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Rehabilitación/Creek por javithabadeer

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Necesitaba ayuda con todo, no podía decirle a Craig que estaba esperando un bebé, no podría hacerlo hasta saber que estaba bien. Wendy se había marchado, era hora de cerrar la cafetería más temprano por ser domingo. Clyde y Token se marcharon juntos, su padre se quedó para terminar de ordenar. Le sonrió al pasar junto a él, era esas sonrisas nerviosas que daba cuando algo andaba mal, aunque él no sabía que era notoria. Se marchó del lugar, caminó por las calles, se maldijo por no salir con un abrigo más pesado, el hielo del aire congeló su nariz de manera instantánea. Metió las manos en los bolsillos, se detuvo a esperar poder cruzar una calle, cerró los ojos unos segundos, tendría un bebé... una responsabilidad, un ser viviente que tiene necesidades, si con suerte él podía cuidar de sí mismo ¿Cómo podría cuidar a otro aparte de Craig? Avanzó hasta la siguiente calle, debía verla, ¿Quién más podría darle un consejo? Bueno, ir con la madre de Craig no era una buena opción, sabía que ella le diría luego a su esposo y Thomas no era de guardar de secretos. Luego de quince minutos caminando sintió una leve molestia en el tobillo, si bien ya no tenía nada aún sentía que sus huesos no se acomodaban del todo. A su novio no le gustaba que saliera mucho tiempo a caminar, era mejor que siguiera en su recuperación paulatina, quizá en un año más lo sentiría mejor. Miró las casas mientras caminaba, todas eran igual a la otra, sólo diferían en color. Se acercó a la puerta de una, el césped estaba más crecido con algo de maleza. Tocó la puerta, no andaba con las llaves porque las había perdido en la mudanza. Escuchó pasos del otro lado, la puerta se abrió poco después, su madre al verlo le sonrió con amabilidad.

—Oh, Hola mi amado Tweek. —Llamó ella con aquel tono de voz dulce. Sonriendo la abrazó con fuerza, durante su época de crisis su madre había migrado a buscar ayudar espiritual para sobrellevar todo. Ahora había vuelto con sus chacras limpios o eso decía su padre. Besó su frente y así ingresó en la casa, todo estaba igual que siempre a excepción de aquella cuna en medio de la sala de estar. Extrañado se acercó a ver, un bebé estaba recostado en ella, era pequeño y dormía plácidamente. Su pecho subía y bajaba con suavidad y movía sus labios de vez en cuando. ¿Esto era una mala coincidencia?

—¿De quién es? —Preguntó mirando a su madre de reojo.

—De tu tía, me pidió que lo cuidara unas horas. ¿No es precioso?  —Preguntó acercándose. Llevaba su típico delantal sobre su falda de larga caída. Sus cabellos con más canas que antes lo tenía recogido. Se veía más vieja que Laura. 

—Madre, necesito un consejo tuyo.

—Claro, ven siéntate conmigo. —Ambos tomaron asiento en el sillón junto a la cuna. —¿Qué sucede?  

La miró de reojo, ¿Podría seguir un consejo de ella? Pues era su madre... debía poder confiar en sus consejos. Tomó aire y así plantó sus ojos en ella para mostrar que el tema tenía seriedad.

—Estoy esperando un bebé de Craig. 

Ella se quedó muda, pero luego le sonrió, tomó sus manos dándole sus bendiciones. Sintió su mano acariciar su mejilla en un gesto de cariño. Al menos ella no lo había tomado mal, ¿Qué diría el resto? Sonriendo tomó sus manos. 

—¿Y cual es el consejo que quieres?

—No sé si deba decirselo a Craig... ¿Que crees que debo hacer?

—Oh cariño, debes hacerlo. El embarazo es un periodo hermoso, de unión entre las parejas que realmente se aman y su hijo es un acto de amor. Tu padre estuvo muy feliz, estoy segura que Craig también lo estará. Aunque siempre cabe la posibilidad de que no quiera, ya sabes, Craig ya te ha dejado dos veces. Aún así creo que él... 

