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Lumen // ChanBaek por sneeuwstorm

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Tras la huida de su hermano, Jongdae y Baekhyun estuvieron ocupados apresando a los pocos rezagados de la banda de traficantes, los rusos por su parte dieron una dura pelea, había muchos heridos de ambas partes, pero la mala leche se la habían llevado los rusos, no era algo de extrañar, teniendo en cuenta el oscuro y tóxico sentimiento que se había instalado en ellos tras la muerte de Seulgi. Tras haber sido ellos cinco los primeros en trasladarse, no se había percatado que poco después, más unidades se unieran a ellos mientras trataban de poner orden en aquella caótica situación.


 


Jongdae se encontraba hablando con Joonmyun, haciendo un recuento de los decesos, por su parte, Baekhyun se encontraba con Sehun, mirando el interior de las furgonetas, que consistía en armas, armas de alto calibre y sus respectivas municiones, pero no había ni rastros del pago que habían realizado los rusos, a lo que podía asumir que fue la única furgoneta que se movió, la que en su interior llevaba los millones que todo aquello habría costado—. Extraño —murmuró Sehun, observando todo a su alrededor con calma, mostrando la careta de cero emociones que siempre llevaba puesta—. Pronto los de la otra banda se rindieron, otros se dieron a la fuga y pude oír con claridad que alguien prohibía el hacernos daño…


 


Aquello nunca había pasado, era consciente de ello o por lo menos, nunca les había ocurrido a ellos en una redada tan importante y peligrosa como aquella. De no haber sido Chanyeol el responsable de aquellas órdenes, daba por seguro que no habría sido nada fácil, eso era algo más que obvio por los movimientos ofensivos que habían realizado los secuaces de Chanyeol y de la forma tan frívola que este tenía de matar, causando muertes inmediatas y no innecesarias agonías para sus víctimas. Punto que debía darle, después de todo, quizás no era el único que había tratado de cambiar con los años, aunque Chanyeol seguía siendo indomable como siempre.


 


Baekhyun hizo una mueca extraña con los labios al reprimir la sonrisa que amenazaba con dibujarse en sus labios, por aquella sensación de familiaridad que le envolvía al haber visto a su hermano en su zona de confort ¿por qué nunca se le había cruzado por la mente? Chanyeol en Asgard nunca fue un agradable lobo que amara retozar y dejar que los dioses jugaran con él. Todo lo contrario, había sido temerario y enorme, que por donde pasaba sembraba caos y por ello, había terminado siendo desterrado.


 


Manteniendo la calma, Baekhyun estudió los duros rasgos de su mejor amigo, nada en él le indicaba que hubiese visto el encuentro de miradas que Jongdae y él habían tenido con su hermano, momentos antes de que la orden fuera dictada—. No creo que debamos darle muchas vueltas a ese tema, tenemos mucho por hacer y lo que más quiero en este momento, es tenderme en mi cama y dormir por una semana —dijo de manera jovial, restándole toda importancia a lo que había dicho el menor, quien esbozó una pequeña sonrisa antes de asentir y nuevamente, comenzar a trabajar.


 


Tras su conversación con Sehun, se relajó para así no alertar a nadie de su extraño estado de humor, Baekhyun no deseaba contestar ninguna pregunta que le llevase a pensar demasiado, solo deseaba estar a solas con Jongdae y Luhan para poder trazar un plan, necesitaba hablar con Chanyeol antes de que su padre se presentara ante él una vez más, exigiendo que llevase consigo a su hermano hasta Asgard, no entendía su premura, ni mucho menos los motivos que le había llevado a pedirles eso a Jongdae y a él hace tantos años atrás; no obstante, el traslado de los presos hasta la estación de policías se hizo inmediatamente, después de la llegada de los paramédicos y las patrullas necesarias


 para el traslado, Jongdae seguía hablando con Joonmyun cuando él se les unió, por lo visto, no se había perdido de nada, solo hablaban de lo sucedido y de lo felices que estaban de haber disuelto a esa panda de mafiosos, ignorando el hecho que se habían escapado los otros como agua entre los dedos—. Ya nos haremos de esos tipos, solo es cuestión de interrogar a los que hemos cogido para que nos lleven hasta ellos.


