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Ragnarök por jashinista

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Notas del capitulo:

Explicaciones de algunas palabras del capitulo

Herleifr:  Derivado de las antiguas palabras nórdicas Herr “armado” y Leifr “hijo, descendiente”.

Antronach de las llamas  : http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Atronach_de_las_llamas_(Skyrim)

Antronach de Escarcha :

https://teso-esp.com/showthread.php/2180-Bestiario-y-Fauna-de-Tamriel-Atronach-de-Escarcha

Paarthurnax:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Paarthurnax_(Skyrim)

Archi Mago:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Archimago

Los compañeros

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Los_Compa%C3%B1eros_(Skyrim)

La Hermandad Oscura:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Hermandad_Oscura_(Skyrim)

Grelod la Buena:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Grelod_la_Buena

La Madre Noche

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Madre_Noche

Cicerón:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Cicer%C3%B3n_(Skyrim)

Astrid:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Astrid_(Skyrim)

Sombra:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Sombra_(Skyrim)

Ruiseñores:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Ruise%C3%B1or

El Gremio de Ladrones:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Gremio_de_Ladrones_(Skyrim)

El Oyente:

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Oyente

Troll de Escarcha

http://es.elderscrolls.wikia.com/wiki/Troll_de_la_escarcha

 

 

 

En esos ocho años que habían pasado simplemente no podía acostumbrarse a su nueva vida, una rutinaria en dónde despierta mirando el techo para dar paso a un nuevo día en el que  tendría que pararse, hacer la comida y dejar a su hijo mientras trabaja todo el día en el aserradero. Los primeros días odiaba aquello pero a medida que estaba pasando el tiempo comenzó a adaptarse más de lo que quería en realidad.

Abrió la puerta de su hogar para así salir y caminar pasando la cueva en donde se enfrentó con los vampiros entrando a la ciudadela de Morthal y así llegar al aserradero, al llegar comenzó a hacer el trabajo siendo dirigido por una mujer que le gritoneaba cuando no lo hacía bien, se había deshechó de sus armaduras por unas ropas de trabajo, su casco por absolutamente nada que cubriera su cabeza y sus armas por un par de picos, y gancho para poder mover sin problemas los troncos, lo único que llevaba encima era una pequeña daga, después de todo Skyrim era peligroso y no sabía si cualquier monstruo, vampiro, licántropo o incluso dragón, saldría a atacarlo, cualquier cosa era posible en esos tiempos. Miró de reojo el camino hacia las afueras de la villa, sabía que tarde o temprano vendría su hijo recorriendo ese peligroso lugar para llegar a su casa. Pese a las muchas veces que se lo había prohibido dejó de intentarlo, después de todo su hijo era fuerte, en su mente recordaba la sangre que tenía en sus venas, sangre nórdica, de dragón y un poco del devorador de mundos.

Su relación había comenzado sumamente mal: los primeros meses, lloraba casi todo el tiempo por los ruidos de su alrededor ya que aún no se había asentado en un hogar, tenía muy pocas monedas, tuvo que vender todo lo que tenía con tal de alcanzar una sencilla casa en Las afueras de Morthal aunque claro hubiese sido más sencillo si la casa ya estuviera asentada, pero no, empezó desde cero construyéndola mientras tenía a su hijo acostado en un pequeño montón de paja, estaban expuestos tanto por el frio como por los peligros; se acercaba a él cuando era hora de comer escuchándose un horrible lloriqueo que atraía a lobos y osos. Fueron unos meses duros, que empeoraron cuando el infante comenzó a gatear y curiosear.   

Como era de esperarse tuvo que trabajar muy duro para conseguir un par de monedas, sabía que en su trabajo de viajero, entrar a criptas sacaba mucho más dinero, estuvo tentado en abandonar al pequeño y seguir su camino teniendo en mente que alguna familia lo encontraría y lo criara, pero algo dentro de él no lo permitía, cada que se alejaba con esas intenciones su sangre ardía tanto que quemaba ¿Un instinto de madre?

Como todas las mañanas salió de su casa un par de horas después de que su padre se fuera, recordaba lo dicho “Si quieres salir hazlo cuando el sol esté en lo alto, es menos probable que te salga algo peligroso” después de comer, hacer la cama de él y de su padre por fin salió, cerrando la puerta y corriendo hacia la villa, no se detenía pese a que estaba cansado. Al llegar miró a su padre trabajando, cuando este le dedicó una mirada el pequeño simplemente hizo un leve movimiento con la mano para saludarlo y salir nuevamente corriendo.

