-espera Trunks, ¿a dónde vas? - pregunto Bulma desconcertada al ver como después de escuchar la respuesta del dragón el joven peliazul salía corriendo.
-Trunks...- murmuro Goten triste pues pensaba que después de saber que existía él en su futuro se pondría feliz pero al parecer había sucedido todo lo contrario.
-¿entonces en el futuro Goten es mayor que yo? - Se preguntó el pelilla incrédulo.
-supongo que debe asimilar la idea - la niña se encogió de hombros no muy segura de eso.
-debe ser duro enterarse de que existe otro saiyajin- explico el castaño.
-démosle tiempo, además tengo que terminar la máquina del tiempo - la peliazul despidió al dragón y comenzó a caminar al interior de la Corporación seguida de los niños, tenían muchas preguntas pero ninguno se atrevía a hablar, no después de la reacción de Mirai.
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-¿por qué cuidar a seres que no aprecian todo lo que se les da?
-¿Hum? ¿Sigues con esos pensamientos? - pregunto el anciano tomando la taza de té que Zamasu le ofrecía. - no puede haber equilibrio universal si no existe el bien y el mal.
-si pero esos seres no hacen ningún bien, solo peleas y masacres los rodean - argumento sin mostrar ninguna expresión, solo mantenía la mirada fija en la infusión verdosa que de parecía solidificarse conforme su odio aumentaba.
-acompáñame - pidió poniéndose de pie, sin pasar por alto el estado se su té.
Ambos entraron al interior de lo que parecía ser su recinto y por segunda vez se le permitió a Zamasu entrar a la habitación donde se guardaban las cosas valiosas.
Gowasu se dirigió directamente a una se las estanterías y tomo una caja y usando sus poderes quito los sortilegios y la abrió.
-eso son los objetos que vinieron a buscar las deidades del universo 7, ¿no es así, su excelencia? - pregunto ocultando su creciente interés por la colección de anillos que el anciano mostraba.
-son anillos del tiempo, se supone que no está permitido usarlos, incluso a los dioses destructores les tienen prohibido utilizarlos para viajar en el tiempo - se explicó mientras sacaba un anillo platinado de la caja.
-¿pero no dice que está prohibido? - pregunto alarmado al ver a su maestro colocárselo en su dedo índice.
-ser Kaioshin tiene sus privilegios - le contesto - por esta ocasión lo usaremos para ver como evoluciona una civilización, así veras que tus ideales están equivocados.
-pero su excelencia, yo no puedo usarlo, aún no... -
-no te preocupes, ponte esto - dijo y se retiró uno de los arcillos para entregárselo a su aprendiz - con esto podrás ser un Kaioshin, pero no te acostumbres - comento algo gracioso, viendo cómo, sin dudarlo, Zamasu se colocó el pottara en su oreja.
-si me lo pongo en la contraria nos fusionaríamos, ¿no es verdad? - preguntó.
-así es, seríamos un Kaioshin muy poderoso, ¿no te gustaría probarlo?
-no, muchas, que sea en otro momento - contestó inmediatamente asustado.
-jajajajaja- rió pero inmediatamente su sonrisa fue reemplazada por la seriedad - pon tu mano en mi hombro.
-si - asintió y colocó su mano en el hombro del anciano y utilizando si Kai Kai, ambos desaparecieron del planeta.
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-la identidad de Black es... Black es ... Goten es Black - se repetía a si mismo recostado en la cama de la habitación mirando el techo, quizás ya era de madrugada pero no podía dormir, cerraba los ojos y veía a un pequeño niño pelipalmera con la mirada asustada pero luego su sueño se veía perturbado cuando la imagen de Goten era cambiada por la de Black mostrando esa sonrisa tan escalofriante que le ponía los pelos de punta, obligándolo a despertar enseguida bañado en sudor, con la mirada asustada y con el corazón acelerado, lo que daría por nunca haberse enterado de esa verdad.
Pero así era, su mente quiso decírselo desde un principio, la pesadilla que tuvo la primera noche después de haber llegado del futuro solo trataba de hacerlo darse cuenta de ello...
¿Porque? ¿Qué pudo orillar a un pequeño niño a comportarse como Black? A alguien tan bueno e ingenuo.... Era lo que no podía asimilar, ¿el novio de su yo pequeño había resultado ser su enemigo?
No podía creerlo... ¡No quería creerlo!
¡Lo que había escuchado era lo más inverosímil!
Pero aun así tenía sentido, Black había demostrado ser un saiyajin como tal, incluso el parecido... Quizás no se debía a que se parecía a Goku si no al mismo Goten, después de todo eso concordaba, ahora conocía la verdadera identidad de Black no sabía qué hacer.
