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Hormona exclamation! por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

+ trama necesaria para lo que se viene. (?)

Manigoldo hizo bien en no descender hasta su casa, porque hubiera tenido que pasar también por la de Libra, donde el nuevo caballero, y su prima, le daban gusto al cuerpo.

El caballero de Libra estaba bocaarriba en su cama, con las rodillas dobladas y los pies en el piso, y su novio estaba con las piernas dobladas, los pies apoyados a los lados de sus caderas y montándolo, su lengua visible en su boca abierta, tan sonrosada como sus mejillas y la polla que se jalaba, masturbándose con tanto vigor como se montaba la polla de su chino.

Este le tenia las manos sobre la cadera, dándole seguridad mientras apreciaba sus redondeadas curvas, las nalgas contundentes que engullían su verga una y otra vez, las puntas mas largas del cabello verde limón rosandolas. Estaban sonrojadas donde pegaban, donde el las habia sobado. Era tan blanco como la leche, lo adoraba.

Su rostro masculino, de mandibula fuerte, a pesar de la juventud, se contorsionaba en expresiones de placer, resistiendo los duros embates de Shion tanto por su beneficio como por el de el. Las cejas, teñidas de negro, como el resto de su pelo, enmarcaban fuertes sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos, conteniendo la respiración.

Shion jadeaba, gemia y gritaba como le salía del cuerpo. Como esas gotas que salían disparadas de su punta, cayendo muy lejos, estrujando la carne en su interior. Era tan ancha que lo llenaba casi hasta el limite, doliéndole a veces cuando se la metia, aun, pero luego… ¡como la gozaba! Las lagrimas en sus ojos se convertían de placer.

Dohko lo agarraba, bajándolo para llegarle mas hondo, elevando las caderas para darle también el, tensando los musculos de sus piernas, de su vientre moreno y tentador. Sus brazos también se tensaban, subiendo sus manos hasta la pancita de Shion, sobándola, haciéndola caer hacia atras.

El de los ojos fuccias se apoyo en pies y manos en la cama, subiendo y bajando su culo en una proeza de agilidad de la que nadie le creería capaz, gimiendo, sacudiendo el rostro de su amado con su melena esponjosa, de un lado a otro. Mechones entraban en la boca de Dohko, cuando la abria para jadear; la sensación del cabello de Shion le encantaba, todo de el.

Los pechitos regordetes que le acariciaba, sobándolas en su palma, cuya curva llenaban. La pancita deliciosa, tan redonda y suave, sobre la que rebotaba su polla, semirrígida aun, dejando puntitos de humedad donde pegaba.

Dohko estaba al borde del climax, por lo que Shion embarro sus nalgas bien contra el, apretándolo duro en su interior, moviendose de adelante atras, dejándolo quieto y dándole un orgasmo de extasis con su habilidioso culito.

El moreno, sin aliento, dejo caer los brazos a los lados. Shion, tras disfrutar de unos cuantos apretones que sabia dolorosos para el se levanto, dando muestras nuevamente de una gran agilidad. Un sonidito de succion acompaño a su separación y luego se acostó sobre su seme, pecho sobre pecho, acariciándolo y lamiéndolo, acunando su cabeza en uno de sus brazos y acercándolo a su cuello.

Dohko, que habia recibido feliz el amor, comenzó a besarlo. Lo empujo a un ladito, quedando solo a medias sobre el, subiendo una de sus piernas sobre el muslo de Shion, rodeándolo, para sentirlo suyo, besándolo, subiendo poco a poco para quedar a la altura de su lemuriana belleza, lamiendo sus puntitos, besando sus parpados, sienes, todo su rostro.

Tenia una cara realmente hermosa, Shion, redondeada, cachetoncita, petera. Blanca como la luna, justo como los estándares de belleza chinos decían que debía ser.

Mas alta y grande que el, no, pero le encantaba. Era tanto Shion, solo para el, tanta blanda, deliciosa, bien formada belleza.

El peliverde, cuando estaba mas contento, lo mostraba haciendo unos ruiditos con su garganta entre el ronroneo de un gato y el cascabeleo de una víbora. A Dohko le encantaba.

Tenian que ocultar su relación, pues a las madres de Shion no les agradaba mucho. Ya estaban en un punto en que la toleraban, pero no les gustaba ver ninguna muestra de la misma.

La nena, mimada y voluntariosa, estaba decidida a mostrarles a sus madres que era amor de verdad. Nunca le habia gustado un seme, hasta Dohko. Su mirada, justa y determinada, le gustaba, asi como su color natural de cabello, castaño oscuro. Que mama lo hubiera teñido para que se pareciera al patriarca Itia y luciera mejor por motivo de la visita de mama era una locura, pero le agradaba.  Se veía muy sexy asi, pelinegro.

