Capitulo 10
—¿Aún no despertó? —Preguntó el peli castaño, con los brazos cruzados mientras miraba a la enfermera que estaba junto al paciente, Afrodita Lindberg.
—No doctor, aún no despertó—Decía la enfermera muy preocupada dando una pequeña revisión al estado del peli celeste.
—Quizá tarde un poco más en hacerlo, debió sufrir un enorme trauma como para quedar en esta condición, aunque no es de extrañar que haya pasado 5 dias de este modo, y ya la policía necesita el testimonio de este muchacho—Un largo suspiro se hizo escuchar por parte del doctor.
—Solo queda esperar a que reaccione—Decía la enfermera ya a punto de salir de la habitación hasta que un joven de cabellos azules y cortos abrió la puerta.
—Oh vaya, Ángelo, me alegra que sigas pendiente de Afrodita desde el día que lo trajeron aqui—El castaño palmeó con levedad el hombro ajeno.
—Es natural que me preocupe por él, yo…lo quiero mucho y lo que le hizo Saga es imperdonable— El peli azul hizo puño con sus manos tratando de controlar su ira, suspiraba melancólico lo único que el quería era volver a ver la sonrisa de su amado Dita.
—Sin duda se comportó como una bestia, parecía un hombre tan recto—El doctor de cabello castaño se acomodó la bata blanca que traía y así se dispuso a salir. —Al rato nos vemos Ángelo.
—Claro Dohko—Fué lo único que pudo decir mientras se sentaba en uno de los asientos de visita, con delicadeza tomó la mano del peli celeste esta estaba tibia, casi llegando a ser fría, tenía un respirador que estaba puesto en él menor, le dolía tanto verlo de esa forma, unas pequeñas lágrimas resbalaron por sus mejilla, inclinándose para besar la suave piel del dorso del peli celeste.
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—Llevamos varios días interrogando el señor Michel, pero al parecer no se encuentra estable para dar una declaración concreta, debería ser internado en un establecimiento psiquiátrico— Decía el peli rubio bastante cansado, con algunas ojeras que desarmonizaban su rostro por completo.
—¿Tan grave esta? —Preguntó el castaño fornido cruzando sus brazos
—Llevo días interrogando porque hizo lo que hizo con el joven Lindberg, pero sus palabras no tienen sentido—Una mueca se dibujó en el rostro del rubio tomando un vaso de café.
—En esta situación ese hombre no podrá entrar a la cárcel, no se si tuvo o no tuvo suerte aunque el psiquiátrico es una cárcel para locos. —El peli castaño también tomo una taza de café, aún se sentía pensativo por el caso de Saga Michel, pues este siempre habia mostrado ser un hombre cuerdo, que ayudaba a las personas pobres con su gran riqueza, algo no estaba bien en esta historia que era conocida superficialmente, pero también debían escuchar al joven Lindberg que aun seguía inconsciente para completar esos huecos en el caso.
.-.-.-Días Despues-.-.-.
¿Qué habia pasado?¿Donde me encontraba?, solo sentía que me dolia todo el cuerpo, tenía puesto un aparato que me ayudaba a respirar, estaba en el hospital, ahí recordé todo lo que habia sucedido, quise sonreir pero era algo imposible, apenas alcance a hacer una mueca de felicidad, al menos me habia desecho de esa carga llamada Saga
Apenas podía mantener los ojos abiertos, los parpados pesaban en mi, aquel silencio que invadia la habitación era tan estresante aun mas los ruidos de aquellos aparatos que adornaban a mi alrededor.
Un ruido se hizo presente y provenia de la puerta, así un peli azul fue entrando con un ramo de rosas en mano, era Angelo, mi corazón latió con tanta rapidez, el al verme con los ojos apenas abiertos, se puso demasiado feliz pasando sus dedos por mi mano.
—Estoy tan feliz de que despertaras, Dita…Me hiciste tanta falta— La voz del mayor era aterciopelada, tan suave que me sentía bailar en sus palabras.
—A-Angelo…Uhg, te amo—Atiné a decir apenas, mi voz era poco audible, pensé que quizá no la habia escuchado.
—Siento lo mismo que tú, mi amado Dita, ire a avisarle al doctor que ya estas despierto—Cuando el termino de decir aquello, asentí levemente, este se separo de mi para salir del cuarto, ya de un momento a otro apareció un doctor de cabellos castaños y al parecer bastante fuerte.
—Por fin despertó Dita, Angelo te extrañó demasiado, tanto asi que venia a cuidarte todos los días, el descuidó mucho su trabajo en pediatria—Hablaba el peli castaño mientras chequeaba de que todo estuviera en orden.al terminar de hacer aquello suspiro un poco.
—Eso fue porque ahora lo único que me importa es Dita—El peli azul me miro con una mirada tierna, correspondí ese gesto.
—Aunque los problemas vendrán cuando la policía venga a interrogarte Dita, han estado esperado todos estos días a que despiertes— El castaño se comodó la bata para asi salir del lugar haciéndole un gesto al peli azul.
Al dejarnos solos inmediatamente Angelo hacía una mueca apenas visible, se notaba preocupado, esto era perfecto, ahora solo yo era la victima en este caso, hora solo tenia que pensar en una historia convincente para que Saga vaya directamente a la cárcel y no interfiriera en mis asuntos.
