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Saliendo del clóset por Daymin VIP

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Notas del capitulo:

He traído el siguiente capítulo ♥

Saliendo del clóset.

"El clóset de mamá"

Seung Hyun fue rudamente apartado de su estado concentrado tras el insistente toque en su puerta, cuando llevó la mirada desde su papeleo a la puerta, vio al asistente Kwon sonreírle desde el otro lado del cristal. Y le hizo una señal para que entrara.

-Lamento interrumpirle tan temprano, asistente Choi. -Se disculpó, tomando asiento frente al otro. -Pero el señor Park dice que…esto está mal. -Ni siquiera fue capaz de mirarle a la cara cuando le ofreció el montón de papeles.

- ¿Qué? -Ni siquiera pudo ser capaz de disimular su sorpresa. Él no cometía errores, o quizás sí.

-Lo lamento. -Se disculpó de nuevo. -El secretario Dong y yo creímos que el señor Park estaba sólo jugando con nosotros…Pero revisamos y…no es el trabajo.

Cuando Seung Hyun leyó el trabajo que había dejado en la oficina de Kwon esa mañana, se dio cuenta de que estaba en lo correcto, ese montón de papeles ni siquiera estaban cerca de ser el encargo de Park.

«Joder»

-Oh, lo lamento en verdad. He hecho que trabajen más. -Comenzó a decir, mientras revisaba varios documentos cerca, hasta encontrar el correcto. -No volverá a pasar. -Afirmó.

Ji Yong sólo asintió, para después salir hacía la oficina de su jefe.

-No, no, no…-Susurró, llevando sus manos hacia su cabeza, sintiendo de nuevo una jaqueca matutina. -No puedo dejar que pase esto.

Y es que era la tercera vez en la semana que cometía un error, cosa a la que ni él ni sus compañeros estaban acostumbrados. Él era el grandioso Choi Seung Hyun, el asistente con más trayectoria en esa empresa de locos, que había incluso trabajado para Park Jae Sang. No podía cometer errores ahora.

Ya podía imaginar la estúpida sonrisa de Park cuando vio el error, ese hombre disfrutaba ver caer a los demás, más si era él, el asistente demasiado perfecto para ser despedido.

El asunto de su distraída mente era simple, estaba siendo un completo idiota por una sola razón.

«Me estoy volviendo loco» Y aunque pareciera exagerado, Choi así lo sentía. Aquella revelación de Kwon un par de semanas atrás le había puesto mal. Nunca su sexualidad le había golpeado tan fuerte como en esos momentos. Su enfrentamiento con Jung He seguía siendo noticia en todo el lugar, y por doquier escuchaba al respecto, ya había dejado de ser un simple chisme, y había pasado a ser un tema a debatir. Cosa que no le tenía feliz, lo que menos necesitaba era que sus compañeros de trabajo comenzaran a sospechar sobre sus gustos. Era molesto.

Y más ahora, que él realmente quería salir del clóset.

Seguía siendo un problema en su cabeza, pero, a ese ritmo, los demás terminarían descubriéndole antes de que él mismo pudiera aceptarlo. No quería que las demás personas se dieran el lujo de poder opinar de él libremente, no lo permitiría.

Sin embargo, aún no se sentía con el valor suficiente de salir y anunciar que le gustaban las personas que tenían pene. ¡Era imposible!

Con la frustración pintada en el rostro, decidió dejar a un lado todos esos pensamientos, y regresó a su trabajo, esta vez lo haría bien.

Lo intentaría.

-Quiero ver a mamá. -Murmuró.

Sí, Choi Seung Hyun tenía veintiocho años y se sentía orgulloso de decir que amaba a su madre. Esa buena mujer que le decía cuando parar al estar yéndose por un mal camino, aquella mujer a la que le tenía que ocultar que fumaba como un loco cuando estaba nervioso, aquella santa y dulce mujer…a la que le diría que era homosexual.

-Buenas noches, asistente Choi.

-Buenas noches, secretario Dong. -Seung Hyun respondió al encontrarse en el ascensor. La jornada de trabajo había terminado y tendría un buen fin de semana para descansar y ordenar sus pensamientos.

- ¿Ha visto a Kang? -Le preguntó, mirándole bajo esos pequeños y dulces ojos que poseía.

-Se ha quedado un par de minutos más, con el señor Yang.

