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Seúl por MpLovey

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Notas del capitulo:

Volvi! lo siento, se que debia terminarlo hace una semana y algo pero por algun motivo de mis tonterias decidi borrar el que ya tenia escrito y volver a hacerlo.

 

 Considerar el sexo rudo – o medianamente rudo – nunca había estado en sus pensamientos, ni le iba ni lo despreciaba, cada quien con sus gustos. Por eso esta era su primera vez con las manos atadas a la cabecera de la cama. Ceder completamente el control no era lo suyo, bueno si, pero era muy diferente estar totalmente expuesto cuando el otro podía hacerle lo que quisiera sin poder evitarlo.

 

 No poder tocar también era muy frustrante, desesperante, al menos al bastardo de YoonGi no se le ocurrió taparle los ojos también. Todo pensamiento siendo arrancado de su mente al momento de su orgasmo, corriéndose en la boca del mayor aun cuando le había avisado.

 

 Sintió los músculos de su vientre contrayéndose tras los pequeños besos y lametones que dejaba YoonGi sobre su piel mientras ascendía hasta alcanzar su boca y dejarle un beso profundo, mordiendo sus labios hasta hincharlos y enrojecerlos.

 

_ Mi turno.

 

 Susurro después de dejar una marca encima de su clavícula. TaeHyung pensó que seria liberado en ese momento, mas el mayor simplemente se acomodo con las piernas alrededor de sus brazos, dejando su pene justo frente a su rostro. El castaño mordió su labio inferior para no gemir ante la vista. Desde abajo YoonGi se veía muy provocativo, con los músculos del abdomen marcados, la respiración acelerada y el pulso marcándose fuertemente en sus venas. Y hablando de venas, lucia ansioso en todos lados. El glande rojizo y brillante por el pre semen, estaba tan duro que casi le tocaba el vientre y lucia doloroso. O al menos así lo percibía Tae.

 

_ Saca la lengua canelita.

 

 TaeHyung obedeció, abriendo la boca y sacando la lengua. Sintió los dedos del mayor deslizándose sobre ella suave y lento, solo la punta, trazando círculos. En algún momento la saliva escurría por sus labios pero no importaba.

 

 Un gemido de sorpresa se escapo de su garganta al sentir como YoonGi movió sus caderas en su dirección y cuando dejo de sentir los dedos sobre su lengua volvió a abrir los ojos ¿Cuándo los había cerrado? El rubio bombeo dos veces su erección antes de apoyarla contra su musculo ansioso, esta vez gimió de gusto y rodeo el glande con la punta, intentando meterlo en su boca.

 

 YoonGi se apoyo sobre una mano entre sus brazos y sobre su cabeza, comenzando a moverse un poco, deslizándose entre la lengua y los labios del menor. Mandíbula apretada, mejillas sonrojadas y las pupilas dilatadas mientras conectaban miradas y wow, de verdad quería tenerlo completamente en la boca. Ya sentía que se estaba poniendo duro de nuevo.

 

 Volviendo a la posición anterior sujeto la cabeza del menor con su mano, desde la nuca para inclinarla hacia su dirección, permitiendo que el menor se moviera a sus anchas – o lo poco que le permitía la posición – da un último lametón antes de succionar un poco el glande. YoonGi decide ayudar moviendo sus caderas en suaves embestidas, tratando de no lastimar al menor ni ahogarlo, mas a el parecía no importarle, yendo cada vez un poco mas lejos.

 

 Terminar mas rápido de lo normal no le resulto una sorpresa, habían pasado tres días sin que pudieran hacer algo y vamos, vivir con TaeHyung era tener una erección constante. Se corrió en su boca y parte fue a dar en sus labios y mejilla sin poder evitarlo.

 

 Retiro el cabello húmedo de la frente del menor antes de desatarlo para dejarse caer a su lado en la cama. Tae trataba de regular su respiración aliviado de sentir sus manos libres nuevamente. Enredo sus piernas con las de YoonGi y antes de que pudiera darse cuenta – pues mantenía los ojos cerrados – en venganza junto sus mejillas.

