Siempre había sido tan cursi, yo creía que en algún punto iba a vomitar arcoiris, unicornios, algodón de azúcar y me daría diabetes, pero no fue así, teníamos nuestros roces no lo voy a negar; y sí, exageraba cada cosa como si fuese el fin del mundo, pero es que así lo sentía, amaba tanto al hombre a mi lado y a la vez tenía tanto miedo de arruinarlo todo, de perderlo, sacudí mi cabeza en un intento por despejar mi mente, no lo iba a perder por algo así, o al menos eso quería creer. Lo cierto es que llevaba días intentando dejar de lado todo y concentrarme en mi relación, pero simplemente no podía, los recuerdos venían a mi, al inicio había logrado sobrellevarlo bastante bien a mí parecer, aunque ahora que lo pienso probablemente sólo era yo en etapa de negación puesto que últimamente sólo lo repetía en mi mente una y otra vez, cuestionandome sobre cada decisión y cada acción esa noche, ya no era capaz de ignorar todo y fingir que nunca pasó, no, ahora la culpa, el asco, el sentimiento de impotencia, la frustración y el decaimiento al que todo me llevaba eran un constante ciclo para mí; cualquiera que me viera diría que soy un alumno más que se la pasaba estudiando, nada más alejado, ni siquiera lograba concentrarme ya, sentía que estaba llegando a mi límite y mi cuerpo comenzaba a exteriorizarlo, unas marcadas ojeras asomaban a mi pálida piel, me quedaba dormido en cualquier lugar y por las noches sólo lograba un intranquilo sueño del cual me despertaba a cada rato, por las mañanas no lograba mantener calor ni con el abrigo sobre el suéter, tenía náuseas casi todo el tiempo que acompañaban a mis migrañas, comenzaba a ser un desastre de nuevo, y yo sabía que no podría frenarlo.

 

-¿Amor?- me sacó de mis pensamientos Tony- ya llegamos ¿Estás bien?¿Quieres ir a dormir mejor?- me extendió una mano para ayudarme a bajar del coche, la tomé y me bajé rápidamente, tomé su rostro entre mis manos y lo besé hasta que tuve que separarme por falta de aire

 

- No cariño, vamos- le tomé la mano y comencé a guiarlo hacia la entrada-  2 diamante por favor- indiqué a la cajera extendiendole un par de billetes

 

- ¡Hey déjame pagar!- se quejó mi novio

 

- Yo quise venir acá, yo pago- repuse en tono infantil, él sólo bufó

 

Nos dirigimos a la entrada y le entregamos el par de pulseras a la muchacha encargada quién nos hizo pasar uno a uno colocándonos los brazaletes y entregándonos un mapa del lugar, Tony me dió la mano y comenzamos nuestro recorrido, me dirigí inmediatamente hacia el tren me vió extrañado de que mi primera acción fuese subir al tren, pero aún así me siguió.

 

-Así es más rápido- le sonreí subiendo al vagón y abrazándolo cuando él mismo estuvo arriba, avanzó una estación y le indiqué que ahí bajabamos, el encargado fue a abrirnos la puerta y ayudarnos a bajar- ven - comencé a conducirlo nuevamente una vez estando abajo.

 

Llegamos al sitio donde llegaban las camionetas para el safari, nos formamos dónde correspondía y nuevamente lo abracé, ahora el deposito suaves besos en todo mi rostro, una leve sonrisa asomó al mío y pude escuchar algunas críticas a mis espaldas así como gestos de disgusto, no le dí importancia, estaba más que acostumbrado a ello, tomé el rostro de mi novio y comencé a besarlo lentamente, el correspondió el beso dándome pequeñas mordidas en el labio inferior, él sabía que eso me enloquecía, acerqué mi cadera a la suya por inercia y dejé que mi lengua jugara con la suya, y así habríamos seguido de no ser por el carraspeo de un empleado. Deshicimos el agarre lentamente y nos separamos un poco, mis mejillas se sentían al rojo vivo, de reojo ví al empleado algo sonrojado también.

 

-Su turno- dijo algo incómodo abriéndonos la puerta de la camioneta.

