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You’re NOT for me por MarLe514

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Notas del capitulo:

¿Qué les parece? Doble actu ;u;

25 de Mayo de 2010

Era temprano por la mañana y Jongin cargaba pesadas cajas del camión hacia la tienda, tenía puesta una chaqueta militar beige, y unos jeans azules. En estaciones como esas el frío atravesaba la ropa y te congelaba los dedos.

La mayoría de los establecimientos aun no abrían, y todo estaba muy silencioso, solo el vago canto de las aves que vivían en el bosque cercano, sobre los copados árboles. El olor de la tierra y la vegetación le daba una sensación reconfortante, aunque sus huesos dolían por la paliza de ayer.

De un momento para otro, y mientras cargaba un par de cajas llenas de leche, la fragancia reconfortante del bosque se intensifico, haciéndole cerrar los ojos e inhalar profundamente.

—Pareces cansado. —Una voz suave vino de sus espaldas.

Jongin se sorprendido tanto que dejó caer la baja de sus brazos. Ni siquiera había sentido su presencia. ¿Era un fantasma o un ninja?

Cuando se giró sobre sus talones, la bonita sonrisa de Kyungsoo le saludó, tenía un brillo de diversión en sus enormes ojos, y como era de esperarse, también tenía una chalina roja alrededor del cuello.

Jongin desvió la mirada, deteniendo la fuerte oleada en su pecho y se inclinó levantando el desastre, Kyungsoo hizo lo mismo ayudándole.

—Lo siento, no quise sorprenderte. —Murmuró.

Jongin no respondió. Se sentía extrañado por esa nueva actitud receptiva. ¿Qué se supone que debía hacer ahora?

Kyungsoo identificó el silencio como una situación incómoda, carraspeó, sonriendo de igual manera. —¿tu ojo esta mejor? —Preguntó, aun de cuclillas, y aprovechando estar a la altura de Jongin rozó con sus dedos el moretón.

El moreno apartó el rostro avergonzado, pero sin querer pareció como si rehuyera del toque.

El pálido sonrió triste y asintió. —Heh, hace mucho frío… ya…— Iba a continuar cuando sus ojos cafés leyeron el cartel del Cinema que estaba frente a él.

La tienda de comestibles de la señora Bum quedaba a solo una calle del cine, por lo que no fue complicado para Kyungsoo ver lo que el letrero a espaldas de Jongin decía.

El enorme parante de cartelera encima del techo, del cine traía las letras en grande de; El increíble estreno: “A Propósito de Elly” tachadas con spray negro y cambiadas por: El inodoro Do Kyungsoo.

*Inodoro: Que los hombres solo eyaculan en él.

El pelinegro observó las palabras mientras su rostro perdía el color y su respiración se agitaba un poco, la humillación aplastante le había quitado la respiración. —Ah… re-recordé…—Masculló pero en un segundo su mente estaba en blanco, la ira, la vergüenza y la desesperación se instalaron en su cuerpo dándole escalofríos. ¿Quién… había hecho eso?

Jongin notó rápidamente que algo no estaba bien con el bajito, por lo que ladeó la cabeza hacia atrás mirando el letrero. Al comprender la situación, devolvió rápidamente la vista al pelinegro, preocupado. —Hey…

Kyungsoo solo dio media vuelta y se marchó rápidamente. —Haces bien en no hablar con alguien como yo. Adiós, Jongin. —Dijo hostil.   

Kai maldijo, pateando lejos una lata, enfadado consigo mismo. —¿Por qué soy tan idiota?

 •———•

El ocaso estaba casi a la altura de sus cabezas, tiñendo el cielo de un melancólico tono naranja azulado. El olor a cigarrillos casi se mezclaba a la perfección con el oxígeno y en el silencio se oyó un traqueteo.

Kris empujó con fuerza a Suho contra el capó de su coche, estacionado en una esquina del pub. —¿Por qué demonios hiciste eso? —Gruñó presionando su cuello con su mano.

El sonido metálico rebotó en las parejas paredes de ladrillos, el más bajito sonrió con los dientes ensangrentados. 

