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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

Agradezco infinitamente la paciencia. Además del poco tiempo, el rumbo que quiero que esta historia tome me ha hecho ir mas lento.

Sin mas que decir a leer.

(Los personajes no me pertenecen son de Alan Ituriel)

La luz de la mañana acarició su rostro animándolo a despertar, con mucha dificultad destapó su mirada verde, sus ojos estaban enrojecidos y le dedicaba una mirada de odio a la ventana por donde levemente la luz del sol atravesaba las cortinas azules. En realidad no estaba realmente despierto, se contrajo entre las cobijas aferrándose a ellas y cerrando los ojos con fuerza, intentaba razonar algunas cosas ¿Por qué había tanta luz en la habitación? Usualmente era mucho más tenue y no le costaba tanto trabajo acostumbrar su vista a ella. Cayendo en la cuenta de que la mañana ya estaba avanzada se levantó asustado quedando sentado sobre la cama, pero el movimiento fue demasiado rápido. Mareado, sintió como su alrededor daba vueltas y una fuerte punzada asaltó su cabeza, se talló el rostro con ambas manos, se sentía extraño y su boca tenía un sabor muy amargo ¿Qué había sucedido el día anterior? No recordaba nada, apenas tenía unas cuantas imágenes de la grabación y de cómo comía chatarra con su oso azul.

 

El científico logró recuperarse un poco y buscó inútilmente con la mirada el reloj en el mueble frente a su cama, pero por alguna razón no estaba en su lugar, paseó su vista en el resto de la habitación en su búsqueda, pero se detuvo abruptamente en algo que casi provocó que su corazón se detuviera. Una figura se encontraba recostada en el otro lado de la cama, enrollada en las cobijas y cubierta hasta la cabeza con ellas, las cobijas subían y bajaban al ritmo de su respiración calmada dando la señal de que definitivamente era una persona. Asustado pegó un brinco hacia atrás cayendo de la cama dando un sentón sobre la alfombra, se miró a sí mismo, tenía aún la ropa del día anterior, no tenía su bata puesta, ni sus guantes ni su bolsa y su pantalón llegaba a la mitad de su muslo dejando ver su ropa interior ¿Qué rayos había sucedido?. Lentamente se hincó y asomó su cabeza sobre la cama intentando no despertar a ese “alguien”, era muy pequeño para ser 5.0.5. y deseaba con todas sus fuerzas no haber terminado acostándose con Demencia. Armado de valor se puso de pie y tiró suavemente de las cobijas descubriendo quien era la persona que había pasado la noche con él. Palideció al instante, creía que en cualquier momento iba caer desmayado. Recostado sobre la cama se encontraba Black Hat, también tenía la ropa del día anterior puesta, no tenía su largo saco y estaba un tanto desarreglado, el sombrero de copa aún permanecía pero su apacible expresión había provocado que el monóculo cayera de su rostro.

 

El demonio abrió con lentitud sus ojos, dejando ver su penetrante pupila roja rodeada de un fondo oscuro. Flug jamás había visto lo que había en su ojo izquierdo sin embargo esperaba algo más espeluznante que eso. Sus miradas se encontraron y permanecieron estáticos y en silencio por varios minutos. De un instante a otro Black cambió su expresión poniendo un semblante de sorpresa y se sentó en la cama rápidamente.

 

Black Hat miró a su alrededor dándose cuenta de donde se encontraba, su plan de la noche anterior era retirarse a sus aposentos en cuanto el chico lograra dormir y lo dejara en paz al fin, pero no contaba con quedarse dormido junto con él. Dormir no era una de sus necesidades pero eso no significaba que no pudiese quedarse dormido especialmente después de haber bebido. Contempló el estado de su acompañante, bastante desarreglado y aún con el pantalón desabrochado puesto que la noche anterior había estado tan ebrio que no tuvo la atención de reacomodarse la ropa después de ir al baño, sin duda era una situación extraña e incómoda.

 

-Señor.- Se atrevió a decir Flug rompiendo el silencio al fin. -¿Qué sucedió?- Preguntó nervioso, su voz tembló al hablar y tragó la saliva amarga de su boca.