Sentimientos confundidos. Si, era lo que mejor le iba en esos momentos, ¿cómo amar y odiar a alguien a la vez?.... ¿Amaba a Black?
Esa última pregunta no lo dejaba descansar, simplemente no sabía ni que sentía pues el que le había llamado la atención era un niño inocente no un asesino despiadado.
¿Qué hacer en una situación como esa?
El sol ya comenzaba a asomarse por la ventana que había olvidado cerrar molestando su visión y obligándolo a parpadear por momentos hasta que ya no hubo ardor en sus ojos.
¿Ya había amanecido tan pronto?
Eso solo significaba una cosa: su viaje de vuelta al futuro sería inminente.
Con pesadumbre se puso de pie y se dirigió al baño a asearse.
Unos minutos después salió y se encontró con que alguien había entrado y le había dejado un ejemplar de ropa idéntico al que traía al llegar a esa época y en la cima una nota con una caligrafía un poco torpe.
"tu mamá me pidió que te la entregará y que te dijera que en cuanto termine de cambiarte bajaras al laboratorio, Vegito"
Cerró los ojos fuertemente, aunque Black fuera malo seguía siendo Goten, sabiendo eso, ¿aún se atrevía a intentar siquiera atentar en su contra?
Quizás él no tendría oportunidad de hacerlo pero tal vez Goku si, ¿se atrevería a decirle que pelearán contra el menor de sus hijos?
Si no lo hacía quizás Goku podría llegar a matarlo, o incluso su padre, ¿qué hacer en esos casos?
Se vistió lo más rápido que pudo y salió con dirección al laboratorio aún sin tomar una decisión pues su cerebro no podía procesar toda esa información como para decirle que hacer o cómo afrontar la situación.
Toco un par de veces la puerta y enseguida esta se abrió, dejando a la vista a Vegito con solo la parte inferior de su gi y sin playera y por su rostro se podía asegurar de que acaba de despertar.
-hola Vegito - saludo sin mucho ánimo.
-adelante, al parecer la loca de tu mamá te estaba esperando - murmuró en un bostezo.
-¡te escuche Vegito! - grito la peliazul desde adentro y Mirai entro solo para ver la maquina brillante de nueva.
-wuoooo mamá pero esto es...
-ya se, soy la mejor, no necesitas decirlo - contesto con voz cansada - ¿cómo te sientes?
-bien - contestó desviando la mirada pues sabía perfectamente que se refiere a su extraña reacción de ayer.
- la verdad es que no te creo nada, aunque no lo creas Vegito y Pan se dieron cuenta de lo extraño que reaccionaste.
-Pan se fue molesta a su casa, quería preguntarte por qué te comportabas así y en dado caso de que no quisieras decirle te iba a sacar la verdad a golpes - respondió el peliflama colocando sus manos detrás de su cabeza - pero Piccoro vino por ella antes y no la dejó.
-¿y Goten y Trunks? - preguntó el peliazul preguntándose si debería preocuparse por que una niña quisiera pegarle.
-Trunks aún no se cree que Goten sea mayor que él y Goten está algo triste, cree que no te gusto la idea de que el también existiera.
-en este momento ambos deben estar dormidos, por lo regular no se despiertan hasta que nuestro papá los levanta o hasta que Goten se caiga de la cama - respondió el castaño encogiéndose de hombros.
-hijo, ¿qué sucede? Sabes que puedes confiar en mi - hablo Bulma con voz cálida, no le gustaba para nada la expresión del peliazul.
-nada ma, solo que no se si después de todo podríamos vencer a Black - mintió sintiéndose culpable.
-no te preocupes tu papá y Goku se encargarán de él, ya verás, confía en ellos.
-¿les puedo pedir un favor? No le digan nada a mi papá ni al señor Goku de la existencia de Goten - pidió casi como una súplica.
-¿eh? ¿Por qué? - preguntó la mujer extrañada.
-por nada, solo que creo que debemos concentrarnos más en derrotar a Black, quizás después les pida ayuda para encontrarlo - respondió tratando de no mostrarse nervioso.
-está bien, yo no diré nada - dijo el castaño.
-tienes razón, es mejor concentrarse en el problema principal - asintió Bulma - en un momento más estará todo listo para que viajen y derroten al maldito que me mato - contesto eufórica y el chico trago grueso.
-Trunks, ¿me puedes acompañar a la habitación de mis papás? - preguntó el castaño - quizás siguen dormidos y necesitan alistarse para el viaje al futuro.
