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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

¡Hola chicos! Hola de nuevo, nuevamente una disculpa por el retraso… ¡Pero oigan! Les traigo esta vez 47 páginas en Arial 12 de puro amor jaja capítulo largo jiji.

 

Tenemos de nuevo una serie de datos culturales.

 

Para empezar, aldefa o adelfa es el nombre de un arbusto de vistosas flores rosadas y hojas verde oscuro, es una planta muy bella, pero está entre las plantas de ornato más venenosas. No pierdan de vista esta planta, tendrá relevancia más adelante.

 

Jim Beam es una marca norteamericana de whisky producida desde 1795. Tal vez recuerden el capítulo de “Cálido muérdago” y el pequeño encuentro de Demencia con esta bebida, esta es la marca que ellos bebían.

 

La canción importante en este capítulo es Blues in the night, no tanto la letra si no el estilo. Yo amo la versión de Ella Fitzgerald la reina del Jazz, pero pues en esta ocasión su versión no está muy acorde con lo que busco en la escena, así que la versión más cercana es la de Tia Carrere, quizá les dé un poco de risa xD porque esa versión la cantó para una escena de la caricatura Duck Dodgers donde Queen Tyr'ahnee (o la reina marciana) la canta en un espectáculo. La verdad está muy bella su versión aun así y pues es lo que busco para esa escena.

 

Otro dato indispensable es uno patrocinado por The galaxy muffin, la bella artista me habló sobre este detalle hace tiempo y me pareció hermoso agregarlo a la historia (Visiten su página en Facebook <3). Se trata de un fragmento de “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes, en donde se analizan los componentes del "discurso amoroso", está muy interesante de analizar, en lo personal lo que he leído me ha gustado bastante, aquí les dejo el fragmento en particular.

 

“La verdad es que -paradoja desorbitante- no ceso de creer que soy amado. Alucino lo que deseo. Cada herida viene menos de una duda que de una traición: porque no puede traicionar sino quien ama, no puede estar celoso sino quien cree ser amado: el otro, episódicamente, falta a su ser, que es el de amarme; he aquí el origen de mis desgracias. Un delirio, sin embargo, sólo existe si despertamos de él (no hay sino delirios retrospectivos): un día comprendo lo que me ha ocurrido: creía sufrir por no ser amado y sin embargo sufría porque creía serlo; vivía en la complicación de creerme a la vez amado y abandonado. Cualquiera que hubiese entendido mi lenguaje íntimo no habría podido menos que exclamar: pero, en fin, ¿qué quiere?”

 

Y por último hay un dato que no voy a mencionar jaja incluí como siempre varias referencias, pero hay una en particular que quisiera ver si pueden adivinar, solo les daré una pista: se trata de una escena de una película de terror de los años 80. Suerte <3

 

Bueno algo más… Hace muy poco en un grupo de algo (no quiero ser muy específica) vi una publicación bastante despectiva hacia el trabajo de otros. Quisiera comentar que, si ustedes son dibujantes, escritores, cantantes o artistas de cualquier tipo (incluso pudiendo no ser artistas) jamás desilusionen a nadie, especialmente si ustedes tienen más experiencia, si son personas hábiles siempre traten de compartir consejos, de animar a otros a crecer, de compartir su trabajo y apreciarlo, es bueno y es importante para los sueños de muchos. Me han preguntado antes que “como hago para escribir así” me han pedido consejo y lo mejor que puedo decir es que siempre practiquen, que lean mucho, aprendan palabras nuevas, traten de usar los diferentes recursos literarios que se les proporcionan. No siempre escribí muy fluido, de hecho, antes escribía en amor yaoi, cerré esa cuenta y empecé de nuevo, pero tuve que practicar mucho para hacerlo mejor y aún siento que me falta bastante. Anímense a compartir su trabajo, enfrenten las críticas siempre de frente, recíbanlas para mejorar, pero sobre todo no dejen sus sueños de lado por la opinión de alguien más.

 

Sin más que decir disfruten por favor <3. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Alan Ituriel.

“La perra a la perrera” decía la publicación en HatBook, en la red social se visualizaba una fotografía del niño Billy jugando con una esfera para hámster que en su interior llevaba a Chienne Malum, la villana de sus pesadillas. La imagen había sido publicada por Mandy, una subsidiaria modelo de la organización, tan solo una niña pequeña a la que Flug le desarrolló un miedo irracional por mucho tiempo.

El científico no daba crédito a lo que veía, a pocos minutos de haber finalizado una revisión exhaustiva de toda la mansión en busca de más microbots, se dedicó a revisar sus redes sociales topándose con aquella publicación tan peculiar. No lo entendía, se preguntaba cómo era que la villana había acabado ahí, no le quedaba duda que aquello tenía la firma de Black Hat en todas partes, pero lo mataba la curiosidad por saber cómo había pasado. Sentía un enorme alivio, estaba mal que él lo dijera, pero ver cautiva a la villana, aparentemente muerta y muy lejos de su alcance, lo hacía sentir una paz en su pecho que tiempo atrás no sentía.

Esperaba impaciente la llegada del demonio, el sol brillaba, la tarde iniciaba, ya debía estar cerca para acabar con esa luz y devolverle a su hogar el aspecto sombrío que solo él podía darle, necesitaba verlo pronto.

Frente a la mansión aparcó una limosina negra de seis puertas, el vehículo se abrió, de él bajó un galante individuo de sombrero de copa que se acomodaba el saco y caminaba galante apoyándose sobre su bastón, su típica expresión de molestia llenó el ambiente de un aura oscura y el día dejó de ser bello de inmediato. El hombre se acercó a la puerta con la intención de tocar, se abrió de inmediato sin siquiera permitírselo, tras el umbral lo esperaba un joven de mirada verde con un semblante angustiado.

-Señor Black Hat. –Pronunció Flug tímido, se debatía si debía ser indiferente a su ausencia o recibirlo con toda la necesidad que tenía- Se ha… tardado… yo… -Titubeó.

Dejando de lado cualquier formalidad, el joven se colgó de su cuello, abrazándolo con fuerza, después de todo era su prometido, que más le daba sobrepasar los límites una vez más. Black permaneció quieto, estupefacto, no esperaba ese recibimiento y tampoco lo comprendía, poco a poco correspondió el abrazo, con aquella dificultad que su orgullo provocaba, lo abrazó con fuerza, se permitió oler ese aroma dulce que desprendía su cabello castaño, acariciar esa espalda ancha, no había bata, pudo tocar su suave piel. Se besaron con cariño, con deseo, momentos como aquel demostraban lo innecesarias que eran las palabras, el demonio devoraba sus tiernos labios como tantas veces, lo acariciaba con el claro mensaje de que ese instante subiría su intensidad, pero había algo distinto, no había rasguños o mordidas, ni dolor, ni brusquedad, solo toques delicados y respetuosos entre ambos. El doctor no ignoraba aquella peculiaridad, pero se dejaba llevar por el sabor embriagante de esa saliva ya conocida, era extraño sentir un tacto tan delicado por su parte, era como si la lejanía hubiera parecido eterna para ambos.

Por otra parte, Black estaba consciente de lo que hacía, no le importaba levantar sospechas, por segunda vez en su vida sentía miedo y nuevamente se debía al joven al que estrechaba con fuerza, miedo de perderlo. Todo suceso incómodo que él mismo se había propuesto a recibir con tal de engañar a la villana, pudo haberlo recibido el científico, pudo ser lastimado, ultrajado y hasta asesinado, y la posibilidad seguía latente, era tan frágil, tan efímero, tan valioso… debía protegerlo, tenía el poder de hacerlo, el problema era que él solo sabía destruir. Por el momento, la única certeza que tenía era la de poder disfrutar a ese joven nuevamente, sin restricción.

A sabiendas de lo tímido que podía llegar a ser el muchacho, Black lo cargó por la cintura, sin dejar de besarlo, lo llevó a la primera habitación con la que se toparon en el pasillo más cercano, una recámara completa, uno de tantos lugares de la mansión que estaba en desuso, un poco polvoriento y anticuado, pero funcional. Lo llevó a la cama, jamás había tardado tanto de deshacerse de su ropa, besaba su cuello con lentitud, tocaba cada parte de su torso por debajo de la camisa, tardaría tanto como quisiera, duraría tanto como pudiera.

Flug desabrochaba de a poco el chaleco gris de su demonio, deslizaba el saco largo tratando de avanzar, no era como si no disfrutara las caricias, pero tenía mucha necesidad de sentirlo. Finalmente, Black acarició su entrepierna, sintió la urgencia del chico en esa gran erección, cálida y palpitante, en ese jadeo que se desprendió de inmediato. Dispuesto a complacer a su doncel, se deshizo del pantalón y llevó su lengua salivosa hasta el miembro de este, adoraba escuchar esos gemidos tenues que poco a poco elevaban su volumen, se enredaba en él, chupaba cuanto podía sin lastimarlo, introdujo un par de dedos en su entrada, había que preparar terreno, estaba siendo complaciente. El científico se estremecía, se aferraba a las polvosas cobijas, tenía una cálida sensación en su pecho, todo era tan amable, amoroso, cuando el ensombrerado se acercó a besarlo nuevamente, aprovechó el instante para dejar al descubierto su falo vigoroso, quería apresurar las cosas un poco, enredó las piernas alrededor de las caderas del demonio invitándolo a continuar.

-Por favor… señor… -Rogó entre jadeos.

Black se detuvo a contemplar esa mirada verde suplicante, sobre un intenso rubor, le parecía tan bello, pensó que quizá le había permitido por tanto tiempo usar la molesta bolsa de papel por lo abrumadora que podía llegar a ser su belleza, una manera de protegerse de lo que ahora adoraba tanto, una belleza engañosa, una hermosa Adelfa, tan sublime en apariencia y venenosa en esencia, ¿Quién podría asegurarlo? Ni siquiera él mismo sabía lo que era sentir amor tan solo algunos meses atrás. Escapando del trance regresó a esos labios suaves, se aferró a sus muslos y se abrió paso en su interior, una estocada lenta.

El joven arqueó la espalda ante la punzante sensación, siempre dolorosa por la gran extensión de su pareja, pero de inmediato llegaba esa excitación, tan exquisita sensación que ese encantador demonio crápula de costumbres sicalípticas le provocaba, solo él lo hipnotizaba fácilmente, aquel individuo de apariencia peculiar y carácter fiero se había encargado bien de mostrarle que cuando no estaba colérico podría llegar a ser su galante caballero de armadura oxidada, hábil para volverlo disoluto.

Era toda una paradoja desorbitante, cada herida interna provocada a partir de esa precoz unión eran consecuentes a la creencia de ser amado, porque no puede traicionar sino quien ama. Demostrar amor se volvía un deber cuando se pretendía no lastimar a quien se amaba, pues era tan sencillo delirar y creer ser amado y sufrir por creer no serlo al mismo tiempo, la duda los inundó por un pequeño episodio de su relación, el mismo miedo a perder los hizo perder y lastimarse mutuamente, pero una luz los devolvió al sendero, aceptarse merecedores el uno del otro les dio la posibilidad de dar un paso adelante. Se volvió crucial entender que el amar al otro y tener la confianza de ser amado era suficiente para estar satisfechos, que el amor no duele, pero vaya que es complejo.

Las estocadas continuaban, aumentaban su ritmo, se resbalaba en ese cálido interior estrecho, las piernas de Flug ahora descansaban sobre los hombros del villano, eran movimientos profundos, el doctor podía sentir como golpeaba su interior, lo hacía mojarse y gemir, le regalaba al demonio una expresión sumisa y excitada.

- ¡Ah! Mas… Black Hat. –Exigió, se aferraba a los brazos fornidos de su pareja.

