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Victor Frankenstain por Mariela

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CAPÍTULO 4

 

-Lo lamento Victor, mi decisión no cambiará.

Lo que pasó a continuación me dejó petrificado. Mi corazón se detuvo y mis ojos se abrieron con asombro, mientras mi boca era invadida por una lengua experta que se encargaba de explorar hasta el último rincón de ella.

Victor me estaba besando.

Victor me besaba.

Y yo quería que lo hiciera.

******************************

Es increíble como un solo instante puede sacudir todo tu mundo, como una simple acción puede modificar la perspectiva de tu vida...como un simple parpadeo puede abrirte los ojos.

En toda mi vida solo conocí la dureza de la realidad, nunca había tenido esperanzas o sueños a los cuales aferrarme en las noches inusualmente oscuras y en los momentos más difíciles de afrontar.

Solía usar a la ciencia de la medicina como medio de escape a lo que era mi mundo. Y Lorelei...Lorelei era mi adoración, ella era aquello que no solo se habia adueñado de mis sentimientos sino también aquello que resultaba inalcanzable para mi. Siempre habia estado seguro de lo mucho que la amaba y lo felíz que me haría que ella correspondiera a mi afecto, pero sin embargo, en un solo instante esa seguridad terminó por hacerse añicos.

En un impredecible segundo, una acción tan poco ortodoxa como un beso con un hombre habia causado una conmoción en mi corazón que habia resultado en mí correspondiendo con imposible necesidad el beso que Victor habia comenzado.

En un segundo, toda mi vida cambió.

Creía fervientemente que amaba a Lorelei, y sin embargo, cuando menos me lo esperaba, cuando parecía que todo lo que habia deseado se habia hecho realidad, me sorprendí a mí mismo en un cama, sobre el cuerpo de Victor, desnudos, besándonos con tanta pasión que nunca lo hubiera creído sí me hubieran dicho que un día terminaríamos así.

Ni siquiera sabía cómo habíamos llegado a casa ni cuándo, no reparaba en la razones que me impulsaban a permanecer ahí,  lamiendo y mordiendo la blanca piel de Victor, solo me entregué al momento, a la inconsciencia, a la pasión...al deseo.

Victor gemía y se retorcía en las blancas sábanas de la cama mientras yo recorría con mi lengua todo su abdomen y sus pezones, los cuales terminaron por ponerse erectos ante el estímulo que les brindaba.

-I-Igor...

Escuchar mi nombre de esos labios rosados me hizo volver a devorarlos con una fogosidad que casi nos dejó sin aire, y al separarnos, Victor me miró con una hermosa sonrisa antes de obligarme a bajar hasta su entrepierna. Supe de inmediato qué era lo que deseaba.

Yo nunca antes habia tenido sexo, no sabía con exactitud lo que hacía, pero mi propio conocimiento en anatomía humana me hacía conocedor de los puntos erógenos del hombre, y por eso, no dudé un segundo para introducir el miembro de Victor en mi boca.

Sus gemidos se dejaron escuchar en toda la habitación, su rostro estaba jadeante y rojo de vergüenza, la simple imagen  habia puesto erecto mi pene, y me obligó a acelerar mi labor.

No faltó mucho para que Victor se corriera, su semen fue como el más dulce néctar que pude haber probado en mi vida, pero aún quería más. Ambos. Por eso, proseguí a ensalivar tres de mis dedos para, posteriormente, introducir el primero en la entrada de Victor.

-¡Ah!...Igor, ngh...

-Victor.

Devoré sus labios hasta dejarlos rojos e hinchados, no podía evitarlo, amaba su sabor, amaba la sensación, y amaba saberme poseedor de ellos a tal punto en que se habían convertido en un vicio para mi.

Al separarnos, ví complacido como Victor disfrutaba de mis atenciones, como se retorcía y estrujaba las sábanas ante el movimiento círcular de mi dedo en su interior, y se retorció aun más cuando intruduje un segundo dedo, y luego un tercero.

Pasé un rato preparandolo, quería que estuviera lo suficientemente dilatado para mi, pero Victor no estuvo dispuesto esperar por mucho tiempo.

Él mismo comenzó a autopenetrarse buscando llegar más  profundo.

-Igor...-me miró con el rostro sonrojado-E-entra....por favor...

No respondí. En cambio, tomé sus muslos y los separé lo suficiente para meterme en medio de ellos e introducir mi miembro en su interior.

Victor se arqueó ante la invasión y abrió aun más sus piernas esperándo acrecentar el placer. Razón por la que no esperé para comenzar con las embestidas, me sentía sumamente exitado y desesperaba por poseerlo.

