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Misión Destiel (Semi - Au) por Babaau

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Dean se sirvió café en su taza, aún más dormido que despierto, y arrastrando los pies caminó hasta la mesa de la cocina del bunker, dejándose caer pesadamente en una silla con un gran bostezo.

Aún arrastraba los vestigios de cansancio de los días anteriores, donde una cacería de vampiros los había mantenido sin dormir durante varias noches, vigilando los bares en busca de algún movimiento sospechoso, sin éxito.

Por suerte Cas se había sumado a ellos en el tercer día, lo cual había facilitado muchísimo el trabajo: El ángel era prácticamente un radar de actividad sobrenatural. Pocas horas después de su llegada, y gracias a su útil participación, aquel nido había pasado a la historia.

Cas tenía pasta de cazador, pensó Dean mientras se fregaba los ojos con pereza. Al menos para la parte en la que hacía falta un poco de fuerza bruta, en lo referente a investigar y ser sutiles... bueno, el tipo era un libro abierto.

Hizo una pequeña mueca al recordar las muchas meteduras de pata del ángel en plena investigación en el pasado, y negó con la cabeza con algo muy similar a la simpatía corriendo por sus venas. Sería torpe como una piedra, pero no se podía negar que a veces era gracioso.

La taza de café humeaba frente a su nariz, pero Dean se sentía más dispuesto a hacerse un bollo y dormir nuevamente que a dar cuenta de su contenido. Después de todo gigantosaurio seguía durmiendo, ¿por qué él no podía hacer lo mismo?

De pronto, la puerta de entrada hizo click a lo lejos y la mano del cazador voló hacia su revólver antes de que su cerebro procesase lo que estaba oyendo. Era curioso, incluso en un sitio tan seguro como el bunker, donde Dean podía darse el gusto de pasearse en bata de dormir y pantuflas como en ese momento, su instinto de preservación lo instaba a permanecer armado en todo momento aún así, por las dudas. 

Se deslizó rápido como un felino por el pasillo rumbo al hall de entrada, alerta, cuando de pronto oyo un leve murmullo acercándose, muy parecido a un... ¿canturreo? ¿Qué demonios...?

En un instante, Dean saltó hacia delante, pistola en mano. Sam levantó las manos en el aire instintivamente y lo miró con los ojos como platos.

-¡Dean, hey! ¡Soy yo!

-Viejo, ¿¡cuál es tu problema?!-Chasqueó la lengua con fastidio mientras bajaba el arma- ¡No entras a hurtadillas en tu propia casa si no quieres terminar lleno de plomo! -Sam se encogió de hombros a modo de disculpa, y el mayor gruñó- ¿Y desde cuando cantas?

-Venía escuchando música -Explicó señalando sus auriculares como una obviedad. Todo lo que recibió cómo respuesta fue una despectiva mirada de arriba a abajo de parte de su hermano.

-Tú y tu estúpido ejercicio... -Dean murmuró mientras volvía rumbo a la cocina arrastrando los pies - Te hacía durmiendo aún, como una persona normal.

-Las personas normales también ejercitan de vez en cuando -Rió Sam mientras enroscaba sus auriculares y los guardaba en su bolsillo.

Dean volvió a dejarse caer en su silla, cambiando el revólver en su mano por la taza. Dio un sorbo a su contenido y puso una mueca de asco.

-Ahh... no hay nada como un trago de petróleo por las mañanas. Bien, ¿qué tenemos para hoy? ¿Fantasmas? ¿Hombres lobo? ¿El fin del mundo? Dame algo bueno, me siento inspirado.

-Bueno... -Sam vio la oportunidad y decidió que ese era tan buen momento como cualquiera para poner en marcha su plan. -El panorama se ve tranquilo por hoy. ¿Quizá podríamos tomarnos un descanso?

-Estás bromeando.

-No, de hecho ya revisé los periódicos locales, la radio policial, los pronósticos del tiempo... lo más raro en kilómetros fue la desaparición de un hámster, y un gato de su cuadra algunos gramos más pesado ese mismo día. Los monstruos se tomaron vacaciones.

-¿Y qué rayos se supone que haga? -Dean se echó hacia atrás en su silla, dejando caer los brazos. Hacía siglos no tenían un día de descanso, casi le daba urticaria la idea.

