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¡Arriba panteras! por Batnube

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Notas del capitulo:

Holaaa

lamento no haber corregido los errores del cap anterior :( ya lo haré (; 

Pues aquí continuando con la historia.

Gracias por leer <3

Valen mil !

Escucho a lo lejos hablar a los chicos. Había reunión en el bar de nuevo. Todos se veían muy entrados en la plática y cómo era de costumbre yo solo estaba fingiendo escuchar y estar ahí.
Viernes en la noche y han pasado dos semanas desde el viaje al lago y no podía quitar de mi mente la noche ese sábado. Grimmjow tomándome la mano y yo apoyado en su hombro. Fue realmente especial. Pero, el maldito solo me ha mandado mensajes desde ese día, no me ha invitado a salir o algo más. Últimamente Renji es más abierto conmigo en cuanto a su relación con Byakuya y he de aceptar que me pone celoso saber que se llaman todas las noches, y cuando no pueden en la mañana del día siguiente lo primero que hacen es oír la voz del otro. No puedo mentir, lo intenté llamar, pero, no pude tocar el botón de llamada, me congelaba al intentar hacerlo. Suspiré hondo llamando la atención de Yumichika, quien se veía realmente bien esa noche. Su cabello amarrado, su rostro con piel de porcelana, en fin. Sí que se esforzaba por verse bien cuando sabía que en la reunión se encontraría con Ikkaku.
—Eh, Ichigo, ¿sabes que estaría bien? Venir con nosotros a la fiesta, no siempre es cumpleaños de un amigo —se encogió de hombros para después dar un trago de su cerveza— Mira, estaremos un rato ahí y luego si no te agrada te regresas a casa conmigo, mañana tengo una práctica de laboratorio, no quiero llegar con resaca —me sonríe amablemente.
—La verdad, no sé, no tengo ganas de esas cosas, ya sabes —lo miro haciendo un gesto de “tú lo sabes”.
—¿Ya sé qué? —me alza una ceja— Idiota, si te encuentras a Grimmjow en la fiesta tienes dos opciones: pasas tiempo con él o ya lo mandas a volar. No puedes estar así, al principio pensé que estaba bien, pero es un tarado al estar tan ambiguo hacia ti. Así que vamos, te la pasarás bien, seré tu compañero de baile cuando las cosas se pongan tensas y te arrastraré a la pista. Promesa —me mira con una sonrisa auténtica y acepto inmediatamente. Confío en mis amigos realmente.

Acompañé a los chicos a la sala privada de un antro muy alejado de la Ciudad Universitaria, estaba teniendo mucho auge, “The Sphinx”, la estructura era una pirámide, aunque por dentro era moderno, luces de neón, una pista en medio, de dos pisos, el segundo alrededor de la pista, para que pudieras ver lo que pasaba en ella desde las barandas. Por la hora que llegamos —doce de la noche— estaba a dos tercios de su capacidad el lugar, pasamos con dificultad siguiendo a Hisagi entre la multitud, todos iban haciendo bromas y riéndose de simplicidades, ya iban algo ebrios. Renji estaba sobrio, como yo, así que me pegue un poco a él, éramos quiénes aún estaban conscientes de ese grupo.
Llegamos a la sala privada en la segunda planta, tenía un pared de cristal que daba hacia la pista, un montón de sillas y mesas lounge, era obvio que nuestro grupo de amigos no lo llenaba, así que esperábamos más gente, me ofrecí a preparar unas bebidas, las idas al Yourself estaban rindiendo frutos ya que del bartender había aprendido uno que otro preparado. Al poco tiempo llegaron Rukia, Matsumoto y Momo con sus respectivos acompañantes, Renji solo hizo un par de comentarios de Kaien, algo negativos, pero de verdad que Kaien se ganaba a quiénes lo rodean, ya no me era tan molesto verlo con Rukia después de ver lo mucho que la molestaba, es más, podría decir que veo una combinación de Renji y mía en él. Llegaron más personas que no conocía o sabía quienes eran por la escuela, más no había tenido alguna vez una conversación con ellos. La música electrónica estaba sonando muy fuerte, yo estaba en mi papel, preparando bebidas, me sentía popular en ese momento.
Comenzó a sonar una canción un poco vieja. Una y media de la mañana, vi en mi teléfono. “Let’s dance in style, let’s dance for a while” comienzo a tararear mientras se me ocurre prepararme, después de tantos, un shot para mí. Tomo de un sorbo, cerrando los ojos por el ardor que sentí en mi garganta. Los abro y en sincronía con el tono de la canción lo veo entrar, como si el destino así lo quisiera, en un espacio vacío frente a nosotros, podía verlo de pies a cabeza, jeans ajustados, camisa negra a tres cuartos, una sonrisa pícara a juego y su cabello peinado de manera desordenada intencional. Ahí estaba él mirándome. Sus ojos azules, penetrándome directo al alma, cómo si buscaran algo más en mí. Me congelo. Me siento muy torpe ¿así se siente que realmente te guste alguien o es solo residuos de torpeza de adolescente? Pasan unas chicas en medio de ambos, perdiéndolo de vista por un momento, segundos necesarios para no verlo parado en la entrada de nuevo. Me sirvo otro shot para tomarlo en seco.
