-¡Undyne!- el grito de Papyrus había resonado con fuerza y en especial, con miedo, la mujer, vestida de traje negro se acerco corriendo a la biblioteca, apenas abrir la puerta vio salir a su jefe y a quien debía de proteger, Papyrus traía cargando a un esqueleto más pequeño que él, de orejas y cola zorruna inconsciente
-¡llama a Alphys, Sans se desmayo y no reacciona!- pidió rápidamente, la mujer asintió corriendo escaleras abajo, sabia de todos modos que su jefe llevaría a aquel joven hacia su propia habitación de todos modos
… … …
20 minutos más tarde, Alphys, una lagarta amarilla demasiado nerviosa y tímida terminaba de examinar a rigor al chico que aun miraba con sorpresa, después de todo, además de ser medico en jefe de la familia, era en partes una científica y observar la “adquisición” de Papyrus era algo demasiado chocante… simplemente por que el joven dueño de la casa y ahora único ser vivo del legado Windigns no era alguien que “comprara” la vida de otro ser… simplemente, no era coherente…
-¿Cómo esta?- la voz del mencionado esqueleto obliga a la chica a salir de sus pensamientos y mirar con algo de emoción al esqueleto alto que parece un mar de nervios en ese momento
-ho… e-el, el esta… b-bien… solo… esta algo… cansado- susurra bajito, la mirada preocupada de Papyrus desaparece dando paso a un gesto lleno de alivio, Alphys también se puede relajar al ver el gesto de su amigo de infancia y carraspea un poco para volver a ser vista por el mencionado
-r-recomiendo que lo dejes d-descansar un poco… y… y cuando despierte… d-debes a-alimentarlo… n-no sabes cuánto tiempo… llevara sin co-comer- susurra tratando de regañarlo pero al final, volviendo a intimidarse ante una mirada que si bien no es seria ni molesta y por mucho, más soportable que la mirada dura y fría de su padre Gaster, igual no es como que ella pueda soportar la mirada de alguien mucho tiempo…
-entiendo… si, tienes razón, muchas gracias Alphys, ya puedes retirarte- anuncia con gran sonrisa Papyrus volviendo la mirada a Sans, sabiendo que de todos modos la chica se irá apenas deje de prestarle atención
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-hey Alphys- el llamado la alerta un segundo solo cuando está a unos pasos lejos de la puerta que da a la habitación del dueño no solo de la casa, sino de lo que son la cadena de hoteles más famosos del continente entero
-U-Undyne!- saluda tímida pero estirando su mano para saludar a quien llega con grandes zancadas a su lado, una vez ambas se saludan de un modo más calmado por fin, ambas bajan por las escaleras hasta llegar a la recepción de la casa
-¿Y cómo esta esa criatura?- pregunta Undyne al no saber cómo referirse al joven que traía cargando Papyrus y por el que sabe de primera mano Undyne, Papyrus se ha obsesionado tal vez de un modo preocupante; por su lado, Alphys muestra un gesto apenado y nervioso
-n-no sé cómo es que lo han hecho pero… e-ese chico… de verdad es mitad animal y mitad monstruo… n-no puedo creer que… que en el mundo haya gente tan mala como… como para crear algo así de cruel…- se enfada Alphys aunque sigue caminando ensimismada, ahora, el gesto de sonrisa de Undyne cambia a uno serio y pensante
-igual no puedo creer que alguien como Papyrus de vedad haya aceptado la compra de ese pobre muchacho…- susurra, quedando ambas chicas en un silencio pesado, perdido por la mente de cada una al pensar cosas diferentes, Alphys piensa que es de verdad cruel e inhumano crear semejante daño a un cuerpo y luego venderlo, Undyne esta mas sorprendida por la facilidad de Papyrus para simplemente, unos meses atrás decir como si nada “he comprado una mascota especial de la Pet Shop” por supuesto ninguna de las chicas tomo a bien la información, Undyne dio un sermón fuerte y molesto a Papyrus, cosa que Alphys si bien, no pudo hacer por su timidez, al menos, apoyo a Undyne
Algo que debían de dar las gracias ambas chicas es que Papyrus, a comparación de su padre fallecido Gaster, es que es abierto de mente, escucha las palabras y también los regaños, los acepta para mejorar y nunca se cierra ante una idea, sin embargo, en esta ocasión, si bien por algo así, ambas habrían sido despedidas por Gaster, tal vez con lo más inesperado fue encontrar a Papyrus cerrándose por primera vez
No era una mentira que Papyrus era un muchacho amable y dadivosos pese a ser un millonario que realmente no necesitaba trabajar, pero que de todos modos lo hacía por el simple hecho de que le gustaba trabajar en la cadena de hoteles con la intención de mejorar el trabajo, hacerlo pasadero para sus trabajadores y entregar un servicio casi perfecto para la clientela… además de eso, Papyrus era un monstruo que no era hipócrita ni mucho menos, todos esos típicos defectos de los que son ricos, no era petulante, no era avaro, no era egocéntrico, no era grosero con los de recursos más bajos, incluso se podría decir que era todavía más amable con ellos que con los ricos