Llevo la mano por el centro de su torso fuerte y definido, directo a su polla. Dohko gimio al agarrársela, todavía muy sensible. Pero Shion era asi, goloso, insasiable, y asi le gustaba.

Unas cuantas caras de dolor en lo que se le volvia a parar y de nuevo. Shion se le monto como una de esas nuevas bailarinas de ballet, con una pierna completamente estirada hacia delante y otra hacia atrás.

 

***

 

Asmita de Virgo tambien estaba abierto de lado a lado. Las piernas separadas, en horizontal, sostenidas contra la plataforma de meditación por unas fuertes manos morenas. Su cuerpo era mucho menos frágil de lo que aparentaba, pero lidiar con el celo de dos vigorosos machos era demasiado para cualquiera.

Gimio, cuando Deuteros acabo en el, sabiendo que inmediatamente vendría Aspros. Y asi fue: un gemelo se retiro y fue sustituido por otro; una polla igual de grande, dura e incansable.

Deuteros, mas lindo, se recostó detrás de el, de su cabeza, y le acomodo el cabello desordenado. Lo tenia hecho una miseria después de horas follando, su rostro fino reflejaba cansancio, ya ni siquiera tenia fuerzas para gemir.

Deuteros le acaricio el rostro hasta que Aspros le dio un manazo, cogiendo las mejillas de Asmita entre sus manos y besándolo, inclinado sobre el, dejándolo cerrar un poco las piernas, cuyas caderas entumesidas se habían enfriado ya sobre la roca.

Aspros le acaricio las piernas, apretándoselas contra su cadera, todo delante de su hermano, que lo veía con afecto.

Asmita jadeo cuando lo dejo volver a jalar aire. Abrio a medias sus ojos ciegos, hermosas gemas inservibles. Aun asi, ambos gemelos fueron capaces de leer en ellos la mirada perdida.

Aspros acariciaba la cabeza de Asmita, sus hombros. Olia delicioso y era deliciosa, pequeña, perfecta; tan diferente al cuerpo de seme con el que había practicado. Le solicito un beso a Deuteros ambos se lo dieron delante de Asmita. Que placer ser amado por dos, penetrar y ser penetrado. Pero el amanecer se acercaba y Deuteros tenia que ocultarse, su amado gemelo, entre las sombras de Geminis.

Con los labios húmedos con la saliva de su hermano se arqueo sobre Asmita, apretando los dientes y sus hombros para las ultimas embestidas, dadas con una fuerza sobrehumana al pequeño culito, la delicada belleza bien abrazada de piernas a el para no salir lastimada.

Se salio de el en el ultimo momento para bañarlo con la ultima corrida, tan vigorosamente expulsada que llego a su rostro, goterones escurriendo por este, cuello y pecho.

Lo cogio por el cuello, apretándoselo ligeramente mientras le lamia los labios y el interior, preparándole la boca como si se tratara de su culito, muchas horas antes. Una mirada satisfecha a su obra y estiro su musculada, divina, anatomía.

Soltado, Asmita se giro de lado, acomodándose en posición fetal en el pecho de Deuteros, que limpio los goterones cercanos a sus ojos mirándolo con afecto tambien.

-Vamonos. – le ordeno su gemelo, tal vez celoso.

Deuteros dio un tierno beso a Asmita, tras lo cual cogio sus pantalones y salio poniéndoselos detrás de su hermano, que regresaba a la casa de Geminis como había salido de ella: desnudo.

*

A medio dia Asmita se despertó. Se sentia entumecido y cansado, quien lo dijera, necesitado de comida, bebida y descanso. Principalmente esto ultimo. No tenia ningún motivo para creer que esa noche fuera a ser diferente de las dos ultimas, y su cuerpo no lo resistiría.

Por tanto, después de alimentarse en demasia se puso a meditar, incomodándole la barriga tan llena, distrayéndose con pensamientos de como podían Shion o Buda vivir asi, y cuando se le bajo, fue capaz de llevarse en cuerpo y alma al inframundo.

A donde no seria una tentación para sus amados gemelos, débiles como todos.

***

Otra turra que creyo necesario tomar precausiones con la que se avecinaba, pues ese dia el aroma de las lemurianas superaba al de las demon rose, fue Albafica de Piscis.

El patriarca, su hermano y su propio novio le habían enseñado como hacer inmune su veneno, transportándose a la entrada del inframundo, por lo que realmente no tenia motivos por que sufrir, pero estaba tan acostumbrado a ello que le gustaba.

Era masoca en el peor de los modos. Y en su tierna cabecita, transtornada por el dolor de haber envenenado a su mami, tomo la información que tenia, incluida la secreta de los otros chicos de los recados del Patriarca, que si bien no podían llevarlo en alma para que no resultara venenoso, podían llevarlo fuera del alcanze de su novio y la convirtió en la peor decisión posible.

A la casa de Geminis descendió, pasando muy alerta por la de Escorpio y rodeando la de Cancer.

