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¡Arriba panteras! por Batnube

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“¿Qué se supone que deba de pensar si el idiota de Grimmjow continúa ignorándome?”

El equipo se fue a jugar de visitante a otra ciudad y estarían fuera dos semanas. Sin Renji, Yumichika y los demás me limito solo a salir con Rukia, Chad y Orihime. Llevamos una semana almorzando juntos, tanto así que Orihime se sintió con la libertad de traerme comida, ella realmente hace combinaciones raras pero al final de cuenta se puede comer. Regresé a mi dormitorio con Rukia quien lleva horas hablando del viaje que haremos cuando Renji regrese. Después de todo estamos a mediados de otoño y como es costumbre desde que conozco a Rukia hace más de 6 años nos iremos a pasar un fin de semana a su casa.

En el pueblo natal de Rukia hay un lago natural, dónde crece un tipo de flor endémica de ahí, que desafía a la naturaleza y florece a mediados de otoño. El lugar se llena de color púrpura con tonalidades naranjas y azules, un espectáculo hermoso. Cuando tenia 8 años lo vi por televisión, mi madre estaba conmigo, recuerdo que dijo “Algún día iremos todos a ver esas flores, seguramente ha de ser más que hermoso”, recuerdo los ojos de mi madre emocionados y la mirada enamorada de mi estúpido padre mirándola, como si quitarle la mirada fuese un pecado. Mi madre falleció un año después, y nunca fuimos. Tres años después conocí a Rukia, ella me habló de que parte del lago se veía desde su patio trasero (que en realidad es un jardín hermoso), le conté la historia y desde hace 6 años cada año acampamos, Renji, Byakuya, Rukia y yo cerca del lago, sin excepción, a veces acompañados por los amigos de Renji, otras veces -muy raras, como 2 veces- por personas cercanas a Byakuya, pero sin falta lo hacemos. 

Este año no sería la excepción, las flores habían empezado a florecer y para este fin de semana el lago estaría en su punto más hermoso, así que Rukia ya estaba haciendo planes y haciendo una lista con cosas que nos faltaban para el fin de semana acampando: viajaríamos viernes, para pasar esa noche y la del sábado ahí, el domingo a medio día regresaríamos a la ciudad universitaria. Todo planeado.

-¿Qué te parece si invitas a Inoue? -dice Rukia entrando a mi pequeño departamento.
-Rukia, eso no está en discusión -le digo alzando una ceja- Inoue es más como una prima lejana -hago ademán de estar pensando- Ya sé, es como la prima amable que a todos le cae bien -sonrío burlonamente.
-Ajá -Rukia rueda los ojos- Vamos, Ichigo, sé que te agrada y tú le agradas, ¿no crees que sería bonito compartir algo así? -me sonríe mientras hace un corazón con sus manos y me mira a través de él.
-Ay, Rukia, no seas tonta -le digo burlándome- Inoue no es para mí. Simplemente no me gusta -me encojo de hombros.
-¿Y entonces, quién? -preguntó poniendo una cara pícara- Ay, vamos dímelo -me sonríe maliciosa.
Se me hace un nudo en la garganta porque la primera persona que se me vino a la mente fue el estúpido de Grimmjow sonriéndome y después de eso el recuerdo de él besando mi cuello mientras yo lo observaba por medio del reflejo del espejo de los baños del bar. Estoy rojo de pies a cabeza y Rukia lo nota.
-¡Ay, no puede ser! ¡Mírate! Estás más rojo que trasero de babuino -Rukia se echa a reír.
-¡Cállate! ¡No es cierto! -la reprendo intentando fingir que nada pasaba.
-Bueno, sino me dirás, planeemos por favor lo del fin de semana, tengo que avisarle a Byakuya aunque sea tres días antes -me dice moviendo la mano con ademán de restarle importancia a lo que había pasado.

Nos sentamos en mi pequeño desayunador de cuatro sillas y ella comienza a decirme lo que ha planeado, tendríamos que comprar una tienda extra, según ella Byakuya le dijo que no le agrada que Renji y yo durmamos en la misma tienda que ella… mi cerebro se ilumina y me pongo rojo de nuevo, no por la afirmación de Rukia, sino lo más probable es que si cada quién está en una tienda no vamos a saber lo que hacen los otros cuando nos metamos a ellas, diablos, tengo la imagen de Byakuya y Renji en mi mente. Me maldigo mil veces por esa horrible imagen que creé.

