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Engañados por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Buenas!!!

¿Cómo han estado? Yo bien… ayer me la pasé resolviendo tres problemas de estadística que me habían dejado de tarea, sip, lo dejé para el final, sin embargo el día en que la maestra nos explicó eso yo me andaba muriendo en fiebre, pero aun así realicé mis apuntes y cuando los chequé para poder basarme en algo me quedé con cara de “¿Qué fue lo que hice?” no se preocupen, de alguna manera los resolví pero no sé si están bien.

 

La noche pasó tranquilamente, habían optado por dejar al millonario descansar después de haberlo regañado, habían dejado al castaño menor como niño castigado, por Dios, a veces puede ser muy infantil y en otras ocasiones es todo lo contrario.

El Capitán se había debatido si aprovechar la oportunidad y hablar con su canelita o dejarlo descansar, ¿Qué sería mejor? Por más que se removía en su cama no lograba pegar ojo, observó su reloj y ya pasaban de las 3 de la mañana, era obvio que el menor estaría dormido.

El rubio se sentó, se llevó sus manos a su rostro para pasar sobre el, se levantó de la cama y salió de su habitación con dirección a la cocina, tal vez un vaso con leche calientita le ayude, los pasillos estaban levemente iluminados.

Recorrió los pasillos hasta que llegó a la sala, pero una sombra enorme le llamó la atención, fue cuando su cerebro carburó, se había olvidado por completo de Clint, el rubio caminó hacia su amigo que yacía dormido en el suelo de la sala, exactamente en la misma posición en la que se había caído, esa botarga podría atar a cualquier villano.

Se acercó hacía él, se agachó y empezó a empujarlo para que despertara. –Clint, si duermes aquí te vas a resfriar. –Volvió a empujarlo.

-¿Hm? ¿Qué? –el arquero se confundió.

-¿Ya estás despierto?

-No, sigo dormido. –hablo con sarcasmo el arquero. –Ayúdame a levantarme. –el Capitán le dio la vuelta a su amigo para luego sujetar sus manos para jalarlo y así lograr levantarlo. –Mucho mejor.

-Perdona amigo… -se avergonzó el Capitán mientras se llevaba una de sus manos a la nuca.

-Déjame decirte una cosa Steve. –respiró hondo. -¡Jodete! –se relajó. –¡Me dejaron ahí tirado desde las 8 de la noche! Pero bueno… ya que, por cierto, ¿Cómo está Tony?

-Está bien… como siempre.

Barton miró detenidamente al contrario, intentó agarrarle el hombro pero no pudo. –Maldito traje de corazón…

-Lenguaje…

-Dejemos eso de lado por un momento, por qué no vas con el hombre dona ahora.

-Porque está dormido. –bajó la mirada el Capitán. –No quiero despertarlo.

-Es tu oportunidad de que hables con él sin interrupciones de Bucky. –dijo obvio. –Además es completamente seguro que se va a enojar, no pierdes nada con intentarlo. –comenzó a caminar hacia su habitación. –Mientras yo me quitaré esto de encima.

El Icono de América pareció meditar lo que el arquero le había dicho, tenía razón, no perdía nada con intentarlo y su mejor amigo no estaría allí para arruinar la situación. Y sin más partió hacia el cuarto de su canelita.

Cuando el Capitán llegó al cuarto, lentamente abrió la puerta, le sorprendió que no estuviera atrancada pero dio por hecho de que fue por suerte, la habitación estaba levemente iluminada por la luz que entraba por la ventana. Se adentró y ahí lo vio, su castaño estaba profundamente dormido, abrazando una almohada y de vez en cuando balbuceando palabras que no lograban entenderse, con su respiración tranquila, sin duda el rubio añoraba esos momentos.

El Capitán se acercó a la cama del menor, se quedó a un lado de él, observándolo con detenimiento, tanta fue su mirada sobre el castaño, que aunque el menor estuviera dormido la sintió. El ingeniero abrió sus ojos lentamente, lo primero que vio fue el reloj que marcaba las 3:33 a.m. vaya hora para despertar, después de ver la hora el ingeniero posó sus ojos al lado de él, vio una sombra que estaba parada al lado de su cama, la luz de la habitación no era suficiente como para lograr distinguir la silueta ajena.

Por instinto el genio se levantó de sopetón mientras soltaba un grito de terror. – ¡Carajo! –Retrocedió sobre la cama. – ¡V.I.E.R.N.E.S.! ¡Llama a los caza fantasmas!

-Tony cálmate, soy yo, Steve. –le tranquilizó el rubio, acercándose lentamente al contrario.

-¿Ro-Rogers? –focalizó su vista en el ajeno, tratando de acostumbrar sus ojos a la oscuridad de la habitación. -¡Maldición Steve! –se enojó, por semejante susto antes no le dio un ataque cardiaco. –Si esto continua voy a morir pronto…

-Lo siento, no quería asustarte. –se acercó al menor y se sentó sobre la cama. –Pero Clint me dijo que ahorita es la ocasión perfecta para hablar.