Papyrus, a ojos de sus amigas, había sido un chico reamente bueno, una buena persona entre la mierda de ricos que había por doquier, así que había sido una fuerte impresión cuando se enteraron que Papyrus había comprado a alguien por que simplemente “le gustaba” no solo había sido regañado y dicho lo mal que estaba… también fue la primera vez que Papyrus no escucho, que no hizo nada para remediar su error… por primera vez vieron en Papyrus la malicia del mundo en el que vive o peor aun… la malicia de los Windings que lo precedieron como fue su difunto padre
Por fin alguien como Papyrus había encontrado algo que llamara su “obsesión” y esa obsesión había sido Sans el esqueleto, un joven 6 años más joven que el que, por lo que les había contado Papyrus, no tenia padres ni familiares mas allá que un amigo del trabajo…
Cuando ambas mujeres entendieron que no podrían hacer cambiar a Papyrus de parecer con sus ideas, se resignaron, demás, la compra ya estaba hecha, ahora solo quedaba que al menos Papyrus no fuera un bastardo con el… aunque, por lo que había estado contando con tanta emoción como lo era su amor por los fideos, ese chico de nombre Sans era huérfano, tenia estudios sin concluir, era un buen chico, sabía hacer muchas cosas por su cuenta y vivía solo… no tenía ningún tipo de interés romántico ante nadie y por lo que ambos habían charlado para conocerse, es como si Sans fuera todo lo que Papyrus hubiera estado buscando durante toda su vida…
En algún punto, ambas chicas se sintieron perdidas… ¿Qué era lo que había en la mirada de Papyrus? ¿Era amor, un amor real? ¿O en el peor de los casos para ese chico Sans, era un amor obsesivo y enfermizo que nunca cavaba en nada bueno para ninguna de las dos partes? Era eso lo que Undyne temía de Papyrus… que le fuera a hacer daño a ese joven o peor, que ese joven amenazara con la buena mente he inocencia de Papyrus solo por su simple existencia…
No sabía por quien preocuparse mas… o quién era el verdadero foco del problema aquí…
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Un suspiro broto y se perdió en aquella amplia habitación, Papyrus miraba perdido hacia el gran ventanal que dejaba ver un atardecer naranjo cálido… Papyrus adoraba el color naranja del atardecer y amaba siempre verlo por su balcón; aunque esta vez lo veía detrás de su cama, no podía moverse… había estado ahí desde hace horas, esperando porque aquel que ahora ocupa su cama se despertara y poder hablar por fin
Su mirada volvió tranquila y lenta hacia el esqueleto que aun dormía, paso su mano con todo el cuidado del mundo desde la frente de Sans hacia atrás, pasando con felicidad sobe las esponjosas orejas cálidas, se dedico a tocarlas y acariciarlas como si se tratase de las finas orejas de un felino, las movió un poco, sintió su calidez y noto que realmente estaban unidas al cráneo de Sans, siguió observando su cuerpo como había hecho desde que se quedaron en la soledad de su habitación y Papyrus se dedico un segundo a observar en el cuello de Sans la placa en forma de corazón que traía por único grabado su verdadero nombre “Sans”
Sonrió emocionado, le gustaba más el nombre de Sans que el apodo de huesitos, pero igual, le parecía adorable y tierno, todo de Sans le parecía adorable y tierno, incluso, podía decir sin miedo que Sans era aun más hermoso que en las fotografías que habían sido tomadas de el desprevenido, volvió a tomar un hondo suspiro de enamorado, sonriendo y sintiéndose algo sonrojado al saber que por fin lo tenia de frente
Su mano volvió a viajar hasta su frente acariciando su cabeza con ternura, habían muchas cosas que quería hacer, había mucho que quería decirle y todavía más, tratar juntos… quería llenarlo de besos, sentir sus brazos sobre él, sentir que eran los delgados y delicados brazos de Sans los que rodeaban su cuello en un abrazo cariñoso o tal vez, mas allá de eso, sentir que era amado por Sans del miso modo en que rápidamente había robado su corazón… Papyrus quería muchas cosas de Sans y también con Sans… pero por ahora, lo primero y tal vez lo más importante, es que de verdad, deseaba que Sans despertara para poder estar juntos por fin
-mggg- su voz rezongo suavemente seguido de su estomago, Papyrus aparto la mano con velocidad creyendo que había hecho algo para despertarlo, hubo un momento, en que el esqueleto alto había olvidado incluso lo que era respirar, aun así, mirando fijamente, tratando de mantenerse sereno y no ser percibido por el contrario, aprecio como lentamente se fue despertando y finalmente, sentando en la cama