 

Black intentó articular palabra sin conseguirlo, no encontraba una excusa y no estaba dispuesto a hablarle sobre lo sucedido, si no hubiera cometido la torpeza de quedarse dormido simplemente podría haberle dicho lo ebrio que se había puesto, pero ¿Cómo justificar su presencia? –Yo… no lo recuerdo, bebí demasiado.- Mintió y de inmediato se arrepintió de haberlo hecho, si el chico ya imaginaba cosas extrañas no quería pensar lo que ahora suponía, pero quizá era mejor hacerse el desentendido.

 

El rostro de Flug enrojeció, muchas imágenes pasaron por su mente. Sacudió su cabeza tratando de pensar fríamente, su cuerpo se sentía extraño pero no estaba para nada adolorido así que podía descartar que “eso” hubiera ocurrido ¿verdad? –Jefecito, se siente…- Pausó. -¿Se siente adolorido?- Preguntó dándose cuenta de inmediato de su tremenda estupidez.

 

El demonio tardó un instante en procesar la pregunta y al comprenderla se ruborizó tanto como el científico y recobró su expresión de molestia habitual. -¡¿Qué rayos estás pensando idiota?!- Preguntó ofendido poniéndose de pie. Incluso había tenido el descuido de dormir con los zapatos puestos.

 

-¿Qué e-espera que piense?- Tartamudeó. –¡Estaba dormido en la misma cama que yo! Mire este desastre.- Señaló la cama desarreglada. –Y mire nuestras ropas.- Comentó y levantó su suéter rojo olfateándolo. –Ugh incluso huelo a alcohol y tengo resaca ¡Ni siquiera recuerdo haber tomado!- Gritó exasperado, se sentía confundido e incómodo.

 

-¿Crees que yo me acostaría contigo?- Preguntó arrogante. – ¿Y por qué sería yo el adolorido? Creo que es evidente que tú no podrías estar de pie ahora mismo, pedazo de…- Enmudeció al notar la expresión de molestia y vergüenza en la cara de Flug, sus mejillas permanecían rojas y sus ojos lagrimeaban.

 

El doctor intentó responder, se sorprendió a si mismo al sentirse ofendido por las palabras de su jefe, aparentemente él era muy poca cosa para él, sabía que realmente no tenía motivo alguno para sentirse molesto por ello puesto que nunca se pensó en una situación similar junto a Black Hat, pero de algún modo le indignaba que el demonio negase la posibilidad de terminar así aún en estado de ebriedad. Dejando de lado la confusión, Flug se dio la vuelta, molesto, aprovechando que la cama los separaba dejó al ser oscuro solo en la habitación al caminar al baño y cerrar la puerta azotándola.

 

Black Hat lo miró sorprendido mientras lo dejaba con una conversación a medias. Podía darse cuenta que había hecho molestar al doctor, era la primera vez que lo veía de esa manera, realmente la había liado esa vez y extrañamente eso le hizo sentir culpa, un sentimiento que contadas veces había tenido en su longeva vida. Por otra parte también sintió un ligero alivio, no tenía la más mínima idea de cómo iban a proceder las cosas entre ellos después de eso, pero al menos tenía tiempo para acomodar sus pensamientos. Tomó su monóculo de entre las cobijas y salió rápido de la habitación.

 

Flug estaba recargado en la puerta del baño, permaneció así hasta que escuchó el sonido que necesitaba, el de la puerta de su habitación cerrándose, eso significaba que el demonio al fin se había ido. Se despojó de sus ropas dejándolas como siempre en el suelo y se metió a la regadera abriendo el agua fría. Estaba confundido, bastante nervioso por lo que pudo haber pasado y no recordaba, ese olor tan penetrante a alcohol en su ropa lo hacía entender que ese era el motivo de su falta de memoria. Tenía miedo de que lo que suponía, pero también le molestaba la certeza con la que Black Hat lo negaba, supuestamente él tampoco lo recordaba, le indignaba que aun así estuviese tan seguro de no haberlo hecho. No tenía idea del por qué, lo normal sería que eso le fuese indiferente pero no era así, tenía un sentimiento extraño, una extraña tristeza. Recordó los días pasados, todo había sido una maravilla entre ellos, había conocido al demonio de una manera que nunca hubiera imaginado y por primera vez en mucho tiempo se había sentido inmensamente feliz… extrañamente feliz. De forma muy repentina su felicidad estaba dependiendo de su relación personal con su jefe ¿No sentirse especial para él lo ponía triste?.