 


Seguro que sí —murmuró al clavar su vista en su hermano, quien solo esbozó una sonrisa que le recordaba a ese gato de cuentos de hadas—. ¿Ya nos podemos ir?


 


— Yo me encargo de todo el papeleo, solo regresemos a la estación y de ahí, cada uno puede irse a dormir por lo que resta de la noche y del día siguiente. Nos vemos en dos días. —Joonmyun se ganó unos cuantos halagos por parte de los chicos, haciendo que Jongdae y Baekhyun rieran mientras se unían a los demás, diciendo que Joonmyun es maravilloso, el mejor jefe de la historia y otra sarta de estupideces más, que tenían una parte de verdad y otra de mentira.


 


Jongdae caminó a paso lento al cual Luhan y Baekhyun se unieron, dejando una buena distancia entre los demás y ellos—. Ha sido muy raro… —comenzó Luhan, sobándose la nuca mientras miraba al cielo—. Nunca había estado ante una presencia tan imponente, por mucho que el poder de ustedes sea descomunal, el de Fenrir es…


 


— Fuera de este mundo —murmuró Baek, mordiendo su labio inferior con nerviosismo, para luego abrir la boca y admitir algo que dejó a sus acompañantes un tanto perplejo—. No sé qué hacer —y era verdad, todo ese tiempo había estado buscando a su hermano mayor de forma ardua con Jongdae, juntos habían creado una vida en la tierra, cada uno tenía sus aficiones y ambos amaban trabajar en equipo con Joonmyun y los demás ¿qué harían a partir de ahora? Estaban tan cerca de lograr lo que se habían planteado desde su llegada, que ahora parecía una idea estúpida y fuera de lugar.


 


— Yo no quiero renunciar a todo esto —Jongdae posó su diestra sobre la nuca de su hermano mayor, haciendo que este se encogiese un poco—. Y sé que tú tampoco, por mi parte, mi padre se puede ir muy al carajo, he perdido mi norte desde hace años, Baekhyun. Capturar a Fenrir, no es mi prioridad, aunque sí me gustaría poder tener contacto con él, sin importar que ahora sea un mafioso de mala leche.


 


— Mafioso ¿eh? Nunca se me había pasado por la cabeza —comentó con una sonrisa en los labios, sintiendo como los sentimientos oscuros abandonaban su ser gracias a las palabras de su hermano menor.


 


— Es guapo, si es gay, debes presentármelo, Jongdae. —Los dos hermanos se echaron a reír a carcajadas cuando Luhan habló, ni en broma, pensó pensado Baekhyun, mirando hacia el cielo como si aquello hubiese sido la idea más ridícula del mundo (lo que realmente era)—. ¿Qué? ¡solo digo la verdad!


 


— Ni en tus sueños, Han —Jongdae apresuró el paso tras hablar, como siempre, quería ocupar la puerta derecha de la camioneta en la que habían venido, y si se quedaba atrás, el inexpresivo de Sehun le iba a ganar el lugar.


 



 


Dos días, Joonmyun había dicho dos días y transcurrido ese tiempo, todo el equipo se encontraba en el bullicio de la estación de policías que nunca llegaba a descansar, a pesar de que en Corea el nivel de vandalismo no era tan alto como en otros países, estaba claro que siempre los agentes policiales estaban en continuo movimiento. Mientras Baekhyun y su hermano menor caminaban hasta donde se encontraba su equipo, ambos pudieron sentir la intranquilidad que les rodeaba, era extraño pero no supieron a qué se debía hasta que en la pared del fondo, un hombre que parecía medir un metro noventa de puro terror y poder, estaba cómodamente recargado, mirando hacia el techo como si fuera lo más interesante del mundo, pero al sentirles acercarse, bajó su mirada y se encontró con la de Baekhyun, para luego desviarla hasta Jongdae.


 


— ¡Hyung! —gritó Jongdae al ver a Chanyeol—. Te he extrañado.


 


Su hermano era sincero, Chanyeol y Baekhyun lo sabían muy bien, por la sonrisa torcida que le dedicó el más alto, pudo ver que el sentimiento era recíproco. Baekhyun se mantenía en silencio, estando a un lado de sus dos hermanos mientras ellos se daban un afectuoso abrazo, obteniendo las miradas curiosas de los demás que iban de un lado a otro, trabajando, como ellos deberían estar haciendo.


