Era una imagen digna de un retrato, de un cuadro dibujado a mano, de esos que deben ser expuestos al mundo colocándolo en revistas, en museos, en cualquier lugar visible para la humanidad… y es que ver al gran Sasuke Uchiha en medio de su lujosa cama “viendo” la televisión en el estado en el que se encontraba es algo que no se podía imaginar.
La casa por fuera se veía tan hermosa como de costumbre, pero una vez se cruzaba la puerta para ir al interior se contemplaba una escena poco usual, el pelinegro siempre era una de esas personas maniáticas de la limpieza, cuidaba el orden y el aspecto de todo lo que rodeaba, aunque más que por cuidar la imagen lo hacía por manía, sin embargo, la cocina se podía contemplar polvorienta… ¿cómo si hubiese salido de viaje por meses? Parecía que no habían comido ahí por bastante tiempo, incluso el refrigerador tenía alimentos que ya tenían algo de caducados; por otro lado, la sala de estar se encontraba desordenada pero igualmente polvorienta y en cuanto a los demás cuartos ni de que hablar… si no fuese por que Sasuke estaba en su habitación se podría decir que la casa fue abandonada. Y aunque fuese difícil de creer, eso no era lo sorprendente, la casa era lo de menos. Lo que si era inusual era el azabache, un aspecto descuidado como una persona sin recursos, un olor bastante molesto… ¿hace cuánto tiempo que no se tomaba la molestia de ducharse? En un pequeño momento la televisión quedo con la pantalla negra y en ese pequeño momento el mismo Sasuke se percató de algo… ¿desde cuándo tenía barba? Y fue en ese instante que salió del transe en el que se encontraba, levantándose entonces para irse a ver en el espejo de cuerpo completo que se encontraba junto a su guarda ropa.
- ¿Cuánto tiempo he estado en esa cama? - la cara de sorpresa que se reflejaba en aquel material era más que genuina, y es que, ahora que lo recordaba llevaba poco más de dos semanas desde que entró hecho furia a su habitación – maldición, esto no puede estar pasando- tenía que buscar una explicación lógica.
Dejó pasar aproximadamente semana y media para ir por Naruto, según su pensar era un tiempo lógico para que su rubio se calmara y le pudiese explicar las cosas y si tenía que contarle como es que llegó a esa situación… lo haría ¿Por qué ahora? ¿Por qué de tantas veces que no daba explicaciones lo haría ahora? Sencillo… miedo. Sentía demasiado miedo, no sabia exactamente que lo hacía sentir eso, tan solo lo sentía de la cabeza a los pies. Tenia que admitir que fueron los peores días que había vivido, sintiéndose desesperado, ansioso y miedoso, pero aun así cuando dejo pasar el tiempo que pensó correcto se dirigió a casa del menor (arreglándose lo mejor que pudo con los nervios que cargaba). Una vez se encontró frente la puerta tocó, no sin antes repasar como comenzaría su disculpa. Cuando se abrió la puerta quedó sorprendido. Naruto no se veía triste. Se veía hermoso, no podía mentir, su cabello desarreglado, sin el estúpido maquillaje que le pedía usar de vez en cuando, estaba tan natural… tan tranquilo. Pero una vez sus ojos se encontraron la sonrisa que tenía el rubio desapareció… aun así no se rendiría.
- ¿Qué haces aquí? – definitivamente seguía molesto
- Yo… - una ráfaga eléctrica fue lo que sintió – yo e venido a hablar contigo
- ¿Hablar?
- Si… quiero hablar sobre lo que pasó hace unos días, la verdad es que yo…
- Sasuke – ese tono de voz jamás pensó que la usaría con el – si no mal recuerdo te dejé bien en claro que no quiero nada contigo
- Pero es que no me dejas explicarte… - desesperación, eso transpiraba en esos momentos
- ¿explicarme qué? ¿Qué estabas acostado con tu secretaria? – tan sereno que daba miedo – vi lo suficiente ahí
- No es lo que crees Naruto yo….
- ¿sabes? Ahora entiendo porque cambiaste tanto, ahora se que todos esos años me estuviste engañando- sonrió
- ¡No es así!
- ¿Sabes algo más? – una sonrisa más grande – yo no soy perfecto, eso no existe, ni tu lo eres… ser perfecto es un cuento y ahora se que yo no voy a cambiar por nadie, yo soy quien soy y si no te gustó pues simplemente me voy – aquella mirada lo congeló
- Na-naruto por favor no digas eso, si tu me dejas explicarte – no sabía que era lo que sentía, sentía su pecho arder y doler, sentía que podría dejar de respirar en cualquier momento – por favor, ere todo para mí, sé que fui un idiota, pero jamás te engañaría
- Por favor Sasuke ya no…
- ¿Naruto? ¿Por qué tardas tanto? – esa voz, Sasuke conocía esa voz… pero no era posible
- ¿estas con alguien? – ahora era el azabache quien se veía claramente molesto.
Sin embargo, no le dio tiempo de contestar ya que sus impulsos le ganaron y entró a la fuerza, tal vez no debió de hacerlo pues lo que vio lo dejó atónito.
- ¿Qué haces aquí Itachi?