No tenía porqué estar en ese lugar, al principio pensó que era por los niños que se encontraban en el sitios pero poco duró al darse cuenta que trabajaba como mensajero en la pequeña villa, desde llevando un  par de ingrediente o ir por cartas y entregárselas en la posada, incluso algunos guardias le pagaban para ir a la misma posada a entregar una carta de recompensa, ganando tan sólo un sectig o incluso un poco de comida, sentándose a comerla afuera de la posada o en los muelles, colgando sus pies en el agua cristalina por debajo de ellos.

Haciendo una de sus muchas entregas sin querer había escuchado a algunos niños hablar entre sí, lo raro era que lo hacían en susurros.

—Acabo de hacer un gran descubrimiento —habló un niño en medio de un par más—encontré huesos de dragón atravesando el cementerio — declaró emocionado — vamos a verlos, dicen que antes existían y ahora gracias a un hombre desaparecieron.

El pequeño no resistió más y se acercó con aquellos niños que hablaban acerca de un esqueleto de dragón así como las historias que su padre le contaba antes de dormir.

—Yo quiero ir —los niños miraron al pequeño Herleifr con burla.

—No lo creo, para ir fuera de la ciudad tienes que saber pelear y tu padre no sabe —de nuevo ese absurdo tema de las vocaciones de sus padres, escuchando que uno era un soldado, otro un mercenario y por último un hechicero, mientras que su padre era aún simple trabajador en el aserradero. 

—Si te crees muy valiente vamos, pero antes tenemos que traer protección —era claro lo que decía, ir a sus hogares y traer un arma para su protección. Aún decidido a ver esos enorme huesos de la criatura que en vida era peligrosa, regresando nuevamente a  su casa para esculcar entre las pertenencias de su padre, encontrándose con un baúl demasiado escondido ya que estaban  muchas cosas encima ya olvidadas: sin más comenzó a retirarlas y ver lo que había dentro, encontrándose con ropas extrañas, un traje de hechicero pero diferente del que usaba el padre de uno de los niños, otro de color  negro y rojo con una mano negra plasmada en la espalda, había escuchado que una cierta organización llamada La Hermandad Oscura vestía con ese uniforme. Encontró otro traje negro con una capucha y una máscara, otro traje realmente pesado o al menos lo parecía con pieles de lobo, no sólo eso, si no también armas, un hacha pesada, una daga pequeña encantada. Lo que más le llamó la atención era un casco con cuernos y una espada hecha de huesos de dragón o eso parecía. Fascinado por ello, sacó la espada, pasando sus dedo por esta, no sabía que era tan afilada ya que sólo bastó pequeño roce para cortarse un  poco el dedo, la sangre no se derramó sino que los huesos lo absorbieron escuchándose un leve gruñido que asustó al pequeño que volteó rápidamente al pensar que algún animal había entrado a su casa; al girarse y no encontrar nada suspiro aliviado y volvió a guardar la espada.

Tomando la pequeña daga hechizada por el simple hecho de que las demás armas eran demasiado pesadas para él, corrió a con aquellos niños que lo esperaban, tenían armas de una sola mano para los adultos pero para ellos tenían que tomarlas con ambas, arcos, todo hecho por una de las ciudadelas de todo Skyrim, él era el único que tenía en sus manos una daga con un material extraño y por ello la ocultó.

—Vamos entonces — hablaron emocionados antes de alzar las armas y correr más allá del cementerio claro que ninguna de las personas adultas lo notó más que uno que siguió con la mirada y una seriedad que su hijo ya se había acostumbrado.

Los niños, valientes, comenzaron a correr emocionados; era la primera vez que salían de esa ciudadela más allá de lo que conocían, atacando algunas ramas, ahuyentando liebres y uno que otro zorro. El chico que juraba haber visitó los huesos de un dragón se adelantó y en efecto, cerca de unas pendientes estaba el esqueleto de un enorme dragón.

—Esto es impresionante —declaró uno de ellos golpeando los huesos —y demasiado duros —las manos de los niños tocaban cada parte de ellos hasta que por fin se fueron a la mandíbula.