—No te preocupes amor…Todo saldrá bien. —Hable con suavidad, mi voz se escuchaba algo distorsionada.
—Ese maldito tiene que pagar por lo que te hizo mi amor—Sus calidas manos tomaron la mia con delicadeza, besó mi frente , sintiendo así su respiración.
No habia tardado en pasar los dias, la policía habia venido a interrogarme, un rubio de cabellos largos acompañado de un hombre que era demasiado grande, y morenos, los mire con detenimiento antes de hablar, en aquel instante me encontraba solo pues Angelo estaba en el piso de pediatría.
—Buenos días joven Lindberg, hemos venido a tomar su testimonio, sobre este caso—Habló el de cabellos rubios y ojos azules, sin duda parecía americano.
—Estoy dispuesto a contar todo lo que sucedió aquella noche—Dije estando aun acostado en la cama, no tenía fuerza para levantarme debido a que me dolia la mitad del cuerpo para arriba.
—Bien, estamos listos, puede empezar a hablar—Esta vez fue el moreno el que habló colocando una grabadora cerca mio.
—Aquella noche yo al principio habia despertado después de una siesta, me sorprendió no escuchar ningún ruido, pensé que Saga no habia regresado del trabajo, asi que baje hacia la sala y ahí lo vi tomando un vaso con Wisky, este estaba medio lleno, al parecer no habia tomado mucho pero lo encontré demasiado decaído, al verlo asi lo salude y fui a abrazarlo con mucho cariño pero el reacciono agrasivamente contra mi, no entendía lo que le pasaba, le pedi que me contase, que era lo que le afligía pero lo único que dijo que quería que hiciéramos el amor, en ese momento no me encontraba con ganas de hacerlo, estaba muy adormilado y al rechazarlo el se enojó demasiado conmigo, ahí que que cuando lo vi sumirada era distinta a la que solia verse, parecía otra persona.
—Le hicimos un estudió psicológico al señor Saga Michel, deectamos que sufre de doble personalidad, quizá ahora pueda entender que eso fue lo que sucedió en aquel instantes, al parecer fue un mecanismo de defenza—Hablo el rubio con unos papeles en mano.
—No…pensé que el estuviera asi…enserio me duele mucho que el este pasando por esto, eso quiere decir que no lo hizo intencionalmente—Hable demasiado inocente, con suspiros de pormedio, fingía que aquello me afectaba demasiado.
—Puede continuar joven Lindberg—Hablo nuevamente el rubio.
—El aquel instante se puso como loco, grite pidiendo ayuda en repetidas ocasiones, Saga tomó mi cuello para que yo cediera pero no quise hacer tal cosa en ese instante, después rasgó toda mi ropa, aun seguía con la idea de querer que hiciera el amor con el, pero mi respuesta al ser negativa se enfureció mas golpeándome y cortándome la piel…Eso fue lo que sucedió hasta que llego al fin la policía.
—Gracias por declaración joven Lindberg—El moreno detuvo la grabadora mientras la guardaba en su bolsillo.
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Los días pasarón convirtiéndose en un mes, luego en dos meses mis heridas habia curado considerablemente, la declaración habia sido tomada en cuenta para así juzgar a Saga, pero el habia sido llevado a un centro psiquiátrico, por problemas de doble personalidad, no estaba en la cárcel pero al menos ya no volveria a meterse en mi vida.
Por mi parte yo empece a vivir con Angelo que siempre estaba pendiente de mi aunque no era conveniente que este abandonara su trabajo de ese modo.
Todos los días medaba miles de rosas rojas, era é único hombre que no me causab asco cuando me tocaba, pero claro muchos de esos toque eran suave, y muy pocas veces me hacia el amor solo por cuidarme, sus regalos eran igual de caros que los que me daba Saga, era obvio que pasara eso, era un reconocido pediatra en Italia,muy famoso por tener un aspecto atractivo, tanto asi que hacían publicidad con su imagen, la casa en donde vivíamos era bastante grande conmuchas habitaciones, ventanas amplias que permitían que la luz del sol entrara sin ningún problema, todo estaba bien en casa.
.-.-.-.-.2 años Despues.-.-.-.-.
—Me …alegra mucho que…decidieras casarte Angelo, pero ¿Enserio eres feliz junto a él? —Preguntaba un peli morado mientras dejaba unos papeles en el escritorio del italiano.
—¿Qué si soy feliz?, soy el hombre mas feliz sobre la faz de la tierra, el tiene todo lo que e buscado en muchos años—Sus palabras se escuchaban soñadoras.
—Si es así espero que enserio Dita te ame deverdad— Fue lo último que dijo el peli morado agarrando la invitación que el peli azul le habia dado hace minutos, salió del consultorio con el corazón en pedazos, estrujó la invitación entrando al baño para asi llorar amargamente, no podía imaginar como aqul chico de cabellos celestes se había ganado el corazón del italiano en tan poco tiempo, mientras que el estaba junto a Angelo desde la preparatoria, y aun asi lo seguía viendo como un amigo, un amigo que ayudaba en el trabajo hasta ahora.
Continuara…