-Bueno -Sam abrió la heladera buscando una botella de agua, y sugirió en tono casual -Se me ocurrió  que tal vez podríamos invitar a Cas a hacer algo... Ya sabes, dado que sólo lo llamamos cuando hay algún problema... Pensé que sería un buen cambio, para variar.

-¿Cas? -Dean se incorporó nuevamente en la silla, arqueando una ceja en una mueca escéptica - ¿Y qué haremos? ¿Ver películas todo el día y trenzarnos el cabello? -Sam abrió la boca para replicar pero el otro lo interrumpió - Vamos viejo, si realmente tenemos un día para mirarnos los ombligos, lo pasaré como corresponde. 

Se puso de pie, echó la taza aún llena en el lavabo y se marchó rumbo a la biblioteca. Sam lo siguió de cerca, curioso, preguntándose cuál sería para su hermano la forma "correspondiente" de pasar un día de franco...

Al verlo tomar la laptop de la mesa y echársela bajo el brazo, bufó. 

-¿De veras Dean? ¿Prefieres pasar el día viendo porno que interactuando con el mundo real?

-Oye. El mundo real no me da tantas satisfacciones últimamente. Las Chicas Asiáticas Pechugonas en cambio jamás me han fallado. -Sonrió socarrón y enfiló rumbo a su cuarto con un andar alegre.

-¡Para variar podrías probar con muj--! Bah, como sea. -Sam cambió de parecer acerca de lo que estaba por decir. Sugerirle a Dean que dejase de comportarse como un adolescente de 13 años y saliese a ligarse mujeres de verdad era justamente lo opuesto a lo que él necesitaba en ese momento. Frustrado, suspiró y fue a darse una ducha para quitarse el sudor del ejercicio y de pasada seguir maquinando su plan.

Si al menos a Dean le gustasen los Chicos Asiáticos Culones, sería un mejor comienzo... 

 

° ° °

Sam dejó que el agua caliente cayese reconfortante sobre sus rostro, formando una nube de vapor a su alrededor. Estúpido, obstinado Dean. ¿Qué tanto le costaría pasar un día con sus seres queridos? 

Enjabonó su cabello, ceñudo, pensando que si realmente quería darle un impulso a lo que sea que ocurriese entre su hermano y su amigo emplumado, no bastaría con hacer que pasasen tiempo juntos como había intentado sugerir. Mucho menos si ni siquiera contaba con la cooperación de Dean para ese sencillo fin. 

¿Tal vez podría llamar a Cas aún así? Aunque sería en vano si su hermano no abandonaba su habitación en todo el día, y lo que es peor, quizá la invitación de parte de Sam pondría nervioso al ángel, creyendo que querría seguir con el cuestionario del día anterior o algo así.

No. Tenía que ser más cuidadoso que eso. La pregunta era cómo. 

-No sé cómo diablos haré para conseguirlo... -Murmuró para si mismo con los ojos cerrados mientras tanteaba la pared en busca de la jabonera.

-No te preocupes, si se te cae yo te lo doy. -Repuso una voz juguetona junto a él. Sam saltó sobresaltado, intentando en vano quitarse el shampoo de los ojos para poder ver.

-¿¡Qué rayos--?! -Exclamó.

-El jabón, claro... no malpienses, Sammy.

El aludido por fin logró enfocar la vista en su interlocutor. Más bajo que él, con sus ojos color avellana brillando divertidos, su cabello miel cayendo sobre su rostro y una sonrisa burlona dibujada en sus finos labios, el hombre frente a él le estaba extendiendo un pan de jabón en la mano como si fuese la interacción más común del mundo.

-¿¡Gabriel?! -Sam abrió los ojos grandes como platos, sin poder creer lo que veía.

-Oye, grítalo un poco más fuerte, ¡creo que no te oyeron en Nepal! 

Sam sacudió la cabeza, impaciente. 

-¡Estabas muerto! ¡Lucifer te mató!

-Mmm, nop. Oye ¿vas a querer el jabón? Se está derritiendo en mi mano.

Recién entonces Sam se dio cuenta que estaba totalmente desnudo frente al otro hombre. Balbuceando incómodo, se estiró hasta el toallón y se cubrió con él. 

-Tomaré eso como un "no" -Murmuró Gabriel dejando el jabón en su lugar mientras se encogía de hombros -Pero si no te enjuagas bien, te picarán tus partes luego. 

-Gabriel, ¿qué demonios haces aquí?, ¿cómo es que estás vivo siquiera? y ¿cómo hiciste para entrar en el bunker? 