 

El guía nos dió algunas indicaciones de seguridad y avanzamos, nos iba diciendo datos sobre cada zona y animal que veíamos yo ya me sabía si discurso de memoria así que lo ignoraba y solo veía a los animales, embobado, solté un gritito de emoción cuando sentí la jirafa lamer mi mano después de darle zanahorias y escuché a Tony reír a mi lado.

 

-Ewww- me limpié la mano en el pantalón - realmente amo este lugar...es mi lugar feliz- comenté emocionado.

 

Tony se giró hacia mí y besó mi frente, le dediqué una sonrisa y me abracé a él, continuamos con nuestro recorrido hasta regresar al punto de partida donde bajamos e iniciamos el recorrido por el zoológico iba colgado de su brazo dando pequeños saltitos de emoción cada que nos acercabamos a un nuevo hábitat, estuvimos observando al oso polar cerca de una hora y pronto se hizo hora de cerrar, decidimos llegar a comer algo cuando veníamos de regreso.

 

-No puedo creer que no me diera hambre antes- dije tocando mi vientre

 

-Pues no, estabas todo embobado- sonrió  tiernamente- y bien, ¿Qué se te antoja comer?

 

Me encontraba lo suficientemente cansado como para proponer que me dejaste en casa de una vez y comer más tranquilos, pero la reciente visita al zoológico me había recargado con el suficiente valor para hablar de una buena vez sobre aquello que me carcomía últimamente, tomé aire convenciendome de que era lo mejor y que todo saldría bien y le dije esas palabras a las que tanto huía.

 

-Creo...creo que tenemos que hablar- una débil sonrisa asomó a mi rostro y pude notar una mueca en el suyo - no es nada malo...bueno, no sé...depende cómo te lo tomes- comencé a balbucear-...pero te aseguro que no es para nada lo que sea que te estés imaginando- concluí

 

-Entonces ¿A dónde vamos?- Tony se puso serio de repente

 

Sugerí un café el cual estaba dispuesto por numerosas salas individuales, así lograríamos tener algo de privacidad, al llegar Tony se bajó del auto y fue directo a la cafetería sin siquiera esperarme, me apresuré a seguirlo y sólo cuando hubimos entrado me dirigí al mesero que nos iba a atender para indicarle que queríamos un par de bebidas y pedirle privacidad, el sonrió de lado y con una mirada de complicidad asintió, salió de la sala y minutos después nos llevó nuestras bebidas para volver a salir esta vez cerrando tras de él.

 

-¿Y bien?- cuestionó impaciente,

 

Solté un suspiro y tomé aire, comenzaba a cuestionarme sobre si realmente era una buena idea después de todo, tal vez aún era tiempo de echarme para atrás, aunque la mirada en el rostro de mi novio me decía que no me dejaría hacer aquello, maldita sea, ahora quería estar en cualquier lugar excepto ahí, tenía la garganta seca y tuve que carraspear un par de veces hasta lograr que mi voz saliera.

 

-...y-yo- busqué su mirada arrepintiendome al instante al sentirme penetrado por aquel par de ojos color miel- yo…- respiré profundo- creo que estoy iniciando con un cuadro depresivo de nuevo- logré decir

 

-Mmmm- se mantenía inexpresivo

 

-No es que me hagas sentir mal- me apresuré a decir- es sólo que me siento mal...no sé cómo explicarme…incluso traté de detenerlo, pero no pude...nunca puedo, y sé que va a ser de las feas porque siento como voy cayendo lentamente- sentía un nudo en la garganta con cada palabra que salía de mi boca

 

Tony se encontraba demasiado serio para mi gusto, logrando que me pusiera aún más nervioso a la parte que sabía que seguía, le di un sorbo a mi bebida en un intento por relajarme y darle un poco de tiempo a mi novio para asimilar lo que acababa de decirle, finalmente rompió el silencio

 

-Entonces te hago infeliz- concluyó frío

 

-¡NO!- demonios ¿Por qué tenía que tomarselo de este modo?- no es nada que tú hagas- tomé su mano con algo de miedo

 

-Entonces no hago nada, no tengo nada que ver en cómo te sientes - siseó, no me gustaba nada hacia donde estaba llendo