Black se deleitaba con la melodía, recibía gustoso esa sensación eléctrica que le provocaba penetrarlo, sentía la humedad de Flug en su vientre, muestra de su inminente eyaculación. Acarició suavemente su mejilla, pellizcó esos rosados pezones, su piel era tan tersa y por primera vez estaba intacta, prosiguió a masturbarlo mientras lo penetraba, los gemidos irregulares del chico le indicaban que era demasiado para él, justo lo que quería.

-Grr… Eres delicioso Flug… –Gruñó- Déjame probar más de ti. –Pidió.

Los espasmos aparecieron, el doctor se tensó, cerró sus piernas aprisionando el cuello de Black, y lo dejó correr, la postura provocó que su semen manchara su pecho, el demonio lamió con su larga lengua las pequeñas gotas en él. Las piernas del científico ahora temblaban, el villano se abrazó a él dejando que descansaran en sus caderas y continuó, la mayoría de las veces debía seguir, aunque su doncel estuviera exhausto.

-Ahh… lo amo señor… -Susurró en su oído provocando un escalofrío que recorrió la espalda del demonio- …adoro sentirlo dentro, –Continuó, lascivo- siga, más fuerte…

-Ugh… O să termin. –Pronunció fuera de sí.

El encuentro culminó en un instante de quietud, Black estrechó al doctor con fuerza, se mordió el labio y se corrió en su interior, jadeaba con pesadez, tras unos segundos se levantó, de su labio corría un hilillo de sangre, Flug lo tomó del cuello y lo acercó a él, relamió la sangre de sus labios y lo miró con picardía.

-Bienvenido, señor Black Hat. –Saludó por fin.

Black se acomodó en la cama junto a él, se quitó el sombrero de copa y se recostó en las polvorientas cobijas.

-Esta habitación es un asco, dile al oso que la limpie. –Ordenó.

-Sí, señor. –Soltó una risilla y se recostó sobre su brazo- ¿Por qué no me lo dijo? –Se atrevió a preguntar.

- ¿Decirte que?

El doctor se sentó sobre la cama, lo miraba serio.

-Usted sabe.

-No es asunto tuyo, son cosas de negocios.

-Soy su empleado… y su prometido, es mi asunto también.

Black bufó. –Porque eres un terco y habrías querido ayudarme.

-Habría podido ayudarle. –Dijo molesto.

-No. –Respondió tajante- No habrías podido, solo hubieses estado en peligro… ¿Cómo mierda te enteraste?

-Había microbots espías por toda la mansión, usted dejó una grabación e indicaciones extrañas y la foto de Chienne está por todo HatBook. –Contestó con obviedad.

El demonio viró los ojos. –Ugh odio esa porquería… no importa, no era mi intención que no te enteraras, solo que no intervinieras.

-Estaba preocupado por usted. –Comentó en voz baja, Black lo miró atónito- Intuía lo que estaba pasando y usted no llegó a la hora que había acordado…

Black permaneció mudo, no sabía que responder, no esperaba nada de eso.

-Solo… la próxima vez, al menos… dígame que todo estará bien. –Pidió, se abrazó a sí mismo, lo miraba con tenue tristeza.

El demonio lo meditó un instante, asintió desviando la mirada, era más de lo que podía procesar, nadie más se preocupaba por él jamás.

Flug le sonrió dulcemente. –Le agradezco. –Depositó un tierno beso en su mejilla.

-Ugh… ¿Analizaste los microbots? –Preguntó desviando el tema.

-Lo hice… pero no encontré mucho, es tecnología similar a la mía, no pudo ser hecha por madame Malum.

-Olvídate de lo que has visto. –Ordenó, el doctor lo miró desconcertado- No pertenece a ningún villano, no podrás encontrar el origen.

-Pero…

-Solo olvídalo, yo me encargaré de eso… todo estará bien.

 

 

Fuera de la mansión Black Hat, una chica de cabello bicolor trepaba los muros, esquivaba pequeñas trampas instaladas por el doctor hasta llegar a una ventana medianamente abierta, dio un empujón y se introdujo en la habitación.

- ¡Hola Jim Beam! –Saludó a una planta en una maceta junto a la puerta- Te hace falta agua… o whisky.

Demencia dejó a un lado una funda de guitarra negra y dio un brinco sobre la cama, admirándola. La joven había regresado al fin a casa después de más de un día lejos del planeta, ansiaba volver, lamentablemente al despertar se topó con que la dueña del palacio donde dormía había salido, tuvo que esperar a su regreso. Decidió regresar a su habitación trepando por las paredes a fin de evitar preguntas respecto a su nueva posesión. Adoraba el regalo, era el mejor que había recibido en su vida, el problema era la procedencia, todo fue repentino, siempre se enfrentó a las sonrisas de Belle, a sus respuestas positivas y tratos amables a pesar de los comentarios despectivos y groseros que acostumbraba a darle, nunca lograba borrar su sonrisa, eso le molestaba, pero no tenía idea del por qué. El día y noche anterior fueron extraños, la serie de sucesos desataron en ella sensaciones que no había sentido en presencia de la dama conejo, se había divertido, vio a la mujer ser la gran villana que predicaba ser y sobre todo… se había sentido extrañamente feliz, no quería admitirlo, odiaba tener que hacerlo, pero Belle ya no le desagradaba como lo hacía antes, ahora no tenía idea de que pensar de ella.

Su móvil vibró, un Smartphone ligeramente estrellado de la pantalla, con una funda rosada y verde, y un llavero que tenía un diminuto camaleón de colores. La chica lo revisó, tenía un mensaje nuevo:

“Ha sido un placer haberte recibido en mi hogar, espero tenerte pronto de vuelta, podríamos divertirnos.

Atte. Belle Mort.”

El semblante de Demencia se tornó molesto ¿Cómo había conseguido su número? Ahora debía soportarla por ese medio.

“Como digas, Bonnivet.”

Respondió, soltó una risilla burlona, quizá aquello podría ser divertido.

 

Las semanas transcurrieron, las ocupaciones volvían, esta vez la mayoría del trabajo giraba en torno a los arreglos de la boda, tan solo un día fue dedicado a la grabación de “Los casos perdidos de Ciudad Playa”, un suceso que el doctor luchaba por olvidar, la peor de sus experiencias junto a Demencia grabando un video de orientación, la boda se había aplazado por eso, un esguince cervical y varias torceduras tardaron en sanar lo suficiente como para tener que alargar el plazo, al menos eso les había dado tiempo para llamar a los elegidos para ser padrinos, damas y caballeros de honor, una decisión difícil pero que al fin se había tomado después de largas discusiones con su jefe, especialmente aquella en donde el villano se negaba rotundamente a invitar a una tal Nicole, compañera de Flug en el bachillerato.

Las invitaciones se enviaron y todo subsidiario invitado se preparaba para la importante celebración, como era obvio nadie se atrevía a juzgar, pero obtuvieron más de un gesto de sorpresa ante la noticia, la pregunta más común era ¿Bajo qué religión? Como podría esperarse, no se realizaría una ceremonia bajo una religión que profesara a un dios adorado por los humanos, se realizaría bajo las fieles creencias de cualquier villano, aquellas en donde solo se le rendía culto al sombrero negro. Podría parecer muy narcisista casarse en un templo donde se practicaba la adoración a él mismo, pero finalmente no había nada mejor para hacer oficial la unión del mejor villano jamás visto y su mano derecha. Las reglas no eran extraordinarias y las nupcias muy similares a las de cualquier otra religión, se organizaría una boda bastante normal… con mucha más clase.

Lo lamentable de ser el empleado encargado de la administración de la mayoría de las tareas importantes de la organización, era no poder contar con nadie bajo su mando para ocuparse de los arreglos secundarios de la boda. Tremendamente atareado y estresado, el doctor iba y venía por toda la mansión, los Hatbots lo seguían a donde fuera, eran muy útiles para muchos deberes, pero cuando se trataba de decidir entre algo tan simple como el negro o rojo para los manteles de las mesas eran inútiles, no dejaban de solicitar su decisión, para casos como esos requería del ojo de alguien más humano.

Una serie de toques fastidiosos al timbre de la mansión terminaron por poner la cereza en el pastel en ese estresante día, aunque no esperaba lo que venía. El científico se dirigió a la puerta él mismo, intentaría aprovechar la visita inesperada para descargar su frustración sobre cualquiera que estuviera tocando el timbre de esa manera, pero un montón de rostros conocidos y amables lo hicieron bajar la guardia.

- ¡Hola Flug! –Saludó animosa Spectre Mistress para retraerse tímidamente de inmediato.

- ¿Cómo está mi almuerzo preferido? –Preguntó Farfala Tría Mátia, abrazándolo con fuerza y después arrugando intencionalmente la bolsa de papel sobre la cabeza de Flug.

-Una foto… -Se acercó Domina Edgy con su móvil en mano posando junto a ellos y sacando una fotografía.

El científico no tuvo oportunidad de decir nada, las tres chicas ya avanzaban al interior de la mansión, se acercaron de inmediato a uno de los Hatbots, hablaban entre ellas sin prestarle atención.

-Chicas. -Inició, se sostuvo el entrecejo- No tengo tiempo para…

-Relájate. –Pronunció una cuarta voz, seseante y ligeramente grave- Vienen a hacer su trabajo. –Aclaró Dominos Umbra entrando en la mansión, llevaba puesto esa vez su típico traje azul marino con hombreras.

- ¿Su trabajo?

- ¿Qué no es el deber de una dama de honor ayudar a los novios con la preparación de la boda? La novia no debe estresarse. –Le guiñó el ojo- Se suponía que vendríamos cinco, pero no pudimos contactar a Ékrixi… Y de hecho yo también vengo a hacer mi trabajo como “Caballero de honor” –Comentó haciendo comillas con los dedos.

- ¿Caballero de honor? –Preguntó extrañado- Pero tú eres…

-Shh… -Lo acalló y se alejó para unirse al resto- ¡Solo relájate! Ve a hacerte una manicura o algo, nos encargaremos de lo que haga falta. –Aseguró.

Flug permaneció en silencio, pensativo, en realidad jamás pensó en las funciones de una dama de honor más allá de verse lindas en la ceremonia, suspiró agradecido, aquello le daba tranquilidad, una tranquilidad efímera.

- ¡Flug! ¡Ven aquí! –Gritó Black Hat desde algún lado de la mansión- ¡Ahora!

El doctor bufó y corrió resignado hasta el lugar de donde era llamado, conforme se acercaba a la oficina de Black, podía escuchar una risilla chillona cada vez con más claridad, era una voz de mujer que no lograba reconocer.

- ¿Me llamaba? –Preguntó entrando en la habitación.

- ¡Pero miren a quien tenemos aquí! –Dijo de repente una voz de mujer con gran emoción- ¡Es la novia!

El doctor no pudo evitar sobresaltarse ante el recibimiento. Increíblemente alta y delgada, una mujer de extraña apariencia se acercaba invasiva a saludarlo, llevaba puesto un traje de arlequín en colores blanco y dorado, su cabeza estaba cubierta por un gorro con cuatro puntas de las cuales colgaban borlas doradas, su camisa de manga larga con encaje en las muñecas tenía patrones de rombos y grandes hombreras, llevaba unos pantaloncillos bombachos, unas medias largas con rombos y sus zapatos de pequeño tacón se adornaban con un pompón dorado en cada punta. Lo más extraño en su apariencia era su rostro, tan rígido que podría confundirse con una máscara, su piel era blanca como la leche y su maquillaje alargaba su sonrisa, agrandaba sus ojos y si se le prestaba más atención era posible ver que dibujaba a su vez un rostro rabioso, como si al verla de cabeza tuviera un semblante completamente distinto. La mujer se movía rígida, en cada ligero movimiento su cabeza se tambaleaba de tal modo que parecía no estar completamente unida a su cuerpo, era como una muñeca de cuerda. Todos la llamaban Eva la loca, aquel extraño ser era conocido como un hábil sastre, diseñaba y creaba cada atuendo de cada villano en Hatville, era la favorita de todos, no era una villana, pero tenía una gran fascinación por ellos, solía decir que adoraba el estilo y gracia de los villanos y que solo ellos le daban la inspiración para sus hermosas creaciones.

