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Escape por Merokochan

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Notas del capitulo:

*se asoma*

 

ejem.. todo bien? se puede?

 

pues en fin ni modo

 

HOLAAAA MIS AMORES, BIS BASTARDOS MIS LORDS Y LADYS!

como va todo? Mucho ha pasado por aca, muchas cosas asique la verdad me tare mas de lo esperado xd

mucho mas de hecho, pues bueno nada aca ha pasado de todo chicos.. algunas cosas muy copadas como el hecho de que me compre una tablet de dibujo yey!, estamos con laburo fijo y posiblemente hasta nos consigamos el poke espada este noviembre, me la fume con los sims 4 y demas giladas que ni al caso.. otras no tan copadas pero que ya saben lo de siempre, ansiedad, angustia un poco de esto un poco de aquello :v

Bueno y ahora finalmente puedo dedicarle un poquito aunque sea a escribir.. vamos que se puede chicos... a ver si llego a tener al menos 10 capitulos para fin de año xddd

espero que esten todos ustedes bien.. y se aprecia mucho mucho el apoyo brindado ya sea por aca como por otros lados chicos! son un tesoro! 

y ahora sin mucha mas charla.. he aquí el capitulo que mas me tarde en escribir (?)

La noche era oscura, no podía verse mas allá de unos cuantos metros de distancia. Pero eso no los detenía, la luna ausente no era obstáculo para aquél grupo que serpenteaba por las oscuras calles de la ciudad de Lurantis.
No faltaría mucho para que notaran su ausencia, así que debían moverse con rapidez para que, cuando el momento llegara ya estarían demasiado lejos para siquiera pensar en ello.La suerte estaba de su lado por ahora, con el foco de atencion en el circo o en las horas de sueño obligatorias... no habría nadie en las calles para detenerlos. El único problema, era que ninguno del grupo conoce con profundidad a la ciudad, siendo de noche la dificultad aumentaba al menos 3 veces mas.
A medida de que la noche avanzaba y la caminata se alargaba, los nervios y la ansiedad se iban apoderando lentamente de cada uno de los miembros del grupo, intentaban ser optimistas pero la realidad los chocaba como viento costero sobre sus caras.
Se estaban quedando sin tiempo y regresar no era una opción. Entonces un silbido fuerte los detuvo, agudizaron los sentidos y miraban por todos lados como si un fantasma saliera en cualquier momento a atormentarlos pero en vez de eso, un nuevo silbido casi les aturde el oído.

-¿Q- qué es eso?- titubeó nervioso Chiaki, jamás hasta donde recordaba no había oído algo semejante.

La duda compartida así como la ansiedad crecía, nadie tenia idea de que era ese sonido... al menos hasta que una columna de humo se empezaba a divisar tan solo del otro lado de la ribera, casi en el límite de la ciudad.

-¡Deberíamos ir hacia allá!... esa columna de humo ha de ser el tren que pasa por Lurantis- exclamó Takano, los demás dudaron por unos segundos pero no alcanzaron a decir nada ya que Takano y los leones de inmediato comenzaron a correr hacia esa dirección.
Tratando de ser sigilosos, optaron por buscar una forma de entrar por el área de servicio a los extensos andenes al aire libre de la estación.

-Ey, ¿y cómo sabías que el tren sería la manera mas rápida para salir?- increpó Misaki una vez que estuviesen escondidos al resguardo de la oscuridad

Takano suspiró largo, no le gustaba hablar mucho de su pasado por lo que apenas respondió
-Solía viajar en tren a menudo- y sin voltear para esperar la exigencia de mas información señaló uno de los primeros vagones a la orden de «ahora! subamos arriba». Todos le siguieron, a paso lento pero seguro aprovechando el escaseo de personal y las altas horas de la noche.
Claro que a los leones les resulto mucho mas fácil subir, aunque tuvieron que hacerlo en el vagón que le seguía y ese era del carbón. Pese a su fino olfato y aversión al polvillo que el carbón emanaba, no tenian otra opción. Los demás pudieron hacerlo en la fina escalera de bronce y madera lustrada del vagón hasta llegar al techo. Cuando llegaron allí, procuraron estar lo más quietos posible pero el techo era resbaloso y curvo en los bordes y eso sería sin dudas un peligro para el viaje. Un gruñido proveniente del vagón carbonero les llamó la atención.