 

El agobio lo invadió, ese reconocimiento por parte de aquel ser al que admiraba era muy importante para Flug y hacía tan solo algunos minutos el demonio le había demostrado que no era nadie para él. Aunque también había algo que lo intrigaba demasiado, el alcohol desinhibía deliberadamente a cualquier persona, sacaba a flote las verdades más ocultas y los sentimientos más profundos, si había terminado en la cama con Black Hat ¿Significaba que era algo que había deseado?. Su corazón palpitó con fuerza, el del sombrero era y siempre había sido únicamente su jefe, objeto de su admiración como villano, jamás lo había visto con otros ojos, pero ahora que lo pensaba, ahora que la posibilidad de que hubieran tenido algo en intimidad estaba latente, lo hacía sentir extrañamente… emocionado. El científico se sobresaltó al descubrirse pensando de esa forma, sacudió la cabeza sintiendo nuevamente la resaca, los malestares físicos seguían presentes y también aquella molestia hacia Black Hat. Aferrándose a esa idea e intentando no seguir pensando en cosas extrañas, se propuso no olvidar que se sentía realmente molesto con el villano y por primera vez estaba dispuesto a demostrárselo, de una forma quizá no tan inconsciente esperaba que así le demostrara no ser tan insignificante para él como decía.

 

En otro lado, el dueño de la oscura mansión caminaba por los extensos pasillos llenos de habitaciones, inmerso. La noche anterior había sido lo más peculiar que había vivido en años, en más de un momento se vio en la necesidad de salir de su actitud habitual para cuidar a alguien que un par de meses atrás hubiera podido asesinar sin conflicto, pero sobre todo estaban aquellos besos. Los besos húmedos y calientes que había compartido la noche anterior con el científico no dejaban de rondar en su cabeza, cada vez que los recordaba la presión en su pecho volvía y se llenaba de ansiedad, la desesperación lo invadía… los deseaba. Pero ahora había un nuevo problema del cual ocuparse, cometió la gran torpeza de quedarse dormido en la misma cama que Flug y él era muy inteligente y bastante terco, difícilmente dejaría de indagar sobre lo ocurrido y Black no estaba dispuesto a dejar que se enterara, afortunadamente solo él y 5.0.5. lo sabían, además contaba con la gran ventaja de que el muchacho parecía haberse molestado con él, tal vez de ese modo no buscaría charlas cercanas que los llevaran a tocar el tema.

 

Flug salió de la ducha, tomó una toalla y caminó hacia el espejo del baño mientras secaba su melena. Estaba hecho un asco; sus ojos continuaban rojizos, estaba pálido y con los ojos hundidos. Realmente se sentía mal; su cabeza punzaba, estaba cansado y su estómago comenzaba a resentirse. Se colocó la toalla en la cintura y se recargó en el lavamanos, mirándose de cerca notó algo que había pasado desapercibido por bastante rato, su labio inferior tenía un par de cortadas y por la costra que las cubría podía pensar que eran de la noche anterior. No le pasaba por la cabeza que habría pasado para terminar así, tal vez se en medio de su ebriedad habría chocado con algo, pero eran demasiado finas incluso para haberlas provocado el mismo con sus dientes. “Dientes” pensó, e inmediatamente los filosos y puntiagudos dientes de Black Hat pasaron por su cabeza a la vez que un rubor asaltaba sus mejillas ¿Podría ser? De ese modo encontró otro factor que confirmaba un encuentro íntimo con el demonio, de ser así ¿Hasta dónde habrían llegado?. No podía más con la duda, definitivamente tenía que averiguar qué fue lo que sucedió la noche anterior.