Flug la había visto pocas veces en la mansión, había diseñado por tanto tiempo los trajes de uso diario de Black Hat que no eran necesarias las pruebas o nuevas tomas de medida. Sabía bien que no era una presencia del todo agradable para el lord de la mansión, era extraña, habladora, insolente y siempre muy animada, pero el villano y cualquiera que la conocía toleraban su actitud por su talento y mera empatía, pues Eva la loca tenía la peor de las maldiciones otorgada por alguien con mucho odio, además de ser inmortal, Eva no podía mentir.

- ¿Qué tal? ¿Cómo se encuentra? –Saludó nervioso.

- ¿Qué tal? Todo bien, ¿Cómo me encuentro? Acalorada, incómoda, flacucha, hambrienta y maldita pero mejor que muerta… o tal vez no. –Respondió sonriente.

-La señora Eva viene hoy por el asunto de los trajes para la ceremonia. –Interrumpió Black notoriamente incómodo.

- ¿Viene por mis medidas?

-Oh no querido, –Rio- tus medidas ya las tengo, vengo por inspiración. –Sacó de un maletín blanco una libreta y un carboncillo de dibujo- Necesitaba verte, ver tus preciosos ojos, tu cabello, tu traje de científico loco… tu alma. –Se acercó, agachándose hasta quedar frente al rostro del chico, hizo una ligera mueca de molestia y le quitó la bolsa de la cabeza- Dije que necesito ver tus ojos y tu cabello, esto estorba.

-De… acuerdo. –Respondió resignado, ya estaba acostumbrándose a que todos descubrieran su rostro sin su consentimiento, parecía ser el único que no apreciaba lo que había bajo la bolsa.

Eva lo examinó con detenimiento, repentinamente sus ojos se agrandaron, abrió la boca con sorpresa para después volver a su extraña sonrisa.

-Vaya ¡Pero si eres más lindo en persona! –Comentó fascinada- Aunque muy joven para alguien como Lord Black Hat. –Se acercó al demonio, el aludido la miraba con indignación- No sabía que le gustaban pollitos, es usted todo un asaltacunas.

El científico estaba atónito ante la falta de respeto de la mujer y la sorprendente calma que guardaba el demonio… o algo similar, el villano encajaba las garras en su escritorio reprimiéndose por algún motivo. Se acercó a su pareja y acarició su hombro con cuidado, debía hacerlo, no había nadie como Eva en todo Hatville para diseñar sus atuendos.

-Y bien… ¿Quién llevará el vestido? –Preguntó la mujer.

Ambos se miraron extrañados, poco a poco el villano retomó su amplia sonrisa burlona, enarcando las cejas. El doctor estaba confundido, tardó en comprender la expresión que el demonio le dedicaba, esa mirada solo podía ser una insinuación hacia él para llevar el velo de novia. Avergonzado y ofendido estuvo a punto de replicar, hasta que una idea llegó a su mente.

-Yo se lo propuse a usted. –Soltó, sonriendo triunfante.

Black borró su sonrisa de inmediato, intentó articular palabra, pero no pudo encontrar una respuesta, estaba en jaque.

-Nadie usará un vestido. –Le respondió a la mujer, tajante y fastidiado.

-Es una pena… -Contestó cabizbaja.

El demonio se levantó de su asiento, sacó un cigarrillo de su bolsillo, lo encendió y abrió el ventanal tras su escritorio. Algo peludo y pequeño se lanzó repentinamente de la cornisa de un ventanal vecino cayendo dentro de la oficina, se trataba de un gato blanco de angora con heterocromía que tenía puesto un collar dorado de rombos blancos, el felino caminó hasta los pies del doctor y se restregó entre sus piernas.

Black bufó con el cigarrillo en los labios. - ¡Llegas tarde! –Le gritó enfadado- Controla a tu animal. –Le ordenó apuntando a Eva.

-Pero si el gato no ha hecho nada. –Dijo Eva, extrañada.

-Me refería a ti.

-Oh… ¡Que grosero! –Exclamó ofendida y comenzó a dibujar.

Flug solo observaba la escena, el demonio fumaba molesto recargado en el marco del ventanal, la sastre dibujaba con un puchero en los labios y él no tenía idea de que seguía haciendo ahí. El gato brincó al escritorio y se restregó en su brazo llamando su atención.

-Es muy bello. –Comentó acariciándolo- ¿Cómo se llama su gato?

-Pues gato ¿Cómo más? –Respondió con sencillez sin despegar la vista de la hoja.

-Discúlpala, su cordura se ha visto afectada con el pasar de los años… es el claro ejemplo de que el ser humano necesita mentir para no perder la cabeza. –Habló el animal sobre la mesa, con una voz profunda de mujer.

El científico reaccionó sorprendido, retrocedió un par de pasos sin dejar de ver al felino que giraba la cabeza, confundido.

-Tú hablas… -Comentó, incrédulo.

-Puedo ver que eres el genio de la mansión. –Contestó con sarcasmo- Tienes un gigante oso azul, una mujer que camina por las paredes y vas a casarte con un hombre gris sin nariz ¿Y te sorprende que yo hable?

-Uh bueno, yo… -Balbuceó.

- ¿Ya vas a terminar? –Interrumpió Black nuevamente.

-No, esto tardará.

-Los caballeros tienen prisa, Eva. –Apresuró el gato.

-Si… prisa, prisa, todos tienen prisa, yo tuve prisa y le dije que se veía bien, pero yo sabía que se había soltado un botón… y cuando se dio cuenta… bueno, ahora no puedo decir ni la más mínima mentirilla piadosa solo porque la camisa se abrió en medio de una reunión y se le salieron las… -Divagó frenética.

- ¡Eva! –La silenció el animal.

Aquella gata blanca no era simplemente una compañera de la sastre, representaba mucho más, era la voz de su conciencia, la delgada línea entre la cordura y la locura, un pequeño ser encontrado en la misma desgracia que ella, no siempre fue un gato, nadie más que ella misma sabía que había sido antes y cuál era su verdadero nombre, pero de lo que si había certeza era que en Eva encontró lo que en antaño no tuvo, ahora pasaba sus días junto a esa mujer loca por mero gusto de acompañarla y de ser una pequeña luz en su tragedia.

-Oh… si, si, no hablar del tema. –Dijo para sí- Te gustan los aviones ¿Cierto querido?, tu color es el azul… deberás llevar en azul todos tus accesorios.

- ¿Qué accesorios?

-Ya sabes, algo nuevo, viejo, robado…

-Prestado. –Corrigió el gato.

-Prestado, robado ¿Cuál es la diferencia?, al menos podrás ahorrarte el objeto azul.

El doctor miró a Black quien solo los escuchaba mientras encendía su segundo cigarrillo.

-Jefecito… no quisiera molestar, pero ¿Por qué solo yo llevaré esas cosas? –Le preguntó al demonio en voz baja.

-A este ritmo, mi objeto azul será esa arlequín asfixiada por mis propias manos. –Contestó hastiado, la mujer lo desesperaba enormemente debido a su lengua suelta y lamentablemente incontrolable. Exhaló el humo lentamente y se acercó a Eva- Presta atención, mujer demente. –Inició- Flug no es “la novia”, olvídate de vestidos, velos u objetos absurdos tradicionales de una, solo haz tu trabajo rápido. –Finalizó.

Flug sonrió enternecido, una fría y dura manera de defenderlo, siempre enmascarada por su orgullo y autoridad, pero finalmente lo protegía.

-No debe preocuparse mi lord. –Contestó con una sonrisa- Está listo.

Eva se puso de pie, se inclinó entregándoles la libreta, la mujer era incluso más alta que el demonio. Black recibió el cuadernillo, escudriñó la hoja y sin decir una palabra se la entregó al doctor.

Apenas vio el dibujo, Flug manifestó su admiración. –Es… ¡Perfecto!

 

 

Saliendo finalmente de la oficina, el doctor caminaba pensativo por el pasillo, sentía un hormigueo en el estómago. Desde aquél momento en el que Black Hat aceptó desposarse con él, vio los preparativos de la ceremonia casi como un deber más de su trabajo en la organización, hasta que vio ese dibujo, tan solo su imagen portando el traje con el que se casaría lo hizo vislumbrar la realidad, sentir nervios de pensarse frente al altar ¿Cómo había ocurrido? Jamás se imaginó casándose con alguien, mucho menos con su jefe, nunca estuvo en sus planes, solo sucedió, ni siquiera recordaba cómo era todo antes de su relación con el demonio, aunque apenas hubieran pasado algunos meses. Le quedaba también una incógnita mas ¿Cómo Eva la Loca había obtenido sus medidas?

- ¡Flug! –Llamó alguien, sacándolo de sus pensamientos. Dominos Umbra caminaba hasta él, se acercaba dejando detrás al grupo de chicas que lo acompañaban- Ya está todo listo.

-Excelente, que eficientes. –Respondió el doctor, agradecía el favor.

-Claro que sí, modificamos algunos detalles, espero no te moleste.

- ¿Qué detalles?

-Nada importante. –Contestó restando importancia- Debemos irnos, se nos hace tarde.

-Oh… bien, les agradezco que…

- ¡Nop! –Lo interrumpió Farfala- Umbra dijo “debemos”, todos, tú y nosotros. –Aclaró sonriente.

El científico la miraba confundido. - ¿Irnos? ¿De qué estás hablando?

-Sí, irnos, salir de aquí ¡Lejos! –Dijo con obviedad.

-Te tenemos algo preparado. –Comentó Spectre emocionada.

Domina veía entretenida su teléfono móvil, movía la pierna con desesperación. - ¡Ah! ¡Ya vámonos! –Gritó exasperada, comenzó a empujar al científico- Lady Belle ya viene y nos están esperando.

- ¿Esperando? ¿Quiénes? –Preguntaba sin entender nada, la chica lo empujaba y él apenas podía resistirse- Muy bien, aguarden. –Logró detenerse- ¿Qué está pasando?

El cuarteto intercambió miradas, Umbra suspiró resignado. –Vamos a tu despedida de soltero.

- ¿Qué?

-Ugh… tenías que arruinarlo. –Soltó Domina, molesta- Mira Flug, vas a casarte, que es casi lo mismo que perder tu libertad para toda tu vida, necesitas un momento para ti, una noche de libertad… o una tarde al menos.

-Eso… fue muy despectivo. –Comentó Umbra- Pero estoy de acuerdo con la loca cibernética, lo necesitas y queremos darte un momento que no puedas olvidar antes de casarte.

Flug permaneció pensativo, debía admitir que no sonaba mal, pero era demasiado complicado tratándose de Black Hat. –Black Hat jamás aceptará algo como eso.

-No tiene que saberlo. –Dijo Farfala encogiéndose de hombros.

- ¿Saben lo que sucederá cuando note que me he ido?

-Solo serán algunas horas, no va a darse cuenta.

-Además tenemos todo fríamente calculado. –Contestó Domina- ¿Qué clase de villanos nos crees?

- ¿Cuál es el plan… exactamente? –Preguntó inseguro.

 -Bien, esperaba esa pregunta. –Dijo la chica y sacó una tableta- Lady Belle Mort vendrá hoy a la mansión…

- ¿Cómo sabes eso?

-Pasó por la avenida Bowler en una limosina negra hace dos minutos, eso está a aproximadamente dieciséis minutos de aquí, las cámaras del banco en esa avenida la grabaron, pero comenzó a publicar en sus redes minutos antes, solo lo hace de forma tan continua cuando está viajando y obviamente se dirige hacia acá. Además, Demencia y ella intercambiaron comentarios en una publicación ayer y Madame Belle dijo que la visitaría, Demencia no trabaja hoy por lo que estará aquí.