Aquello lo dejó en blanco, ¿Craig podría dejarlo por tener un bebé de él? Ya podía imaginarlo, la habitación vacía, sin su ropa colgada en los percheros, sin su laptop del trabajo sobre el escritorio... No podía permitir que se fuera otra vez, no lo soportaría, esta vez no. De la nada el pequeño niño rompió en llanto, asustado lo miró desde donde estaba, su madre saltó a ver que necesitaba. Lo alzó de la cuna meciéndolo, le hablaba con total ternura, con una calidez infinita que por alguna razón le hacía sentir mal. Ella se acercó a él, negó con la cabeza al ver cuales era sus intensiones, no cargaría al bebé, ¿Y si se le caía? ¿Y si lloraba más? No no no, demasiada presión era cargar a un succiona pezones. 

—Oh vamos, Tweek. Tú puedes hacerlo. 

Finalmente accedió, cargó al bebé como su madre le indicaba. Rígido se quedó mirando al pequeño infante que tenía entre sus brazos, era liviano, con un aroma muy peculiar. Emitía sonidos guturales y movía sus pequeñas manitos. Su corazón latía acelerado, ¿Por qué justo ahora debía tomar a un bebé? Cerró los ojos unos segundos, ¿Podría ser su hijo así de hermoso y perfecto? Suspiró de manera suave, tenía tanto miedo. Estaba esperando un bebé y no se había cuidado correctamente y recién estaba comenzando todo. Tendría que ir a clínicas a hacerse chequeos, tendría que comer distinto, su abdomen crecería, ¿Cómo mierda nacería?

—¿Quieres café cariño? 

—No, gracias. Oh por dio. —Dijo con un tono de terror mientras el bebé lloraba nuevamente. 

—Debe tener hambre, preparé su leche de suplemento. No tardo. 

—Mamá no me dejes solo... —No sirvió de nada, ella sólo se fue a la cocina. Miró al bebé que seguía quejándose, su rostro se estaba volviendo rojo y el sonido que emitía con su garganta era doloroso. Comenzó a mecerlo para ver si eso lo tranquilizaba, no lo hizo. ¿Qué quería? ¿Le dolía algo? Siguió moviendolo pero nada funcionaba. Acarició su mejilla con el dedo más próximo, este ladeó su rostro y así buscó su dedo, pocos segundos después estaba chupando su dígito como su fuese un pezón. Sorprendido se quedó congelado observándolo, había dejado de llorar, podía sentir su poder de succión. Podría tener algo así con Craig... un bebé de ambos. Sonrió de manera suave, lo acercó a su rostro y así apoyó su frente contra la de él. Quizá no era algo tan malo... tal vez, tener un bebé sería maravilloso. Su madre llegó con una pequeña botella de cristal con un líquido blanco, la leche suplementaria debía ser. La tomó quitando su dedo, así le acercó el chupete dejando que bebiera por fin de su leche. Sonrió al ver como succionaba haciendo soniditos con sus labios. La puerta sonó, su madre tocó su hombro diciendo que ella abriría, volvió a concentrarse en el bebé, este tenía los ojos abiertos, eran oscuros, pero preciosos. Lo miraba mientras bebía, movía sus manitos a los costados del biberón. Unos labios besaron su frente, alzó la vista encontrando a Craig frente a él, totalmente ruborizado se quedó sin aire, ¿Qué hacía él ahí? Su padre también había entrado, ¿Lo había venido a dejar? 

—¿Y ese bebé? —Preguntó sonriendo. Se acercó mirando de más cerca, su dedo fue tomado por el de él en un acto reflejo. 

Miró de reojo a su novio, su rostro era tan dulce al mirar al bebé. Sonrió por eso, ¿Podría decirle? ¿Le gustaría o se iría? Al pensar en eso bajó la mirada, no quería descubrirlo aún. Se acercó dándole el bebé a su madre, ella lo cargó sin problemas. 

—Ya debemos irnos. Fue un día agotador. —Comentó sonriendo levemente. 

—¿No se quedan a cenar? —Preguntó su padre.

—No papá, gracias. —Miró a Craig, este se acercó tomando su mano. Se despidió de sus suegros y así se marcharon. 

Subió al tesla sin saber que decir, Craig había logrado hacer las pases con sus padres hace ya tres meses, no era mucho, pero al menos ahora les hablaba. Suspiró cerrando los ojos, apoyó la cabeza en el respaldo mientras este conducía. Su mano tocó su muslo, ¿Se daría cuenta de su pequeña panza? Esperaba que no. Bajó una mano entrelazando sus dedos. 

—Stripe es como nuestro hijo, quizá debamos tener nietos. Podríamos cruzarla con otro cobaya ¿Qué dices? 

—Que soy muy joven para ser abuelo. —Comentó sonriendo levemente.  

 


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