Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí te tengo un nuevo capítulo.

 

Aquí la historia empieza a tomar forma. No te desesperes, hay romances que toman tiempo en nacer.

 

Como un dato importante de este capítulo, menciono varios personajes y títulos de libros de H.P. Lovecraft, no es importante que tengas conocimiento de ellos, no conocerlos no alterará tu percepción del fanfic, pero si quieres saber exactamente de qué se trata, basta con que busques la sinopsis del libro o el nombre del personaje.

 

Quiero comentarte algo respecto al Flug que aparece en esta historia. No existe una versión oficial de Flug sin bolsa, por lo cual los autores acostumbran a diseñar su propia versión. Sin embargo yo no puse una versión de mi autoría, usé una versión que me encantó desde el primer momento en que lo vi. Desde el capítulo anterior empecé a describirlo un poco, pero en los capítulos siguientes haré una descripción más destallada. Si quieres saber cómo es exactamente el Flug de esta historia puedes visitar la página oficial del artista, puedes buscarlo en Facebook como Cats Dont Draw o en Tumblr como purr-no-graphic.tumblr.com, tiene mucho contenido PaperHat que te va a encantar <3.

 

Sin más que decir, disfruta del capítulo.

 

(Los personajes no me pertenecen, son creación de Alan Ituriel).

Pasadas las horas el trabajo había disminuido un poco. La molesta grabación de orientación para villanos por fin había terminado. Aunque aún no había pasado la parte más complicada a esas alturas: Lograr que su subordinado que llevaba casi una semana sin dormir bien terminara la edición de dos videos para el día siguiente.

 

El científico se encontraba terminando de recoger y reordenar lo utilizado para la grabación. Aunque su adorado oso azul siempre estaba dispuesto a darle una mano, la demente lagartija no le hacía el trabajo más sencillo.

 

-Te ves mal, nerd.- Dijo la chica entre risas.

 

-Estoy cansado, Demencia.- Respondió con la mayor calma que podía guardar.

 

-¡Yo puedo ayudarte a recuperar energías!- Gritó.

 

El doctor la miró dudoso, no era común que quisiera ayudarlo, por ello sentía que no podía esperar nada bueno en esa propuesta.

 

-No gracias, yo…- Pero no completó su frase. La joven tenía en sus manos uno de los aviones que coleccionaba y lo movía de un lado a otro mostrándoselo con un gesto retador. -¡Devuelve eso!- Gritó prácticamente arrojándose a Demencia y comenzando a forcejear por el juguete.

 

-¿Ves? Ya estas más animado, te dije que recuperarías energías.- Comentó mientras sostenía la cara de Flug con una mano sin ningún esfuerzo y con la otra alejaba el pequeño avión, en cambio él usaba todas sus fuerzas para llegar hacia ella. El volumen de sus gritos aumentaba, él suplicaba que lo dejara tranquilo y ella insistía en ignorarlo y acrecentar su molestia. El enorme oso azul solo los miraba pelear debatiéndose si intervenir o no.

 

El alboroto no duró demasiado, su jefe de sombrero negro se acercó a paso rápido sin que siquiera lo notasen y vuelto un energúmeno los jaló a ambos tumbándolos en el suelo en direcciones opuestas, acallando por completo sus gritos.

 

-¡Quiero silencio!- Dijo con una voz diabólica y una mirada perturbadora que hizo encogerse de miedo a los tres. Dejando su espeluznante apariencia se masajeó la sien y señaló a 5.0.5. –Tu, pequeña escoria, ¡limpiarás este desastre!- Ordenó, el oso se cubrió la cara y asintió rápidamente. –A ti no quiero verte, lárgate.- Le gritó a Demencia.

 

-Lo que tú digas bombón.- Contestó sonriente y salió de la habitación dando brinquitos.

