El millonario se encontraba en su habitación, la puerta estaba cerrada con seguridad para evitar inconveniencias, estaba acostado en su cama en posición fetal mientras abrazaba una almohada, hace rato que ya había dejado de llorar, ya no tenía más lágrimas por sacar, al menos no ahora.
Pensó en tomar hasta emborracharse, pero sacó esa idea de su cabeza, no demostraría que era el mismo Tony débil de antes, no necesitaba ahogar sus penas en alcohol, y más si no había hecho nada malo.
El filántropo se preguntaba cada 5 segundos el por qué el Capitán había actuado así con él, si quería terminar con el castaño solo tenía que decírselo, no había necesidad de tratarlo así y llegar hasta este punto, y por alguna razón se sentía horrible, como si tuviera la culpa de todo.
El millonario suspiró profundo y se aferró más a la almohada, como si tuviera miedo de que se escapara, después de unos cuantos segundos, Visión entró a la habitación atravesando una de las paredes.
-Señor Stark. –habló cordial, todavía no se daba cuenta del estado del castaño. –Buenas noches.
-Hola Vis… -dijo cansado y sin ánimos, pero aun así se volteó para poder verle.
-¿Se encuentra bien? –se preocupó, toda la habitación estaba a oscuras con excepción de la luz que entraba por la ventana. –¿Enciendo la luz?
-No Vis, no la prendas, no te preocupes no pasa nada. –se giró solo para observar la noche por la ventana, no había estrellas, era una noche nublada.
-Parece que le pasó algo malo. –el androide se llevó una mano a su barbilla. –Necesita consuelo, puede usar el regalo que le di.
-¿Q-qué? –el millonario se confundió y observó a su compañero.
-Yo puedo ayudarlo si gusta. –el poseedor de la gema, se acercó hasta un mueble color café con varios cajones que estaba pegado a la pared, abrió uno de los cajones y metió la mano en busca de algo, sacando así el consolador.
-¿Cómo supiste donde lo dejé?
-Cuando lo guardó yo iba pasando por ahí, pero no se dio cuenta ya que solo atravesé la habitación sin detenerme. –se acercó lentamente al millonario, éste solo se sonrojó.
-Vi-vi-sión. –tartamudeó nervioso. -¿Q-qué haces? –raídamente se levantó de la cama y se arrinconó en una de las esquinas.
-No me agrada que esté triste, así que voy a ayudarlo a consolarse… -cada vez estaba más cerca.
-No es necesario… -hizo señales con sus manos para que se detuviera el androide. “¿Cómo rayos terminé aquí?” pensó al borde de un ataque de pánico.
-Señor Stark, claro que es necesario.
Una vez que Visión llegó hasta el castaño, solamente unos cuantos centímetros los separaban, traía el consolador en su mano derecha, sin embargo, antes de poner un dedo sobre el genio se detuvo. –¿Cómo se usa esto?
-¿Eh? –Stark estaba exageradamente confundido.
-Si me dice cómo usarlo podré ayudarlo.
“Hay Dios” pensó el menor llevándose una mano a su rostro en señal de “¿Cómo es esto posible?” –Vis… créeme no es necesario que hagas esto. –se relajó. –Mira, el consolador tiene cierto uso… -dijo haciendo comillas con la manos.
-¿Cierto uso? -Visión se extrañó y pensó en la posibilidad de aprender algo nuevo que le ayudaría en un futuro. –¿Podría explicarme?
El castaño suspiró cansado. –De acuerdo. –si algo caracterizaba al genio es que a veces o no sabía cómo explicarse o lo decía muy directamente. Se acomodó mejor en la cama y lo miró directo a los ojos. –Es un juguete sexual.
-¿Un juguete sexual?
-Así es, el consolador lo usan las parejas para divertirse o probar nuevas cosas, también las personas solteras lo usan para satisfacerse, o una persona que se sienta urgida y su pareja no esté ahí en esos momentos.
-¿Cómo lo usan? –preguntó todavía más confundido, el castaño solo se ruborizó.
-Pues… -“¿Cómo le explico al ser más inocente del planeta como se usa un consolador?” pensó, juagaba con sus dedos, lo miró y simplemente lo soltó de la manera más rápida posible. –El consolador se mete en el órgano sexual de la mujer o en mi caso por mi trasero… -se avergonzó.
-Oh… ya veo Señor Stark. –ahora era turno de Visión de avergonzarse, pues vaya regalo le había dado al ingeniero.
-Así que no es necesario lo que ibas a hacer Vis…
-Lo siento señor Stark… -agachó su cabeza.