—Vaya, no se puede bailar con esta canción —me dice Yumichika suspirando delante de mí en la barra.
—¿Qué te molesta? —lo miró alzando una ceja mientras hace un gesto de incomodidad.
—Esa maldita rubia lo está acaparando —lloriquea como un niño frente a mí haciéndome reír— Quisiera quemar viva a la maldita —me pone una sonrisa sarcástica para volver a lloriquear— ¡Ichigo, era mi noche, me veo súper bien! —me dice con gesto exagerado de tristeza, es obvio que me causa una que otra risa.
—Ya, ya, tranquilo, deja de hacer tanto drama —echo un vistazo solo para cerciorarme que quizá solo imagine ver a Grimmjow por ahí. Suspiro— Ven, vamos a bailar —le digo saliendo por el costado de la barra.
—Pero —lo veo sonrojarse— Todos están aquí, sería muy incómodo —me dice desviando la mirada. No recordaba lo importante que es para Yumichika mantener esa imagen frente a todos. Su sexualidad es cómo un secreto a voces.
—No, tonto, vamos abajo —le digo señalando con la mirada mientras se lo piensa un poco para pocos segundos después decirme que sí y encaminarse a la salida del privado.
Nos tenemos que pasar muy pegados a los demás, ya que estaba muy lleno el lugar, la pista era realmente grande y poblada de gente, nos perdíamos entre la gente y yo disfrutaba la música, habían puesto esas canciones movidas de los 80’s, las icónicas, no eran mucho del agrado de Yumichika pero si de bailar se trataba se le olvidaba si le gustaban o no y se concentraba en sentir el ritmo, nos reíamos y bailábamos, a cierta distancia claro, Yumichika era de los que gustaban de acercarse mucho, así que siempre cuidaba en mantener la distancia.
Nos movíamos por la pista, tomé a Yumichika para darle una vuelta, pero estaba tan en su papel que chocó contra una de las personas que estaba bailando.
—Lo siento —dice Yumichika hacia el tipo que estaba de espaldas.
—No hay problema —reconocemos la voz enseguida Yumichika y yo, es Hisagi, quien se hace a un lado y veo a Renji a un lado de él tomando de un tarro.
—¿Qué haces acá abajo? —pregunta Yumichika.
—De repente se llenó de gente que no conozco y pues bajé con Renji a llevar a Izuru a un taxi ya que estaba muerto —nos hace un gesto como diciendo “fulminado”— Y nos encontramos a unos cuantos de la clase acá abajo y pues, por eso no regresé, esa es la razón por la que estamos bailando con ellos.
—¿Esa canción es súper vieja no? —pregunta Renji a penas cambian el tono— ¿Piensan que somos ancianos? —se ríe, habían puesto una canción realmente antiquísima, “September”, que para mi mal me la sabía y sabía bailarla gracias a mi papá— Ba de ya, say do you remember —comenzó Renji ya alcoholizado a bailar moviendo las caderas.
—Al carajo —escuché decir a Hisagi imitando a Renji y moviendo sus caderas de un lado al otro, Yumichika y yo nos reímos.
—Pues al carajo, también —dije moviéndome de un lado al otro, era momento de sacar en la pista los pasos que el viejo me mostraba.
Comencé a dar pasos mientras aplaudía al ritmo de la música. Uno a un lado otro atrás, a un costado, uno que otro giro, y cuando me di cuenta la coreografía que estaba haciendo me había dejado en medio de la pista, me rodeaban todos mirándome y aplaudiendo, sin quererlo estaba llamando la atención. Seguí bailando y en cuanto la canción se iba apagando escuché aplausos y gente decir que bailaba bien, estaba súper avergonzado, pero se sentía bien. Veía que mis amigos se reían, siguió la canción “YMCA”, esta todos se la sabían. Y el círculo vacío que había a mi alrededor se llenó en seguida.
Estaba disfrutando el momento, bailando. Los gustos musicales del viejo dieron fruto hasta esta noche. Mientras cantaba el coro alguien me tomó del brazo desde mis espaldas, estaba a punto de decir cualquier estupidez que se viniera a mi mente cuando noté su mirada y sonrisa. Su cabello azul bajo esa luz se veía increíble. Sonreí al verlo.
—Sí que sabes llamar la atención —me dice al oído atrayéndome a él. Me pongo rojo.
—¿Crees que lo pudiste hacer mejor que yo? —le alzo una ceja mientras muevo mis hombros y caderas al ritmo de “Night Fever”.
Se empieza a reír y me sigue el ritmo. Bailamos como media hora sin decirnos una sola palabra. Las luces se atenuaron y comenzó a sonar “Endless Love” las personas a nuestro alrededor resoplaron con molestia, me reí y miré a Grimmjow divertido. Quién se acercó a mí tomándome de la cintura dando pasos de vals conmigo. Yo estaba inmóvil, sonrojado por su atrevimiento.