La chica dejó al doctor incrédulo, aunque no podía dudar de su veracidad, la villana pasaba demasiado en las redes sociales y tenía contacto con todo, daba un poco de miedo.

-Lady Belle visita a Lord Black Hat dos veces por mes y permanece en la mansión por un periodo de cuatro horas aproximadamente, lo que nos da cuatro horas y veintidós minutos, si salimos ahora, para tener al demonio del sombrero entretenido, la dama no está haciendo planes de conquista por lo cual no requerirán de tu presencia, solo pedirá una bebida y seguirán su conversación de siempre.

-Y 5.0.5. servirá su té sin azúcar en tu lugar. –Completó Farfala- Ya lo acordamos con él.

-De hecho, tendremos más tiempo si Demencia se encuentra con Lady Belle en los pasillos. –Dijo Spectre.

Flug permaneció en silencio.

-Aterrador ¿Cierto? –Le dijo Umbra en voz baja.

-Demasiado… -Contestó el doctor- De acuerdo. –Aceptó inseguro.

- ¡Excelente! Pero no podemos salir por la puerta, vamos a tu habitación.

- ¿Por qué a mi habitación?

-Una, porque es el único con ventana al patio trasero –Explicó la araña- y dos porque Spectre quiere conocerla.

Bien, no podía decir nada al respecto, solo los siguió por el pasillo a su habitación. Parecía que todo podía salir bien, aunque había detalles que no estaban tomando en cuenta, el científico paró en seco recordando algo.

- ¡Esperen! –Alertó, sacó su tableta del bolsillo de su bata, debía cambiar las rutas de vigilancia de los Hatbots y Hatbutlers o serían grabados, además de desactivar momentáneamente el sistema de seguridad para poder salir- Listo, podemos continuar.

Al llegar a la habitación el doctor los empujó a todos al interior, debían cerrar la puerta antes de toparse con un Hatbot. Al entrar, una cara conocida los recibió a todos.

- ¿Teresa Gluck? –Preguntó Flug, sorprendido.

Tal como Flug, la chica trabajaba para la organización, ella visitaba posibles futuros subsidiarios y los convencía de unirse, era entusiasta y muy persuasiva. Como era de esperarse no era humana, ella era un Leprechaun, un tipo de duende irlandés, inmortal, de naturaleza espiritual y sin una forma establecida, pero le gustaba mostrarse como una bella joven de melena rubia, sombrero de copa con un lazo verde, un vestido púrpura de tirantes y unos zapatos negros de tacón bajo. La joven poseía interesantes habilidades mágicas, le apasionaba hacer travesuras a inocentes humanos, pero tenía una debilidad que la dejaba en el lugar de una simple subordinada, no era capaz de escapar si era vista, una característica de su raza, ser descubierta le robaba sus habilidades para esfumarse hasta que toda mirada se despegara de ella.

-Tu madrina de Arras a tu servicio. –Contestó con una sonrisa haciendo una reverencia.

- ¿También estás en esto?

- ¡Claro! Adoro hacer este tipo de locuras que pueden llevarnos a morir a todos. –Respondió emocionada.

Todos la miraron incómodos, era una posibilidad latente, estaban haciéndole una mala jugada a Black Hat, el resultado podría ser cualquiera.

-Ya no hay tiempo de preocuparnos por eso, Lady Belle llegará en cualquier momento. –Comentó Domina apurada.

-Debemos irnos ya o la dama va a darse cuenta de nuestra presencia. –Contestó Teresa.

La chica abrió la ventana, se acercó al doctor y puso sus manos en su pecho. –Muy bien Flug Slys, quédate quieto… -Una luz se desprendió de sus manos, del pecho del científico extrajo una mota brillante de energía que poco a poco se transformó en una moneda de oro en la palma de su mano y la dejó sobre la cama- Listo, esto engañará a la dama pooka, así no podrá saber que te has ido.

-No sabía que podías hacer eso.

-Trabajé para ella un tiempo, tuve que aprender trucos para engañar a los pooka y a su maldita habilidad para detectar presencias, es una copia pequeña de tu energía, servirá.

-Bien Mistri, es tu turno. –Anunció Farfala.

La chica demonio se colocó frente a la ventana, estiró los brazos hacia el frente y con mucho esfuerzo abrió un par de pequeños portales de la ventana al otro lado de la calle tras la mansión.

-Rápido, no puedo mantenerlos por mucho.

El grupo atravesó los portales, la chica demonio dejó que se cerraran finalizando la huida, todos sonrieron triunfantes, la primera parte del delito estaba hecha, secuestrar al doncel.

 

 

Frente a la mansión se detuvo una limosina negra y lujosa, Lady Belle Mort bajó de ella ayudada por uno de sus acompañantes altos y oscuros, la mujer llamó a la puerta y fue recibida por el gigante oso azul.

-Buena tarde querido 5.0.5. –Saludó sonriente.

Pasos rápidos se escucharon en el segundo piso, Demencia llegó agitada hasta la recepción tratando de disimular su cansancio, bufó molesta, esperaba poder alcanzar a abrir la puerta.

-Demencia, cariño ¿Todo en orden?

-Um… yo… -Balbuceó, inspiró profundo- yo te llevo con Black Hat. –Contestó decidida.

Belle parpadeó atónita, usualmente era ella quien debía pedírselo. Durante varias semanas, desde aquel día en el que Demencia durmió en el castillo de Belle, ambas se comunicaron a través de mensajes de texto, al principio eran mensajes simples, comentarios sin mucho contenido, pero con el pasar de los días las conversaciones tomaron forma, la chica lagartija había dormido poco por hablar con la dama hasta altas horas de la madrugada, comenzaron incluso a enviarse fotografías de sus actividades del día. Demencia pensó que sería una molestia, pero de manera repentina el ambiente se volvió ameno, las charlas divertidas y los planes aparecieron, pequeñas invitaciones a algún lado que aún no se cumplían, la dama le había prometido que cuando la viera de nuevo le diría algo importante, de inmediato sintió una ligera emoción que no pudo desaparecer por más de un día.

-Por su puesto. –Respondió contenta- Discúlpanos querido. –Le dijo al oso.

5.0.5. las vio irse, un poco confundido, recordaba a Demencia fastidiada por la presencia de Belle, pero ahora parecía entusiasmada, su familia era una locura sin lugar a dudas, había cosas que difícilmente llegaría a comprender. Sin más, el gran oso regresó a su labor del diseño del bello pastel de bodas que se le había encomendado, una tarea compleja por poder lograr un sabor que el villano no detestara, odiaba el dulce ¿Qué se supone que iba a hacer entonces?

Las dos villanas caminaron por el pasillo hacia la oficina, a paso lento, Demencia estaba notoriamente nerviosa, en cambio Belle aparentaba calma… pero solo en apariencia, se debatía internamente con que frase podría iniciar la conversación que venía, estaban por llegar al destino, debía ser breve.

-Querida… -Inició- me preguntaba… -Un lago silencio se hizo presente.

-Te preguntabas… -Dijo la chica, tratando de romper el silencio, la ansiedad se la comía viva.

Belle detuvo su paso, estaban demasiado cerca de la puerta a la oficina y no había avanzado nada en su charla, no pretendía ser muy directa ese día, el tiempo que llevaban hablando de una manera cercana era poco, solo quería dar un paso más cerca a lo que deseaba, se paró frente a la chica y respiró hondo.

-Sé que es repentino… cariño, creo que eres una chica muy especial, -Estaba ruborizada, apretaba su falda nerviosa- y de verdad te he tomado af… te he tomado…

-Me has tomado… -Habló la joven, estaba tal vez mas avergonzada por la situación y no entendía el motivo, ni siquiera sabía hacia donde iba aquello, aunque quizá lo suponía.

-Te he tomado afecto y…

La puerta de la oficina se abrió de golpe, una risa estruendosa de una mujer se escuchó en el umbral, Eva la Loca salía de la habitación.

-Le agradezco su tiempo Lord Black Hat, aunque seguramente el gato no.

-Eso es cierto. –Respondió el animal.

- ¡Ya lárguense de una vez! –Gritó furioso desde el interior.

-Oh Lady Belle Mort. –Dijo Eva, sorprendida, hizo una reverencia- No esperaba verla hoy, que gusto, se ve tan bella en ese vestido que yo misma diseñé.

-Le agradezco. –Respondió con alegría fingida, odiaba las interrupciones.

-No quiero quedarme a charlar más, así que me despido, me duele el cuello cada que hablo con usted, es demasiado baja de estatura. –Comentó alejándose- C'est la vie… ¡Nos vemos luego!

-Adiós. –Dijo el gato, tajante.

Ambas las observaron irse, un poco incómodas de continuar la conversación anterior después de eso. Caminaron en silencio al interior de la oficina, el villano las vio entrar notando especialmente la seriedad de la dama y el extraño ambiente tenso.

-Lady Belle. –Saludó el demonio.

-Oh… mi Lord, que placer verlo. –Respondió sin mucha emoción.

Demencia vio la mirada interrogante de parte del villano, no quería dar explicaciones, decidió marcharse.

-Hablamos más tarde. –Le dijo a la villana- No te vayas sin despedirte. –Pidió y se fue sin más.

Belle la vio irse, admirada y con las palabras atoradas en la garganta. Demencia salió a toda velocidad del lugar, caminó rápido por el pasillo hasta alejarse lo suficiente, cuando se cercioró que nadie la veía se talló el rostro con desesperación y gruñó, se sentía extraña, ansiosa, le costaba admitir que tenía miedo por lo que la dama conejo pudiera decir, no tenía una certeza, pero si era lo que imaginaba no estaba segura de que iba a responder, solo pudo decirle que le tenía afecto y eso ya lo sabía, pero había algo más, lo que le preocupaba era que tenía muy en claro que no quería rechazarla, entonces ¿Cuál sería su respuesta?... tal vez estaba imaginando cosas, esperaba estarse equivocando.

Black Hat vio a la dama pooka estática, por varios segundos, la mujer estaba seria y no reaccionaba. El villano carraspeó trayéndola de vuelta, la villana se acercó en silencio y se sentó en la silla frente al escritorio, como siempre.

-Sabe Lady Belle... –Inició serio- siempre supuse que era una villana solitaria por su gran exigencia y ambición, pero ahora veo que en realidad es usted de gustos… peculiares. –Finalizó con burla ampliando su sonrisa de dientes afilados.

La mujer lo miró confundida, analizando las palabras, se ruborizó y su semblante se tornó indignado al reconocer la frase.

-No es gracioso mi Lord. –Respondió ofendida y avergonzada.

El demonio soltó una ruidosa risotada. – ¿Gusta algo “especial” para beber hoy? –Invitó, sabiendo perfectamente lo que la dama necesitaba- debo suponer que la charla de hoy será… interesante.

-Ginebra… por favor.

 

 

En otra parte, un pequeño grupo de villanos jóvenes caminaban hasta un barrio peligroso y abandonado cercano a la mansión, la gran avenida estaba deshabitada, siempre era así por los constantes problemas que ocurrían debido a las visitas de subsidiarios de la organización Black Hat, nadie quería vivir ahí.

- ¡Llegan tarde! –Reprendió Ailyn Gema Valdoom, la vampiresa top model- ¿Qué rayos estaban haciendo?

-Tranquila murciélago, teníamos que ocuparnos de asuntos de la boda. –Respondió Umbra.