«Vengan aquí, es, mas seguro que estén aquí» era el León Mayor, los invitaba a pasarse al vagón de carbón. Takano lo había entendido asique instó al resto a nuevamente seguir su guía. Todos se pasaron al vagón carbonero y aunque al principio parecía molesto para recostarse pronto encontraron la forma de estar al resguardo del frío y del viento.
Las ruedas del tren comenzaban a rodar, aumentaban en velocidad, el silbato sonó un par de veces indicando su partida y el humo que salía de la chimenea se acrecento haciendo que todos tosieran un poco debido a que no estaban acostumbrados a tal ambiente. Usagi al notar dicho humo negro, no podía dejar de mirar a Misaki, que trataba de aguantarlo mas casi sin exito. Misaki parecía presentir su preocupación, al regresarle la mirada mas eso también causaba cierta timidez en él sumado a una creciente tos producto de su ansiedad... despues de todo no se habían visto en varios años.

Chiaki mientras observaba la ciudad y como poco a poco el numero de casas se reducía, no podía dejar de pensar que toda esta situación y toda la información que tenía hasta ahora no le estaba ayudando en nada a averiguar quién era o siquiera si tenía a alguien esperando por él o buscándolo. Estaba realmente cansado, intentaba dormir pero alguien a su lado se lo impedía. Era Misaki, estaba claramente sufriendo del frío y eso causaba que un ligero escalofrío se empezara a notar aparte de su tos. Chiaki miro hacia ambos lados como impotente acerca de no saber como ayudarlo, hasta que reparó en Usagi-san que estaba frente a ellos con una cara de sufrido al verlos pero por alguna razón no se atrevía a acercarse. Le hizo señas para que lo hiciera. Dudó unos momentos, acercando su mano y de pronto deteniendose como si temiera hacer algo que lo lastimara o que él no quisiera que se acercara. Al parecer Misaki se dio cuenta de ello, levanto la vista y le sonrió mientras que tambien levanto su mano como si lo incitara a que le diera la suya. Usagi-san tomó su mano y con cuidado fue levantandose un poco para poder ir a su lado. Cuando llegó allí se saco el sobretodo que llevaba puesto y cubrió los hombros de Misaki. Este se sorprendió un poco, pero le tranquilizó un poco con un «estoy bien, eres tú quien debe cuidarse» y aferrandose al abrigo, se hundió en él y su fragancia bastante impregnada.

Mientras tanto, Takano estaba recostado en el costado del León joven. Miraba fijamente a los tres que estaban frente a él y el felino notó que su mirada no era precisamente de alivio sino mas bien, estaba preocupado.

-¿Qué te preocupa?-

Takano, no sabía si decirlo... ni siquiera estaba seguro del porqué pero había algo que lo estaba carcomiendo.

-¿Te preocupa desviarte de nuestro rumbo?- cuestionó el león. Aunque estaba preocupado por él.. no podía negar que también sentía curiosidad. Conocía a Takano lo suficiente para saber que si algo lo preocupaba.. no era moco de pavo.

-De hecho...- comenzó a decir Takano y tras una pausa pensando en como decirlo sin afirmar teorías que incitaban a la duda -lo que me preocupa es lo contrario... tengo el presentimiento que lo que sea que buscan ellos... tenga que ver con lo que estoy buscando-

El león le miró algo confuso, ¿qué podrían tener en común? Takano sólo buscaba el paradero de su padre desaparecido en cambio ellos, parecía que buscaban un lugar a donde ir. Ni siquiera parecían provenir de un mismo lugar, no se parecían en nada a la clase de gente que solía ver, gente acostumbrada a los lugares estrechos, con mucha gente alrededor y que suele salir de noche a los bares. Aunque pensandolo bien, el grupo parecen ser de la clase de gente que uno ve en el campo, tranquila, austera pero divertida y generosa...

-Casi no lo recuerdo... pero mi padre solía hablarme de que estaba a punto de cambiar al mundo, que las enfermedades serían curadas o algo asi- confesó, casi podía sentir arrepentimiento por no poder recordar mas que esas palabras.

El felino no supo qué decirle, solo pudo acercar su cabeza a su mano para que le acariciara y tal vez así pudiera relajarse un poco.

«Descansa... lo necesitas aun más que yo y lo sabes» le susurró entre ronroneos. Takano solo suspiró resignado y cerró los ojos para poder dormir.


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