Las horas pasan y Rukia se despide, cómo siempre me abraza cómo si yo dependiera del abrazo.

-Oye, Ichigo, ¿de dónde salió esa chamarra? Byakuya tiene una muy parecida -señala al perchero que está cerca de la puerta de salida donde ponemos Uryuu y yo los impermeables y sudaderas.
Palidezco en seguida, es la chamarra que tomé de Renji, creo que esa era la razón por la cuál me rogó que se la cuidara hasta que se la devolviera cuando notó que la había tomado. La razón es porque es de Byakuya.
-¿Cuál? -pregunto dudando un poco, fingiendo desentendimiento.
-La negra -me dice Rukia poniendo cara de intriga. Mientras la escudriña con la mirada.
-Ah, esa -vacilo un poco- Es de Uryuu, sinceramente no sé dónde la haya comprado, vaya, hasta yo la envidio -sonrío encogiéndome de hombros apresurando su salida del dormitorio.
-Son muy parecidas -también se encoge de hombros- Yo también quiero una chamarra negra que me haga ver ruda -pone un tierno rostro emulando ser chica mala.
-Tú no eres una chica mala -me rio poniendo una mano en su cabeza- Tú eres un tierno conejito -la miro burlón.
-Tarado -me dice poniendo puchero para después darme la espalda- Recuerda llevar tu tienda de acampar y una linterna eléctrica. No queremos otro accidente como el de Renji -se voltea y me guiña el ojo, sonrío y cierro la puerta.

Bueno, al menos ya me cercioré que la persona a la que se refería Renji es Byakuya, es decir, Rukia reconoció la chamarra de él. Suspiro mirando mi teléfono. Dos meses y medio y no ha sido capaz de pedirme mi número. Tal vez, después de todo no le gusto, solo estaba jugando. Vaya juego. Logró confundirme. Soy un idiota por haber caído, seguramente estos días que tiene libre ya debió de haber flirteado con alguien más, no tengo la menor duda de eso.
¡Vaya, lo he decidido! Sino me habla cuando yo regrese del viaje intentaré no pensar más en él. Tal vez siga el consejo de Rukia e invite a Orihime a salir. Rio para mis adentros pensando que después de todo ella es agradable, me gusta pasar tiempo con ella.

———

Es jueves y hoy llegan juntos el equipo de americano y el de básquetbol. Según vi en redes sociales, Las Panteras arrasaron a las dos ciudades a las que fueron a jugar. Rukia me ruega porque la acompañe a ella y a Momo a recibirlos, creo que ella lo hace más por estar conmigo, ya que sabe que Momo dejará ir toda su atención en un chico en particular del equipo de básquetbol, no me tiene que rogar mucho, acepto poniendo como excusa que Rukia me lo pida pero en realidad quiero toparme con Grimmjow, fingir que no lo tomo en cuenta y seguir mi camino.
Y así lo hago, son las 8 de la noche y están llegando juntos los dos autobuses, el del equipo de americano y el de básquetbol, los últimos partidos de ambos equipos fueron en la misma sede así que salieron juntos.

-Ese es el nuestro -me dice Rukia sonriendo orgullosa viendo bajar a Renji, Yumichika, Ikkaku e Hisagi del bus.