La joven Valdoom los había esperado muy bien acompañada, junto a ella estaban Cininda Lleyi, la hábil ladrona arlequín y Christine Vampy, una Succubus de piel y cabello azul atado en una coleta baja, ojos con heterocromía, pequeños cuernos, finas alas, vestida de chaqueta y pantalón de cuero negro, aquella chica era una nueva subsidiaria en la organización, el doctor conocía poco de ella; joven demonio promedio, con habilidades de seducción a los hombres como toda Succubus, aunque se sabía que era más seria y reservada que una. Ambas serían madrinas en la boda, Cininda se ocuparía de los anillos por obvias razones y Christine se encargaría del libro de oración de la ceremonia, tarea compleja en vista de que la ministro era ciega, el honor se le dio por su procedencia oscura.

-Fue molesto esperar… -Comentó Christine en voz baja.

-Ugh, dejen de quejarse y vámonos. –Interrumpió Lleyi.

- ¿A dónde vamos exactamente? –Preguntó Flug.

- ¡Mis padres salieron de viaje! –Contestó Gema, emocionada- Vamos a mi mansión, tengo karaoke y otras estupideces más.

-Estúpido karaoke, con estúpida comida y otras estupideces, para mi suena bien. –Dijo Farfala.

-Me… gusta la idea. –Comentó Flug, le sorprendía lo feliz que se sentía, nunca fue muy popular ni bien recibido por la gente, sentir que tenía amigos que lo apoyaban era lindo, aunque fuese esa clase de amigos, tan extraños como él- Les agradezco bastante que…

-Ahora lo ven. –Dijo una voz proveniente de algún lado, un portal oscuro apareció a los pies de Flug, el doctor cayó en él y el portal se cerró- ¡Ahora no lo ven!

Sobre un edificio, un individuo los observaba sonriente, un portal se abrió sobre su cabeza y Flug cayó de él, directo a sus brazos.

- ¿Pero qué mierda? –Dijo Domina confundida como todos.

- ¡Hey tú! ¡Devuelve eso! –Gritó Farfala, sacó su arco y flecha y apuntó directo a él.

Repentinamente algo como una sombra pasó volando a toda velocidad llevándose a Farfala de paso, la chica gritó por la sorpresa.

- ¿Qué rayos? ¡Suéltame!

Un chico de piel magenta, cabello negro, ojos de esclerótica verde brillante con una gran capa negra que lo hacía elevarse como un par de alas, cargaba a la chica de tres ojos.

-De acuerdo. –Respondió soltándola en el aire.

Umbra reaccionó atrapándola con una telaraña. -Nightmare Rouge.

-A tus órdenes Umbra. –Respondió.

-Tu, Nightmare, pedazo de… -Gritó molesta.

-Si ahí esta Rouge. –Inició Dominos Umbra- Eso significa que el que está en el edificio es…

- ¿Allister Guesness? –Dijo Flug, reacomodándose la ropa.

Conocía a cada villano en ese sitio, era extraño verlos a ambos ahí, eran el típico par de amigos inseparables, villanos profesionales, no convivían mucho con otros villanos. Nightmare Rouge era un goblin travieso y energético, de habilidades peculiares, volar no era una de ellas, ese poder era adquisición de la organización, pero tenía una gran fuerza y podía lanzar escupitajos ácidos a larga distancia, también era inteligente y bueno con las máquinas. Por otro lado, estaba Allister Guesness, un mago lunático, inteligente y calculador, calificado como uno de los mejores villanos de la organización, hábil para crear portales interdimensionales y diversos trucos de magia oscura, solía vestir de harapos, un saco largo morado roto de las mangas, pantalones remachados, botas mineras cafés, su cabello blanco alborotado contrastaba con su piel morena y en sus manos llevaba vendas que lo cubrían hasta el brazo, era poderoso y temible.

-Hola amigo. –Saludó sonriente y sacó de su bolsillo unas gafas oscuras, entregándoselas- Ten esto, se de tus ojos sensibles, mi magia puede ser muy… resplandeciente. –Dijo arrogante y puso su atención en las villanas- ¡Escuchen niñas! Este sujeto es un “novio” no una “novia”, necesita de compañía masculina para una gran despedida de soltero y les haremos el favor de ocuparnos de eso.

-Ya lo veremos. –Respondió Domina, sacó sus enormes tijeras y las lanzó con fuerza hasta el mago.

Allister abrió un gigantesco portal y las redirigió a la espalda de la chica, ella apenas tuvo tiempo de esquivarlas.

-Allister idiota, casi me...

Lleyi observó con detenimiento la habilidad del mago, con su largo látigo unido a sus manos intentó arremeter en su contra, el mago abría portales que re direccionaban los ataques hacia ella, pero era justo la intención de la ladrona, en un ataque logró tomarse a sí misma por la cintura y llevarse hasta la localización del mago a través del portal, lo atacó exitosamente provocándole un profundo rasguño sangrante en el brazo con el que se había cubierto, la villana hizo el ademán de volver a atacar, pero algo grande y pesado la golpeó por un costado empujándola al edificio vecino, cayó con dureza al suelo.

-Ugh… eso dolió… -Se quejó.

Junto a ella, un guante metálico se arrastraba poco a poco en dirección contraria, halado por una cadena, aquello la había golpeado.

-Ups, se me resbaló. –Dijo Alex Bras Metallum.

El joven villano semi humano de gran categoría en la organización, la miraba sonriente junto a Allister, llevaba puesto su usual traje azul con hombreras y capa roja, como un príncipe, y su antifaz medianamente cubierto por su cabello rubio, terminó de halar su brazo de metal hasta colocarlo en su sitio.

Bajo el edificio, Teresa intentaba con todas sus fuerzas atrapar a Nightmare, lanzaba ataques luminosos con el fin de atraparlo, las sogas mágicas que se desprendían de sus dedos quedaban atoradas en todos lados sin lograr detenerlo, hasta que pudo dar en el blanco, el villano cayó de bruces al suelo. La chica rubia sonrió satisfecha y se acercó.

-Vaya, parece que atrapé un asqueroso goblin.

-Silencio duende. –Respondió alguien más, la chica fue jalada de las piernas hacia abajo, quedando enterrada en el suelo hasta la cintura- Quiero mis monedas de oro.

Del suelo subió, atravesándolo como un fantasma, Dark Phantom, con aire arrogante el villano peli blanco de traje negro con detalles en azul y capa larga, se llevó a Rouge del mismo modo en el que él llegó. El villano de élite se reunió con el resto.

El doctor observaba la escena, indeciso, no estaba seguro de que hacer, era una riña entre villanos en la que definitivamente no quería involucrarse, pero todo era por él.

-Saben… no tengo problema con tener mi despedida de soltero junto a las chicas. –Comentó nervioso.

- ¿Qué dices viejo? –Respondió Allister, indignado- Vamos, la pasarás mejor con nosotros, tenemos todo planeado.

- ¡Nos vemos chicas! Ha sido todo un placer humillarlas. –Se despidió Dark Phantom.

- ¿Qué tal si nos acompañas Umbra? –Invitó Allister.

La araña lo meditó un instante, se encogió de hombros y lanzando su telaraña subió al techo junto con ellos.

- ¡¿Qué?! ¿Es en serio Umbra? –Preguntó Farfala, enojada.

El aludido solo le sonrió y se despidió con la mano. El grupo de chicos se alejó por los edificios arrastrando a Flug con ellos.

- ¡Aaaargg! ¡Maldito traidor! Tú, Dominos… Ugh… -Balbuceó Farfala- ¡Pizza!

 

 

El grupo corría por los techos de los edificios, el doctor se sentía un poco culpable por eso, pero era tonto resistirse, estaba en manos de villanos, no iban a dejar que se fuera, aunque la presencia de Umbra lo tranquilizaba.

-Y… ¿A dónde vamos? –Preguntó el científico.

- ¡Al molino rojo! –Respondió Nightmare Rouge, entusiasmado.

-Vaya, un cabaré. –Comentó Umbra- Ustedes sí que tienen estilo. –Dijo tecleando algo en su móvil.

-Pues claro, se trata de nosotros. –Contestó Phantom, arrogante.

-Apresuremos esto. –Dijo Allister y abrió un gran portal frente a ellos, todos se lanzaron en su interior al mismo tiempo.

 

 

- ¡Nunca! En todos mis años como ladrona, nadie ¡Me había arrebatado un botín! –Gritó Lleyi, colérica- Menos un grupo de estúpidos engreídos.

-Necesito que alguien me ayude a salir de aquí. –Comentó Teresa intentando zafarse del asfalto.

- ¡¿Dónde maldita sea está mi arco?! Argh maldito Nightmare. –Dijo Farfala.

Christine Vampy las miraba a todas haciendo rabietas, molestas por el repentino ataque. –Bien, ya cállense todas. –Habló llamando su atención- Esto no puede quedarse así, teníamos un plan, debemos recuperar a Flug… o Black Hat va a asesinarnos si algo le sucede.

-Él no sabe que fuimos nosotras. –Contestó Valdoom.

- ¿Qué no? Los Hatbots nos grabaron al entrar en la mansión. –Respondió Spectre- Va a saber que fuimos nosotras.

-Olvídense de eso, esto se trata de nuestro orgullo como villanas, un grupo de idiotas nos robó a un nerd ¡Los superábamos en número! –Dijo Lleyi.

-No quiero ser pesimista, pero si no nos deshacemos de Allister no vamos a poder lograrlo, es un maldito mago tramposo y muy fuerte. –Comentó Teresa.

Mientras discutían, Domina tecleaba en su teléfono, marcó un número telefónico y esperó a que contestaran.

- ¿Y tú a quien estás llamando? –Cuestionó Christine.

-A la organización Black Hat por supuesto. –Respondió con obviedad.

- ¿Estás demente? Espero que recuerdes que nos acaban de robar al científico loco que crea los juguetes de esa organización. –Dijo Farfala, exasperada.

-Yo no estoy demente, pero se quien sí –Comentó sonriente- y no busco esa clase de servicios… ¿Hola? –Contestó la llamada- Si, habla Domina Edgy y quiero contratar los servicios del Alebrije.

 

 

- ¡Demencia, tienes trabajo! –Gritó Black Hat después de recibir una llamada solicitando sus servicios.

La chica asintió con una sonrisa falsa, por primera vez no estaba muy contenta de tener que salir, se suponía que esperaría a Belle para tener esa conversación que antes alguien interrumpió, si salía no podría estar ahí cuando se marchara, pero el deber llamaba y no podía desobedecer al demonio, quizá si se daba prisa podría regresar a tiempo. Al salir le dedicó una mirada angustiada a Belle.

-Esto lo complica todo… -Comentó Belle, terminando su quinta copa de ginebra.

-Regresará pronto, es un encargo muy cerca de aquí y es bastante eficiente. –Respondió el villano- Aun no me explica cómo fue que sucedió.

-Ni yo me lo explico, somos completamente opuestas, pero hay algo en ella tan…

- ¿Diferente? ¿Especial? –Completó con una sonrisa burlona- Lamento poder decir esto, pero no es extraordinario, es producto de la costumbre, estamos habituados a subordinados complacientes, indiferentes y temerosos, algo distinto resulta bastante… tentador, agradable quizá. Demencia siempre la detestó… pero también fue honesta todo el tiempo.

-Usted realmente ha aprendido mucho al respecto. –Comentó admirada- Honestidad es lo que necesito en mi vida –Dijo cabizbaja- y un poco de locura tal vez…

El villano rio. –Voy a casarme por algo que inició igual, sería muy idiota no haber aprendido nada. –Le dio un trago a su copa- Pero no puede ahogarse en ginebra todo el tiempo, la lagartija debe enterarse de lo que siente.

- ¿Cómo se supone que voy a decírselo?

-No lo haga. –Se inclinó y le sonrió- Demuéstreselo.

La dama soltó una risa muy poco propia de ella, estaba alcoholizada. –Está usando mis propias armas en mi contra, que bajo ha caído.