Hubo un momento de silencio entonces, porque Papyrus observaba sin respirar a quien ahora observaba toda la habitación. Sans se había despertado al final, mirando curioso la agradable, amplia y sobre todo, lujosa habitación que había ahí, después de todo, era mucho más grande que su habitación allá en la Pet Shop; por un segundo, el recordar a la Pet Shop le hizo tener un dolor en su pecho, sabía que ya no los vería otra vez pero ¿Cuándo había salido de la jaula? Miro su cuerpo, estaba cubierto por una agradable sabana que al acercarla a sus fosas nasales tenía un aroma delicioso… no pertenecía únicamente a una buena marca de suavizante, también era el aroma de alguien a quien no conocía
Su olfato comenzó a moverse, percibiendo tantos aromas podía desde su lugar, era cierto que todo olía a una persona diferente y que ese aroma era agradable a su olfato, también habían cosas sorprendentes y unos grandes ventanales que Sans miro sorprendido, de algún modo, hacia ver iluminada la gran habitación, giro entonces, del lado contrario; su tranquilidad desapareció cuando su mirada descubrió a aquel esqueleto que le miraba en silencio pero sorprendido
Sans se hizo un poco hacia atrás, quería correr, es cierto, pero sentía sus huesos muy débiles como para correr, y, aun si lo hiciera en estos momentos nada le dice que serán las cosas como en la Pet Shop aquella vez que trataron todos de escapar, que sería lastimado o mucho peor, que sería asesinado apenas cometiera algún tipo de insulto… ahora que mira mejor a ese esqueleto que fácilmente se ve más alto que el, también cae en cuenta del último recuerdo… ese ser le dijo que sería su nuevo dueño y, por la sonrisa llena de lagrimas que no se derraman, Sans puede decir que ese sujeto no era lo que esperaba
Es cierto que había charlado un buen tiempo con el por medio de la Undernet, también es cierto que en sus diálogos ambos se habían entendido bastante bien y que ambos eran de amplios conocimientos, pero también, en la mente de un joven, había la idea tenebrosa de que a la persona que vería como su dueño seria alguien viejo, de gestos mas aterradores que los de Edge o tal vez de su calaña, que sin lugar a dudas apenas lo viera seria cruelmente violado o cosas peores, que sería manipulado, asesinado, torturado… en fin, su mente no le daba abarate a todo lo que sabía que los seres podían crear en su oscuridad… así que, realmente no sabe que pensar del esqueleto que está delante de él viéndolo como si estuviera aliviado de que ha despertado
-¿Cómo te encuentras?- es lo primero que sale de Papyrus después de que ambos se miraran fijamente, notando como apenas su voz suena en el silencio de la habitación, Sans pega un brinco, haciéndose hasta la orilla de la cama y esponjando su cola, al activarse su magia, la cuenca izquierda de Sans se ilumina, su cola se esponja y los pequeños huesos y manchas azules de su ser se iluminan tenuemente en señal de la activación de la magia, Sans agacha sus orejas y ante Papyrus es la imagen más adorable de puede apreciar, pues además de verse amenazador, también se ve tierno y esponjoso
-tranquilo, por favor… no te hare daño- pide suavemente Papyrus poniendo sus manos delante de él, hay un silencio prologando, ambos pueden escuchar el crujir del estomago de Sans pero solo uno presta atención a este ultimo hecho
-entonces… tu eres… mi comprador- gruño Sans, no quería siquiera decir la palabra “dueño” el no sería su mascota y no sería tan fácil domesticarlo… agradece haberse acercado a Red y Murder quienes eran los más violentos, así por lo menos sabe que no debe de dejarse hacer tan fácilmente… pero se siente cohibido de todos modos, puede ver a ese esqueleto tratando de sonreír tranquilo pese a que se muestra tímido y nervioso también, igual muestra un sonrojo naranja en sus mejillas y mira a todos lados nervioso
-sí, así es… yo fui quien te compro- habla por fin, pero por primera vez en lo que Papyrus había pensado, puede notar cierta culpa en su voz, ahora, que por fin tiene a Sans delante de él, también cree comprender la razón del enfado de sus amigas… es cierto, el no era nadie para decidir sobre la vida de alguien más… sus gestos muestran que se está auto regañando a sí mismo por sus acciones, su sonrisa desaparece para dar paso a un gesto de culpa que Sans puede mirar fijamente, aun así, el zorro se niega a ser confiado, solo observa en silencio tratando de ver cuál sería el mejor lugar para correr, que podría echarle en caso de tener que escapar y esas cosas