Continúo viendo los rostros que bajan, hasta que veo bajar a un grupo que no es el habitual de mis amigos y entre ellos Grimmjow. Los fans del deporte del campus vinieron también a recibirlos ya que son como dioses, opacan un poco al equipo de básquetbol, se escuchan frases gritadas hacia ellos como “Son los mejores” “Bien hecho Grimmjow” “Lo lograron”, se me eriza la piel al ver la cara llena de orgullo y altanería de Grimmjow, me parece tan sexy esa mirada de victoria que tiene. Se da cuenta que lo miro y me devuelve la mirada con una sonrisa burlona. Desvío mi mirada. Renji avanza entre felicitaciones hacia nosotros y Rukia lo abraza, me uno a la felicitación.
-¿Ganadores de la temporada? -pregunto a Renji sonriendo retadoramente.
-No se pregunta, es un hecho, ¡Invictos por un año más! -alza el brazo en señal de victoria y se acercan Yumichika e Ikkaku a nosotros.
-¿Acaso lo dudaste, tarado? -me pregunta Yumichika sonriente.
-Ni por un momento -le sonrío- Por cierto, ganar te queda bien, te ves mejor que cuando te fuiste -me mira sonrojado.
-¿Celoso de un ganador? -me sonríe con malicia. Ikkaku solo nos sonríe con expresión de “estos idiotas”.
-Vamos a festejar, ¿Qué no? -habla Ikkaku- Unas cervezas, un bar bonito con chicas lindas -nos mira impaciente- ¡Vamos!
Todos siguen a Ikkaku sonriendo y riendo, menos Yumichika, quien se ve algo distante. Supuse que debería estar cansado o pensando que algún producto facial se le acabó y no pudo aplicárselo durante el viaje.
-Tranquilo, si te ves bien -lo tomo por el hombro- Vamos a festejar -le sonrío.
Ikkaku quien iba adelante riendo con Hisagi quien se había integrado al grupo volteó a vernos, notando la expresión de Yumichika, se separó de ellos y tomó a Yumichika de la mano.
-Ven, Yumichika, vamos a festejar, también es tu victoria, jugaste bien -se lo lleva arrastrado hacia el grupo mientras él se pone de un rojo carmín.
Me quedé detrás de ellos viéndolos caminar, ellos bromeaban, Ikkaku daba palmadas suaves en la espalda de Yumichika como tranquilizándolo. Entonces recordé lo que me había dicho Rukia, el chico vanidoso se lastimó en el segundo partido y lo pude notar porque se asomaban las vendas por su muñeca izquierda a nivel de la manga. Renji y Rukia iban bromeando, Rukia miraba a Renji de cierta manera extraña, podía sentir como si quizá a Rukia le gustase Renji pero deseché la idea. Hisagi le hacía señas a Izuru de unirse a ellos, Momo y su amigo de cabello platinado también se unían y no sé de dónde diablos había salido Matsumoto pero ya estaba con ellos. Me limité a sentirme feliz porque contaba con un grupo muy especial de amigos.

-¡Ichigo! ¿Qué esperas! -me grita Rukia haciéndome señas de caminar hacia ellos para luego voltearse a contestarle a Matsumoto.

Camino rápido hacia ellos, y en cuestión de segundos siento las punzadas características de la mirada de Grimmjow detrás de mí. Intento no voltear, pero no soporto y lo hago, y ahí está, mirándome, con las manos dentro de los jeans, la chamarra del equipo y su sonrisa altanera. Me mira fijo mientras otros dos miembros del equipo hablan con él. Suspiro y paso de su mirada, intento poner la mirada más fría de todas para lanzársela y luego voltearme, y funciona, pues puedo ver cómo su sonrisa desaparece, no sé qué más hizo, ya que me uní a mis amigos y lo dejé atrás. Vaya, lo estaba logrando.

———

Acabamos de terminar clases y ya Rukia nos espera en su jeep, nos iremos los cuatro juntos, ella, Renji, Yumichika y yo. Hisagi, Ikkaku e Izuru junto con Momo y Matsumoto nos verán el sábado allá.
Es muy común que la gente acampe a lado del lago, pero que cierta parte del lago sea privado y propiedad de los Kuchiki nos da cierta privacidad en la reunión que hacemos.
El viaje fue tardado, Renji condujo ya que en cuestiones de manejo no le tiene confianza a Rukia, nos hicimos 4 horas cantando y platicando hasta que finalmente llegamos.
Corro con la casa de acampar entre los brazos y una linterna, está anocheciendo y me siento sobre la colina que tiene como a 6 metros la orilla de lago, vaya, Rukia es realmente afortunada de tener esto en su jardín trasero. Es hermoso, las flores, el color del sol que baña el lago, las tonalidades púrpura, naranja, azules de las flores bailando entre las violáceas del atardecer, entre el naranja pálido y el verde agua del lago, las piedras ya no son grises o cafés, gracias al juego de luces natural se ven naranjas, un lago demasiado grande, cubierto de flores, pétalos por todos lados, aroma a naturaleza, no puedo evitar sonreír melancólico al ver el paisaje y pensar en mi madre. De repente siento un abrazo cálido, es Rukia, quien en silencio contempla el paisaje conmigo, y cuando me doy cuenta Renji y Yumichika están a mi lado, sin interrumpir mis pensamientos se acercaron a mí. Vaya, después de todo tengo buenos amigos.