 

 

Era un lugar más amplio de lo que aparentaba por fuera, prácticamente todo el sitio estaba a oscuras, la única luz visible en aquel gran salón era la luz de bar y las luces amarillas del escenario, una tarima larga alfombrada en rojo y rodeada por las mesas circulares de varios clientes, de fondo podía escucharse un blues ligero.

El grupo de chicos estaba sentado en una de las mesas cerca del escenario, bebían cervezas y comían frituras.

- ¿Qué tal eh? ¿No es grandioso? –Preguntó Allister.

Flug solo asintió mientras le daba un trago a su soda fría, se había quitado su bata y guantes, se sentía extraño vestido así en un sitio tan elegante, ellos eran los únicos con trajes extraños en todo el lugar, evidentemente los únicos villanos.

Los reflectores se encendieron apuntando al fondo del escenario, las cortinas rojas aterciopeladas se abrieron y música de diversos instrumentos dio inicio a una canción de blues. Nightmare aplaudió emocionado y chifló con los dedos en la comisura de los labios.

-Ya va a empezar. –Dijo Allister sonriente.

-Les encantará esto. –Comentó Dark codeando a Flug.

-My mama done tol' me… -Cantó de repente una voz de mujer, profunda y suave, bastante sensual- When I was in pigtails, My mama done tol' me… -Una figura femenina se mostró en el escenario, vestida de baby doll de tipo corsé en color rojo, con unas medias largas atadas a un par de ligueros sobre sus largas piernas de piel morena, su cabello largo rojizo ondeaba hacia atrás, combinaba con su labial rojo intenso en aquellos labios gruesos, sus ojos de color oscuro bajo unas cejas enarcadas, eran grandes y penetrantes, caminaba por el escenario contoneando sus anchas caderas y grandes pechos con su pequeña cintura. Era realmente sexy, cantaba suavemente mientras hacía gestos lascivos a quienes la miraran.

Flug tragó pesado ¿A dónde rayos lo habían llevado? Si Black Hat se enteraba que estaba en un lugar como ese lo mataría sin piedad, lo peor era que tenía que admitir que si alguna vez pensó en el tipo de mujer que le atraía, era igual a ella.

-Now the rain's a-fallin', Hear the train a-callin, "¡whoo-ee!” –Continuó la cantante aferrada al micrófono y moviendo las caderas al ritmo de la música- My mama done tol' me…

-Es hermosa ¿Cierto? –Susurró Alex- Parece ser la joya del lugar.

El doctor bebía nervioso su refresco, no podía dejar de mirarla, pero se sentía tan culpable.

-Me parece… familiar. –Comentó Allister con ligero recelo.

-¡Estás loco! Jamás has conocido a una chica como esa. –Se burló Nightmare.

El científico miró a Umbra, la araña tecleaba en su celular entretenido, ni siquiera prestaba atención al escenario, cuando devolvió la mirada a la tarima, la cantante estaba muy cerca de su mesa, se bajó del escenario acercándose mientras continuaba cantando.

-A-whooee-ah-whooee ol' clickety-clack's –Cantó con voz potente, dirigió su Mirada al doctor y le sonrió con complicidad- A-echoin' back th' blues in the night.

La mujer se paseó a sus espaldas, acarició los cabellos de Allister, peinándolos, el mago se estremeció ante la caricia, los chicos la miraban embobados, pero Flug ya no sabía a donde dirigir la mirada.

-From Natchez to mobile, from Memphis to St. Joe… Wherever the four winds blow. –Cantó con voz ronca frente a ellos, les estaba dedicando un fragmento de su interpretación- I been in some big towns, an' heard me some big talk, -Se puso junto al científico, el resto de los villanos se apartaron dándole espacio- But there is one thing I know.

A Flug no le quedó otro remedio que mirarla directamente, la joven mujer estaba cantándole a él. El verdadero problema apareció cuando la artista se inclinó y se sentó sobre las piernas del doctor, pasando sus brazos sobre sus hombros, acariciándolo y anclándose en él, el chico estaba terriblemente avergonzado y nervioso, sus mejillas completamente rojas al ver esos labios gruesos y ojos despampanantes tan cerca de él, la chica lo obligó a acariciar sus piernas suaves. Más que gustoso, el doctor estaba incómodo, la mujer era hermosa y la situación muy sugestiva, pero no se atrevía a mirarla de otro modo que no fuese como una simple artista, no podía.

Allister presenció la escena al principio como una situación bastante divertida y digna de envidiarse, era excelente que la chica estuviera justamente con el futuro novio, pero al mirarla con detenimiento pudo notar que algo no cuadraba, le parecía increíblemente familiar, había algo extraño en ella.

-A man's a two-face, a worrisome thing who'll leave you to sing… the blues in the night… -Finalizó su cantar acariciando la mejilla del chico y pasando el pulgar por la comisura de sus labios.

-Ese perfil… -Dijo Allister para sí, abrió los ojos al darse cuenta de quien se trataba, se levantó de su silla de golpe alertando al grupo- ¡Es una trampa!

La cantante lo miró, le sonrió con una mueca distorsionada de dientes afilados. –Ahora lo ven… -Dijo chasqueando los dedos, un halo rosado apareció a los pies del doctor, se abrió un portal y cayó en él con todo y silla, la mujer se alejó antes de caer junto con él- ¡Ahora no lo ven! –Gritó y se paró sobre la mesa, una energía brillante y rosada la cubrió, al desvanecerse su apariencia había cambiado por completo, su piel se volvió grisácea, su cabello antes rojizo ahora era blanco con mechas rosadas peinado hacia arriba, la esclerótica de sus ojos ahora era negra y contrastaba con una pupila amarilla, su vestimenta cambió a la clásica que llevaría una bruja; vestido negro con corsé, listones en rosa que adornaban su cintura y hombros, unas botas largas negras y unos guantes largos abiertos de los dedos que dejaban ver sus uñas pintadas en negro.

- ¿Maggie Heks? ¡¿Es una broma?! –Gritó Allister preparándose para el posible combate.

Las puertas y ventanas del lugar fueron derribadas, los clientes y trabajadores del sitio salieron en cuanto tuvieron oportunidad, alarmados.

-Excelente. –Dijo Lleyi entrando por la puerta.

-Tenemos diez minutos antes de que la policía o los héroes lleguen. –Comentó Domina.

Cada una de las villanas entraron al sitio cubriendo cada posible escapatoria del grupo de villanos, los chicos se pusieron en guardia esperando lo que pudiese venir.

Del techo se lanzó una chica de cabello bicolor a la cabeza del grupo, sonreía triunfante y llevaba a Flug en brazos. –Buen trabajo, bruja.

-Hola loca. –Respondió Maggie.

La bruja era una villana muy peculiar de la organización, reconocida como una experta en su trabajo, ganadora de los mayores reconocimientos y siempre en riña constante con Allister Guesness, al igual que él era una maga muy poderosa, una bruja, pero por alguna razón que el mago no entendía siempre estaba un paso adelante de él, se detestaban mutuamente. En realidad, Allister no era el mayor objetivo de su odio, a pesar de ser una villana temida, la mujer era la única villana en todo Hatville que odiaba con toda su alma a Black Hat, fue la subsidiaria más complicada de Teresa Gluck, convencerla fue su mayor logro y la bruja solo aceptó porque su mejor amiga en todo el universo era la trabajadora más fuerte del villano del sombrero, Demencia.

- ¿Demencia? ¿Qué estás haciendo aquí? –Preguntó el doctor mientras la chica lo bajaba.

-La contratamos –Respondió Domina- y ella llamó a Maggie.

-Le gusta patearle el trasero al vagabundo de cabello blanco. –Completó Demencia.

-Muy inteligentes. –Comentó Umbra, acercándose al grupo de chicas desde el otro lado del lugar.

Farfala se acercó y le depositó un fuerte puñetazo en el brazo. - ¡Eres un idiota! Me asustaste. –Le gritó, la araña se sobó adolorida uno de sus cuatro brazos- Aunque me alegra que hicieras esto, el mensaje llegó justo a tiempo. –Dijo mostrando su teléfono móvil con un mensaje de Umbra, el texto decía la dirección del sitio donde se encontraban.

-Tu… ¿Nos traicionaste? –Cuestionó Phantom indignado.

Umbra solo sonrió encogiéndose de hombros.

-Vamos a mostrarles lo que tenemos… -Susurró Maggie para sí- Bien mago de pacotilla, ven y dame todo, bebé.

Allister formó un disco luminoso que se movía entre sus dedos, lo lanzó a la bruja seguido de varios ataques iguales, Maggie esquivaba los ataques y los re direccionaba a través de portales, pero el mago lo repetía, una batalla de portales había comenzado, movimientos ágiles y miradas intimidantes se mostraban en el encuentro. La bruja estaba muy ocupada, pero al menos habían sacado al mago de la contienda.

-Estamos perdiendo el tiempo. –Habló Domina, sacó sus tijeras gigantes y se lanzó al ataque, tomando como primer objetivo al villano del brazo metálico.

Alex detuvo el filo de las tijeras con su brazo de metal, recibiendo de inmediato una dura patada por parte de la villana aprovechando su distracción.

-De… acuerdo. –Inició Umbra acercándose a Flug- Tu y yo nos vamos.

- ¿No piensas ayudarlas?

-Nop… será mejor que no nos metamos en esto, ellas tienen un plan, además si sales herido todos estaremos muertos, mejor disfrutemos del espectáculo.

El doctor no estaba en desacuerdo con eso, no quería llegar en pedazos a su boda o tener que aplazarla más, además era una regla importante que tenían los trabajadores de la organización; él, Demencia y Teresa no debían meterse con los villanos subsidiarios, aunque era claro que a Demencia no le importaba y Teresa se veía bastante entretenida.

La chica leprechaun batallaba con Dark Phantom daba brincos por todas partes esquivando los agarres del chico fantasma, no quería terminar como la última vez, lanzaba sus ataques luminosos esperando atraparlo.

- ¿Qué pasa duende? ¿No puedes escapar? –Se burló Dark- Eres inútil cuando alguien está viéndote.

El chico se sumergió en el suelo, levantó los brazos atrapando un par de piernas, para su mala suerte no se trataba de Teresa, el villano se había enganchado de los tobillos de Spectre, la chica demonio le sonrió complacida, habilidades como las de él no podían afectarla. Spectre lo tomó de las muñecas alzándolo con su gran fuerza y lo arrojó haciéndolo rebotar en el suelo, Phantom se incorporó con dificultad e intentó volver a hundirse, pero Teresa atacó atrapándolo al fin, dejándolo enterrado hasta los hombros.

-No puedes escapar de eso fantasmita. –Comentó triunfante- Inhibe tus poderes.

Las flechas de Farfala se incrustaban en las paredes, trataba de atravesar a Nightmare, le importaba poco matarlo en el proceso, aunque lo dudaba, su puntería era perfecta y no le daría el placer de morir antes de lo que iban a hacerles cuando los tuvieran a todos, el problema era que el goblin no dejaba de escupirle ácido mientras volaba, la villana debía esquivar sus ataques y disparar al mismo tiempo. Otro ser volador derribó a Nightmare chocando contra él, Ailyn Valdoom se había lanzado en su contra, tumbándolo en el suelo, la vampiresa sonrió divertida, mostró sus largos colmillos y lo mordió en el cuello.

- ¡Aaahhh! ¡No! ¡Suéltame! Maldito murciélago. –Gritó desesperado.

-Eres el primer hombre al que no le gustan las mordidas en el cuello. –Dijo juguetona y lamió la sangre que escurría de la herida.

-S-si me gustan… pero no en este contexto… -Se excusó avergonzado.

-Lamentablemente no me gustan los goblin. –Se puso de pie dejándolo en el suelo.

El villano intentó levantarse, pero no podía siquiera moverse, la vampiresa lo había dejado paralizado con el veneno de sus colmillos.