—Bueno… dijiste que estabas teniendo problemas con él. —Respondió, sintiéndose intimidado por el rubio que cada vez parecía más enfadado.

Tensó más su agarre presionando con potencia, y robándole el aire.—Imbécil, ¿cuándo dije que podías hacer esto? —Ladró.

En el solitario callejón, se oyó un globo de chicle reventaba, y después una voz socarrona. —Relájate ¿quieres? Le quedó muy bien el cartel. — Murmuró un pelinegro, casi tan alto como él mismo.

El rubio lo miró de soslayo. —No interfieras, Tao. —Dijo en tono de advertencia.

Pero el moreno ni siquiera vaciló cuando abrió la boca. —De todos modos, no es como si hubiera sido una difamación. —Agregó con tono divertido.  

Él soltó a Suho de mala gana y este solo encendió un cigarrillo, como si nada. Dirigió su mirada al menor y este le sonrió, la furia le cargó y avanzó hasta él. —¿Qué diste? —Preguntó con tono serio, colocando con rudeza ambas manos a cada lado del pelinegro.

Y como era usual, Tao ni siquiera pestañó, en la escuela era el único que al tener al rubio tan amenazante sobre él, no le causaba nada. De hecho era una de las pocas personas que lograban sacar a Kris de sus casillas y sobrevivir luego.

—Tao. —Le nombró amenazante.

—Yifan.— Le respondió, suspirando de su aroma, al estar tan cerca. Incluso desvió su mirada negra de sus ojos a sus labios. —Dije: Kyungsoo es—

—Ya es suficiente. —Le cortó, y al notar que estaba cediendo ante el pelinegro se apartó rápidamente.

Tao sonrió victorioso, relamiéndose los labios. —Sí, como digas, hermanito...

 

•———•

26 de Mayo de 2010

Jongin salió de casa a media noche, con una chaqueta negra y guantes para el frío, caminó con precaución, no quería despertar a nadie, le colocó la correa a Nieve acariciando sus orejas.

—Tranquilo, muchacho, vamos a dar un paseo. —Susurró, saliendo por la puerta trasera.

Cuando llegó a la calle del Bulevar, divisó el Cinema. Las horribles letras permanecían ahí.

Kai se inclinó hablando con el perro. —Vigila por mí. —Le pidió.

El frío era insólito, estaban a menos de 10°, tomó la escalera del depósito comunal y subió a la altura del cartel. —Vale…—Suspiró, empezando a borrar el nombre de Kyungsoo, con un trapo húmedo. Lentamente las letras iban despareciendo, era realmente tarde y solo las luces de los postes permitían ver con claridad.

Ya casi había terminado, cuando Nieve se alteró empezando a gimotear y a caminar en círculos. 

De pronto un haz de luz proveniente de una linterna le apuntó. —¡¿Quién anda ahí?! —Exigió saber el policía nocturno.

Kai resbaló de la escalera cayendo de culo, pero la adrenalina le hizo ponerse de pie de un salto y correr en dirección opuesta con Nieve pisándole los talones.

—Oh mierda, oh mierda. —Maldijo colocándose la capucha y corriendo tanto como sus piernas acalambradas le permitieron. Pero el aire helado se coló en sus garganta dejándole sin aliento y con la faringe sensible.

Había pasado el toque de queda, y podía ser arrestado por ello. Oh, no quería imaginar lo que su madre diría.

Se detuvo en un avenida, el tipo aun le seguía, por lo que miró en todas las direcciones buscando un buen lugar, pero realmente no había nada útil. Cuando sus opciones se agotaron, simplemente trepó la cerca de sus vecinos, pero resbaló y terminó cayendo hacia el otro lado, el césped lleno de nieve amortiguó su caída.

Soltó un quejido ahogado cuando el policía cruzo la acera sin detenerse. Su espalda… joder, eso había dolido.

Nieve apareció un momento después lamiéndole la cara. Su espalda dolía y sentía que moriría pronto, por lo que solo respiró su último aliento, frotando la cabeza de su amigo.