Armamos las tiendas de acampar en la parte que le pertenece a la propiedad de la casa de Rukia. Reíamos y nos hacíamos bromas. Yumichika y Rukia fueron al centro del pueblo, por la temporada debería estar lleno de turistas y puestos de comida, Rukia iría por la cena mientras Renji y yo armábamos una tienda de campaña más, nos sentíamos todos unos exploradores. Y la intimidad del momento me permitiría sacarme la duda que tenía.

-Renji -lo llamé mientras veía cómo se confundía él solo con las instrucciones de la tienda -Renji- lo volví a llamar al no notar respuesta- ¡Idiota, ¿puedes escuchar?! -grité algo enojado pero entretenido, se sobresaltó mirándome confundido.
-¿Qué sucede? -me respondió sin emoción.
-Ten -saqué un bulto de mi maleta.
-Te traje la chamarra para que se la devuelvas -me mira sorprendido.
-Ichigo… -habla bajito.
-Ya, ya, no pongas esa expresión. No soy idiota, ¿de acuerdo? Sólo no seas obvio cerca de Rukia, has tenido esa maldita expresión de que algo te falta desde que te dijeron que Byakuya llega hasta mañana -lo miro alzando una ceja.
-Vaya, vaya -rio para sus adentros- No se te puede engañar -me sonrío.
-Claro que no, inútil, quita esa cara, estás pensando estupideces por eso no te has dado cuenta que la tienda no queda porque no estás atornillando bien esto -le señalo la estructura de la tienda- Ahora dame el maldito destornillador que no estás haciendo nada bien -extiendo la mano mientras él me mira asombrado y me da la herramienta, me inclino para terminar con el trabajo.
-Ichigo, ¿de verdad crees que venga? -pregunta mientras se sienta en el pasto abrazando sus rodillas.
-Estás actuando como una colegiala -le contesto mirando su rostro apenado- Si él ha venido con nosotros desde hace ya 7 años, dudo mucho que falte este año. Además Rukia me dijo que ya dejó de salir con esa tal ¿Sakura? No recuerdo el nombre, la chica que igual es tenista -hablo mientras atornillo la estructura de la tienda de acampar. Alzo la mirada para verlo con una sonrisa de estúpido- Vamos Renji, quita esa sonrisa… -le digo burlándome.
-Lo siento, no puedo evitar ser feliz -su voz se escucha quebrada y su expresión es la de cualquier chico de colegio enamorado por primera vez. No puedo evitar sonreír junto con él.

“Madre, ¿Cuándo me enamoraré así?” Pienso mientras veo a Renji escribiendo en su celular. De seguro es un mensaje para Byakuya.

Rukia y Yumichika no han llegado, Renji está en sentado cerca del lago hablando por teléfono. Se alejó un poco. De seguro sigue hablando con Kuchiki. Así que decido irme a caminar a la parte menos solitaria del lago, donde acampan los demás, veo varios faroles y escucho risas, es un lago grande, así que será una caminata entretenida. Me voy por los senderos hacia el área que no le pertenece a los Kuchiki y las risas se hacen más fuertes, hay familias y grupos de amigos en esa área poniendo sus casas de acampar. Según había dicho Rukia este año habrían juegos artificiales el sábado. Así que la gente se tomó la molestia de venir a pasar el fin de semana aquí.
Me siento en una parte alta del terreno, algo alejado de los demás. Miro a las familias convivir sintiéndome feliz y melancólico con el paisaje. “Si al menos una sola vez hubiese vivido esto con mi familia” suspiró hondo y me volteo a ver el lago ahora iluminado por los faroles de colores que la gente ha puesto. Es hermoso. Me seco unas cuantas lagrimas de felicidad que brotan de mí.

-Eh, Grimmjow, ¿Este no es el niño que se decolora el cabello? -conozco esa voz que interrumpe mis pensamientos.

Volteo y ahí están frente a mí, dos chicos del equipo de americano, uno más de ojos verdes que ya había visto antes en el museo con Grimmjow y detrás de ellos está él, jeans de mezclilla y una playera negra, me mira sorprendido y yo a él.