—¿Sus dientes serán tan filosos como se ven ? —preguntó uno de ellos, mirando a Herleifr que aún tenía fuertemente aferrada la daga en su pecho, desde que sus ojos miraron el enorme esqueleto un presentimiento realmente malo se apoderó de su ser.

—Deberías tocarlo — habló una niña empujando al temeroso infante que, por la sorpresa y lo brusco de eso había provocado que cayera al suelo y al tener el esqueleto la boca abierta su mano cayó en sus dientes encajando un par de ellos en su piel, sacándole sangre. En esos momentos la sangre no se derramó sino que  los huesos la absorbieron.

El niño, asustado, se apartó rápidamente mientras sentía a todos ellos detrás de sus espaldas, un aura morada y negra salió de su cuerpo yendo directamente con él dragón. Estaban tan  asustados que comenzaron a gritar por el cadáver que estaba reviviendo. Al completarse la resurrección el pequeño niño terminó débil, cayendo al suelo demasiado cansado por lo que había sucedido, apenas entendía lo que pasaba.

—Vámonos, vámonos — repitió uno de ellos desesperado tomando del brazo a Herleifr, que seguía agotado, para ayudarlo a levantarse. Estaban acorralados, enfrente un hostil dragón que sin duda los atacaría y a sus espaldas un muro de tierra que les impedía correr a la seguridad de sus hogares. Los niños comenzaron a lloriquear aún más al ver al dragón inhalar para atacarlos con su poder elemental. Un fuerte golpe en el rostro del reptil lo volteó lo suficiente y lo enfureció de igual manera para que su atención se dirigiera a él.

—¡Papá! —gritó el niño, había tomado un aspecto preocupante: estaba pálido y con un notorio color negro alrededor de sus ojos, dejando eso en segundo plano para concentrarse en el peligro que amenazaba a atacar a los niños. Agarrando una de las muchas armas que dejaron olvidadas a causa del miedo que sentían, tomando una espada con sus dos  manos, sujetándola firmemente y dando el primer golpe haciendo un gran corte en el rostro del reptil. Como era de costumbre alzó el vuelo, en esos momentos aprovechó para indicarles a los niños que corrieran al pueblo pero el aliento de fuego del dragón se los impidió, regresaron corriendo nuevamente pero ahora detrás del adulto.

El hostil dragón aterrizó nuevamente pero parecía ser que toda su atención estaba en él así que lo único que se le ocurría era alejarlo de los niños, conjuró un hechizo de dagas de hielo que se incrustaron en la piel escamosa. La niña que presumía de que su padre era un gran hechicero quedó sorprendida de como un simple trabajador en el aserradero hacia tan perfectos hechizos, sorprendiéndose más cuando convoco una Antronach de las llamas y un Antronach de escarcha casi al mismo tiempo, recordaba que su padre tenía que esperar un par de minutos para poder convocar a la otra criatura ¿Que tanta experiencia en la magia tendría para hacerlo?

Mientras las criaturas atacaban al dragón para distraerlo, él con la espada rasgaba las alas de este, era una manera más fácil de matarlo y no poner a nadie en peligro si llegaba a escapar. Como era de esperarse el dragón alzó el vuelo nuevamente, este volteó a su lado notando a una de las niñas con un arco y flecha, sin importarle en lastimarla se las arrebató comenzando a lanzarle las flechas para hacer que bajara nuevamente, la chica se sorprendió de igual manera que la otra, según parecía su madre era la mejor arquera que había conocido y ese hombre, un simple trabajador de su tía la estaba superando sin ningún problema.

Nuevamente el dragón cayó al suelo haciéndolo temblar un poco desequilibrando todos y haciendo caer a su hijo al suelo. El dragón volteó hacia el hombre, lanzándole el aliento de fuego, este para evitarlo se escondió en uno de los troncos que sin duda terminó por quemarse, lo había herido pero no hubo ningún problema en recuperarse, sorprendiendo a otro niño por el hechizo de sanación que según él nada más su padre sabía, todos a ese punto estaban anonadados por la manera en que el hombre menos importante e interesante de la villa había superado a los adultos que admiraban.