Unos largo minutos de descanso después, notó que estaba en el jardín de los Do, maldijo cuando las luces del interior se encendieron y corrió rápidamente entrando a su casa.

 

Cuando llegó a su preciada cama se aventó ahogando un suspiro contra las sabanas. Menuda aventura de mierda, le había dejado una espalda fracturada y un dolor en el culo. Pero tenía una suave sonrisa en el rostro, por lo menos había logrado lo que quería.

 

•———•

27 de Mayo de 2010

La mañana siguiente Jongin amaneció con catarro y mucha tarea sin concluir, por lo que se sentó en su escritorio con un té de jengibre y muchos libros apilados. Nieve estaba en la carpintería con su padre, y él por fin tenía tiempo para avanzar con algo de sus cosas.

La mañana era silenciosa, y agradable, cerró el tercer libro estirando sus huesos, mientras murmuraba algo de la canción que escuchaba desde su reproductor de música.

De pronto la puerta de su habitación se abrió y su madre apreció. —Hijo, tienes visita. —Dijo la mujer con una sonrisa vivaz.

El moreno frunció el ceño. ¿Quién podría venir a visitarle en un fin de semana? Y su pregunta se respondió casi al instante, cuando Do Kyungsoo apareció detrás de la puerta con una sonrisa pertinente.

Jongin agrandó los ojos, casi cómicamente. Bien, sí, todo aquello debía ser una mala broma… oh, ¿tal vez era un error de la Matrix? 

“¿Qué es todo esto?”

Jongin hizo gestos expresivos a su madre.

 

“Solo vino de visita.”

Respondió de la misma forma la mujer.

 

“Sé que hiciste algo.”

 

Acusó Jongin moviendo sus manos y reclamándole de forma silenciosa.

Kyungsoo los vio de reojo, y soltó una risita divertida al verlos actuar de esa manera. Aquello realmente le parecía muy lindo.

La señora Kim de pronto cortó la conservación amorfa y sonrió. —Que se diviertan. —Alegó cerrando la puerta, pese a los intentos fallidos de Jongin.

El silencio reinó en la habitación y Jongin ya empezaba a sudar. ¿Cómo demonios había terminado en esa situación?

Kyungsoo miró los alrededores, y fue el primero en hablar. —Está bien, puedes seguir con tus cosas…—Aseguro, caminando hacia un rincón sin hacer mucho ruido, y luego se sentó en el suelo.

 

“¿Qué es lo que está pensando?”

 

Jongin lo siguió atentamente con la mirada, y luego sacudió la cabeza volviendo a su libro, ignorándole.

“Solo concéntrate, mañana hay una práctica de química.”

 

—Heh… Gracias. —Kyungsoo habló con su tono seco pero tímido, que hace tanto tiempo no oía.

Jongin se quitó los audífonos pese a que no escuchaba nada de música y lo miró sobre el hombro. —No sé a qué te refieres. —Se apresuró en decir.

El pelinegro sonrió ampliamente.—Por el letrero del Cinema. Sé que fuiste tú. —Se abrazó a sus rodillas luciendo de muy buen humor.

El moreno se giró dándole la espalda. —Y-yo no hice nada, sabes.

Kyungsoo sonrió sacando algo de su bolsillo.

Permiso de conducir: Kim Jong In.

—Mierda…

—Se te cayó frente al Bulevar, mi padre lo encontró. —Explicó, pero al ver el estado alarmado de Jongin se apresuró en decir con una sonrisa divertida. —Descuida, no tiene pensado arrestarte o algo, solo me dijo que no te saltaras más el toque de queda.

Jongin cerró los ojos y se golpeó la cabeza con la mano, sintiéndose avergonzado. —Sí… no lo hare de nuevo. —Dijo en tono cínico, arrastrando su silla con rueditas hasta el pelinegro, y cogiendo su credencial.

—Te ves realmente bien ahí. —Dijo de repente, refiriéndose a la foto de su permiso para conducir.