-Pero si está llorando -dice un chico de cabello corto y rosado, ¿Qué tenía Grimmjow con juntarse con gente extravagante?- Pobre bebé, ¿te botaron? -me mira riendo.
-Deja al chico, Szayelaporro -contesta el pálido de ojos verdes. Vaya nombre que se cargaba, todos unos extravagantes, no me quedaba duda.
-Déjenme en paz -me paro dándoles la espalda.
-Ya lo hiciste enojar -el chico de cabello castaño que Rukia había identificado como Starrk tiempo atrás habló de nuevo- No ves que está sufriendo esa pobre nenita -escucho su voz burlona. Me hirvió la sangre.
-¿Disculpa? -volteo mirándolos con odio, los cuatro chicos se sorprendieron- Dije, disculpa, ¿podrías repetir eso último que dijiste? -empuñé mis manos a mi costado y la expresión burlona del chico desapareció pasando a ser seria y el de cabello rosado sonrío.
-Qué estás sufriendo, ne-ni-ta -escupió con odio.
Le dejé ir un puñetazo a la cara, iba a asestarle con el otro puño uno más pero su puño se adelantó hacia mí tomándome desprevenido e incrustándose en mi quijada. Antes que pudiera responderle Grimmjow me abrazó por delante y el de ojos verdes se paró frente al otro tomándole de la manga de su hoodie.
-Ulquiorra, Szayelaporro, ¿qué tal si llevan a Starrk a armar la casa de campaña? -habla serio Grimmjow quién aún me abrazaba- Yo platicaré con este amable muchacho para que no quiera repetir esto -me miró guiñándome un ojo, su voz se oía seria, pero al darle la espalda a sus amigos solo yo podía ver su sonrisa.
-Yo espero que se repita -dijo Starrk queriendo apartar al chico de cabello negro de él, pero este apretó más el agarre que tenía en su muñeca.
-Yo también -el de cabello rosa habló juguetonamente para ser fulminado por la mirada verde del otro chico- Está bien, está bien, Ulquiorra, era broma -se retractó el chico encongiéndose de hombros y guiñándome.
Los tres chicos se fueron y Grimmjow me soltó.
-Vaya, por ese carácter te metes en problemas -me mira sonriendo. Siento tibio mi pecho.
-¿De qué hablas? -podría sentirme bien viendo su rostro pero seguía enojado por su comportamiento de “te beso y no te hablo por un mes”.
-¿Qué te sucede? -me mira extrañado parándose frente a mí.
-No buscaré pelea con tu amigo, lo entendí, ¿te puedes mover? Quiero pasar -le digo fríamente mirándolo.
-Oye, ¿qué te sucede? En serio. Unos días atrás me dices “te vi y decidí ir tras de ti” y ahora actúas cómo sino me conocieras… -me pregunta indignado. Si antes estaba enojado por haber interrumpido mi momento de paz, ahora lo estaba más gracias a su maldita actitud de patán.
-Grimmjow, eres un imbécil -suelto la frase viéndolo frío y lo noto sorprendido, paso por un costado de él. Avanzo unos pasos y siento que me toma de la muñeca. Lo veo mirarme sombrío.
-¿Disculpa? -me dice con su tono serio y grave. Sentí un hueco en el estómago. Me asustó realmente, sentí cómo si en algún momento fuese a darme un golpe. Tiró de mi muñeca acercándome a él.
-Lo siento -alcancé a decir, estaba nervioso y asustado. Su mirada me intimidaba- Mira, no sé qué quieres de mí y no voy a estar esperando a que me lo digas. Me cansé de tu juego, ¿sabes? El juego de agarrar a un tonto, besarlo, hacerlo cuando quieras, cuando se te agote la diversión por un lado y necesites burlarte de alguien más. Simplemente, ya no quiero seguir jugando -dije serio. Al parecer todo salió de dentro mío de repente, me sentía más aliviado por haberlo dicho.
Me jaló por la cintura hacia él, pero su movimiento brusco solo logró hacerme tropezar y perder el equilibrio, lo jalé por la camisa mientras caía y al estar en una zona algo alta del terreno rodamos un poco, quedando encima de mí. Mirándome con esa sonrisa estúpida y sus ojos felinos. Comienza a besarme, “aquí vamos de nuevo” pienso mientras me dejó hacer por él, me besa y yo solo cierro mis ojos, mete su mano debajo de mi playera acariciándome un poco salvaje y subiendo la intensidad de los besos, no puedo evitar comparar el tacto de Renji, delicado. Quizá soy un masoquista porque su manera de tocarme me hace tener que tragarme los quejidos que está provocando. Me muerde el labio inferior al mismo tiempo que abro los ojos para verlo, me está mirando sonriente, retira su mano de mi playera mientras yo jadeo.
-Explícame sobre ese juego, porque yo no recuerdo haber jugado nada -lanza una pequeña risa.
Yo estoy rojo de pies a cabeza.
-Estúpido -evado su mirada mientras él suspira.
-No eres un juego, tonto -me toma del rostro para obligarme a mirarlo- Nunca jugué contigo -me jala hacia sus labios y me vuelve a besar para soltarme bruscamente- Ven -me llama sentándose a mi lado y extendiéndome una mano para que me siente con él, me siento a su lado.