-No te preocupes. –trató de relajar el ambiente. –Por un momento creí que me ibas a violar. –se burló. –Pero debo admitir que cuando me lo regalaste, pensé que me veías urgido y vaya que me asusté por ello.
-No era mi intención… no se preocupe no se veía urgido. –soltó sin más el androide.
-Vas aprendiendo… -comentó orgulloso el genio palmeando el hombro ajeno.
-Sin embargo. –Visión observó a Tony y de inmediato se dio cuenta. –Tuvo problemas con el Capitán y por eso está triste ¿cierto?
-Si… -agachó la cabeza el millonario y su semblante se tornó triste. -¿Qué habré hecho mal?
-Estoy seguro que nada Señor, todo estará bien… -trató de animarlo, en el tiempo que llevaba en la Tierra había aprendido varias cosas. –Un abrazo puede servir.
-Gracias, es lo que necesito en estos momentos. –y sin más Visión abrazó al castaño, debe admitir que se sentía bien, fue reconfortante para ambos, cuando se separaron, el millonario sonrió. –Gracias, ya me siento mejor.
-Es un placer. –El androide se alejó del genio. –Debo irme, tal vez hable con el Capitán.
-Déjalo así, no es necesario… pero gracias. –sonrió el filántropo.
-Descanse señor Stark. –dijo y salió del cuarto atravesando un de las paredes.
-Vaya… -se recostó sobre la cama el genio, observando el techo. –Eso fue raro…
Mientras tanto por los pasillos un Castaño de ojos azules iba caminando, estaba completamente enojado, por el amor de Dios, Tony confiaba completamente en ellos y éstos ni siquiera confiaban un poquito en él, y si el asunto no se trataba de confianza, entonces, los Vengadores deberían de cambiar su nombre a “Vengadores Pervertidos” o tal vez a “Los Coyotecojovivo”, sí, sin duda debían hacerlo.
Bucky iba en dirección a la habitación de su amigo castaño, sabía que en estos momentos estaría en mal estado, así que como buen amigo que es, el estaría ahí para Tony, ayudarlo y vengarse si era posible, en estos momentos lo que el millonario necesita es un hombro en donde llorar.
Llegó hasta la habitación del menor y dio varios golpecitos en la puerta, no hubo respuesta, por lo que esta vez dio golpes más fuertes y de igual manera tampoco obtuvo respuesta. –Kotenok, soy yo…
Del otro lado del cuarto Stark identificó rápidamente de quien se trataba, lo pensó dos veces, hasta que se decidió por dejar entrar a James. –Ábrele la puerta al Mapache V.I.E.R.N.E.S.
-Como ordene. –y en ese instante, la puerta fue abierta, dejando entrar al sargento que se veía preocupado.
-Hola James… -saludó sin ganas, aun recostado sobre la cama.
-¿Cómo te sientes? –el mayor se preocupó. Se acercó hacia el menor y se sentó a un lado sobre la cama.
-¿Cómo debería de sentirme? –su voz comenzó a quebrarse. –Steve me acusó de infiel… y ni siquiera sé por qué.
-Anthoska….
-Steve y yo terminamos… se nota que no confiaba en mí, creo que nunca lo hizo. –las lágrimas comenzaron a caer otra vez y Barnes esto le mataba, no le gustaba ver a Tony de esa manera.
-Tal vez solo fue un mal entendido… -llevó su mano natural a la cabeza del menor y comenzó a acariciarlo. –Un malentendido que ya fue explicado…
-¿Qué quieres decir? –el castaño menor se confundió.
-Pues… -El soldado procedió a contarle todo al menor, observando sus reacciones, no obstante no pudo descifrar las emociones que se estaban plasmando en el rostro del genio, ¿podría ser ira, tristeza, decepción, alivio, etc.? Pero el mayor llegó a la conclusión de que todas las emociones del menor estaban mezcladas.
-Ya veo… ahora entiendo porque Steve hizo lo que hizo y que mis compañeros son unos mal pensados… -suspiró. –Pero aun así, eso no le da el derecho al Capipaleta de haberme hablado así… -se enojó.
-Tienes razón… -James no pudo estar más de acuerdo con el menor. -¿Qué propones? Puedo ayudarte a vengarte si quieres…
-Eso justo es lo que te iba a pedir. –sonrió malicioso. –Una venganza contra Steve por no haber confiado en mí.
-¿Y contra los demás?
-El Capitán de los idiotas se encargará de ellos…
-De acuerdo, cuenta conmigo para lo que sea. –sonrió.
-Por eso te quiero mapache… -dijo divertido Tony.
-Entonces… ¿Cuál es el plan? –finalizó James.