—Solo a ustedes se les ocurre venir a festejar el día que hacen memoria de todas las décadas —me dice guiándome, balanceándonos de un lado a otro con una sonrisa.
—Yo no quería venir —le digo mirando al suelo pues si algo era cierto, no quería tener que verlo.
—Ya veo —me dice pegándome un poco más él y yo puse mi cabeza en su hombro. Esos centímetros que me sacaba nos estaban yendo bien en ese momento. El silencio se apoderó de nosotros.
La música había saltado de nuevo a los 80’s con esa canción y dio otro salto a los 90’s con las canciones pop electrónico de esa época, todos se soltaron para seguir bailando, Grimmjow y yo permanecimos pegados el uno al otro por un momento más.
—¿Por qué no me dijiste que vendrías? —le pregunto separándome de él.
—Sabía que vendrías —se encoge de hombros.
No sé qué contestarle. La estaba pasando realmente bien hasta que llegó. Su desinterés en su respuesta me enojaba realmente. Intentaba no poner gesto alguno pero realmente me estaba enojando.
—Ichigo —me llamó en voz alta para poder ser audible entre la multitud— No soy muy bueno en esto —me mira para hacerme notar que está siendo serio— Me siento atraído por ti realmente y no sé cómo hacer las cosas bien, nunca había pasado por esto. Carajo. Es decir, nunca había querido tener algo formal, ya sabes… bueno, algo así, no estoy diciendo que sea formal, pero, sí quiero que sea formal, ¿eh? O sea, no así de formal, súper formal ¿sabes? No, no sabes, porque ni yo me entendí —suspira derrotado mirándome, yo sonrío divertido por su torpeza— Ichigo, solo quiero que esto sea algo bien…
Antes de que siga hablando lo beso, ¿de dónde viene toda esa inhibición? De los dos shots, la música y el ambiente tal vez. Me cuelgo de su cuello y lo veo mirarme sorprendido para recuperar la compostura en seguida.
—Maldita sea, Ichigo —me mira con una sonrisa pícara— No creo que a tus amigos les moleste perderte esta noche —me toma de la muñeca para arrastrarme fuera del lugar empujando un poco brusco a la gente.
Una vez fuera del lugar me arrastró a su auto. Comenzamos a besarnos a penas nos acercamos al coche aprovechando la oscuridad del estacionamiento, sus manos estaban en mi cadera pegándome a él y mis brazos alrededor de su cuello. Despegó una mano de mí para sacarse las llaves del automóvil del bolsillo.
—Tienes unos pocos segundos para decidir —habla con sus labios aún pegados a los míos para seguir besándome y escuchó como se levantan los seguros de las puertas del deportivo. Como puedo sin dejar de besarlo tanteo la manija de la puerta y la abro— Así me gusta —ruge mordiéndome el labio inferior y entro al coche sentándome en el asiento del copiloto y él se inclina dentro del coche para darme un beso más y cerrar la puerta. Lo veo caminar rodeando el coche para subirse del otro lado.
Sin decir más me besa en seguida, esta vez más agresivo, tomando el rostro con una mano y rodeándome la cintura pegándome a él más. El aire se nos acaba y la posición era incómoda, pero sus besos rudos y húmedos podían más.
—Inútil, esto es incómodo —le digo una vez que nos soltamos para tomar aire.
—Eso lo arreglamos ahorita —prende el coche en seguida, sale un poco lento del estacionamiento para tomar velocidad una vez que tomamos la avenida.
—¿A dónde vamos? —pregunto viendo cómo toma con rapidez atajos, era claro que él sabía a dónde iba.
—Ya verás —guiña su ojo y me dedica una sonrisa pícara.
—¿No me dirás?
—No seas aguafiestas —dice sonriendo mientras mira el camino.
En cuestión de pocos minutos estábamos en una parte de la ciudad con casas muy bonitas, se notaba la posición económica de los dueños de las mansiones, nos paramos frente a una, apretando un botón del llavero que tiene la llave de su auto, se abre el garage de la casa, dejando ver otro deportivo como el de Grimmjow pero en verde y dos sedán del año. Frente a los automóviles hay un patio lleno de plantas y césped con un camino hacia lo que creo es la puerta principal de la casa.
—¿Dónde estamos? —pregunto viéndolo extrañado
—En mi casa —me da un beso en la frente bajando y rodeando el coche para abrirme la puerta y darme la mano.
Tomo su mano y me pega a él para besarme, esta vez los besos se ponen más bruscos, mete sus manos dentro de mi camisa, besa mi cuello, besitos lentos y bonitos, y comienzo a gemir bajito. Hasta que se acerca a mi lóbulo para besar a bajo y luego darle una mordida. Mi gemido es sonoro.
—Grimmjow —habló bajito intentando no seguir gimiendo— Nos van a escuchar —estoy apenado viendo al suelo.
—Tranquilo —me toma del mentón y me alza la cara confrontado su mirada— No hay nadie, estamos los dos solos —me sonríe pícaramente y me levanta, me carga poniéndome en su hombro.
