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Steve, yo y mis otros yo por Aomame

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Steve, yo y mis otros yo


Hot cakes

 

Cuando Steve llegó a la torre, todas las luces estaban apagadas. En completo silencio subió a su habitación; dejó el escudo sobre la cama y entró al baño dispuesto a darse una ducha. Frente al espejo descubrió que tenía una herida cerca de la ceja, no le hizo mucho caso, suspiró nada más, y contó con que el agua de la regadera lavara la sangre.

Como no tenía sueño, pero si hambre, bajó a la cocina. Prendió la luz y vio el reloj en la pared, eran las seis de la mañana, casi las siete. Tal vez, pensó, Tony seguía en su taller trabajando o dormido, en todo caso, sobre su mesa de trabajo. Acordó consigo mismo llevarle algo de desayunar una vez que terminara de prepararlo.

Tony, el Tony más joven de todos, no había podido dormir bien. El café que su mayordomo bien le prohibía tomar por las noches lo había mantenido despierto más de lo que habría querido. Como la cama le resultaba ya molesta, se levantó. Tal vez, encontraría algo con que entretenerse hasta que el efecto de la cafeína dejara su sistema y cayera dormido. Si mal no recordaba había una sala común y una enorme pantalla en ella, vería algún programa para entretenerse. Pero mientras buscaba la sala común en la oscuridad se topó con una luz que provenía de la cocina. Sin pensarlo mucho, caminó hacia ahí, imaginó que se trataría de uno de sus "yo" adultos preparándose café, porque, por lo que había notado, todos ellos compartían cierta adicción por esa bebida. Sin embargo, lo que encontró lo dejó con la boca abierta.

De espaldas a él,  vestido con una sencilla playera blanca y pantalones deportivos azul marino, reconoció a su novio, o más bien, a la versión adulta y de ese universo de su novio. Era un poco más alto que su Steve, de espalda más ancha y brazos más musculosos, pero el cabello dorado y corto de su nuca era el mismo. Le dio un poco de miedo, más que nada porque no sabía que decirle, o si decirle algo era conveniente. Se sentía un poco más pequeño de lo usual. Mientras pensaba en ello, Steve dio media vuelta. Se sorprendió de verlo y Tony dio un respingo al sentir un salto en su estómago.

Steve lo analizó rápidamente, y llegó a una conclusión increíble.

—Hola—le dijo—, ¿eres pariente de Tony?

El muchacho tragó saliva. No sabía que decirle y el hombre frente a él... ¡su Steve crecería y sería así! Pensó que tendría que encontrar la manera de ocultarlo del mundo envidioso que quisiera arrebatárselo.

Steve levantó las cejas interrogante, y a Tony, una vez más, le dio un vuelco el estómago.

—A... a... algo así—contestó.

—¿Algo así?

Tony asintió y se acercó a la barra despacio.

—Soy...su invitado.

—Ah—Steve se dio cuenta que el muchacho lo miraba muy fijamente—¿Qué haces despierto tan temprano?

—Me dieron café y no puedo dormir.

Steve sonrió, típico de Tony. Seguramente había sido lo único que se le había ocurrido darle de cenar, sin tomar en cuenta que era muy joven aún para el café.

—¿Quieres algo de comer?—se giró brevemente para señalar lo que tenía en la estufa.

—¿Qué es?

—Hot cakes

—¿Sabes hacer hot cakes?

Steve asintió, Tony intentó ver detrás de él.

—Una vez quise hacerle hot cakes a Ste... mi novio, pero no me quedaron redondos.

—Tengo un truco para eso, ¿te enseño?

Tony dudó un instante, pero finalmente asintió y rodeó la isla para ponerse frente a la estufa. Steve le tendió el cucharon con el que estaba vaciando la mezcla sobre el sartén.

Tony obedeció las indicaciones que Steve le daba, no sin sentirse abrumado. La presencia de ese Steve era fuerte, su voz era más grave y le erizaba los vellos de la nuca cuando le hablaba, y no se diga cuando le sujetó la mano para enseñarle la manera de sostener el cucharon; el roce de sus dedos lo había puesto nervioso.

—¿Tienes frío? —le preguntó el capitán.

—¿Qué? No, ¿por qué?

—Estás temblando.

Tony sacudió la cabeza y murmuró que estaba bien. Steve sonrió y observó como el muchacho ejecutaba la lección con cuidado, y muy concentrado. Cuando Tony terminó, volteó a verlo con una sonrisa.

—¡Funcionó!—Steve asintió.

—Ahora sólo cuida que no se queme.

Tony asintió, cambió de herramienta: dejó el cucharon por una espátula; y aguardó a recibir la orden del capitán para voltear el panecillo. Steve se divirtió con los gestos del muchacho.

—¿Cómo te llamas?—le preguntó cuando el primer hot cake salió, redondo y perfecto, del sartén al plato.