-Aspros de Geminis, pido permiso para entrar en tu casa.

No esperaba realmente que estuviera ahí, pero ahí estaba.

-Concedido.

Se apoyaba la mano en la sien y tenia pinta de haber vivido una noche llena de excesos.

Albafica se sonrojo y se volteo cuando sus ojos pudieron ver en la penumbra.

-¿Podrias pedirle a tu armadura que vista tu cuerpo? – solicito de espaldas.

Que fácil atacarla asi, pero estaba tan cerca de convertirse en Patriarca y era tan bonita que porque no darle gusto.

Geminis obedecia a sus comandos no verbales.

-¿En que puedo servirte, Albafica?

Miraba su larguísimo pelo azul, lo bien que le sentaba su armadura de turra.

-Quiero pedirte un favor.

Manigoldo se los hacia siempre, de gratis y sin preguntar.

-Te escucho. – disimulo el fastidio. Como no fuera a ser matar a alguien…

-¿Podrias llevarme a otra dimensión?

Aspros parpadeo. Nunca habían peleado, pero ahora resultaba obvio que todos conocían las técnicas de todos, aunque no se supusiera que lo hicieran. Asi como pelear.

-¿Por qué?

Los hermosos ojos celestes se extrañaron, y luego se desconcertaron. Seguro que estaba acostumbrada a que todo se lo concedieran, por ser bonita. La mimada de su mama, las recordaba de pequeñita. Albafica, porque Lugonis fue el primer objeto de babeo de todos en el santuario. De todos los que la conocieron.

-Porque no quiero que una persona muy especial para mi vaya a ponerse en peligro, insistiendo en tocarme.

Aspros elevo su ceja, divertido. Iba a resultar que la pescadita era virgen. Mejor no pensar en eso, no con lo excitado que estaba.

-De acuerdo. ¿Qué dimensión quieres?

-¿Se puede escoger?

-Another dimension – procedio a enseñarle el catalogo por una abertura ovalada.

La de las rayitas del espacio-tiempo no le gustaba, a nadie para ser honestos.

-La dimensión del campo de Higgs, donde las partículas adquieren materia… - No se veía tan molona como lo era asi que continuo.

La casa de Libra no parecía buena opción. Una dimension acuática, con colores aturrados formando líneas ondulantes.

Albafica abrió la boca ante su belleza.

-¿Se puede respirar ahí?

-No estoy seguro.

Abrio el hermoso mar turquesa de Cancun, con unos mayas perdidos de fondo. La pescadita hizo cara. Por los mayas; se fueran a envenenar. La playa de Saint Tropez no tuvo mejor suerte, ni el campo florido lleno de conejitos. Joder con la nena, que era difícil de complacer.

-Dejame entender – Aspros se impacientaba con los inferiores - ¿quieres que este solo?

Asintio vigorosamente.

-Kulo, Finlandia. Poblacion, un alce una vez al año.

La pescadita asintió entusiasmada. Estaba a punto de meterse cuando pregunto:

-¿No estará muy frio?

Aspros la miro inexpresivo.

-Es Finlandia.

Cambio la dimension.

-Skellig Mhíchíl, abandonada desde que Enrique VIII asesino a todos los monjes. Una peña en el extremo oeste del viejo mundo. Y si, es muy humeda porque es Irlanda y llueve un dia si y otro tambien.

La cambio antes de que Albafica, avergonzado, pudiera decirle que estaba bien. Una dimension en suaves tonos lilas, rosas y azules, una soledad invernal con nevadas violetas pero sin el frio de la nieve de verdad.

-Esa es perfecta. – se apresuro a decir.

-¿Cuándo quieres que te recoga?

-En un par de días estaría bien… - era la ultima noche de plenilunio y esperaba que para la siguiente las hormonas ya no estuvieran tan poderosas.

-¿Y que vas a comer, Albafica?

La pescadita se detuvo en seco.

-Olvidalo – le hizo gesto de que pasara Aspros – Deuteros te llevara algo. – confirmo que sabia su existencia.

-Gracias, Aspros.

-No hay de que. Me debes un favor.

Albafica se detuvo. Que le cobraran los favores era nuevo para su orgullo, pero, pensándolo bien, porque no. Manigoldo era generoso pero no era obligatorio que todos fueran asi.

-Por favor, no le digas a Manigoldo a donde he ido.

-Pierde cuidado. – ya estaba interesándose mucho en su aroma.

Albafica le dedico una sonrisa hermosa y paso. Era una dimension preciosa, donde podría pasear,  e incluso veria a Deuteros, quien le caia mejor y a quien había pensado en pedirle originalmente el favor.

Deuteros, que había visto todo desde las sombras, se acerco.

-Dame un masaje. – reclino la cabeza en su hombro su gemelo – Estoy cansado.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Proximo capitulo, KardiaXSisi!!!

Si, si!!!

xd!

Slán!


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