 

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No fue hasta que termino el oleo del lobo que pudo concentrarse plenamente en que iba a presentar para la galería. La idea le llego en la mañana mientras desayunaba con YoonGi en el balcón – para varear un poco – se había quedado observando sus tatuajes y como las raíces negras comenzaban a aparecer en su cabello, tan acostumbrado estaba al casi blanco del mayor que el nuevo descubrimiento lo turbo un poco. Nunca antes había pensado en cual era el verdadero color de su cabello, ni todo el procedimiento que se llevo acabo para llegar a lo que era actualmente.

 

 Se sentía un poco tonto de estar pensando en ello, como si no tuviera nada mejor que hacer – tampoco se podía culpar a un recién despierto con tres sorbos del café en el sistema – extrañamente aquello le hizo pensar en la vida de YoonGi. No conocía nada de el aparte de lo que era su nueva vida, venia de Daegu al igual que el, pero ¿Qué había dejado atrás para convertirse en tatuador? ¿Qué le hizo interesarte en eso? ¿Cuáles fueron sus primeros trabajos?

 

 ¿Fue el típico niño que descubrió podía usar el lápiz de forma natural? O ¿tuvo que esforzarse enormemente en todo?

 

 Sin poder evitarlo pensó la primera vez que fue consciente de su habilidad y de lo mucho que le gustaba dibujar.

 

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 _ TaeHyung ¿Quieres dejar de revolcarte en el suelo?

 

 Hacia aproximadamente quince minutos el castaño en medio de su frustración por no poder llevar a cabo correctamente la pieza que quería – y por el calor sofocante – decidió acostarse en medio de la sala buscando inspiración… no funciono y termino dando vueltas por el lugar a punto de comenzar a arrancarse el cabello.

 

_ Faltan tres semanas para la galería y aun me quedan dos piezas por terminar ¿Cómo quieres que me calme?

_ ¿Quieres salir conmigo? Ya sabes, distraerte un momento, así podrías despejar y que llegue la inspiración.

_ ¿Y tu trabajo?

_ Día libre.

 

 De alguna forma aquello se convirtió en escapadas nocturnas, o paseos turísticos gratuitos por Seúl como le decía YoonGi. Tae llevaba consigo su cuaderno de bocetos en cada salida, dibujando los distintos paisajes que se presentaban ante el en todas las versiones de la ciudad. Como los edificios vistos desde una de las terrazas más altas del centro. El puente Han desde una de las orillas del rio, con sus luces de colores reflejadas en el agua. Uno de los pequeños parques para niños justo frente a la tienda de conveniencia nocturna mientras comían cuantas chucherías se les antojaban.

 

 “Quiero ver el rio Han desde el puente” le dijo a YoonGi antes de montar en la motocicleta una de las noches. El mayor no respondió y tampoco cumplió con su petición, llevándolo a las callejuelas de Hongdae donde la vida nocturna, con sus personas andando y los artistas callejeros combinados con las luces rojas que iluminaban el lugar, le hizo dejar pasar alto la situación.

 

 Mientras los días pasaban pudo ir desarrollando sus piezas de a poco, no tan rápido como quería para darles el tiempo necesario en su secado, pero estaba bastante conforme con ellas. Solo faltaba una semana para el terrorífico día y el parecía estar mas ansioso por compartir las noches con su compañero que por terminar su ultimo oleo faltante.

 

    ______________________________

 

 Observo sus cinco piezas terminadas en el balcón. Acaba de dar la última pincelada a su trabajo y eso le hizo sentirse de cierta forma relajado, mas no conforme, realmente no tenia mucho que quejarse respecto a ellas, salvo un poco de los contrastes o que realmente no era así como lo recordaba. De igual forma dio su mayor esfuerzo por aquellas cinco imágenes.

 

 No era su intención ser melancólico o algo por el estilo, simplemente quería retarse al salir de su lugar de confort, por lo que termino plasmando lugares que guardaban buenos recuerdos en su memoria. Como el salón en primaria, cuando decidió que dibujar era más entretenido que jugar video juegos a la hora del receso. La pequeña mesa que se ubicaba en su primera habitación, llena de crayones semi destruidos, papeles arrugados y manchones de tinta china de cuando se atrevió a experimentar más allá del lápiz.

 

 Lugares más recientes, como el estudio en el tejado techado de su universidad, destinado específicamente para tratar con materiales fuertes, donde descubrió una de sus ultimas pasiones, el oleo. Incluso retrato unas pequeñas bancas ubicadas en un parque cercano a su casa, donde solía desahogar su frustración con trabajos no logrados, hinchándose a pasteles de crema para mitigar su malestar consigo mismo y sus habilidades.    

