Anna y Manta se encontraban con Jeanne en la espera de los demás, se encontraban en silencio inmersos en sus pensamientos, de pronto escucharon unos pasos al otro lado de la puerta, ingreso un apresurado Lyserg.
-Lyserg ¿Qué ocurrió? -le pregunto un preocupado Manta
-Chicos, se cual la causa de todo esto-interesados prestaron atención a lo que les contaría a continuación.
Len y Horo-Horo seguían parados frente a la puerta indecisos.
-Entra tu-Len empujo al peliazul contra la puerta.
-No tú, eres más valiente- se zafo haciendo lo mismo.
-Insisto, tu.
-Vamos, tu.
-¡QUE TU!
-¡TU!
Forcejearon entrando ambos accidentalmente al salón, para cuando se dieron cuenta tenían enfrente al espíritu mirándolos.
-Vamos a morir-afirmo Len tendido en el piso junto al peliazul que asintió.
-¡RAPIDO YO LO DISTRAIRE!-Horo-Horo se paró deprisa yendo contra el espíritu.
-Esperen, no les hare daño-dijo retrocediendo un poco.
-¿Qué?-eso no se lo esperaban, parecía se otro de esos fantasmas dóciles.
-Me llamo Bason, llegue a Japón por medio de mi casco, miren es ese de ahí- señalo una vitrina donde adentro se encontraba un deteriorado y antiguo casco.
-La verdad no sé cuánto llevo aquí, solo he visto venir e ir a los profesores-comento rodeando al par.
-Te vez temible ¿Cómo se que nos vas atacar por la espalda? -cuestiono Len
-Es que verán, siempre he querido hablar con alguien, pero nadie puede verme ni escucharme- entendieron a lo quería llegar, solo buscaba con quien hablar, Len se ofreció mientras Horo-Horo buscaba el sello, Bason comenzó desahogarse de todo el tiempo en el que estuvo unido a su casco, desde el día que murió hasta el día en el que acabo en una tienda de chucherías, no paraba de hablar y Len solo escuchaba. Horo-Horo movió la vitrina encontrado el sello.
-Lo encontré-Anuncio con el sello en mano, se marcharon de ahí, pero Bason los seguía aún contando su vida, ya al finalizar fue un alivio para el par, sobre todo para Len , de repente apareció el bateador con su horrenda sonrisa, los señalo con su bate, corrió hacia ellos listo para atacarlos, retrocedieron sin esperar que Bason se pusiera al frente de ellos con su arma frenando al bateador , cortando en pedazos su bate.
-Lárgate-ordeno con un tono de superioridad ahuyentándolo.
-Baso ¡ESO FUE GENIAL! -exclamo Horo-Horo, siguieron su camino seguro con Bason a su lado, al llegar al entrar al salón los presentes se asustaron al creer que estarían el peligro, sin embargo, Len les explico todo.
-Y ¿Yoh y Hao?- se preguntaron los recién llegados.
-Chicos, adivinen quien fue el responsable de que acabáramos aquí-algo extrañados se dispusieron a escuchar lo que les contaría Anna.
Los gemelos iban de camino por las llevas cuando se encontraron con un problema.
-Aun nos sigue-el menor volteo disimuladamente comprobándolo, al momento en el que ellos subían las escaleras los comenzó a seguir una sombra humanoide, han intentado quitársela de encima fracasando, no importa si corrían o se escondían, los acababa encontrando, lo peor es que cada vez se veía más cercas de ellos.
-¿Qué haremos si nos alcanza?-era una pregunta que ambos se hacían, ya casi llegaban al armario de limpieza, en ese instante la sombra se acercó un poco más, estaban tensos, debían deshacerse de ella antes de que algo malo sucediera.
-Es aquí-Hao entro mientras Yoh vigilaba, la sombra se detuvo oculta vigilándolos, el mayor no tardo mucho saliendo con las llaves.
-¿Lo intentamos de nuevo?-le pregunto al oído a lo que Yoh asintió, corrieron a toda velocidad para la oficina del director, ya antes lo intentaron huyendo sin éxito pero no perdían nada intentándolo de nuevo. Llegaron a la oficina del director, Hao no tardo nada en abrir entrando rápido volviendo a cerrar.
-Rápido, tal vez no tengamos mucho tiempo-dijo Yoh poniéndose a buscar, revisaban cada sitio, de repente sintieron que no estaban solos, en el escritorio se manifestaba un espíritu de un samurái.
-Sigue buscando-ordeno el mayor apresurándose en su búsqueda.
-Ha…o-volteo hallando a su hermano siendo amenazado por el filo de la espada del samurái.
-Hable ahora ¿Qué hacen aquí? - inquirió acercando más la espada a la garganta de Yoh.
-Vinimos a buscar el sello de la tierra, lo necesitamos para salir de aquí- explico Yoh intentando alejarse.
-¿El sello de la tierra? ¿acaso la puerta de este mundo se abrió? -bajo su espada, parecía desconcertado.
-¡MALDICION!-grito el mayor al ver a la sombra frente a él, los encontró al fin, Hao fue con su hermano intentado pensar de como librarse de esa situación, sin embargo el samurái se lanzo en contra de la sombra y de un espadazo la partió a la mitad.
-Permítanme presentarme, me llamo Amidamaru y soy el causante de que este sea un punto maldito- los hermanos se hallaban atónitos por lo recién ocurrido, Yoh fue el primero en reaccionar.
-¿Punto maldito?- pregunto sacudiendo el hombro de su igual.
-Se los explicare después, mientras hay esta el sello- señalo un cuadro con la fotografía de uno de los anteriores directores, Hao fue por el moviéndolo encontrándolo, una vez con el sello partieron junto con Amidamaru devuelta con los demás.
Al entrar todas las miradas se posaron en Hao, miradas de enojo.
-¿Qué pasa?-Yoh no entendía hasta que vio a Lyserg.
-Maldita sea Hao, por tu culpa podríamos haber muerto-reclamo Horo-Horo
-¿Y si uno de nosotros moría? ¿de quien hubiera sido la culpa? -siguió Anna.
-¿Por qué tuviste que seguirnos?- inquisito Len, Hao solo bajo la cabeza , sabía que no serviría de nada intentar explicarles, ellos no lo escucharían.
-Ya basta todos, si, acabamos en esta situación por su culpa, pero el que iba a saber que al tocar ese sello desataría todo esto, el nos siguió porque me vio escabullirme para reunirme con ustedes, en otras palabras, también es mi culpa por no haber sido mas cuidadoso, pese a eso, ya es el pasado, ya ocurrió, tenemos los sellos del fuego y la tierra, podemos salir ya de aquí.
Se quedaron callados, no podían negar que consiguieron los sellos y con tiempo de sobra.
-¿Por qué lo defiendes?¿no deberías odiarlo?-protesto molesto Lyserg.
-Las personas como el no les importa lastimar a otros con sus acciones, él te hirió a ti a su propio hermano-lo señalo acusatoriamente.
-Es por eso que lo perdono, yo lo quiero, nunca deje de quererlo.
-¿En serio?, lo perdonaras así de fácil, ¿eres tonto?, el seguirá siendo igual contigo cuando salgamos de aqu…
Yoh lo callo de un puñetazo dejando impactados a todos los presentes.
-Si tu no eres capaz de dejar ir todo el acoso que te hicieron, es tu problema, yo lo perdono, te guste o no.