 

-No...digo sí…- comenzaba a frustrarme- el hecho de que estés tú me lo hace más llevadero, me habría desmoronando hace mucho si no fuera por ti ¿Sabes? Pero a decir verdad siento que ya no puedo más

 

-Go ahead boy- me paralice por un momento, definitivamente no iba bien

 

-Veras...antes de salir contigo…- me detuve a pensar mis palabras-...la razón por la cual aún no hemos podido hacer “eso” por lo que no cedo…-tu puedes Raziel, me animé internamente- ...como sabes, antes de conocerte salía mucho de fiesta, tomaba hasta perder la razón e incluso usaba algunas drogas...sabes que no lo hago más - agregué al ver su cara de enojo

 

-Y eso nos lleva a…

 

-El caso es que no me enorgullezco de esa etapa, y quisiera dejarla en el pasado, pero últimamente me ha estado acechando un suceso, me atormenta todo el tiempo, e incluso ha llegado a afectarnos indirectamente…

 

-¿Podrias ir al punto?- exigió algo seco

 

-El punto es…- nuevamente tomé aire- en una de mis salidas me emborraché tanto ¡Dios, no siquiera sé cómo no lo vi venir!, estaba tan ebrio que ni siquiera pude defenderme de esos tres tipos, no sé cómo lograron llevarme hasta aquella habitación, no pude impedir que lo hicieran, ni siquiera pude pedir ayuda- mi voz se quebró- ...ellos me… me… me vi-vio-violaron - terminé en un susurro que mi novio escuchó, escondí mi rostro entre mis manos.

 

Al fin lo había dicho, antes de él sólo había confiado aquello en Fran y en Fer mi otro mejor amigo, ellos habían querido ir a aquel lugar, buscar a los tipos y darles una paliza, yo me había negado, no quería ir ahí, no quería siquiera volver a verlos, me sentía sucio, usado, me daba vergüenza, solo pensar en ello me llenaba de rabia, me sentía frustrado y sentía una gran opresión en mi pecho de solo recordarlo, quería gritar, quería llorar, quería golpear todo, pero más que nada quería terminar con todo, quería dejar de sentirme así, de sentir todo en general, el sentimiento se había calmado y había logrado sobrellevarlo un tiempo, pero llevaba meses carcomiendome nuevamente. Mi novio me hacía feliz, pero ultimamente cada caricia era el recordatorio de lo que había pasado, cada día a su lado me recriminaba a mí mismo por no haberselo dicho antes, por no haber hablado algo de tal importancia desde un inicio, porque si, sabía de mis problemas depresivos, aunque supongo que nunca consideró que pudiera tener alguna crisis estando con él.

 

-Veo que estás completamente podrido- sentí cómo mi corazón se astillaba

 

-¿Perdón? - pregunté dolido intentando ignorar lo que acababa de escuchar, debía ser algún tipo de malentendido

 

-Me das asco- comentó finalmente- terminamos- dicho esto se levantó y simplemente se fue.

 

Yo me quedé helado, intentando procesar que había pasado, ninguno de los posibles escenarios que me hubiera planteado con anterioridad terminaba así, además nunca me habría imaginado tanta frialdad por parte de quien había sido todo miel hasta ahora, mucho menos después del día que había transcurrido tan bien; sentía como algo dentro de mí se había roto y dudaba de si podría ser reparado, comencé a llorar amargamente y maldije mi suerte. Pagué la cuenta y salí de aquella cafetería que me encantaba pero ahora aborrecía y comencé a caminar sin rumbo.

 

Un par de horas después decidí que probablemente necesitaba apoyo, por lo que saqué mi celular y marqué aquel número que había dejado de marcar tan frecuentemente cuando inicié mi noviazgo, timbró tres veces antes indicar que habían contestado la llamada.

 

-¿Puedes venir por mí?- fue lo único que logré decir

 

-Sí, ¿Dónde estás?- contestó tranquilo

 

-No sé Fran, por el centro- intentaba sonar tranquilo

 

-Ok, mira... mándame tu ubicación y espérame

 

-No te tardes- colgué para luego enviarle mi ubicación

 

Me senté ahí en la banqueta abrazándome a mí mismo y aproximadamente 30 minutos después sentí mi celular vibrar, así que contesté sin siquiera ver de quién se trataba, después de todo me hacía una idea.