Tony lo miró y dudó. Él y los otros Tonys no se habían puesto de acuerdo respecto a que decirle a los demás. Además, se suponía que Steve no estaba y tardaría en llegar.

—Ah... pues... An...tho...ny.

—¿Igual que Tony?

—Somos una familia muy grande—dijo desviando la vista hacia el sartén.

Steve ladeó el rostro, según él, la familia de Tony no era muy grande. Se encogió de hombros y continuó junto con ese joven Anthony la preparación del desayuno; el cual complementaron con un poco de fruta y jugo de naranja. Cuando terminaron, el Sol ya estaba asomándose por las ventanas de la cocina. Tony se sentó frente a Steve en la isla de la cocina. Para entonces el hielo estaba completamente roto, y hablaba hasta por los codos. Le contó sobre su escuela y sus amigos, aunque procuró no decir nombres; claro que, también, le contó sobre su novio (tampoco dijo nombre). Steve lo escuchaba y le contestaba de vez en cuando con una sonrisa o con alguna frase que, curiosamente, hacía reír al muchacho frente a él.

***

Tony "chaparrito" Stark se talló los ojos. Había pasado la noche dormitando en su taller. Había intentado resolver el problema que tenía, es decir, buscaba la manera de enviar a sus respectivos universos a esos "yo's", que no sólo eran raros, eran rarísimos. Esas versiones de sí mismo le ponían los pelos de punta.

No quería que Steve llegara y se los encontrara. Lo que menos quería era que esos tres, a falta de sus propios Steves, buscaran al suyo... no es que Steve fuera suyo... pero era su amigo, ¿no?, y no quería ponerle en una posición incómoda.

—VIERNES—llamó y casi de inmediato bostezó—, ¿mis otros yo siguen dormidos?

—Sí, señor, excepto el más joven de ellos.

—¿Qué hace?

—Desayuna en la cocina con el capitán Rogers.

—Ah, ok—contestó distraídamente. Pero cuando sus neuronas hicieron sinapsis, el pánico subió lentamente por sus piernas—¡¿Qué?! ¡¿Steve volvió?!

—Hace unas horas, señor.

Tony abandonó las pantallas que tenía abiertas y salió corriendo en dirección a la cocina.

Patinó cuando atravesó la puerta de la cocina. Steve y el joven Tony voltearon a verlo, sorprendidos.

—Buenos días, Tony—dijo Steve.

Tony levantó la vista y miró con ojos asesinos a su yo más joven, a quien se le cayó un pedazo de hot cake de la boca, nada más saberse bajo su lupa.

—¿No tenías una misión, capsicle?—dijo Tony sin desviar su mirada de su otro yo.

—Sí. Terminé pronto.

—Tsk, ¡tenías que tardarte más!

—¿Ah?

—¿Quieres desayunar?—el joven Tony le señaló los panqueques sobre la mesa—. Hicimos muchos.

Tony miró la pila de hot cakes y la sonrisa de su joven yo al decir esas palabras.

—¿Los hicieron juntos?

—Síp—el joven Tony le sonrió a Steve y éste le devolvió la sonrisa—, Steve me enseñó.

—¿Te enseñó?

El muchacho asintió con esa estúpida sonrisa indeleble en los labios.

Tony estaba a punto de decir una palabrota, cuando Steve puso frente a él una taza de café.

—¿Has estado trabajando?—preguntó amablemente, pero no esperó la respuesta; en voz baja le preguntó sobre el joven Anthony— ¿Es tu primo o algo así? No sabía que tenías...

—No tengo—Tony lo miró ceñudo.

—Entonces...

—¡BUENOS DÍAS!

Toni "Natasha" Stark, apareció bajo el marco de la puerta de la cocina. Bostezó abiertamente y Tony (adulto) quiso que se lo tragara la tierra ante las pintas de su yo femenino: en ropa interior y el cabello revuelto. Rodó los ojos, pero cuando volvió a mirar y enfocó a Steve, una extraña punzada le atravesó el pecho y la quiso ahogar en café. Y es que el capitán miraba a la mujer boquiabierto.

Toni terminó de bostezar, se talló los ojos y su sonrisa se ensanchó.

—¡Honey!—dijo y ni tarda ni perezosa cruzó la distancia que la separaba de Steve. Al alcanzarlo le sujetó de la playera, lo atrajo hacia ella y le besó en la boca.

El joven Tony casi escupe el pedazo de hot cake que se había llevado a la boca, mientras que el adulto escupió de verdad el sorbo de café que había tomado.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


Realmente me encanta pensar que AVAC!Tony es de lo  más tierno, tal vez, no sea así, pero es joven y se puede dar el lujo de la inocencia. 


Por el contrario, Natasha... no sé, la adoro.  Habrá más de ella proximamente ;D


Perdón por tardarme en actualizar, se me pasó, soy una despistada de cuidado jaja


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