El lugar nos confiere cierta privacidad ya que estamos detrás de una elevación y frente a nosotros no hay nadie, solo árboles, si volteo un poco puedo ver el lago, pero en este momento no estoy interesado en el lago, tengo toda mi atención en un Grimmjow que no está siento el patán de hormonas alborotadas, el de los últimos dos encuentros.
-Pensé que salías con Renji -mis ojos se abrieron como platos y la escena en el baño encajó por completo- Cuando dijiste que no era así sentí un gran alivio, así no estaría detrás del novio de uno de los mejores jugadores del equipo -me miró, yo sonreí por lo que había dicho de Renji- Es que, habían tantas cosas que me hacían pensar que eran pareja -suspira- En primera, cuando nos dieron los nuevos puestos fuiste una de las primeras personas a las que llamó para celebrar. Al día siguiente, te vi por primera vez, ¿sabes? Dije “maldita sea, ¿por qué ese cabrón tiene que usar esos jeans que le quedan muy bien para venir a la universidad?” Y me iba a acercar, pero el equipo se me acercó y vi que Renji se acercó a ti. Sé de Renji. Sé algunas cosas, lo veo en el Be Yourself a veces, así que supuse que eras algo más que amigo. Además ese idiota siempre habla de ti y de Kuchiki -me miró, yo quería darle un golpe por haberme emparejado con Renji, pero quería seguir escuchándolo así que le sonreí -Después de que te ayudé en el bar, no me atreví a hablarte, pues Renji y Yumichika estaban pendientes de ti. Acompañé a ese tarado a comprarte comida un par de veces y le preguntaba cómo si no me interesara mucho cómo estabas -me sonrío.
-Maldito stalker -pensé en voz alta, él solo me miró y sonrío.
-Cuando lo del museo, carajo, ya no aguantaba más, me mirabas y yo tenía que agarrar fuerzas para no ir y besarte frente a todos. Carajo, te desnudaba con la mirada y tú solo me veías sonriendo -me apeno y volteo a ver a otro lado, yo que sólo confundía las miradas de Grimmjow con altanería- Después el imbécil te llama y pones expresión de alivio, bueno, eso parecía. No pensé en otra cosa -termina de hablar Grimmjow mirando hacia los árboles.
Siento mi pecho cálido y el cuerpo tembloroso, pero aún así caigo frente a los instintos que estaba suprimiendo. Esta vez soy yo quien lo besa, él me responde besándome más salvajemente, me jala del brazo e instintivamente me volteo hacia para hincarme sobre él, tengo una pierna a cada lado de su cuerpo, besándolo, sintiendo como sus brazos me atrapan en un abrazo haciendo presión para abajo. Mete sus manos dentro de mi playera y me acaricia por debajo de esta, comienzo a soltar pequeños gemidos guturales, me quita la camisa, siento la piel arder e imito en él lo que ha hecho conmigo, me pego a él sintiendo el calor de su pecho, mueve sus caderas restregándome su erección. Doy un gemido sordo, que parece haberlo excitado pues gruñe retirando sus labios de los míos para besarme el cuello. Besarme y lamer mi cuello. Me derrito en sus brazos. Siento el calor y latido de mi miembro bajo el pantalón, Grimmjow ha de estar igual o peor que yo; como si me leyera la mente me tira sobre el suelo y desabrocha su cinturón. Comienzo a temblar. Me dedica una mirada, me jala por la hebilla del cinturón y lo desabrocha, toma mi mano y la pone en el botón de su jean. Entiendo sin que él me diga una palabra y lo desabrocho mientras él hace lo mismo conmigo, antes de bajarle el cierre siento como sus ágiles manos ya me han bajado el pantalón y bóxer. Me cubro el rostro con las manos. Estoy prácticamente desnudo bajo él. Escucho su risa.
-Vamos, tranquilo, no nos escucharan -ríe un poco.
Quiero hablar pero estoy mudo, no salen palabras de mi boca. Retiro las manos de mi rostro para ver que Grimmjow ha bajado sus pantalones, su pene está apuntando a mí. Maldita sea “No lo compares con Renji, no lo compares con Renji” rezo en mi mente pero es demasiado tarde, ¿por qué su maldito pene se me hace deseable? No sé qué quiero hacer con él, pero me excita mirarlo.
-Sí me dejas de mirar así, me sería más fácil no querer comerte -me susurra alto sacándome de mis pensamientos.
Se agacha hacia mí y siento su pene rozar con el mío. Estoy temblando. No sé qué hacer. Siento el cuerpo estallarme cuando siento su mano masturbándome. Demonios, lo hace tan bien. Quisiera que siguiera haciéndolo, comienzo a gemir.
-Shhh, hay familias, nos escucharan -me calla poniéndome la mano libre en mi boca.
Pronto su mano desliza un par de dedos dentro de mi boca, por instinto los lamo. Los saca de mi boca y siento una presión debajo de mis testiculos. Estoy hirviendo de deseo, sí, pero no soy idiota, es obvio que si Renji no me decía yo investigaría, en internet para ser más exactos. Este idiota me quiere penetrar, ¿así de fácil? No es un buen lugar para mi primera vez, es más no sé si quiero acaso que lo haga. Lo último no es cierto. Apenas vi su pene apuntándome deseé experimentar la sensación de que me llenara, pero no era el lugar, no ahí, no en el lago, no cerca de las familias.
