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Ya lo sabías, no soy bueno [Dean X Iron] por erickkbaj

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Notas del capitulo:

Inspirado en You know I'm no good - Amy Winehouse

 

https://www.youtube.com/watch?v=VeRJllPdiPA

 

Todo siempre inicia como una luna de miel, las inseguridades y miedos logran vencerte y a veces solo regresas a la oscuridad.

                    

—¿Por qué lo hiciste? —Murmuró meciéndolo de lado a lado, jalando de su gabardina mientras aspiraba el aroma de su ropa.

—¿Sigues drogado? —Quitó las manos de encima y lo alejó, adentrándose al departamento que compartían mientras encendía un cigarrillo.

—Dean, dime que no lo hiciste. —Le tomó con fuerza de su muñeca para darle la vuelta y enfrentarlo.

—Sí. Y lo disfruté…como tú lo haces con todas esas perras con las que te revuelcas. —Mintió, pero se sentía dolido, siempre se sentía de aquella forma junto al mayor, nunca supo en que momento todo se volvió de aquella forma.

—La perra aquí pareces tú. —Dolió, una vez más dolía, prefería golpes por todo su cuerpo, al menos de ello se podría recuperar.

—No defiendas a esas asquerosidades con las que intentas reemplazarme, HunChul. —Dean le dio un puñetazo en la cara, haciendo que el mayor cayera al suelo.

—Nadie puede comparase a ti, estúpido. —Pensó para sí mismo, sobando su cabeza, sin importarle en lo más mínimo la sangre que brotaba de su labio roto.

El menor se dio la vuelta dejando en el suelo al mayor, abrió la puerta pretendiendo irse aquella noche pero HunChul le sujetó por el cuello impidiendo su salida, cerró la puerta con seguro en la perilla y lanzó al chico contra la mesa, el sonido de algo rompiéndose le asustó pero en cuanto vio el mayor estaba separando sus piernas. Él no quería, se rehusaba a abrirle las piernas, como cada vez que él quería.

HunChul enojado abofeteó al menor una y otra vez, bajando sus pantalones y dándole la media vuelta sobre la mesa. Usó el cinturón del menor para atar sus manos detrás de su espalda, Dean gritaba y pedía que lo dejara suelto, pero éste lo ignoraba. Sin preparación alguna se introdujo en su interior. HunChul gemía, adoraba arremeter a Dean de esa manera, lo amaba, pero no sabía demostrarlo de una mejor forma. Se embriagaba con las sensaciones que el cuerpo ajeno le proporcionaba, adoraba sentir entre sus dedos la cintura delgada del menor, sentir sus huesos y su carne, como su piel se erizaba al reconocerlo en el acto, como su cuerpo solo le pertenecía a él, aunque éste quisiera compartirlo, la situación se estaba saliendo de sus manos, pero cada vez que quería solucionarlo Dean se ponía a la defensiva y de alguna manera siempre terminaba de aquella forma y después se lamentaría por tomar el cuerpo de su novio sin permiso.

Dolía su cuerpo, dolía más su alma que lo que pasaba, pero él sabía que era la única forma en la que podía sentirse amado de alguna manera, sabía que estaba mal, y solo se engañaba a sí mismo con que era la única opción que tenía, se sentía mal disfrutando ser tomado de esa forma, se había acostumbrado a que fuera así, su cuerpo solo podía sentir un inmenso placer y solo si veía de parte de HunChul, de una u otra forma siempre sería con él, porque siempre lo amaría aunque cada vez que pasara lo arrastra a la oscuridad.

Dean terminó dentro de su ropa interior y HunChul en su interior, lo dejó libre y salió del lugar dejándolo solo. El menor sobó sus muñecas marcadas, sollozando mientras se colocaba adecuadamente el cinturón y subía sus pantalones, odiaba que su cuerpo reaccionara de esa forma con él, odiaba amarlo aunque le doliera.

Llegó la mañana y seguía sin llegar, seguramente estaría revolcándose con alguien más o tirado en medio de alguna avenida a medio morir por alguna intoxicación.

