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Hormona exclamation! por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

¡El enfrentamiento prometido!

Lastima que no será en lodo...

 

Al despertar noto dos cosas: su cosmos y que la intensa avalancha hormonal habia disminuido. Por fin habían pasado las noches de luna llena y las cosas mejorarían… por un par de semanas.

Pidio a la armadura que vistiera su cuerpo y salio como Aspros, pues solia dormir asi, al natural, cuando lo hacia en su casa (y aunque no lo hiciera, a veces) y se apresuro a brincar a la suya.

-¡Alba chan! – exclamo, sorprendiéndose de la mirada de horror que le lanzo la pescadita. De encontarlo vestido también con su armadura y paseando, como lo hacia Aspros – Ya no eres venenoso – le recordó, abrazandolo, y, por una vez, Albafica se dejo.

-Te extrañe mucho Manigoldo. – se exforzaba por contener las lagrimas contra su pecho.

-¿Dónde estabas? ¿Qué te paso?

-Me fui a otra dimensión, para no hacerte daño.

Manigoldo asentia, viéndolo sin entender. Luego entendio.

-¡¿A otra dimensión!? - ¡Esa técnica era de Aspros!

-Si, lo siento, no se me ocurria otra cosa para tenerte a salvo. – Albafica lloraba y lo necesitaba. Prioridades ante todo.

-¿Qué te hizo? – porque era obvio que le habia hecho algo. Asi no fuera su peor enemigo, habia cierta ¿aura? De maldad en torno a el… Albafica no decía nada, mirandolo hacia abajo vio que su armadura ocultaba marcas en su cuello. Se la quito y se quedo helado de ver los golpes. - ¡¡¿Qué te hizo!!? – trono.

-¡No le hagas nada! – se le abrazo Albafica - ¡Solo quería salvarte!

Le encantaría entender la lógica de su preciosidad. Se tranquilizo. Por fuera.

-¿Qué te hizo? – pregunto en un tono de voz mas comedido.

-No me hizo nada. Intento besarme y forcejeamos. Peleamos un poco, en esa otra dimensión… - Alba entrecerraba los ojos, pues se le confundían un castillo oscuro y la invernal dimensión donde tan bien la habia pasado.

-¿Te tomo el cuello? – le jalaba la túnica hacia abajo, revelando mas marcas. Chupetones.

-Si… - Alba chan lucia desconcertada, confundida – yo no quería envenearlo, por lo que tarde en ponerme rudo. Pero con una piranian rose lo venci y pude regresar. El me trajo.

-¿Cómo dices que pelearon? – le revisaba los brazos y estaba seguro de que si le quitaba los pantalones se llevaría una desagradable sorpresa.

-Asi… - la pecesita hizo algunos movimientos, muy varoniles y nada propios de ella, que no le habia visto hacer. No se cohincidian para nada con sus marcas. Con una pelea física contra alguien como Aspros. - ¡Ah! – exclamo cuando Manigoldo le bajo los pantalones.

Marcas en el trasero, en los muslos. Pequeños cortes. Estaba que ardia, pero con un fuego frio, calmado. Sereno.

-¿Alba chan?

El también los habia visto, en el espejo. De repente tenia imágenes, fracciones de segundo aterradoras. Pero luego recordaba que no era posible, por su sangre envenenada. Pero asi como lo habia pensado entonces, pensaba ahora. Que no quería que Manigoldo se enfrentara a Geminis, el caballero mas poderoso de todos.

-Lo sé. Es extraño. Pero no es posible, o estaría muerto.

Mejor para el que lo estuviera.

-¿¡A donde vas Manigoldo!? ¡No vayas! ¡No por favor! – se le abrazaba a la espalda, intentando detenerlo.

Se volvió y lo beso. Lo envio al sekishiki. Ahí estaría a salvo, y podrían encontrarlo, si algo le pasaba.

-¡Aspros, maldito cabron! – grito en cuanto entro a su templo.

Pero quien salio de entre las sombras fue Deuteros.

-Quitate, Deuteros. Esto es entre tu hermano y yo.

-Te equivocas – le dijo el del colmillito – Yo ayude a mi hermano.

Claro. El par de cabrones. Dudaba poder contra dos, pero quizá, si los quemaba rápido…

-Baja el dedo. Escuchame primero.

Ser el discípulo de Sage le habia dejado algo. Mucha paciencia y ecuanimidad.

-Cambie los recuerdos de Albafica…

-No muy bien.

-Es muy fuerte. Trate de cambiarlos, para que no sufriera. Pero no habia nada que pudiera hacer por las marcas de su cuerpo, asi que te esperaba. Te ofrezco algo para compensar lo que hicimos. Algo que les permitirá a los dos tocarse sin problemas en este mundo.