El menor suspiró cansado. –Lo que debes de dejar de hacer es escuchar a Clint, créeme. –sonrió de recordar aquella escena. –Una vez terminé desnudo en la oficina del Pirata y todo por escuchar a legolas, para mi mala suerte Fury estaba ahí…

El mayor no sabía como reaccionar ante aquel relato, cierto, a veces Barton tenía unas ideas muy locas, pero eso no importaba en este momento, lo que necesitaba era hablar con su canelita. –Tony… debo decirte algo muy importante.

El menor arqueó una ceja, ¿Era hora de terminar con su pequeño juego? Al diablo, Steve tenía razón, necesitaban hablar y después lo que viniera. –Te escucho.

-Quería disculparme por haberte dicho ese tipo de cosas. –bajó la mirada triste. –Debí haber confiado en ti, haberte preguntado primero…

-Sí, debiste hacerlo estúpida paleta helada… -sonrió el castaño, tomó con sus manos el rostro del Capitán obligándolo a levantarlo y verse directamente a los ojos. –Pero eres mi estúpida paleta helada.

-Tony… yo…

El menor de inmediato lo interrumpió. –No digas nada Steve, todos cometemos errores…

-Entonces…

-Antes que nada, quiero decirte algo Steve. –de inmediato soltó el rostro del rubio. –Ya no te amo…

-¿Q-qué? –preguntó con una voz quebrada. –¿Es una broma?

-No, no lo es… -el menor le afirmó serio, seguía sentado sobre la cama. –Lo siento Steve, pero me enamoré de James…

-Pero yo… -intentó hablar el rubio, ya era tarde, lo había perdido, su canelita ya no le quería. Se levantó de la cama y observó al menor estando de pie, retrocedió unos cuantos pasos por lo conmoción.

La puerta fue abierta dejando entrar al Soldado de Invierno, observó la situación y miro con cierta burla y lastima a su amigo. –Anthoska, no puedo dormir si no estás en la misma cama que yo. –se acercó al castaño menor. –Te dije Steve que me habías dejado el camino libre. –tomó el rostro del menor y lo besó apasionadamente haciendo que el Hombre de Hierro se ruborizara ante un Steve que estaba atónito por lo que estaba presenciando. –Disculpa Steve, ¿Nos puedes dar un poco de privacidad?

-Perdón Steve, no quería que te enteraras así. –el menor observó triste al Capitán. –Si te sirve de consuelo, nunca te fui infiel, de hecho llevamos dos días de relación…

El Capitán América, no sabía qué hacer, sus piernas no reaccionaban, se quedó observando aquella escena para luego gritar desesperado, frustrado y triste. –¡¡¡NOOO!!!

-¿¡Qué!? ¿¡Qué pasó!? –se asustó el contrario hasta el punto de brincar.

El rubio trató de calmarse al escuchar la voz ajena, su respiración estaba agitada, observó su entorno y se dio cuenta de que se encontraba en la habitación del menor.

-¡Maldición Steve! –el menor se enojó. -¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Casi me matas de nuevo! –respiró hondo. –¿Además que mierda estás haciendo aquí?

-Yo… ayer… Tú… Bucky… Caza fantasmas… -el capitán no lograba articular ninguna oración concreta de lo confundido que estaba.

-No te estoy entendiendo nada anciano.

-Ayer en la noche vine y…

-¿Te metiste a mi habitación y me viste dormir? –el menor le interrumpió. –Eso es aterrador en cierto punto…

Así es, Steve Rogers alias Capitán América, se había metido al cuarto de Anthony Edward Stark alias Iron Man, con el fin de hablar con él, sin embargo no se dio cuenta cuando se quedó dormido mientras contemplaba a Tony dormido, con una tenue luz iluminando su rostro, en efecto, aquello había sido un sueño bizarro para nuestro querido Capitán.

La puerta fue abierta por Bucky, entró sin darse cuenta de que el Capitán se encontraba ahí. –Kotenok, es hora de levan… tarse… -dijo extrañado pues se había dado cuenta de que su amigo rubio estaba ahí. –¿Interrumpo algo?

-Técnicamente no. –contestó Stark.

Los castaños observaron con detenimiento a Steve, el rubio respiró hondo y sonrió. –Fue un sueño… un mal sueño… -Dijo y salió de la habitación dejando a los otros dos confundidos por lo que acababa de pasar, antes de hablar con su canelita necesitaba relajarse y despejar su mente de aquel sueño odioso, no obstante, se regresó y se asomó por la puerta. –Te estoy vigilando Bucky… -y finalmente lo perdieron de vista.

-¿Qué fue eso? –preguntó extrañado por aquello el castaño mayor.

-Ni idea… -finalizó Tony.

Notas finales:

Celebramos el cumpleaños de mi mamá, pero saben, mi sobrinita metió las manos al pastel… y se embarró toda, pero se lo comió tan agusto…

En fin espero que les haya gustado.

Nos vemos!

 

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