 

-Y tú.- Se acercó amenazante hasta el científico. –Tu vendrás conmigo a mi oficina y no descansarás hasta que esos videos estén listos para entregarse.-  Se inclinó hasta quedar frente al rosto del científico, observando su miedo y su nerviosismo. –Si esos videos no están listos para mañana temprano, recuperaré ese dinero vendiendo tu carne como comida para mascotas.- Finalizó levantándose y saliendo del lugar.

 

El científico intentó incorporarse pero le temblaban las piernas a causa del miedo. A duras penas y con la ayuda de 5.0.5. se puso de pie, tomó su laptop y se apresuró hacia la oficina de su jefe, deseando con todas sus fuerzas no morir esa noche. Abriendo la puerta, asomó su cabeza en búsqueda de Black Hat.

 

-Tardaste demasiado, entra ya, idiota.- Ordenó el demonio. –Siéntate ahí.- Señaló una silla junto a su escritorio y sin pensarlo dos veces, el científico corrió a acomodarse en su sitio, abrió su laptop y se dispuso a trabajar.

 

Black se limitó a acomodarse en su silla, abrió un libro y comenzó a leer tranquilamente mientras fumaba un cigarrillo. Aquel detalle llamó la atención del científico, en realidad acababa de notar que era el primer pasatiempo que conocía de su jefe. Intentaba concentrarse en su trabajo, un trabajo laborioso y tardado gracias a la extraña manía que tenía su jefe de querer vender VHS en estas épocas, pero en cada pequeña oportunidad que tenía intentaba leer el lomo del libro para descubrir qué tipo de lecturas eran las que le agradaban a un demonio de su clase, sin embargo el libro era viejo y desgastado, apenas podía descifrar un par de letras de modo que abandonó sus esperanzas de averiguarlo por el momento.

 

Pasado el rato, el Doctor al fin había podido terminar el primer video. Aprovechó el pequeño intermedio para estirarse mientras dejaba que se grabara el video en el cartucho. Ya era de madrugada y sentía que no podía más, pero al menos la presión de tener a su jefe junto él era un pequeño incentivo para no quedarse dormido de nuevo. Se recargó sobre la silla y miró a su alrededor, la chimenea estaba encendida  y con ello podía vislumbrar los objetos de la habitación; adornos viejos, muebles rústicos, un sinfín de cuadros de su narcisista jefe y un gigantesco librero completamente repleto. Eso sin duda lo había sorprendido ¿Cómo es que no lo había notado antes? Recordando el libro que Black Hat tenía en las manos, el científico se giró a mirarlo y víctima de su cansancio se inclinó descaradamente para leerlo, “El caso de Charles Dexter Ward” decía en letras doradas.

 

-¿Lovecraft?- Preguntó distraídamente en voz alta. Un segundo después se dio cuenta de la penetrante mirada que tenía Black Hat sobre él. Asustado, volvió a hundirse en el respaldo de su silla. -¡Jefecito! Yo solo…- Titubeó. –Discúlpeme, me ganó la curiosidad-.

 

-¿Lo conoces?- Preguntó secamente.

 

La pregunta descolocó un poco a Flug, su jefe estaba iniciando una conversación con él y por alguna extraña razón aquello le inquietaba.

 

-Si… señor.- Contestó simplemente formando un silencio incomodo que posteriormente se dispuso a romper. –Es uno de mis autores preferidos-.

 

La respuesta no pasó inadvertida para el del sombrero, en realidad fue una pequeña sorpresa. Una risa burlona y altanera escapó de su boca.

 

-¿Tu? Son lecturas un poco oscuras para alguien como tú.- Se burló.

 

El científico arqueó una ceja un poco ofendido por ser subestimado. –Es en realidad una lectura habitual para mí, he leído ese libro un par de veces.- Respondió dejando en silencio a su interlocutor. -¿Ha leído “la sombra más allá del tiempo”?.- Preguntó despreocupado.

 

-Por supuesto, describe uno de mis sitios preferidos en el mundo.-

 

-¿Qué?- Preguntó confundido. -¿Sitio preferido? ¿El lugar realmente existe?-.