El dragón estaba a punto de morir y sin más alzó por última vez el vuelo para salir de ahí, fue en ese momento que utilizó Thumb desgarre de dragón, envolviendo el cuerpo del reptil en un aura azul que lo hizo caer del cielo, fue en ese instante en que los niños se dieron cuenta que ese hombre tan sencillo y  débil se reveló como uno de Los Barbas Grises por su poderosa voz, todo eso iba más allá de lo que podían digerir. Una vez cayó derrotado el dragón su alma fue adsorbida por él.

El pequeño se quedó con la boca abierta, su padre, ese hombre que creía alguien severo para él pero demasiado dedil para los demás era un legendario Sangre de Dragón, como en las historias que de vez en cuando leía o se acercaba con el hechicero de la ciudad para que se las contara.

Cansado y herido se acercó a los menores que lentamente se escondían detrás del hijo de éste al ver su mirada tan severa. No dijo nada ni hizo nada simplemente les indicó que lo siguieran pero que trajeran sus armas con ellos. Una vez en la aldea los pequeños corrieron a los brazos de sus padres mientras que por parte del Sangre de Dragón pasaba de largo a todos ellos incluyendo a su hijo, iba directamente al palacio del Jaril.

—Papá — habló corriendo a con él, nunca pensó en estar dentro ni en presencia del líder de esa ciudadela, tomando la mano de su padre mientras miraba fijamente a ambas personas.

—Por fin se cumplieron mis visiones — habló la líder, después del nacimiento de su hijo ya hace varios años las pesadillas no dejaban de torturarlo al punto de hacerle daño a la mujer anciana o al menos es lo que decía, lo mandaron a llamar y sin más le reveló las visiones que tenía y desde hace mucho lo atormentaban.

Explicaba que había un niño utilizado por el mismo Alduim, destinado para su regreso, Dovahkiin preguntó de vez en cuando en algunas partes de su narración. Al final no le había quedado del todo claro ¿Por qué necesitaba a su hijo? Ese niño era producto de un apareamiento forzado sin ningún propósito, o eso era lo que intentaba meterse a la cabeza al menos hasta ahora, dándose cuenta que en realidad que al final Alduim si planeaba algo y él había sido el intermediario.

La mujer estaba confundida, las visiones no le daban respuesta a lo que había pasado y si él quería, tendría que ir directamente a la Garganta del Mundo con el líder de los Barbas Grises. Salió de la casa del Jaril directo a su hogar.

— Padre... — su caminata era rápida, sabía que estaba enojado pero él ahora más que nunca lo necesitaba, tenía miedo. Al llegar a la casa entró sin esperar al niño abriendo la puerta y cerrándola casi de inmediato. Su mente daba vueltas de lo que había pasado ¿De verdad ese condenado dragón... Su padre sería capaz de todo eso? En cierto modo lo entendía, ese niño no era nada parecido a la legendaria raza de reptiles.

Como era costumbre se acercó a cocinar algo para ambos mientras el pequeño bajaba la mirada y con paso lento caminaba a la mesa esperando la comida, una sopa de patatas perfecta para ese susto, no tenían que comer algo demasiado pesado. El silencio incómodo estaba en toda la casa, normalmente su padre no hablaba mucho con él pero igualmente se divertía en contarle su día teniendo como respuesta un sencillo  "qué bien" "me alegro mucho" y "sigue así y podrás ser un guerrero como quieres" pero ahora le daba incluso vergüenza abrir la boca.

—Me voy a dormir — habló el pequeño limpiando el rastro de la comida de su boca con su manga y parándose de la mesa, su padre simplemente asintió. Esperando unos minutos para que le contestará con un "descansa" o "adelántate, en unos momentos voy a leerte un libro" pero pese a que esperó más de lo que estaba acostumbrado las palabras no llegaron, con lágrimas en sus ojitos grises se fue a su cama acostándose mientras sollozaba.

Por parte del padre no era que estuviera molesto con él si no pensaba en como llevaría a su hijo a ver a Paarthurnax, los peligros asechaban en todo lugar pese a que era un viaje corto a diferencia de la primera vez que fue a ese sitio, quería respuestas por el dragón que convivió con Alduim y si había visto eso antes.

Se acostó casi después de una hora que su hijo se había dormido. Y como lo pensaba, las pesadillas nuevamente llegaron a sus sueños siendo su hijo y el padre del mismo el protagonista de estos. Pasando las cinco de la mañana se encontraba ya guardando un par de provisiones para el camino y a los pocos minutos el pequeño despertó, comenzándose a cambiar y notando a su padre entrando a la casa, tan sólo le apuntó la ropa que tenía que ponerse, Herleifr simplemente asintió antes de volver a cambiarse y salir de su casa.