Jongin mordió su labio sin responder. Todo eso era tan… tan extraño. —Tu… ¿Por qué vienes a mi casa? —Preguntó sin mucho tacto. —Pudiste entregármelo en la escuela. Tal vez en la clase de literatura. A la que por cierto deberías volver.—Dijo en tono acusador. Aun recordaba que era una de las pocas clases que llevaban juntos y en todo el semestre él solo había ido a dos. —¿Sabes que si continuas saltándotelas puedes demitir? —Dijo intentando sonar muy serio. Pero al no oír respuesta se giró mirándole sobre el hombro. —Realmente, ¿qué pretendes al venir hasta aquí?

Kyungsoo permanecía sentado en un rincón de su habitación, abrazado a sus rodillas y mirando el suelo. Simplemente se encogió de hombros. —Estaba aburrido. —Murmuró.

Jongin frunció el ceño, por la evasiva. —¿Qué hay de tus amigos? —Continuó. 

Volvió a encogerse de hombros.

El moreno dejó a un lado su bolígrafo, suspirando exasperado de esa actitud. —¿Qué hay de tu novio? —Cuestionó con algo de fatiga, golpeando el dedo impaciente sobre su libro.

—Terminamos. —Respondió simplemente.

Kai boqueó como un pez fuera del agua, ya sin algo más que pudiera decir.

Kyungsoo dio un aplauso dando por finalizado todo.—Si terminó el interrogatorio, puedes seguir con lo que hacías, has como si yo no estuviera. —Le animó, distrayéndose él solo con las cosas de su habitación.

Era tal y como lo había imaginado. Cálida, agradable, con algunos posters de música clásica, muchos cuadros con dibujos por todos lados, algunos libros y fotografías colgadas en un cordel cerca de la ventana, se puso de pie para verlas con claridad, y sonrió al ver las imágenes en las fotografías.

Jongin intentó concentrarse en sus quehaceres, pero con Kyungsoo merodeando de aquí a allá le era imposible.

“Por haberme ignorado todos estos años… Por esa noche en la fiesta de Kris…”

Cerró de golpe su libro y soltó lo que tenía guardado —Después de tratarme como si no existiera en la escuela… whoa, tienes mucho valor para venir hasta aquí, realmente... —Murmuró con un revoltijo en el pecho. Se sentía humillado y furtivamente enfadado.

¿Por qué se sentía enfadado de pronto? ¿Por qué siempre estaba tan afectado cuando se trataba de Kyungsoo?

El pelinegro pasó por alto el reclamo, para tomar una fotografía del cordel.—¿Tienes todas estas fotos mías? —Preguntó sin sentir ni pisca de molestia por el hecho de ser fotografía sin su consentimiento, en realidad estaba muy feliz. —¿Qué haces con ellas?

Kai agrandó los ojos al verse descubierto, sus mejillas se tornaron rojas en un santiamén, y se odio por ser un tonto. ¿Cómo había olvidado un hecho tan importante?—Ah… esto, no, no es lo que piensas… Solo las tomé... porque… s-son buenas fotos…—Murmuró con la cabeza abajo, arrugando la hoja de su ensayo, por mero reflejo.

Kyungsoo caminó hasta el escritorio del moreno en silencio, había tanto silencio de pronto que hasta podía escuchar los latidos del corazón del moreno, como un tambor. En esos momentos Jongin lucía tan… tan increíblemente lindo, que no pudo contenerse de jugar un poquito con él. —Bueno, si tú lo dices. —Alegó y se sentó sobre sus rodillas, repentinamente. —¿Qué haces? —Preguntó en tono inocente.

Jongin soltó un quejido de sorpresa.

“Su trasero… esta sobre… aah…”

Kai le tomó de la cintura, intentando apartarlo, pero solo en ese momento notó lo delgado que era, y eso…whoa, le excitó increíblemente.—No… no deberías…—Murmuró, tensando la mandíbula.

La carne era débil, tan débil.

—¿Hum? —Pregunto como si nada, mirando las letras del libro, sin intensión de moverse. —¿Literatura? —Preguntó reclinándose sobre el escritorio, haciendo jadear a Jongin.