-Ya…espero que no demoré, hemos quedado de ir por una copa. -Seung le escuchó, pero no dijo nada, de cualquier manera aquel hombre parecía estar murmurando para sí mismo. - ¿Le gustaría ir con nosotros, Choi?

Nuevamente le sonrió, gesto que Seung Hyun respondió de inmediato, por reflejo. Dong Young Bae, al igual que Kang, le parecía una buena persona, siempre era trabajador y jamás se metía en asuntos ajenos. Sin mencionar esa mirada inocente que mareaba a cualquiera, y no era que Seung Hyun le mirara con sus ojos de homosexual, era sólo que Dong era una buena persona. Un amigo probablemente, aunque aún mantenían el formalismo, después de todo nunca habían bebido juntos, regla estricta para entablar una verdadera amistad en su país. Una estúpida, si lo pensaba bien.

-No lo creo, he estado muy cansado últimamente.

-Vaya, será para después entonces. -Agregó cuando las puertas se abrieron, dejando a ambos hombres en el estacionamiento.

-Que pase buena noche, secretario Dong. -Reverenció y caminó hacía su automóvil.

Seung realmente consideraba a Kang y Dong sus amigos, o al menos las personas más cercanas a estar en esa categoría, sin embargo siempre se había mostrado tímido de salir con ellos. Y es que el alcohol le volvía un poco “pesado”, desde luego que no decía idioteces como Jung He, pero solía bromear y actuar de manera infantil. En pocas palabras era él mismo, y su yo real era homosexual. No era buena idea.

Cuando puso su flamante automóvil en marcha tuvo tiempo de mirar a Kang y Kwon salir del elevador, directo a Dong, al parecer el novato era muy agradable con todos.

Los tres hombres al verle sólo agitaron sus manos a manera de despedida, gesto que Seung respondió, para después salir del lugar. Quería un largo baño y una copa de vino, bueno, quizá una botella entera estaría bien.

-Es viernes. -Se convenció a sí mismo. Él podía tener su propia fiesta privada.

Reposó su cabeza en el respaldo del sillón, sintiéndose mareado, podía escuchar aún la música que venía desde la sala, penetrando incluso las paredes de su armario.  El sonido le pareció molesto, sin embargo se sentía cansado y no quería ponerse de pie.

Abrió los ojos y pudo ver las botellas vacías en el suelo, aunque no estuvo seguro de que fueran tantas, después de todo veía borroso. Se sentía extraño, casi ebrio, pero eso era casi imposible, él era bueno con el alcohol. Era una sensación distinta, se sentía solo y afligido, y había terminado en su armario sobre un sofá que no recordaba haber metido dentro.

-Mamá…-Susurró, sacando su celular.

¿Hijo? ¿Seung Hyun, estás bien? -La voz de su madre llenó todo el espacio a su al rededor, sintiéndose reconfortado.

-Hola mamá.

-Ah… ¿Has estado bebiendo? -Le regañó, ella reconocía ese extraño tono en la voz de su hijo. -Te he dicho muchas veces que no bebas tanto.

-Lo lamento mamá…tenía sed… -La mujer dejó que su risa fluyera. Su hijo algunas veces era muy tonto. -Pero estoy en casa, no tocaré el automóvil. -Su voz era como un murmullo.

-Me alegra escuchar que mi hijo es un hombre responsable. -Contestó dulcemente, a juzgar por sus palabras podía darse cuenta de que sonreía. - ¿Hay algo que quieras decirle a mamá, Seung Hyun? -La mujer estaba ansiosa, era muy tarde y su hijo le había marcado ebrio, debía haber una razón.

Seung Hyun rio de manera torpe.

-Mmmh…Estoy en el clóset. -Y rio una vez más.

¿En el armario? Seung Hyun sal de ahí y ve a dormir, es tarde hijo.

-Mamá…-Volvió a llamarle. -Quiero verte. -Su voz ahora iba a manera de súplica.

-Seung Hyun puede venir a ver a mamá cuando él quiera. -Rio de nuevo para su hijo, a pesar de los años no cambiaba ni un poco. Seguía siendo su bebé. -Ahora mamá te pide que vayas a dormir ¿De acuerdo?

-Sí, mamá…iré a dormir.

-De acuerdo, cariño. Descansa. -Mandó un pequeño beso y terminó la llamada.

