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(not) at bay por NaotoSoukaina

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Notas del capitulo:

 

¡Sigo viva! Jeje agradezco a todo el ser viviente que se haya tomado la molestia de leer el primer cap y en este momento traigo el siguiente…

 

Sin más mi amado público - si como no, si nadie te pela-  os dejo y espero que les guste.

 

 

Me encontraba sentado esperando noticias de que todo se había calmado, alce la vista y mire hacia el frente, un repentino mareo me llego, me preguntaba si se debía al olor de este lugar, un olor a desinfectante, no importando  en que cuarto me situara todos tenían el mismo pestilente aroma, nunca me gustaron los hospitales, todos blancos, todos pulcros, todos… todos llenos de gente enferma o  pútrida, aunque muchos digan que en este lugar es para tu bienestar y te recompondrás yo te diré que es una absoluta y gran mentira, lo sé, suena patético viniendo de alguien que no está en esa situación en este momento , te lo aclaro no soy el puto medico que con su sola presencia sabrás si son buenas o malas noticias, no soy el paciente que se debate entre seguir contigo o decirte adiós fue un maldito placer haberte conocido, no, yo soy la persona que se sienta a esperar que esta última se “recupere” o el sujeto con bata venga y me diga “lo siento mucho, hicimos todo lo que pudimos”-  ¡por favor!  Si de verdad hicieran todo lo que pudieran no habría tantas voces gimiendo a lo largo del pasillo por el que se fue.

 

Si, en este momento me encuentro con un gran dolor que con la única forma de que se vaya seria si alguien, ¡si tú!, si de verdad me escuchas no te llevaras a esa persona pero, pero, pero ¡no! , ¡Me la quitaras de los brazos!... maldición siento que ya no puedo con esto y parece que mis plegarias son escuchadas por el demonio, con cara preocupada- claro, como que uno no supiera que disfrutan cada vez que vienen a dar el pésame esos hijos de puta- me dice que puedo entrar a ver a la “paciente” y que por favor haga lo posible para no alterar su salud – lo bueno de ser Doc. Es que puedes culpar al que se te dé la gana.

 

Me levante de mi asiento y voy directo a encontrarme con aquella persona  pero mis pasos son tan lentos, me cuesta trabajo caminar, mis piernas pesan y siento que en cualquier momento el aire abandonara mis pulmones, tomo la perilla como si fuera mi único soporte para no caerme y sin más retardos la giro para que al abrir  me encuentre con la misma imagen que semanas atrás he estado apreciando, en aquella habitación tan blanca como las otras se encuentra  “esa” persona que gracias a todos esos tubos se sigue manteniendo con vida, mierda siento que voy a vomitar, doy gracias a quien sea que por lo menos   cuando voltea a verme pueda regresarle una ligera sonrisa.

 

--¿Te quedaras todo el día allí o vas a entrar?­­— se escucho una voz apagada, más bien dirías que era grave y sin pensarlo me río por lo dicho- ni siquiera me había dado cuenta que quede como un idiota parado en la puerta mientras seguía sosteniendo la perilla como si mi vida dependiera de ello, me acerque justo donde se encontraba una silla la tome y me senté con esta cerca de la camilla, la observe, ese rostro que en este momento se encuentra totalmente rodeado de vendas y hasta hace pocos meses tenia la piel más tersa y hermosa que cualquiera desearía tener pero todo eso se había reducido a nada,  y eso lo sabía por propia cuenta, después de todo yo fui el que la trajo a este horrible lugar.

 

--¿Cómo te sientes?- le pregunto mientras con delicadeza tomo su mano que se encuentra cubierta por estas fastidiosas vendas que no me dejan tocar esos suaves y delicados dedos de porcelana  y con cuidado los acerco a mi rostro en una muestra de caricia, ella solo me sonríe o eso es lo que yo pienso por la ligera curvatura de sus labios.