-¡Quítate! -alcanzo a decir algo agitado. Puedo estar deseando esto pero no es el lugar.
-¿Qué sucede? Nadie nos oirá, no te haré gritar, al menos no mucho -me mira con esa maldita expresión felina y me pone a temblar.
-No -me tiembla la voz- No es el lugar, yo -la voz se me escucha entrecortada, ¡demonios! Soy todo una colegiala- Yo, no, bueno, ya sabes. Esto, esto no lo he hecho -lo miro fijo.
Me mira y sonríe quitando su mano de mi entrada. Se echa a reír.
-¿Qué te da tanta gracia imbécil? -me hace brotar una vena en la frente acabando con el erótico momento y me reincorporo del suelo sentándome.
-¿Imbécil yo? Tú fuiste quien no me dijo, ya decía yo que te veías asustado -se vuelve a reír- ¿Entonces tú nunca has hecho nada de esto? -me mira divertido señalándome a su miembro.
-Idiota -contestó parándome para abrocharme el pantalón.
-Vaya, sí que eres un estuche de monerías -se para detrás de mí- Ven, también puedo ser un caballero -me da un beso en el cuello y juega con el lóbulo de mi oreja- Soy tan caballero que no dejaré que te lleves esa impresión de este momento -me susurra al oído erizándome- Tranquilo -me muerde despacito el hombro.
Me vuelve a desabrochar el pantalón y comienza a masturbarme. Sus manos son expertas, puedo jurar en este momento que cuando yo me toco las sensaciones no son iguales. Mis piernas están temblando.
-Recárgate en mí, no pasa nada -me dice acariciándome con su mano izquierda, mientras con la derecha marcaba un ritmo rápido en mi miembro.
Le obedecí y me apoyé en él, recargando mi cabeza en su hombro izquierdo, tenía los ojos cerrados, gemía bajito, está por explotar, sentía electricidad en mis piernas, bajaban de mi nuca a mi espalda golpes de placer, estaba por venirme. Abrí los ojos y vi la mirada azul de Grimmjow clavada en mí.
-Me encantas, carajo. Tienes las expresiones más lindas de todas -me besó suavemente los labios.
Exploté, di un par de gemidos sonoros y aceleró el movimiento de su mano, apretando mi cintura. Terminé. Él cabrón se las arregló para no mancharse. Sentí un golpe eléctrico cuando puso su pulgar e índice sobre la punta y dio unas pequeñas vueltas, enloquecí y el maldito subió su mano y la pasó por mi boca, metió los dedos en mi boca, dejó su pulgar el cual retiró lento, me dio un beso de lengua largo.
-Tienes buen sabor -me dice riendo.
-Eres un maldito asqueroso -le digo poniendo mi cara de asco y escupiendo, pudo haber sido muy erótico para él pero para mí no. Bueno, al menos no era erótico que él se riera.
-Por cierto, tú teléfono no ha dejado de vibrar -me dice al oído.
-¡Maldita sea! -alcanzo a decir mientras me agacho tomando mi playera para ponérmela y buscar mi celular en la tierra.
Grimmjow se viste con parsimonia. Mirando cada uno de mis movimientos. Reviso mi teléfono viendo que tengo 20 llamadas perdidas en total. Grimmjow me arrebata el teléfono.
-¡Eh! ¿Qué te pasa, idiota? Dame eso -intento quitarle mi teléfono mientras veo que digita sus dedos sobre la pantalla de este. Escucho su celular sonar.
-Ten -me da mi teléfono mientras toma el suyo- Ahora tienes mi numero y yo el tuyo -me sonríe- Ya no tienes excusa para ignorarme.
-¿Eres imbécil o te haces? -lo miro fulminándolo.
-¿Imbécil yo? -me pregunta con voz inocente.
-¡Tú me ignoraste este último mes!
-Tenía que entrenar duro, cariño. La temporada me consumió. Pero ahora ya tampoco tengo excusa, ya podré escuchar tu voz cuando quiera, y quién sabe, tal vez pueda escuchar algo más -casi me desnuda con la mirada.
-Tonto -alcanzo a decir avergonzado.
-Vaya, pasé de ser imbécil e idiota a tonto, es lo más lindo que me ha pasado desde que te conocí -me besa la mejilla- Tus amigos te deben de estar buscando. Supongo que irás a verlos, dejaremos pendiente esto -se acerca más a mi y me da un beso en los labios -Nos vemos -me hace ademán de despedida.
Supongo que no soy bueno para despedirme o simplemente no asimilé lo que sucedía por que me quedé mudo viendo cómo me sonreía para perderse entre las tiendas de acampar.
Caminé lento hacia donde estaban los chicos. Llegué y los vi alrededor de la fogata improvisada con bombones como todos unos niños pequeños.
-¡Eh, Ichigo! ¿Dónde te habías metido? -me pregunta Rukia dándome un gancho al estómago, su tamaño la hacía perfecta para eso- Eres un tarado, contesta tu teléfono cuando te llamemos, me preocupaste -me abrazo después de eso. Me dolía realmente, es fuerte.
-¿Por qué estás tan sucio? -me pregunta Yumichika mientras le da una mordida a su bombón- Y sudado… -agrega y me alza una ceja. Me ruboricé en seguida.
-Me topé con ciertas personas, supongo que se enterarán los dos después -miré a Renji y a Yumichika.

