Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sé feliz, Blasty. (KiriBaku) por Asamijaki

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Kirishima.

 

Había comenzado a beber, Bakugou nunca antes se había perdido de esa forma en el alcohol. Poco tiempo pasó para que llegara de la tienda con un cigarrillo entre los labios. Se mantenía aislado del resto del mundo, ni siquiera quería intercambiar palabras con alguno de sus amigos.

 

Estaba completamente encerrado, se pasaba sus días tirado en el sofá con la mirada perdida en algún punto de la sala, murmurando incoherencias que prefería interpretar como lamentos. Sólo podía verle derrumbarse.

 

Había tardado en descubrirlo, pero al parecer había muerto hace un tiempo.

 

En una de las misiones de rescate, tras el ataque de unos villanos en una zona de construcción, uno de ellos parecía tener poderes similares al de su amiga Uravity. Pero, ¿qué más podía hacer? Bakugou tras hacer evacuar a unos trabajadores, se encontraba aturdido en el suelo tras ser afectado por gases tóxicos y altamente flamables en el lugar, lo habían limitado con su kosei, una sola chispa causaría que todo se derrumbara con trabajadores dentro. Estaban escapando, pero sabían que aquellos héroes de gran renombre jamás los dejarían libres. Como ultimo bonus, una de aquellas vigas metálicas fue directa al rubio. Aún con su quirk activado no fue suficiente, no lo había centrado del todo en su pecho, fue un solo golpe, el golpe de gracia. Había destrozado su corazón y otros órganos vitales. Lo último que recordaba era la mirada de terror en los rubís de Katsuki.

 

Después de eso no tenía nada claro. Había aparecido en su apartamento, como si todo eso hubiera sido solo un mal sueño y apenas había despertado. Pero no fue así.

 

Escuchó la puerta abrirse, y vio a aquel rubio con un traje negro y mirada lúgubre, no obstante, solo podía pensar en lo feliz que estaba al verlo sano y salvo.

 

—¡Bakugou! —Le llamó la primera vez con alegría a flor de piel y lagrimas de felicidad asomándose peligrosamente—. ¡Hey, Bakugou! —Gritó nuevamente, pero parecía que este no podía escucharlo.

 

Sintió miedo. En ese momento no podía creerlo, no quería aceptarlo. Lo llamó una, dos, tres, cuatro veces más. Cada una sin respuesta. Desesperado colocó sus manos sobre sus hombros. Él podía sentirlo perfectamente, pero Bakugou no parecía notarlo, no podía percibirle.

 

Dolía demasiado. Su voz era confundida por susurros que se perdían en el viento, su tacto se limitaba a pequeños escalofríos, su presencia era interpretada como la misma nada. Sólo podía ser un observador, no había manera de llegar a él, no podía aunque lo tuviera de frente. Mas no lo abandonaría, jamás podría dejarlo así.

 

Era su culpa, él no quería esto. Su Blasty se había apartado de todo y de todos, se había aislado, aún cuando durante toda su vida hizo lo posible para que se abriera ante el mundo, para que apreciara cada uno de sus colores, para que pudiera disfrutar todo lo que aquella vida podía darle, pero había sido completamente en vano.

 

Los últimos acontecimientos le había dado una vuelta al asunto, y ahora se pasaba las tardes ahogándose en bebidas alcohólicas, cuando siempre había dicho que esas eran cosas que sólo los débiles hacían. Y es que en ese momento era el más vulnerable. Era frustrante, se sentía completamente impotente, no podía hacer nada por la persona que ama, no podía hacer nada más que lastimarlo.

 

—Maldita sea, Kirishima —Escuchó salir de sus labios.

 

—No me maldigas cuando estoy muerto, Blasty, ¿Qué tal si un mal espíritu viene por mí y se lleva mi alma lejos de ti? —bromeó a sabiendas que él no lograría escucharlo, y mucho menos sentir su mano cubrir su puño con ternura y cuidado, como siempre lo había hecho.