-Bien, se terminaban mis flechas. –Dijo Farfala acercándose.

-Eso lo detendrá por… unas horas tal vez.

En otro lado Domina continuaba atacando a Alex, el chico no cedía, pero retrocedía poco a poco, la villana era fuerte para ser humana, un pequeño error provocó que él lograra golpearla lanzándola lejos, su otra mano era casi inútil, pero un golpe con su brazo de metal podía ser fatal. Bras Metallum lanzó su brazo con el fin de mantenerla lejos y finalizar su encuentro, pero el artefacto fue detenido por Demencia, la chica sostenía el puño con una sola mano protegiendo a Domina, aprovechando el hecho de que el brazo estuviera unido por una cadena a su dueño, la chica lagartija lo sujetó con fuerza y comenzó a girar con él, el joven fue alzado rápidamente y ahora giraba como si fuera la bola en una competencia de lanzamiento de martillo, gritaba asustado por no encontrar la manera de detenerse.

Allister y Maggie seguían luchando, la chica se divertía bastante, pero el mago no parecía pasarla bien, estaba molesto y cansándose, ya había gastado mucha de su energía, no lograba vencer a la bruja, ni siquiera cansarla.

- ¿Qué ocurre princesa? ¿Ya te cansaste? –Se burló Maggie.

Allister bufó. –Cállate, bruja pelos de escoba.

El mago se alentó lo suficiente en sus movimientos como para no poder esquivar un ataque de la bruja, el villano cayó de espalda al suelo, cuando intentó levantarse se dio cuenta que sus muñecas estaban atadas por unas esposas de luz rosada, no podía soltarse ni realizar ningún ataque.

Demencia continuaba girando, reía frenéticamente mientras el villano gritaba.

-Demencia, hay un seguro en la muñeca que suelta la cadena. –Dijo Flug desde el techo, él y Umbra estaban sentados en una telaraña disfrutando de la acción.

- ¿Cómo sabes eso? –Cuestionó la araña.

-Yo diseñé ese artefacto. –Respondió con simpleza.

El Alebrije aprovechó el dato y soltó el seguro, Alex salió despedido hasta el otro lado del salón chocando con el mago quien apenas había logrado ponerse de pie, ambos terminaron en el suelo, adoloridos y desorientados. Allister pudo visualizar una puerta muy cerca de ellos, parecía ser un baño y una posible salida.

-Vamos torpe levántate, –Dijo el mago apresurado- tenemos que salir de aquí.

Allister logró arrastrarse junto con Alex hasta aquella puerta introduciéndose en la habitación y encerrándose. Analizaron el lugar, era el baño de mujeres y no tenía ni una sola ventanilla, estaban atrapados.

Maggie rio divertida, era realmente patético que quisieran escapar de esa manera, no le costaría ni un minuto abrir la puerta, aunque tuviese seguro, pero quería aterrorizar un poco más al par de villanos.

-Oye Demen ¿Qué tal si los ayudas a salir de ahí? –Sonrió con complicidad.

-Pobres cerditos… creo que tendré que ayudarlos. –Respondió maliciosa y se puso frente a la puerta- ¡Cerditos, cerditos déjenme entrar! –Gritó- ¡No! Lobo feroz ¡Que nos comerás! –Se respondió a si misma con una voz chillona.

-Allister, sácanos de aquí. –Rogó Alex, nervioso.

-No puedo, Maggie bloqueó mis poderes. –Respondió mostrándole los grilletes.

- ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré! –Continuó Demencia, comenzando a golpear la puerta con sus puños, despostillándola rápido.

- ¡Maldita sea, brazo de metal! Golpea la pared o algo. –Dijo el mago, desesperado.

-Me arrancaron el brazo. –Contestó con risa nerviosa.

Ambos villanos se pegaron a la pared del extremo contrario a la puerta, buscaban con la mirada alguna escapatoria.

La chica lagartija continuó golpeando la puerta hasta que logró abrir un gigantesco agujero en ella, se asomó por la apertura viéndolos a ambos con una sonrisa maniaca. - ¡Aquí está Johnny! –Gritó, se sostuvo de la apertura y resquebrajó la puerta por completo, haciéndolos gritar.

-Están perdidos. –Comentó Flug, entretenido.

 

 

Perdieron tan solo un par de horas, pero al fin se encontraban en la mansión Valdoom. La batalla en el cabaré les dejó pocos segundos para escapar, en realidad el tiempo se les había agotado, si Ékrixi Anaiiram Sónica no hubiera llegado por casualidad en su nave aplastando todas las patrullas estacionadas frente al establecimiento, quizá no habrían salido de ahí exitosamente.

El grupo de chicas se entretenían en la enorme sala de la mansión, algunas conversaban con el científico mientras que Lleyi y Farfala cantaban a todo pulmón en el karaoke.

- ¡En Saturno! viven los hijos que nunca tuvimos… -Cantaba Lleyi con entusiasmo.

-En Plutón aún se oyen gritos de amor… -Continuó Farfala- En la Luna gritan a solas tu voz y mi voz…

-Pidiendo perdón… cosa que nunca pudimos hacer… peor…

- ¿Por qué estamos aquí? ¿Al menos pueden cambiar de canción? –Se quejó Allister.

- ¡Cállate! Las sillas no hablan. –Respondió Maggie.

La chica se hallaba sentada sobre el mago inmovilizado, con sus manos y rodillas en el suelo, Dark Phantom estaba siendo peinado por Teresa, quien embobada le trenzaba la cabellera blanca, por otro lado, Gema se aprovechaba de la parálisis de Nightmare en alguna habitación cercana haciendo… algo. Flug reacomodaba el brazo de metal de Alex, Demencia no lo dañó lo suficiente como para requerir medidas extremas, simplemente lo enganchaba en su sitio, de cualquier manera, el joven villano no podía hacer nada en contra de ninguna bajo esas circunstancias.

-Flug, lamentamos que esto no haya salido como lo planeamos. –Habló Christine.

El doctor le dedicó una mirada enternecida. –No importa, en realidad la he pasado bastante bien.

-Sí, pude darme cuenta que te gustan las pelirrojas. –Se burló Maggie.

El científico reaccionó avergonzado.

-No te preocupes, lo que pasó en el cabaré, se queda en el cabaré. –Continuó la bruja.

Mientras conversaban, Demencia veía entretenida los objetos sobre las repisas, el lugar era tan elegante como la mansión Black Hat, pero estaba atiborrado de adornos brillantes por todas partes. Sobre un estante una botella de líquido ámbar llamó su atención, la botella le parecía familiar, la tomó inspeccionándola y esbozó una amplia sonrisa.

- ¿Quién quiere algo de beber? –Preguntó Gema entrando en el lugar, la vampiresa se reacomodaba el peinado.

- ¡Vaya! ¿El murciélago estaba polinizando? –Se burló Anaiiram.

-Solo… jugábamos. –Respondió sonriente- ¿Qué tal una bebida? –Ofreció presumiendo una botella.

Las villanas asintieron, Umbra ayudó a la vampiresa a traer varias copas y comenzaron a servir los tragos.

-Lamento esto, pero le dije a la servidumbre que no molestara, prefiero que estén lejos. –Sirvió una última copa y se la entregó al científico.

-Lo siento, no bebo.

- ¿Eh? ¿Hablas en serio? –Preguntó Umbra, incrédulo.

-Vamos nerd, solo es brandy. –Habló Maggie.

Flug observó la bebida, lo meditó un instante y finalmente la aceptó, era su despedida de soltero, las bebidas alcohólicas eran parte del show. El doctor dio el primer trago, era fuerte, pero bastante dulce, quizá podría disfrutarla.

El resto del tiempo fue igual de entretenido, bebieron, comieron, charlaron y escucharon a Lleyi cantar como si quisiera reventarles los tímpanos a todos, los villanos fueron recibidos en el juego, se unieron a la charla, aunque las ataduras continuaron.

-Fue toda una sorpresa que el demonio amargado me nombrara madrina de lazo. –Dijo Maggie entre risas.

Allister soltó una risotada. –Eso quisieras…

- ¿De qué hablas, vago? Estoy hablando en serio.

-Para empezar, no soy un vago, en segundo lugar, Lord Black Hat me nombró a mi padrino de lazo.

-Estas estúpido, –Respondió- tengo la invitación y puedo mostrártela.

- ¿A quién le dices estúpido? Escoba. –Contestó molesto.

-De hecho… -Inició Flug- Ambos son padrinos de lazo. –Finalizó, nervioso, se suponía que no se enteraran hasta la ceremonia.

El científico empezaba a sentirse mareado, las piernas le hormigueaban, pero no se sentía del todo mal como la última vez que había bebido, tal vez podría beber más sin problemas.

- ¡¿Qué dices?! –Dijeron ambos hechiceros a la par.

-Tiene sentido, -Comentó Christine- obligadamente los padrinos de lazo deben ser una pareja.

- ¡Pero no somos una pareja! Ni siquiera tolero a este tarado. –Gritó molesta- ¡Aaarggg! El maldito demonio lo hizo a propósito, desgraciado pedazo de…

Un estruendoso sonido de cristales rotos llamó la atención de todos, Demencia había tropezado con un enorme jarrón junto a una ventana, rompiéndolo y cayendo sobre los pedazos.

- Ay no… ¡Mi papá va a matarme! –Dijo Gema, alarmada.

-Hey, loca ¿Estás bien? –Preguntó Maggie, la bruja se acercó a ella y la ayudó a incorporarse, Demencia se tambaleó- Ugh apestas a alcohol ¿Qué rayos bebiste?

- Whisky. –Contestó Umbra, encontrando la botella casi vacía.

- ¡¿Qué?! No, no, no, no, no… -Repitió la bruja, alarmada, levantó el rostro de la chica, sus ojos estaban enrojecidos y sonreía bobamente- Ay mierda… Demencia no tolera el alcohol, esto es un problema.

Flug escuchó el alboroto bastante lejano, no entendía muy bien que ocurría, bebió de un golpe todo lo que quedaba en su copa e intentó acercarse, de inmediato se tambaleó y cayó al suelo. El grupo devolvió su atención a él.

-No… -Comentó Umbra- Ese si es un problema.

 

 

En la mansión, Black Hat y Belle finalizaban su conversación, la charla había sido bastante productiva, ahora la dama sabía bien que debía hacer y no apresurarse era el primer paso, pero tenía que hablar con el Alebrije, ser honesta también.

5.0.5. esperaba en el pasillo a que la dama saliera, según lo planeado él debía acompañarla a la salida para evitar que buscaran al doctor, pero no contaba con que el villano la acompañaría.

- ¿Y Flug? –Preguntó tajante y serio.

El oso sintió una alarma encenderse en su interior, era la pregunta principal que debía evadir. Hizo algunas señas con las manos tratando de indicar que estaba ocupado en el laboratorio, el villano parecía haberlo entendido bien.

-Llámalo. –Ordenó- Necesito hablar con él, dile que vaya a mi oficina.

El experimento permaneció estático ¿Ahora que se supone que haría?

- ¿No escuchaste? ¡Ve ahora! –Gritó molesto.

5.0.5. se dirigió corriendo al laboratorio, sabía que no encontraría a nadie ahí, tenía que pensar en algo rápido, alguna excusa para que el demonio dejara de requerirlo, frenó de golpe, la única opción que tenía era decirle que estaba muy ocupado, inmerso en su trabajo como siempre.

Los dos grandes villanos caminaban a la salida, Belle se sintió extraña de repente, se tocó el cuello, su gargantilla no estaba en su sitio, recordó habérsela quitado cuando se sintió acalorada después de la tercera copa.

-Oh mi lord, disculpe, creo que he olvidado algo en su oficina, en seguida regreso. –Comentó apenada y regresó por donde vino.