-escucha… yo…- la voz de Papyrus rompe el silencio que hay en ese momento, Sans vuelve la mirada a quien ahora se sienta de un modo lento en la gran cama, Sans quiere hacerse un poco mas hacia atrás pero se sabe en la orilla de la cama, de todos modos, se siente algo débil y aun mareado
-no te acerques- gruñe Sans, bajando al final de la cama pero sosteniéndose de ella, el tenia razón, sus fuerzas no son suficientes para correr, apenas cree poder sostener su propio peso antes de caer de trasero; Papyrus lo mira sorprendido, aun cuando se ha sentado en la cama, baja la mirada con un gesto triste
-lo lamento Sans…- aquella respuesta sorprende a Sans quien eleva las orejas confundido y sorprendido, Papyrus deja de ver sus piernas y el suelo para volver la mirada a quien sigue a la ofensiva
-yo… quería que nos pudiéramos conocer, tratarnos… pero… creo… que me enamore de ti y… y de pronto ya no quería simplemente dejar de charlar contigo, también quería que estuvieras a mi lado, quería… que estuviéramos juntos- susurra apenado pero sincerándose
-me robaron de mi hogar y me transformaron en una mascota solo por tu capricho- susurra acusador bajando las orejas y poniéndose algo mas derecho, Papyrus lo mira apenado y asiente, ahora, una pequeña lagrima cae lentamente y Sans siente un pinchazo en su pecho… es… como si ese esqueleto realmente no fuera malo… pero… él fue quien lo compro… el fue la razón por la que el había sido robado de su hogar, de sus conocidos… de su vida…
-te iban a comprar de todos modos Sans… si no era yo, hubiera sido alguien más…- esta afirmación deja en un ambiente pesado todo el lugar, Sans desvía la mirada, no importa cuánto lo mire o cuanto miedo tenga de la situación, Papyrus no le da ninguna señal de ser peligroso o de querer algo malo para el… solo está asustado, lo reconoce, pero también está enojado… suspira molesto y niega
-no es mi culpa, nadie sabe a lo que se está enfrentando si esa porquería de plataforma aparece como algo inofensivo- se quiso defender, sabiendo que de todos modos era estúpido… aquí, la culpa era de ambos, Sans por haber entrado, Papyrus por creer que podría comprarlo como una mascota y que no habrían consecuencias…
-lo lamento, yo no quería hacerte daño, solo…- las palabras de Papyrus, algo cortadas por las lagrimas parecen honestas, Sans lo mira de un modo discreto, se siente traicionado y molesto, pero… si es realista, no es que pueda volver a su mundo o que podrá volver a ver a sus amigos otra vez…
-solo quería algo de compañía- escucho al final, la tranquila voz de Papyrus, derrotado y honesto, Sans giro a verlo y soltó un hondo suspiro cansado… ¿Cómo podría decirle que el también buscaba algo de compañía? Más no de este modo
“Habían otros modos” quería decirle, de verdad, sentía que su boca quemaba por no poder decirlo, pero su alma se comprimía al ver las lagrimas de aquel esqueleto que parecía tan arrepentido, las orejas de Sans vuelven a bajar lentamente en señal de culpa, gruñe molesto, no quiere perdonarlo, pero tampoco es que se sienta en peligro…
Al final, en la habitación hubo un suave suspiro derrotado que vino de Sans, Papyrus no pudo ver nada, aun seguía con su culpa, llorando en silencio mirando sus piernas, no noto el movimiento en la cama o que había alguien acercándose lentamente, solo hasta que una suave caricia roso su rostro limpiando el camino de unas lagrimas traicioneras
-y yo que pensaba que los ricos tenían la vida fácil- susurra Sans limpiando las lagrimas del otro lado de sus mejillas, Papyrus lo mira sorprendido, Sans estaba no solo cercas suyo, sino limpiando sus lagrimas con un gesto molesto, ambos se miraron, Sans se hizo un poco hacia atrás con un leve puchero… no sabía que sentía en ese momento, solo sabía, que no podía estar muy lejos de ese esqueleto llorón
-n-no me mires así… aun estoy molesto contigo por lo que me hiciste… pero… no me gusta ver a la gente llorar- gruñe tratando de estar molesto, logrando que Papyrus deje de llorar para mostrar un gesto más aliviado y sonriente
Sans solo lo miro en silencio, un suave suspiro embriago su pecho al tiempo que se sentaba mejor en la gran cama y bostezaba… si, es cierto para Sans que ese lugar era peligroso y que ese esqueleto que ahora sonreía era todo menos de confianza por el simple hecho de ser la razón por la que estuviera en esa situación para empezar… pero también es cierto que no puede dejar de verlo y pensar que no puede ser tan malo… que tal vez, simplemente se conocieron de un modo equivocado pero que en realidad, tal vez, debían de conocerse al final…
O tal vez la inyección que lo ha transformado en un zorro también tenga un código que le obligue a aceptar a su dueño y no atacarlo en cuanto lo tenga enfrente… quien sabe…