—¿A dónde vamos? — mientras lo seguía mirando a todos lados, siempre era el mismo camino siempre para llegar al pequeño pueblo de Morthal así que no conocía más allá de esa vía acercándose a un charco negro detrás de su casa, se sorprendió al ver burbujas saliendo de este mientras lentamente sobresalía un bulto, instintivamente se escondió por detrás de su padre temeroso de la criatura que salía de ese lago negro, sorprendiéndose al ver a un caballo negro con los ojos rojos salir del lago.

—¿Papá? — no se molestó en contestarle tan sólo acomodó las provisiones en el animal, terminando volteó a ver a su hijo antes de cargarlo y subirlo al mismo para de inmediato hacerlo él.

Se pusieron en marcha pero el camino  era largo y aburrido así que el pequeño comenzó a hablarle, cuestionándole él porqué tenía tantas armas y trajes dentro de aquel baúl.

Sabía que tarde o temprano tenía que saber esa parte de su vida. Sin mucho interés comenzó a narrar la historia de cómo se había vuelto el Archi Mago de Hinbernalia, comenzando como un novato que descubrió algo importante en unas ruinas y de ahí deteniendo al consejero del antiguo Archi Mago, encontrando el bastón de Magnus, destruyendo el peligro. En cómo se había convertido el líder de los compañeros estando cerca de hombres lobo y sobreviviendo a ellos, luchando contra los cazadores de licántropos, viendo perecer al anciano que aseguraba que las transformaciones eran una maldición cuando otros pensaban que en realidad era una bendición, en cómo fue al santuario con las cabezas de las brujas y así ayudar al ex líder de los compañeros a lograr regresar a Sovngarde, proclamándolo ahí mismo como el líder.

También le contó acerca de su liderazgo en La Hermandad Oscura, en como tomando la avaricia aceptó el trato de un niño en Ventalia, quería ver muerta a Grelod la Buena por la manera en que los trataba, había escapado del orfanato y hecho el ritual, se preguntaba cómo había llegado con vida a la villa. Le contó cuando lo secuestraron,  ordenándole matar, y al final como la líder de La Hermandad Oscura  terminó por reclutarlo, haciendo un par de tratos antes de tener en el santuario a La Madre Noche, y al final se había hecho su oyente, haciendo un trato que no habían hecho en años, un golpe tan grande al grado de matar al emperador, con ese trabajo  tuvieron mucho dinero pero siendo traicionados los Cicerón, el bufón de La Madre Noche, ordenándole matarlo, cosa que no hizo y mintió a Astrid por ello, se había vuelto paranoica y celosa del mandato de La Madre Noche, en cómo fue traicionado por ella misma haciendo un cambio, la paz  con los imperiales a cambio de él, pero claro, al final había hecho lo que quiso, después de todo había matado a su hijo y quería venganza por ello. Lo quería muerto, a él y a toda La Hermandad Oscura.

Los imperiales terminaron por matar a miembros claves de la hermandad y el incendio del santuario, La Madre Noche lo había salvado y le indico que Astrid había echo un trato con ella, antes de morir lo había nombrado líder de La Hermandad Oscura.

—No sabía que eras todo eso —declaró sorprendido y avergonzado por alguna vez creer que su padre no era nada interesante —pero... ¿Por qué no me dijiste? — preguntó, el hombre detuvo el andar del caballo mirando fijamente a su hijo, su cabello castaño oscuro caía sobre sus hombro y un poco por su rostro, tan sólo respondió que quería vivir tranquilo —¿Pero no es aburrido? Los demás niños presumían de lo que hacían sus padres. 

El nórdico suspiró ante la respuesta del niño, esa parte de sus historia al parecer le importaba tan sólo porque le daría de que hablar, en su mente pasó ese momento del ataque con el dragón, no había apreciado que lo rescatara o al menos no  dio mucha importancia tan sólo quería algo de que presumir con los demás niños. 