 


— Y yo a ti —la voz rasposa de Chanyeol hizo que Baekhyun apartara la mirada cuando este enfocó su atención en él—. Y a ti también, Baekhyun.


 


Mierda.


 


— ¿Por qué no vamos a mi oficina? Siento que estás llamando demasiado la atención, señor jefe de mafia —Jongdae ignoró por completo el mal humor de Baek y arrastró consigo a Chanyeol, parloteando sin cesar hasta que llegaron al interior de la oficina de Baekhyun, quien entró de último y se encargó de cerrar la puerta con pestillo para que Sehun ni Luhan entraran sin consentimiento, incluso, el propio Joonmyun—. ¿Qué te trae por aquí? ¿te cansaste de jugar a las escondidas, Fenrir?


 


— He estado bien, gracias por preocuparte por mí ¿cómo has estado tú, hermanito? —Chanyeol dejó que su extraño humor saliera a la luz mientras se sentaba en la silla donde Baekhyun se la pasaba trabajando continuamente en el papeleo, que sus amigos dejaban recaer sobre él tras cualquier misión, ya sea un éxito o una misión fallida—. En cierto aspecto, me cansé de estar desplazándome de un lugar a otro para mantenerme lejos de ustedes. Han sido un jodido dolor en las bolas, pero creo que ya es hora de que este juego se acabe. Por cierto, me llamo Chanyeol —Baek alzó una ceja al ver a su hermano mayor guiñarle el ojo, jocoso.  


 


Ahí, en ese preciso momento, luego de tantos años separados y otros más en cacerías y huidas, por fin podían cruzar palabras y poner las ansiadas cartas sobre la mesa. No habría juegos ni verdades a medias, lo podía ver en los ojos de Chanyeol al dar un paso hacia el frente y sentarse en una de las sillas que estaban situadas en frente de su escritorio, donde rara vez se sentaba alguien que no fuera su jefe o sus dos buenos amigos y compañeros de equipo—. Creo que en eso estamos todos de acuerdo —concordó, echándole una mirada a Jongdae quien se sentó en la silla que estaba a un lado de la suya, mostrando una agradable sonrisa al mayor de los tres.


 


— Seamos sinceros, nuestra búsqueda le dio un toque de diversión a tu vida, no seas cabrón y admítelo —Jongdae se regodeó con una pose chulesca al reposar su peso en el respaldo de la silla, manteniendo su mirada fija en el tipo alto frente suyo—. Pero hablando en serio, creo que has de saber que nosotros no vinimos aquí a perseguirte porque quisiéramos un reencuentro de hermanos, lleno de abrazos, charlas donde rememoraríamos nuestros días en Asgard y esas mierdas. Nos enviaron a por ti, por muchos años seguimos tu jodida pista sin dar realmente contigo…


 


— Perdimos nuestro norte, Chanyeol. —Fue Baekhyun el que terminó la frase de su hermano, ganándose la atención de Jongdae y Chanyeol—. Llegamos con un plan y una meta, que se fue desdibujando con los años que hemos estado tras de ti. Como tú, hemos creado nuestras propias vidas, tenemos nuestro lugar aquí. Cuando padre nos mandó a por ti, no me importaba no entender sus razones para quererte de vuelta, solo quería llevarte a rastras hasta él y poder seguir mi destino, perseguir a Máni hasta la posteridad, solo eso, pero las cosas ahora son diferentes.


 


— ¿No saben qué quiere Loki? —inquirió Chanyeol tras procesar lo que sus hermanos habían dicho, estaba perplejo, había esperado que los dos se lanzasen a su yugular y le amenazaran con llevarlo por las buenas o por las malas hasta su padre, por su cabeza nunca se pasó que ellos dos se hubiesen cansado de aquella situación, estaba claro que cada uno había formado su vida y por lo visto, eran de bandos completamente diferentes—. Fui enviado aquí a morir, ustedes lo deben saber muy bien. Por años vagué sin rumbo alguno, sintiéndome solo y perdido, pero, sobre todo, vacío.