El moreno suspiró, dejando caer la cabeza hacia atrás, y con un profundo sonrojo, aclaró su garganta. —T-tengo que identificar… las prosas… ngh. —Tartamudeó empezando a explicar lo que hacía, pero tenerle sobre sus piernas le traía tantos pensamientos pervertidos… tantos que…

 

Kyungsoo sonrió suavemente, con un ligero rubor.—Jongin… de casualidad, ¿te pusiste duro por mí? —Susurró pervertidamente, mirándole de soslayo.

Jongin se cubrió el rostro con ambas manos, completamente avergonzado. —P-por favor, detente. —Pidió, muriendo de la pena.

Pero Kyungsoo pensó que Kim Jongin era el chico más lindo que había visto en todo el mundo, y sus expresiones eran tan lindas, que no podía detenerse. ¿Cómo podía ser tan inocente? —Wow… se está haciendo más grande…—Jadeo mordiendo sus labios, moviendo sus caderas, contra la enorme erección que crecía contra su culo.

—Detente. —Gruñó por lo bajo, enloquecido por la erótica fricción. ¿Algo podía empeorar la situación actual?

—¿Soy yo? —Preguntó Kyungsoo en tono ingenuo, suspirando. Jongin inesperadamente le estaba excitando también. —Eres tú quien se está poniendo increíblemente duro contra mi trasero. —Alegó tragando saliva, frotando sus nalgas contra su entrepierna, en forma suave.

El moreno enrojeció terriblemente, poniéndose de pie, y lanzándolo en un impulso al suelo. —¡¿De-de quien crees que es la culpa?! —Jadeó avergonzado. 

Kyungsoo permaneció en el suelo de espaldas quejándose un poco. —E-eso dolió… ayúdame. —Jadeó estirando el brazo.

Kai se arrodilló junto a él, sintiéndose terrible por ser violento —Lo… lo siento, no quis—¡Ugh! — Contuvo un quejido cuando el bajito se aferró a su antebrazo manteniéndolo sobre él. —N-no es divertido. —Advirtió, sudando. 

—Yo creo que sí lo es…—Dijo con una sonrisita perversa, acariciando lascivo, con su pie la entrepierna del menor, sobre su pantalón. —¿Por qué se ha puesto así de grande? ¿Es la primera vez que alguien más lo toca?— Gimió con las mejillas encendidas, e intentando enmascarar su agitación con efusiva confianza. Se sentía tan duro y grande contra la planta de su pie, era tan caliente. —Responde con sinceridad, Jong… ¿Qué hacías con mis fotografías? —Preguntó en un susurro suave intentando seducirlo. 

 

“Esto… no debería haber sido así…”

Jongin trato de reunir toda la fuerza de voluntad en su cuerpo, para sujetarle el tobillo con fuerza, haciéndolo jadear. —Dije… que pararas. —Masculló, con los ojos cerrados y la mandíbula tensa.

“No debería hacer esto con él…”

 

—Ugh, du-duele… —Kyungsoo se sintió aún más encendido por el tono que usó en él, y ello solo le animó a ir un poco más lejos. Usó los dedos de sus pies para tirar el elástico de su buzo y la gruesa polla se irguió potente y rojiza. —Ngh, aah… está caliente... —Farfulló Kyungsoo envuelto en la fogosidad, mirando expectante su pene, mientras lo frotaba con su pie, su calcetín de algodón ya estaba completamente húmedo por el líquido pre-seminal, y se relamió los labios.

 

“Pero… ¿Por qué es que no puedo…?”

Kai se encorvó sintiendo el estremecimiento en su nuca, bajar hacia su espalda, hasta dejarle sin aliento. —No… hagas…—Pidió débilmente, pero la sensación enloquecedora de su pie contra su miembro era imposible. —No hagas esto… Kyung… soo, no juegues así… conmigo.—Jadeó sujetándole suavemente de la pantorrilla, pero sus fuerzas se desvanecían.

“¿Por qué no me puedo resistir hasta este punto?”