Torpemente se puso de pie, y como pudo salió del armario, dejándose caer sobre la cama, sin pensar en nada más.

El odioso sonido de su celular le taladró la cabeza, obligándole a abrir los ojos, y palpando con su mano fue como encontró el móvil. Instantes después se dio cuenta de que había contestado.

-Asistente Choi. -Murmuró, intentando ver la hora, pero sólo fue consciente de que aún vestía la misma ropa del día anterior, incluso sus zapatos y apestaba a alcohol y a cigarrillo.

¿Seung Hyun? -La voz de Kang del otro lado de la línea sonaba sorprendida. -Vaya, si el asistente Choi no es tan perfecto, pasa de medio día y aún está en la cama. -Escuchó de fondo un par de risas, lo que le hizo reincorporarse, sentándose, retiró el móvil de su oído y vio la hora.

Un cuarto a la una de la tarde.

«Joder»

- ¿Ocurre algo? -Dijo recordando que Kang seguía al teléfono.

-No realmente…-Volvió a escuchar varios murmullos extraños. Al parecer Kang estaba con alguien más. -Queríamos saber si quieres salir a comer con nosotros.

- ¿Nosotros? -Bueno, esa no era la respuesta que pensaba dar.

-Sí, Young Bae y Ji Yong están aquí. -La manera tan informal en la que decía sus nombres le causó escalofríos, él les conocía de años y jamás pudo ser tan cercano, sólo algunas veces y sólo con Kang.

-No estoy seguro…Estoy hecho una mierda ahora. -Respondió.

-Wow… ¿De verdad has dicho eso? -Kang soltó a reír, y Seung Hyun enrojeció.

Después de todo aún no estaba del todo despierto.

-Tengo cosas que hacer.

-Vamos, hyung…-Gritó con tono infantil. -Sólo iremos a comer y después prometo que te dejaremos en casa.

-No lo sé, Daesung…-Murmuró, entrando en confianza con su amigo. Ellos podían hablarse de esa manera.

-Iremos por ti en una hora. -Y después se cortó la llamada.

-No debí llamarle por su nombre de pila. -Murmuró con molestia, arrastrándose hacia la ducha.

Hyun estuvo listo un cuarto de hora antes, como era costumbre, por lo que tomó su celular y revisó las noticias del día. Le gustaba saber que pasaba en el mundo.

«Aburrido» Le decían su hermana y Kang, pero no le importaba, él sólo quería llevar su vida tranquila.

El pensar en su hermana le hizo recordar a su madre, y se asustó. Fue directo al historial de llamadas y, en efecto, había llamado a su madre a las dos de la mañana.

-Seré imbécil. -Se recriminó.

Recordó decirle incoherencias a su madre y mencionar el clóset, había sido arriesgado, cuando estaba ebrio era tan sincero. Era un milagro que no se le soltara la lengua. Quería que su madre supiera sobre su sexualidad, pero no por teléfono, ni a las dos de la mañana y él ebrio. Así no.

El timbre finalmente sonó y le permitió dejar de mortificarse. Se levantó rápidamente, tomando las llaves, sin antes revisar de nuevo su apariencia en el espejo del lugar. Era un tanto vanidoso respecto a cómo se veía.

«Gay» Resonó en su cabeza.

- ¡Eish! -Fue lo primero que escuchó cuando abrió la puerta.

Dong y Kang reían mientras Kwon sólo le miraba con una mueca de decepción.

- ¿Ocurre algo? -Preguntó confundido, mientras cerraba la puerta bajo llave, para encaminarse al automóvil de Kang, que estaba aparcado frente a su jardín.

-Ji Yong y Daesung apostaron sobre como vestirías. -Seung levantó una ceja y frunció el ceño. -Por alguna extraña razón Ji Yong afirmaba que vestirías genial. Ha perdido por supuesto. -Todos volvieron a reír, a excepción de Seung Hyun.

-Mi estilo es genial. -Se limitó a defenderse, entrando al asiento del copiloto.

-Él siempre viste tan aburrido, Ji Yong, no te ilusiones. -Dijo Kang, poniéndose el cinturón de seguridad, mientras los otros dos se acomodaban en la parte trasera.

-Realmente tuve fe en usted, asistente Choi. -Comentó Kwon, sacando dinero de su billetera y entregándolo a Daesung.