-está bien - respondió desganado.
-no tarden, los veré en jardín principal - dijo Bulma volviendo la máquina una cápsula.
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-¿Dónde queda su habitación? - preguntó el peliazul.
-es la de al fondo, la que tiene la cerradura diferente a las demás habitaciones - respondió neutral - dime la verdad, ¿qué te sucede? Pudiste haber engañado a tu mamá pero a mí no, confía en mí, técnicamente somos hermanastros.
-en serio, todo está bien - respondió rápidamente - es eso, no tengo la seguridad de que lograremos vencer, eso es todo.
-no te creo pero bueno, tus razones has de tener para no contarnos que sucede - respondió - ¡papá! ¡Kakarotto! ¿Están despiertos?
-¿no puedes entrar? - preguntó viendo la cerradura de máxima seguridad.
-¿te refieres a eso? - preguntó señalando el cerrojo - nadie puede entrar si no es reconocido por el escanear, solo mis papás, yo y Goten podemos hacerlo.
-¿y por qué ustedes dos si? - preguntó ladeando la cabeza.
-es obvio, el escáner confunde a Goten con mi papá Goku y a mí con mi papá Vegeta
-¿Entonces por qué no entras?
-no gracias, por entrar una vez ahí dentro vi cosas perturbadoras, cosas que nadie más debería ver - contesto en tono sombrío y el mayor no tuvo necesidad de preguntar a qué se refería, su imagina bastaba y sobraba para eso.
-¿Entonces? Parece que ahí dentro están aún dormidos.
-¡Kakarotto! ¡El desayuno está listo! - grito de repente y detrás de la puerta se escuchó como se escuchaba un pequeño quejido y varias maldiciones antes de que la puerta fuera abierta
-¿Vegito? - preguntó el pelipalmera parándose en la puerta
-Bulma dice que la máquina del tiempo esta lista, que en unos momentos más podrán ir al futuro - comento tratando de mirar al interior de la habitación para ver si también se encontraba el peliflama pero solo vio la cama vacía - ¿y mi papá Vegeta?
-¿que? Aaa se cayó de la cama - respondió en un murmullo para que Vegeta no lo escuchara - enseguida vamos.
La puerta se cerró y los saiyajin salieron al jardín donde ya los esperaba Bulma de pie junto a la máquina.
-¿Dónde están esos monos? - preguntó al verlos llegar solos.
-al parecer se acaban de levantar - respondió en un suspiro el peliazul - creo que todavía no me acostumbro a la idea de que estén juntos
-ya me lo imagino - respondió la mujer.
-aunque no entiendo para que pusieron esa cerradura, supongo que está bien que quieran intimidad pero, ¿no es demasiado?
-jeje si claro, demasiado - respondió la mujer nerviosa - es mejor esperarlos unos momentos.
Una hora y media después...
-bueno, esos hombres ¿¡que piensan!? - gruñó molesta.
-ahí vienen - dijo el castaño señalando la Corporación.
-jeje perdonen, es que teníamos que desayunar - saludo el pelipalmera con un sonrisa.
-además de que entro al baño - bufo el príncipe cruzado de brazos.
-bueno ya, súbanse a la máquina que ya perdimos mucho tiempo - ordenó y los 3 saiyajines se subieron a la nave.
-qué envidia, yo también quiero ir a derrotar a los malos - Vegito frunció el ceño viendo la nave elevarse unos centímetros del suelo antes de que una aura blanca la rodará.
-¡yo grandote! - el pelilila y el pelipalmera llegaron disparados justo momentos antes de que la nave desapareciera - ¡derrota a ese sujeto!
-¡tú puedes ganarles! - grito el pelinegro y en ese momento la máquina del tiempo desapareció por completo al igual que Goku, Vegeta y Trunks del futuro.
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En el planeta de Bills
-oye Wiss, ¿cómo dices que se llama esta cosa redonda y chiclosa con olor a patas? - preguntó Bills dándole una mordida a su rebanada de pizza.
-es queso, señor - respondió Wiss viendo el desastre que había gracias a la múltiples cajas de pizza vacía que se habían acumulado.
-¡pues esta delicioso! - exclamó comiéndose de un bocado lo que le restaba de la pizza - ¡tírame mas!
-lo siento señor, esa era la última.
El gato al oír eso frunció el ceño, dispuesto a alegarle la falta de más pizza pero antes de eso, el báculo del ángel comenzó a emitir un minucioso sonido imposible de ignorar, y antes de que Wiss atendiera, el báculo mostró a una persona que le hizo poner cara de horror al gato.
-quiero ver a Son Goku.