 

-Por supuesto.- Respondió con obviedad, bastante extrañado por la pregunta. –Howard acostumbraba a exagerar un poco sus historias, pero la mayor parte de sus relatos son reales.- Dijo con simpleza.

 

-¿Habla en serio?- Preguntó sin obtener respuesta y meditando las palabras de su jefe la curiosidad volvió a ganar. -¿Cuthulu?-.

 

-Una de sus más grandes exageraciones, ni siquiera es tan increíble como lo describe.- Dijo virando los ojos y moviendo la mano restándole importancia como si no soportara aquel nombre.

 

-¿Nyarlathotep?-.

 

-Si, si-.

 

-¿Dagon?- Insistió.

 

-Su más acertado relato.- Contestó con un gesto aprobatorio.

 

El científico se rascó la cabeza y puso una mirada consternada. Pasando por alto el hecho de que vivía con un demonio, lo descolocaba saber que todos aquellos relatos de terror, que consideraba fantásticos por la perturbada imaginación de su creador, eran reales. –Vaya… quien lo diría.- Dijo distraído.

 

-¿Qué te sorprende? El mortal portaba el auténtico Necronomicón, era de esperarse que tuviese acceso a los lugares más recónditos y tenebrosos que guarda este mundo, y por supuesto a sus habitantes.- Explicó. –Además, para ser un humano era bastante agradable-.

 

Flug lo miró sorprendido. -¿Lo conoció?-.

 

-He estado en este mundo más años de los que piensas Doctor. Lo conocí a él y a muchos escritores de lo aterrador y paranormal.- Sonrió con arrogancia. -Siempre quiso escribir acerca de mí pero había mucho que no podía permitirle revelar-.

 

-¿Conoció a Mary Shelley?- Preguntó emocionado. Siempre había sentido un poco de admiración a su jefe por su grandiosa reputación y el poder que él mismo había presenciado que tenía, pero esto le hacía ver otro lado de él que también era admirable.

 

-Una gran escritora para su edad. Su creación revelaba algo de lo más retorcido de la mente humana. No es precisamente terror pero…-

 

-Fue pionera de la ciencia ficción.- Completó.

 

El del sombrero quedó en silencio. Por primera vez en todo ese rato descubrió que estaba teniendo una amena conversación con su subordinado y lo más importante, realmente se estaba sintiendo cómodo. Intentando darle un giro a la situación, por el afán de no permitirle sentir más confianza, se acomodó la corbata y retomó su gesto serio. –¿Ya terminaste?- Preguntó cambiando el tema por completo.

 

Flug salió del trance en el que había entrado durante la conversación y finalmente notando lo extraño de la situación, también recobró la compostura y tomó de vuelta su laptop para ver el progreso. –Si… Sí jefecito, ya está terminado el primero…- Contestó temeroso esperando alguna reprimenda.

 

-Ve a dormir.- Ordenó serio y sin mirarlo, volviendo a retomar su lectura.

 

El científico lo miró confundido, incluso creyó haber escuchado mal. -¿Disculpe?- Preguntó.

 

-Dije que te largaras a dormir, no quiero que cometas alguna idiotez por tu estúpido cansancio humano. Mañana continuarás.- Contestó mirándolo molesto.

 

El chico de la bolsa simplemente asintió sin entender nada, tomó sus cosas y salió de la habitación dejando a su jefe distraído con su libro. Mientras caminaba por el pasillo pensaba en la conversación que había tenido anteriormente, Black Hat era la última persona, si es que pudiera llamarlo así, con quien habría pensado tener una conversación agradable sobre literatura, era extraño saber que tenían algo en común. Después de todo resultó que dentro de ese monstruo malévolo había un ser culto que solo se mostraba en la intimidad de su oficina, ahora no podía evitar sentir intriga sobre que más podría ocultar su malvado jefe de él mismo.

Notas finales:

¡El siguiente capítulo llegará pronto!

¡Gracias por leer!

Por cierto, ¡Feliz cumpleaños Radha!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).