Seung Hyun y Ji Yong pudieron verse a través del retrovisor. Kwon más que decepcionado lucía confundido, él realmente esperaba ver a Seung Hyun vistiendo como aquella vez en el bar, sin embargo Seung llevaba sus ropas formales y cómodas de siempre.

-Yo…sólo uso éste tipo de ropa. -Afirmó, no era necesario pedirle nada, Ji Yong captó la advertencia de que no mencionara nada de aquel día.

-No te vendría mal un cambio de imagen, no sé, menos ropa quizá. -Todos volvieron a reír a costa del hombre que miraba por la ventanilla rogando estar en su amplio sofá viendo cualquier película.

Seung Hyun pocas veces comía fuera de casa, incluso durante la semana llevaba su propia comida, y era que no confiaba en la limpieza del mundo, era demasiado paranoico, aun así ordenó un platillo, tenía hambre.

El lugar al que fueron era un restaurante pequeño que, afortunadamente, estaba casi vacío, no tenía humor de escuchar a niños corriendo y gritando a su alrededor, aunque parecía estar con unos.

Y era que Kang y Young Bae no dejaban de relatar historias ocurridas en la empresa para hacer reír a Ji Yong, consiguiéndolo rápidamente.

Ji Yong simplemente era así:

«Risueño»

La sonrisa de Kwon era grande, sus labios se ensanchaban alrededor de sus dientes, mostrándolos por completo y, cuando conseguía sentirse apenado, agitaba una mano frente a su rostro y se cubría con esta.

Seung Hyun se sintió molesto al darse cuenta de lo bonito que era Ji Yong.

-Entonces, Ji Yong, ¿Cómo fue que llegaste a la empresa? -Preguntó Young Bae, comenzando con su comida.

Ji Yong sonrió feliz de poder hablar.

-Bueno, soy un gran fan de la moda, desde siempre. Prácticamente estuve acosando la empresa hasta que tuviera una vacante, no hay mucha ciencia. -Rio apenado. -Algunas veces puedo llegar a ser sumamente molesto, creo que por eso mis relaciones no funcionan.

Todos estallaron en risa, incluso Seung Hyun sonrió levemente, Ji Yong parecía un niño.

- ¿Y ahora?

Todos cesaron la risa, sorprendido al ver a Seung Hyun incluirse en la plática.

- ¿Qué si salgo con alguien? No, en este momento no.

Había un montón de dudas en la cabeza de Seung Hyun, cosas como cuándo descubrió su sexualidad, cuántas parejas ha tenido, si su familia lo sabe y demás cosas que le agobian.

Mejor decidió dejarles la charla a los demás.

Era nuevamente un brillante lunes por la mañana, pero Seung Hyun sentía que moriría en ese mismo instante.

-Lo lamento. -Murmuró Kwon, entregándole un papeleo que, nuevamente, era incorrecto.

-Ya…-Suspiró. -De verdad lo lamento, he estado muy presionado últimamente. -Comentó, arrojando lo papeles al bote de basura.

Estaba molesto.

-A todos nos pasa, asistente Choi. No se mortifique más. -Intentó animarle. -Si quiere yo…bueno, puedo ayudarle. -Seung le miró, y sonrió después.

Kwon era tan servicial y amable que no le sorprendía que se ofreciera.

-No es necesario, pero gracias. -Asintió. -Yo mismo le llevaré esto al señor Park. -Se obligó a decir, ya eran muchos errores, necesitaba ofrecer una disculpa a aquel odioso hombre.

Kwon sólo asintió y se retiró.

«Esto tiene que terminar» Sacó su celular y llamó a su madre.

-Sí, mamá…Necesito verte. -Dijo, comenzando a tener miedo.

No quería romper el corazón de su madre. Pero si no le decía a alguien su secreto su cabeza explotaría y se quedaría sin trabajo.

Seung Hyun se sujetó con fuerza al volante, estaba a punto de mandar todo al carajo. El ir con Jae Sang le había puesto de mal humor, ese hombre siempre se las ingeniaba para colmar su paciencia, siempre haciendo sus bromas estúpidas, incluso aprovechándose del malentendido ocurrido con Jung He. Ahora ese hombre creía que realmente era gay.

Bueno, sí, lo es. Pero prefería mantenerlo en secreto, al menos por un tiempo, en lo que organizaba su vida.

