– ¿Puedes explicarme eso? – preguntó Horohoro ni bien regresaron a su habitación.
– No es para tanto.
– ¡¿No es para tanto?! – se le acercó enojado –. Te vas afuera cinco minutos y vuelves con un desconocido, y encima le dices que me hago pasar por tu esposa para que puedas adoptar.
– ¿Qué otra cosa podía decirle? – Yoh se encogió de hombros.
– Que estabas de vacaciones, por ejemplo – respondió –. O que hacías un viaje de negocios.
– Pero mira el lado bueno de todo esto.
– ¿Cuál es el lado bueno?
– Que tendremos un acompañante más en nuestro viaje – le sonrió, para molestia del Usui –. Seremos un trío, tú, yo, y nuestro nuevo amigo el colado.
– Eres incorregible – se llevó una mano a la cara –. Y será un cuarteto.
– ¿Un cuarteto? – hizo cálculos mentales –. No, somos tú, yo y Hao.
– Y Ren – agregó –. Él accedió a que fuera Horohota a cambio de que estuviera presente mientras estamos aquí.
– Genial – puso una mueca –. Pero más vale que no te haga ojitos o se las verá conmigo – lo miró de manera amenazante.
– Yoh…
– Es broma – cambió su expresión a una más alegre –. Pero nada de coqueteos entre ustedes, después de todo eres mi esposa.
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Al día siguiente Yoh y Horohoro fueron a la agencia de adopción.
– Llegó el día – dijo el Asakura entusiasmado.
– Por fin podré dejar de ser Horohota – comentó de la misma forma que su “esposo”.
– Voy a extrañar el verte con vestido.
– Cállate.
– Buenos días, señor y señora Asakura – una mujer entró a la oficina –. Me llamo Ling, y seré quien se encargue de entregarles a su bebé.
– Mucho gusto, Ling – Yoh le estrechó la mano –. No quiero ser descortés, pero cuándo tendremos a nuestro bebé.
– Pues debo pasar unos días con ustedes primero – respondió –. Así podré ver cómo es su relación.
– Oh – Horohoro rodó los ojos.
– Y también podré ver su vida íntima – tanto Yoh como Horohoro gruñeron en señal de desagrado.
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– Señorita Ling, quiero presentarle a Hao, nuestro amigo – el Asakura se agarró del hombro del mencionado, para molestia de “su esposa”.
– Lo conocimos ayer – susurró Horohoro.
– Y él es Ren, el ex novio despechado de Horohota.
– ¿Trajo a su ex? – preguntó Ling.
– No soy su ex – contestó Ren molesto –. Nos encontramos de casualidad y decidí acompañarlos, le aseguro que no tengo ningún interés en ella.
– Está bien – suspiró –. Bueno, voy a hacerles un recorrido por esta hermosa ciudad.
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– Y díganme de qué trabajan.
– Bueno, yo trabajo en un supermercado – respondió Yoh.
– Soy dueño de una empresa de electrodomésticos – contestó Ren –. Pronto abriremos nuestra primera sucursal en Japón.
– Trabajo en un club nocturno en Tokio – dijo Hao, para sorpresa de todos.
– Soy jardi… – antes de completar la frase, Horohoro pensó que como estaba en un país donde nadie lo conocía (con excepción de Ren) podía decir lo que sea –. Soy una acróbata china.
– ¡¿QUÉ?! – Yoh y Ren quedaron boquiabiertos, mientras que Hao estalló en carcajadas.