 

El científico llegó al comedor como todos los días, un poco más tarde de lo habitual, pero aparentemente la mañana había comenzado tarde para todos en la mansión. Al entrar se encontró con un escenario poco común; Demencia estaba sentada en una de las elegantes sillas del comedor, tenía la cabeza apoyada sobre la mesa con una apariencia bastante devastada, aparentemente no era el único que había bebido de más la noche anterior. Podía escuchar como 5.0.5. no había terminado de preparar el desayuno. Pero sobre todo Black Hat no estaba leyendo el periódico como siempre, solo estaba sentado al final del comedor con su cabeza apoyada en su mano y la mirada perdida. El doctor caminó hasta su asiento de todos los días para esperar su desayuno y al igual que el resto solo apoyó su cabeza en su mano y se dedicó a mirar a la nada. Era un escenario realmente patético.

 

Transcurrieron algunos minutos hasta que el villano al fin se dio cuenta de la presencia del científico, estaba tan perdido en sus pensamientos que jamás notó cuando entró. De inmediato se sintió tenso e incómodo, el doctor no lo saludó como habitualmente lo hacía pero lo más extraño de la situación era que Flug se había presentado sin su bolsa en la cabeza, mostrando sus preciosas gemas verdes y su piel llena de marcas sin pena alguna. En todo el tiempo que había vivido con él en la mansión nunca lo vio presentarse sin su bolsa frente a Demencia o 5.0.5., el único hasta la noche anterior en ver su rostro era el demonio, el chico tenía que sentirse realmente mal para que aquello le importara tan poco.

 

Flug notó la mirada de Black sobre él y lo miró serio, dedicándole su mejor mirada de desprecio haciendo que el demonio arqueara las cejas con sorpresa.

 

-Buenos días.- Comentó secamente el chico y volvió a desviar la mirada con el ceño fruncido.

 

Black Hat trató de articular palabra pero fue interrumpido por el oso azul quien llegaba al fin con una bandeja con el desayuno de los tres presentes. Extendió un recipiente poniéndolo frente a la chica lagartija, esta solo levantó la cabeza mirando la comida con asco. Le acercó al demonio una taza de café caliente mientras este hizo una mueca sabiendo que no estaría como a él le gustaba, pero no tenía energías para replicar nada. El oso colocó dos vasos de cristal en la mesa y les sirvió de una jarra con algunas rodajas de limón, el científico lo miró con duda.

 

-Esto es…- Inició mientras levantaba el vaso de cristal y examinaba el líquido. -¿Para la resaca?- Preguntó.

 

El oso asintió contento y de inmediato tanto Demencia como Flug bebieron rápido y con desesperación el líquido, aparentemente ninguno soportaba más ese malestar. 5.0.5. Sonrió satisfecho y colocó el último plato sobre la mesa, era un plato alargado que tenía dos omelettes con una apariencia bastante apetitosa, algunas tiras de tocino y unos cuantos corazones dibujados con salsa de tomate alrededor del plato. Sin duda era un desayuno para dos. El oso lo colocó entre el demonio y el científico y después los miró a ambos esperando una respuesta. Los aludidos se miraron entre sí, bastante sorprendidos y con un tenue sonrojo de vergüenza. De este modo Flug confirmó que hubo testigos en lo sucedido y que definitivamente por la expresión nerviosa del contrario, él estaba mintiendo sobre no recordar nada. Con una sonrisa fingida miró al experimento y acarició su brazo.

 

-Gracias mi precioso oso genéticamente alterado.- Dijo dulcemente logrado que este se retirara a buscar su propia comida en la cocina. Rápidamente cambió su semblante a uno más serio y miró con molestia al demonio. –Ya va a decirme que fue lo que ocurrió.- Dijo comenzando a comer.

 

-No tengo por qué darle explicaciones a nadie.- Respondió seco e imitó la acción del contrario.

 

-Pasó la noche conmigo, es evidente que me debe una explicación-.

 

-¿Deberte? Deberías controlar tu insolencia.- Contestó arrogante.        

 

-Puedo llegar a ser más que solo insolente.- Dijo amenazante.

 

-No te atrevas a pensar que te tengo miedo pedazo de idiota- Dijo molesto y alzando la voz.

