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No sabes lo que tienes... hasta que lo pierdes por Babu

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Notas del capitulo:

Hola!

Este capítulo fue reescrito muchas veces, fue corregido en algunos aspectos e  incluso tirado a la basura (aún uso papel) así que lamento si no es de su agrado, disculpenme

Muchas Gracias por leer!

¿Quién demonios había puesto de moda el romanticismo? Simplemente era lo más difícil jamás visto en su vida. Jamás tuvo la necesidad de ser así ni de hacer cosas más allá de comprar presentes, pero ahí estaba, en su oficina, rodeado de montones de papeles en forma de bolas intentando escribir un poema para ese día; ya se había vuelto costumbre que cada día sin falta le daba algo a Naruto, claro, solo llevaba una semana, pero para él parecían décadas pues a pesar del todo apenas veía como el chico salía para tomar lo que le dejaban. Debía admitir que quería volver a verlo de cuerpo completo, era un poco extraño que no saliese de la casa, pero no era quien, para exigir explicación, por lo menos no por el momento.

Después de comprar su cabeza unas 15 veces contra su escritorio al fin se le ocurrió que poner.

Con el corazón en la mano se dirigió hacia la ahora casa de su ex pareja, llevaba una caja consigo, si no mal recordaba aquello era algo que Naruto había querido por mucho tiempo… además en parte era una estrategia para hacerlo salir un poco más de aquella casa, pues en toda la semana que llevaba yendo el chico apenas y salía haciendo que sus intentos de verlo se reduzcan a cero.

Una vez escondido a una distancia razonable para no ser visto (claro, después de llamar como es debido) se dispuso a esperar; no pasó mucho para que viese la cabellera de cierto joven rubio, casi dio un brinco de felicidad cuando lo vio salir se veía tan hermoso, tan radiante… se maldijo por nunca haber notado lo hermoso que era al natural; traía ropa holgada lo cual le sentaba de maravilla, lo hacía ver tan cómodo no como cuando lo obligaba a vestirse con ropa femenina… definitivamente se auto maldecía en aquel momento. Vio como ese ángel veía con una sonrisa y una mirada de curiosidad aquella caja, en aquellos segundos (¿minutos tal vez?) en los que se quedó de pie en la puerta pudo darse cuenta de algo ¿estaba más gordito? Eso lo sorprendió muchísimo, jamás lo vio con ni un rastro de pancita en el pasado, claro, el le decía que odiaba los cuerpos gordos… genial, otra cosa por la cual reprocharse, jamás pudo imaginar lo bien que se vería incluso estando llenito. Un suspiro salió de su boca, realmente fue un idiota. Dejó de un lado sus pensamientos cuando vio como con cuidado bajaba hasta quedar cerca de la caja y abrirla; su cara no tuvo precio, valió la pena todo lo que tuvo que recordar y buscar por aquello. Una sonrisa salió de sus labios cuando pudo ver como el Uzumaki levantaba a aquel cachorro con lagrimas en los ojos mientras este le lamía el rostro… si, definitivamente había sido lo correcto.

Un mes, un cansado mes desde que estaba enamorando a Naruto día tras día, y no es que se estuviese quejando del hecho de hacer algo por él, claro que no, pero ¡Por amor al universo! Se sentía más cansado por esforzase que por su trabajo en sí. Su casa estaba llena de revistas sobre flores, romance, libros con poemas, hojas de colores, bolígrafos con tinta fina, tijeras y brillantina… ¡sí! Incluso tenía esa cosa del demonio; había leído en internet como hacer una postal que al abrir tomara forma y para eso necesitaba de aquél endemoniado brillo, no falta decir que le costó tanto que tanto el como su casa habían quedado llenos del polvo artificial ganándose así la discreta burla de sus empleados al día siguiente (¿cómo era que no se quitaban ni con agua?).

Tenía que admitir que si no fuese por su madre ese regalo no lo hubiese podido hacer.

               .Recordaba cuan afligido se sentía por ser vencido por unos cuantos pedazos de papel por lo que tuvo que recurrir a una opción no muy agradable: llamar a su madre. No tardó mucho para que está entrara a su casa (con una llave que ni el mismo sabía cómo la había conseguido, pero eso era lo de menos por el momento).

-          Si alguien me hubiese dicho que te encontraría tirado en el piso del recibidor lleno de brillos lo hubiese mandado a encerrar por loco- la mujer se encontraba de pie a unos cuantos pasos de la puerta viéndolo tirado en el suelo con lo que intentaba hacer.

-          No empieces con eso madre- sabía que no podía enojarse pues era cierto, el hubiese hecho lo mismo o algo aún peor, así que con esto en mente la recibió con una pequeña sonrisa al tiempo que se paraba para verla desde una mejor posición – gracias por haber venido, sé que estabas muy enojada cuando te enteraste de lo que pasó, pero yo te aseguro que...