Era extraño, Kyungsoo y él siempre habían sido cercanos en algún tiempo. ¿Ahora se divertía con él? ¿Por qué pasaba todo eso? No estaba bien…

Kyungsoo llevó su mano hasta su propia boca y la cubrió evitando que algún gemido saliera, sus grandes ojos estaban nublados por la erótica sensación y hacían juego con sus mejillas enrojecidas.

Jongin lo observó desde arriba y esa imagen tan sensual y atrayente le tomó por sorpresa, se inclinó sobre el pequeño cuerpo de Kyungsoo, colocando ambas manos contra el suelo, y acercó su rostro al suyo besando cálidamente el dorso de su mano, pues él tenía la boca cubierta, y sus labios no estaban permitidos.

“Deja de pensar, solo por una vez deja de pensar…”

 

Y así Kyungsoo le masturbó hasta hacerle llegar.

•———•

30 de Mayo de 2010

Era lunes y pasaban las ocho de la mañana, por lo que la señora Kim golpeó con fuerza la puerta del baño. —¡Jongin, llegaras tarde! —Gritó con una sartén llena de tocino. —¡¿Qué haces en baño?! ¡Cámbiate y toma el desayuno! —Le reto, saliendo de su cuarto. 

Jongin estaba en la bañera, el agua caliente rebalsaba por los bordes de la tina, había estado tanto tiempo metido ahí que su piel comenzaba a arrugarse. Pero es que no podía culparlo, aún estaba atravesando un shock emocional. ¿Realmente había un error con la Matrix?

No recordaba mucho de ayer, solo… eso y aquello. Luego su madre los interrumpió avisando que la cena estaba lista. No había podido preguntar o decir nada coherente. Se sentía un estúpido de primera. Y darle tantas vueltas al asunto en su cabeza estaba simplemente resultando agotador.

“Me rindo.”

Se hundió en el agua, haciendo burbujas.

Después de colocarse la ropa salió como cada día, rumbo a la escuela. Las cosas a su alrededor parecían ir como siempre. Pero el sentimiento de extrañeza no se iba de su cuerpo.

Cuando divisó las grandes puertas de la escuela, sopesó su suerte. Nada fuera de lo común.

—¿Fue un sueño? —Se preguntó en un murmullo, pero cuando quiso avanzar, un peso extra se sumó en la parte trasera de su bicicleta. —¿Que—

—Andando. —Dijo la voz suave contra su oreja, erizándole el bello de la nuca.

Jongin sintió un escalofríos y ladeo el rostro mirando la sonrisa pequeña de Kyungsoo. —Nos saltaremos las clases por hoy. —Dijo, abrazando la cintura del moreno. —Andando. —Alegó impulsándose hacia adelante.

Jongin tragó saliva y robóticamente pedaleó en la dirección que el otro le decía. Podía sentir sus brazos delgados rodearle, y su pecho cálido reposar contra su espada. Era como el cielo. Definitivamente eso se sentía como debía ser en el cielo.

“¿Por qué está actuando así de repente? ¿Qué significó lo de ayer? Oh mierda, tengo practica de química… Qué demonios, me siento increíble ahora.”

 

—Aquí. —Dijo el pelinegro sin despegar su mejilla de su espalda. Lucía pensativo y algo consternado.

El moreno detuvo su bici y observó los alrededores, era una estación de buses. Bien… esto era lo suficientemente raro.

Kyungsoo le tomó de la mano y tiró de él hacia la parada. Jongin no dijo nada al respecto, su boca no se movía por ningún motivo, encadenó la bicicleta en el poste y Kyungsoo pagó dos boletos a Jung-gu; la provincia más emblemática de Corea, siendo la más turística y de clima cálido, todo lo opuesto a Changwon.

Ambos subieron al autobús sentándose en el final, lejos de los demás pasajeros. Jongin observaba todo con expresa sorpresa, como si no fuese suficientemente real. Su corazón estaba palpitando tan aceleradamente que podría morir de un embolia en cualquier segundo.