 

-Miedo no, pero tal vez le gustó lo que pasó y teme admitirlo.- Comentó con una sonrisa ladina.

 

El demonio se erizó por completo y golpeó la mesa con furia levantándose para ver al científico desde arriba. –¡Lo que pasó no significó nada!- Gritó arrepintiéndose de inmediato.

 

Flug lo miró victorioso, había logrado hacer que el demonio admitiera que habían tenido algo. –Entonces si pasó.- Comentó burlón. No cabía duda que cuando perdía el miedo podía volverse bastante atrevido e incluso insolente.

 

El del sombrero se quedó sin palabras, balbuceaba buscando una oración que pudiera sacarlo de su vergüenza. Indirectamente lo había admitido, pero tenía en cuenta el sin fin de cosas que Flug imaginaba y no encontraba la forma de comenzar a explicar sin perder su orgullo.

 

-Si tan insignificante fue para usted ¿Por qué le cuesta tanto hablar al respecto?- Insistió.

 

-Yo no…- Inició. –Es solo que…- Intentó decir. Aquello lo estaba torturando, tantos pensamientos y emociones lo estaban agobiando de verdad. Él era un villano, el más grande de la historia, hablar de sentimientos que siempre había considerado factores de debilidad era ir en contra de todo en lo que creía, no podía con ello. Su cuerpo comenzó a perder forma, su mirada se tornó rojiza y sombras serpenteantes se enroscaban a su alrededor. –No puedo…- Dijo casi en un susurro intentando controlarse.

 

-¿Qué?- Indagó el científico. Se acercó a él con preocupación, de un momento a otro toda su oscuridad salió a flote y extrañamente el demonio intentaba contenerla. No era normal.

 

-¡QUE NO PUEDO!- Le gritó con voz monstruosa haciéndolo retroceder hasta caer de un sentón al suelo. Dejó su cuerpo fluir; tentáculos oscuros se retorcieron desde su torso, sus afilados dientes crecieron, su mirada penetrante se encendió y sus garras atravesaron sus guantes negros. Caminó hacia la salida pasando junto al aterrado doctor que solo se cubrió el rostro permaneciendo en el suelo y antes de salir se giró a verlo. –No me interesan tus estúpidas dudas, eres un insignificante empleado más para mí y no quiero que vuelvas a molestarme. Si te acercas de nuevo ¡Te mataré! ¡No vales nada!.- Dijo furioso y salió por la puerta.

 

El doctor permaneció enroscado en el suelo, temblando y sudando frio. Asegurándose de estar a salvo levantó la mirada.

 

-¿Baw?- Llamó 5.0.5. con un sonido tembloroso, se asomaba desde la puerta de la cocina, había permanecido oculto mientras el suceso escalofriante terminaba. Se acercó rápidamente a Flug y lo ayudó a levantarse.

 

-Estoy… bien.- Comentó inseguro. Estaba bastante asustado, ya tenía un tiempo que no veía a su jefe tener ese tipo de arrebatos con él. Había sido repentino y, aunque sabía perfectamente que su insistencia lo provocó, le parecía exagerado, podía notar que existía algo más ahí que un simple enojo.

 

-Es tan lindo.- Soltó Demencia repentinamente, llamando la atención de ambos. Pasó todo ese tiempo tan callada que el doctor se olvidó de su presencia, detrás de su sonrisa boba podía ver todo su agotamiento, estaba probablemente tan pálida y demacrada como él ese día.

 

-A veces me asustas.- Contestó el doctor poniendo sus dedos en el entrecejo, su cabeza volvía a punzar. –Iré al laboratorio, necesito distraerme.- Le dijo al experimento y salió del lugar.

 

5.0.5. lo vio irse, se sentía preocupado y confundido, miró a la chica que apenas mordisqueaba su comida y después vio con tristeza el plato a medio comer que había preparado con mucho cariño ¿Qué había sucedido? Pensaba que todo iba de maravilla entre ellos, aquellos a quienes veía como sus padres desde que tenía conciencia. Se dispuso a limpiar y sobre todo a pensar en lo que podía hacer para remediarlo.

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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