—¡Inútil, bájame! —grito golpeando su espalda.
—Ya, ya, te llevaré a mi habitación, tranquilízate.
—Idiota, ¿cómo sabes que no hay nadie? —le pregunto dejándome llevar por él hacia la entrada de la casa.
—Se fueron con Aizen —contesta abriendo la puerta y cerrándola tras de sí— Está cerca mi cuarto, ya no patalees tanto —se ríe.
—¿Aizen? —alzo una ceja.
—¿Hmm? —lo escucho— Subir escaleras con peso muerto me hará tener mejores brazos. Deberíamos hacer esto en vez de ir al gimnasio —me dice riendo.
—¡Idiota! No me vayas a tirar o te rompo la cabeza contra el suelo —le replico mientras veo cómo va subiendo las escaleras de precioso acabado de madera dejando atrás una sala realmente elegante— No me has contestado… tonto —digo recordando porque el nombre de Aizen se me hacía conocido.
—Mi padrastro, Aizen, pensé que sabrías —me dice pasando del primer piso de la casa yendo al segundo.
—¿Por qué habría de saber eso? No soy stalker cómo tú —contesto con molestia y el se ríe.
—La razón por la que conozco a Rukia y a Byakuya es esa, soy su vecino, vivo frente a su casa… vamos, ¿cómo no puedes conocer a Aizen, tonto? A parte de ser vecino de los Kuchiki es uno de los mayores inversores en la universidad.
—¡Es cierto! —exclamo refrescando mi mente— Byakuya siempre habla de lo maldito que es Aizen para los negocios —mi comentario lo hace reír.
—Sí, es un maldito, pero no tanto —contesta mientras entramos la primera habitación del pasillo al costado de las escaleras— Bienvenido —me dice soltándome en la cama— De verdad que pesas ¿eh? —se talla los hombros y la espalda.
—¡No peso tanto, tarado! —me cruzo de brazos observando la habitación y verlo sonreírme, ¡Momento! La habitación de Grimmjow… estoy en su habitación; me ruborizo. Es realmente grande. Tan grande como para tener un frigobar, un sillón en escuadra y una pantalla en una sección de su habitación. A un costado de la puerta de entrada hay una vitrina con trofeos y fotos. Frente a la cama hay un acuario que ocupa casi toda la pared hasta llegar puerta que imagino que es el baño de la habitación— Tu habitación está más grande que toda mi maldita facultad —digo bromeando mientras él suelta una carcajada.
—Ven aquí —se sienta a un costado mío en la cama para besarme. Nuestros besos son torpes porque estoy nervioso, pero aún así no puedo evitar no disfrutar el momento. Me pego a él abrazándolo y el me pega a él tomándolo de la cintura, siento su lengua jugar con la mía, acariciándome lentamente, se despega de mis labios para bajar a mi cuello y besarme, arrancándome gemidos sordos, continúa besándome hasta llegar al cuello de mi camisa. Nos miramos un momento y entendiéndonos comienzo a desabotonar su camisa y él la mía, mis movimientos son torpes y el me interrumpe para quitarme la camisa, y terminar de quitarse la suya. Nos seguimos besando y se recuesta encima de mí, siento su calor corporal invadirme, embriagándome con su perfume ya fusionado a su olor corporal, besa mi cuello bajando a mis clavículas yendo más abajo, como si besarme fuera el mejor trabajo del mundo. Llega con sus labios a la orilla de mi pantalón, desabrochando mi cinturón primero, y luego el botón de este, sube de nuevo a mis labios y con sus manos baja mi pantalón. ¿Mal día para haberme puesto mi bóxer azul? Creo que sí, miró su expresión y me cubro el rostro con las manos.
—Combinas con mi cabello —me susurra despacio al oído mientras siento como encima de mí se desabrocha sus jeans y los baja, junto a su ropa interior. Me quita las manos del rostro y me da un tierno beso en los labios.
Me arranca la ropa interior y se dirige hacia abajo. Mi erección estaba rogando ese momento de volver a sentir su tacto, aún besándome siento su mano deslizarse a todo lo largo de mi miembro, comienzo a gemir. Siento como juega con mis testículos y de nuevo el movimiento a lo largo, sigo gimiendo.
—Ayúdame —me dice subiendo su mano de mi entrepierna a mi boca y metiendo dos dedos a mi boca. Por instinto los ensalivo, sé que hará, y estoy tan sensible que el menor tacto me hace gemir, un dedo se dirige a mi entrada, siento como hace presión, hasta que entra, gimo alto— Tranquilo —me gruñe al oído, siento su dedo hacer círculos dentro de mí, me comienzo a acostumbrar pasando un poco el dolor, comienzo a sentir una rica sensación, siento como otro dedo entra y vuelvo a gemir, los dos dedos se hacen espacio dentro de mí, el dolor se desvanece más rápido esta vez, sus besos se concentran en mi cuello y oreja, distrayéndome de lo que está pasando abajo— Ven —se para frente a mí abriéndome más piernas, me jala más a la orilla de la cama, la sola imagen de Grimmjow desnudo frente a mí observando su cuerpo atlético algo sudado y pene apuntándome me hace excitar mucho, lo veo estirarse hacia su mesa de noche y sacar un condón, el cual abre con sus dientes, y se lo pone rápidamente. Gimo al sentirlo acomodarse inclinándose sobre mí— Respira hondo, la molestia se pasará —se apoya encima de mí, subiendo mis piernas sus hombros.