 

 Con la temática llevada en sus cinco obras TaeHyung considero el hecho de plasmar aquel balcón en su último lienzo, mas no tenia el suficiente tiempo pintando en ese lugar como para sentir cierto vinculo como le sucedía con los otros lugares. Tal vez más adelante. Fuera de eso su última pieza termino siendo su primera mesa de dibujo, esta vez con la primera gaveta abierta, llena de pinceles, marcadores, crayones y lápices, todos los materiales que había usado hasta ahora, reducidos a un pequeño montón de escombros coloridos en lo que permitía el espacio de aquella caja imaginaria.

 

 No estaba conforme del todo con el resultado. Pero definitivamente aquellas no podían ser una mejor obra que presentar por primera vez al mundo el mismo.

 

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_ Quería traerte aquí antes de que terminases tus cuadros – Dijo el rubio. Recargado contra uno de los barandales del puente en el rio Han.

_ Yo te dije – Le regaño – te dije que quería venir y me ignoraste.

_ Ese día quería ir por unas cervezas.

 

 TaeHyung no contesta, mientras el se encontraba ensimismado observando el movimiento del agua, oscura como un abismo negro. YoonGi estaba al contrario, viendo las manchas de colores que eran los carros pasar uno tras otros a alta velocidad, dando la última calada a un cigarrillo antes de aplastarlo con la punta del zapato. Tan estúpidamente atrayente que ni el mismo se enteraba de que ahora lo observaba fijamente.

 

_Lo note, estabas medio ebrio cuando nos regresamos al departamento – Suspira – este lugar es agradable.

_ Realmente este mi lugar favorito, aunque no sea el lugar mas tranquilo – Exhala el humo entre sus labios y gira el rostro en su dirección – Quiero que lo dibujes. Somos lo que las personas denominan artistas y siendo que ese arte radica en nuestros trazos, aunque yo tatué y tú pintes oleos, tenemos algo en común y a la vez diferente. Mi mundo es blanco y negro, con líneas rectas y firmes. Si me pides que dibuje este lugar, que ya lo hice varias veces, es siempre el mismo resultado. A diferencia del tuyo, lleno de colores y líneas libres para jugar con las formas, siempre cambiando. Quiero verlo, me gusta tu estilo.

 

 Es una suerte que llevase consigo su cuaderno de bocetos, se dice internamente, siendo que la última vez lo olvido en su habitación y no pudo dibujar un pequeño parque plagado de flores coloridas en una zona un tanto lejana al departamento. Esa noche no pudo dormir bien a causa de su error y frustración.

 

 Deja fluir las líneas mientras el mayor lo observa, a el, no al dibujo que iba construyendo mediante líneas nerviosas, temeroso de no poder plasmar bien el alma del lugar, porque era para YoonGi, un pedido de el y se sentía extraño. Creía que el lápiz se resbalaría de sus manos en cualquier momento para dar lastimosamente al rio bajo el. Sentía una pequeña comezón en el cuerpo y a la vez estaba tan tranquilo, tan a gusto con YoonGi que era extraño, una pequeña especie de paz catastrófica en su pecho, causando revuelos en su estomago.

 

 Aquella sensación le hizo sentirse fuera de lugar por un momento, como si estuviera demasiado acostumbrado a la presencia del rubio a pesar de no llevar tanto tiempo viviendo juntos. El rubio mete una de sus manos entre su cuello y el nacimiento de su cabello, acariciando suavemente tanto con la palma como con la punta de sus dedos. El cosquilleo le resulta ciertamente agradable, tan acostumbrado a las manos del mayor en cuerpo, al calor y la extraña suavidad de aquellos dedos gruesos.

 

_ ¿Puedes traerme aquí otra noche? – Pregunta tratando de desviar el flujo de sus pensamientos – quisiera tener mis lápices de colores la próxima vez.

 

 YoonGi no responde, solo asiente, observando al menor guardar la pequeña libreta en el interior de su bolso. No es consciente del momento exacto en que el agarre que mantiene sobre el chico tira un poco fuerte, hasta alcanzar sus labios con los propios, un pequeño beso solo de labios antes de arrastrarlo de vuelta a la motocicleta.