Al llegar, encontró rápidamente la joya sobre el escritorio, pero al mismo tiempo vislumbró algo que la descolocó, las gafas oscuras del científico estaban ahí también ¿No estaba ocupado en el laboratorio? Se suponía que debía usarlas debido a su condición de fotofobia, era extraño, se concentró por un instante, el chico debía estar en su habitación, ahí estaba su presencia. La dama salió confundida de la oficina con los goggles en mano.

El oso regresó rápido hasta la entrada, tal como lo había planeado le dijo a señas que el científico estaba demasiado ocupado como para ir pronto. El demonio lo miró dudoso, pero finalmente asintió, a veces el doctor se sumergía demasiado en sus deberes. La villana regresó también al mismo sitio, lo primero que llamó la atención de Black Hat eran esas gafas en las manos de la mujer.

-Lady Belle… ¿Qué tiene ahí?

-Mi lord, esto estaba en su oficina, supuse que debía tenerlo el doctor debido a su sensible vista.

El demonio miró amenazante al oso. –Con que ocupado en el laboratorio…

Black Hat se transformó en una sombra y en un abrir y cerrar de ojos llegó hasta el laboratorio abriendo la puerta metálica de un golpe, entró en el lugar inspeccionándolo, encontrándolo vacío. Regresó a la recepción y tomó al oso por la flor en su cabeza haciéndolo agacharse hasta verlo de frente, el experimento temblaba atemorizado.

- ¡¿Dónde está?! –Gritó con voz distorsionada.

-Lord Black Hat ¿Qué es lo que está ocurriendo? –Preguntó desconcertada.

-Dime donde está Flug. –Ordenó molesto ignorando a la villana.

-Por todos los demonios señor Black Hat, suelte a ese pobre animal. –Reprendió molesta- El doctor está en su habitación.

El villano la miró con recelo y de la misma manera se dirigió a la habitación del científico, la dama conejo lo siguió en esa ocasión. Ambos entraron a la recámara encontrándola vacía, la dama no se explicaba cómo era que sentía su presencia y no estaba ahí. Black Hat se veía furioso, pero más que molestarse comenzaba a alarmarse, solo se había distraído unas horas, como cualquier otro día y su doncel había desaparecido, el sol recién se había ocultado, no tenía ningún motivo para estar fuera de la mansión ¿Qué estaba ocurriendo? Un diminuto reflejo de luz llamó su atención, una pequeña moneda de oro descansaba en la cama de la habitación, el demonio la tomó inspeccionándola, reconocería esa figura de una espada, como la de la baraja inglesa, en cualquier parte.

- ¿Teresa Gluck? –Preguntó Belle, extrañada, también conocía ese símbolo a la perfección.

-No… ella no pudo ser, al menos no sola. –Aseguró- ¡Hatbots!

Un gigantesco Hatbot entró rápidamente e hizo una reverencia.

-Muéstrame los videos de seguridad de hoy.

 

 

- ¡Ahora si estamos perdidos! –Gruñó Lleyi.

El grupo de villanos intentaba con todas sus fuerzas traer en sí a los dos subordinados de Black Hat, ambos estaban ebrios, hablaban incoherencias y no reaccionaban debidamente, mucho menos podían ponerse de pie.

-Mi padre va a hacerme trizas cuando se entere. –Dijo Valdoom, ansiosa.

-Black Hat va a matarnos, habrá estofado de villano de paso para la cena de la boda. –Comentó Farfala.

-Sí, y tarta de duende con aderezo de Succubus para el postre. –Completó Christine.

-No sean tan pesimistas, podemos solucionar esto. –Dijo Spectre, intentando calmarlas.

-Imposible, –Respondió Domina- Lady Belle ya debió haberse marchado de la mansión, a estas alturas es posible que el señor Black Hat ya notara la ausencia de Flug, no podemos regresarlo y hacer como si nada hubiera sucedido.

-Tal vez podemos dejarlo en la puerta. –Sugirió Anaiiram.

- ¡Claro que no! No abandonaré a Demencia en este estado. –Replicó Maggie.

- ¿Prefieres darle la cara al “demonio amargado”? –Cuestionó Allister, dejándola muda.

Domina rebuscaba en su móvil algún remedio para el estado deplorable de ambos. –Bien… aquí dice que una ducha fría puede funcionar hum… Inducir el vómito…

-Ugh que horror… -Soltó Dark, la leprechaun lo había liberado minutos atrás, todos estaban libres ahora con la condición de no marcharse o se encargarían de convertirlos en los responsables del problema.

Umbra los miraba pensativo, todos estaban ocupados atendiéndolos, Maggie abrazaba a Demencia mientras ella balbuceaba algo incomprensible y Flug se encontraba recostado en un sofá por completo inconsciente, aquello iba de mal en peor, el sol se había ocultado y no les quedaban muchas opciones.

-Tenemos que regresarlos, –Comentó la araña- llamar a la puerta y dar la cara.

Nightmare soltó una risotada. - ¿Estás loco viejo? El jefe nos arrancará la cabeza en cuanto vea como está la novia.

-No pienso abandonar a Flug en la puerta de la mansión, no lo dejaré solo para darle una explicación a Black Hat que no creo que pueda dar. –Contestó molesto- Soy un villano, me trago a los buenos ciudadanos de almuerzo y me gusta el olor del miedo como a muchos de ustedes, pero se discernir cuando alguien no merece algo como esto, además aprecio a Flug lo suficiente.

-Tampoco dejaré a Demencia sola… -Dijo Maggie- y si alguno de ustedes intenta largarse recuerden que tengo el poder de transportarlos a la dimensión del eterno dolor y sufrimiento. –Amenazó con voz distorsionada.

Todos quedaron estáticos.

-Bien, eso es suficiente para mí. –Habló Farfala.

 

 

Black Hat se rodeaba poco a poco de un aura oscura y pesada, observaba la grabación, era evidente que faltaban detalles, solo pudo ver al grupo de villanos entrar en la mansión, encontrar al doctor en el pasillo y después nada, pero no cabía duda que eran los responsables, pero ¿Por qué motivo? No existía razón alguna para que un grupo de subsidiarios jóvenes se llevaran a su pareja lejos de la mansión ¿Se trataba de un secuestro o…?

-Algo anda mal, ni siquiera Domina ha publicado nada en sus redes del servicio de Demencia, eso es extraño. –Comentó Belle, revisaba su móvil angustiada.

-Ya debió de haber vuelto, sabía que tenía que ponerle un rastreador. –Respondió el villano.

Varios toques a la puerta alertaron al par de villanos, ambos caminaron dudosos hasta la entrada. Black Hat se encargó de abrir el portón, lo que había detrás lo dejó sin habla, no estaba seguro si se trataba de extremo valor o de extrema estupidez, la gran mayoría de sus subsidiarios jóvenes estaban en la entrada, lo miraban con nerviosismo y sonrisas quebradas. Lo más desconcertante era que llevaban consigo a Flug y Demencia, ambos recargados en los hombros de alguien más, no parecía que pudieran sostenerse por sí solos.

-Señor Black Hat, Lady Belle Mort, buenas noches. –Saludó Farfala, atemorizada.

-Podemos explicar todo esto. –Aseguró Umbra.

El doctor levantó la cabeza, lo miró un instante y sonrió bobamente.

-Hola jeffecitoo…-Saludó arrastrando la lengua, intentó articular otra palabra, pero un par de arcadas lo impidieron, el chico vomitó a los pies del demonio.

Black Hat los miraba colérico. –Más les vale que lo hagan…

 

 

- ¡Deberían de estar avergonzados! –Reprendió Belle, molesta- ¿En qué diablos estaban pensando?

-No lo hicimos. –Dijo Farfala cabizbaja.

-Lo lamentamos. –Continuó Spectre.

Todos se encontraban en una de las grandes salas de la mansión, un gran grupo limpiaba los estragos que los convalecientes dejaron a su paso al entrar en el lugar. Umbra sostenía el cabello del doctor y una palangana donde vomitaba sin parar, Teresa lo ayudaba a limpiarse de vez en cuando, por otra parte, Maggie y Allister se ocupaban de Demencia casi en el mismo estado.

La sentencia había sido poca a lo que habían esperado, según entendían, se debía a él hecho de que Flug les tenía gran estima, aportaban dinero a la mansión y tenían un papel que cumplir en la boda, asesinarlos cruelmente no era una opción, pero, además de tener que encargarse de cuidar al par de ebrios, durante los próximos días todos se harían cargo de la limpieza de la mansión, los encargos de la organización y el resto de los arreglos de la boda. No solo Black Hat se había encargado de otorgar los castigos, Lady Belle había bloqueado los poderes de todo aquel que pudiese usar magia en ese sitio, trabajarían como el resto, pero era mejor que morir torturados o acabar en una esfera para hámster.

El villano y la dama los vigilaban, sentados en un sofá cercano, ambos bastante enojados.

-Sabe que puede marcharse si así lo desea. –Sugirió el demonio.

-No lo deseo, no voy a dejarlo solo hasta que Flug y Demencia estén bien.

-Se preocupa demasiado por ellos.

- ¿Y usted no?

El villano no respondió.

La dama resopló. –Entiendo que tuvieron buena intención, pero eso fue muy irresponsable.

-Me importa un bledo la intención con la que lo hicieron, tuvieron la osadía de llevarse algo que es mío y regresarlo en este estado. –Gruñó Black- Pero admito que han aprendido bien…

5.0.5. se acercó hasta ellos con Flug en brazos, el sofá era muy extenso, lo recostó junto a Black Hat, el doctor se acurrucó y terminó por apoyar su cabeza sobre las piernas del demonio. Black solo reaccionó acariciando su cabello enmarañado, se veía tan frágil en ese estado, recordó la impotencia, los nervios, el miedo… muchas emociones tan poco propias de él desatadas en un instante de incertidumbre, a veces no sabía si ese chico le daba fuerza o… lo estaba destruyendo, antes de él no sentía nada, ahora junto a él lo sentía todo bajo cualquier circunstancia, que complicado, que paradoja desorbitante.

El gran oso volvió a acercarse, esta vez llevaba a Demencia, se detuvo dudoso frente a la dama, no estaba seguro si podía hacer lo mismo que hizo con el doctor, pero una pequeña sonrisa por parte de Belle se lo autorizó. La chica lagartija se acurrucó también, se aferró a la falda de la mujer pooka, Belle se permitió hacerle una pequeña caricia.

-Bonnivet… -Susurró Demencia entre sueños.

La villana reaccionó sorprendida, Black le dedicó una mirada interrogante.

-Larga historia… -Dijo y sonrió feliz con un tenue rubor.

-Que terminen de limpiar y se larguen. –Le ordenó Black al oso.

Al otro lado de la habitación, Maggie Heks observaba la escena, seria.

- ¿Todo en orden pelos de escoba? –Preguntó Allister.

-Claro que si… pelos de elote. –Respondió- Allister… sabes que te detesto ¿Cierto?

- ¡Vaya! No tenía idea. –Contestó sarcástico.

-Y también sabes que después de Demencia eres quien mejor me conoce.

-Si… -Dijo con más seriedad, no entendía a donde iba eso, normalmente ella no era así de seria.

- ¿Crees que ella esté bien? –Preguntó angustiada.

El mago dirigió la mirada a donde ella lo hacía. - ¿A qué te refieres?

-Toda mi vida he odiado a Black Hat… al menos desde que conozco a Demencia, siempre lo detesté porque él la lastimaba. -Explicó- Demencia me contó que había alguien nuevo en su vida o una posibilidad de que lo hubiera… ¿Crees que ella le haga lo mismo? –Preguntó apuntando con la barbilla a Belle.

- ¿Por qué supones que se trata de ella?

-Simple… intuición.

-Bueno… si ese es el caso, Lady Belle parece tenerle más afecto.

-Sí, así parece…

 


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