Respiro hondo y comienzo a sentirlo, primero la punta. Gimo de dolor. Mientras el me besa las piernas que abrazan su cuello, se introduce un poco más y el dolor no se calma, suspiro más hondo, intento no quejarme mientras siento que se introduce aún más. Mis ojos están llorosos y siento lágrimas caer por mis mejillas. Me cubro el rostro para que él no lo vea.
—Ichigo —lo escuchó rugir— Te sientes delicioso…
Siento como entra un poco más para salir otro poco y comenzar con un vaivén de caderas, mis quejidos altos pasan a ser poco a poco gemidos, el dolor y ardor comienza a pasar, siento que mi cuerpo se está derritiendo, el placer que dejó el dolor vale la pena, comienzo a gemir más fuerte, Grimmjow, se inclina hacia a mí y yo lo abrazo, gimiendo y besando su cuello, se reincorpora conmigo abrazado a él, me toma de las caderas subiendo y bajándome, mis piernas agarradas a él lo ayudan con el movimiento, es realmente delicioso lo que siento, entre esos movimientos siento que su pene entra un poco más a mí y alcanza cierto punto dentro de mí que me hace vibrar.
—Más, más —inconscientemente le suplicó a Grimmjow por más de esa sensación, puedo ver su sonrisa mientras me vuelve a dejar en la cama y sale de mí— Maldita sea, Grimmjow, ¿por qué te saliste? —reclamo sintiéndome vacío.
—Qué agresivo, cariño —me contesta con su sonrisa lasciva, para tomarme por la cintura y ponerme boca abajo en la cama subiendo mis caderas. Siento un par de nalgadas que me hacen gemir— Te daré lo que me estás pidiendo —siento sus manos tomarme de la cadera para empujarme hacia atrás, siendo penetrado de nuevo. Lanzo un gemido ruidoso.
Las embestidas se vuelven más fuertes, se siente realmente bien. Siento como cada vez se vuelven más profundas y no puedo dejar de gemir. De nuevo ha llegado a ese punto dentro de mí que me está haciendo ver las estrellas del placer que siento.
—Más, más, por favor… —le suplico a Grimmjow volteándolo a ver. Y lo que veo es la mejor fantasía erótica de todas.
Ahí estaba ese hombre fornido, alto, de cabello indomable, sudado complemente, mordiéndose el labio inferior, tomándome de la cadera con los ojos cerrados disfrutando del momento.
Y termino, en ese momento el orgasmo me invade, sintiendo como mi cuerpo palpita y apresa su miembro dentro de mí, a los pocos segundos lo escucho gemir en un gruñido sensual.
—Maldición, Ichigo, qué rico te sientes —me alza hacia él para darme un beso en los labios y salir lentamente de mí.
Un dolor me punza en la espalda baja y me tiró sobre el colchón.
—Carajo, cómo duele —le digo mientras estoy boca abajo aguantándome las lágrimas. Siento cómo se deja caer Grimmjow a mi lado acostándose detrás de mí.
—Ven aquí —me dice besándome la parte trasera del cuello.
—Idiota —le digo volteándome hacia él quejándome mientras lo hago.
—Espera aquí —me besa los labios y se para saliendo rápido de la habitación, aún sin ropa.
Me quedo en el silencio y oscuridad de la habitación de Grimmjow, me acomodo en el medio de su cama sintiendo su aroma en las sábanas y almohadones. Se me dibuja una sonrisa. Demonios, es lo más placentero que he experimentado en mucho tiempo, me acomodo de tal manera que veo las fotos qué hay en la mesa de noche de donde había sacado los condones. Son fotos de él junto al chico pálido de ojos verdes, otra con Aizen donde se ve más niño y enojado, como si lo acabaran de regañar y una más con otra chica desconocida, una chica morena voluptuosa de cabello color agua y ojos aceitunados sonreía mirándolo mientras lo abrazada y el ponía su cara de asco. Su mueca de desagrado. Hay tantas cosas que no sé de él, abrazo una de sus almohadas, cuando escucho la puerta abrirse de golpe.
—Encontré unas aspirinas —me las extiende con un vaso de agua— Tómalas, no quiero parecer un patán —sacude las pastillas frente a mí y las agarro tomándomelas— Me avisas cuando estes listo para la siguiente ronda —se acuesta a mi lado riendo.
—Idiota, ni siquiera sé si me podré parar, acabas de atravesarme el jodido culo —parece que mis palabras le causaron gracia pues sus carcajadas son ruidosas.