 

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 La galería resulto más abrumadora y entretenida de lo que pensó seria. Con tantas personas andando alrededor de todos los puestos, incluyendo el suyo, observando sus pinturas y a el. Estaba nervioso, cuando le hacían preguntas intentaba responder de la forma mas segura posible, esperando que la voz no le temblase ni un poco incluso al momento de reír – cuando era necesario – Era normal sentirse de ese modo, creía, después de todo era la primera vez.

 

 Ni siquiera estuvo seguro de que precio debía ponerle a sus obras – para su suerte YoonGi le ayudo con ello – se sorprendió cuando una de ellas fue vendida, la pequeña mesa en su aula de primaria, el primer recuerdo de haberse sentido cómodo dibujando. Le costo un poco cederla, pero estaba bien, siempre podía volver a recrearla.

 

 Era cerca de las tres de la tarde cuando Jimin llego acompañado de JungKook – cuando no – prácticamente iba colgando del brazo del peli negro. Jimin ahora lucia una melena castaña oscuro con la mitad de ella afeitada y la otra peinada hacia lo alto, ligeramente hacia atrás y mostrando su frente.

 

_ ¿Se puede saber porque estas tan solo y abandonado? – TaeHyung se ve envuelto en uno de los típicos abrazos del mas bajo – YoonGi se fue del local temprano y asumí que estaría aquí ¿No vino?

_ Nop  seguramente solo huyo para dejarles todo el trabajo.

_ Ciertamente – Rió un poco JungKook, dando miradas curiosas a los cuadros restantes.

 

 Al menos veinte minutos pasan entre jugarretas con los dos, unas cuantas personas mas interesadas se llevan su número telefónico y YoonGi llega de la nada, acompañado de una pequeña chica con cabello de colores. Iban tomados de las manos y TaeHyung sintió su estomago dar un vuelco de forma desagradable. Entendía que YoonGi le gustaba hasta cierto grado pero no había llegado a pensar que en algún momento fuese a sentir alguna especie de celos al verlo así.

 

_ Hasta que llegas – Recrimina Jimin – Quería ver las demás obras sin tener que dejar a TaeHyung solo.

_ Lleva todo el día solo aquí no es la gran cosa que nos vayamos – Sin embargo JungKook se había encargado de quitarle el asiento al castaño en algún momento de la visita – Podíamos haber dado una vuelta hace rato.

_ ¿Cómo íbamos a llegar y abandonar a mi TaeHyung? – Voz indignada. El castaño conteniendo las ganas de reír

_ Si bueno ya pueden irse – Dice YoonGi con la voz ligeramente irritada – y Hola.

_ Hola – Su voz saliendo un poco más suave de lo que le habría gustado. Se aclaro la garganta – Hola a ti también.

 

 YoonGi parece – de la nada – darse cuenta de que mantiene el agarre con la chica y la suelta para caminar y ubicarse a un lado del castaño, pasándole una mano entre los cabellos en forma de saludo.

 

_ Buenas, mi nombre es Hye Sun, un gusto – La voz un tanto grave de la chica lo hizo sentirse fuera de lugar, no se lo esperaba – También estoy en la galería.

_ Fue mi compañera de entrenamiento en los días que era un novato tatuando.

_ Ah, no la recuerdo – Dijo Jimin en un tono de voz sospechoso.

_ No tienes porque conocer a todo el mundo.

_ ¿Se puede saber porque estas tan respondón el día de hoy? - ¿Acaso aquello era una pelea de pareja?

_ Si van a estar con sus tonterías ¿Por qué no se van? Hye Sun solo vino a ver los trabajos de Tae – Ahora el sentado era YoonGi y el incomodo TaeHyung.

_ No importa, ya nos íbamos, volvemos al rato.

 

 Es el peli negro quien termina arrastrando al nuevo castaño fuera de las tres paredes negras, a pesar de estar refunfuñando lo logra. El rubio suspira, exasperado por la actitud de los otros chicos, y toma una mano de Tae para tirar de el hasta su lado. El acto le parece un poco vergonzoso al menor teniendo a la chica delante de ellos, aun que parece más entretenida en observar los cuadros que si quiera en prestarles atención a ellos.

