Capitulo 14
—¿Embarazado?, ¿Lo dices enserio Dohko? —Pregunte apenas queriendo salir de aquel shock
—Lo digo enserio Dita, tú y Angelo serán padres, deberías informarle antes de que yo lo haga—Comentaba el peli castaño mientras volvia a sentarse en su escritorio para asi colocarse unos lentes mientras escribia algo en una nota.
—S-Si…Le informare de esto en la noche—Estaba a punto de irme hasta que Dohko me detuvo.
—Dita no te vayas aun, toma esto—Me dio una receta médica—Como en el caso de que eres hombre puede ser posible que tu embarazo sea bastante riesgoso, así que aquí anote algunas vitaminas que debes consumir esta semana y las subsiguientes, también esta algunos alimentos que debes evitar comer, te aconsejo que solo consumas fruta fresca, eso sería todo Dita—
—Gracias Dohko pero, aun no puedo salir de mi asombro—Guarde la receta en el bolsillo del pantalón mientras me tocaba la frente.
—Puedo entenderlo, pero de seguro el bebé estará bien si lo cuidas mucho mientras este en tu vientre—
En ese instante solo atiné a solo asentir, me despedí rápidamente de Dohko saliendo del consultorio, ya estando solo me la pasaba negando con la cabeza, no quería saber nada de ese bebé simplemente no lo quería tener, amo a Angelo pero no quiero…no quiero tener un hijo, pero no puedo destrozarle así el corazón a Angelo…Además Dohko ya sabe de mi embarazo…¿Qué debo hacer?.
Al salir del centro de salud tome un taxi en dirección a casa, no paraba de pensar y de que pasaría todos estos meses si me resignaba a tenerlo, no…no quería , seria mejor si lo abortara.
—Joven ya llegamos—El conductor del taxi me sacó de mis pensamientos, aliste el dinero para pagar a aquel señor.
Ya al salir saqué las llaves de la puerta y cuando entre cerré la puerta tras de mí, mis ojos no tenían un rumbo alguno al cual mirar, estaba en la nada, al dar pocos pasos me puse a ver a mi alrededor y toque mi vientre por segunda vez, tenía el conocimiento de que aún era tan pequeño casi al igual que una semilla, no podía culpar a Angelo, las pastillas tenían la culpa por ser tan inexactas, me fui hacia la habitación acostándome en la enorme cama matrimonial, deseaba dormir, no tenia el deseo de comer, dormiría hasta que Angelo llegara, no estaba soportando esta espera.
Aunque debía pensar exactamente que haría para deshacerme del bebé una vez que le diga que estaba embarazado. ¿Tener un accidente?,¿Comer lo que me prohibió Dohko?¿No tomar las vitaminas?
Algo bastante bueno sería tener un accidente cuando el embarazo este avanzado, asi nadie podría sospechar de nada, si eso sería bueno nadie podría culparme y aunque Angelo sufriera no importaba, lo que importaba en verdad era mi cuerpo, con el embarazo este de deformaría irremediablemente y ya no podría ser lo que una vez fui.
Con lentitud volví a acomodarme en la enorme cama, pasé una de mis manos por aquellas finas sábanas color blanco, los cabellos celestes se esparcían de manera que estaban bastante desordenados, mis ojos se cerraron para caer en un profundo sueño, ¿Sería causa del embarazo?, por un momento quise dejar de pensar en varias cosas.
Así fue hasta la noche, había dormido como nunca, la razón por la que habia despertado era por escuchar los pasos en la habitación, propios de Angelo que terminó por sentarse al borde de la cama, este me acomodó algunos cabellos , poco a poco abrí los ojos y le sonreí.
—Angelo…Llegaste—Me senté en la cama y asi me lance a sus brazos, el me sostuvo tomándome de la cintura.
—¿Cómo la pasaste el día de hoy?, al parecer Dohko dijo que tú tenias algo que contarme—
Abrí los ojos y me mordí el labio, estúpido Dohko.
—Oh si…Sabes hoy me hice unos análisis con el y resulta que seremos papás—Tome una de las manos del peliazul para llevarla hacia mi vientre.