Él no se saltaba las clases para ir a Jung-gu de paseo, tampoco le mentía a sus padres acerca de una pelea y menos salía a hurtadillas de casa saltándose el toque de queda. Definitivamente mientras más pensaba en ello, su lista de castigo se hacía más y más larga.

Y pese a la maraña de su pensamientos, el repentino toque suave de la mano del bajito sobre la suya le hizo borrar cada idea de su cabeza. Kyungsoo miraba por la ventana, mientras enredaba sus dedos con los de Jongin, y simplemente los mantenía así.

El moreno observo su pequeña mano a contraste con la suya y sonrió como un bobo, porque encajaban perfectamente.

El camino era tranquilo y relajante, el cambio de estación pudo verse frente a sus ojos cuando la nieve desapareció en algún lugar de la carretera, para asomarse un radiante brillo caliente desde el cielo.

Nadie dijo nada en las tres horas de viaje. El sol cálido de Jung-gu les saludó y con ello esponjosas nubes blancas.

Kyungsoo fue el primero en bajar completamente emocionado, admirando el turístico panorama primaveral.

—Es tan hermoso. — Dijo con ojos brillantes, los arboles de cerezo estaban en plena maduración por lo que sus pétalos estaban todos repartidos por el suelo. Kyungsoo ni siquiera lo pensó cuando se puso de cuclillas a jugar con las flores rosas, tocándolas y lanzándolas.

Jongin fue el último en bajar, dio las gracias al conductor respetuosamente, y se giró buscando con la mirada a Kyungsoo, y quedó casi como una estatua en la parada cuando lo encontró divirtiéndose felizmente. Por un segundo pareció como si el mundo se detuviera, como si todo avanzara lentamente y solo Kyungsoo existiera.  

Un fuerte latido le hizo tragar saliva, regresándole a la realidad. Llevó su mano a su pecho y golpeo un poco, clamando a su corazón. —¿Qué hacemos… aquí? —Preguntó cuándo estuvo junto a él, mirando con asombro los arboles maduros y la gente pasar de un lado a otro. Era completamente diferente de Changwon.

Se puso de pie de un salto y tomó el brazo de Jongin. —Quiero mostrarte algo. —Dijo y tiró de él caminando hacia un lugar que solo él conocía.

—Espera… ¿qué hay de la escuela? —Intentó razonar.

Pero el pelinegro no le prestó atención.

Lentamente el olor de las palomitas, el algodón de azúcar y las banderillas llegó a su olfato. Frente a él había un gigantesco letrero de: “Parque de Atracciones de Jung-ju”.

Kyungsoo parecía un niño sintiendo emoción por algo tan trivial como la feria, y realmente no pudo decirle que no, a esa expresión tan adorable del bajito cuando le hizo subirse al primer juego.

Pasaron toda la tarde y subieron a cada atracción, de todas formas era día de semana y no habían colas. Aunque al principio había estado en contra de esa idea, Jongin había terminado divirtiéndose muchísimo con Kyungsoo. Casi había sentido como si el tiempo realmente no hubiese pasado para ellos.

“¿Por qué, por qué? Mi mente está tan llena de preguntas… pero si las hago ahora… ¿arruinaría todo el momento?” Jongin estaba algo aquejumbrado y ansioso. ¿Qué significaba todo esto…? ¿Debía emocionarse? ¿Debía tener altas expectativas? ¿O solo terminaría decepcionándose?

Cuando la tarde cayó ya habían visitado cada atracción.

—Incluso si aquí es primavera, hace frío. —Murmuró, el bajito enredando sus dedos con los de Jongin y las metió dentro de su chaqueta mientras caminaban en silencio.

 

“Oh dios, él… sinceramente… ¿que está pensando?”

 

Kai miró de reojo el gesto y suspiró intentando mantener la calma, pero ese fuerte sentimiento que surgía de su corazón se extendía tan prontamente que pensaba que tarde o temprano estallaría.

—¿Por qué… me trajiste hasta aquí? —Preguntó Jongin, sin soltar la pequeña mano de Kyungsoo.