 

-Ya llegué ¿Dónde estás?

 

-Por aquí- me puse de pie y comencé a buscar su auto, estaba enfrente así que cruce la calle, me asomé por la ventana y saludé- hola- dije colgando la llamada

 

-Fuuuck - se veía bastante preocupado, me abrió la puerta del copiloto y esperó a que subiera - ¿Que pasó?

 

-Le conté sobre la violación y dijo que le daba asco y que habíamos terminado- comencé a llorar nuevamente

 

Golpeó el volante y soltó algunas maldiciones, se quitó su chamarra para luego girarse hacia mí y entregarmela - Escucha- comenzó a decirme- ese infeliz no merece una sola de tus lágrimas, pero si quieres llorar está bien - se notaba el rencor al inicio de su frase pero la terminó con algo de dulzura

 

Encendió el auto y nos dirigimos a su apartamento, yo seguía divagando entre como había llegado a ese punto, que se suponía que haría en delante, o cómo haría para seguir con mi día a día que ya se me venía complicando de por sí desde antes, sentía que era una total basura que no merecía más nada, creía que había tenido demasiada suerte al tener a Tony el tiempo que lo tuve, incluso me preguntaba si había sido real y no alguna broma cruel de mi mente. Terminé con mis pensamientos al darme cuenta que habíamos llegado, salí del coche y me dirigí hacia el apartamento en cuestión de forma automática, subí la escalera y si Fran dijo algo no me di cuenta, giré la perilla y noté como seguía con la costumbre de no ponerle seguro, entré y me fui directo a su habitación, me tiré en su cama, me envolví entre las cobijas y me dediqué a llorar; después de un rato noté como me veía fijamente como debatiéndose entre hablarme o no hacerlo, le dirigí una mirada indicándole que estaba bien que hablara.

 

-Le mandé un mensaje a tu madre indicándole que tenías guardia y no llegarías a dormir- puso su mano en mi hombro

 

-Gracias

 

-¿Quieres nieve, alcohol, putas, series o algo?- preguntó a tono de broma pero su mirada indicaba que estaba realmente preocupado

 

-Solo quédate aquí- indiqué palmeando el colchón a un lado de mí

 

El volteó a verme con una leve sonrisa como si acabara de decirle algo obvio, levanté la cobija y el pareció entender porque se acostó a un lado rodeándome con su brazo, me acerqué más a él y nuevamente comencé a llorar, él sólo apretó su agarre mientras sollozaba; en algún punto me quedé dormido despertando al sentir luz de lleno sobre mi rostro, sentía los ojos hinchados, probablemente me veía terrible, Francisco aún me abrazaba por la cintura, me giré para verlo, él seguía dormido, se veía tan apuesto el desgraciado, de piel ligeramente acanelada y facciones varoniles pero sin llegar a ser toscas y sus rizos enmarcando su rostro, había intentado peinarlo tantas veces pero él sencillamente nunca se dejaba, no pude evitar recordar aquellos días en que me sentía atraído por él aunque no duró mucho tal atracción; después de conocerlo mejor comencé a verlo distinto, poco a poco nos volvimos algo así como inseparables, nos complementabamos tanto en los buenos momentos como en los malos sin necesidad de pedir nada a cambio, me convencí de que bajo ninguna circunstancia intentaría algo más con él, y convertí nuestra amistad en algo sagrado.

Había puesto cierta distancia desde que comencé mi noviazgo debido a que dicha amistad nunca le cayó en gracia a mi ahora ex novio, aunque el lazo entre nosotros nunca se deterioró, simplemente dejé de visitarlo, lo cual consideraba normal y hasta cierto punto era una forma de respetar mi noviazgo el no estar llendo a casas de otros hombres, pero eso ya no sería necesario. Sonreí levemente ante la idea de que ahora podría verle y visitarle cuando así lo quisiera.

