Kazán, Rusia
14:31 horas.
- Nos informan de un nuevo asesinato en Rusia, tal parece que las víctimas fueron un reo, el cual según se sabe era el blanco y un guardia que se atravesó en el momento menos adecuado - decía una mujer con mirada seria mientras en la pantalla aparecían fotografías de la escena del crimen - Para darnos mayor detalle del tal crimen, nuestro compañero Ivan nos hablara desde el punto de los hechos, Ivan vamos contigo - dijo desapareciendo de la imagen para dar espacio a un joven que se encontraba en aquella prisión.
-Así es Vianka, me encuentro en el lugar de los hechos donde los encargados de la prisión ya han acordonado la celda del difunto Viktor Vanko para descubrir como entro el asesino - Narraba mientras la cámara de grabación recorría el lugar.
La celda estaba rodeada por guardias, lo cual no dejaba ver mucho, sin embargo, de la parte superior de los barrotes, aun se podía ver como pequeñas gotas rojo carmín caían a paso rítmico. El joven reportero queriendo saber mas detalles de aquel crimen se acerco a los presos que tenían la celda contigua al fallecido.
-Fue... Fue brutal - decía uno con el terror plasmado en el rostro y el miedo palpable en su voz.
-En un momento jugábamos cartas con el por entre los barrotes y en otro el estaba siendo masacrado por la serpiente - dijo el otro preso con un poco mas de serenidad.
-La... Serpiente? - pregunto el joven sin entender.
-Si, la serpiente, el ángel maldito designado por la muerte para castigar las almas pecadoras en este mundo - dijo el primer reo sujetando lo que parecía un rosario en su mano - la promesa eterna entre cielo e infierno, el mismísimo recolector de almas... El... El... -.
-El hijo del dios de la muerte - completo el segundo de forma seria.
La televisión se apago en ese momento, el televidente sonrió satisfecho mientras una sombra pequeña pero imponente esperaba en la mas oscura esquina de aquella habitación.
-Bien hecho Snake, veo que tu trabajo es tan impecable como siempre - decía un hombre robusto mientras exhalaba el humo de su puro - y como siempre, te has hecho publicidad, no? -
-Que le digo mi señor - dijo con voz cantarina mientras se acercaba de forma sensual a aquel que estaba sentado en el sofá - debo hacerme conocer para sobrevivir - dijo ya sentado en una de las piernas de aquel hombre mientras sus brazos se pasaban por su nuca para pegarse a el - Este trabajo no es fácil, no se puede servir a una persona mas de dos veces - aclaro muy cerca del oído del mayor.
El hombre se estremeció al sentir el cálido aliento de su empleado y sin pudor alguno poso sus manos en los muslos de este mientras trataba de meter sus manos entre sus ropas.
-Mi pequeña serpiente azul, si me entregaras tu cuerpo yo te daría todo lo que quisieras - decía el mayor aspirando el aroma del pequeño cuerpo.
-Todo? - pregunto el menor con su rostro en el pecho de aquel hombre que ya deliraba con su cuerpo... Y el lo sabía perfectamente - En serio me daría todo lo que yo quisiera? - volvió a cuestionar con voz temblorosa mientras que en su rostro una sonrisa ladina se dibujaba.
-Claro que si mi delicada flor venenosa - respondió el hombre con veneración sintiendo como su miembro semi-erecto era rosado por la rodilla de aquella figura con gélidos ojos azules.
-A mi... A mi me gustaría poder volver a estudiar - dijo con voz triste -Cree que me podría dar el dinero para inscribir me a la universidad? - Pregunto alzando su rostro con expresión suplicante.
-Lo que tu pidas se te dará mi exótica gema - respondió el hombre alcanzando el talonario de cheques que tenia a un lado y firmando uno de ellos - Escribe la cantidad que quieras y en cualquier momento lo podrás cobrar - afirmo dejando la pluma a un lado y volviendo su atención al cuerpo de su acompañante para tocarlo a su antojo...
- Eso haré - afirmo el peliazul después de clavar el cuchillo en el brazo del mayor - Es muy... Generoso para ser quien es, "mi señor" - aclaro para en seguida alejarse de aquel hombre que gritaba y lloraba mientras se retorcía en el suelo por el dolor de aquella navaja - Debió ser mas duro, después de todo, ya es un hombre casado, no? - pregunto con mofa mientras lanzaba un cuchillo al abdomen del hombre - bueno, me corrijo, era un hombre casado, mis mas "sinceras" condolencias a su esposa - y dicho esto abrió de un corte limpio la garganta de aquel que aun luchaba por vivir.
Tomo el talonario y arranco el cheque en blanco mientras sonreía con suficiencia y salia de aquella sala apartada en una mansión y se dirigía a otra en la misma.
-Esta hecho? - pregunto una mujer tan pronto como coloco un pie dentro del lugar.
-Por supuesto señora - confirmo de forma seria mientras entregaba el talonario - ahora pague me para que pueda marchar me - exigió afilando su mirada.
La mujer sintió como el lugar se enfriaba abruptamente y temiendo por su vida entrego la valija con el dinero prometido.
-Ahí esta lo acordado y aquí... - dijo señalando una mochila color negro absoluto - esta lo que mi difunto esposo te prometió - aclaro.
- Bien, me retiro en ese caso - dijo tomando ambas cosas - Ya sabe como contactarme si vuelve a requerir de mis servicios - dijo abandonando la sala de forma veloz.
-Requerir de tus servicios una segunda vez, es firmar mi muerte con letras doradas Snake...-.
Yokohama, Japón
19:45 horas
-Ha vuelto a aparecer en Rusia! - anuncio Ritsu desde el celular en la mesa - al parecer esta vez fue un oficial sin suerte que se metió en su camino, un reo parte de la mafia y el líder de la misma - reporto de forma seria esperando respuesta del pelirrojo que veía las noticias mundiales en su Pc.
-Contacta a Irina-sensei, necesitamos de sus contactos en el bajo mundo - ordeno abriendo un documento de seguimiento y colocando una nueva ubicación en este - en siete años no has tocado tu nido, estúpida serpiente cobarde - dijo con voz suave.
-Listo, ella conseguirá que venga a Japón! - aseguró emocionada.
-Perfecto! - celebró el de ojos color mercurio mientras quitaba los lentes de sus ojos - Ya casi te tengo entre mis manos, mi amada víbora escurridiza... Muy pronto te tendré y no te dejare ir... - advirtió a la fotografía de una delicada figura encapuchada de largos mechones azules - Muy pronto...-.