- ¡¿pero qué carajos?! - pregunto Vegeta asombrado, una nube con un joven montado en ella había pasado volando cercas de él, bajándose de la nube a unos cuantos metros al frente del peliflama.
- e-es increíble - murmuró el joven incrédulo, mirando el combate de Trunks, tal parecía que tenía todo controlado, al parecer se había preocupado demasiado, tanto que sin dudarlo salió de su escondite para ir a ayudarlo.
- ¡hey tú! - grito Vegeta llamando la atención del misterioso joven que ocultaba su rostro tras un casco - ¡¿Qué rayos haces aquí?! ¿¡No ves que este lugar es peligroso?!
- será mejor que coma esa extraña medicina - respondió el joven, en algún momento había escuchado al Yajirobe hablar de unas semillas mágicas que por lo regular el pelipalmera llevaba con ellos.
"No te preocupes Bulma - le había dicho Yajirobe a la peliazul el día anterior - estamos hablando de Goku, ten fe en que ganaran.
- pero... ¿y si les pasa algo? - le preguntó inquieta - estamos hablando de black, un enemigo muy poderoso.
- seguramente Goku trae semillas del ermitaño, mientras las coman no perderán, recuerda que son capaces de recuperar energías y sanar heridas - le respondió el otro.
- es sorprendente que aun después de mucho tiempo te acuerdes de eso.
- las comí por años, fue mi único alimento, ese gato no sabía cocinar - refuñó cruzándose de brazos mientras comenzaba a llorar - el maestro Karin dio su vida para salvarme... ¡Buaaaaa! "
- ¿las semillas del ermitaño? ¿Y tú cómo sabes que...? ¡Deja ahí! - exclamo el peliflama al ver al joven acercarse a Goku que aún se encontraba inconsciente.
Pero el chico lo ignoró y empezó a revisar la vestimenta del pelipalmera hasta que dentro de la cinta azul encontró lo que creía que buscaba.
- son cuatro - murmuró contándolas y luego depositó una en la boca de Goku, moviéndole la mandíbula, ayudándolo a masticar y después se levantó - tome.
Vegeta recibió la semilla que el chico y la mastico, había estado atento a cada movimiento que había hecho mientras estaba dándole la semilla a Goku.
-tsk, ¿Quién eres? No queremos estorbos aquí - dijo el peliflama mientras veía como el pelipalmera se incorporaba.
- quiero ayudar - respondió el joven mirando fijamente al príncipe a través de su casco. - no quiero seguir entre las sombras.
- vegeta, ¿Quién es él? -Pregunto el pelipalmera estirándose mientras veía al nuevo hasta que sintió el ki de Trunks - ¡waaaaaa! ¿Ese es Trunks? - Preguntó asombrado - ¿pero qué clase de transformación está usando? Por qué esa no es la de un súper saiyajin ordinario.
- claro que no imbécil grrrr... maldición, su ki está disminuyendo y solo Black ha recibido muy poco daño y Zamazu se regenera en cada momento.
- Trunks no va a aguantar más y nosotros no podemos hacer nada - gruñó Goku - además Black me esta comenzando a dar miedo - murmuró en voz baja, recordando lo que hizo el pelirosa.
- ¡nube voladora! - gritó de repente el chico al ver como Trunks había perdido su asombrosa transformación, se subió en ella y salió a toda velocidad hacia el peliazul, decidido a no quedarse de pie sin ayudar y permitir que mataran al menor.
- ¿nube voladora? - preguntó Goku perplejo - ¿que esa no es mi nube?
-¿tu nube? - preguntó Vegeta, vagamente recordando que cuando se enfrentó por primera vez a Goku una nube había rescatado a Gohan de Nappa.
- ¿tu otra vez? - preguntó Black al ver al joven, deteniendo su pelea contra el peliazul al igual que Zamazu - ustedes los terrícolas no aprenden.
Trunks aprovechó para tratar de recuperarse cuando el desconocido le lanzó una semilla del ermitaño.
-¡cometela y vete de aquí! - exclamó, deslizó su mano por su espalda y sacó un báculo.
-tu no eres más que un estorbo a comparación de ellos - dijo Zamazu, mirándolo con odio.
-y justamente por eso estoy aquí, para dejar de serlo - respondió el joven de manera seria - este también es mi hogar.
Trunks veía preocupado al chico mientras se concentraba en sentir su ki, que a pesar de ser demasiado bajo se le hacía familiar, ¿acaso era idiota? ¿Que acaso no sabía a quién se estaba enfrentando?
-ya te maté una vez y será mejor que otra vez lo haga - se burló Black mientras sonreía de lado.
-¡vete Trunks! - gritó el otro pero sin poder preverlo una esfera de ki le dio lleno, aún se podía mantener de pie sobre la nube pero había sido herido de gravedad y el báculo se le había caído . - argg m-maldición.
-¿estas bien? - preguntó el peliazul preocupado.
-S-Sí, eso creo - jadeó tocando su herida para ver la gravedad, viendo cómo sus dedos se habían tintado de un rojo carmín - y yo que pensé que podría ayudar ¡agh!
-que patéticos son los saiyajin - murmuró Zamazu - primero pelean antes de pensar a pesar de saber que tienen la batalla perdida.
-¡Kakarotto tenemos que irnos! - ordenó Vegeta mirando al pelipalmera.
- ¿y Bulma? No podemos dejarla aquí - le recordó Goku colocando sus manos en la cintura. - ¿eh? - el pelipalmera volteo, no muy lejos de ahí se encontraban ambas Bulmas escondidas entre las rocas, observando con pánico al peliazul y a su acompañante junto a Black y Zamazu. - ¡Bulma! - gritó.