Toda la tarde se la pasaron en marcha, tenían un limitado tiempo para llegar en la noche a las afueras de Carrera Blanca, el pequeño después de cansarse arriba del caballo rogó a su padre dejarlo bajar para estirar las piernas, este aceptó y bajó también con él, tomando las riendas de Sombra mientras seguía con la mirada a su hijo que corría de una lado para otro en el camino de piedras y tierra.

— Es muy grande... ¿Cuántos pueblos hay? ¿Los visitamos todos? Quiero verlos — declaró antes de correr y adelantarse a su padre dando la vuelta a una montaña, cosa que hizo que regresara rápidamente alertando a su padre. Un lobo lo había visto y por ende lo perseguía. Al terminar con el animal volteó a ver a su hijo agachándose a su altura para darle una daga pequeña, prometiéndole que cuando regresarán a casa le enseñaría a usarla.

Siguieron su camino hasta estar a las afueras de Carrera Blanca entrando a una posada que por diez Séptim pudieron dormir en una cama ambos, algo que hace mucho no hacían a causa de que su querido hijo tenía la propia en su hogar.

— Papá... ¿Por qué iremos ahí? — preguntó mirándolo, el padre, un tanto preocupado le mencionó que lo descubrirá una vez estén allá. Este simplemente asintió y casi de inmediato cerró los ojos para dormirse pegado a su papá. 

El contrario simplemente acariciaba el cabello negro de su pequeño, pensando en lo que había hecho el otro día, quizás eso no hubiese pasado si tan sólo le hubiera puesto un poco de atención desde el principio, el despertarse temprano e ir al pueblo de Morthal a trabajar no era una vida para un pequeño que quería jugar y descubrir lo que quería. No le dio motivos para enorgullecerse de él y tampoco para tener la confianza de hablar de su pasado ¿Que tenía de malo en decir que es el Archi Mago, el líder de La Hermandad Oscura, el líder de Los Compañeros y uno de los Ruiseñores en El Gremio de Ladrones y líder de este, todo por su mérito, destreza o en tal caso, en el caso de La Hermandad Oscura, ser el oyente?

Sin pensarlo se había quedado dormido, esa vez las pesadillas no llegaron a su mente, no como el otro día. Despertó y su pequeño hijo aún seguía dormido en sus brazos, su movimiento lo hizo despertar, sentándose en la cama y tallando sus ojitos antes de mirar a su padre

—¿Vamos a continuar? —el hombre simplemente asintió. Salieron de la posada directo a montar al caballo negro. Después de un par de horas más por fin estaban al inicio de los siete mil escalones.

El pequeño tan sólo notó como su padre se preparaba indicándole que se colgara en su espalda y que pasara lo que pasara no se soltara, Herleifr lo obedeció sin ninguna queja. Después de pasar un par de arañas gigantes y  lobos, la respiración del hombre era entrecortada, agitada, se notaba que estaba cansado pero aun así se empeñaba en llegar.

— Papá... — Escuchó un fuerte ruido que lo hizo temblar, escuchando la voz de si padre cuando le dijo que no se soltara pero aun así lo hizo, cayó en la fría nieve a merced del Troll De Escarcha. Dando su primer golpe el pequeño cerró los ojos aceptando su muerte pero en vez de eso escuchó a su padres quejarse y gritándole que corriera y no se detuviera, sabía que esas cosas eran resistentes y si dejabas que se recuperarán lo suficiente se regeneraban y todo su esfuerzo no valdría la pena, encontrarías su muerte .

Aún a costa de eso el niño acató la orden; dejando solo a su padre, corriendo hacia terminar los escalones notando una enorme fortaleza, no dudó y corrió a la misma tocando desesperadamente a la puerta pidiendo ayuda para su padre, no fue hasta que escucho un fuerte y estruendoso grito que lo hizo voltear, venía en la dirección de su padre, unos minutos pasaron para verlo caminar hacia él.

—¡Papá! —corrió feliz a los brazos de su padre que este con amor lo recibió —¿Qué lugar es este? —preguntó, el nórdico miró el lugar y luego a su hijo.

—El sitio donde naciste...

 

Continuará...

 

Notas finales:

¿Qué les pareció, me tomo demasiado ya que bueno tengo que hacerlo un poco más detallado en las batallas XD y tenía que ver los sitio indicados y el camino correcto, al igual que investigar las explicaciones para  que entendieran un poquito mejor, gracias por el apoyo de verdad, hasta la próxima


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