- La pregunta correcta es… ¿Qué haces tú aquí?
- No quieras cambiarme la pregunta, ¿¡Qué demonios haces tú en la casa de mi novio!?
- Para empezar, ya no es mi cuñado… si no mal recuerdo terminó contigo en cuanto te vio en la cama con tu secretaria
- ¿¡acaso le contaste!? – le preguntó como loco a Naruto, pero fue Itachi quien le contestó
- Si es así no tiene por que importante, no se como pudiste hacerle eso, no sé cómo pudiste cambiarlo por una zorra como esa
- ¡cállate!
- ¡no me callo! Tanto que te costo que nuestros padres acepten la relación, tantas cosas que pasaron juntos ¿para qué? Para que unos años después lo hagas a un lado por irte de zorra en zorra…. Te dije que cuidaras lo único bueno que habías hecho en tu vida y no lo hiciste así que se hombre y enfrenta las consecuencias y ni creas que nuestros padres te ayudarán… ellos ya están al tanto de todo lo que ha pasado – ¿a tanto había llegado eso? ¿Qué había hecho? No sabía que hacer ahora… ¿de verdad lo había perdido?
No supo cómo, pero terminó siendo golpeado por su hermano y sacado de la casa de su ahora ex novio. Como pudo se subió a su automóvil y se dirigió a su casa… en la cual pasó tomando 4 días seguido, llorando… si, llorando. No entendía como se dieron las cosas, dejó de ir al trabajo para poder sumergirse en sus pensamientos… sentía que no podía con su alma… ¿así era sentir perder a alguien amado?
- Duele – y de nuevo lloraba, no lo podía evitar, cada que recordaba lo que pasó sentía que perdió a Naruto – duele tanto no tenerte a mi lado, fui y soy un completo estúpido… como no pude darme cuenta de que esto podría pasar – sin pensarlo mucho regresó a su cama para dormir, necesitaba aquello para no pensar tanto y tal vez, solo tal vez, si dormía podría pensar en algo.
- Estas tomado – declaró.
- Claro que no Teme – le gritó.
- Claro que sí, solo cuando tomas me gritas como si fuese la peor escoria del mundo.
- Eso es porque lo eres – otro grito.
- Si, si… ven vamos te acuesto- intentó levantarse – mañana seguimos platicando.
- Yo no quiero escuchar sobre esas putas ni mañana ni después- si tan solo supiera que la mayoría, por no decir todas, eran mentiras… hacía mucho que no estaba con una mujer porque cada que lo intentaba sentía traición hacia su amigo, aunque eso jamás se lo diría
- ¿Qué rayos te pasa? – y aun estando borracho le parecía casi un ángel, no supo cuando, pero de repente empezó a ver con otros ojos a su mejor amigo
- Nada- ese puchero ¡cómo le encantaba!
- ¿y por qué estas tan molesto? – odiaba cuando se molestaba con él, le dolía demasiado
- Por nada de importancia.
- Entonces si no tiene importancia dímelo.
- No te va a gustar.
- Si vas a estar insultándome tanto, mínimo quiero saber por qué.
- Porque eres un maldito zorro- gritó sin más - no soporto verte con tantas mujeres a tu alrededor, simplemente no lo soporto- y ahí estaba su peor castigo, Naruto lloraba a mares y eso le partía el corazón, por un momento pensó que lloraba por celos, que tal vez el rubio sentía algo por su persona, pero no quería hacerse ilusiones.
- ¿Y qué demonios importa con cuantas ande?
- ¡Importa mucho! ¡Maldición! ¡A mí me importa porque me gustas!
- Estaba en shock, ¿Qué había dicho? - Te está afectando lo que tomaste, es mejor que lo dejes- sí, debía ser eso.
- No tiene nada que ver con lo que tomé, sé que es absurdo, pero llevo meses enamorado de ti- seguía llorando- ¡Me enamoré de mi mejor amigo! ¿no es absurdo?
- No llores- y sin poder evitar ocultar sus sentimientos después de enterarse de que era correspondido se le quedó mirando, admirando esa belleza que lo había cautivado con el tiempo a pesar de ser un hombre… después de tanto tiempo pensándolo le valía un carajo que fuese homosexual con su amigo.
- No soy estúpido Sasuke, sé que no te van los hombres y lo más seguro es que no quieras estar conmigo nunca más- error con e mayúscula, sonrió para sus adentros, le iba solo un hombre.
- Te equivocas, también me gustas.
- N-no juegues por favor- sabia que sentía miedo, el mismo se sentía así.
- No lo hago, no lo haría con esto nunca- no tuvo que pensarlo mucho, sentía que era lo más correcto, así que solo pidió lo que su corazón le pedía- se mi novio.
- E-esto debe ser un sueño.
- No lo es, no sé por qué dobe, pero siento que es lo que quiero.
- ¿L-lo dices enserio?
- Muy enserio, quiero que seas mi novio, me gustas.
- S-si Sasuke
En ese momento se sintió inmensamente feliz, jamás le fallaría a aquella persona que le regaló tanto… lo amaba, no había duda.
Aquel recuerdo en forma de sueño solo logró sacarle una lagrima más a un Sasuke dormido.