 

Con cada día que pasaba podía sentir menos, la calidez de Bakugou lentamente era remplazada por el frío del ambiente. Lentamente estaba comenzando a desaparecer. Era aterrador, no sabía qué pasaría después de eso, pero aún no podía simplemente irse, no cuando Katsuki estaba así.

 

Aún quería seguir tomándolo de la mano, aunque él no supiera que estaba ahí, aún quería permanecer a su lado, verlo dormir tan pacíficamente, al menos al dormir parecía responder con leves gestos, como si en esos momentos pudiera escuchar su voz.

 

—Lo  lamento tanto Bakugou, te amo, no quería que esto pasara —Repetía noche tras noche, sin perder la esperanza de que algún día pudiera escuchar claramente su voz—. Yo sólo quiero que logres ser feliz...

 

Sin embargo, no había cambios, cada vez se ponía peor.

 

—Te odio —Murmuró con una voz ronca, tras dejar que aquella última botella rodara por la alfombra. Kirishima, el cual había permanecido a su lado en el sofá, le miró sin creer lo que escuchaba.

 

—¿Blasty?

 

—¿Por qué demonios me dejaste?

 

—Yo no quería dejarte, no me he apartado de tu lado ni un solo momento —contestó de inmediato. Su voz temblaba.

 

—¡¿Por qué me habías dicho que me amabas sí al final ibas a irte?!

 

—¡Porque te amo! —Exclamó lo más alto que pudo—. Te amo, nunca he dejado de amarte pese a todo. Nunca quise dejarte, nunca quise irme de tu lado, Katsuki, sigo aquí. ¡Por favor, escúchame...! —Le abrazó, aunque su tacto ya no tuviera rastro de calidez—. ¡Por favor, sólo escúchame, siénteme, estoy aquí a tu lado! ¡Siempre lo he estado!

 

Fue en ese instante cuando sintió algo húmedo caer sobre su rostro. Subió lentamente su mirada. Pudo encontrarse con aquellos rubís, con aquel intenso color carmesí que siempre admiró y por fin, después de tanto tiempo, aquella mirada se había enfocado en él, en sus propios ojos. Estaban tan cristalinos, que poco tiempo tardó en captar que eran lágrimas lo que  emanaban de ellos.

 

— ¿Me has escuchado? —Se atrevió a cuestionar el pelirrojo. Su voz esta vez no sólo fue un eco vacio.

 

—Kirishima... —Su voz era apenas audible, estaba pálido.

 

—Bakugou... —Sonrió tristemente, mostrando sus particulares dientes, mientras las lágrimas comenzaban a descender sin pena sobre sus mejillas, desapareciendo en el aire—. Al fin mi voz te ha alcanzado.

 

— ¿Desde cuándo tú...?

 

—Nunca me he alejado de tu lado, Bakugou, nunca podría dejarte así. —Posó ambas manos en las mejillas ajenas, a duras penas podía sentir su tacto. Posó sus labios sobre los suyos, dejando la esencia de un beso. El pelirrojo pudo notar los brazos del rubio rodearle con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir.

 

—Maldición, cabello de mierda. —Enterró su nariz en el cuello ajeno. El aroma era muy débil, casi inexistente, pero al menos podía sentirlo ahí a su lado.

 

—Te amo, Bakugou, siempre lo haré. —Confesó, apartándose un poco. Quisiera estar así por siempre, como si nada hubiera pasado, pero sabía que no pertenecía ahí, el tiempo estaba por agotarse—. Por favor, no quiero que cierres de esa manera tu corazón aunque no esté aquí.

 

—¡¿Y qué coño se supone que quieres que haga sí no estás tú, maldita sea?!

 

Kirishima sonrió, Katsuki seguía siendo él hasta el último momento. Así que acarició con suavidad su mejilla, dejando un último beso en su frente.

 

—Sé feliz, Blasty.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).