Sintió sus ojos arder, estaba a punto de llorar y no quería hacerlo, no en el estacionamiento dentro de su automóvil, no antes de ver a su madre, ella se asustaría si le veía en ese estado deplorable.

Se concentró en mantener las lágrimas dentro y tomó camino a la casa de su familia, en específico la casa en donde había crecido al lado de su hermana, ahora en ella sólo vivía su madre.

Si Seung Hyun realmente pretendía salir del clóset quería empezar con sus seres queridos, explicarles y pedir su opinión, sentirse libre al menos con ellos. Tenía la esperanza de que su madre lo tomara bien, o al menos no tan mal, era una noticia impactante, más ahora, después de tantos años, y ya que su hermana se había casado y recién tenía su primer hijo, ella había externado el deseo de tener nietos de su parte. Era una gran carga saber eso.

Finalmente aparcó su automóvil frente a la casa y cuando bajó se tomó su tiempo para observarla. No iba por ahí tan seguido como le gustaría a su madre, sin embargo ella también sabía el trabajo duro que hacía su hijo, conformándose con que éste estuviera bien.

El jardín seguía tan verde y cuidado como Seung Hyun lo recordaba, sin ninguna parte del césped por podar, las flores crecían a montones y había incluso otro tipo de plantas medicinales que le gustaba tener a su mamá. Sonrió al ver la fachada de la casa, era exactamente igual, descolorida por lo años, pero era su casa. Se sentía bien estar ahí, seguro.

Poco después de que llamó al timbre su madre apareció en la puerta abrazándole de inmediato.

-Pero si es mi hijo. -Murmuró, palmeando suavemente la espalda de éste. -Mírate, cada vez más alto y guapo.

-Madre, a mi edad ya no crezco.

-A mí me parece que sí. -Le contradijo sonriendo, dejando espacio para que Seung Hyun entrara. -Estoy haciendo una tarta, Hye Youn me ha dado la receta.

Ambos fueron directo a la cocina, lugar en donde el penetrante olor a manzana resultaba exquisito para Seung. Extrañaba la comida de su madre, aunque ésta a veces va a su casa y le prepara un montón de comida. Él tomó asiento frente a la barra de alimentos, mirando como su madre revisaba el horno.

-Como en los viejos tiempos. -Comentó sonriendo, llamando la atención de la señora. -Hye y yo te observábamos cocinar hasta que estuviera listo

-Eran unos enfadosos. -Rio ella.

Seung Hyun le secundó.

« ¿Cómo no amar a esa mujer?» Recordó los primeros años después de que su padre los abandonara, habían sido duros, un caos. Sin embargo esa mujer se mantuvo firme y les hizo saber que estarían bien.

Cuando joven, se había empeñado en culpar a su padre de su homosexualidad, buscó desesperadamente razones para ello, hasta que maduró y no le quedó más que afrontarlo por sí solo.

-Madre…-Murmuró pesadamente. Pronto no sería capaz de reprimir más sus lágrimas.

-Cariño… ¿Qué te aflige tanto? -Esa dulce voz sólo hizo que aquellas amargas lágrimas fluyeran por el rostro de Seung Hyun. La mujer pronto corrió a sujetar a su hijo, abrazándole. -Todo estará bien. -Susurró amorosa.

Seung Hyun no estuvo seguro de que hacer. Era un adulto que no se atrevía a enfrentar sus propios demonios, no quería hacer sufrir a sus seres queridos, pero tampoco soportaría vivir más con ese secreto quemándole los labios.

-Lo lamento, mamá, perdóname. -Siguió llorando, sujetando con más fuerza a su madre. -Te he fallado. -Sollozó, sintiendo una opresión en su pecho, sintiéndose escoria.

-Claro que no, cariño. Mamá está orgullosa del maravilloso hombre en el que te has convertido. -Llevó sus suaves manos al rostro de su hijo, y lo acunó con cariño, intentando no llorar. El semblante de Seung Hyun era terriblemente triste, roto. -Mamá te ama. -Le dijo.

Seung Hyun sólo lloró más. No quería que ese amor de su madre se convirtiera en odio y desprecio. Esa podría ser la última vez que le abrazaría.

-Lo siento. -Volvió a repetir, llorando con más fuerza.

«No puedo» No podía, no se atrevería a romper el corazón de la única mujer que amaría tanto. No.