 

--Mejor, y tú ¿no deberías ir a descansar? Te ves fatal – lo dice mientras suelta algo que yo considero como una carcajada, me duele escucharla, aquella delgada y cantaría dulce voz que poseía ya no es más que el triste recuerdo del ayer.

 

Si, el ayer, porque ya no serán más que recuerdos semi amargos  lo que hemos vivido juntos, solo quedaran cenizas de todo lo que hemos planeado y jamás podremos cumplir, porque tú te irás y me dejaras a mí con esta cruel agonía de no haber podido hacer nada para que siguieras permaneciendo a mi lado, que no hubiera dado yo por volver a ver aquella dulce sonrisa mientras me mirabas a mí con aquellos ojos llenos de vida que en este momento han perdido su luz, ese brillo tan especial que te caracterizaba, me dejas solo, ¡y yo no podre hacer nada más que recostarme en algún rincón y llorar tú partida!, sujeto más fuerte tu mano mientras la dirijo a mis labios para darle un pequeño beso en el dorso de esta y soltar una pequeña lagrima traicionera que rueda por mi mejilla y cae a el abismo del olvido.

 

--No me abandones—te suplico con más lágrimas, ya me es imposible poder contenerme y comienzo a hipear lastimeramente, tú solo te dedicas a verme, tus labios se mueven y con voz cansada me hablas muy bajo, aunque después de terminar de escuchar aquello te suelto rápidamente y me levanto de donde me encuentro, te miro y tus ojos solo me muestran el reflejo de mi propio rostro incrédulo por haberte escuchado decir aquello.

 

-- ¡Me niego! – alzo la voz para ver si era una cruel broma lo que acababas de decir, pero no es así, me miras con suplica y tratas de alcanzarme mientras estiras tu mano hacia mí.

 

-- Por favor… eres el único que puede cumplirme este último capricho, de verdad necesito… - y te interrumpo, no puedo seguir escuchándote, la ira se apodera de mí rápidamente. 

 

 -- ¿No me oíste?, ¡me niego!, jamás  podre ni siquiera imaginarme haciendo lo que tú me pides, ¿Qué no te das cuenta que cuando tú te vayas yo no podre contener  aquella ira?, que yo mismo podría incluso ser el más desquiciado de todos… no me hagas eso, ¡yo te necesito! , siento que voy a morir si tu lo haces… así que… no me dejes solo— le decía mientras caía lentamente y quedaba arrodillado sosteniéndome con ambas manos  de la barra de la camilla y sin más soltaba todo el llanto que desde hace mucho llevo aguantando, no me importaba no darle consuelo porque yo lo necesitaba más que ella,  y fue así que durante unos minutos nadie dijo nada y solo se escuchaba el sonido que producía mi llanto y del de esa espantosas maquinas, las odiaba, odiaba a todo ser que fue cómplice para quitarme lo que más quería.

 

  -- Perdóname… pero de verdad lo necesito – le costaba tanto hablar y aun así se mantenía firme, yo por el contrario solo alce mi rostro, la mire, y aunque creía que de mi garganta no saldría más que lastimeros ruidos pude hablarle.

 

-- ¿Qué gano a cambio?, dime y tal vez lo considere – sabía que no había nada que me hiciera cambiar de parecer  pero siendo ella tan astuta como es solo sonrió y me hablo casi en susurro.

 

-- Gracias – había perdido, y ella lo sabía muy bien, nadie mejor para usar aquellas tácticas contra seres poderosos, o eso era lo que siempre me decía, si, el triste recuerdo del ayer.   

Notas finales:

 

Espero que aunque sea poco – porque creo que no podre escribir mucho en cada capítulo – les haya dado por lo menos este un poco de curiosidad, vuelvo a agradecer a aquellos lectores que hayan pasado por aquí ante esta humilde servidora  esperando volver a tenerlos en el siguiente cap jeje sin más me despido.

 

ci vediamo più tardi


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