 


Un silencio se apoderó de la oficina, Chanyeol miró por un breve (pero al mismo tiempo, eterno) a Baekhyun antes de posar su mirar en un muy serio Jongdae. Durante tantísimos años, ninguno de los dos hermanos se había puesto a pensar por las penurias que había tenido que pasar Chanyeol, ellos por su parte, pudieron llevar muy bien la separación, aunque sería mentir decir que no resultó difícil en un principio, porque lo fue, y mucho.


 


— Te entendemos —respondió Jongdae, mirando sus pies en vez de a Chanyeol, o siquiera a Baekhyun—. Pero… ¿podemos mantener el contacto?


 


— Es un tipo de mafia, Jongdae. No creo que mantener el contacto con un tipo que por deber y juramento deberíamos encarcelar sea lo más prudente. Más cuando Joonmyun quiere ir a por su cabeza —pese a lo firme de su voz, en los ojos de Baekhyun bailaba un brillo de diversión, no lo decía tan en serio como debería, lo que hizo que Chanyeol se riera y se echara hacia atrás, reposando todo su peso en el respaldo de la silla, la cual chirrió ante un peso que nunca había soportado antes.


 


— Creo que, al estar aquí, demuestro que me importa muy poco que quieran atraparme. He pasado más de trecientos años huyendo de ustedes ¿creen que un par de policías van a poder conmigo? —inquirió con una sonrisa ladeada en los labios, que denotaba la seguridad y la certeza que tenían sus palabras. Era un tipo confiado y no había motivo para que no lo fuera.


 


— Supongo que no nos vamos a librar de ti —Baekhyun se levantó y con una sonrisa, se encaminó hasta la puerta, a la cual le quitó el pestillo justo cuando Luhan giró la perilla y entró de lleno, deteniéndose como si se hubiese pegado de frente con una pared invisible al ver a Fenrir sentado tras el escritorio de Baek—. Oye Chanyeol, ¿eres gay?


 



 


Estaba hecho, o eso creían los tres lobos cuando se despidieron en la entrada de la estación, donde Chanyeol se dirigió hasta una diabólica motocicleta que, al girar el acelerador, rugía como una bestia furiosa. Baekhyun enarcó una ceja al ver a Yeol sobre su moto, hasta el momento, no había puesto atención a la vestimenta del tipo, quien iba embutido todo de negro, pantalones que parecían una segunda piel, una camiseta que se pegaba a su pecho bien trabajado y como no podía faltar, una chupa de cuero que hacía juego con sus botas.


 


Parecía un chico malo, uno malo y sexy como diría Luhan si estuviera ahí afuera con ellos. Con un asentimiento como despedida, Chanyeol se alejó con una bestia que rugía con fuerza entre sus piernas.


 


— ¿Cuándo regresan a casa?


 


Jongdae fue el primero en reaccionar al escuchar esa voz, Baekhyun se tensó de forma inmediata al darse la vuelta y ver a su padre ahí frente a ellos, vestía casi todo de negro, solo que su elegante gabardina de color verde jade le daba ese toque extraño que siempre confundía a Baekhyun. Ahí de pie, le recordó aquella noche que les había citado, solo que no se encontraban en la seguridad de la noche y mucho menos, contaban con la privacidad que los grandes árboles asgardianos le proferían aquella noche; sin embargo, y para asombro de los tres, Baekhyun dio un paso al frente, desafiando a su padre.


 


— Al rededor de las tres, bien entrada la madrugada ¿cuándo regresas tú a tu casa? Creo que no tienes un lugar aquí.


 


— No me iré sin ustedes. —sentenció Loki, mirando a Baekhyun con esos intensos y perversos ojos azules—. Y tú no me puedes detener.


 


— Tú no eres nadie para obligarnos a hacer lo que a ti te dé la gana. Él no se irá y nosotros tampoco —dando un paso más, Baekhyun quedó a unos pocos centímetros de su padre, estando alerta para irse a su yugular si este se ponía a la defensiva—. Lárgate, puedo apostar que el tío Thor estaría encantado de escucharnos hablar de tus estúpidos planes.


 


— Sabes muy bien que vas a sufrir por esto, querido.


 


— No seré el único que sufrirá en el proceso, padre.


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