Se levantó y volvió a vomitar lo que recién había desayunado, una especie de escudo protector que había desarrollado para sentirse mejor era la mejor forma para empezar sus mañanas. Lavándose sus dientes vio a través de su ventanilla a HunChul tambaleándose de un lado a otro mientras cruzaba la calle para llegar al edificio donde estaba su departamento. Él solo rodó sus ojos.

—¿Por qué no te quedas? —Murmuró HunChul en cuanto vio al menor abrir la puerta, él se había quedado en el sofá.

—¿Para qué vuelvas a violarme? —Le miró de mala forma, cerrando la puerta después de irse.

HunChul se sentía mal, no quería hacerlo, nunca quería lastimarlo, pero de alguna manera siempre lo hacía y empeoraba cada vez más.

Su rutina diaria siempre era la misma, HunChul llegando por las mañanas drogado o borracho, se quedaba dormido en la sala mientras Dean se hacía el desayuno y esperaba la tarde para volver a comer e irse al baño a vomitar antes de que el mayor despertara. Después vería a HunChul fumar y beber, después drogarse y así hasta que llegara la noche y se fuera del departamento hasta que HunChul fuera por él, lo sacar de donde estuviera, lo llevara a su departamento, se pelearan, a veces con golpes y lo dejara solo.

Dean sabía que HunChul se acostaba con varias mujeres, no se sentía tan mal, al menos lo cambiaba por cosas que él no podía ofrecerle. Por eso fingía engañarlo con otros hombres, sabía que dolía, que era de las peores cosas que podía hacerle.

Había conocido al mayor en un bar, con sus mangas enrolladas por sus brazos y sus labios rotos con un cigarrillo entre sus labios. Esa misma noche compartieron cama, y no dejaron de hacerlo por un largo tiempo, hasta que los problemas empezaron.

Está vez había pasado el límite, y ya no estaba soportando la situación en la que vivía, sabía que en cualquier momento la oscuridad le vencería.

—Dime ¿Lo hiciste con él? —Gritaba el mayor quitándole el cigarrillo de sus labios al menor.

—Lo hice con esos dos. —HunChul enfureció, y fue hasta donde el menor señaló, repartiendo golpes por todos lados. Una noche común para él.

Abandonó el lugar después de terminar un par de tragos más. Mintiéndose de nuevo de que todo estaría bien.

—¿Dónde crees que vas? —HunChul le golpeó el rostro, jalándolo de sus cabellos por toda la calle.

—¡Déjame! —Gritaba mientras el mayor se detenía en un callejón, donde una mujer les esperaba.

—Si es un trío es el doble de pago. —Dijo la mujer apagando su cigarrillo.

Dean se soltó del agarre, viendo como el mayor besaba aquella mujer delante de sus ojos, se dejó caer al suelo vomitando lo poco que logró comer hoy, alejándose de la escena que parecía haber salido de sus pesadillas diarias. Todo debería ser un sueño.

Corrió hasta llegar a su departamento, sacando sus cosas y colocando todo en una pequeña mochila, no pensaba con claridad todo.

—¿A dónde crees que vas? —HunChul llegó al departamento detrás de él, cerrando la puerta nuevamente, Dean se detuvo, sus piernas empezaron a temblar.

—Es lo mejor para los dos que me vaya. Yo ya no puedo. —Relamió sus labios, viendo como el mayor se acercaba.

—¿Y quién lanzó primero el cuchillo? —Le miró.

—¿Qué? No me vengas con esa estupidez. Te encontré con tu maldita ex novia, y ese solo fue el principio. —Dejó caer sus cosas, haciendo una rabieta.

—También lo hiciste, dejaste que ese imbécil te follara. —Encendió un cigarrillo mientras Dean se acercó y se lo quitó.

—Estaba sobre la cama, con mi ex novio, intentaba sentir, pero solo contigo puedo hacerlo, ni siquiera deje que me tocara, nunca acabó lo que empezó porque te amo, y ahora solo cada noche me tiro al maldito suelo de la cocina a llorar por tu culpa. Intenté ser bueno para ti, pero soy un problema y te dije que no era bueno. —Se inclinó para tomar sus cosas, calmando su enojo y tristeza pretendiendo salir del lugar.

