Manigoldo acababa de hacer teletransportarse a su prima al templo del gatito cuando escucho a unos sirvientes (esos podían circular libremente por los templos) diciendo algo de la Sisi y la princesa pelando en gelatina.
-¿¡Que?! – los detuvo.
Pero antes de que le acabaran de contar el encuentro un guardia lo llamo. Cuando recibió la orden de presentarse a la sala del trono trago saliva. Sage era omniciente y ya se habia enterado de lo de Shion. Iba a ejecutarlo, seguramente, de manera personal, con el sekishiki.
Asi que se puso guapo, para morir mejor de lo que habría soñado en sus días como basura, tomo su ultima bebida, y, lamentando no poder ver a Albafica por ultima vez, se comio las trufas que le guardaba para su regalo y se presento en la sala del trono.
-Manigoldo de Cancer reportándose. – exclamo.
Una fragancia floral le llego antes que una voz.
-¡Joder, como tardaste! Estamos en la piscina.
La de purificación, al lado de la sala del trono. Tragando saliva, y agradeciendo haberse puesto guapo, paso. Detrás de la cortina estaban cuatro hermosas cabezas sobresaliendo de la capa de petalos rosas y blancos. Cuatro hermosos cuellos y hombros, tres rodetes de cabello largo en alto.
Degel, Sage, Hakurei y Sisi estaban ahí, purificándose. La princesa le dedico una de sus miradas mas frias antes de voltearse.
-¿Patriarca?
Sage frunció el ceño. ¿Qué habría hecho que estaba tan respetuoso?
-Te encomiendo la misión de traer de vuelta al caballero de Escorpio.
Ya ni pudo gozar los rastros de gelatina junto a la alberca. Ir por su mejor amigo, un traidor…
-¿Algun problema?
Manigoldo negó. Su lealtad a Sage estaba antes que nada.
-Puede que todavía este en el pueblo de al lado – le dejo saber Hakurei, a quien parecían superfluos toda la solemnidad y aires trágicos que se daba el santuario – Con la niña que esta enamorada de tu novia.
Su tio tan preciso y precioso como siempre. Hizo una inclinación, antes de desaparecer. Brinco por los techos de los templos, descendiendo a Rodorio lo mas rápido posible.
La niña que estaba enamorada de su novia tenia una florería. Entro en ella y vio a Kardia haciendo arreglos florales con ella. El muy fulgencio. Lo cogio del cogote y comenzó a arrastrarlo.
-¡Oye, que haces! Todavia no acabamos con los narcisos.
-Contigo es con el que van a acabar. ¿Qué hiciste?
-¿No sabes? Me tire a la Sisi.
¡Con razón! La Sisi no solia estar en el baño con los patriarcas.
-Oye – Kardia hizo ancla y lo jalo atrás, soltándose – no puedo ir al santuario. Por la vengaza del Chido.
-Los viejos te solicitan en la sala del trono.
-¡Tsk! ¿Ya sabran lo que hize?
-Estaban con la Sisi y Degel.
-¡Tsk! Degel tenia que traerse a Sasha para irnos a México.
Lo agarro por los hombros y se acerco a el.
-Eres mi amigo y te quiero – vio feo a los que solo habían oído el te quiero – Presentate con los viejos y explícales lo que paso. Ni yo me imagino como acabaste tirándote a la Sisi.
-¡Ah! Pues la primera fue adentro, luego por todas las pompas y luego le hize el facial.
-¿A la Sisi? – parpadeo Manigoldo – Y luego le hiciste el facial.
-Si, estaba como mar, pero ya sabes, muy soso el. Al principio ni gemia.
El regreso al santuario fue lento y jugoso de detalles.
-Asi como me lo contaste a mi – lo abrazo de nuevo Manigoldo – cuéntaselo a ellos. – y vio feo al guardia que los veía por un abrazito.
-¿Crees que todavía estén en la piscina? – pregunto el mas joven entusiasmado.
No estaban. Solo los patriarcas, en sus tronos, y la Sisi, a su lado. La vio con cara de “que traidora”, luego de lo bien que la habían pasado irlo a acusar con el patriarca.
-Manigoldo de Cancer, reportantose. He traido de vuelta al caballero de Escorpio, como se me solicito.
-Gracias, Manigoldo. Puedes retirarte.
Tan pronto como salio brinco por los techos, se metio por la ventana y se dispuso a espiar detrás de la cortina que no daba a la piscina, donde ya estaba la princesa. Se pelearon a caderazos y la princesa gano.
-Kardia de Escorpio, se te acusa de usar una de tus técnicas como caballero dorado para violar a Sisifo…
-¡Que!? ¡No es cierto!
-Dejame acabar de hablar – pego con su piecito enjoyado en el suelo el patriarca - ¿Qué tienes que decir al respecto?
-Que no es cierto – miraba a la Sisi como diciéndole mentirosa además de chismosa.
-Es cierto. – la Sisi alzo orgullosa la cabeza, con la bandita de nuevo, porque si la habían violado, su virtud no perdia nada.
-Yo te pregunte si querias y no dijiste que no.