—Ya, ya, tranquilo, era broma —me pega a él— Eres maravilloso, ¿sabías? —se ríe dándome un beso.
—Grimmjow —lo miró directamente— ¿Será cómo en el lago?
—¿Cómo? —me mira desconcertado.
—¿Obtendrás algo de mí y después desaparecerás? —miro como su rostro cambia de una sonrisa a una mirada sombría.
—No es así.
—¿Entonces, cómo? Es que, apareces me das algo de que quedarme esperanzando y de ahí nada.
—Ichigo…
—No me digas que no te da tiempo mandarme un puñetero mensaje —lo miró separándome del abrazo en el que estábamos.
—Creí que necesitabas espacio, estar en lo tuyo y así, sabía que irías a lo de Hisagi por eso ya no me molesté en preguntarte, aunque sea por mensaje. Ya te dije que soy malo con esto, carajo —me mira fijo.
—¿Malo? Eres pésimo —le digo con un poquito de coraje contenido.
—Es la primera vez que quiero tener una relación, no sé cómo se hace —me gruñe.
—¡También la mía, pero sé qué hay cosas que no deben ser así!
—No deberías decirme qué no debo hacer si no tú lo sabes
—Eres un idiota —entorno lo ojos.
—Tonto —me mira fijo.
—¡Maldito seas! —suspiro hondo mirando sus hermosos ojos azules y lo beso. En seguida suelta una carcajada y me jala de nuevo hacia él.
—Ya deja de pelear y bésame —y eso hago. Lo beso— Las citas entre semana se me harán muy difíciles —suspira— A diferencia de tus amigos yo si entreno diario, de lunes a sábado —habla con tono de superioridad— En este momento para Aizen y para mí es importante pues podría quedar seleccionado para los equipos oficiales, no puedo parar ahora, quiero lograrlo —sus ojos se llenan de brillo y no puedo hacer otra cosa que admirarlo— Pero eso no nos exenta de buscar un tiempo para vernos, es decir, podrías ir a verme entrenar —su altanería y poca modestia me causaban gracia— ¿De qué te burlas? —me mira— Te va a encantar verme, te veré ahí presumiéndome “Ese es mi chico, no solo me hace gritar en la cama de la emoción, también cuando juega” —Grimmjow se comienza a reír y yo solo entorno los ojos para reírme después.
—Tampoco creo verte entre semana —le guiño el ojo— Entreno con Rukia y tengo actividades extracurriculares para créditos extra —le sonrío encogiéndome de hombros.
—Nos acomodaremos, ya verás —me besa la frente.
—Oye, Ichigo, ¿ya te sientes mejor? —me toma suavemente el rostro y yo siento mariposas en mi estómago por sus atenciones.
—Sí un poco —lo miro sintiendo como me besa de nuevo y me pega a él. Siento su miembro ponerse duro de nuevo y cómo me pega más a él— ¡Idiota, ¿qué te pasa?! —lo alejo de mí y borro el sentimiento romántico de hace un momento.
—Dijiste que ya te sentías mejor, quería otro round —me dice riendo.
—Estúpido —me besa suavemente.
Y lo que resta de la madrugada se nos va en pláticas y conocernos aunque sea superficialmente uno al otro, enredados en un abrazo hasta quedarnos dormidos.
Supe que Grimmjow fue adoptado por Aizen cuando era pequeño junto a Ulquiorra, que Starrk, Szayelaporro y otros chicos son parte de una fundación que tiene Aizen para darle la oportunidad de estudiar universidad a chicos realmente destacados, aunque a mí me parecían buscapleitos, también supe que la razón por la que se fueron los demás con Aizen era porque había junta de la fundación de los chicos que apoya Aizen, así que Grimmjow tenía total libertad de la casa por ese fin de semana. Porque aunque no me lo dijera, le tiene cierto miedo y respeto a Aizen.
La mañana nos llegó a los dos enredados en la cama. Grimmjow me despertó a besos suaves, y una cosa llegó a otra, cómo él quería que sucediera.
Así que aquí estoy, arrodillado frente a las piernas abiertas de Grimmjow mirándolo a los ojos mientras me introduzco su pene a la boca y lo veo gruñir.
—Así, cariño, lento, lento —jadea mientras sigo sus instrucciones.
Primero paso la lengua por todo el largo de su miembro para concentrarme en la punta, no sé hacer esto pero estoy concentrado viendo las respuestas que tiene a mi lengua.
—Carajo, Ichigo, deja de mirarme así —le guiño un ojo y brama— Ven para acá, ya luego te enseñaré a hacerlo —me toma del brazo alzándome, me voltea para que le de la espalda— Agáchate —lo obedezco enseguida.
Siento como juega de nuevo con mi entrada, estoy algo adolorido pero las sensaciones de placer me llegaron más rápido que la primera vez. Mete tres dedos a mi boca los cuales chupo y los mete moviéndolos sin pudor, comienzo a gemir enseguida. Se sienta en la orilla de la cama y me jala hacia él, me siento en su regazo dándole la espalda, siento como lentamente me penetra, comienzo a gemir y poco a poco va agarrando ritmo, hasta que siento como aumenta de intensidad el ritmo. Suena su teléfono. Grimmjow sigue penetrándome y yo gimiendo. El teléfono no deja de sonar. Grimmjow, sale de mí, doy un quejido, y contesta.