Nuestros gemidos resonaron en las cuatro paredes que nos rodeaban, la experiencia era indescriptible y la dulce sensación que me provocaban sus paredes anales apretando mi ingle solo aumentaban el deseo, por eso tomé sus piernas  y las acomodé en mis hombros para tener mayor libertad.

Nuestros cuerpos danzaban sudoros e insaciables sobre la cama que era testigo de la más perfecta unión de dos individuos en perfecta sincronía sexual, emparejados no solo de forma carnal sino también espiritual, amandose como sí no hubiera un mañana.

Lo irónico, supungo, era que ninguno de los dos sabía, o no quería aceptar, su propia atracción hacia el opuesto.

Sometidos a la verdad absoluta de la sociedad actual que mostraba el amor entre semejantes como una aberración, ni Victor ni yo queríamos asumir que amabamos profundamente a alguien de nuestro mismo género, la simple idea nos parecía inconcedible.

Y nuestros sentimientos, una enfermedad.

Pero mientras enterraba mi miembro en las entrañas de Victor, y mientras él gritaba de placer, pensar en lo que hacíamos o lo que haríamos a partir de ese momento no era algo en lo que quisieramos reparar.

Nos entregamos al deseo, nos dejamos llevar.

Mentiría sí dijera que el clímax no fue el paraíso. Una explosión de sensaciones que, por un momento, fueron lo más maravilloso que hubiera experimentado. Ambos. Y el manjar de sus labios no hicieron más que complementar el momento.

-Victor...

-Igor.

En ese instante me permití perderme en sus enigmáticos ojos azules. Eran tan encantadores, hípnoticos, tan bellos que no pude evitar compararlos con los de Lorelei.

Pues sus ojos también eran azules, pero los de ella reflejaban bondad, alegría, delicadeza, y a la vez, fortaleza, y un inmenso amor por la vida y las personas que una vez me habia deslumbrado. En cambio, los de Victor...los zafiros de Victor estaban llenos de pasión, seguridad, determinación, desvelaban una voluntad de hierro inquebrantable que tanto envidiba, pero, también reflejaban dolor.

Me quedé desconcertado. Por primera vez en todo el tiempo que llevabamos trabajando juntos, noté ese "algo" indesifrable en su mirar, y no me agradó descubrirlo.

Dolor. Un dolor lacerante que Victor se esforzaba en ocultar tras su pasión por la medicina y la emoción por su trabajo en el sótano.

-Victor, ¿por qué...?

No pude terminar la pregunta, él habia comenzado a llorar y solo pude atinar a abrazarlo con fuerza en un intento por consolarlo.

No dijo una palabra después de eso, y tampoco lo presioné. Me limité a salir de su interior y, sin deshacer el contacto, nos tapé a ambos para dormir.

Él era físicamente más alto que yo, pero en ese momento parecía lo contrario con su cabeza escondida en mi pecho y sus brazos rodeando su piernas.

Esa noche, miles de sentimientos salieron a flote, grandes revelaciones, pero la más importante fue aquella que me hizo entender que me habia enamorado de Victor Frankenstein.

Yo, en medio de la oscuridad habia entregado mi corazón a la primera antorcha que iluminó mi vida, Lorelei, sin embargo, fue Victor quien se lo arrebató al disipar las tinieblas con su resplandeciente sol.

Al fin lo entendía.

Y así fue como comenzó mi fe ciega en el hombre que se convertiría en la más tenebrosa leyenda de terror de la historia europea...

Notas finales:

NOTAS:

Hola, hola
Jejeje, estoy de vuelta. Lamento muuuuucho haber pausado la historia por tanto tiempo, pero es que el último año de bacho se volvió muy difícil cuando la clausura se vio más cerca y pues, tuve que dedicarme enteramente al estudio y a la planeación del evento, je, lo siento, no tuve tiempo de escribir.

Pero ya estoy fuera y por tanto, tengo más tiempo para escribir. A partir de ahora, actualizaré más seguido, sí, gracias por esperar (los que lo hicieron) y pliss, tal vez no lo merezco, pero comenten, al menos para saber cómo salió este fic.

¿Logré retomar la trama? ¿Aun tengo el toque? ¿Las personalidades estan bien? Ha pasado mucho tiempo y con tanto en que pensar, se me dificultó retomar el hilo de la historia, por eso solicito su ayuda para saber si lo hice bien.

Si no es así, prometo enforzarme más en el siguiente.

Sin más, me despido.

Chao

PD: Lamento el capi corto y las faltas ortográficas, escribiré más la próxima vez y prometo revisarlo mejor.


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