-No podía. Ni hablar ni moverme, luego de que miraras asi.
-¿Cómo? – pregunto Hakurei.
-Asi – y la Sisi lo miro con ganas.
-Pues te veía con ganas porque te tenia ganas, pero enseñame un solo agujero de la Scarlett neddle que te haya hecho. – lo reto.
-No fue la Scarlett neddle sino la Restriccion del Escorpion la técnica que le aplicaste.
-¿¡La que?! – pregunto con total desconcierto.
Los patriarcas se miraron entre ellos. Una cosa era tener caballeros que no terminaban de perfeccionar sus técnicas (según ellos) como El Cid y otra que de plano no se las supieran.
-La Restriccion del Escorpion – explico el patriarca – La técnica de Escorpio que inmoviliza a sus victimas con la intensidad de su mirada.
-¿¡O sea que todo este tiempo pude dejar quietas a las presas que no se estaban y no lo hize!?
-¡Joder! – trono Sage - ¿Qué nadie te la enseño?
-Pues, ahora que lo pienso – su gemelo lo miro con la mano en la barbilla – Zaphiri lleva criando diamond dust los años que tiene Albafica.
-Zaphiri es el señor que esta congelado en la casa de Piscis, ¿verdad? – pregunto alegremente Kardia – El que plantaba rosas en el jardín de la mama de Albafica. – se rio, recordando el malentendido.
El anterior caballero de Escorpio habia muerto, sin enseñarle un pito a su sucesor porque todavía no nacia.
-¿Qué nadie le enseño a este niño las técnicas de su signo? – pregunto Sage.
-La Sisi no me enseño nada – la acuso Kardia, devolviéndosela -.
-Eras muy mal alumno, además, ¡yo no se las técnicas de Escorpio!
-¿No me contaste – sigio Hakurei – que la armadura se escapo de su caja en la sala de las armaduras – señalo la cortina tras la que estaban Degel y Manigoldo – para unirse con el muchacho…?
-Mi armadura brincaba de gusto de verme. – recordó emocionado Kardia.
-¿… y que ataco a Manigoldo con la Scarlett Neddle cuando le dijo que se la quitara?
-Intento quitármela y fue sin querer. Yo solo me defendi. – se defendió Kardia.
“Ay si, se defendió” – mascullo Manigoldo sobándose la nalga.
-Si sabia usar la Scarlett Neddle, asumi que sabia usar las otras técnicas. – se limpio muy digno Sage.
-Yo no sabia que habia otras técnicas además de los 17 golpes de la Scarlett Neddle.
-Son quince. – le dijo Hakurei mientras Sage estaba boquiabierto.
-¡¿En serio!?
La Sisi tampoco lo podía creer.
-Las estrellas de tu constelación.
-Wooow…
Degel se tenia la mano en la frente y Manigoldo sonreía, divertidísimo.
-Hermano, como asistente del patriarca te recomiendo que revises que todos tus caballeros sepan usar sus técnicas. Y cuantas estrellas tiene su constelación.
Sage asintió muy digno.
-Shion te ayudara a ponerte en contacto con tu armadura para que sepas todos los secretos de Escorpio. – Shion era capaz de hacer técnicas de otras armaduras, intentarlas o combinarlas, la jodida fruta fragante de dos flores idénticas.
-¿Y que va a pasar con lo que me hizo? – pregunto Sisi.
-Yo creo que no es justo castigarme por algo que no sabia que hize. – declaro Kardia.
-¡Yo no me movia, ni decía nada! – reclamo Sisi.
-¡Yo crei que asi eras de sosa en la cama!
La Sisi hacia morritos enojada y avergonzada.
-¡Por supuesto que no!
-Menos mal, porque si no, ibas a aburrir al Chido.
-Kardia no quiso violarte, creyo que consentias, y… Sisifo – Hakurei lo miraba con cara de a mi no me la pegas – pobre caballero dorado serias si no hubieras podido romper la Restriccion del Escorpion…
-¿O sea que mi técnica es chafa!? – se escandalizo Kardia.
-¡Silencio! – lo conmino Sage.
-… por mas desconocida que te fuera, o la impresión.
-El daño ya estaba hecho cuando lo logre.
-Una cogidita no se le niega a nadie.
-Kardia, si dices una palabra mas pasaras dos días en la cárcel.
-Tsk! ¿Y ahora cuanto voy a pasar?
-Por ser el caballero favorito de Athena, solo uno.
-Y guardaras secreto de lo que paso con Sisi. – añadió Hakurei.
-No pensaba andarlo contando… ¿Dónde esta Degel? – olio en torno, pues percibia rastros - ¿Recibio mi carta? ¿Le gusto?
Sage se la devolvió.
-No demasiado.
-¡¿Qué tenia de malo!? Hasta un maestro me ayudo.
-¿No la zorra incitante experta en esparcir chismes?
-¿¡Como iba a saber que era experta en esparcir chismes?!
Lo zorra y lo incitante se le notaba a simple vista.
Los patriarcas se llevaron la mano a la cabeza. Hacer que El Cid no se enterara iba a ser mas difícil de lo que pensaron.
Continuara...