—Pospuse el entrenamiento a las 12, maldita sea —lo escucho decir fastidiado.
—No, estúpido, no te llamo por eso, ¿Ichigo está contigo? —escucho la voz de Renji debido a la tranquilidad del lugar y el volumen del teléfono de Grimmjow, abro los ojos por la pregunta— Se supone que regresaría conmigo o Yumichika pero no supimos de él. Tampoco contesta su teléfono, nunca se va sin avisar —me dirijo inmediatamente a mi teléfono celular que aún está dentro de mi pantalón viendo llamadas perdidas de él y Yumichika. Demonios, mi costumbre de tener el teléfono en modo silencio. Grimmjow me mira esperando mi aprobación para contestarle a Renji y asiento con la cabeza mirando mi teléfono.
—Está durmiendo en mi sofá, lo despertaré y le diré que lo estás buscando. Te veo a las 12 —Grimmjow cuelga sin esperar la respuesta de Renji, me mira cómo esperando algo.
—¿En tu sofá? —alzo una ceja caminando hacia él, que se ha sentado en el sofá en escuadra de la pequeña sala de televisión de su habitación.
—Ahora estás aquí, ¿no? —me toma de la mano empujándome hacia él, me subo sobre él poniendo una pierna a cada lado de su cuerpo y mirándolo fijo— No creas que ya terminé, cariño —me besa de nuevo con ansias.
Aprieta mi cadera hacia abajo y me mueve sobre su miembro, su roce me es exquisito, siento electricidad en cada fibra de mi cuerpo, enredo mis brazos a su cuello y alzo las caderas, él entiende el movimiento, mete un par de dedos a mi boca, los cuales ensalivo y los dirige a mí, entra suave con uno dando movimientos circulares mientras lo desliza más adentro, una vez que lo cree conveniente mete el otro dedo haciendo lo mismo, yo me aferro a su cuello abrazándolo, con mi cabeza en su hombro, gimiéndole despacito casi al oído. Estoy sonrojado y mis ojos vidriosos.
—Vaya, qué rápido te acostumbraste, ¿seguro que es tu primera vez? —me voltea a ver sonriéndome lascivamente, pero noto que cambia a un gesto sorprendido, para luego verme de nuevo con gesto de lujuria— Deberías verte, eres el rostro de la palabra excitación —sonríe besándome.
—Imbécil —alcanzo a decir haciendo que introdujera más sus dedos hacia a mí y los moviera más rápido. Lancé un gemido alto de mezcla de dolor y placer.
—¿Qué dijiste? —me pregunta moviendo sus dedos.
—Que eres un idiota —contesto algo resentido por sus movimientos bruscos.
—Haré que cambies de opinión —me despega de él para mostrarme una mirada que puedo jurar era demasiado perversa para describirse. Saca sus dedos de mí, me tira boca abajo contra el sofá poniéndose frente a uno de los descansa brazos de este y jalándome de la cadera hacia él.
—¿Qué estás haciendo, inútil? —le pregunto mientras siento como abre mis piernas. Intento alzarme como si fuese a hacer una plancha, pero mis brazos y la inestabilidad del cojín del sofá me juegan una mala pasada y caigo sobre mi pecho contra el sofá.
—Así estás perfecto —apoya una de sus manos en mi espalda baja arqueándome más, ya que mi pelvis estaba sobre el descansa brazos, me apenaba completamente imaginar la vista que le estaba dando a Grimmjow.
Sentí cómo me penetró lento hasta que sentí su pelvis contra mis muslos, casi podía sentir sus testículos rozándome. Se quedó unos instantes ahí. El ardor y dolor estaban pasando. Se deslizó hacia afuera lentamente y repitió el volver a introducirse, gemí sonoro, repitió la acción unas veces más hasta que entendió que mis gemidos eran de placer, pues comenzó a moverme más rápido. No puedo dejar de gemir. Es delicioso, acompasa su ritmo con mis gemidos y aumenta la fuerza con la que entra. Siento que roza en un sitio que me hace ver las estrellas, siento como si millones de corrientes eléctricas me atravesaran, mi cuerpo se tensa. Y sé que Grimmjow lo siente, puesta está rugiendo cada vez que entra.
—Maldición Kurosaki, estás bien apretado —me da una fuerte nalgada y gimo alto.
—Así, así como lo estás haciendo —con la voz entrecortada le pido que continúe con ese ritmo.
—Retráctate o no seguiré —me dice bajando la velocidad de sus estocadas, gruño bajito.
—¡Carajo! Sigue por favor —comienzo a mover las caderas buscando más contacto entre los dos.