—También te lo dije…y no puedo vivir sin ti. —Le había impedido su salida sujetando de su muñeca, Dean trató de liberarse, pero esta vez tomó su brazo y le inyecto una dosis de droga.

Dean no pensó que haría eso, él nunca quería meterse en esas cosas porque sabía como HunChul reaccionaba a esas cosas y ahora corría por sus venas.

—No te voy a dejar ir. No puedo salir con la cabeza en alto y seguir sin mi chico, sin mi vida. —Lo empujó contra la pared, tomando otra jeringa e inyectando otra dosis en su brazo.

Dean comenzó a agitarse, su cuerpo a calentarse y sentirse más liviano mientras todo cambiaba de forma, no sabía como explicarlo, sentía que debería de salir pero sus piernas no respondía, el mayor lamió su cuello, en el espacio en donde tenía un tatuaje, inyectando otra dosis.

En un pequeño lapso de conciencia que tuvo, vio a la oscuridad difuminarse, tenía frío. Se dio cuenta que su cuerpo estaba sobre su cama, varios vasos rotos sobre el suelo con alcohol dentro, botellas vacías y con el sabor entre sus labios. Comenzó a sollozar en silencio, viendo como entre sus piernas HunChul le embestía, viendo sus ojos rojos y pupilas dilatadas, no era el hombre que juró amar hasta la muerte, de ello ya no había algún rastro y ahora solo volvía a sufrir, se había vuelto a engañar a sí mismo.

HunChul le acariciaba con suavidad, o al menos esa fue su percepción, una dulce reunión entre sus pieles. Dean tomó una de las jeringas y se inyecto varias dosis, tal vez hasta acabarse toda la reserva del mayor, solo quería huir, no quería amarlo, pero no podía dejar de hacerlo.

***

HunChul se sobó la cabeza, dolía mucho, siempre pasaba cada vez que peleaba con Dean. Solucionaba todo con una pequeña dosis y algunos tragos, después le pediría disculpas y todo estaría bien.

—Dean. Buenos días. —Murmuró dándole un beso en su frente, acariciando sus mejillas. Tomó las sábanas y cubrió el cuerpo del menor, lo sentía muy frío. —Perdón…todo volverá a ser como antes, confía en mí. —Sonrió mientras tomaba su mano y la acariciaba, frunció su entrecejo al sentirle más frío que antes.

Le dio la vuelta y vio los ojos del menor entrecerrados, su boca cubierta por una saliva nada usual de un color blanco, dejando rastros por su cuello y cama. Se sorprendió y se alejó un poco de él. Todo debería ser un sueño, un mal sueño. Trató de moverlo, pero Dean no se movía, seguía en la misma posición y sin que dejara de estar frío por más que lo vistiera y cubriera con más sábanas.

Lloró sujetándolo entre sus brazos, negando lo que estaba pasando, negando lo que comenzaba a recordar. Vagas imágenes de Dean resistiéndose a él, de negarse a las agujas, de entregarse a él una vez empezó a hacer efecto en su organismo. De todas esas palabras de amor que le decía, recordó verlo llorar inyectándose varias veces, perdió la cuenta pero los sobres y agujas esparcidas en el suelo daban una idea, su reserva estaba terminada, no quería aceptarlo.

—Mi amor tú eres mi todo. Regresa a mi vida, te necesito en ella. —Juntó sus frentes mientras le acariciaba, abrazándolo, creyendo que de alguna manera regresaría.

Notas finales:

Desde hace meses tengo la historia y la idea tal vez un año, espero les haya gustado a pesar de ser sad, eran tiempos sad así que en ese entonces todo lo que escribía lo era, no estén con personas toxicas o locas :v

Perdonen por no actualizar pero me dio un poco de flojera, subiré la última historia que estaré subiendo dentro de poco para que solo me dedique a actualizar, espero me lean por allá.

Gracias por leer de estos dos <3


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