Su mente estaba en blanco, su vista nublada, realmente no podía pensar en otra cosa que no fuera en su dueño... en complacerlo, obviamente esa actitud no lo salvaría pero al menos haría que Daisuke fuera menos cruel con él y quizás... podría tener un poco de libertad, si lo obedecía por completo.
Eso lo ahogaba un poco... nada que no pudiera controlar.
Haciendo un esfuerzo, tomó la mano del pelinegro, para guiarla hacia su cintura, bajandola un par de centímetros más, alzaba su mirada con sus ojos entrecerrados... el brillo en ellos, habían desaparecido.
No podía pronunciar palabra alguna... por alguna razón, el sabor era un tanto adictivo... no quería que se terminara, no quería que la noche acabara.
Al llegar el dia... todo volvería a ser como siempre.*
Ni siquiera tuvo que dejar que Tsubaki le guiara mas, aun con la respiración agitada jalo el cuerpecito de su pequeña esposa sobre el, apretando su trasero con una lujuria que casi le desbordaba, no sabia si era la repentina actitud lasciva del rubio o simplemente el hecho de ese dulce aroma que el otro desprendia.
-Ven aqui.-gruñe aunque con un todo mucho menos agresivo de lo usual, le apegó a su pecho y se abalanzó a tomar los labios del más joven, no le importaba que estos hubieran sido recien manchados, comenzó a lamer su labio inferior como si un dulce se tratara, mientras que sus manos bien posicionadas abrian las nalgas de su amante y deslizaba sus dedos entre ellas.
*"En mis manos... estarás en mis manos... ya se como manejarte... prepárate, maldito abusador."
Decía Tsubaki en su mente, mientras respondía a los besos del mayor, cada segundo mas intensamente. Peinaba su cabello hacia atrás, frotándose contra él al mismo tiempo con la única intención de hacerle perder el poco control que estaba mostrando... comparado con su actitudes anteriores.
"Se que eres una bestia, no finjas...no me engañes..."
Jadeaba, gemia... aunque a esa altura, no podía distinguir si fingia o no...
Alzaba sus caderas para que continuara tocándolo, realmente le gustaba como lo hacía. Más que sus dedos... necesitaba otra cosa dentro... por supuesto, con palabras no lo pediría.*
Repetición
Su mente estaba en blanco, su vista nublada, realmente no podía pensar en otra cosa que no fuera en su dueño... en complacerlo, obviamente esa actitud no lo salvaría pero al menos haría que Daisuke fuera menos cruel con él y quizás... podría tener un poco de libertad, si lo obedecía por completo.
Eso lo ahogaba un poco... nada que no pudiera controlar.
Haciendo un esfuerzo, tomó la mano del pelinegro, para guiarla hacia su cintura, bajandola un par de centímetros más, alzaba su mirada con sus ojos entrecerrados... el brillo en ellos, habían desaparecido.
No podía pronunciar palabra alguna... por alguna razón, el sabor era un tanto adictivo... no quería que se terminara, no quería que la noche acabara.
Al llegar el dia... todo volvería a ser como siempre.*
Ni siquiera tuvo que dejar que Tsubaki le guiara mas, aun con la respiración agitada jalo el cuerpecito de su pequeña esposa sobre el, apretando su trasero con una lujuria que casi le desbordaba, no sabia si era la repentina actitud lasciva del rubio o simplemente el hecho de ese dulce aroma que el otro desprendia.
-Ven aqui.-gruñe aunque con un todo mucho menos agresivo de lo usual, le apegó a su pecho y se abalanzó a tomar los labios del más joven, no le importaba que estos hubieran sido recien manchados, comenzó a lamer su labio inferior como si un dulce se tratara, mientras que sus manos bien posicionadas abrian las nalgas de su amante y deslizaba sus dedos entre ellas.
*"En mis manos... estarás en mis manos... ya se como manejarte... prepárate, maldito abusador."
Decía Tsubaki en su mente, mientras respondía a los besos del mayor, cada segundo mas intensamente. Peinaba su cabello hacia atrás, frotándose contra él al mismo tiempo con la única intención de hacerle perder el poco control que estaba mostrando... comparado con su actitudes anteriores.
"Se que eres una bestia, no finjas...no me engañes..."
Jadeaba, gemia... aunque a esa altura, no podía distinguir si fingia o no...
Alzaba sus caderas para que continuara tocándolo, realmente le gustaba como lo hacía. Más que sus dedos... necesitaba otra cosa dentro... por supuesto, con palabras no lo pediría.*
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