-Seung Hyun, tranquilízate por favor. -Pidió, volviendo a obligarle a verla. -Tú no eres una mala persona, mamá lo sabe. -Afirmó. -Eres como te imaginé, responsable y bueno, no necesitas más para enamorar a una buena mujer, cariño. Todo saldrá bien.

«Una buena mujer…

Una buena mujer…

Una buena mujer»

No había buenas mujeres, no para él.

-Ese es el problema…-Murmuró, intentando hacerlo lo más bajo, sin querer que ella realmente le escuchara, sin embargo sabía que ella escuchaba en silencio. -Mamá…-No pudo sostener más su mirada y tuvo que separarse, no quería sentir como el abrazo perdería calidez y fuerza cuando la verdad se dijera. -Mamá…me gustan lo hombres…

- ¿Qué? -Su voz iba más allá de ser de sorpresa.

El ambiente había recibido el impacto y la expresión de su madre estaba en blanco, sus brazos habían caído y ni siquiera parpadeaba.

«Se acabó»

-Lo siento, mamá. -Murmuró, la voz le temblaba. Mientras hacia una reverencia. -Soy un egoísta, no daré problemas, lo prometo. -Intentaba remediarlo.

El alma de su madre pareció volver a su cuerpo.

-No, no…Seung…espera…-La señora tuvo que tomar asiento, sujetándose de la barra. Se sentía mareada. -Espera…-Repitió, mientras intentaba respirar correctamente.

Mientras miles de escenas se conectaban en su cabeza, fragmentos que le llevaban a concluir que Seung Hyun decía la verdad.

-Madre…ignore lo que dije, por favor. -Rogó, lo que menos quería era que ella enfermara.

Pero ella sólo levantó una mano, indicándole que guardara silencio.

Cosas como Seung Hyun cambiando de tema cuando se hablaba de matrimonio, el nunca haber llevado a una chica a la casa, lo afligido de su ser, ahora tenían sentido.

-Estás…estás diciéndome que…te gustan los hombres…-Murmuró aún confundida. -A mi hijo…le gusta que le metan un pene por el trasero. -Seung Hyun no pudo evitar sorprenderse por el lenguaje usado, pero su madre parecía tener que repetirlo para creerlo. -Seung…! -Rápidamente corrió a sujetar de los hombros a su hijo, sacudiéndolo con fuerza. Él no supo que hacer, sólo le miró expectante. -Dime que no eres el pasivo, hijo… ¡Debe doler! ¿Estás bien?

Seung Hyun terminó abriendo su boca con sorpresa. ¿Realmente su madre estaba diciendo eso? Debía estar soñando.

- ¡Contesta! -Le exigió la mujer.

-Bueno…yo…mamá…no lo sé. -Murmuró apenado. Era tan vergonzoso. -Yo…no he estado con un hombre nunca. -Dijo en un susurro, como todo un secreto. Sentía sus mejillas arder.

La mujer llevó una mano a su pecho y suspiró con alivio.

-Menos mal…-Dijo sonriendo. -Con Hye Youn no hay mucho que hacer, pero tú aun puedes no pasar por lo horrible del sexo.

Seung Hyun sintió que se desmayaría de la vergüenza en cualquier momento.

-Madre…entonces… ¿No me odias?

- ¿Cómo podría odiar a mi bebé, ah? No soy una horrible madre. Te amo, Seung, con tus defectos, fallas y gustos, eres mi hijo. -Seung quiso llorar de nuevo. -Además siempre quise tener dos hijas. -Rio, tan sólo para avergonzar de nuevo al otro.

- ¡Aun soy un hombre, mamá!

-Sí, sí.

La mujer no tuvo otra opción, ella amaba de verdad a su hijo. No le importaba si era diferente, nadie tenía el derecho a decir que era normal, ella sólo era consciente del amor que sentía hacia él. El verle quebrándose en llanto le dolió, y no dejaría que su hijo sufriera eso en soledad de nuevo, aún si eso significaba modificar sus pensamientos.

Por su parte, Seung Hyun se sentía mucho más ligero. Su secreto estaría a salvo con su madre, esa amable mujer que le comprendía y apoyaba.

Él ya no estaba en el clóset para su madre, ni para él.

«Soy gay» Y por primera vez en sus veintiocho años, se sintió bien el serlo.

Notas finales:

Ah...ojalá todo fuera tan fácil como esto :´v
Muchas gracias por leer y comentar ♥


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