—Estás aprendiendo muy bien —me dice apoyando sus manos en mis nalgas abriéndolas— Vamos, Ichigo, síguete moviendo, quiero verte —siento como para totalmente, estoy demasiado excitado, así que sin pensarlo dos veces sigo moviendo mi cadera de atrás adelante, penetrándome yo solo— ¿No vas a cambiar de opinión? —siento su mano aporrearse en mi muslo izquierdo, me deja la piel ardiendo. Gruño por el golpe— Dilo, cariño —me aprieta de nuevo una nalga para soltarme una nalgada con fuerza.
—Estúpido, ¡cógeme! ¿Qué esperas? —suplico.
—No lo haré si me vuelves a llamar así —asienta otra nalgada contra mí ya ardiente piel, está se siente más fuerte y lastimosa. Vuelvo a gruñir.
—¿Qué quieres que te diga? —continuo moviéndome, estoy más que ansioso.
—No te vendría mal llamarme “cariño”, “amor” o algo así, sí lo haces te mimaré más —su voz sale siseante de sus labios y me acaricia las marcas de sus nalgadas recordándomelas.
—Está bien, está bien —lo volteo a ver—“ Cariño”, discúlpame por llamarte imbécil, pero, ¿podrías por favor seguir cogiéndome? —lo veo reírse tomando mis caderas para seguirme penetrando. No puedo evitar sonreír mientras gimo.
Vuelvo a enterrar la cara al sillón cuando me siento a punto de venirme, comienzo a gemir más rápido pues Grimmjow aumentó su ritmo. Exploto gruñendo al sentir sus estocadas más rápidas y profundas. Veo las estrellas siendo las 10 de la mañana a penas. Siento mi cuerpo contraerse, sintiendo un calor comenzar a invadirme. Grimmjow lanza un gemido ronco y me aprieta hacia él. Hemos acabado los dos. Supongo que esto es lo que llaman levantarse con el pie derecho.
Respiramos agitados y Grimmjow sale de mí, siento un líquido caliente escurrir entre mis piernas. Me alarmo y me toco en seguida, ¡Carajo! ¿Me habrá lastimado? Siento espeso y pegajoso. Ni siquiera tengo que verlo. Había olvidado que el idiota se había venido dentro de mí.
—Tranquilo, “cariño” —me dice notando mi expresión asustada— Es solo semen —lo veo reírse.
Me intento parar para golpearlo, siento que mi espalda baja no puede más, sumándole a que mi trasero también me duele.
—¡Demonios, Jaergejaquez! No puedo moverme, maldita sea —me quejo mientras el se sigue riendo.
—Eso estaría perfecto, te quedarías en esa posición todo el tiempo y yo te podría coger diario —me da unas nalgadas y me restriega su pene contra las nalgas simulando penetrarme.
—¡Deja de jugar y ayúdame!
—Tranquilo, pequeño bebé quejumbroso, ven a mis brazos —deja de reírse para acercarse a mí, moverme y cargarme como princesa, me siento apenado— Nos deberíamos dar un baño —me lleva cargado hacia la puerta a la que había acertado la noche anterior: era el baño.
Abre la puerta maniobrando conmigo en sus brazos y me deja ver uno de los baños más bonitos que he visto. Una tina, regadera de cristal, un espejo que abarca toda una pared.
—¡No jodas! —dije sin pensar— Por favor, bañémonos en la tina —lo miro sonriendo.
El se ríe dejándome en la tina. Verdaderamente puedo llegar a ser así de infantil, esta emoción que siento cuanto estoy con él, sentir que hemos vivido más de mil momentos juntos cuando en realidad sólo hemos estado unos cuántos, que no pasan de ser contados con mis dos manos, ¿es normal?
Se mete conmigo y en seguida me recuesto sobre él abrazándolo.
—Grimmjow —lo llamó sacándolo de sus pensamientos pues esta mirando el techo— ¿Intentaremos ser algo más que momentos ocasionales? —el sonido del agua cayendo a la tina es lo único que se escucha mientras me mira sonriente.
—¿Qué no lo estamos intentando ya? —me besa la frente— Ichigo —me llama haciendo que lo mire— ¿Recuerdas cuando nos conocimos?
—¿Quieres decir cuando me golpearon?
—Sí —mira al techo de nuevo— ¿Sabes cuántas veces te había visto antes? —lo miró sin entender— Te he visto desde hace muchos años, en casa de Rukia, saliendo al bar con Yumichika, saliendo con tu amiga pelirroja… Jamás pensé tener este momento contigo —me mira sonriendo. Siento tibio mi pecho— Pero parece que nunca me notaste hasta ese día que estabas con Renji… eras mi amor platónico y ahora mírate, estás entre mis brazos después de haber tenido sexo —nos reímos.
—Me arrepiento de no haberte notado antes —me pego más a él sintiendo su calor corporal resaltar con la temperatura del agua. Juro que me quiero fundir con él en ese momento. Nos besamos.

En resumen Grimmjow no fue a entrenar y yo no regresé a casa hasta la mañana de domingo. No podía caminar y falte a clases hasta el martes.
Debe gustarme mucho, para soportar todo el jodido dolor.
Y es verdad, me gusta mucho. Nos gustamos mucho.


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