—¿Lo dices enserio Dita? —Los ojos azules del mayor brillaron como nunca antes los había visto, asentí ante su pregunta y besé los labios ajenos para terminar acostados en la cama,me subí sobre el empezar desabrochando los botones de la camisa ajena.
—¿Estas muy feliz Angelo?¿Te hace felíz que pronto tendremos un bebé con nosotros? —
Con solo preguntar aquello esteno apraba de asentir, desearía estar tan felíz como él pero para mí era tan imposible, yo solo fingía para que este no viera mi desagrado por los niños.
—Mi máximo sueño a sido siempre ser padre y tú me estas ayudando a realizar ese sueño mi Dita, de seguro nuestro bebé será tan hermoso como tú, deberíamos comprar cosas para su llegada, el tiempo pasa demasiado rápido. —
Escuchaba cada palabra y a cada momento asentía a sus ideas,quizá pronto el se daría cuenta de mi poco interés, no era un buen actor en absoluto con situaciones que me involucraban principalmente a mi, pero de cierta forma tenía bastante miedo.
—Tengo miedo—Esas dos palabras salieron de mi boca, estaba pensando en voz alta para ese momento, sus ojos azules se clavaron en los míos, una mueca se dibujo en sus labiales.
—Cariño no tengas miedo, sabes que yo te amo demasiado y todo el embarazo estaré ahí, a tu lado para que no te falte nada, pero enserio quiero que tengamos ese bebé—
Las últimas palabras dichas por el ajeno parecían saber lo del conflicto interno que estaba sufriendo en ese instante
—Claro que lo tendre mi amor—Con la mano derecha acaricié la mejilla de este para al final plantar un suave y sutil beso en la punta de la nariz.
Ambos nos miramos el uno al otro, el no dejaba de mirarme con esos cálidos ojos que erizaban mi cuento entero, aquella mirada que desde la primera vez me había atrapado, hasta haciéndome cometer cosas que podrían ser errores para mi eran una liberación, debería irme al infierno por herir tanto a Saga, pero me tenían viviendo en un paraíso del cual no debería ni quería salir.
.-.-.7 Meses después.-.-.-
—El vientre de Dita ha crecido mucho, estoy tan ansioso, ya quiero que el pequeño nazca, ver a quien de los dos se parecerá me trae con una curiosidad enorme... —Decía Angelo mientras estaba en su escritorio hojeando algunos papeles, parecía que los ponía en orden.
—¿Tan felíz estas Angelo?¿Ya le contaste de esto a tu padre? —Pregunte mordiéndome el labio, yo mejor que nadie sabía que el padre de Angelo sentía un enorme desagrado hacia Afrodita, pues lo consideraba alguien de mal corazón.
—Se lo dije pero…no se escuchó tan contento—Un suspiro se dejo escuchar en toda la habitación.
—Ya veo, debió agarrarle de sorpresa, pronto se acostumbrará a la idea—Al igual que yo.
—Cambiando de tema, desde hace mucho años que somos amigos y me gustaría sabersi quisieras ser el padrino de mi hijo, eres tan amable y de un carácter fuerte, me gustaría que mi pequeño sea igual a ti Mu. —
Sus palabras, no me las esperaba, un leve rubor cubrió mis mejillas,no sabía que responder, pero me ponía feliz que me tomara en cuenta y mas aun que él me vea asi a mí.
—Me encantaría mucho Angelo, enserio será un placer ser el padrino de tu hijo—
—Estoy tan felíz de que aceptaras Mu—él peli azul se puso de pie y caminó hasta mí, el corazón me latía como loco, al final solo sentí como él posabasu mano en la cabeza ya que era mas bajo que él,mi mirada se poso en el suelo, el corazón no paraba de latir, no soportaba esa corta cercanía, levanté la mirada y asi de un momento a otro terminé por besar sus labios.
Aquellos ojos azules se abrieron de par en pan, pose ambos brazos alrededor de su cuello, no quería alejarme de él, deseaba tanto estar a su lado.
—Vaya…Ya veo que tú no tienes respeto a alguien que esta casado..tks.. —
Aquella voz se me hizo familiar, solté a Angelo para ver quien había entrado sin avisar al consultorío, y era Dita quien estaba de brazos cruzados, sentía como este me quería matar solo con la mirada.
Continuara…