-          Por favor no empieces con eso que me terminaré yendo- la mujer solo pudo pasar sus dedos por el puente de su nariz- sigo sin poder creer lo muy desgraciado que fuiste con mi yerno- soltó un suspiro para verlo a los ojos-  y quiero que te quede muy claro que no pienso recibir a ni una sola persona que no sea Naruto… así que más te vale arreglar todo este problema y si es necesario que te arrastre colgado de los testículos lo harás, Itachi me ha contado todo

-          ¿T-todo? – bien, eso no lo esperaba

-          Si y me importa muy poco como terminaste en la cama con esa mujer- en ese momento su progenitora le había hecho un gesto con la cabeza para dirigirse hace los muebles- lo que realmente me interesa saber es porque le hiciste eso, además – tomó una pausa – no me creo que no hayas tenido ni un solo rose con alguna de esas putas.

-          Mamá… yo- recordaba como eso lo había dejado en un estado de transe, jamás imaginó tener esas pláticas con su progenitora.

-          Te prometo que te ayudaré, pero antes, dime… ¿Por qué?

-          Yo… para empezar por estúpido; tu mejor que nadie sabes que clase de personas se me acercaron toda la vida, en especial mujeres, y también sabes que jamás e estado con otro hombre porque realmente no me gusta la idea de estar con otro hombre – la cara que le dedicó su madre le hizo componer lo que dijo- no, no soy homofóbico pero… conformé pasaba el tiempo, cuando entré a la empresa veía a los demás empresarios con sus mujeres voluptuosas luciéndolas… estúpidamente me molestaba que yo no tenía que presumir – un suspiro junto a una lagrima fue lo único que pudo sacar durante esa pausa que el creía necesaria- lo que nunca supe es que Naruto era lo suficiente para que todos me envidien, sabía que estaba con él por que me gustaba, lo quería y lo amaba… era la única persona que había levantado tantos sentimientos en mi pero era joven e idiota… realmente creo que fue ahí cuando le empecé a exigir cambios y posteriormente a salir- levantó la vista para ver la decepción en la mirada de Mikoto- yo se que no hice nada con ninguna de esas mujeres porque al final, sabía de los sentimientos de Naruto aunque si te soy sincero, no tengo garantía de aquello… no sabes cuanto lamento no haberme dado cuenta de lo valioso que era tenerlo… de lo absurdo que fue pensar que lo tenía en la palma de la mano y me perdonaría todo – y de nuevo, después de un buen tiempo se había soltado a llorar con la mujer peli negra

-          Hijo- sin más lo abrazó y pego a su pecho- se que debería estar molesta contigo, pero…pero por el momento solo te ayudaré, ¿sí? - tomó su rostro entre sus suaves manos para secar sus lágrimas – venga, yo corto y pego mientras tu escribes

-          Gracias madre – una pequeña sonrisa se le había salido

-          Agradécemelo trayendo de vuelta a mi hermoso yerno

Si, definitivamente le debía mucho a aquella hermosa mujer… además, en los últimos días había tenido que duplicar su esfuerzo pues el maldito de Gaara se la pasaba todo el tiempo a lado de Naruto y eso ya era demasiada ventaja, recordaba como es que terminó recurriendo a golpear su almohada para no morir de celos. Sumándole que tenía que atender la empresa, después de todo sin trabajo no podría ofrecerle un buen futuro al que esperaba se volviese su novio. Después de pensarlo un poco decidió que era momento de dar un siguiente paso, no estaba dispuesto a perder por nada del mundo así tuviese que arrastrarse por todo el mundo para enmendar sus daños.

Sin embargo algo que aún le extrañaba era el hecho de que su rubio se veía ligeramente más llenito, tal vez y tan solo talvez el maldito pelirrojo lo estaba engordando para que nadie más se fijara en él y así se lo pudiese quedar… maldición, debía admitir que era una buena estrategia, pero se lamentaba que no se le ocurriese a él; claro, una vez reconquistando podría hacerlo pero solo con su consentimiento, juraba que jamás en la vida volvería a ordenarle algo a su  rubio.

Le dio una leída más a lo que acaba de escribir

Sabes a silencio y a sueños,
con melodías de ternura
y tacto de deseo,
sabes a mi mundo,
a todo lo que anhelo,
sabes a amor, a mi amor. 

Tal vez sea apresurado, pero, me gustaría poder hablar contigo, si lo deseas aquí te dejo mi número, ya sabes, algo un poco más moderno. Espero aceptes, estaré esperando.

Siempre tuyo, el hombre que te ama “

Era el momento de dar su siguiente paso, si aceptaba, al fin podría hablar con él… después de tanto tiempo.

Notas finales:

¿Les gustó aunque sea un poco? Espero que así sea, de no ser así... disculpa! enserio...

si te gustó, no sabes que bien se siente..

aunque, con que leyeras esto ya me pone feliz..

Muchas gracias!


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