Ambas peliazules asintieron y sacaron la máquina de tiempo, la menor de ellas se subió con ayuda de la mayor y encendió la máquina, comenzando a elevarse en el aire, un aura de luz la cubrió y Mirai volvió a esconderse entre los escombros, viendo como la máquina no tardaba en desaparecer.
-es mejor que regrese - comentó el pelipalmera resignadose a quedarse en el futuro.
- ¡no seas estúpido y usa el cerebro! - lo regaño el peliflama - ¡usa tu maldita teletransportación!
- ¿tele que? ¡Ah! ¡La teletransportación! Que listo eres Vegeta - exclamó emocionado pero luego su expresión cambió por una seria, coloco los dos dedos en su frente y le extendió la otra mano al peliflama.
-tsk, solo por que no tenemos otra opción - bufó antes de tomarle la mano y enseguida desaparecieron.
-ahora morirán - Black y Zamasu asintieron y formaron una bola de energía cada uno, iluminando los rostros de ambos - ¡desaparezcan saiyajines!
-¡Trunks! - exclamó de repente el pelipalmera apareciendo detrás del chico, le extendió una mano y el peliazul la tomó pero no sin antes sujetar al desconocido, desapareciendo los cuatro al instante.
-¡no debimos descuidar a los otros dos! - exclamó Black molesto mientras veía como las energías de los dos habían destruido un edificio por completo y desintegrado la nube, regresando a su estado base.
-volverán, de eso no tengo duda - masculló Zamas - y esta vez no los dejaremos seguir violando las leyes del tiempo y espacio.
***
En cuanto la nave aterrizó, todos los pasajeros cayeron de ella, quedando tirados en el suelo, aparecer la máquina los había expulsado al ser demasiadas personas dentro de ella.
-¡¡ya volvieron!! - gritó Trunks, y él, junto a Goten y Vegito salieron volando desde el balcón.
-¿qué sucedió? - preguntó el peliflama mientras veía reincorporar a sus padres.
Trunks fue a ayudar a Bulma a ponerse de pie.
-no pudimos ganarles - respondió Goku rascándose la mejilla - son demasiado fuertes.
-ni siquiera la ira de Kakarotto ni el poder escondido de Trunks ayudó - dijo el peliflama cruzándose de brazos sintiéndose frustrado.
-volveré a llamar al señor Wiss - murmuró Vegito.
-pequeña sabandija... ¡¿estas insinuando de que nosotros no somos capaces de hacer nada?! - preguntó Vegeta fulminandolo con la mirada.
-¡exacto! - exclamó la peliazul - ¡llamale al señor Bills! ¡Es un mentiroso! ¡El dijo que el futuro...!
-¡rápido! ¡Denme una semilla! - gritó de repente el peliazul, arrodillándose frente al desconocido en el suelo. - ¡está perdiendo mucha sangre!
-ay... A-ay - se quejó el otro.
-no las tengo - respondió el pelipalmera buscando entre sus ropas - estoy seguro de que esta vez no las olvide.
-ese las saco - contesto Vegeta señalando al joven - fue quien me dio la semilla a mi y a Kakarotto, ¿para que demonios lo trajeron? Solo es un estorbo
Sin embargo Mirai ignoró a su padre y comenzó a revisar las bolsillos del joven pero sin encontrar nada, hasta que el puño cerrado del otro le llamó la atención, le abrió la mano con cuidado y pudo encontrar una única semilla del ermitaño.
-¿quién es el? - preguntó Goten curioso.
-este joven salvó a mí mamá cuando vine al pasado, gracias a él ella sigue con vida - respondió Mirai, apenas recordando ese detalle.
¿Y ahora como le daría la semilla? Era evidente que tendría que quitarle el casco para poder dársela pero no se refería a ello si no a que no creía que el chico fuera capaz de mascar en esas condiciones...
-pues es un tonto, debió quedarse escondido - bufó Vegeta - ahora se tragara nuestra última semilla para no morir.
-ya Vegeta, lo único que tendremos que hacer es no morir - le respondió el pelipalmera.
El peliazul ignoró la discusión de los otros saiyajines, partió la semilla en dos trozos y los introdujo en su boca, miró de reojo a su versión pequeña y a Goten, quitándole el casco al desconocido, preguntándose cómo reaccionarian cuando lo vieran hacer lo que tenía pensado hacer.
Un brillante y alborotado cabello negro salió del casco, revuelto, cubriéndose el rostro parcialmente junto con los ojos y en la comisura de los labios tenía rastros de sangre fresca y seca, al parecer la herida también había sido interna. No era mucho más mayor que el. Sintió una extraña punzada en su pecho al ver sus labios algo pálidos que lograban perderse en la blanca piel y sin color de su portador.
El joven pelinegro había dejado de quejarse, tal parecía que la hemorragia lo había dejado inconsciente.
Observó por última vez a su alrededor, nervioso por lo que haría y terminó por juntar sus labios con los del chico inconsciente, introduciendo su lengua dentro de la cavidad bucal del otro para poder meter la semilla del ermitaño en su boca.
Se olvidó por completo de todas las personas que lo rodeaban, quizás en ese momento todos lo estuvieran viendo. No lo sabía y ahora ni le interesaba.
Paz. Eso fue lo que sintió.
Y a pesar de que la imagen de una mamá pájaro alimentando a sus polluelos rondaba por su cabeza, el momento en sí fue más fuerte que aquello, ¡que extraña situación para dar su primer beso!
Y por algún motivo se sintió satisfecho y en paz consigo mismo.