-¿Fue asi como lo hicieron? – pregunto, pues todavía mientras se dirigía a Geminis, lo dudaba. A el le habia llevado un largo y doloroso entrenamiento hacerse medio resistente al veneno de Piscis.

-Si. – para que mentirle.

Cancer estaba sumamente tenso. Un cosmos tan creciente, tan agresivo, iba a ser notado por todos. Por su gemelo.

-Vayamos a otro lado. – sugirió.

-¿No quieres morir aquí? ¿En el templo al que nunca perteneciste?

-Es necesario que vayamos al volcán para que aprendas la técnica.

-¿Esperas que vaya a un volcán contigo?

-Si.

Era sumamente tentador. Lo de poder tocar a Albafica sin preocupaciones, en este mundo, donde podría dejarlo embarazado, hacerlo feliz, tener una familia juntos…

-Si es cualquier clase de treta voy a torturar tu alma de modos que ni te imaginas…

-Tienes mi palabra.

Cuando estaba solo si valia. Abrio un portal a otra dimensión y lo invito a pasar.

-Ni de coña voy a ir contigo a otra dimensión.

-Vayamos por tu paso, entonces.

Manigoldo alzo el dedo. Pasaron por el lado opuesto del Yomotsu a donde estaba Albafica. Deuteros le dijo a donde ir, al volcán de la isla Kanon.

-Yo también te tengo una advertencia: usaras esta técnica solo para tocar a Albafica. No te permito agregarla a tus técnicas de combate.

-¿Ni para salvar a Athena? – se chanceo el otro.

-Solo directamente, si fuera necesario. – se lo tomo en serio Deuteros.

Luego convoco un torrente de lava. Parecia una cuerda, una gruesa cuerda que se elevaba de las profundidades y lo obedecia, dirigiéndose dócil a su mano como una serpiente domesticada. En su mano formo una bola. Resplandores rojizos se reflejaban en los ojos violetas, en el rostro asombrado del caballero ojeroso.

-¿Entiendes lo que esta pasando?

-¿Estas utilizando tu cosmos…

-Si. Una fina película, que me protege del calor. Y del veneno. Estrictamente – se puso fino Deuteros, enarcando la ceja contraria al colmillito – nuestros cuerpos nunca se tocaron.

-¿Entonces como lo voy a dejar embarazado… - se le salio a Manigoldo.

-No vine aquí a resolverte la vida.

-Soy perfectamente capaz de dejarlo embarazado. De resistir su veneno. Solo quería aumentar mis oportunidades.

-¿Tomas lo que te doy? Estaremos a mano por lo que le hicimos a Albafica.

-Claro, como solo tenemos que arreglarnos entre machos y las turras no cuentan…

-Siempre me sentiré mal por lo que le hize a Albafica y no merezco pedir su perdón.

Por eso se habia borrado del recuerdo.

-Espero que sepas lo miserable gusano que eres, tu y tu hermano.

Deuteros le recibió la insultada al hermano. Era justo.

-¿Crees que seas capaz de hacerlo? – incremento la bola, girándola en su mano.

-Por supuesto. – se jacto Cancer, cruzándose de brazos. Luego se vio lanzado al barranco de lava, abriendo mucho los ojos conforme caia.

Sintiendo el asfixiante calor, el vapor toxico, el jodido cabron me mato… no, espera. Protegete con tu cosmos. Todo el cuerpo.

Cuando salio a flote y la lava que cubria su burbuja resbalo lo suficiente vio a Deuteros en lo alto del risco, con las manos sobre las caderas y los dos colmillitos visibles por la sonrisa.

-Y yo que creía que era una exageración el grosor del caparazón con que los Cancer se protegen.

-¡Intentaste matarme!

-Y lo llorones que son.

-¡Pudrete! – le saco el dedo medio.

-Tendras que hacer la capa mas fina que eso si quieres que funcione. Del ancho de un atomo seria lo ideal.

-Si, si. Presume lo que quieras, Geminis.

Deuteros se puso serio.

-No lo dije con mala intensión.  – se disculpo Manigoldo. Deuteros le caia bien, mejor que su hermano, al menos, y no entendia porque Aspros y no el era el caballero.

-Esta es mi técnica, por eso pude dártela. ¿Entiendes? Mia, no de Geminis. Pero tampoco puedes decirle a mi hermano.

-No es como que hable demasiado con el.

-Me alegro.

-Si ese hijo de puta se jacta le voy a partir la cara.

-No lo hara. – prometio el morenito. Mas morenito.

Se perdió de vista.

-¿Cómo voy a salir de aquí?

-Pobre caballero serias si no pudieras. – le contesto la voz.

-¿Estas seguro de que no conoces a Hakurei? – le grito desde la piscina de lava en la que flotaba.

Ganas de preguntarle como habia hecho el. Como habia logrado hacer una protección tan fina. Pero su orgullo de caballero se lo impedia.

 

Continuara...

Notas finales:

Slán!


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