-Me enteré que aún rondaban el reino de los vivos así que decidí pasar a saludar. ¡Linda baticueva tienen aquí! Gran escenografía para una película, si sabes a qué me refiero. -Sam lo fulminó, exasperado- Ok, ok, directo a lo importante... "Luci" me convirtió en una brochet, pero hace falta más que eso para destruirme, creí que ya lo sabrían después de tantos intentos de exterminarme ustedes mismos.

-Eso no explica cómo entraste aquí. Este lugar está protegido contra ángeles. -Sam salió de la ducha y procedió a vestirse, quitándose precariamente los restos de jabón con una toalla de mano mientras lo hacía.

-Sí, lo está... claro que te estaría faltando un prefijo por ahí en alguna parte. 

-Arcángel. -Sam negó con la cabeza mientras terminaba de abrocharse sus jeans-Cierto. Bueno... e-es un gusto verte, supongo.

-¡El gusto es mio! -El arcángel le sonrió - Oh, y me disculparás que no salude a tu hermano, es decir quise hacerlo pero teniendo que elegir entre ambos... bueno, en condiciones similares de vestimenta, él tenía las manos algo más ocupadas que tú. 

-Oh, dios. No necesitaba tanta información. -Sam cerró los ojos, asqueado, cuando de pronto una idea golpeó su mente como un rayo. -Oye, Gabriel...

-¿Diga?

-¿Puedo... pedirte un favor? -Los ojos del otro brillaron con interés mientras se revisaba entretenido las uñas de las manos.

-¿Apenas acabas de verme y ya quieres aprovecharte de mí, Sam? Cuán Winchester de ti. 

-No, no, disculpa, yo sólo...

-Estoy bromeando contigo, vamos, ¿qué necesitas? Estoy aburrido.

-Bueno... -Sam rogó no arrepentirse de eso luego mientras expresaba su pedido al arcángel.

-Oh, Sammy... -Gabriel terminó de oír al cazador y en su rostro se dibujó una sonrisa traviesa - Serías un excelente trickster tú mismo.

 ° ° °

En otra parte del bunker, Dean estaba disfrutando de uno de sus videos favoritos en su web para adultos de confianza, cuando a un costado de la pantalla le apareció un anuncio llamativo. Sin pensarlo, guió el cursor del mouse en esa dirección y pulsó la publicidad.

Había algo que no le cuadraba del todo en esa nueva película que se había abierto, pero por alguna extraña razón no podía encontrar las fuerzas para quitar sus ojos de ella. Quizá fuese la calidad de la producción... tal vez la bonita escenografía... 

...o tal vez que uno de sus protagonistas era idéntico a Cas.

Sorprendido, Dean maximizó la pantalla para poder ver mejor. El mismo cabello azabache despeinado, la tez clara, los labios rosados algo resecos, los ojos color zafiro... pero lo que más lo horrorizó (¿o asombró?) fue la agilidad con que ese clon del ángel se estaba moviendo sobre su acompañante, en pleno acto sexual. 

Continuó observando con la boca abierta, sin dar crédito a sus ojos, mientras los dos gemían y se contorsionaban en la pantalla, claramente disfrutando de su interacción. Dean jamás había visto algo así, y aunque una parte aún cuerda de su cerebro le gritaba que apagase eso y dejase de imaginarse a su amigo en una situación semejante, todo el resto de su atención seguía fija en cada movimiento del actor, cada mueca en su rostro, cada curva y músculo de su torneado cuerpo. Tanto así que estaba obviando un pequeño detalle: Eran dos hombres.

Minutos después de enmudecido asombro, Dean reparó por fin en el otro tipo del video, (el que estaba recibiendo las atenciones del falso Cas) y casi se atraganta con su propia saliva. El hijo de perra era la viva imagen de él mismo.

-¿Qué carajos? -Dean cerró la laptop espantado. ¿Qué diablos había estado viendo? y ¿¡por qué?! 

Seguro de que habría pasado demasiado tiempo viendo pornografía y que su cerebro se habría freído a causa de eso, generándole semejante confusión, el joven se levantó y decidió ir a revisar su Impala por segunda vez en la semana. Necesitaba alguna actividad masculina para olvidar el horror que acababa de presenciar. 

...Esperaba de paso que eso hiciese que su persistente erección dejase de pulsar cada vez que recordaba al falso Cas revolcarse con el falso él en ese condenado video.


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