-¿Con quién? -preguntó Renji acercándose a mí. 

-El tipo estúpido de su equipo me quiso matar -dije resoplando.
-¿Grimmjow? -preguntó Yumichika mirándome serio y dedicándole una mirada de complicidad a Renji. De seguro Renji ya le había contado.
-No. Fue Starrk.
-Siempre ha sido un idiota -dijo Rukia- No me sorprende que Jaegerjaquez se junte con él… es un tarado para juntarse con personas así -se cruzó de brazos.
-De hecho, él y el chico Ulquiorra nos separaron -me rasque la cabeza riendo nervioso.
-Vaya, Ichigo, desapareces un momento y te quieren golpear, ya no me sentiré mal por lo qué pasó en el bar -me dijo Yumichika volteándose a la fogata para poner otro bombón.
Rukia y Renji rieron, y me senté con ellos a poner malvaviscos en el fuego, nos reímos un poco, y la noche se pasó entre anécdotas e historias. Renji me miraba por momentos, yo solo le decía que todo estaba bien. ¿Y cómo no estarlo? Supongo que di un paso extraño y positivo con Grimmjow.

Pensaba en nuestro extraño encuentro cuando sonó mi teléfono, un mensaje de un número no agregado:
“Descansa bien, que te quiero ver mañana”.
No podía ser nadie más, “este idiota” pensé sonriendo y sentí calor en mi pecho.

Me gusta mucho, me gusta realmente.

 


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