Este sonrió sintiendo un poco el cosquilleo extenderse desde sus palmas, húmedas por el sudor, hasta su brazo. —¿Por qué...? — Repitió pensativo, y soltando un gran suspiro. —No lo sé… tal vez, sí es como dices…

Frunció el ceño algo consternado. —¿Cómo?

—Tal vez, siempre estoy triste, pero hago como si todo estuviera bien. —Murmuro con mucha pena, pero rápidamente se recompuso sorbiendo sus mocos y sonriendo. —Realmente no lo sé, quisiera… volver a ser tu amigo. Como antes.

Jongin arrugó su expresión en una mueca confusa y algo enfadada. —Lo de ayer… joder, lo de ayer no se lo haces a un amigo. —Siseó dolido y algo avergonzado. —¿Qué demonios ocurre contigo? —Murmuro soltándose de su agarre, y cruzándose de brazos.

Kyungsoo le miró un segundo y luego suspiró. —¡Bien, quiero nadar! —Dijo animado, de la nada, empezando a correr hasta la orilla del Río Han.

—¡¿Aquí?! ¡Imposible! —Alegó deteniéndole, si bien estaba enfadado, eso no quería decir que había dejado de gustarle de pronto. —Es un rio con cause, no un estanque para nadar. Olvídalo. —Negó sin parecer doblegarse.

Kyungsoo sonrió algo atrevido. —¿Estas preocupado por mí? Qué lindo. —Murmuró, quitándose la ropa frete a él. —Pero, en serio no necesitas hacerlo, yo puedo cuidarme solo. —Aseguró, y bajo la atónita mirada de Kai, saltó al agua empezando a nadar.

Jongin le observó con exaltada admiración siguiendo cada uno de sus movimientos con la mirada. ¿Por qué esa persona hacía saltar su corazón? ¿Era esto lo que todos llamaban amor?

—¿Qué estas esperando? ¡Salta! —Le animó chapoteando. —¡Nada conmigo! —Pidió. 

—Esto es una locura…—Murmuró, desbrochando su camisa.

“Si de verdad no puedo evitar que me gustes…
¿Podré permanecer a tu lado como un amigo?”

 

 

En el autobús de regreso, ambos habían olvidado de que hablaban unos minutos antes, y solo reían como idiotas imaginándose como estarían sus padres.

Esa noche del martes, cuando ambos volvieron al frío Changwon, Jongin le devolvió la mochila que había cargado por él, todo el camino y sonrió con nerviosismo. —Bueno… tendré que preparar una buena excusa o mi madre podría matarme. —Dijo intentando romper el silencio, frente a la casa de los Do.

El clima era tan diferente que el moreno tiritaba bajo su abrigo, desvió la mirada hacia el bajito y al verle tan pálido y solo con una chaqueta, no lo pensó una vez más, se quitó el abrigo y lo dejó sobre sus hombros. —Ya deberías entrar. —Le dijo, apuntando su casa, y al no recibir respuesta solo dio media vuelta con intenciones de ir a la suya.

Repentinamente las cosas volvían a ponerse incomodas.

Pero Kyungsoo le tomó de pronto de la muñeca deteniéndole, y aprovechando el segundo de confusión, se puso de puntillas, robándole un fugaz beso en los labios. —Adiós, Jongin. —Dijo suavemente, corriendo hasta su pórtico, dejando al moreno petrificado en la acera.

Y luego de unos largos diez minutos Jongin llevó sus dedos hacia sus labios, la zona que había sido rozada por la boca de Kyungsoo aún permanecía tibia, suspiro el vaho y froto sus manos intentando conseguir algo de calor.

Ya era hora de volver a casa, solo esperaba el día de mañana con impaciencia.

•———•

 

Notas finales:

Notas Del Autor:

Me he sorprendido por la cantidad de amol que han dejado para esta historia, estoy muy emocionada por ello~

Muchas gracias, muchas gracias~

Cuéntenme:

¿Han tenido un crush tan duradero como el de Jongin?

Un besote, os amo~~

Dadme amol <3

By: Alejandra


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