»Si alguien me hubiera dicho que era la última vez que te vería, con ese mirar lleno de bondad que siempre me mostrabas, la sonrisa que arrebataba cada suspiro mío, aquel cabello azabache ondulado y rebelde que me gustaba acariciar, pero sobre todo que sería la última vez que tu inmaculado cuerpo blanco chocara contra el mío en cada roce y sudor. Aprovecharía cada instante que nos quedaba, cada instante de luz que me dedicabas con tu sonrisa, con tu mirada, con tus besos… «
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Lo aprovecharía…
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No puede creer lo que ve, todo parece una maldita ilusión, un cruel recordatorio de lo que perdió, ese Jon lo mira con algo de desconcierto, tratando de ver que ese hombre joven es su Damián.
— Damián...
A pesar de sus catorce años, Jon muestra la mirada de un niño, claro que es alto de estatura, pero tiene un rostro adorable, el nieto de Ra´s Al Ghul piensa que alucina por lo debilitado que esta al exponerse a la radiación que existe en Metrópolis.
— Esto… esto es una mentira… no puedes, no eres mi Jon…
El niño levita hacia el joven, lo mira con atención, si, es su Damián, lo ve más pálido, su piel morena esta maltratada, lo nota, lo escanea con su vista, tiene heridas de las que no comprende por su edad e inocencia.
— Dami…
El mayor da un paso atrás a esa alucinación, pero su cuerpo se debilita, esta por desfallecer, pero no cae, siente esos brazos rodearlo, el calor, el intenso calor de un niño mitad humano y Kryptoniano, el palpitar de ese hermoso corazón, la mirada azul como ese cielo que se perdió y que ahora cubre la ciudad que alguna vez llamaron la ciudad del futuro, Metrópolis.
— En… ¿En verdad eres tú?
Se suelta bruscamente, no desea caer, su mente lo engaña, pero el menor lo toma de la mano.
— ¿Dónde estoy? Damián… tengo miedo…
La pequeña mano apenas cubre la suya, reconoce esa piel, el calor que emana de ese hermoso ser vivo, si, vivo, sus dedos rodean los del que cree es una ilusión.
— Jonyboy… te extrañe… no sabes cuánto te extraño…
Jon no comprende donde está, no comprende que lugar es ese, pero lo que si le duele es ver esa tristeza de su Damián, de ese Damián más alto, a pesar de que los rasgos de su rostro son más duros ese es su Damián, el palpitar único, sabe de sus constantes, es su compañero, lo es.
— Damián… aquí estoy…
Levita hasta estar a la altura de ese joven, acaricia el rostro enfermizo.
— No te vez bien, debemos salir de aquí…
El joven ya no aguanta desfallece, Jon lo sujeta de la cintura, con su fuerza lo lleva levitando fuera del lugar, algo los golpea a ambos derribándolos, el niño trata de ponerse en pie pero para su sorpresa tiene algo incrustado en el hombro, algo que le causa dolor.
— ¿Qué? ¿Qué es esto?
Una lanza de Kryptonita, el dolor, la sangre, Jon llora trata de quitarse la lanza, Damián escucha el grito del menor, trata de ponerse en pie, de cubrirlo.
— No…
Pero ya paso su tiempo límite en la radiación, Jon intenta cubrirlo de lo que viene, un hombre, vestido de negro, entre las tolvaneras que se levantan, lo reconoce.
— Batman…
El cual se quita la capucha mostrando a alguien tan familiar y amado por su primo Conner.
— No, tú lo asesinaste…
Jon no comprende.
— Drake…
Grita al sentir como este sin piedad quita la lanza de su hombro, Damián se lanza a golpear a Tim, pero este lo patea lejos.
— Regresa con tu dueño Damián… no tienes nada que hacer aquí.
Al Ghul se molesta, saca fuerza de donde puede se lanza a Drake.
— Que lo dejes en paz, no es el Jonathan Kent que extermino a todos… no…
Jon escucha sin comprender, con dolor observa su entorno, algo le era familiar y si, finalmente reconoce el lugar, es la ciudad de su padre, Metrópolis.
— ¿Dónde estoy? ¿Qué sucede?
Pero Tim está saludable, somete con facilidad a Damián a punta con un arma de fuego y bala de Kryptonita al menor.
— No importa que tan inocente te muestres, al final acabaras con todos…
¡¡¡Drake!!!
Tras de ellos otra nave había llegado, es Jasón ataviado con un traje de mayordomo, pulcro e imperturbable.
— Acaso no lo vez…
Tim mira con coraje al niño que llora por el dolor y la debilidad que le causa la Kryptonita.
— Sí, lo veo… al asesino de Grayson, de Bruce, de la Liga de la justicia, de toda esta ciudad… de Conner…
Jasón niega con tristeza, observa la mirada de horror de Jon, todo lo que escucha parece una pesadilla para el menor.
— ¡¡Drake!! — Grita para que no realice nada estúpido. — Obsérvalo, es solo un niño.
Damián comprende todo es real, se suelta de Tim, corre hasta donde está el menor.
— Me quitare el puto aparato que traemos cada uno, el aparato que confunde a Kal de nuestra ubicación y antes de que realices algo estúpido, él estará aquí.
Drake sonríe con cinismo.
— Quiero ver que lo intentes…
Jasón lo llama:
— Timbo…
Batman cede a regañadientes, cuanto desearía eliminarlo, si lo hace nada pasara, pero que resultados traerá para su pasado y su futuro, cede ante ese nombre, guarda sus armas, observa como el menor aun sufre por esa herida, guarda la Kryptonita.
— Deja de llorar, esa herida se cerrara más rápido de lo que crees.
Se marcha dejando a Jasón con ellos.
— Jon… no sabemos qué sucedió realmente en el tiempo que estarás aquí, pero necesitamos informarte de tu futuro… de lo que harás con nuestro tiempo cuando regreses al pasado.
Damián no lo suelta, finalmente lo tiene de nuevo, no desea soltarlo, Jasón lo nota, comprende su preocupación, comprende que Jon aun es un niño muy cerrado ante el mal que se le avecina. La herida se cierra, sus pulsaciones vuelven a la normalidad.
— Quiero regresar a casa, esto es una pesadilla… Damián… no es cierto eso que dicen de mí… no es cierto… yo no lastimaría a nadie… no puedo…
Damián observa furioso a Jasón, el niño que tiene en sus brazos es su Jon, su amado, su amigo, su amante.
— No, no Jon… eres un buen chico.
Jasón les indica que lo sigan.
— Vamos… no podemos estar más tiempo aquí… no es bueno para nadie.