 

-Me alegra que estés mejor- me sonrió, no me dí cuenta de a qué hora se despertó

 

-Yo no…sí, gracias- me acerqué un poco a su rostro y besé su mejilla- buenos días

 

-Buenos días- contestó deshaciendo el agarre y sentándose - supongo que hoy no iremos a clases ¿cierto?

 

-Ve tu- comenté algo desganado- yo te espero…

 

-Ajá, y tú crees que voy a dejarte sólo en ese estado?- no dejaba de mirarme fijamente

 

-¿Si?

 

-No seas tarado- revolvió mi cabello- ahora, ¿Qué quieres desayunar? ¿Tienes hambre?- negué con la cabeza - voy a pedir pizza y tú vas a comer- ignorandome por completo se levantó con su móvil en la mano y marcó para pedir la pizza

 

Veinte minutos después timbrado a la puerta, recibió la pizza y la llevó hasta la habitación donde yo seguía, con mucho esfuerzo comí una rebanada y es que cuando me siento mal no me da hambre, al contrario me dan unas náuseas terribles y termino vomitando todo el tiempo, Fran lo sabía, así que antes de iniciar a comer me había puesto una inyección para que no estuviese vomitando todo el día. Después de desayunar/comer porque ya eran casi las 3 PM Fran me preguntó si quería hacer algo yo me negué y después de mucho insistir accedió a llevarme a mi casa, después de todo debía continuar con mi vida normal.

 

Llegué a casa y me fui directo a mi cuarto, tomé un par de clonas para dormir, puse mi alarma y me acosté, nuevamente las lágrimas se hicieron presentes hasta que logré quedarme dormido. Creí que habían pasado solo un par de minutos cuando la alarma comenzó a sonar, sin embargo eran las 6 AM, era tarde, no llegaría a la primer clase, me arreglé tan rápido como pude y salí de casa a tiempo para la siguiente clase, llegué a la uni a las 8:30, perfecto tenía tiempo para mentalizarme antes de entrar y tener que verlo porque estúpidamente estando en mi burbuja había decidido hacer mi horario compartiendo materias con él, ahora me golpeaba mentalmente por haberlo hecho, tendría que verlo a diario y recordar una y otra vez lo sucedido el resto del semestre. Finalmente fue hora de la clase, aun no llegaban los demás, entré resignado y me senté en una esquina al extremo de dónde solíamos sentarnos, mi corazón se detuvo al verlo llegar, de algún modo deseaba que llegara y me plantara un beso como solía hacerlo a diario, que me abrazara tiernamente y me hiciera sentir que todo estaba bien; eso no pasó, ni siquiera volteó a verme, pasó de largo y se sentó en su propia esquina, un nudo se formó en mi garganta y me dieron ganas de llorar de nuevo, pero logré contenerme, la clase avanzó sin más y luego otra clase y otra más, me sentía agotado, salí de mi última clase y me tiré en el pasto, no sé exactamente cuánto tiempo pasó pero volví en mi cuando llegó mi amigo y se sentó a un lado.

 

-¿Nos vamos?- me sonrió

 

-Sí- contesté en automático

 

Él se levantó y me extendió una mano para ayudarme a incorporarme, como tantas veces nos dirigimos a su casa, el lugar que tantas veces había sido mi refugio; ya en su habitación me dejé caer sobre su cama abrazando el cojín que tanto me gustaba, él me veía fijamente como queriendo decirme algo, comencé a verlo de igual forma esperando que hablase.

 

-Terminé con mi novia- soltó al fin dirigiéndose al clóset, yo me senté de inmediato sorprendido, creí haber escuchado que había dejado a su novia

 

-¿Qué?- logré preguntar

 

-Ayer, después de dejarte en tu casa- hizo una pausa- fui a hablar con ella...y la dejé - me sonrió

 

-Pero si es tu novia desde hace más de un año- dije incrédulo.

FIN DE FLASHBACK

Notas finales:

Termina dónde comencé a contarles la historia, no sé si me sienta cómodo escribiendo lemon sobre mí mismo, aunque anonimato y estar tras la pantalla probablemente ayuden mucho, así que puede (o no) que haya algo de eso en el próximo.

 

Actualización: logré escribir lemon, tal vez no sea el mejor, pero el caso es que lo logré.


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