 

 Siente la mirada pesada de YoonGi sobre el a pesar de estar intentando ignorarlo, no es que quiera hacerlo completamente, solo sigue la sensación de incomodidad en su estomago y no le agrada. Tal vez debería hablar con el mayor y terminar con todo aquel asunto antes de que pasara a mayores, aun que no quería, de verdad que no. Pero tampoco quería llevar las cosas a otro nivel y luego hacerlo más incomodo para los dos.

 

_ ¿En que piensas? – Siente el aburrimiento de YoonGi en su voz.

_ Nada importante – Miente – Solo ya estoy cansado.

_ ¿Vendiste uno de los cuadros? – Asiente – Bien, ¿y que tal las criticas?

_ Creo que a las personas les gustan, muchos se han llevado tarjetas – Se encoge de hombros y casi se puede olvidar de la presencia de Hye Sun en el lugar, hasta que es ella quien se acerca hasta ellos.

_ Tus cuadros son tristes – Dice sin mas – Me agradan.

_ ¿En serio? – Es el rubio quien contesta – tu estilo es mas irritante, con tanto color chillón.

_ Tú solo no sabes apreciar el nuevo arte.

_ Tu extraña mezcla entre Lautrec y el pop art es horrible Hye, debiste seguir en el tatuaje.

 

  YoonGi ríe ante la cara de desagrado de la chica, quien luce indignada y enojada. Pero TaeHyung solo puede pensar en que clase de resultado podría dar aquella combinación y no se da cuenta del momento en que ella se va, supone el, aun indignada. Hasta que siente un apretón de manos.

 

_ ¿A que hora terminas?

_ Hyung, creo que me gustas un poco mas de lo que creí me gustabas – El rubio eleva las cejas en sorpresa y le observa aun sin decir nada, como esperando a que el menor continuase, mas este solo permanece en silencio.

_ ¿Y? tu también me gustas ¿Tiene algo de malo? – Tae se humedece los labios con la lengua, nervioso. Tal vez YoonGi no le entiende.

_ Quiero decir, que tal vez mas adelante no quiera una relación abierta – Luce tan nervioso que le resulta de cierta forma lindo – Entiendo si quieres parar ahora, antes de que sea mas incomodo.

_ ¿Estas terminando conmigo incluso sin haber comenzado algo? – Toda la situación resultando graciosa para YoonGi.

_ No quiero que sea una mala situación para ti.

 

 Siente el pulso acelerado ante la atenta mirada de YoonGi, quien parece mas bien desinteresado en las palabras que decía, bueno, el lo sabia, desde un principio ninguno de los dos pensó en algún tipo de relación seria pero tenia que venir el a arruinar las cosas, con lo bien que estaba con la situación actual. Pero, ¿Quién lo culpaba? Ciertamente el mayor no era para nada su tipo, mas allá de estar como quería y ser ridículamente caliente, existían ciertas cosas que imagino debía cumplir su próxima pareja y bueno, YoonGi fallaba en casi todas… ni siquiera se había dado cuenta de en que momento comenzó a gustarle un poco mas allá.

 

_ ¿Y si quiero que sea una situación mala? – Y ahora si que su pulso late erráticamente. Siente que las palabras abandonan su boca atropelladamente al preguntar:

_ ¿Acaso quieres salir conmigo? Digo, de alguna forma extrañamente seria.

_ Pensé que ya lo estábamos haciendo.

_ ¿Te gusto?

_ ¿No te ha quedado claro?

_ Supongo que si YoonGi pero pensé que no teníamos nada serio.

_ Si iba solo a estar cogiendo no saldría contigo a todos lados – El rostro del menor se tuerce en una mueca, contrariado.

_ Yo que se como eres con las personas que te acuestas, tenemos poco tiempo conociéndonos - ¿Por qué parecía tan molesto TaeHyung? – en ningún momento me dijiste que te gustaba.

_ Bueno mira, se que no te lo he propuesto y solo lo di por hecho – De alguna forma YoonGi se mantenía calmado ante la actitud del menor. Suspiro - ¿Quieres salir conmigo?

_ No.

 

 TaeHyung le mantenía la mirada fija, con el ceño ligeramente fruncido.  El rubio no paraba de preguntarse que estaba mal con la situación, bien, tal vez si era una mala forma de pedírselo pero el no era de andarse con situaciones románticas ni mucho menos, TaeHyung debería saber al menos eso, suponía ¿Qué debía hacer? No era para nada bueno en ello, y bueno, tal vez lo primero era entender porque el castaño se comportaba de aquella manera.

 

_ ¿Estas enojado por la forma en lo que lo pedí? – Tae niega con la cabeza, mordiéndose el labio - ¿Entonces?

_ Estaba celoso, porque ibas de la mano con esa chica y yo no entiendo porque me sentí así solamente por eso – Las mejillas del chico estaban rojas y YoonGi quiso reír, pero tal vez solo empeoraría las cosas – Estoy enojado conmigo mismo.

_ Me gusta porque eres honesto ¿Sabes? – No pudo aguantar la suave risa – Incluso para estas cosas.

_ No te burles.

_ ¿Quiere decir que a partir de ahora no podre tocar nada?

_ No he aceptado salir contigo.

 

 YoonGi sonrió antes de quitarse la gorra y dejarla sobre el asiento. Metiendo una mano entre el espeso cabello del menor lo acerco hasta el, dejando un corto beso que no tenia nada de dulce, pero aun estaban en publico.

 

_ Por supuesto que no.

 

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 Sentir las pinzas en su lengua le hacían cuestionar su decisión de últimos minutos. No entendía como fue que en una péquela visita al local Jimin le había lavado el cerebro y ahora lo sentía sentado frente a el, con las pinzas y las piezas necesarias para perforar su lengua. ¿En que se había metido? ¿Por qué había aceptado? Maldita curiosidad ¿Y si no le gustaba? Las piezas de joyería normalmente no iban con el y nunca había pensado en perforarse nada.

 

 Jadeo de dolor anticipado al ver como las pequeñas manos de Park envueltas en guantes azules abrían el sobre con la aguja. Santa madre, no negaba que los piercings en la lengua era sensuales y que, joder, el quería darle un oral a YoonGi con eso en la boca pero… a la mierda, ya estaba allí y no se iba a arrepentir, se aguantaría como el macho que era.

 

_ ¿Listo?

 

 Asiente y decide que lo mejor es cerrar los ojos ante lo que venia. Jimin en parte estaba algo nervioso, no quería que TaeHyung tirase de su lengua en el momento en que entrase la aguja, por lo que perforo lo más rápido y mejor que pudo. Para su sorpresa el menor se estuvo quieto y no abrió los ojos hasta que la pieza estuvo completamente en su lugar.

 

_ Ya esta – Jimin suspira de alivio, o fueron los dos no estaba seguro – Puedes mirarlo.

 

 TaeHyung se levanta y justo en ese momento entra YoonGi, cargado con una pequeña caja marrón. Levanta una ceja al observar a TaeHyung allí pues creía se había retirado un par de minutos antes para el departamento.

 

_ Pensé que ya te habías ido – Deja la caja sobre una pequeña mesa y observa como Jimin se deshace de los guantes y las demás cosas - ¿Te perforaste?

_ Yo no – Responde el ex peli naranja – TaeHyung.

 

 YoonGi voltea en dirección a su – ahora – pareja – que extraña la palabra – y este le sacaba la lengua, dejando a relucir la esfera plateada en ella. Oh bueno, eso no se lo esperaba pues veía a Tae completamente asustado de cualquier objeto corto punzante.

 

_ ¿No te gusta? – Pregunta tímido – Porque no me lo pienso quitar después de pasar por ello.

_ Tonterías.

 

 El rubio caminando en su dirección y TaeHyung aun no entiende como es que no se le ha lanzado encima por llevar esos ceñidos pantalones de cuero. Ah cierto, Jimin. Se acerca lo suficiente como para pegar su boca al lóbulo de su oreja un poco, solo rozando.

 

_ No puedo esperar a que esa lengua sane.

 

Notas finales:

Se que es un mal final XD cliche para las nachas y bueno. Realmente este fic lo queria hacer meramente por el porno (agua bendita por favor) para soltarme un poquito mas (es que soy muy lenta escribiendolo) creo que dio algo de resultados y bueno. 

 

 Espero les gustara este fic XD a mi me gusto escribirlo pues me diverti con el.

Nos leemos despues!

Bye (L)


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